La razón por la que obedecer es tan difícil
¿Quieres obedecer a Dios pero no entiendes por qué es tan difícil? ¿Sientes que estás en una lucha constante porque por más que intentas nunca puedes dar la talla? ¿Sientes que tu corazón está dividido entre el deseo de hacer lo correcto y el deseo de que nadie te diga lo que debes hacer? Si respondiste positivamente a alguna de estas preguntas, este episodio es para ti. Hoy Betsy nos enseña cuál es la razón por la que obedecer es tan pesado en nuestro recorrido en busca de Dios.
Frases destacadas:
- En una ocasión, uno de mis hijos me dijo: «Quisiera ser como tú que ya no tienes que obedecer a nadie». Su comentario me sacó una sonrisa porque podemos llegar a pensar que la verdadera libertad se encuentra en el momento en que ya no tenemos que someternos a ninguna autoridad ni hacer la voluntad de otro. Esta es …
¿Quieres obedecer a Dios pero no entiendes por qué es tan difícil? ¿Sientes que estás en una lucha constante porque por más que intentas nunca puedes dar la talla? ¿Sientes que tu corazón está dividido entre el deseo de hacer lo correcto y el deseo de que nadie te diga lo que debes hacer? Si respondiste positivamente a alguna de estas preguntas, este episodio es para ti. Hoy Betsy nos enseña cuál es la razón por la que obedecer es tan pesado en nuestro recorrido en busca de Dios.
Frases destacadas:
- En una ocasión, uno de mis hijos me dijo: «Quisiera ser como tú que ya no tienes que obedecer a nadie». Su comentario me sacó una sonrisa porque podemos llegar a pensar que la verdadera libertad se encuentra en el momento en que ya no tenemos que someternos a ninguna autoridad ni hacer la voluntad de otro. Esta es la misma mentira que tiró a la humanidad por un precipicio al abismo.
- La verdadera felicidad no se encuentra en dejar de obedecer porque siempre estamos obedeciendo a alguien o algo. De hecho, solo puedes obedecer en dos direcciones: obedeces a Dios u obedeces a tus propios deseos.
- «El que tiene Mis mandamientos y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama será amado por Mi Padre; y Yo lo amaré y me manifestaré a él» (Juan 14:21).
- Los primeros seres humanos desobedecieron porque pensaron que serían más felices siguiendo sus apetitos.
- Yo sé que te ha pasado, que deseas hacer algo prohibido y cuando lo haces, sientes el dolor de la desobediencia, y al ser confrontada te das cuenta de lo tonta que fuiste.
- Lo que el mundo nos invita a hacer es a obedecer a nuestros apetitos, a nuestras pasiones y en otras palabras, a nuestro corazón. Suena inocente y hasta cierto punto pareciera justo, pero no hay nada más peligroso que obedecer al corazón. La Biblia dice en Jeremías 17:9 que el corazón es engañoso y perverso.
- El problema nunca es que no sepamos obedecer, es que preferimos obedecer al «amo» incorrecto, preferimos obedecer a nuestra naturaleza pecaminosa porque amamos el pecado.
- Esta es la razón por la que obedecer parece tan difícil: no amamos lo correcto al final de cuentas; el problema es que vamos detrás de lo que nos destruye y nuestro amor se inclina a lo incorrecto.
- Si deseas cultivar un corazón obediente a Dios, lo primero que necesitas es identificar qué es lo que amas. Arrepentirte de tu pecado de idolatría a ti misma, a tu propia voluntad, a tus deseos pecaminosos, a la opinión de la gente y a lo que sea que esté ocupando el trono de tu corazón.
- Si ya estás en Cristo, puedes correr a Él en busca de gracia; si no lo conoces, entonces necesitas un nuevo corazón porque el que tienes no te sirve, está muerto. Necesitas reconocer que no hay esperanza para ti fuera de Cristo y que solo Él puede darte salvación y el perdón de tus pecados.
- Necesitas conocer a Dios porque en la medida en la que lo conozcas vas a apreciar y a entender que Él es quien tiene el mayor valor, que nada es más hermoso y digno de nuestra adoración que Él.
- Necesitas que la Palabra de Dios transforme tu manera de pensar y renueve tu mente. Necesitas que Dios te despierte para que puedas amar lo que Él ama y desees someterte al señorío de Cristo en todas las áreas de tu vida: en tu hogar, en tu relación con tus padres, con tus hermanos y amigos.
- Pídele a Dios que te dé discernimiento para que veas qué estás obedeciendo…qué o quién se está robando tu corazón y tus prioridades.
- Arrepiéntete de tu pecado y corre a los brazos amorosos de tu Padre… ahí encontrarás misericordia. Pídele que renueve tu amor por Él y dedica tu vida para responder en obediencia ante tanta misericordia. Vive como si cada acto de obediencia a Su Palabra fuera un acto de adoración, ¡porque lo es!
Recursos recomendados:
- Podcast, «Obediencia: La prueba de fuego del amor»
- Podcast, «Sabiduría retro: no calcules tu obediencia»
- Recursos, «Lectura Bíblica»
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