La actitud que cambia todo
El mes de noviembre es conocido en muchas culturas por las tradiciones de agradecimiento. Desde la niñez nos enseñan a decir y a dar «gracias» de diversas maneras. Hoy queremos darte una perspectiva bíblica sobre lo que es cultivar una actitud de gratitud y lo que implica ser agradecidas. ¡Acompáñanos!
Aquí te compartimos algunas frases y versículos del episodio de hoy:
¿Cómo influye la naturaleza de nuestro corazón pecaminoso en la percepción de creer que nos merecemos algo?
«Ofrece a Dios sacrificio de acción de gracias, y cumple tus votos al Altísimo». –Salmos 50:14
- Lo que Dios espera de nosotros es que tengamos un corazón agradecido siempre, pero no solo cuando nos va bien o cuando obtenemos las cosas que queremos. Nuestro problema es que nuestro corazón tiende a hacer todo lo contrario.
«Entrad por sus puertas con acción de gracias, y a sus atrios con alabanza. Dadle gracias, bendecid …
El mes de noviembre es conocido en muchas culturas por las tradiciones de agradecimiento. Desde la niñez nos enseñan a decir y a dar «gracias» de diversas maneras. Hoy queremos darte una perspectiva bíblica sobre lo que es cultivar una actitud de gratitud y lo que implica ser agradecidas. ¡Acompáñanos!
Aquí te compartimos algunas frases y versículos del episodio de hoy:
¿Cómo influye la naturaleza de nuestro corazón pecaminoso en la percepción de creer que nos merecemos algo?
«Ofrece a Dios sacrificio de acción de gracias, y cumple tus votos al Altísimo». –Salmos 50:14
- Lo que Dios espera de nosotros es que tengamos un corazón agradecido siempre, pero no solo cuando nos va bien o cuando obtenemos las cosas que queremos. Nuestro problema es que nuestro corazón tiende a hacer todo lo contrario.
«Entrad por sus puertas con acción de gracias, y a sus atrios con alabanza. Dadle gracias, bendecid su nombre». –Salmos 100:4
- Todo creyente lucha con la mentira de creer que merecemos algo. Pero lo cierto es que, desde la vida misma hasta la ropa que nos ponemos todos los días, es pura gracia de Dios.
- Nos volvemos necias cuando damos por sentado las cosas que tenemos o que hemos conseguido, al pensar que podemos obtenerlas por nuestro propio esfuerzo.
- Cuando tenemos una visión incorrecta sobre todo aquello que tenemos, eso se traspasa a las dádivas espirituales que Dios nos da a través de Cristo.
«Bendice, alma mía, al Señor Y bendiga todo mi ser Su santo nombre, Bendice, alma mía, al Señor y no olvides ninguno de Sus beneficios». –Salmo 103:1-5
- Reconocer que cada beneficio viene de parte de Dios, solo lo puede hacer un corazón agradecido.
- Vivimos en una cultura que quiere sentir para entonces hacer. Sin embargo, dar gracias, aunque no lo sientas, te ayuda a estar más consciente de las bondades y las misericordias del Señor contigo cada día.
- Dar gracias ayuda a que nuestro corazón se enfoque en lo que sí tenemos ahora, en lo que Dios nos ha dado: misericordia, gracia, amor, ropa, comida, una cama, una casa, etc.
- La falta de gratitud lleva a la amargura, y corremos el peligro de cuestionar a Dios con el puño cerrado.
Tres hábitos prácticos para cultivar un corazón agradecido cada día.
- Escribe motivos de gratitud cada día. Dar gracias por las pequeñas cosas es lo que edifica la zapata para una vida en la que sobreabunde la gratitud.
- Da gracias en todo momento, en cualquier momento. Sin importar tu estado de ánimo, o si las cosas no salen como tú quieres, o si estás haciendo algo por otra persona que te saca fuera de tu comodidad. ¡Es en las pequeñas cosas que podemos cultivar una actitud de gratitud en nuestras vidas!
- Cuando no sepas por qué dar gracias: ¡Da gracias por Cristo y por su sacrificio a tu favor! Eso te pone en perspectiva y permite que puedas verlo todo desde un lugar de gratitud. Nuestra perspectiva de Dios pone en orden todas las áreas de nuestra vida.
¿Cómo podemos ser una luz en medio de una cultura que se enfoca tanto en lo que «merecemos»?
- En un mundo que predica «¡Te mereces eso y más!», y «¡Porque puedo y me lo merezco!», con nuestras vidas hagamos correr el mensaje del evangelio que dice: «Porque Cristo murió y resucitó, tengo vida y vida en abundancia, no porque yo lo merezca, sino porque extendió Su gracia inmerecida a mí y me salvó».
- Cuando entendemos que todo en nuestra vida procede de las bondades del Señor, entonces puedes ser una joven contracultural que dice: «Déjame hablarte sobre Aquel que me hace merecedora de Su amor y de sus bondades, por Su infinito amor y misericordia».
Para reflexionar:
- ¿Has reconocido que todo lo que has recibido es totalmente inmerecido?
- ¿Das gracias a Dios en las pequeñas cosas, o las das por sentado?
- Cuando en tu corazón no tienes motivos para agradecer, ¿le agradeces a Cristo por Su sacrificio a tu favor?
- ¿Estás cultivando una actitud de gratitud en tu vida o de queja y amargura?
Recursos recomendados:
- Episodio, El peligro de la ingratitud
- Episodio, La gratitud como disciplina espiritual
*Ofertas disponibles solo durante la emisión de la temporada de podcast.
Únete a la conversación