El perdón: una misión posible
La falta de perdón y el resentimiento es muy común entre las jóvenes; aunque a veces no es muy evidente, muchas prefieren esconder sus heridas porque luchan secretamente por perdonar. Quienes viven de esta manera no experimentan gozo porque nada apaga más el corazón que la amargura. Si eres una de esas personas, ¡este episodio es para ti!
Frases destacadas:
- ¿Te identificas con algunas de estas realidades?
- Me siento herida por mis padres.
- No puedo perdonar a mi herman@.
- Mi mejor amiga me mintió y me traicionó.
- Él me dijo que me amaba y solo me usó.
- Alguien me hizo daño y no quiero contarle a nadie.
- La puerta de la cárcel del perdón se puede abrir. Cuando la mantienes cerrada, tú eres quien está presa. Pero no tienes que quedarte ahí porque el perdón no es una misión imposible.
- Lee y medita en Mateo 18:21-35 y considera el perdón …
La falta de perdón y el resentimiento es muy común entre las jóvenes; aunque a veces no es muy evidente, muchas prefieren esconder sus heridas porque luchan secretamente por perdonar. Quienes viven de esta manera no experimentan gozo porque nada apaga más el corazón que la amargura. Si eres una de esas personas, ¡este episodio es para ti!
Frases destacadas:
- ¿Te identificas con algunas de estas realidades?
- Me siento herida por mis padres.
- No puedo perdonar a mi herman@.
- Mi mejor amiga me mintió y me traicionó.
- Él me dijo que me amaba y solo me usó.
- Alguien me hizo daño y no quiero contarle a nadie.
- La puerta de la cárcel del perdón se puede abrir. Cuando la mantienes cerrada, tú eres quien está presa. Pero no tienes que quedarte ahí porque el perdón no es una misión imposible.
- Lee y medita en Mateo 18:21-35 y considera el perdón de Dios en Jesús.
- Mientras no entendamos la magnitud de nuestra ofensa y la grandeza del perdón de Dios, no podremos perdonar a los que nos ofenden.
- Nuestra deuda era impagable. Así como ese siervo tenía una deuda que no era capaz de pagar, de la misma manera, la deuda por nuestro pecado era impagable.
- Los pecados cometidos contra nosotras no se comparan con los pecados cometidos contra un Dios santo.
- La respuesta lógica ante el gran perdón de Dios es darle a los demás lo que hemos recibido.
- Mientras nuestros corazones no sean capturados por la compasión que recibimos de Dios, no podremos ver a los demás con compasión.
- El perdón de Dios no se agota, no está limitado. Podemos venir al trono de la gracia una y otra vez con la seguridad de que siempre recibiremos el favor inmerecido de Su gracia. ¿Por qué debe ser diferente en nuestras relaciones?
- Lee los siguientes pasajes bíblicos y conviértelos en una oración.
- Romanos 5:8
- Colosenses 1:14
- Colosenses 3:13
- Efesios 4:32
- Dios no está desconectado de tu dolor. Él no miró a un lado cuando te hirieron. Él te ama con compasión. Jesús sabe lo que es ser rechazado, traicionado, mal interpretado, ofendido y maltratado hasta la muerte. Y Él lo soportó todo en tu lugar para que tú seas libre de tu deuda personal con Dios y tengas suficiente compasión y gracia para perdonar a quienes te ofenden.
- Considera la soberanía de Dios. Mira a Dios más de lo que miras tus heridas. ¡Recuerda a José!
Recursos recomendados:
- Artículo, «Perdonando: ¡poniendo en libertad a tus cautivos!»
- Publicación del blog, «Practicando el perdón»
- Videos, «Él perdón»
- Podcast, «En busca de Dios | Perdón»
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