El peligro de la ingratitud
Es muy fácil asumir las bendiciones de cada día. En nuestro subconsciente creemos la mentira de que es responsabilidad de Dios proveer para nuestras necesidades, o peor aún, que tenemos cosas buenas porque nos las hemos ganado. Esta no es la actitud de una joven que ha sido redimida de su condición caída, es más la actitud de un corazón no agradecido. ¡Te invitamos a pensar más en esto con el episodio de hoy!
A continuación te compartimos las frases destacadas del episodio de hoy:
- La ingratitud no es un sentimiento en sí, sino un pecado que no reconoce la bondad de Dios en nuestra vida.
- Cuando somos ingratas, somos desobedientes a lo que la Palabra de Dios nos dice, pues esta nos llama a honrar al Señor al agradecer: «El que ofrece sacrificio de acción de gracias me honra». –Salmos 50:23
- La gratitud es una respuesta de tu corazón …
Es muy fácil asumir las bendiciones de cada día. En nuestro subconsciente creemos la mentira de que es responsabilidad de Dios proveer para nuestras necesidades, o peor aún, que tenemos cosas buenas porque nos las hemos ganado. Esta no es la actitud de una joven que ha sido redimida de su condición caída, es más la actitud de un corazón no agradecido. ¡Te invitamos a pensar más en esto con el episodio de hoy!
A continuación te compartimos las frases destacadas del episodio de hoy:
- La ingratitud no es un sentimiento en sí, sino un pecado que no reconoce la bondad de Dios en nuestra vida.
- Cuando somos ingratas, somos desobedientes a lo que la Palabra de Dios nos dice, pues esta nos llama a honrar al Señor al agradecer: «El que ofrece sacrificio de acción de gracias me honra». –Salmos 50:23
- La gratitud es una respuesta de tu corazón ante el obrar de Dios.
- La ingratitud está incrustada en nuestra naturaleza pecaminosa.
La cura para la ingratitud se encuentra en el evangelio:
- Cuando entendemos que sin Cristo estábamos muertas y no merecíamos nada más que la condenación de Dios por causa de nuestro pecado, pero que gracias a la obra de Cristo en la cruz tenemos vida, ¡entonces no tenemos razones para vivir con ingratitud!
- Mirar a la cruz es el mejor recordatorio diario de que podemos vivir dando gracias.
- Cuando nuestro corazón se vaya por el camino del orgullo y la arrogancia, recordemos nuevamente que Cristo también murió por ello y démosle gracias.
- Cuando miramos a la cruz, nos damos cuenta que nuestra mayor necesidad Dios la proveyó en la cruz de Cristo, y entonces todo lo demás palidece.
- La gratitud es la respuesta lógica ante la obra de Cristo. Una mujer joven que es ingrata, contradice lo que cree.
«Por tanto, de la manera que recibieron a Cristo Jesús el Señor, así anden en Él; firmemente arraigados y edificados en Él y confirmados en su fe, tal como fueron instruidos, rebosando de gratitud». –Colosenses 2:6–7
Preguntas de reflexión:
- ¿Cuándo fue la última vez que te tomaste un tiempo para dar gracias a Dios por la salvación que te entregó por gracia?
- ¿Has sido confrontada ante tu ingratitud? No te quedes con un mal sabor de boca, toma acción y separa un tiempo para orar al Señor en arrepentimiento y pedir un corazón agradecido.
Recursos para profundizar en este tema:
- Vlog, «El peligro de la ingratitud»
- Blog, «La actitud de la gratitud»
- Blog, «Gratitud, más que una palabra»
*Ofertas disponibles solo durante la emisión de la temporada de podcast.
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