Amando a Dios y Su diseño para mí, con Fanny Barboza
El día de hoy tenemos como invitada especial a Fanny Barboza. Ella compartirá con nosotras su testimonio de cómo llegó a los pies de Cristo y cómo conocer al Dios de la Palabra le abrió los ojos para ver las mentiras que había creído sobre la feminidad bíblica. ¡Te invitamos a escucharla!
Aquí te compartimos un breve resumen del testimonio de Fanny:
Fui criada e instruida desde pequeña para valorar el éxito profesional como el máximo bien en la vida y para perseguir la libertad que se definía para mí de una manera muy específica. Yo tenía que probar todos los placeres de este mundo, tales como viajar, tener muchas citas, y adquirir muchas posesiones: un carro, casa, ropa, etc., todo lo que el dinero puede comprar.
En el 2015 me encontraba enfrentando la realidad de que la ideología que daba forma a mi vida era frágil, se había derrumbado …
El día de hoy tenemos como invitada especial a Fanny Barboza. Ella compartirá con nosotras su testimonio de cómo llegó a los pies de Cristo y cómo conocer al Dios de la Palabra le abrió los ojos para ver las mentiras que había creído sobre la feminidad bíblica. ¡Te invitamos a escucharla!
Aquí te compartimos un breve resumen del testimonio de Fanny:
Fui criada e instruida desde pequeña para valorar el éxito profesional como el máximo bien en la vida y para perseguir la libertad que se definía para mí de una manera muy específica. Yo tenía que probar todos los placeres de este mundo, tales como viajar, tener muchas citas, y adquirir muchas posesiones: un carro, casa, ropa, etc., todo lo que el dinero puede comprar.
En el 2015 me encontraba enfrentando la realidad de que la ideología que daba forma a mi vida era frágil, se había derrumbado y no era capaz de darme satisfacción ni gozo.
Recuerdo la convicción que fue puesta en mi corazón. Me decía a mí misma: «He vivido todo este tiempo considerando solo mi propia sabiduría, no conozco a Dios, pero quiero saber qué piensa Él acerca de todo». A los días de haber sido convencida de que no conocía al Dios de la Biblia, empecé a ser discipulada. Y fue hasta ese preciso momento que el Señor abrió mis ojos para probar y ver el poder del evangelio.
Quiero compartir contigo algunas mentiras que creí sobre este tema desde mi adolescencia, y que me causaron mucho dolor y confusión hasta el día en que el Señor Jesús me salvó.
Mentira: La sumisión equivale a opresión. Siempre pensé que ser sumisa era igual a ser alguien simple. Me parecía una palabra denigrante, una palabra que sugería opresión e inferioridad.
- Dios me mostró que la sumisión no era solamente para la mujer. Sino que, de hecho, es para todos aquellos que son Sus hijos: hombres y mujeres de todas las edades. Además me enseñó que Él mismo nos había dejado ejemplo sobre la sumisión. Es decir, Él fue el primero en aplicarla y modelarla.
- La sumisión bíblica, lejos de amargar o frustrar la vida, produce la mayor felicidad que uno pueda experimentar: el amor del Padre.
Mentira: Los hombres son los culpables de todo lo que está mal en este mundo. En mi mente, los hombres eran objetivos a vencer y no personas a quienes respetar.
- ¿Qué descubrí en las Escrituras? Dios, en Su eterna misericordia, me mostró que el problema no eran los hombres, sino que el problema principal es el pecado.
- Es cierto que los hombres se han equivocado, pero las mujeres también; nosotras no somos inocentes. Pero hay Uno que sí es inocente y fue clavado en una cruz para que hombres y mujeres pecadores tuviéramos el poder para vivir vidas que honren a Dios, vidas en las que reine la compasión hacia el otro sexo y no la condenación.
Mentira: El matrimonio es una farsa. Es muy común que toda persona que proviene de una familia con padres divorciados concluya que el matrimonio no funciona. Este era mi caso. Además, mi odio hacia los hombres y mi equivocada idea de libertad me hacían pensar que casarme y tener hijos solo me iba a impedir ser feliz.
- Recuerdo estar sumamente maravillada cuando comprendí que el Señor había diseñado el matrimonio para ser una imagen terrenal que apunta hacia el amor sacrificial de Jesucristo por Su Iglesia.
- La idea del matrimonio nació en el corazón de Dios y en palabras de Él mismo, el pacto matrimonial «era bueno en gran manera».
Si aún luchas por abrazar alguna verdad sobre la feminidad bíblica, por favor no luches sola. Corre a Aquel que puede darte un corazón para desear toda Su Verdad. ¡Corre a Cristo y procura conocerlo profundamente! Cuando conocemos a nuestro Salvador, nuestros corazones son cautivados por Su amor, y la respuesta natural será querer agradarle con nuestra vida.
Recursos Recomendados:
- Serie:Feminidad bíblica 101 para jóvenes
- Libro: Joven Verdadera
*Ofertas disponibles solo durante la emisión de la temporada de podcast.
Únete a la conversación