8 Razones que te impiden ser una joven plena
La semana pasada comenzamos una serie que habla sobre la vida abundante y plena que encontramos en Cristo, y probablemente te diste cuenta que más que vivir una vida abundante, estás viviendo una vida pesada y no sabes cómo ocurrió ni cómo llegaste ahí.
Hoy hablaremos sobre cuáles son las causas de una vida en esclavitud y pocos frutos.
Aquí te compartimos algunos de los versículos y frases de este episodio:
Al evaluar qué es lo que estamos haciendo mal, podemos entender mejor nuestro problema y buscar una solución. Son muchos los impedimentos que nos alejan de la posibilidad de tener una vida abundante, pero hoy mencionaremos solo 8 de ellos.
1) No creerle a Dios
- Fácilmente nos dejamos engañar y compramos las mentiras que este mundo, nuestra carne y Satanás nos presentan. Escuchamos tantas voces y nos confundimos. Dudamos de que lo que Dios dice es la verdad y …
La semana pasada comenzamos una serie que habla sobre la vida abundante y plena que encontramos en Cristo, y probablemente te diste cuenta que más que vivir una vida abundante, estás viviendo una vida pesada y no sabes cómo ocurrió ni cómo llegaste ahí.
Hoy hablaremos sobre cuáles son las causas de una vida en esclavitud y pocos frutos.
Aquí te compartimos algunos de los versículos y frases de este episodio:
Al evaluar qué es lo que estamos haciendo mal, podemos entender mejor nuestro problema y buscar una solución. Son muchos los impedimentos que nos alejan de la posibilidad de tener una vida abundante, pero hoy mencionaremos solo 8 de ellos.
1) No creerle a Dios
- Fácilmente nos dejamos engañar y compramos las mentiras que este mundo, nuestra carne y Satanás nos presentan. Escuchamos tantas voces y nos confundimos. Dudamos de que lo que Dios dice es la verdad y lo mejor para mí.
«Mis ovejas oyen Mi voz; Yo las conozco y me siguen. Yo les doy vida eterna y jamás perecerán, y nadie las arrebatará de Mi mano». -Juan 10: 27–28
- No creer las verdades del evangelio no lleva a vivir pobres y en escasez espiritual porque no estamos convencidas con cada fibra de nuestro ser que todo lo que Dios ha dicho de sí mismo, de nosotras y de su obra en nuestra vida es verdad.
2) Una relación pobre con Dios
- Si en verdad conociéramos a Dios; su corazón bondadoso, su carácter y su amor incalculable por nosotras… viviríamos diferente.
- La falta de conocimiento de Dios nos lleva a desconfiar de Él, a no atesorarle, a considerarlo como algo importante de mi vida, pero no como lo más importante.
«Me darás a conocer la senda de la vida; en Tu presencia hay plenitud de gozo;
en Tu diestra hay deleites para siempre». -Salmo 16:11
3) Mucho conocimiento, pero poca transformación
- Mucho conocimiento de Dios pero poca práctica produce una dualidad de vida y mal testimonio. Esto deshonra a Dios porque ese conocimiento se queda en la mente como algo repetitivo y teórico que hemos escuchado, pero que no lo hemos bajado al corazón, ni hemos dejado que esa Palabra dé fruto en nuestras vidas.
«Sean hacedores de la palabra y no solamente oidores que se engañan a sí mismos». -Santiago 1:22
4) Falta de arrepentimiento y práctica constante del pecado
- Solamente cuando permanecemos en una vida de obediencia a Dios y Su Palabra, podremos saborear la libertad y plenitud que Dios ofrece.
- El pecado nos aleja de Dios y entristece nuestro corazón.
«Si decimos que tenemos comunión con Él, pero andamos en tinieblas, mentimos y no practicamos la verdad». -1 Juan 1:6
5) No ser un discípulo de Cristo
- Un discípulo de Cristo es alguien que ha escuchado el llamado de Dios a seguirle, y dejando todos sus planes y sueños, decide vivir para obedecer e imitar a su maestro sin importar lo que cueste.
- Muchas de nosotras pensamos que podemos seguir a Cristo, seguir nuestros corazones y escuchar otras voces, pero Dios no admite competencia, no podemos tener un corazón dividido.
«Entonces Jesús dijo a Sus discípulos: “Si alguien quiere venir en pos de Mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y que me siga”».
6) El temor al hombre
- Uno de los mayores impedimentos para vivir una vida abundante es el vivir para agradar a los hombres. Esto nos lleva a pecar, nos paraliza y amedrenta.
«El temor al hombre es un lazo, pero el que confía en el Señor estará seguro». -Proverbios 29:25
7) Las heridas del pasado
- Entregar a Dios nuestro pasado es de sabios, trae sanidad y restauración.
- No podemos escoger ni cambiar muchas de las cosas que nos han ocurrido, pero sí podemos escoger cómo reaccionaremos. Elige perdonar y confiar en Dios.
8) Los ídolos del corazón
- Cuando estimamos algo más que a Dios, independientemente de lo bueno que parezca o pueda ser, lo convertimos en un ídolo para nosotras.
- Cuando pecamos estamos escogiendo a nuestros ídolos antes que a Dios. Esto nos dejará vacías e insatisfechas porque fuimos creadas para adorar únicamente al Dios verdadero.
- El amor propio nos lleva a tomar decisiones buscando nuestros intereses, sin importar que eso implique daño a los demás o desobedecer a Dios.
- Nuestro problema es que tenemos a Dios como una fuente de satisfacción, pero no como la única fuente de satisfacción.
Cada día vamos adoptando hábitos, formas de pensar, de reaccionar y de vivir que no nos dejan avanzar, que nos limitan y esclavizan. Por eso es necesario evaluarnos y observar cómo vivimos, quitando todo aquello que es un impedimento para correr esta carrera de la fe de la manera mejor posible. De esta manera podremos disfrutar el camino, sostenidas por el Invisible, derramando un grato olor de adoración para Dios, siendo de bendición para otros y gozándonos en el recorrido.
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