Viviendo con gracia entre pecadores
Annamarie Sauter: Todas tenemos que hacerle frente a las malas decisiones de otras personas, la pregunta es ¿cómo lo vamos a hacer?
Nancy DeMoss Wolgemuth: Aquellas circunstancias en las cuales soy ofendida o afectada por la maldad, me ofrecen una increíble oportunidad para manifestarles a los incrédulos, a los creyentes, a mi familia, a mis compañeros de trabajo —todas ellas me brindan una oportunidad para manifestarles a mis amigos lo extraordinariamente puro y perfecto que es el Hijo de Dios.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Si estás siguiendo la lectura bíblica este año junto a nosotras, la lectura de hoy es Nehemías, capítulos 1 al 3.
Cada una de nosotras tiene que tratar con personas difíciles. Las malas acciones y las palabras dañinas afectan nuestras naciones y ciudades, y también afectan nuestras familias y relaciones.
A medida que …
Annamarie Sauter: Todas tenemos que hacerle frente a las malas decisiones de otras personas, la pregunta es ¿cómo lo vamos a hacer?
Nancy DeMoss Wolgemuth: Aquellas circunstancias en las cuales soy ofendida o afectada por la maldad, me ofrecen una increíble oportunidad para manifestarles a los incrédulos, a los creyentes, a mi familia, a mis compañeros de trabajo —todas ellas me brindan una oportunidad para manifestarles a mis amigos lo extraordinariamente puro y perfecto que es el Hijo de Dios.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Si estás siguiendo la lectura bíblica este año junto a nosotras, la lectura de hoy es Nehemías, capítulos 1 al 3.
Cada una de nosotras tiene que tratar con personas difíciles. Las malas acciones y las palabras dañinas afectan nuestras naciones y ciudades, y también afectan nuestras familias y relaciones.
A medida que estudiamos el Salmo 37, Nancy nos ha estado enseñado cómo tratar con aquellos que practican la maldad. Hoy se unirán a ella algunas mujeres que han estado escuchando esta serie de enseñanzas.
Iniciaremos escuchando de Kathy Helvey quien ya se encuentra en la presencia del Señor.
Kathy Helvey: «El secreto cristiano de una vida feliz». Es un clásico. Disfruté cada capítulo de ese libro, pero hacia el final hay un capítulo del libro que habla de las carrozas de Dios.
La autora compara cosas que suceden en nuestra vida, parecidas a las que hemos mencionado. Puede ser ese jefe para el cual trabajamos que nos está volviendo locas, una crisis en nuestra familia, una muerte, cosas grandes o cosas insignificantes. La autora dice que podemos decidir que sea lo que ella llama un camión monstruoso, lo que hoy llamaríamos una aplanadora que rodara sobre nosotras.
En este capítulo ella describe de manera hermosa cómo esas carrozas de Dios, cómo todas las carrozas de Dios están forradas de amor, cada una de ellas de manera particular. Hay cientos de ellas cada día para venir y rescatarnos.
Pienso en ese versículo de Isaías 40:31: «Pero los que esperan en el SEÑOR renovarán sus fuerzas; se remontarán con alas como las águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán». Para mí esto significa que yo debo hacer la elección de montarme en las carrozas de Dios, si mantengo la calma y vuelo sobre las circunstancias.
Hace como año y medio Dios fue muy fiel conmigo. Leí ese capítulo una semana antes de ser diagnosticada con leucemia. Cuando el doctor me dio el diagnóstico fue algo que le tomo 20 minutos y pensé: «Oh Dios no permitas que esto se convierta en un gigante en mi vida. Recuérdame que esta será Tu carroza, que sea Tu carroza en mi vida».
Ahora bien, ustedes pensarán que con cáncer, con un diagnóstico de leucemia, yo pondría las cosas en perspectiva. Las cosas realmente importantes son pocas. Ese ha sido mi mantra por el último año y medio. Es verdad, pero en mi humanidad, por qué será que todavía…bueno, es por mi humanidad.
Esas pequeñeces —la persona que hiere a mi hijo, el chisme que dijeron de mí o cualquiera que sea la razón que me está haciendo un nudo en el estómago— pensarían que a la luz de lo que es realmente importante, esas cosas no me molestarían. Pero les confieso que sí me molestan.
Tan solo porque sé estas cosas no significa, o tan solo porque todas conocemos esta verdad, no significa que siempre vamos a vivir en ese plano. Pero lo que resulta reconfortante para mí es que tenemos la posibilidad de elegir. Podemos hacer una elección y cada vez la verdad nos hará libres. Mujeres, esa carroza está disponible.
Nancy: Estas son carrozas divinas que nos llevan hacia Dios, nos llevan al cielo, nos levantan sobre el plano de nuestra humanidad y de la mundanalidad, y en última instancia nos conducen al cielo.
Así que Dios utiliza esas circunstancias, esos malvados y aun hasta el mal en este mundo, para convertirlo en algo que en vez de destruirnos, sea un medio para conocer mejor a Dios, acercarnos a Él y experimentar más de su llenura y su gracia en nuestras vidas. Las carrozas de Dios. Es una gran ilustración.
¿Alguien más?
Mujer 2: Me siento muy molesta y frustrada con la presión de los medios de comunicación que empujan a mis hijos a desear, ver y jugar constantemente los videojuegos. Soy la madre, así que me veo en la necesidad de tomar las riendas y decir: «Ok, vamos a fijar una hora de tranquilidad durante el día». Creo que esta es mi aplicación sobre esto.
Mis hijos observan esto en mí. En la noche me encierro en mi habitación, cierro las puertas y me pongo a leer y lucho para cultivar ese corazón tranquilo, ya que estoy consciente que de ello depende mi vida. Dios me ha llevado a un lugar donde Su Palabra es muy preciada y mi tiempo de comunión con Él es esencial para mi vida. De manera que debo enseñarles a mis hijos. Ellos me ven pero es necesario que les muestre cómo hacerlo y buscar el tiempo para que esto suceda. Esto es algo que he podido aprender de todo esto.
Nancy: A medida que se convierten en adultos, tus hijos te van a agradecer el haber aprendido a tener un corazón callado, un corazón en quietud, reconociendo la necesidad de estar quietos delante de Dios.
Mujer 3: A medida que usted hablaba me acordé de una situación en la que me encontré el año pasado con un compañero de trabajo que estaba muy enojado. Muchas veces yo misma reaccioné de una manera airada. El Señor me llevó a Proverbios, y continuamente leía acerca de la persona iracunda y necia. Pensaba: «Soy igual que esta mujer». Estoy reaccionando como ella y realmente esta no es la manera cristiana de hacerlo.
De manera que le pedí a Dios que empezara a trabajar en mi corazón. Y así Él lo hizo, ayudándome a responder de una manera amorosa y en ocasiones a no responder. Muchas veces me enseñó que la manera de responder era no respondiendo.
Fue algo muy difícil ya que me di cuenta que con frecuencia ella chismoseaba de mí con una de mis compañeras de trabajo. Pero sucedió tal y como usted dijo, no tienes que defenderte a ti misma pues estas personas te conocen. Tan solo debes vivir una vida de integridad y el tiempo se encargará de mostrar lo que es realmente cierto. Esta fue una experiencia reconfortante y apacible ya que no me vi en la necesidad de preocuparme para defenderme.
Nancy: ¿Alguien más ha visto este pasaje ilustrado en su vida o en la de otra persona?
Mujer 4: Acabamos de pasar una temporada de campaña. Hay algunas personas que defienden sus valores cristianos, y por el contrario vemos otras personas que no apoyan los mismos valores. Así que me frustro y tengo la tendencia a pensar cómo esto afectará la generación de mis hijos. Me pregunto cómo afectará a las demás personas.
Así que literalmente me desperté y me pregunté: «Dios mío, ¿qué puedo hacer?» Necesito orar. Necesito empezar a interceder. Dios me dio esta escritura y la he estado leyendo una y otra vez estos últimos meses.
Por supuesto que esto se aplica a tantas áreas de mi vida. Dios también me ha mostrado que en realidad no he estado confiando en Él; aunque digo: «Confío en Dios». Sin embargo debo admitir que, no importa lo que suceda, si miramos a largo plazo, tal y como usted dijo, hay algo bueno al final del camino y no debo preocuparme.
No importa la dirección política que tome nuestro país. No debo preocuparme acerca de ello. Tan solo debo confiar y no inquietarme. Así que Él continúa enseñándome de tantas formas diferentes, y hoy esta ha sido una de las formas en que lo ha hecho.
Han ocurrido tantas cosas en esta semana que me han frustrado, y no he leído las Escrituras. De repente reaccioné: «¡Oh Dios mío! Realmente me has estado mostrando esto una y otra vez». Así que fue una buena forma para animarme.
Nancy: Esto no significa que no nos importa lo que está sucediendo, que simplemente lo ignoramos, o pretendemos que no está pasando o que no nos involucramos mentalmente en ello.
Existen cosas y otros pasajes de la Escritura que nos hablan de ocuparnos de los asuntos de justicia social y enfrentar las fechorías. Esto es balancear la verdad.
Creo que lo que el Salmo 37 está diciendo, es que al responder al mal no debemos nosotras hacer el mal. Pero cuando nos ponemos a la defensiva o perdemos la compostura, empezamos a adquirir las características de aquellos con los cuales estamos enojados, y entonces pecamos. Nos convertimos en malhechores y renunciamos a la oportunidad de influenciar a los malvados de forma piadosa. Renunciamos a la oportunidad de ser redentores.
Piensen en el matrimonio, por ejemplo. Recibimos correos electrónicos de muchas mujeres que dicen: «Estoy casada con un hombre iracundo» o «él está sumergido en la pornografía» o «no está proveyendo para la familia». A propósito, también puede ocurrir lo contrario, no son tan solo los hombres que pecan en los matrimonios, las mujeres también. Pero escuchamos a las mujeres decir que los maridos son los pecadores en el matrimonio.
Estos asuntos se pueden manejar bíblicamente de manera apropiada y correcta. Enfrentándolos hablando la verdad, involucrando al liderazgo piadoso, los ancianos de la iglesia, o si se está infringiendo la ley a las autoridades humanas o cívicas. Hay maneras de lidiar con estas cosas. Pero lo que se está diciendo en el Salmo 37, es que a medida que lo enfrentamos debemos cuidarnos de no convertirnos en mujeres llenas de ira. No utilices las herramientas del enemigo para enfrentar al enemigo.
Las armas de nuestra milicia no son humanas, no son físicas, aunque son las que normalmente tendemos a utilizar. Son las espirituales. Dios usa Su Palabra, Su Espíritu, Su gracia, Su poder trabajando a través de nosotras para tratar con la maldad en la cultura, en nuestros hogares y donde trabajamos.
Nos está diciendo que guardemos nuestro corazón. Asegúrate de que tu corazón está atado a lo que Dios es, que estás viendo la situación a largo plazo. Asegúrate de que no estás levantando tus brazos diciendo: «Oh pobre de mí. Estoy angustiada. Todos vamos a morir». Esta sensación de pánico es pecado. Es angustiarte.
Arrepiéntete de la ansiedad. Arrepiéntete de pecar. Después mira hacia adelante y hacia arriba, y entonces estarás en una posición en la que Dios te puede usar en muchas de estas circunstancias para hacer algo al respecto.
Estoy pensando en William Wilberforce, al cual Dios uso de forma increíble para hacer algo con la trata de esclavos en Inglaterra. Era un hombre con una misión. Él era un hombre intencional, utilizado por Dios para enderezar algunas malas acciones.
Pero tuvo que hacerlo a la manera de Dios con los medios de Dios. Este hombre amaba la Escritura. Sabía que se estaba poniendo bajo la autoridad de Dios y siendo un instrumento de Dios para afectar la justicia de sus tiempos.
La ira del hombre no obra la justicia de Dios. En Proverbios capítulo 22 versículo 8, está ese versículo que dice: «El que siembra iniquidad segará vanidad, y la vara de su furor perecerá». Piensen en esto cuando estén disciplinando a sus hijos. Si vas a ser un padre piadoso o una madre piadosa, hay momentos cuando es apropiado, bíblico y necesario disciplinar a los hijos. Pero si lo haces con ira fallarás porque te conviertes en un pecador disciplinando a otro pecador.
Esto aplica en todos los ámbitos y relaciones, en el mundo político. Cuando miramos la injusticia social que nos rodea, cuando miramos los matrimonios y divisiones dentro de la iglesia, no peques enojándote o poniéndote nerviosa porque si lo haces no podrás conseguir los objetivos piadosos de Dios.
Mujer 5: Tan solo un comentario para señalar, que a veces somos el único ejemplo de Jesús que algunas personas podrán ver.Cuando nos enojamos y explotamos, podemos perder nuestro testimonio. Quizás te tome toda una vida para poder enmendar las cosas. Por eso pienso que como mujeres cristianas nosotras debemos ser cuidadosas. Debemos guardarnos de este tipo de cosas, explotando así de esa manera.
Nancy: Creo que hay personas que rechazan el cristianismo y rechazan a Cristo por la manera en que han visto a los cristianos tratar a aquellos que están en desacuerdo con ellos. Por eso dicen que los cristianos son personas iracundas; personas vengativas.
Nuestro mensaje ya de por sí es duro. Si lo empacamos con el enojo, no cumplirá la justicia de Dios. Las personas van a rechazar la verdad, pero no deberían rechazarla porque vino de los labios de personas enojadas. ¿Pueden captar la diferencia? Muchas veces es cómo envolvemos la verdad lo que hace que la gente rechace la verdad.
Holly Elliff: Te digo Nancy, mientras te escuchaba enseñar, lo que impactó mi corazón como dijo Kathy anteriormente es que siempre tenemos una opción. Aunque mi vida ha sido un poco alocada recientemente, en los últimos dos años ha estado más loca que nunca. Me he dado cuenta que mientras lucho con Dios acerca de las cosas que vienen a mi vida, si no tomo la decisión de no inquietarme, entonces lo que hago le está exhibiendo al mundo el hecho de que Dios no es suficiente para mis circunstancias.
Así que si no soy cuidadosa, les estoy diciendo a mis hijos que Dios no es suficiente para estas circunstancias. Sí, Él fue suficiente el año pasado, pero no es suficiente este año. Así que debo hacer la elección consciente de aquietarme lo suficiente, con la frecuencia suficiente, para alcanzar ese punto de fe.
Un pasaje que el Señor ha usado todo este año es cuando Cristo llevó a los discípulos a la tormenta y lo primero que dijo cuando lo despertaron fue: «¿Dónde está su fe?» Esta es una pregunta que me ha hecho el Señor una y otra vez en los últimos dos años; porque cuando la cosa se pone dura, ¿puedo aplicar lo que tengo en mi cabeza en cada momento de mi vida? ¿Es suficiente? ¿Es Dios lo suficientemente grande cuando las circunstancias se ponen más grandes?
Nancy: El hecho es que Dios sí es lo suficientemente grande. Oswald Chambers tiene una cita maravillosa que me ha estado convenciendo de pecado por años. Él dice: «Nuestras circunstancias son el medio para manifestar cuán maravillosamente perfecto y extraordinario es el Hijo de Dios».
Verán, cada vez que respondo a una circunstancia, que reacciono a un malhechor, que reacciono ante alguien que me está haciendo una maldad o a un ser amado, cuando reacciono ante eso, les estoy dando una impresión de Cristo a los demás. Esta es una oportunidad para mostrar al Cristo que ama al pecador, aquel que no se defendió, aquel que no tomó represalias, aquel que escogió no enojarse o inquietarse, sino que escogió mirar hacia arriba, mirar hacia adelante hacia el gozo que fue puesto delante Él.
Ese es Cristo. De esa manera respondió a los malvados y malhechores. Mi circunstancia, cuando estoy siendo ofendida o estoy siendo afectada por la maldad de los demás, esto presenta una oportunidad increíble para manifestarle al mundo, a los no creyentes, a los creyentes, a mi familia y a mis compañeros de trabajo. Es una oportunidad para manifestarles a mis amigos lo maravillosamente perfecto y extraordinariamente puro que es el Hijo de Dios.
Cristo está respondiendo en y a través de mi,
- Si me ven confiando en el Señor y haciendo el bien aunque esté rodeada de aquellos que hacen maldad
- Si estoy en mi trabajo y todos los demás están chismeando y yo no
- Si me ven deleitándome en el Señor en vez de dejarme deprimir por mis circunstancias
- Si me ven comprometiendo mis caminos con el Señor en lugar de perder el sueño
- Si me ven quieta ante el Señor en vez de andar frenética o corriendo como una gallina sin cabeza tratando de resolver los problemas del mundo
- Si me ven esperando pacientemente al Señor
Porque eso es sobrenatural. Esto les motivará a levantar su mirada; a mirar hacia arriba.
Y se preguntarán, ¿qué está mirando ella? La pregunta realmente es, ¿a quién está mirando? Entonces sus ojos, sus corazones serán atraídos hacia Cristo, atraídos hacia Dios. Entonces podrán ver hacia adelante. Así es como ilustramos la eternidad en los corazones de las personas.
Es así como forjamos en nuestros hijos un corazón que viva por la eternidad y no para el momento, viéndolos mirando adelante hacia la meta y manteniendo sus ojos en el galardón sin dejarse atrapar por la maldad que nos rodea.
Así que esta es una forma de evangelizar. Es una forma de discipular. Es un medio de ser mentora de otros hacia los caminos de Dios. Es un medio de tener paz mental y de corazón mientras los que nos rodean están perdiendo la suya.
Kim Wagner: Pienso que muchas veces tenemos una ira subyacente sin ni siquiera darnos cuenta. Estoy agradecida de una querida amiga mía por un día que conversamos. Esto fue hace años al encontrarnos en una situación de división en la iglesia donde se estaban formando bandos. Usualmente cuando se forman bandos pensamos que el nuestro es el que está en lo correcto, ya que si no, no estaríamos en ese bando.
Yo vi a mi amiga esforzarse para no pertenecer a ninguno de los bandos y ser mansa. Un día en que estábamos hablando de los asuntos de la iglesia, ella me miró. Esta era una buena amiga. Habíamos pasado por mucho juntas. Me miró con mansedumbre y me dijo: «Kim ¿estás enojada conmigo?» Y esto afligió mi corazón y pensé: «Lo estoy. Estoy enojada con ella».
No me había dado cuenta de que estaba enojada con ella hasta que lo mencionó. Santiago en el capítulo 1 versículo 20 dice: «La ira del hombre no obra para la justicia de Dios». Me di cuenta de que al estar enojada le estaba impidiendo a Dios obrar en esa situación en mi vida. Y debido a mi enojo también podría estar impidiéndole a Dios obrar en su iglesia.
Esto es confrontar en amor. Así que la mansedumbre no es siempre mantenerse en silencio, sino que de forma amable y delicada debemos preguntar de manera que la otra persona considere, «¿estoy cometiendo pecado?»
Nancy: Vamos a cerrar esta sesión leyendo el pasaje que hemos estado estudiando durante estos últimos días, y al hacerlo permitamos al Espíritu de Dios hacer esas preguntas a nuestras consciencias.
Cuando hablamos de la ira, es fácil pensar en personas que conocemos que son iracundas. Quizás la pregunta que Dios desea hacernos es: ¿Estás enojada? Así que vamos a permitir que Dios nos limpie con el agua de Su Espíritu.
Salmo 37, de los versículos 1-11:
«No te irrites a causa de los malhechores; no tengas envidia de los que practican la iniquidad. Porque como la hierba pronto se secarán, y se marchitarán como la hierba verde. Confía en el SEÑOR, y haz el bien; habita en la tierra, y cultiva la fidelidad. Pon tu delicia en el SEÑOR, y Él te dará las peticiones de tu corazón. Encomienda al SEÑOR tu camino, confía en Él, que Él actuará; hará resplandecer tu justicia como la luz, y tu derecho como el mediodía. Confía callado en el SEÑOR y espérale con paciencia; no te irrites a causa del que prospera en su camino, por el hombre que lleva a cabo sus intrigas. Deja la ira y abandona el furor; no te irrites, solo harías lo malo. Porque los malhechores serán exterminados, mas los que esperan en el SEÑOR poseerán la tierra. Un poco más y no existirá el impío; buscarás con cuidado su lugar, pero él no estará allí. Mas los humildes poseerán la tierra, y se deleitarán en abundante prosperidad».
Y los últimos dos versículos, versículos 39 y 40): «Mas la salvación de los justos viene del SEÑOR; Él es su fortaleza en el tiempo de la angustia.El SEÑOR los ayuda y los libra; los libra de los impíos y los salva, porque en Él se refugian».
Annamarie: Los que nos rodean ven nuestras reacciones. Enfrentar la maldad con amor es un gran testimonio delante de ellos. Esto es lo que Nancy DeMoss Wolgemuth y algunas mujeres nos ha estado ayudando a ver.
Este programa concluye la serie titulada, «Un corazón apacible en medio de un mundo turbulento». Nancy regresará para orar con nosotras, pero antes quiero recordarte que cada programa de esta serie —y de series anteriores– están disponibles para ti en todo momento. Encuéntralos en AvivaNuestrosCorazones.com, y si te han bendecido, compártelos con más mujeres y ayúdanos a llamarlas a libertad, plenitud y abundancia en Cristo.
Cuando has sido profundamente herida, es natural cargar con ese dolor por mucho tiempo; pero es sobrenatural perdonar. La próxima semana, asegúrate de acompañarnos para la continuación de nuestro estudio de doce semanas titulado, «En busca de Dios».
Hemos sabido de muchas mujeres que están siguiendo el estudio. Permíteme compartir contigo algo de lo que nos han escrito. Una mujer dijo,
«Bendiciones. Es una gran bendición escuchar este programa. Es mucha bendición para mí que el Padre me haya quebrantado profundamente con esta enseñanza del avivamiento. Muchas gracias».
Y otra mujer nos escribió,
«Qué gran bendición ha sido este estudio bíblico de «En busca de Dios». Tengo que estudiarlo una y otra vez. Confieso que NECESITO UN VERDADERO AVIVAMIENTO EN MI VIDA. El Espíritu Santo me ha confrontado en tantas áreas que tengo que cambiar. Gracias y Dios continúe usándoles PARA LA GLORIA de Dios».
Únete a nosotras la próxima semana, y juntas continuemos buscando a Dios y clamando a Dios por un avivamiento en nuestras vidas, en nuestras familias, en nuestras iglesias y en nuestras naciones.
Ahora cerremos este programa en oración.
Nancy: Oh Padre, oro para que nuestros corazones estén atados a ti, atados a Tu amor, atados a Tu fidelidad, atados a Tu bondad, y que nuestras emociones no sean víctimas de los altibajos y de las buenas y malas acciones de las personas que nos rodean.
Señor, yo sé que hay mujeres escuchándome en sus casas, que viven con personas impías y con personas que hacen cosas que no te agradan. Otras trabajan en lugares donde están rodeadas de impiedad. Así que Señor, guarda nuestros corazones.
Que no seamos como los malvados cuyas obras nos provocan. Que al contrario, seamos provocadas a amarte y a confiar en ti, inclinándonos hacia Ti, mirando hacia arriba y hacia adelante. Que nuestras vidas reflejen a este mundo lo extraordinariamente perfecto que es el Hijo de Dios.
Que nuestras vidas irradien y reflejen el corazón y el Espíritu de Jesús, el Hijo de Dios que dio su vida por los pecadores, que estuvo dispuesto a ser herido para que por sus llagas fuésemos sanadas. Gracias Señor, que Él quiso recibir las heridas, resistir Tu ira, ser la víctima de toda culpa, para poder traernos ante Dios como nuestro Pastor.
Señor te amamos y oramos para que nuestras vidas sean un reflejo de esa faceta de Cristo al mundo. Oro en el nombre de Jesús, amén.
Escudriñando la Escritura juntas, Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.
Todas las Escrituras son tomadas de la Biblia de Las Américas, a menos que se indique lo contrario.
*Ofertas disponibles solo durante la emisión de la temporada de podcast.
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