Valentía para disfrutar la bendición de Dios
Débora: Holly Elliff dice que tu perspectiva del futuro es influenciada en gran manera por las amigas que eliges.
Holly Elliff: Encuentra personas que hablen la verdad a tu vida, que fomenten la esperanza. Creo que la combinación de fe y esperanza en nuestra vida es lo que nos permite llegar a Dios y eso puede ser tan contagioso como el temor que al enemigo le encanta utilizar para hacernos dudar de que Dios es bueno.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 14 de septiembre de 2023.
A través de los episodios que hemos estado viendo en los últimos días, Nancy nos ha estado guiando a través de la historia de Josué. Hoy continuamos hablando acerca de la fe de Josué y Caleb. Estos dos hombres estuvieron listos para marchar hacia la tierra prometida cuando los demás hijos …
Débora: Holly Elliff dice que tu perspectiva del futuro es influenciada en gran manera por las amigas que eliges.
Holly Elliff: Encuentra personas que hablen la verdad a tu vida, que fomenten la esperanza. Creo que la combinación de fe y esperanza en nuestra vida es lo que nos permite llegar a Dios y eso puede ser tan contagioso como el temor que al enemigo le encanta utilizar para hacernos dudar de que Dios es bueno.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 14 de septiembre de 2023.
A través de los episodios que hemos estado viendo en los últimos días, Nancy nos ha estado guiando a través de la historia de Josué. Hoy continuamos hablando acerca de la fe de Josué y Caleb. Estos dos hombres estuvieron listos para marchar hacia la tierra prometida cuando los demás hijos de Israel permanecieron paralizados por el temor.
Dos amigas de Nancy, Kim Wagner y Holly Elliff, quienes son esposas de pastor y han enfrentado muchas situaciones atemorizantes, hablarán hoy con Nancy acerca de avanzar en fe en lugar de temer.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Durante este último año he estado viviendo en este pasaje. Y ha sido muy interesante para mí ver cómo tiene aplicaciones en distintos puntos y etapas de mi vida. Y creo que una de las razones por las que la Escritura pone tanto énfasis en este incidente en la frontera de la tierra prometida es porque tiene tantas aplicaciones para todas nosotras en las distintas etapas de la vida.
Todo este tema del miedo que nos paraliza y que nos impide experimentar lo mejor de Dios, y ¿no es ahí donde tantas mujeres viven gran parte de sus vidas?
Kim Wagner: Sí, creo que es así, creo que exactamente es como tú dices Nancy. Creo que hay muchos miedos ahí afuera gobernando a las mujeres, y en muchos casos ellas ni siquiera se dan cuenta de que están siendo controladas por el miedo y que es el temor lo que les está haciendo intentar manipular y controlar las situaciones a su alrededor.
Eso es lo trágico del temor: Es realmente un reflejo de nosotras tratando de usurpar la autoridad de Dios, Su control. Al hacer esto estamos diciendo: Dios, yo lo puedo hacer mejor, mejor de lo que Tú lo haces, Señor.
Holly: Yo creo que gran parte del tiempo puede ser que solo esperamos que Dios lo haga de una manera diferente. Entonces, cuando la respuesta o la solución de Dios es tan diferente de lo que yo había asumido que Él haría, mi respuesta natural es pensar que Dios no es bueno, o que Él no me ama, o que no me está guiando. Y quizás nuestra expectativa es lo que nos prepara para ese desastre.
Nancy: Es así, creo que todo este asunto de las expectativas es un gran tema, y eso nos lleva de regreso a lo que dijimos en una sesión anterior; ¿qué creían ellos que iban a encontrar en la tierra prometida?
Dios les había dicho, habrá gigantes allí, cananeos, ferezeos e hititas, y todas esas cosas. De alguna manera ellos pasaron por alto eso y debieron haber pensado que entrarían en la tierra sin contratiempos, y que sería suya.
Y esto me hace pensar si nosotras no tenemos expectativas de lo que la vida cristiana debe ser. Bueno, tú sabes, «si tú amas a Dios y haces lo que le agrada y le sirves y lees Su Palabra y vas a la iglesia y haces algunas otras cosas, entonces la vida cristiana va a ser un viaje fácil y gratis».
Y entonces luego, cuando llegan algunas de las circunstancias de la vida que yo sé que algunas de ustedes mujeres han estado atravesando, y otras que conocemos han estado atravesando, con padres ancianos, enfermos, algunos temas con sus hijos, hijos que no están caminando con el Señor, y una vida más ocupada de lo que jamás habrían soñado que sería…
Holly, en tu caso, no hace mucho que tu papá murió y luego tuviste todo ese proceso de mudar a tu mamá… ¡La vida es difícil y es dura!
Y algunas veces creo que tenemos la expectativa de que no va a ser así, que no va a ser difícil, pero con eso lo que estamos haciendo es preparar la plataforma para la desilusión o la frustración cuando nos topamos con algunos gigantes en la vida cristiana.
Holly: Yo he descubierto que aun cuando he permanecido en la Palabra y he tenido mi tiempo con el Señor, hay momentos en que estoy presionada tan fuertemente, que es muy difícil no solo recordar quién es Dios, sino también verlo en medio de esas circunstancias.
Y tú sabes en tu cabeza que Él está todavía allí. Tú sabes que Él es todas esas cosas que dice ser. Pero estás tan solo tratando de respirar en ese momento, y las circunstancias son tan difíciles que es duro recordar todas esas cosas.
Kim: Así es, yo estoy agradecida de que el Señor me lleve a Su Palabra cada día. Yo necesito eso. Necesito Su Palabra desesperadamente.
Porque sé que Dios es bueno. He caminado con Él durante suficiente tiempo como para saber que Él es bueno y Él es fiel. Pero hay momentos en que estás tan presionada que no estás pensando en que Dios no es bueno. ¡Solamente estás pensando en «¡no puedo sobrevivir esto!»
Así que algo que he estado haciendo es trabajando a través de la Biblia, comenzando desde el Antiguo Testamento. He estado escribiendo pasajes que hablan de quién es Dios. Estoy dejando registrada cada enseñanza que encuentro, y manteniendo eso para mí, y hay momentos en que durante el día, cuando golpea una crisis o una lucha, cuando el temor se acerca, tomo ese registro y me digo en voz alta quién es Dios.
Comienzo agradeciéndole que:
- Él es mi Rey, desde tiempos antiguos Él hace obras de liberación en medio de la tierra
- Él es mi escudo fuerte
- Él es mi refugio y mi fortaleza
- Él es el Todopoderoso, Dios el Señor
- Él es mi ayudador
- Él es mi fortaleza
- Él es mi roca y mi salvación
Solo repito esto una y otra vez, dándole gracias. Y le digo, «Padre, yo sé, que Tú obras con liberación, con obras de liberación en la tierra, y sé que Tú deseas trabajar en esta situación, y yo no puedo esperar para ver lo que harás, porque no hay nada imposible para Ti».
Luego hago un recuento de las veces en el pasado en que lo he visto obrar, cuando he visto lo que Él hace, lo que la gente dice que es imposible, cuando lo he visto transformar vidas y sacar individuos del hoyo de la destrucción. Le digo, «Yo confío, Señor, en que lo harás una vez más. Yo sé que estás trabajando. Yo sé que a Ti te importa».
Holly: Yo creo que, a veces, hay momentos en que hay fe al inicio de una crisis, pero cuando las cosas difíciles continúan por un largo período de tiempo, es difícil recordar esas verdades, a menos que estés haciendo lo que recién dijiste, Kim, ir a diario a ese lugar que tiene la verdad para ti, y ese lugar es la Palabra de Dios.
Nancy me dijo una vez, Tú necesitas estar registrando todas estas cosas que te están ocurriendo, porque por varios meses hemos tenido numerosas situaciones ocurriendo –temas de salud con mis padres y con mi nieto que estaba en peligro cuando nació– una cosa tras otra.
Así que me senté en mi computadora un día, y solo comencé sin pensar mucho; comencé una lista de todas las cosas que habían ocurrido. Y tuve que parar de escribir porque era casi abrumador poner esas cosas en blanco y negro, y verlas todas en un solo lugar.
Y yo creo que a veces, si miramos la cantidad de cosas abrumadoras por las que estamos pasando, en lugar de ver lo que Dios nos pide que atravesemos ese día, ese momento entonces se torna abrumador.
Debemos retroceder y decir, «Dios, yo sé quién eres. Yo sé quién eres Tú en este momento. Y yo sé lo que Tú tienes para mí en este momento».
Regresa a esas verdades primarias acerca de quién dice Dios que Él es, de lo que Él dice acerca de Sí mismo y de quién Él será en medio de esas cosas. Yo sí creo que el enemigo ama llevarnos a todos esos «y si…», para generar dudas acerca de si Dios es realmente suficiente para lo que estamos atravesando.
Debemos controlar nuestra mente, nuestro pensamiento y nuestro enfoque, y llevarlos de regreso al hecho de que Dios es quien dice ser, y que Él tiene lo que necesitamos para poder levantarnos la próxima mañana y tomar aliento y poner nuestros pies en el piso y confiar en Él para ese día.
Nancy: Así es, pero tú puedes ver cómo sucede lo contrario, la progresión opuesta, cuando regresas a Josué y a los israelitas. Al regresar los doce espías, ellos informaron acerca de la tierra y dijeron: «Es buena la tierra, pero hay gigantes. Hay ciudades fortificadas. La gente ahí es grande. Son fuertes. Y hay muchos enemigos» (ver Núm. 13:28-31).
Antes de abundar sobre esto, Dios no les iba a pedir que entraran y conquistaran todos esos enemigos de una vez. Sería una ciudad a la vez, una batalla a la vez y Dios les daría la gracia para un día a la vez.
Pero los espías no pensaron de esa manera. Ellos no apuntaron hacia ahí.
Ellos hicieron una lista de todas las cosas negativas que podrían ocurrir, incitando el temor en los corazones del pueblo. Y aparentemente esto trajo como consecuencia que las personas comenzaran a hablar entre sí, porque Caleb las tuvo que detener y que silenciar.
Y es sorprendente cómo el temor puede transmitirse a través de nosotras. Es un asunto de la mente.
Comienza a formarse como una bola de nieve. Bueno, si esto ocurre, entonces esto otro ocurrirá, y luego eso va a ocurrir y luego esto ocurrirá, y todos estaremos muertos.
Y antes de que nos demos cuenta estamos acusando a Dios. Él nos ha traído aquí para matarnos. Sería mejor si regresáramos a Egipto» (ver Núm. 14:2-4). ¿Y no nos hace irracionales el temor?
Kim: Claro que sí, yo creo que ese es un buen punto también, porque la multitud comenzó a incitar al temor entre ellos mismos.
Nancy: Sí, ellos mismos lo alimentaron.
Kim: Pero creo que también lo contrario puede ocurrir.
Holly: Exactamente.
Kim: Para aquellas mujeres que están luchando ahora, que están en una iglesia local, yo quiero que piensen: ¿Hay mujeres ahora mismo a tu alrededor que estén luchando, que están atravesando por un tiempo difícil, y que quizás necesitan escuchar una palabra de ánimo, de aliento, de fe y de verdad necesitan saber quién es Dios?
Quiero compartir que, en los últimos meses, yo atravesaba por una situación difícil. No les puedo contar cuánto ha significado para mí el recibir una pequeña tarjeta en el correo o una notita de las Escrituras a través de una hermana. Ministra a tus hermanas de esta manera, ministra a tus hermanas en Cristo, ministra a alguien que esté luchando ahora mismo al lado tuyo.
Holly: Yo creo que a veces no lo hacemos porque pensamos que no sabremos que decir que les pueda ayudar. También creo que las mujeres no necesariamente necesitan la solución. Ellas solo necesitan ser recordadas de la verdad, que les recuerdes la Palabra de Dios.
Kim: Así es.Recuerdo que tenía una mujer en mi iglesia que me envió una pequeña tarjetita, y en ella escribió un pasaje, era 1 Pedro 5:7. Ella dijo, sentí que debía enviarte este pasaje porque, sentí que el Señor lo tenía para ti, porque Él tiene cuidado de ti.
El domingo, luego de haberlo leído, me acerqué a ella, la abracé y le agradecí tanto por esta tarjeta. Y ella me dijo, «oh, yo me sentí un poco rara enviándote esto. Porque tú conoces las Escrituras, y yo me sentía como, ¿qué te puedo decir? Tú eres la esposa de mi pastor».
Pero yo le dije, «Ruth Anne, ese día que recibí la tarjeta fue el día en que en mi tiempo devocional había leído 1 Pedro 5:7, en el libro devocional de Charles Spurgeon, de Lecturas Matutinas. Ese devocional me había ministrado tanto, que yo había hecho una copia para mí –que guardo en mi Biblia– y tú justamente me enviaste la tarjeta ese mismo día con el mismo pasaje. Para mí eso fue una confirmación de que Dios estaba trabajando en mi vida, y que Él sí tiene cuidado de mí».
Nancy: Y estoy pensando en una noche particularmente oscura, en el proceso en que andaba divagando con las dudas que compartí antes en esta serie. Y estaba al teléfono hablando acerca de eso con una amiga que ora por mí, y que oró por mí esa noche.
Y al día siguiente, recibí un correo electrónico de otra amiga intercesora, y ella había sido parte del tema que estábamos hablando. El correo decía: «Yo realmente creo que el enemigo te tiene creyendo muchas mentiras ahora mismo. No sé qué más puedo hacer en este momento. Si pudiera hacer algo más, lo haría, pero una cosa que sé que te ministrará gracia, es hablar algunas palabras de verdad».
Y esa amiga me escribió: «Aquí hay algunas cosas que tú ya sabes, pero que quiero que recuerdes». Y había uno, dos, tres, cuatro, cinco, quizá seis cosas, solo verdades básicas acerca del propósito de Dios, del corazón de Dios, del plan de Dios, y del llamado de Dios en mi vida.
Y ese fue un regalo inmenso para mí, en medio de toda mi vacilación y mi divagar y mis dudas, el poder aconsejar mi corazón con la verdad. Y Dios usó además otro miembro del cuerpo de Cristo para hablar esa verdad a mi corazón.
Estoy segura de que esa persona puede haber pensado, «bueno es que ya Nancy sabe eso. ¿Para qué decírselo?»
Pero yo necesitaba que se me recordara lo que ya sabía que era verdad, para poder aconsejar mi corazón de acuerdo con la verdad. Y así fue. Dios lo usó para darme mucho ánimo y para darme gracia.
Y mantuve ese correo impreso conmigo por algún tiempo y regresaba a él para leerlo mientras atravesaba por esos tiempos oscuros.
Kim: Así es, de eso es de lo que 2 Corintios habla, de caminar a través de tiempos de tristeza para poder luego consolar a otros con el consuelo que ya hemos recibido. (Ver 2 Cor. 1:3-4).
Nancy, yo sé que puedes devolver eso también. Tú fuiste ministrada por esa persona que te habló verdad a ti, y tú me has hablado verdad en estos últimos meses.
Holly me ha hablado la verdad. Yo estoy tratando de pasar esa verdad a otros.
Esa es la hermosura del cuerpo de Cristo y de cómo Dios está trabajando. Así como el miedo puede alimentarse en una situación de grupo, yo creo que también la fe es lo que Dios quiere que alimentemos en la vida unas de las otras.
Holly: Y elegir tener fe es contagioso, así como el temor lo es. Y si te rodeas de voces que te digan lo opuesto a lo que dice la verdad de la Palabra de Dios, te será muy, pero muy difícil, muy difícil escuchar la verdad.
Pero si te sumerges en la Palabra de Dios, permites que las personas hablen la verdad a tu vida, que te guíen hacia la verdad.
Débora: Holly Elliff ha estado conversando con Nancy DeMoss Wolgemuth y Kim Wagner acerca de los peligros del temor y el poder de la fe en Dios. Ellas tres han estado hablando acerca de cómo podemos aplicar de manera práctica lo que hemos estado aprendiendo acerca de la vida de Josué en la serie, Confía en Dios para entrar a la tierra prometida.
Cuando Nancy estaba enseñando esta serie a un grupo de mujeres, le hizo una pregunta a Holly –una pregunta muy personal y práctica acerca de la fe y sus hijos. Otras mujeres también compartieron con nosotras acerca de aquello que les da temor. Aquí está Nancy para introducir esa conversación.
Nancy: Holly, tú tenías cuatro hijos en un punto, y pensabas que quizás eso era lo que Dios tenía en mente para ti y que estaba bien, tú lo podías manejar. Pero luego el Señor como que sacudió tu mundo precisamente en ese punto y te llevó a un lugar de fe al que no estabas pensando necesariamente que querías ir.
Holly: Sí, Dios lo hizo, y fue un gran pasó de fe para mí. Y para mi esposo, pero fue más fácil para él.
Nancy: Claro porque él no era el que tenía los chicos.
Holly: Bueno, lo que pasa es que él es simplemente rápido para llegar a la fe. Quiero decir, es más fácil para él que para mí, porque yo quiero moverme de A a B a C y tú sabes dónde está la Z. Pero Dios muchas veces no nos dice eso.
Así que para mí fue un verdadero paso de fe, solo dejar esta área al Señor y luego confiar en Él, y continuar confiando en Él mientras Él continuaba dándonos niños. Yo tenía cuarenta y tres años cuando tuve el último.
Así que cuando llevé a mi primer hijo a la universidad, estaba embarazada de ocho meses y medio. Fue una experiencia interesante ser la única madre ahí que todavía estaba teniendo bebés.
Así que continuar confiando en el Señor año tras año, tras año, dejar todo en Sus manos y elegir continuamente la fe en lugar del miedo…
Nancy: Pero has visto al Señor hacerse presente y has podido manejar áreas en las que sentías que no podías –llevarte más allá de tu zona de comodidad, más allá de eso que creías que podías manejar. ¿Y no es eso parte de todo el punto de la fe?
Queremos estar en un lugar en el que lo podamos manejar con seguridad, en el que podemos ver el resultado, y podemos ver los pasos y podemos controlarlo todo. Pero, lo que no proviene de fe es pecado y Dios nos quiere llevar a un lugar en el que sepamos que no lo podemos hacer sin Él.
Y en el caso de Holly –y en el caso de cualquier madre– tener más hijos es algo que te presiona, ¿no es eso cierto?
Holly: Sí, es cierto Nancy.
Nancy:Y te lleva a un lugar donde sabes que no puedes hacerlo sin Dios.
Holly: Yo creo que lo que ocurre muchas veces, es que entre más seas puesta en una posición en la que necesites a Dios, más fácil es que se convierta en un estilo de vida.
Cuando estás siempre en una posición en la que debes caminar en fe, luego se transforma literalmente en la manera en que debes vivir. Y eso es bueno.
Yo me despierto cada mañana muy, muy consciente de que no puedo vivir el día que Dios me ha dado sin estar con Él, confiando en Él para ese día. Así que se transforma en un estilo de vida de fe, y se torna un poco más fácil de reconocer cuando llega el temor, porque todavía eso ocurre.
Siempre es una aventura de fe. Pero se transforma en un estilo de vida a veces. Para algunas de nosotras, Dios nos mantiene ahí; y yo creo que soy tan testaruda que Él sabía que Él necesitaba mantenerme ahí.
Mujer 1: Yo lucho con muchos temores. Pero creo que mi mayor temor es en cuanto a mis hijos. Me hago preguntas como…Y si no entregan su vida al Señor. Qué decisiones tomarán en un futuro a medida que vayan creciendo y los veo volverse más independientes. Me preocupa que tengan un accidente, que se enfermen, que alguien les haga daño cuando los dejo en algún lugar sin mí.
Si alguna vez se murieran…entonces encuentro que soy más propensa a temer en las noches, cuando todo ya está oscuro y el día se ha terminado, y mi imaginación empieza a correr. Le doy muchas gracias a Dios por el hecho de conocerle porque eso hace toda la diferencia con mi temor. En Su gracia mi primera batalla es con ponerle un freno a mis pensamientos y entonces hago el ejercicio de traer textos bíblicos que he memorizado con intencionalidad para luchar con el temor.
Textos como: «No temas porque yo estoy contigo» o «el Señor es mi luz y mi salvación, de quién he temeré», «aunque un ejército acampe contra mí, no temerá mi corazón»; concentrarme en pensar «todo lo bueno, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es verdadero», porque mis temores no son verdaderos, están basados en algo en el futuro que yo me estoy imaginando, pero que no ha llegado, y entonces lo que hago es dejar de escuchar a mis pensamientos y hablarle a mi corazón. Y pensar en el carácter de Dios, cómo Dios está en control. No soy yo la que está en control ni puedo…ni mi preocupación va a hacer ninguna diferencia. Cómo Él es bueno, cómo Él ama a mis hijos más que yo. Y como mis hijos le pertenecen.
Me ayuda mucho cantar himnos también en momentos en que estoy siendo tentada a temer y a preocuparme y estoy muy agradecida de Dios por las muchas armas que Él me da, que son poderosas en Él, para poder derribar todo argumento que se levanta en mi mente y me lleve a temer acerca del futuro. Él es bueno y poderoso, y aun en la debilidad de mi temor, Dios es bueno porque me muestra mi necesidad de Él.
Mujer 2: Bueno, eh…para mí lo que es mi mayor temor, es que de alguna manera, en algún momento en mi vida, llegue una situación que me haga apartarme del Señor. Ya sea porque mi corazón sea atraído por las luces de este mundo, como se dice de Demas, o porque a mí venga una prueba. De igual manera, también el hecho de que a mi vida pueda venir un fuego de la prueba que vaya más allá de lo que yo pienso que puedo resistir. Aunque la Palabra de Dios dice que no es así, que nunca nos da más de lo que nosotros podemos sobrellevar.
Y básicamente ese es mi temor porque muchas veces lo que hago es mirar mi propio pecado, mirar mi propia debilidad, ver cómo mi corazón se enreda tan fácilmente buscando ídolos y me sorprendo a mí misma muchas veces cómo me voy apartando, me voy poniendo apática con las cosas del Señor.
Al mismo tiempo la Palabra de Dios me dice que no debo poner los ojos en mí misma, sino que yo tengo que poner todo el tiempo mis ojos en Cristo. Según Romanos 8:28 nada me puede separar de Su amor. Aun la propia dureza de mi corazón, aun mis pecados no pueden hacer eso. Así como ellos no hicieron…no fueron mis pecados un estorbo para que Él me amara, no pudieron ser tampoco un estorbo para apartarme de Él ahora. Y ese es el tipo de pasaje y meditar en ellos que realmente animan mi corazón y me ayudan a luchar contra ese temor. Y yo entiendo que lo más valioso que yo tengo es el Señor, y Su Palabra ha prometido que Él va a estar conmigo todos los días hasta el fin del mundo.
Débora: El temor es real. Algunas mujeres de nuestra audiencia han compartido acerca de los temores que las tientan; pero también hemos visto que la fe en Dios es más poderosa. Y la Biblia dice: «La fe viene por el oír, y el oír por la Palabra de Dios» (Rom. 10:17 RV60).
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