
Valentía bajo control: la masculinidad de Cristo
Débora: Hoy Nancy DeMoss Wolgemuth tiene algo que admitir.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Confieso que antes de esta serie no había pensado mucho en el tema del que estaremos hablando hoy. De hecho, hoy estuve tentada de traer a un profesor invitado y cuando les diga cuál es el tema, sabrán por qué.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, autora de «Incomparable», en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 20 de marzo de 2025.
Es importante que en la temporada previa al Domingo de Resurrección, nos centremos en Cristo. La serie de enseñanzas en la que estamos actualmente, forma la base del nuevo devocional de Nancy titulado Incomparable: 50 días con Jesús. Si aún no has adquirido «Incomparable», el nuevo libro de Nancy, puedes obtenerlo visitando avivanuestroscorazones.com.
Ahora bien, ¿qué tema de este libro hizo que Nancy quisiera tener a un invitado para …
Débora: Hoy Nancy DeMoss Wolgemuth tiene algo que admitir.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Confieso que antes de esta serie no había pensado mucho en el tema del que estaremos hablando hoy. De hecho, hoy estuve tentada de traer a un profesor invitado y cuando les diga cuál es el tema, sabrán por qué.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, autora de «Incomparable», en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 20 de marzo de 2025.
Es importante que en la temporada previa al Domingo de Resurrección, nos centremos en Cristo. La serie de enseñanzas en la que estamos actualmente, forma la base del nuevo devocional de Nancy titulado Incomparable: 50 días con Jesús. Si aún no has adquirido «Incomparable», el nuevo libro de Nancy, puedes obtenerlo visitando avivanuestroscorazones.com.
Ahora bien, ¿qué tema de este libro hizo que Nancy quisiera tener a un invitado para enseñarlo?
Nancy: Llegamos a un capítulo del libro titulado «La hombría de Cristo». Una de las cosas que aprendí al estudiar este capítulo, este tema, es que siempre he sabido que es un desafío ser una mujer verdadera, pero al estudiar esto, me di cuenta de que ser un hombre de verdad no es menos desafiante. Jesús, por supuesto, es el hombre verdadero.
Desafortunadamente, el concepto en nuestra cultura de lo que significa ser un hombre, ser varonil, ha sido realmente confuso. Ha sido realmente distorsionado. Me refiero a ¿qué es un hombre verdadero? ¿Qué es un verdadero hombre?
- ¿Es alguien distante, machista, un pistolero al estilo John Wayne?
- ¿O es Rambo, el guerrero supremo, pero solitario? ¿Es eso lo que significa ser un hombre verdadero?
- ¿Es alguien autoritario, arrogante y controlador?
- ¿Es un hombre «salvaje de corazón»?
- ¿O es un hombre, un Tom Hanks, tierno, sensible y afectuoso?
¿Qué es un hombre verdadero?
Bueno Richard Phillips ha escrito un libro llamado El Mandato Masculino y él dice: «La masculinidad moderna se ha centrado en que los hombres se comporten siempre como niños pequeños, sirviéndose a sí mismos en nombre del autodescubrimiento».
Bueno y tenemos que mirar a Jesús para ver la imagen de la verdadera hombría. Y eso nos plantea la pregunta: ¿Qué clase de hombre era Él? Desafortunadamente, las cosas que moldean nuestra visión de Jesús no siempre son precisas o equilibradas. Obtenemos gran parte de nuestra visión de Jesús de otros lugares, además de las Escrituras.
Tomemos como ejemplo los cuadros, las pinturas. A menudo ves a este personaje debilucho y que da hasta lástima. Y el concepto se ve reforzado por frases como «Jesús: gentil, manso y apacible». Vemos ese énfasis en la persona de Cristo que a veces lo castra, sin querer sonar irreverente.
Lo que quiero decir con esto es que queremos:
- Un Dios que podemos controlar, uno que podemos manejar, aprovechar y vivir cómodamente con él.
- Queremos un Dios con quien estamos a salvo.
- Un Dios que lo tolera todo y cualquier cosa.
- Un Dios que nos acepta tal como somos, que aprueba todo lo que hacemos.
- Un Dios que nunca nos desafía, nos confronta o nos cambia.
- Un Dios que nunca nos sacude.
La imagen bíblica de Cristo no es esa clase de Dios. Él no es ese tipo de hombre.
En el episodio de ayer hablamos de la humanidad de Cristo. Su humanidad es algo que Él tuvo en común con todos nosotros como hombres y mujeres. Mientras Jesús obedecía al Padre y resistía la tentación, Él estaba modelando cualidades que deberían ser ciertas para todos los creyentes, ya sean hombres o mujeres.
Pero Él exhibió esa obediencia humana como hombre, como varón, no como una mujer o como un ser andrógino y asexuado. Su género era masculino, y eso no fue un aspecto arbitrario de Su encarnación.
Quizás nunca antes hayas pensado en esto, pero Dios no lanzó una moneda en el cielo para decidir si Jesús debía nacer como hombre o como mujer. El género masculino de Jesús es una parte necesaria y significativa del plan redentor de Dios. Ahora, eso podría ser toda un episodio por sí solo, y no voy a entrar en eso. Pero hay muchas razones bíblicas para apoyar este punto, el punto de que Jesús tenía que ser un varón.
Déjame darte una, profeta, sacerdote y rey. Los tres oficios tipificados en el Antiguo Testamento que Jesús cumple en el Nuevo, la mayoría de los profetas del Antiguo Testamento eran hombres, todos los sacerdotes y todos los reyes eran hombres, y Cristo que cumple con esos tres oficios. Él tenía que ser hombre, por esa y muchas otras razones.
Pero este es el punto que quiero resaltar en esta sesión, y es que Cristo vivió Su humanidad de maneras que son comunes a todos nosotros, pero también vivió Su humanidad de maneras distintivamente masculinas. Él reveló la piedad como hombre. No solo era el ser humano perfecto; Él también era el Varón perfecto y, como tal, proporciona el modelo perfecto para los hombres.
Jesús muestra el modelo perfecto para los hombres.
Ahora, como dije, no había pensado mucho en este tema antes, y he estado lidiando con él en las últimas semanas, con la hombría de Cristo. ¿Qué significa eso? ¿Y cuál es el «¿y entonces qué?», de todo esto? Todavía estoy descubriendo y explorando todo esto. Pero permítanme compartir con ustedes algunas cosas que me han llamado la atención mientras reflexionaba sobre este tema.
Me hice la pregunta: «¿Cómo ejemplifica Jesús la masculinidad perfecta? ¿Cómo Él cumple el papel masculino?» Bueno, lo hace de varias maneras.
En primer lugar, en los Evangelios, cuando miras a Jesús moviéndose y operando, puedes ver su masculinidad gentil en la forma en que protegió, sirvió e invirtió en las mujeres que lo rodeaban. Esto era algo poco común en esa época. Las mujeres a menudo eran consideradas como una propiedad. Sin embargo, ves a Jesús brindándoles atención, proveyendo, protegiéndolas, siendo un caballero, por así decirlo, con las mujeres.
Y ves a Jesús como un hombre que no se comporta extraño con las mujeres a su alrededor. Ahora, aunque Él nunca se casó, lo vemos capaz de tener compañerismo y amistad con las mujeres de una manera que no era incómoda. Él era el hombre perfecto.
Lo ves sin temor de invertir en relaciones donde otros se apresuraban a buscar escándalo. Los rabinos de la época de Jesús no habrían entablado conversación con esa mujer junto al pozo, con una mujer de mala reputación. Pero Jesús lo hizo. Él no se sentía incómodo con eso. Él no tuvo miedo de entablar una conversación con esa mujer, de presentarle su necesidad de un Salvador, aunque otras personas podrían haberlo criticado.
Vemos a Jesús como hombre modelando un equilibrio perfecto entre fortaleza y ternura. Y permítanme darles un par de ejemplos que aparecen, curiosamente, en el Antiguo Testamento. Hay dos profecías en Isaías que son profecías sobre el Mesías que se cumplieron en Cristo. Estos ejemplos muestran ese equilibrio de fortaleza y ternura.
Vemos en Isaías capítulo 40, en el versículo 10, que dice:
«Miren, el Señor Dios vendrá con poder,
Y su brazo gobernará por Él.
Con Él está su galardón,
Y su recompensa delante de Él».
Así que aquí tenemos un Dios de fuerza, de fortaleza y poder que gobierna, que dirige, que juzga, que imparte juicio. Esa es una imagen del Mesías, una imagen de Cristo.
Pero luego, en el siguiente versículo, el versículo 11 de ahí mismo en Isaías 40, dice que Él cuida como pastor su rebaño:
«Como pastor apacentará Su rebaño,en Su brazo recogerá los corderos,
y en Su seno los llevará;
guiará con cuidado a las recién paridas».
¿Ves la ternura y la fuerza ahí? En una sola persona, el hombre perfecto.
Vemos otro ejemplo en Isaías capítulo 42, que se cita en capítulo 12 del Evangelio de Mateo y se aplica a Cristo. Por lo que sabemos, esta es una profecía acerca de Cristo. Vemos en este pasaje que Jesús sabía cuándo era apropiado hablar con gentileza y con ternura y vendar las heridas de las personas. En Isaías 42, en el versículo 1 dice:
«Este es mi siervo, a quien Yo sostengo,
mi escogido, en quien mi alma se complace.
He puesto mi Espíritu sobre él;
Él traerá justicia a las naciones.
No clamará ni alzará su voz,
ni hará oír su voz en la calle.
No quebrará la caña cascada,
ni apagará la mecha que casi no arde» (vv. 1-3)
Él es un Salvador gentil. No va a gritar cuando es el momento de susurrar. Pero también supo cuándo era apropiado alzar la voz y mostrar la ira de Dios contra el pecado. Volvamos a Isaías capítulo 42, ahora al versículo 13:
«El Señor como guerrero saldrá,
Como hombre de guerra despertará Su celo.
Gritará, sí, lanzará un grito de guerra,
[Este es el mismo de quien se decía anteriormente que no alzaría su voz en la calle, y ahora está gritando en voz alta].
contra sus enemigos prevalecerá».
El hombre perfecto sabe cuándo susurrar, sabe cuándo gritar, sabe cuándo impartir misericordia, sabe cuándo juzgar. La misericordia y la verdad se han encontrado en Cristo, el hombre perfecto.
Vayamos a un pasaje del Nuevo Testamento en el que no había pensado antes en este contexto, pero creo que nos dice mucho acerca de Cristo como hombre, acerca de Su masculinidad. En 1.ª Corintios capítulo 16, si tienes una Biblia y quieres ir allí, voy a ver dos versículos que pintan un cuadro de la masculinidad de Cristo.
Déjame darte un poco de contexto aquí. Pablo en este capítulo está dando instrucciones a los ancianos de la iglesia de Corinto, quienes le han escrito con preguntas. Y él se refiere a estos ancianos como «hermanos» en los versículos 12 y 15.
Ahora, entre esos versículos, en los versículos 13 y 14, él les da cinco exhortaciones. Esos son los dos versículos que quiero ver, en 1.ª Corintios 16, los versículos 13 y 14, porque creo que estos versículos dan una idea de las cualidades del carácter que, si bien no son exclusivamente masculinas, describen cómo debería ser el liderazgo masculino piadoso. Ahora, en este programa les hablamos a las mujeres; no estoy enseñando a los hombres. Aunque sé que tenemos algunos hombres que escuchan y ocasionalmente escriben y me lo recuerdan, pero estoy enseñando a las mujeres. Si los hombres quieren escuchar, bueno, es cosa suya.
Pero damas, es importante que sepamos, mientras oramos para que Dios levante un liderazgo masculino piadoso, ¿por qué es que estamos orando? ¿Qué tipo de cualidades le estamos pidiendo a Dios que ponga en nuestros pastores, esposos, hombres y líderes espirituales? Sobre todo, para los propósitos de este programa, quiero que vean cómo estas cualidades están perfectamente modeladas en Cristo, en la masculinidad de Cristo. Dice ese versículo, los versículos 13 y 14:
«Estén alerta, permanezcan firmes en la fe, pórtense varonilmente, [Si tienes la NVI, dice “sean valientes”], sean fuertes. Todas sus cosas sean hechas con amor».
Un comentarista de este pasaje ha señalado que las primeras cuatro de estas cinco exhortaciones, las que se encuentran en el versículo 13, son términos militares. Veamos cada uno de esos términos y lo que significan, y al hacerlo, verás que esto es algo que Cristo modela.
Número uno: estén alerta. Es el concepto de permanecer despierto, estar atento, estar alerta, vigilante. Es la idea de un centinela destinado a proteger un campamento militar. Tiene que estar continuamente en guardia. Tiene que tener cuidado con el peligro, tener cuidado con el enemigo. Ahora bien, en cierto sentido todo esto se aplica también a las mujeres, pero creo que muestra particularmente las características del liderazgo masculino piadoso. La vigilancia es estar en guardia en relación con el peligro, la tentación y el mal.
Pablo les está diciendo a los hombres: «Deben estar en guardia; tienen que estar atentos a su propia alma, como hombres, y también tienen que estar atentos a las almas de los demás, para que un enemigo no entre mientras todos están durmiendo y cause estragos».
Tu marido, si estás casada, tiene la enorme responsabilidad de estar alerta por su familia, de asegurarse de que el enemigo no entre en la familia a través de los medios de comunicación, de la cultura, de los programas de televisión o las películas que podrían llevarlos en direcciones distintas al camino de Dios. Tiene que estar atento a las estratagemas sutiles del maligno. Él es responsable de defender a quienes están bajo su cuidado.
¿Y qué pastor es más responsable que Cristo, el Dios/hombre? Estén atentos.
Número dos: permanezcan firmes en la fe. Este es el concepto de aferrarse firmemente a la verdad, sin dejarse llevar por los vientos de doctrina, las modas pasajeras y las falsas enseñanzas. Y, nuevamente, nosotras, como mujeres, enseñamos en este ministerio sobre la importancia del discernimiento, sobre permanecer firmes en la fe.
Pero se necesitan hombres piadosos que se mantengan firmes en la verdad. Que sepan cuál es la verdad y planten sus pies y sus corazones firmemente en la verdad y permanezcan allí. Que no se muevan sin importar quién venga y les dé alguna enseñanza o enfoque novedoso. Que estén firmemente arraigados en la verdad. «Estén alerta; permanezcan firmes en la fe».
Número tres: Pórtense varonilmente. Ahora, esta es la única vez que esa palabra (es una palabra que está en el idioma griego) se usa en el Nuevo Testamento. Sin embargo, en la versión griega del Antiguo Testamento, esta palabra (que se encuentra solo una vez en el Nuevo Testamento) se usa muchas veces, y todas las veces se traduce «sé fuerte y valiente». Eso es actuar como un hombre, ser fuerte, ser valiente.
Y Dirás: «¿Eso significa que las mujeres no deberían ser valientes y fuertes?» No, pero sí significa que hay un llamado específico al corazón de los hombres a ser valientes y fuertes. Un comentarista dijo: «Significa comportarse con valentía». ¡Sé un hombre! Sé audaz; sé valiente; sean valientes por la verdad y no cobardes. Actúen como hombres. Pablo les dice esto a los líderes espirituales de su época, a los ancianos, sean fuertes, sean valientes. No sean tímidos ni cobardes.
Nuevamente, ¿quién modela esto mejor que Cristo? ¿Cuán valiente fue Él para enfrentarse a la marea de los fariseos? No temía a los fariseos. Eran los líderes indiscutibles y los hombres respetados de su época, pero Jesús no se doblegó ante ellos. Actuó como un hombre. Cuando supo la verdad, la que siempre supo, la defendió. Él la defendió. Él fue valiente. «Estén alerta, permanezcan firmes en la fe, pórtense varonilmente».
Número cuatro: sean fuertes, firmes, seguros, constantes.Alguien que es fuerte no huye cuando lo atacan. Sigue adelante. Vemos a Jesús avanzando hacia Jerusalén, incluso cuando los discípulos le decían: «Oh, no puedes permitir que eso te suceda».
Jesús les dijo: «Me van a arrestar; voy a ser juzgado; voy a ser crucificado; voy a morir».
Y sus mejores amigos, sus discípulos, le dijeron: «Oh, no, no, no, Jesús. No dejes que esto te suceda».
Jesús era fuerte. Puso Su rostro como una roca hacia Jerusalén, el lugar donde sabía que sufriría, el lugar donde sabía que sería abusado y maltratado, porque sabía que ese era el plan y la voluntad de Su Padre celestial. Era fuerte, firme, seguro. ¡Cristo fue un gran hombre, sin igual!
Entonces tenemos estos cuatro términos militares: «Estén alerta, permanezcan firmes en la fe, pórtense varonilmente, sean fuertes». Y luego tenemos en el versículo 14 de Primera a los Corintios capítulo 16, una exhortación final, que une todas estas exhortaciones. Dice: «Todas sus cosas sean hechas con amor».
Eso tiene que ver con el motivo y la manera de actuar como un hombre, ser valiente. Este no es un hombre que simplemente se lanza hacia adelante, atropellando a la gente en su camino, causando estragos, siendo dominante, controlador. No. Este es un hombre que está haciendo todas esas cosas: estar alerta, manteniéndose firme, actuando como un hombre, siendo fuerte; todo lo está haciendo con amor. Ese es su motivo. Esa es su manera. No es para obtener ganancias egoístas. No daña ni controla a los demás. Lo hace por amor.
Podemos ver esto en las relaciones de Cristo tanto con los hombres como con las mujeres. Siempre buscaba el interés de los demás, nunca actuaba de manera inapropiada, nunca hablaba con dureza, a menos que la dureza fuera necesaria como medio de amor para derribar los corazones orgullosos de aquellos que se resistían. El hombre perfecto, el hombre verdadero, todo se ve en Cristo.
Ahora, no solo en Su venida terrenal Cristo se comportó de manera varonil como un verdadero hombre, sino que aún hoy Cristo nos da un modelo para la verdadera masculinidad. Recuerda que dijimos que Él todavía está en ese cuerpo, ese cuerpo humano, exaltado en el cielo. Él nos da el modelo del cielo para la verdadera masculinidad como Salvador, como Cabeza, como Esposo de Su Iglesia.
¿Y cómo lo hace? Permítanme enumerar algunas formas:
- Él toma la iniciativa de ir tras Su Novia, cortejándola y ganándose su corazón. Dios está haciendo eso en algunos de sus corazones ahora mismo, mientras escuchan: Él está atrayendo tu corazón a Cristo. Es la iniciativa de Cristo la que está haciendo eso.
- Él también demuestra Su masculinidad en ese amor extraordinario, desinteresado y sacrificial al dar su vida por la Iglesia. Él nos ha mostrado ese amor en la cruz, en Su muerte sacrificial por nosotros.
- Él demuestra coraje y audacia al proteger a Su Novia. Como el segundo Adán, interviene para revertir los efectos del fracaso del primer Adán de proteger y proporcionar liderazgo espiritual a la mujer.
Hemos oído hablar mucho sobre hombres pasivos. La pasividad fue uno de los primeros pecados de Adán. Él no intervino. Él no dio un paso al frente. No protegió a la mujer. Ahora, eso no quiere decir que la mujer no sea responsable también. Ambos fueron responsables.
Pero vemos este intercambio de roles donde Eva toma la iniciativa, Adán es pasivo y se mantiene al margen y deja que todo suceda. Cristo revirtió eso. Él interviene para revertir los efectos del fracaso de Adán. Él es un hombre verdadero. Así Él guía a Su Novia. «Él [nos] guía por sendas de justicia por amor de su nombre» (Salmo 23:3). ¡Qué hombre! ¿Puedo escuchar un amén?
Él es fiel en proveer para ella. Hemos oído hablar de padres y hombres irresponsables que no mantienen a sus hijos. Han abandonado a sus esposas, a sus hijos. Es cierto que hoy en día hay madres que también hacen esto, pero los hombres se llevan la culpa. A veces está justificado, pero Cristo nunca tendrá esa culpa, porque Él nunca abandona a aquellos a quienes está llamado a cuidar.
- Él asume también la responsabilidad activa de la limpieza y santificación de Su Novia. Él está buscando activamente nuestra santidad. Él es un líder. Él es un hombre.
- Él es un guerrero y un libertador mientras libra la guerra a nuestro favor para rescatarnos del pecado y la esclavitud, para vencer a Satanás y a la carne y, en última instancia, al sistema de este mundo. ¡Qué hombre!
- Lo vemos como el Rey conquistador que un día regresará por Su Novia, victorioso sobre todo enemigo, para reinar como el Señor soberano del universo por los siglos de los siglos.
Ahora, como solemos decir: ese es el «qué». Pero cómo aplicamos el «¿y entonces qué?», de la masculinidad de Cristo. ¿Cuál es la aplicación para nosotras? Somos mujeres. Estoy hablando con mujeres. ¿Cuál es la aplicación de todo esto para nosotras?
Bueno, algunas mujeres dirían: «Sí, debemos señalar las cosas que los hombres no están haciendo bien porque no están siendo como Jesús». No. Esa no es la aplicación. No es la aplicación para nosotras.
Para nosotras como mujeres, número uno: debemos saber que Cristo es el único Hombre perfecto que jamás haya existido, ¡así que no esperes que otros hombres sean lo que solo Cristo es! Nos exponemos a la desilusión cuando esperamos que alguien, hombre o mujer, sea lo que solo Cristo puede ser.
Número dos: como mujer, es posible que hayas tenido algunas experiencias no muy buenas. Como una carta que recibí de una mujer hablando de las experiencias que la hicieron desconfiar de los hombres. Es posible que un padre, un novio o un esposo te haya lastimado mucho. ¿Puedo decirte: «Mira a Cristo»? Él nunca te hará daño. Él nunca te abandonará. Él nunca te fallará. En Él tienes una imagen de como debió haber sido la verdadera masculinidad y de lo que, por la gracia de Dios, puede ser así en los hombres que siguen a Cristo.
Eso me lleva a este punto: es importante para nosotras como mujeres afirmar y fomentar la masculinidad en los hombres. No intentes feminizarlos. El objetivo no es que se parezcan más a nosotras. La meta es que se parezcan más a Jesús. Por eso debemos orar para que nuestros hermanos cristianos sean conformados a la imagen de Cristo, al igual que oramos por nosotras mismas.
Permítanme dejarlas con un pensamiento más sobre la masculinidad de Cristo, un pensamiento que está en Juan capítulo 4 cuando vemos a esta mujer samaritana, la mujer junto al pozo. Después que ella encuentra a Cristo, Él indaga en su vida y se da a conocer como el único que puede satisfacer sus necesidades. Y la Escritura dice que:
«Entonces la mujer dejó su cántaro de agua [allí junto al pozo] y se fue al pueblo y dijo a la gente: “Vengan, vean a un hombre que me ha dicho todo lo que yo he hecho”».
Esta es la mujer que había estado casada cinco veces y vivía ahora con un hombre que no era su marido. Ella ha quedado en shock. ¡Jesús le había dado la verdadera terapia Aun así, ella se sintió atraída hacia Él! «Vengan, vean a un hombre»
«¿No será este el Cristo?» [Un hombre, el Cristo.] «Salieron del pueblo y venían hacia él» (vv. 28-30)
Esta mujer había conocido a muchos otros hombres. Había vuelto a casa muchas veces hablando de otro hombre. Puedes imaginarte a la gente de esta ciudad diciendo: «Sí, un hombre más. ¿Qué hay de nuevo en la vida de esta mujer: vengan a ver un hombre…? Hemos oído esa canción antes».
Pero ella les dice «Este es diferente». Ninguno de ellos era digno de ser seguido y adorado por esta mujer, mucho menos por todo el pueblo. Cuando ella les habló de la masculinidad de Cristo, fueron y lo siguieron.
Quiero sugerir que si permitimos que la gente vea a Cristo en Su perfecta deidad, Su perfecta humanidad; si les permitimos verlo a través de nosotras, serán atraídos hacia Él. Así que nuestro mensaje no es: «Ven, sígueme», sino: «Vengan, y vean a un hombre. ¿No será este el Cristo?».
Débora: Nancy DeMoss Wolgemuth ha estado describiendo lo que significa la verdadera masculinidad, la cual vemos perfectamente reflejada en la persona de Cristo. Debo decir que nunca he reflexionado tan profundamente sobre la humanidad de Cristo como lo hemos hecho ahora, ¿no te parece que ha sido un estudio enriquecedor? Yo diría que eso es cierto para todos los mensajes de nuestra serie actual, «Incomparable: La persona de Cristo».
Los mensajes de Nancy se han recopilado en un libro devocional titulado, Incomparable: 50 días con Jesús. Nancy, al estudiar estos temas, has tenido que reflexionar sobre algunos temas que de otro modo no habrías considerado, incluido lo que acabamos de escuchar hoy, sobre la masculinidad de Cristo.
Nancy: Así es, no había pasado mucho tiempo pensando en ese tema antes, pero como hemos escuchado hoy, realmente es un tema importante. Verás, cuando los hombres abrazan la masculinidad bíblica y las mujeres abrazan la feminidad bíblica, Dios es glorificado y juntos presentamos una imagen precisa de Cristo y Su Iglesia.
Una oyente llamada Jessica se ha visto especialmente desafiada en esta área. Nos escribió para decirnos: «Nunca pensé que abrazaría mi rol bíblico de mujer como lo hago ahora».
Escuchar a Aviva Nuestros Corazones le mostró el valor y la belleza de vivir su papel como mujer. Ella dijo: «Gracias por su fiel obediencia a Cristo».
Estoy muy agradecida por aquellos que generosamente donan a Aviva Nuestros Corazones y hacen posible este tipo de conexiones. Podemos permanecer al aire gracias al apoyo de los oyentes que respaldan este mensaje.
Débora: Si aún no has adquirido «Incomparable», el nuevo libro de Nancy, puedes obtenerlo visitando avivanuestroscorazones.com. Incomparable es el nuevo libro devocional en el cual se basa la serie en la que estamos actualmente. Este recurso te ayudará a ver facetas de la vida de Cristo que quizás nunca antes hayas considerado.
A veces, cuando piensas en un «devocional», puedes imaginarte un librito débil y carente de sustancia, pero puedo decirte con seguridad que Incomparable es todo lo contrario. Es sustancioso, sólidamente bíblico y cada día contiene sugerencias de oración que te ayudarán a formar tus propias oraciones. Si deseas hacer tu donación en línea, visítanos en AvivaNuestrosCorazones.com.
¿Te has llegado a preguntar cómo podría Jesús ser humano y al mismo tiempo divino? ¿Cómo se mezclaron Su divinidad y humanidad? Esas son cuestiones que se han debatido durante siglos. Nancy DeMoss Wolgemuth te ayudará a entender esto mañana en Aviva Nuestros Corazones.
Llamando a las mujeres a libertad, plenitud y abundancia en Cristo, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de la Nueva Biblia de Las Américas, a menos que se indique lo contrario.
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