Una pareja que ora
Annamarie Sauter: Muy a menudo vemos los obstáculos. Pero cada día también está lleno de oportunidades.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Cada momento del día es una oportunidad para entrelazar nuestras vidas entregándonos juntos a Cristo y luego el uno al otro.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
La lectura de hoy de la Biblia es Números capítulos 3 y 4.
Hace unos meses Nancy y su esposo Robert Wolgemuth tuvieron la oportunidad de compartir la Palabra en una actividad que llevó a cabo el ministerio Vida en Familia (Family Life), titulada, «Ama en verdad». Hoy escucharemos lo que compartieron con las parejas reunidas allí, sobre Romanos capítulo 12.
Sea que estés casada o no, pídele al Señor que use este pasaje para guiar la manera en que tratas y amas a tu esposo o a las personas que te rodean. …
Annamarie Sauter: Muy a menudo vemos los obstáculos. Pero cada día también está lleno de oportunidades.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Cada momento del día es una oportunidad para entrelazar nuestras vidas entregándonos juntos a Cristo y luego el uno al otro.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
La lectura de hoy de la Biblia es Números capítulos 3 y 4.
Hace unos meses Nancy y su esposo Robert Wolgemuth tuvieron la oportunidad de compartir la Palabra en una actividad que llevó a cabo el ministerio Vida en Familia (Family Life), titulada, «Ama en verdad». Hoy escucharemos lo que compartieron con las parejas reunidas allí, sobre Romanos capítulo 12.
Sea que estés casada o no, pídele al Señor que use este pasaje para guiar la manera en que tratas y amas a tu esposo o a las personas que te rodean.
Aquí están Robert y Nancy con nosotras.
Robert Wolgemuth: Hoy vamos a estudiar a fondo un tema basado en el capítulo 12 de Romanos. Y esto pone a Nancy muy nerviosa, porque ella es una persona muy estructurada y le gusta saber de antemano lo que va a pasar. Ella no hace nada sin un guión. Por mi parte soy un espíritu libre y me siento más cómodo haciendo las cosas sobre la marcha; somos diferentes. ¡Qué vivan las diferencias!
Nancy: Sí, como dicen... me imagino que los hombres se identifican más contigo y dicen, «amén».
Robert: Así es. Los hombres se identifican conmigo.
Bueno, yo soy una persona que le gusta levantarse temprano en la mañana. Nancy es nocturna. Usando una ilustración de un poema, diría que somos como dos barcos en la noche, que se encuentran de pasada y no se vuelven a ver. Sí, ¡me escuchaste bien! No nos volvemos a ver, eso pasa a veces.
Desde el principio de mi matrimonio con Bobbie, mi primera esposa, ella dijo: «Espero que el Señor me lleve a casa primero porque no quiero vivir sola» y «si voy primero al cielo, quiero que te vuelvas a casar». Ahora, podría haber tomado eso como un insulto, ¿verdad? ¡Como si no supiera vivir sin una esposa! ¡Y por supuesto que no! No me avergüenza decirte eso.
Antes irse al cielo, Bobbie les dijo a dos amigas que quería que me casara con Nancy Leigh DeMoss, pero nunca me lo dijo. Así que un par de meses después de que empezamos a salir, esas dos amigas me contactaron y me dijeron: «Creemos que deberías saber algo: esto es exactamente lo que Bobbie quería que hicieras». ¿No es sorprendente? Esa es una historia de Dios.
Nancy: Sí, puedo decir que es, definitivamente, una historia de Dios.
Robert: Fue en un juego de los Orlando Magic. Yo viví en Orlando por diecisiete años. De hecho, en enero del 2015, fui a la oficina donde trabajan con las licencias de conducir y la cambié por una de Michigan…porque ahora vivimos en Michigan. Y cuando estaba haciendo el cambio de la Florida a Michigan estaba nevando afuera. Y la mujer que me estaba atendiendo dijo: «¡¿Qué?! ¡Nadie hace eso!»
Le dije: «Yo lo estoy haciendo»
Y ella me pregunto: «¿Por qué?»
Le dije: «Su nombre es Nancy»
Así que estaba en Orlando en el juego de baloncesto cuando supe lo que Bobbie le había dicho a sus amigas. Así que en el medio tiempo llamé a mi viejo amigo, Bob Lepine, a quien conozco desde hace mucho tiempo y le conté esto, porque Nancy y Bob han sido muy buenos amigos durante mucho tiempo.
Nancy: Y al día siguiente de esa llamada, el barco zarpaba. . .
Robert: Correcto, este mismo barco, en otro viaje.
Nancy: Bueno, esta es mi parte de la historia. . . Yo no sabía que habían tenido esa conversación, pero llamé a Bob y Mary Ann cuando se estaban preparando para salir del puerto de Fort Lauderdale. Era la semana del 14 de febrero que se celebra el día de San Valentín. Había estado en Walgreens buscando una tarjeta alusiva al día, pero que no tuviera un mensaje muy romántico.
Robert: En Walgreens. . . Ella realmente estaba buscando eso. . . en Walgreens.
Nancy: Bueno, eso es lo que tenemos en nuestra ciudad.
Robert: Al menos no era una tienda de las estaciones de gasolina.
Nancy: ¿Alguna vez has intentado encontrar una tarjeta del día del amor y la amistad (día de San Valentín que se celebra el 14 de febrero), que no tenga la palabra «amor» en ella? Así que esto fue al principio cuando estábamos conociéndonos. Tenía seleccionadas tres tarjetas, e hice una videollamada con Bob y Mary Ann, y les mostré cada una. Y les pregunté: «¿Creen que alguna de estas estaría bien para enviársela a Robert en este día de San Valentín?»
Y Bob me dijo, (según recuerdo) esta es mi versión de eso: «Escucha. Soy un hombre. Si recibiera una tarjeta del día de San Valentín, de una mujer, pensaría que está interesada. ¿Es eso lo que le quieres decir?»
«Pues . . . aún no»
Entonces él dijo: «Tal vez podrías guardarlas y enviarlas todas juntas si el Señor permite que esto continúe».
Así que en abril o en mayo. . .
Robert: Fue en abril. Tengo las tres.
Nancy: Para el tiempo en que nos comprometimos, él recibió las tres tarjetas del día de San Valentín.
Robert: Entonces Nancy pensó: «Eso servirá para los próximos tres años». No es cierto.
Nancy: En realidad hacemos tarjetas de aniversario el catorce de cada mes.
Robert: Lo hacemos.
Nancy: Las compramos en Walgreens o en cualquier otro lugar que aparezcan.
Robert: Así es. Lo llamamos «semana aniversario», así como hacemos «semana de cumpleaños».
Nancy: Nunca había estado casada. Así que, cuando empiezas a los cincuenta y siete, tienes que recuperar el tiempo perdido, y lo hemos estado haciendo.
Robert: Entonces, cuando nos comprometimos en mayo del 2015, comenzamos a hablar sobre la boda, y le dije a Nancy: «Me encantaría que tuvieras la boda de tus sueños».
Y ella me contestó. . .
Nancy: «Nunca he soñado con una boda». Y era cierto.
Robert: Me dijo: «Nunca oré por un esposo». Pero luego descubrimos que. . .
Nancy: …muchas otras personas habían estado orando por un esposo para mí. ¡Algunos de ellos por años!
Robert: Así fue.
Nancy: Así que Dios escucha y responde las oraciones, incluso, las que otras personas hacen por nosotros, ¿no te alegra eso?
Robert: Exactamente. Amén.
Hablando de eso, oremos ahora.
Nancy: Sí.
Robert: Gracias, Señor Jesús, por el gozo de esta conversación. Gracias por Tus caminos, que muchas veces no entendemos, pero confiamos en Ti. Y así, juntos, a una sola voz diríamos, «amén» a eso. Confiamos en Ti. Y oramos para que guíes nuestra conversación esta mañana. Te rogamos que hables, ya sea por o a pesar de lo que estamos diciendo, a los corazones de cada uno de los que están reunidos aquí.
Gracias por los matrimonios representados, y oramos que Tú nos inspires a ser mejores esposos y mejores esposas.
Te amamos. Te damos gracias. Y todo el pueblo de Dios dice: «Amén».
Déjame que te cuente un pequeño secreto. El primer año que nos casamos, Nancy y yo estábamos concentrados escribiendo. Yo estaba escribiendo un libro, y no vamos a hablar de él específicamente, pero mucho de lo que voy a decir, de lo que vamos a decir, está en el libro titulado, Como el Buen Pastor. Estaba escribiendo un libro sobre el matrimonio, y Nancy estaba escribiendo un libro llamado, Adornadas.
¿Cuántas de ustedes han leído Adornadas o están en el proceso de estudiar Adornadas: Viviendo juntas la belleza del evangelio?
Entonces, Nancy estaba escribiendo un libro sobre el matrimonio, o que incluía el matrimonio, y yo estoy escribiendo un libro sobre el matrimonio. Como dijo el apóstol Pablo, no tenemos excusa para no ser intencionales sobre nuestra relación el uno con el otro. ¿De acuerdo?
Si vas al capítulo 12 de Romanos, y estamos usando la La Biblia de Las Américas, hay tantas traducciones como personas aquí. Nancy y yo vamos a leer un párrafo de forma intercalada, o versículos de forma intercalada. De hecho, si no te importa, hagamos los párrafos. ¿Podemos hacer eso?
Nancy: Sí, claro.
Robert: Así que vamos a tomar unos minutos para hablar de este pasaje. Y mientras leemos, nos encantaría animarte a poner especial atención a este maravilloso capítulo. Muchos de ustedes están familiarizados con él, así que pongan especial atención teniendo en cuenta el tema del matrimonio. Y les alentamos a lo largo de esta semana, a medida que encuentren tiempo para estar juntos, a que conversen sobre lo que vamos a hablar. Puede que te demos algunas ideas. Pero seguramente se te ocurrirán cosas aún mejores en las que ni siquiera pensamos.
Nancy: Y estaremos solo dándole un vistazo general al capítulo.
Robert: Así lo haremos.
Nancy: Nos divertimos mucho haciendo esto juntos, solo repasando este pasaje y diciendo: «De acuerdo, si aplicamos esto a nuestro matrimonio, ¿qué nos dice esto? ¿Cómo nos instruye?» Así que, en realidad, solo esperamos poder despertar su apetito para que pasen tiempo juntos en este pasaje.
Robert: Bueno.
Entonces, ¿ya oramos?
Nancy: Sí, ya oramos
Robert: Entonces, ¿todos encontraron Romanos 12?
«Por consiguiente, hermanos, os ruego (y este es el apóstol Pablo) por las misericordias de Dios que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo y santo, aceptable a Dios, que es vuestro culto racional. Y no os adaptéis a este mundo, sino transformaos mediante la renovación de vuestra mente, para que verifiquéis cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, aceptable y perfecto.
Porque en virtud de la gracia que me ha sido dada, digo a cada uno de vosotros que no piense más alto de sí que lo que debe pensar, sino que piense con buen juicio, según la medida de fe que Dios ha distribuido a cada uno. Pues así como en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, así nosotros, que somos muchos, somos un cuerpo en Cristo e individualmente miembros los unos de los otros. Pero teniendo dones que difieren, según la gracia que nos ha sido dada, usémoslos: si el de profecía, úsese en proporción a la fe; si el de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza; el que exhorta, en la exhortación; el que da, con liberalidad; el que dirige, con diligencia; el que muestra misericordia, con alegría.
El amor sea sin hipocresía; aborreciendo lo malo, aplicándoos a lo bueno. Sed afectuosos unos con otros con amor fraternal; con honra, daos preferencia unos a otros; no seáis perezosos en lo que requiere diligencia; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor. Gozándoos en la esperanza, perseverando en el sufrimiento, dedicados a la oración. Contribuyendo para las necesidades de los santos, practicando la hospitalidad. Bendecid a los que os persiguen; bendecid, y no maldigáis. Gozaos con los que se gozan y llorad con los que lloran. Tened el mismo sentir unos con otros; no seáis altivos en vuestro pensar, sino condescendiendo con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión. Nunca paguéis a nadie mal por mal. Respetadlo bueno delante de todos los hombres. Si es posible, en cuanto de vosotros dependa, estad en paz con todos los hombres. Amados, nunca os venguéis vosotros mismos, sino dad lugar a la ira de Dios, porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. Pero si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; y si tiene sed, dale de beber, porque haciendo esto, carbones encendidos amontonaras sobre su cabeza. No seas vencido por el mal, sino vence con el bien el mal» (Rom. 12:1–21).
Robert:: Oh…
Nancy: ¡Waoo! ¡Qué rico es este pasaje!
Robert: Esta es la Palabra del Señor, gracias sean dadas a Él, amén.
Nancy: Es una excelente manera de comenzar nuestro día, simplemente lavando nuestro corazón en Su Palabra.
Robert: Muy cierto.
Nancy: Y no hay mejor fundamento para nuestras vidas, para nuestros matrimonios, que Cristo, la Palabra viva y la Palabra de Dios escrita.
Robert: Amén.
Entonces, en este primer verso, pensé en «sacrificio vivo…»
Nancy: ¿Puedo decirte algo antes de que sigas con esto?
Robert: Adelante, esto es una conversación.
Nancy: Vamos a dejarte entrar a nuestra sala. Así es como hemos estado sentados hablando sobre este pasaje.
Pero justo antes del «sacrificio vivo», tenemos «las misericordias de Dios», si lo recuerdas…este es el capítulo 12 de Romanos. Los primeros once capítulos han estado exponiendo para nosotros cuán santo es Dios, cuán pecaminosos somos nosotros, cuánto merecemos Su ira y Su juicio, y cómo Él tomó esa ira y Su juicio por nosotros y nos ha extendido Su misericordia y Su gracia, a través de Jesucristo nuestro Salvador.
Robert: Amén.
Nancy: Entonces, a la luz del evangelio, a la luz de esas misericordias, es como se supone que debemos vivir. Y mientras hemos estado meditando sobre esto, hemos estado diciendo: «Mira, si no tenemos el evangelio en nuestro matrimonio, en el centro de él, en el centro de nuestras propias vidas, ¿qué posibilidades tenemos? «No podemos vivir todas las cosas que veremos en este pasaje si no tenemos nuestras vidas realmente fundamentadas en el evangelio de Cristo».
Robert: Amén.
Entonces, si alguien dice: «No puedo ser un gran esposo». Entonces, la respuesta a eso es, «amén, así es»
Nancy: O esposa.
Robert: O esposa. Sí. Por supuesto que no puedes, no podemos.
Y luego pensamos en «sacrificio vivo». Recuerda el Antiguo Testamento y el animal puesto en el altar. ¿Qué derechos tiene el sacrificio? Ninguno. Así que cuando te casas, renuncias a tus derechos. Como creyente ya lo has hecho, pero renuncias a tus derechos el uno para con el otro. Eso es parte de «ser uno». Yo le digo a Nancy: «Podría decir esto o podría hacer esto. Tendría el derecho de hacer esto o decirlo, pero renuncio a esos derechos, como un sacrificio vivo».
Nancy: Y el punto de partida para eso es nuestra relación con el Señor, presentándonos a nosotros mismos, nuestros cuerpos, y todo acerca de nosotros, a Él.
Robert: Amén.
Nancy: ¿No es mucho más fácil para nosotros entregarnos el uno al otro una vez que nos hemos entregado a Cristo?
Robert: Totalmente.
Nancy: Así que mi cuerpo es Suyo, y ahora puedo darte mi cuerpo, como un sacrificio vivo.
Robert: Entonces vemos que nos sometemos a Él y luego rendimos nuestros derechos el uno al otro.
En el ministerio de Nancy usan pequeñas toallas blancas con algo escrito en ellas.
Nancy: Son pañuelos.
Robert: Oh. Lo siento. Creo que me confundí con algo de deportes. Los mezclo.
Nancy: Dicen: «Sí, Señor». Eso es lo que dicen.
Robert: ¿Y por qué es blanco?
Nancy: Cuando agitamos esa bandera blanca significa que nos rendimos. . .
Robert: Eso es. Ahora recuerdo.
Nancy: ¿Y no tenemos que hacer eso todos los días en nuestros matrimonios? Como ustedes tienen ideas diferentes, todos las tenemos, sobre lo que queremos hacer en este crucero. Y cada momento de cada día es una oportunidad para entrelazar nuestras vidas rindiéndonos a Cristo y luego el uno al otro.
Robert: Impresionante.
En el versículo 2, ¿podemos pasar al versículo 2?
Nancy: Claro.
Robert: «Y no os adaptéis a este mundo». ¿Qué tan difícil es eso? J.B. Phillips dice: «No dejes que el mundo te meta en su molde».
Cuando el plástico caliente es vaciado en un molde para tomar su forma, no tiene otra opción. Entonces, por las misericordias de Dios, nos hemos presentado como un sacrificio, y Él nos da el derecho a resistir el conformarnos a este mundo. Por nuestra cuenta, es un esfuerzo inútil. Pero Él nos ayuda a no adaptarnos a este mundo.
Nancy: ¿Y qué tan cierto es eso en relación con lo que creemos acerca del matrimonio? El mundo tiene un molde para el matrimonio.
Robert: Eso es así.
Nancy: Y no es el molde de Dios. No es el camino de Dios. Pero tenemos que ser intencionales, creo, sobre resistir, porque el modo, la manera, el molde del mundo se nos ofrece y se presenta por todas partes y en todas direcciones.
Robert: Así es.
Nancy: ¿Qué es lo bueno de una semana como esta? Que tenemos la oportunidad de renovar nuestras mentes de acuerdo con los caminos de Dios en relación con el matrimonio.
Robert: Amén. Eso es muy bueno.
Entonces: «No nos adaptemos a este mundo, pero seamos, ¿cuál es la palabra?, transformados». ¿No es esa una gran palabra? Ser transformados, ser diferentes. Ser diferentes es bueno.
Si tienes hijos, cuando ellos se quejan diciendo: «¡Pero mamá! ¡Pero papá!», tú les dices: «Cariño, ser diferente es bueno». ¿Dirías «amén» a eso?
Vamos a ser diferentes, y ser diferente es bueno. No es raro ni de nerds o de extraterrestres.
Nancy: Si está de acuerdo con la Palabra de Dios.
Robert: Sí. Es bueno. Ser diferente es bueno. Vamos a ser diferentes aquí.
De hecho, viví en Orlando por diecisiete años. ¿Cuál es la frase para describir a Disney World? Ah!!! ya me acuerdo... Walt Disney World es «el lugar más feliz del mundo». Eso es diferente. Walt Disney entendió que lo diferente era bueno.
Así que, mamá, papá, cariño, diferente es bueno. Diferente es bueno.
Luego le sigue, «para que puedas discernir la voluntad de Dios».
Entonces tengo una pregunta: ¿Cuál es la voluntad de Dios para ti? ¿Y cuál es la voluntad de Dios para tu matrimonio? ¿Sabes que la Escritura nos lo dice? Lo hace, sí, lo hace. Y no dice: «Múdate a otra ciudad, o compra un automóvil blanco en lugar de uno rojo, o vive en esta casa en lugar de aquella».
Hay tres cosas que el apóstol Pablo dice acerca de la voluntad de Dios. ¿Recuerdas cuáles son? Tres cosas: 1 Tesalonicenses 5: 16-18: «Regocíjate, ora. . . y da gracias. . . porque esta es la voluntad de Dios».
Entonces, regocíjate, ora, da gracias.
Lo que enseñó Dennys anoche fue maravilloso. Él habló de orar. ¿Encuentras que cuando oras al Señor dices cosas que no necesariamente se dirían entre sí, aun cuando estás en la presencia del otro?
Así que, desde el principio el Señor nos ha dado el gozo y el privilegio a Nancy y a mí de orar juntos. Y recuerdas la dulce pareja que confesó: «Eso es muy difícil para mí».
¿Cuántos de ustedes hombres dirían, «ese soy yo, también, se me hace difícil hacerlo»?
Bueno, te animo a que tomes el eslogan de los tenis Nike: ¿Cuál es? «Simplemente hazlo». Solo hazlo.
Annamarie: Has estado escuchando a Robert Wolgemuth con palabras de aliento para los matrimonios. Cuando se trata de orar juntos: «Simplemente hazlo».
Me viene a la mente un testimonio que nos compartió una oyente que está aprendiendo a amar a su esposo. Ella escribió,
«Amar es difícil y aunque se lea raro, lo es aún más cuando se es seguidor de Jesús, tenemos un modelo bíblico de qué es amar y el ejemplo de quien se dio a sí mismo por nosotros. Qué difícil es esto para las nuevas generaciones, para las mujeres de hoy que crecen y desarrollan en una sociedad que ha reemplazado la feminidad de la mujer y su rol, por uno completamente opuesto, competitivo, arrogante y egoísta.
Tengo 28 años, un año de casada y un bebé de 3 meses, y doy las gracias a Dios por todas las ancianas de mi iglesia que me han enseñado en palabra y testimonio como amar a mi esposo. No siempre soy su ayuda idónea, pero siempre está el espíritu del Señor corrigiéndome y guiándome a amarle como Él manda.
Es una bendición leerlas hermanas».
Le damos gracias a Dios por su obra en medio nuestro y por acercarnos a Su verdad. Y en la medida en que transmitimos «Lecciones de Romanos 12 para el matrimonio», ¿por qué no reunirte con tu esposo y escuchar juntos estos programas? Aviva Nuestros Corazones produce recursos para mujeres, pero hoy y mañana tenemos a Robert con nosotras. Puedes encontrar tanto los audios como las transcripciones de estos programas en AvivaNuestrosCorazones.com.
Allí también puedes visitar nuestra tienda en línea y adquirir libros que de manera efectiva exponen mentiras que las mujeres y los hombres creen. En sus libros, «Mentiras que las mujeres creen y la verdad que las hace libres» y en, «Mentiras que los hombres creen y la verdad que los hace libres», Nancy y Robert te muestran cómo afrontar las mentiras del enemigo con el arma más poderosa que tenemos: La Palabra de Dios.
Bueno, y mañana estaremos escuchando la segunda parte del mensaje de Robert y Nancy sobre cómo demostrar un amor como el de Cristo, basado en el capítulo 12 de Romanos.
Nancy: En el matrimonio, en el hecho de que somos uno, existe una unidad, pero también hay diversidad. Somos uno pero somos diferentes. Y traemos diferentes dones, fortalezas y necesidades a nuestros matrimonios.
Robert: Cierto.
Nancy: Todo comienza en nuestra unidad con Él. Somos miembros, somos uno con Cristo, y eso nos hace uno con el otro. No creo que sea posible que un matrimonio sea realmente uno, en la medida en que debería serlo, si no tenemos primero nuestra unidad con Cristo. Pero luego, al ser uno con el otro, nos damos cuenta de que somos miembros diferentes. Celebra esas diferencias. Celebra esos dones.
Quiero decir, tenemos muchas, muchas similitudes, pero también abordamos muchas cosas de manera diferente. Hay hombres/mujeres, diferentes fortalezas, diferentes dones, diferentes experiencias de vida. Me encontré, incluso mientras preparábamos esta sesión, que lo hicimos de manera diferente. Presentamos de manera diferente.
Y estoy pensando, ¿cómo hacemos esto como uno en Cristo?
Bueno, la forma en que lo hacemos, la forma en que lo hago es celebrando, dando gracias a Dios por cómo Él ha equipado a Robert. No es una cuestión de que mi manera es mejor y la suya no es tan buena. Es decir: «Señor, gracias por los dones que le has dado a Robert». Yo necesitaba eso en mi vida. Necesito su habilidad para ser más espontánea. Y tal vez él necesitaba algo de mi parte de no ser tan espontánea.
Robert: Tal vez, solo tal vez.
Nancy: Pero celebramos esas diferencias, y esa es la humildad vivida en el matrimonio.
Robert: Es tan interesante ese concepto de una sola carne. Piensas en Génesis 2, «el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán una sola carne» (v. 24). Entonces, este texto se usa mucho en relación con la iglesia como la novia de Cristo, pero, ¿adivinen qué? Tú y tu cónyuge también son la novia de Cristo.
Y cuando empezamos a organizar nuestra boda, y fue realmente una maravilla, especialmente para mí porque Nancy hizo la mayor parte del trabajo; pero el tema de que juntos somos la novia de Cristo, eso fue realmente algo grande.
Por lo tanto, este capítulo también se relaciona contigo y conmigo como marido y mujer siendo uno, uno. Me encanta eso.
Annamarie: Regresa mañana para escuchar la continuación de esta conversación.
Llamándote a reflejar la hermosura del evangelio al mundo que te rodea, Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.
Todas las Escrituras son tomadas de la Biblia de Las Américas, a menos que se indique lo contrario.
*Ofertas disponibles solo durante la emisión de la temporada de podcast.
Únete a la conversación