Una lectura balanceada
Débora: Cuando lees toda la Biblia sabes que puedes empezar a ver respuestas a ciertas preguntas. Aquí está Nancy DeMoss Wolgemuth.
Nancy DeMoss Wolgemuth: ¿Qué propósitos tiene Dios en este mundo? ¿Qué está haciendo? ¿Y qué tiene que ver mi vida con ello? ¿Dónde encajo yo en el plan de Dios? Si quieres entender eso, asegúrate de que no estás pasando por alto o evitando ciertas porciones de la Palabra de Dios.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, autora de «El lugar apacible», en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 27 de mayo de 2024.
Todos necesitamos dietas balanceadas, y quizá este año te hayas propuesto comer más sano. Bueno, debes ser consciente de que también necesitas una lectura balanceada, y espero que en los próximos días y por el resto de tu vida puedas acercarte a la Biblia de una manera saludable.
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Débora: Cuando lees toda la Biblia sabes que puedes empezar a ver respuestas a ciertas preguntas. Aquí está Nancy DeMoss Wolgemuth.
Nancy DeMoss Wolgemuth: ¿Qué propósitos tiene Dios en este mundo? ¿Qué está haciendo? ¿Y qué tiene que ver mi vida con ello? ¿Dónde encajo yo en el plan de Dios? Si quieres entender eso, asegúrate de que no estás pasando por alto o evitando ciertas porciones de la Palabra de Dios.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, autora de «El lugar apacible», en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 27 de mayo de 2024.
Todos necesitamos dietas balanceadas, y quizá este año te hayas propuesto comer más sano. Bueno, debes ser consciente de que también necesitas una lectura balanceada, y espero que en los próximos días y por el resto de tu vida puedas acercarte a la Biblia de una manera saludable.
En el episodio de hoy, Nancy nos ofrece un plan para una lectura balanceada mientras continúa la serie «Entra en la Palabra y deja que la Palabra entre en ti». Escuchemos
Nancy: Quiero que te imagines que abres el refrigerador de tu casa, cierras los ojos, extiendes la mano y tomas cualquier cosa que alcance tu mano. Sacarías tres o cuatro artículos, y esa sería tu comida.
Puedes tomar un frasco de mayonesa, un frasco de pepinillos y un melocotón, o lo que tengas en el refrigerador en ese momento. Y dirías: «Esa es una manera horrible de armar un menú».
Bueno, estoy de acuerdo. Pero es una imagen de la forma en que muchas personas se acercan a la Palabra de Dios. Toman ciegamente cualquier pasaje al que llegan primero. Abren la Biblia y escogen un pasaje aquí, otro allá, sin una secuencia particular, sin un orden particular, y así es como leen las Escrituras.
Otros leen la Biblia como comen los adolescentes. Su dieta preferida es pizza, papas fritas, refrescos y helados. En realidad, no solo a los adolescentes les gusta todo eso. A mí también me gustan esas cosas. Pero no es saludable comer de maneras que no son balanceadas, que no son comidas saludables.
Sabemos que nuestros cuerpos requieren, físicamente, comidas y dietas naturalmente balanceadas para mantenernos saludables. Pero si solamente ingieres cierto tipo de comida y no tienes una dieta balanceada, tu cuerpo lo va a sentir tarde o temprano.
Del mismo modo, nuestros espíritus necesitan el equilibrio que proviene de la lectura de toda la Palabra de Dios, de todo el consejo de Dios, sin limitarnos a aquellos pasajes particulares que nos parecen especialmente apetitosos o a cualquier pasaje que leemos a ciegas mientras recorremos las Escrituras.
Creo que el crecimiento espiritual de muchos creyentes está paralizado debido a su dieta espiritual. Es una dieta que consiste principalmente en los Salmos con tal vez una pizca de las epístolas del Nuevo Testamento, las cosas que son fáciles y divertidas de digerir, algo así como la pizza y el helado de las Escrituras. La pizza no tiene nada de malo.
No hay nada malo en tener esas cosas como parte de tu dieta. Son importantes, pero no son una dieta completa. No están balanceadas para darnos nutrición espiritual.
Ahora, seré la primera en admitir que no todas las partes de la Biblia son igualmente fáciles de digerir. Y algunas de ustedes me han escuchado compartir cómo leo diferentes porciones de las Escrituras al mismo tiempo. Selecciono porciones del Antiguo y del Nuevo Testamento. Dentro de un momento les diré por qué lo hago.
Hace un tiempo estuve leyendo el libro de 1.ª de Crónicas. Y si no has leído 1.ª de Crónicas o no has considerado leerlo, puede que sea una parte de tu Biblia en la que las páginas se pegan unas a otras. Los primeros nueve capítulos son una genealogía: fulano de tal engendró a fulano de tal, quien engendró a fulano de tal.
Bueno, puedo decirte que el día que leo esos capítulos no tengo una gran sensación de asombro de que estoy sacando mucho de la Palabra de Dios. El pensamiento que cruza por mi mente es: «¿Cuál es el valor de esto? ¿Es realmente importante leer esto?».
Bueno, la respuesta es sí, absolutamente. Es importante leerlo por razones que tal vez no podamos entender completamente. Pero esto es lo que sí sabemos, según 2 Timoteo 3:16: «Toda la Escritura es inspirada por Dios». Está inspirada por Dios. Y toda ella es útil, incluso los capítulos 1-9 de 2.do de Crónicas. Todo es útil.
¿Y para qué es útil? Es «útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en justicia». Hay algo en cada porción de la Palabra de Dios que necesito para tener una dieta espiritualmente balanceada. Necesitamos una dieta que incluya toda la Palabra de Dios.
Ahora, uno de los problemas en el evangelicalismo moderno es que nos hemos acostumbrado tanto a que nuestros sentidos sean estimulados por emociones visuales y auditivas que nos aburrimos fácilmente con cualquier cosa que no nos dé emoción y recompensas inmediatas.
Vemos esto en los medios de comunicación; en nuestros servicios dominicales, en nuestras iglesias, aun en los medios de comunicación cristianos, la radio, la televisión. Las cosas están orientadas a ser rápidas, a ser fácilmente digeridas, a ser impresionantes, a ser escandalosas, estimulantes y excitantes.
Estamos tan estimulados por las computadoras y los juegos de computadora, la televisión y las películas y la publicidad en este mundo que cuando se trata de cosas espirituales, incluso en la iglesia, queremos cosas que inmediatamente nos estimulen y nos emocionen.
Es difícil para aquellas personas que han sido criadas con esa dieta de medios de comunicación rápidos. Es difícil entusiasmarnos con la lectura porque nos aburrimos fácilmente. Y si no lo crees, mira a tus hijos. Verás en los niños de hoy lo fácilmente que se aburren.
Y esa es una de las razones por las que estoy tan agradecida de haberme criado en un hogar sin televisión. Eso tiene muchas ventajas (y no quiero desviarme del tema). Pero uno de los beneficios es que aprendes a interesarte por cosas que no son tan entretenidas. Aprendes a leer, a debatir con los otros miembros de la familia. No te aburres tan fácilmente como muchos de los niños de hoy en día.
Hoy queremos lo sensacional, lo espectacular, lo emocionante, lo excitante. Oswald Chambers nos recuerda: «La Biblia no emociona. La Biblia alimenta. Dedica tiempo a la lectura de la Biblia y el efecto recreador es tan real como el del aire fresco físicamente».
Como ves, necesitamos los Salmos y necesitamos las Epístolas, pero también necesitamos los libros de la Ley del Antiguo Testamento. Necesitamos los libros históricos. Necesitamos los Profetas. Necesitamos los Evangelios. Necesitamos toda la Palabra de Dios. Necesitamos leer la Palabra de Dios de tal manera que tengamos un sentido del flujo de la Palabra de Dios.
Cuando coges un libro, que no es la Biblia, no sueles empezar por la mitad. Sé que algunas personas lo hacen. Pero normalmente, especialmente si el libro tiene una trama, no vas a empezar por la mitad o simplemente saltar de un capítulo a otro. Sin embargo, esa es la forma en que muchos de nosotros leemos la Biblia.
No nos damos cuenta de que la Biblia tiene una trama. Es una historia; es la gran historia de la redención, una historia que tiene un principio, un desarrollo y un final, la historia de un Dios que creó al hombre para que tuviera comunión con Él y luego vio cómo el hombre lo rechazaba. Cuando Dios puso en marcha un plan que había ideado en la eternidad pasada para restaurar la comunión del hombre con Él, Dios envió a Jesús para llevar a cabo ese plan mediante su muerte en la cruz.
Así que vemos la historia de Dios. No podrás ver la historia completa, como un todo, si solo tomas una parte aquí y otra allí. Por eso quiero animarte a que leas la Biblia no solo en oración y de manera reflexiva, como hemos dicho, sino también sistemáticamente, que leas la Biblia sistemáticamente.
Y eso no significa que la Biblia solo pueda leerse de principio a fin, desde el Génesis hasta el Apocalipsis, aunque muchas personas han encontrado una gran bendición en leer las Escrituras de esa manera con regularidad.
La lectura sistemática implica que el contexto y la fluidez son importantes. Los versículos individuales deben leerse en el contexto del párrafo y del capítulo en el que aparecen. Los capítulos de la Biblia deben leerse en el contexto del libro en el que se encuentran. Y los libros de la Biblia deben leerse en el contexto de otros libros de la Biblia para que veamos cómo encajan en el esquema, el flujo y la trama de las Escrituras y del plan redentor eterno de Dios.
Así que si quieres una dieta espiritual equilibrada, quieres comprender todo el plan de Dios.
- ¿Qué propósitos tiene Dios en este mundo?
- ¿Qué está haciendo?
- ¿Qué tiene que ver mi vida con ello?
- ¿Dónde encajo yo en el plan de Dios?
Si quieres entender eso, asegúrate de que no estás pasando por alto ciertas partes de la Palabra de Dios.
Es muy triste pensar en el hecho de que algunos cristianos llegarán al cielo sin haber leído la Biblia completa por lo menos una vez. Que hay porciones de la Biblia que nunca muchos cristianos nunca han leído.
Dios nos amó tanto que nos dio este libro para mostrarnos Su corazón, para enseñarnos Sus caminos y Su plan. Es Su historia. ¡Y es una gran historia! Es un libro increíble. Y sí, algunas partes son difíciles de entender.
Pero es triste pensar que al ver al Señor cara a cara, alguien pudiera decir: «Estaba muy ocupada, estaba muy preocupada, o no tuve suficiente diligencia o disciplina. Nunca llegué a leer los libros de Moisés. Nunca llegué a leer los libros proféticos del Antiguo Testamento». Y creo que la tristeza será: ¡mira lo que nos perdimos.!
Ahora bien, hay diferentes maneras de leer la Biblia sistemáticamente. En los próximos días, quiero dar algunas ideas e instrucciones sobre cómo podemos hacerlo. No hay un plan ni un enfoque correctos.
Hay personas que les gusta empezar por el Génesis y leer directamente hasta el Apocalipsis. Aunque debo decir que, si nunca has leído la Biblia entera, es una manera difícil de empezar, porque lo más probable es que cuando llegues al Levítico, estés dispuesta a dejarlo, como han hecho muchas personas.
Pero hay algunos planes y enfoques diferentes que pueden ayudarte a leer la Biblia sistemáticamente, pero en un modo que no te atasque en algunas de las porciones más difíciles.
Bueno, Permíteme empezar diciendo que, si aún no tienes el hábito de leer la Biblia, empieces poco a poco. No te pongas como meta leer toda la Biblia en los próximos treinta días o en los próximos seis meses o incluso en el próximo año si nunca has leído la Biblia de forma regular y sistemática.
Hay muchas maneras diferentes de leer la Biblia sistemáticamente, y se basan en el ritmo al que quieras leer. Hay muchos planes de lectura de la Biblia disponibles. Y en Aviva Nuestros Corazones tenemos dos retos con dos planes diferentes de lectura bíblica: Mujer Verdadera 365 Canónico, y nuestro más reciente recurso de este año, Mujer Verdadera 365 Cronológico. Si no estás haciendo ninguno de los dos al final del episodio puedes conseguir información de ambos.
Pero déjame decirte que personalmente me gusta leer siempre el Antiguo y el Nuevo Testamento al mismo tiempo. Por varias razones. Me ha resultado muy útil a lo largo de los años de lectura de las Escrituras.
Una es que el Antiguo Testamento ilumina al Nuevo Testamento y viceversa. Cada uno se comprende mejor a la luz del otro. Es más fácil ver las conexiones entre ambos cuando se leen los dos al mismo tiempo.
Además, no me gusta pasar largos períodos de tiempo sin leer los Evangelios. Ahí es donde en la Biblia tenemos la imagen más clara sobre Cristo. Ahora, Él está en todas partes en la Biblia, pero ahí es donde obtenemos la imagen más enfocada.
Si nuestro objetivo en nuestra vida devocional es conocer a Cristo y conformarnos a su imagen, entonces vamos a querer volver a los Evangelios una y otra y otra vez para poder ver cómo es Él realmente.
Cuando leas los dos Testamentos a la vez, verás que los pasajes más difíciles del Antiguo Testamento se equilibran con otras partes que son un poco más fáciles de digerir.
Mi papá tenía un hábito del que raramente se desvió durante los veintiocho años de su vida cristiana hasta que se fue al cielo. Cada día leía cinco salmos y un capítulo de Proverbios. Así leía los libros de los Salmos y los Proverbios cada mes, cada treinta días.
Luego leía dos capítulos del Antiguo Testamento y uno del Nuevo Testamento, y los leía consecutivamente. Creo que así se lee el Antiguo Testamento una vez al año y el Nuevo Testamento dos veces al año, algo así. Esa es una manera de hacerlo.
He compartido en mi libro, «En la quietud de Su presencia», algunas maneras en que leo las Escrituras dividiéndolas en diferentes porciones y leyendo consecutivamente en esas porciones.
Y quiero mencionar que no importa el plan que utilices, encuentra algo que funcione para ti, y hazlo. Mientras puedas leer de manera consecutiva y reflexiva diferentes porciones de la Escritura, eso te ayudará a que con el tiempo llegues a leer toda la Biblia.
Y te animo a que varíes el plan que utilizas de vez en cuando. He descubierto que si varío el plan que utilizo para leer las Escrituras de vez en cuando, mi lectura de la Palabra será más fresca. Y encontrarás que si te has estancado en tu tiempo en la Palabra, tal vez una cosa que necesites hacer es buscar un plan diferente.
Lo que sea que hagas, encuentra un plan, apégate a él, y comprométete durante los próximos treinta días para comenzar este hábito. Pero luego espero que de lo que resta del año y por el resto de tu vida comiences ese hábito, ese patrón, de leer la Palabra de Dios y leerla sistemáticamente.
Débora: Nancy DeMoss Wolgemuth regresará para la segunda mitad del programa de hoy. A lo largo de esta serie titulada «Entra en la Palabra y deja que la Palabra entre en ti», ella ha descrito el valor de leer la Palabra de Dios en oración, reflexivamente, y ahora, sistemáticamente.
Aquí, en Aviva Nuestros Corazones, tenemos un par de recursos útiles: los retos «Mujer Verdadera 365 Canónico» y «Mujer Verdadera 365 Cronológico» son planes de lectura de la Biblia que están pensados para ayudarte a saber cómo puedes estudiar mejor la Palabra de Dios. Puedes encontrarlos visitando nuestra página web AvivaNuestrosCorazones.com
Regresemos a la segunda parte de la enseñanza de hoy con Nancy.
Nancy: Hay diferentes maneras de mirar las Escrituras. Una sería bajo un microscopio y el otro extremo sería a través de un telescopio, esa es una buena ilustración para un tema como este.
¿Cómo miramos la Palabra de Dios bajo un microscopio? Bueno, aquí es donde escogemos leer una pequeña porción de las Escrituras cada día, meditando cuidadosamente en cada palabra y cada frase, seccionándola, digiriéndola cuidadosamente.
Siempre deberíamos meditar en la Palabra de Dios. Pero hay momentos en los que me gusta disminuir el ritmo de mi lectura habitual con un pasaje, como he estado haciendo con el Salmo 119 a lo largo de esta serie. He estado leyendo el salmo, estudiándolo, meditando en él, yéndome a dormir por la noche con un audio reproduciendo el Salmo 119, y eso es algo muy bueno para hacer: tratar de poner ese pasaje bajo un microscopio.
Charles Spurgeon realmente creía en este enfoque para leer las Escrituras. Él dijo:
«A mucha gente le gusta leer muchos capítulos cada día. Yo no les disuadiría de esa práctica, pero preferiría sumergir mi alma en media docena de versículos durante todo el día que enjuagar mi mano en varios capítulos.
¡Oh, ser bañado en un texto de la Escritura, y dejar que sea absorbido por tu propia alma, hasta que sature tu corazón! Pon tu corazón en la Palabra de Dios. Deja que toda tu naturaleza se sumerja en ella como una tela en el tinte».
Me gusta esa ilustración que hace Spurgeon: cuando estás en una parte de la Escritura empapándote de ella, es como poner un pedazo de material o tela en un tinte para dejar que lo absorba; es decir, te sumerges en el pasaje.
Una forma de hacerlo, y puede que quieras hacerlo en tu lectura bíblica de vez en cuando, es tomar un libro en particular de la Biblia. Cuando estaba tomando un pequeño descanso de la grabación de este episodio, hablaba con una amiga para animarla a que estudiara el libro de Filipenses debido a un problema con el que está lidiando en su vida.
Le dije: «Toma ese libro y durante las próximas semanas sumérgete en esos cuatro capítulos. Ponlo bajo el microscopio. Sumérgete en él». Lee, como algunos han sugerido, un libro, un libro pequeño como ese, todos los días durante varias semanas, quizá durante treinta días.
A lo largo de este reto quizá quieras aceptarlo y tomar Colosenses o Efesios o Filipenses, uno de los libros más cortos de la Biblia, y leerlo todos los días durante treinta días mientras le pides a Dios que te dé una visión más profunda del corazón y el mensaje de ese libro en particular o de esa porción de las Escrituras. Eso es poner la Palabra bajo el microscopio.
Ahora, en el otro extremo de eso, y luego está todo lo intermedio, es tomar la Palabra de Dios y mirarla a través de un telescopio. En realidad, esta es la forma en que yo disfruto mucho leyendo, aunque necesitamos ambas.
De esa forma se cubre más terreno más rápidamente. Pero, en última instancia, lo que estás haciendo es buscar temas generales amplios para ver los hilos que van desde el Génesis hasta el Apocalipsis. A veces lo he hecho incluso a un ritmo un poco más rápido.
Hace años supe que George Müller leía la Biblia varias veces al año. Era un hombre muy ocupado. Pero se tomaba el tiempo para leer las Escrituras. Y era un hombre que realmente comprendía toda la Palabra de Dios.
Eso me retó a comprender y apreciar la totalidad de la Palabra de Dios y lo que hace cuando lees las Escrituras a un ritmo más rápido, ya sea una vez al año o al ritmo que sea. Pero la estás leyendo más rápidamente y así obtienes una vista más amplia del plan panorámico de Dios.
Es como ir a la cima del monte Everest. Obtienes una vista diferente a la que obtienes desde la base. Vas a la cima y miras alrededor y puedes ver cosas desde la cima que no puedes ver desde abajo. Creo que eso es lo que hace esta visión telescópica con la Palabra.
Verás que esos temas que recorren las Escrituras son como los hilos de un tapiz que se entretejen para formar la gran historia de redención.
Ahora, de vez en cuando, tomo un descanso de la lectura de cualquiera de esas maneras, microscópica o telescópica, y de la lectura consecutiva, y en su lugar me centro en un pasaje en particular, o en un tema, o en un personaje bíblico y durante un tiempo solo me centro en el estudio de ese pasaje o de ese tema o de esa persona. Sin embargo, personalmente no recomendaría que durante un largo período de tiempo descuides la lectura consecutiva sistemática de la Biblia.
Y mientras lees con cualquier medio que estés usando, no te desanimes. Recuerda, como hemos dicho muchas veces, que no todos los días serán un festín espiritual, al igual que no todas las comidas son banquetes deliciosos.
Algunos pasajes sabrán más a cartón que a miel. Y algunos pasajes serán realmente difíciles. Pero el valor y el impacto de la Palabra de Dios en nuestras vidas no se puede ver en lo que lees en un solo día o una semana.
Cuando un niño está creciendo, normalmente no ves la evidencia de su crecimiento físico de un día para otro. Pero poco a poco te das cuenta de que sus pantalones son cada vez más cortos y sus brazos más largos que las mangas de su camisa. Al final del año miras atrás y pones al niño en la misma pared donde lo mediste el año pasado y dices: «¡Vaya! ¡Ha crecido mucho!». Pero no sucedió de la noche a la mañana. No ocurrió de golpe.
Del mismo modo, el valor físico de una dieta nutritiva balanceada no se experimenta generalmente en una semana o en un día. Son más bien los efectos acumulativos y los beneficios de comer bien los que se experimentan durante un largo período de tiempo.
Así sucede con la Palabra. No verás los beneficios de la noche a la mañana. Pero miras hacia atrás en un año, o dos, o tres, o toda una vida, y verás: «¡He crecido! He cambiado. Me parezco más a Cristo debido a la entrada de Su Palabra en mi vida».
Por cierto, es igualmente cierto que los efectos de una mala dieta no se ven de la noche a la mañana. Es posible que las consecuencias de una dieta espiritual deficiente no se vean de inmediato. Pero serán evidentes a largo plazo cuando te encuentres espiritualmente desnutrido y anémico.
Así que cuando te encuentres con porciones de las Escrituras que no parecen tener sentido o no tienen ningún valor aparente, no te rindas. Y no concluyas que esas porciones no tienen valor. Necesitamos cada porción de las Escrituras para nuestro crecimiento espiritual, nuestra dieta espiritualmente balanceada.
Recuerda que aunque la entendamos o no, aunque sea fácil de leer o no, la Palabra de Dios sigue siendo provechosa. Todo es provechoso, incluso aquellos pasajes que son más difíciles de entender o que parecen tener relativamente poco valor, creo que esos pasajes tienen un efecto santificador, limpiador y de madurez cuando entran en nuestro sistema.
No sé cómo funciona eso. Pero creo que cuando estoy leyendo esas genealogías con mi corazón en oración y en sintonía con Dios, el Espíritu está usando esos pasajes de alguna manera para limpiar y santificar mi espíritu.
Ahora, cualquiera que sea el enfoque que escojas para leer la Biblia, y de nuevo permíteme recordarte que tenemos dos planes diferentes de lectura de la Biblia y los estamos poniendo a tu disposición en esta serie y en nuestro sitio web. Espero que escojas uno y puedas comenzar ahí donde nos encontremos.
Pero no te conviertas en una esclava del método. No te quedes tan atrapada en la mecánica de cómo estás leyendo las Escrituras que pierdas el enfoque principal. Recuerda que el objetivo no es lo rápido que puedes leer la Biblia.
El objetivo es encontrarte con Dios en tu tiempo devocional cada día. Se trata de que la Palabra, la Palabra viva y la Palabra escrita, penetre en ti y de cultivar una relación íntima con Cristo, la Palabra viva.
Y quiero recordarte que es posible conocer la Palabra de Dios intelectualmente, teológicamente, doctrinalmente, de principio a fin y, sin embargo, no llegar a conocer a Dios, no conocer a Cristo. Hay muchas personas con una educación de seminario o sentadas en los bancos de nuestras iglesias año tras año, sentadas en estudios bíblicos, incluso enseñando estudios bíblicos que saben mucho sobre la Palabra de Dios.
Saben dónde encontrar pasajes de la Biblia. Tienen una gran comprensión de los hechos de las Escrituras, pero no conocen realmente a Cristo. No están creciendo en su relación con Él; no está haciendo una diferencia en sus vidas. Es conocimiento en la cabeza, pero no un conocimiento de corazón, y no ha hecho nada para cambiar sus vidas.
Me acuerdo de lo que Jesús les dijo a los fariseos en sus días. Ellos eran los expertos teológicos; conocían la Palabra de Dios, cada parte de ella. Pero Jesús les dijo: «Ustedes nunca han escuchado la voz del Padre y Su Palabra no habita en ustedes» (Juan 5:37-38 parafraseado).
¿Te imaginas lo que pensaron aquellos hombres? «¡Qué descarado! ¡Es un obrero! Nunca ha ido al seminario y, ¿nos dice a nosotros que no conocemos a Dios y que la Palabra de Dios no habita en nosotros?».
Jesús les explicó por qué. Eso está en el capítulo 5 de Juan. Dice: «Ustedes estudian diligentemente las Escrituras. Pero las Escrituras les hablan de Mí y no quieren venir a Mí para hallar vida» (vv. 39-40 parafraseados). En otras palabras: «¡Me han perdido! No han entendido nada. Se han llenado la cabeza de conocimiento, pero se han perdido de la relación conmigo».
No pierdas el sentido del estudio de la Biblia. No pierdas de vista el sentido de la lectura de la Biblia. No lo consideres simplemente como algo que tienes que tachar en tu lista de cosas por hacer. Ahora, debo decir que la lectura de la Palabra es algo bueno para tener en tu lista de tareas pendientes. Hay valor en leer la Palabra aun cuando nuestros corazones no están donde deberían estar. Es un buen hábito.
Pero no quieres solo un hábito. Quieres una relación con Dios. El propósito de entrar en la Palabra es conocer a Cristo. Él es el objeto de tu búsqueda. Así que no pierdas el enfoque. Deja que tu lectura de la Biblia te lleve a Cristo.
Mientras lees, pregúntate siempre: «¿Cómo puede este pasaje ayudarme a conocer mejor a Dios? Señor, haz que esta verdad sea real en mi vida. Entra la Palabra a mi vida. Haz que cobre vida dentro de mí».
La Palabra de Dios está viva. Es poderosa. Pídele al Señor que haga que Su Palabra cobre vida en ti. Y a medida que le pidas que lo haga, y a medida en que la leas en oración y reflexivamente y sistemáticamente, entonces encontrarás que el Señor realmente te está cambiando a través de Su Palabra.
Señor, confesamos que lo mejor que podemos saber de Ti en Tu Palabra es limitado. Ahora vemos un débil reflejo como un espejo, como dijo Pablo. Ahora solo conocemos una parte, pero te damos gracias por el día en que conoceremos completamente y Te veremos cara a cara.
Entenderemos cosas que ahora no podemos entender. Encontraremos el fin de nuestra búsqueda. Te veremos y estaremos contigo por toda la eternidad. Señor, ayúdanos a prepararnos para ese momento aquí y ahora mientras entramos en Tu Palabra y dejamos que Tu Palabra entre en nosotros. Oramos en el nombre de Jesús, amén.
Débora: ¡Amén! Con frecuencia abro la Biblia y empiezo a leer. Pero Nancy DeMoss Wolgemuth nos ha estado mostrando todo lo que la Palabra de Dios tiene para ofrecernos cuando leemos en oración, de manera reflexiva y sistemáticamente.
Ese ha sido nuestro enfoque en los últimos días en esta serie titulada: «Entra en la Palabra y deja que la Palabra entre en ti». Ella ha escrito maravillosamente sobre este tema en un libro titulado «En la quietud de Su presencia». Si no lo tienes, te recomiendo adquirirlo.
Nancy, este fue tu primer libro. ¿Por qué quisiste abordar este tema?
Nancy: Bueno, hablamos de muchos temas en Aviva Nuestros Corazones. Tratamos muchos asuntos prácticos. Pero yo sé que si las mujeres entran en la Palabra de Dios y dejan que la Palabra de Dios entre en ellas, tarde o temprano cualquier otro asunto y área de su vida que necesite ser tratado va a surgir en el curso de su entrada en la Palabra de Dios.
A lo largo de los años, cuando yo hablaba sobre este tema, yo hacía talleres y conferencias, las mujeres acudían en masa a estas conferencias. Querían saber cómo tener una vida devocional diaria significativa, así que comencé a buscar un libro que pudiera recomendar a esas mujeres.
Lo que encontré es que había muchos libros devocionales, libros que contenían devocionales diarios, pero no pude encontrar uno que realmente mostrara a las mujeres cómo tener un tiempo devocional significativo con el Señor. Yo no era escritora en ese momento, ni aspiraba a serlo.
Pero sentí que sería una herramienta muy útil para el pueblo de Dios. Y por eso me propuse escribir este libro, En la quietud de Su presencia. El subtítulo es Una invitación a fortalecer su vida devocional con Dios.
Bueno, he escrito muchos libros desde entonces, pero sigo pensando que si tuviera que elegir uno, este es el más fundamental.
Ya sabes, siempre es bueno comenzar nuevos hábitos. Así que si quieres desarrollar el hábito de pasar tiempo con Dios en Su Palabra, o simplemente quieres refrescar tu vida devocional, entonces quiero animarte a leer En la quietud de Su presencia y a disponer tu corazón para crecer en tu relación personal con Jesucristo.
Débora: Así es. Puedes obtener una copia del libro de Nancy visitando AvivaNuestrosCorazones.com o encontrar el enlace del mismo en la transcripción de este episodio.
El día de mañana Nancy nos compartirá sobre una de las mejores herramientas de estudio bíblico disponibles que ella considera indispensable. Escucha de cuál se trata en nuestro próximo episodio de Aviva Nuestros Corazones. ¡Te esperamos!
Ayudándote a descubrir y abrazar las verdades de la Palabra de Dios, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de La Nueva Biblia de Las Américas, a menos que se indique lo contrario.
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