Un mensaje eterno y oportuno (Introducción)
Nancy DeMoss Wolgemuth: Cuando fijas tus ojos en las circunstancias, en el caos, o en las noticias…empiezas a desesperarte, ¿no es cierto? Y Dios puede parecer tan pequeño. Pero cuando levantas los ojos y pones tu mirada en Él, te das cuenta de que todas esas cosas son solo cosas. No son permanentes, no van a durar.
Annamarie Sauter: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth en la voz de Patricia de Saladín.
¿Qué te causa ansiedad? Al ver las redes sociales, las noticias, tu agenda y la lista de proyectos sin terminar…al ver esa relación difícil en este momento de tu vida, ¿te abrumas? Hoy Nancy da inicio a una serie que te ayudará a poner las cosas en perspectiva y a enfrentar los desafíos de la vida.
Nancy: En los últimos años, hay una frase de tres palabras que se ha convertido en un gran lema …
Nancy DeMoss Wolgemuth: Cuando fijas tus ojos en las circunstancias, en el caos, o en las noticias…empiezas a desesperarte, ¿no es cierto? Y Dios puede parecer tan pequeño. Pero cuando levantas los ojos y pones tu mirada en Él, te das cuenta de que todas esas cosas son solo cosas. No son permanentes, no van a durar.
Annamarie Sauter: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth en la voz de Patricia de Saladín.
¿Qué te causa ansiedad? Al ver las redes sociales, las noticias, tu agenda y la lista de proyectos sin terminar…al ver esa relación difícil en este momento de tu vida, ¿te abrumas? Hoy Nancy da inicio a una serie que te ayudará a poner las cosas en perspectiva y a enfrentar los desafíos de la vida.
Nancy: En los últimos años, hay una frase de tres palabras que se ha convertido en un gran lema en mi vida y en Aviva Nuestros Corazones. En esas palabras encontramos incalculable consuelo, ayuda, esperanza, aliento y perspectiva, y a veces incluso cuando lo necesitamos, temor. Porque en ocasiones necesitamos el miedo para evitar ir en la dirección equivocada y reorientar nuestros pasos. Y es un tema que vemos entretejido a lo largo de la Escritura, de principio a fin.
¿Cuáles son esas palabras? El cielo gobierna. Vas a escuchar mucho esta frase hoy y a lo largo de toda esta serie de episodios.
Quiero preguntarte, para comenzar nuestra enseñanza de hoy: ¿Dónde aparece esta frase en la Biblia? Solo aparece una vez ¿lo recuerdas? Está en el libro de Daniel…abre tu Biblia allí, en Daniel capítulo 4, versículo 26. Busquémoslo juntas, el libro de Daniel se encuentra justo en la parte final del Antiguo Testamento.
Tengo hoy conmigo la Biblia que he estado utilizando para escribir notas al margen mientras leo, como un diario durante los últimos tres años y medio, así que me gustaría animarlas a hacer lo mismo en su Biblia de estudio. Y en especial el libro de Daniel cobró vida para mí de una manera completamente nueva hace algunos meses.
En Daniel 4:26, Daniel le habla al rey Nabucodonosor y le dice: «...su reino le será afirmado después que usted reconozca que es el cielo el que gobierna». El cielo gobierna. Tengo esa frase resaltada en mi Biblia. La tengo entre paréntesis; la tengo resaltada con un marcador rosa: «El cielo gobierna».
Este mensaje, aunque la frase solo aparece una vez en el libro de Daniel, es un mensaje que es importante a través de todo este libro. Ahora, los eventos de este libro sucedieron hace más de 2700 años, pero el mensaje de Daniel es eterno y es increíblemente oportuno para gran parte de lo que estamos viviendo en nuestro mundo de hoy.
Durante las próximas semanas, me gustaría caminar contigo a través del libro de Daniel. Hay muchos pasajes difíciles en el libro. De hecho, recuerdo que cuando fui a la universidad cristiana, había un curso llamado Dan-Ap., significaba Daniel y Apocalipsis. Daniel, el libro profético y apocalíptico del Antiguo Testamento; y el Apocalípsis en el Nuevo Testamento. Nunca tomé ese curso, pero se suponía que era uno de los más difíciles, ya que en esta literatura apocalíptica hay todo tipo de figuras, ilustraciones y visiones.
Y podrías pensar: «¿Es eso real? ¿Es literal? ¿Qué significa?» Los teólogos han dedicado mucho tiempo y esfuerzo y han gastado mucha tinta tratando de explicar lo que significan estas cosas. Así que podríamos pasar meses analizando los detalles del libro de Daniel, pero no vamos a hacer eso en esta serie.
Lo que quiero hacer es darte una visión general, quiero que veamos el libro de Daniel a través de este lente: El cielo gobierna. Vamos a dedicarle un episodio a cada capítulo, y en ocasiones puede que nos tome un par de días ver el desarrollo de algunos capítulos.
A medida que escuchas la serie, quiero animarte a que sigas la lectura en el libro de Daniel, y tal vez puedas leerlo completo una o dos veces al comenzar la serie. En tu tiempo a solas con Dios, abre el libro de Daniel; léelo. Mientras escuchas cada episodio de esta serie, lee el capítulo correspondiente. En estas sesiones vamos a leer esos capítulos casi completos, porque quiero que busquemos evidencias de que el cielo gobierna.
Sería bueno que resaltaras en tu Biblia a medida que lees, tal vez escribir las iniciales ECG (el cielo gobierna) en el margen de la página, al lado del versículo. Medita en las evidencias que ves en cada uno de esos capítulos de que el cielo gobierna. Es lo que estaremos buscando: a Dios en este libro, y observaremos cómo el cielo gobierna.
- ¿Cómo ves la soberanía de Dios?
- ¿Cómo ves la providencia de Dios obrando aquí en la tierra a medida que se desarrollan estos capítulos?
- ¿Cómo ves que el cielo gobierna en la vida del pueblo de Dios?
- ¿Cómo ves que el cielo gobierna en las vidas de los no creyentes, personas que no creen nada sobre Dios o el cielo?
- ¿Cómo ves que el cielo gobierna en el gobierno, en la política y en los asuntos civiles?
- ¿Cómo ves que el cielo gobierna en los grandes asuntos de nuestro mundo?
- ¿Cómo ves que el cielo gobierna en los pequeños asuntos y detalles de nuestras vidas?
Comenzaremos con el capítulo uno. No vamos a hablar del capítulo uno en sí hasta la próxima sesión, pero a modo de resumen, veremos los personajes principales de todo el drama. Somos introducidas a estos en esta primera porción del libro.
Daniel 1:1, hace referencia al rey Nabucodonosor de Babilonia, quien es uno de los personajes principales de esta historia. Nabucodonosor era un hombre poderoso. Gobernó el vasto y poderoso imperio babilónico durante más de cuarenta años, fue uno de los monarcas que reinó por más tiempo en esa parte del mundo. Era mundialmente conocido como constructor, diseñador, guerrero y monarca. Era alguien importante en el escenario mundial y él lo sabía.
Ahora, en contraste, en este primer capítulo se nos presentan cuatro cautivos hebreos. Los comentaristas nos dicen que probablemente se trataba de jóvenes adolescentes, tal vez de unos catorce años de edad. Piensa en eso mientras estudiamos el libro de Daniel juntas. A los ojos de Babilonia y en el escenario mundial de ese tiempo, estos cuatro jóvenes no eran personas importantes, eran como nadie. Desde la perspectiva de la tierra, en contraste con el rey Nabucodonosor, estos cuatro jóvenes no tenían poder, ni influencia ni control. Al contrario, estaban bajo el puño de hierro de gobernantes paganos e impíos. Ellos no eran importantes.
Y déjame señalar que hoy en día no oyes que nadie le pone a su hijo el nombre Nabucodonosor, así que, un hombre que fue muy relevante en toda la historia de la humanidad, es en realidad un hombre sin importancia. Pero muchos llaman a sus hijos Daniel, porque este hombre común, desde la perspectiva de Dios –desde el punto de vista del cielo– fue alguien muy usado por Dios.
Existe otro contraste entre estos personajes, y lo vemos introducido en el capítulo uno. Veamos Daniel 1:1. Aquí hay un contraste entre dos personajes más: los dioses de Babilonia comparados con el Dios de Israel. Estos se enfrentan entre sí y hay una batalla por el dominio. Mira los versículos uno y dos:
«En el tercer año del reinado de Joacim, rey de Judá, vino Nabucodonosor, rey de Babilonia, a Jerusalén y la sitió. El Señor entregó en sus manos a Joacim, rey de Judá, así como algunos de los utensilios de la casa de Dios. Estos se los llevó a la tierra de Sinar, a la casa de su dios, colocando los utensilios en la casa del tesoro de su dios» (vv.1-2).
Aquí tenemos, por un lado la casa del Dios de Israel, el templo en Jerusalén, y por el otro lado la casa del dios de Nabucodonosor.
Vemos a Nabucodonosor quien captura, confisca, roba, toma estos vasos de la casa de Dios, el templo de Jerusalén. Los toma de Jerusalén, de Israel, y los lleva a la casa de su dios en Babilonia.
Ahora, esto es muy significativo porque la gente creía que si un rey conquistaba los dioses de otra nación, demostraba que su dios era más poderoso que el dios de los bienes que había capturado. De modo que en efecto Nabucodonosor estaba diciendo: «Mi dios es mejor que tu Dios». En cierto sentido, estaba desafiando al Dios de Israel, a que se justificara, a que hablara por sí mismo.
En el libro de Daniel se hace referencia repetidas veces a Dios (el Dios de Israel) como el Dios Altísimo o el Altísimo. Pero, ¿era Dios realmente «el Altísimo»? Tal vez te preguntes eso cuando ves a Nabucodonosor tomando los artículos de la casa de Dios y llevándolos de Israel a la casa de su dios pagano. ¿Era Dios realmente soberano? ¿Era realmente el Dios Altísimo? ¿Era realmente soberano sobre todas las demás deidades, sobre todos los demás reyes, sobre todos los demás gobernantes?
En este versículo parece que el rey Nabucodonosor y sus dioses son más poderosos que Dios. Quiero decir, ¿no se ve así si lees este versículo? ¿Por qué Dios no puede mantener intactos sus propios bienes en Su propia casa?
Y aplicando esto a nuestro contexto de hoy en día, ¿es Dios más poderoso que todo? ¿Es el Dios Altísimo? ¿Es más poderoso que los dioses falsos, las religiones o las ideologías de nuestros días? Este es un tema que se debate en el libro de Daniel, así como vemos que también se debate acaloradamente en nuestro mundo de hoy.
A lo largo del libro de Daniel, veremos cómo Dios orquestó y usó varias circunstancias, varios conflictos, y varias situaciones difíciles que enfrentó el pueblo de Dios. El usó todo esto, lo orquestó. Dios utilizó estas circunstancias como un escenario para demostrar Su grandeza y Su poder sobre Sus enemigos y permitir que todos –creyentes y no creyentes por igual– supieran que el cielo gobierna.
Como verás, Dios obra a través de estas circunstancias en las que parece que está perdiendo y los dioses falsos están ganando. Dios usa esto para demostrar Su poder y declarar: «Tal vez no lo sabían, pero la verdad es que el cielo gobierna».
Ahora, mientras me sumergía en el libro de Daniel y me preparaba para esta serie, me impresionaron los numerosos nombres y títulos que se le dan a Dios en este libro. Es bastante diferente al libro de Ester, por ejemplo, que se encuentra también en el Antiguo Testamento, y trata sobre el hecho de que el cielo gobierna.
Pero en el libro de Ester no hay ni una sola referencia clara o explícita sobre Dios. Algunos piensan que hay una referencia implícita, pero no ves el nombre de Dios en el libro de Ester. En el libro de Daniel, es exactamente lo contrario, porque ves el nombre de Dios por todas partes.
Creo que eso nos dice que, ya sea que veamos a Dios o no, ya sea que podamos ver que Él está obrando o no, Dios siempre está obrando; a veces revelándose a Sí mismo como lo hace en el libro de Daniel, y otras veces en formas mucho más veladas y sutiles. Independientemente de que veas Su nombre grabado en todas partes o no, el cielo aún gobierna. Ahora, los nombres son importantes en las Escrituras y tienen significados importantes. Los nombres y títulos de Dios constituyen una revelación de Dios a nosotros. Él nos está mostrando quién es, cómo es y lo que hace.
Al momento de preparar este material, Robert y yo estábamos pasando una semana difícil. En cuanto a mí, tuve un gran número de entregas y proyectos que se me habían ido acumulando, también estaba luchando con problemas tecnológicos. Me refiero a que intentas hacer tu investigación y ¡no hay internet! De hecho, mi computadora portátil estaba en nuestro departamento de informática en ese momento. Estaban intentando arreglar algunas cosas. Y Robert tuvo algunos problemas de salud inesperados…
En medio de todo esto, dos de los nietos de mi hermano, de seis y ocho años, fueron atacados por perros Rottweiler mientras andaban en bicicleta por su vecindario. Si Dios no hubiera intervenido, los niños no estarían vivos hoy; si Dios no hubiera enviado a un hombre que estaba trabajando en una piscina en una casa al lado de donde estaban gritando… El hombre vino, golpeó a uno de los perros en la cara y le sacó al niño de entre los dientes. Así que estuvieron en el hospital, fue algo aterrador, esto sucedió en medio de todo lo demás que estaba sucediendo esa semana.
Entonces, mientras preparaba esta serie en medio de varias situaciones difíciles, tomé un tiempo para leer el libro de Daniel (algo que he estado haciendo mucho últimamente) para resaltar cada referencia a Dios. Hay aproximadamente (si he contado bien) setenta y ocho referencias: doce capítulos, setenta y ocho referencias a Dios. Pero esto es lo interesante: hay veintiocho nombres, títulos y descripciones de Dios diferentes entre ellos. ¡Veintiocho!
Fue un gran ejercicio para mí. Y calmó mi corazón, porque eso es lo que sucede cuando estamos en la presencia de Dios.
Cuando fijas tus ojos en las circunstancias, en el caos, o en las noticias, empiezas a desesperarte, ¿no es cierto? Y Dios puede parecer tan pequeño. Pero cuando levantas los ojos y pones tu mirada en Él, te das cuenta de que todas esas cosas son solo cosas. No son permanentes, no van a durar.
Y eso animó mucho mi corazón. Al leer y revisar estos nombres en mi Biblia, hice una lista de ellos. Fue un recordatorio poderoso y alentador de que Dios es más grande; Dios es mayor; Dios es más real que cualquier cosa que me esté presionando en este momento o etapa de mi vida.
Me enteré de una madre que vive en nuestra zona que iba a dar a luz, y debido a complicaciones inesperadas, su bebé murió en el útero cuatro días antes de su fecha de parto. Así que esta pareja tuvo un funeral en lugar de una celebración de nacimiento.
Ahora voy a hacerte una pregunta difícil, ¿qué significa hoy para esa preciosa pareja el hecho de que el cielo gobierna?
Si ves las noticias estos días, a lo mejor pensarás que el mundo se está desmoronando. Hay tanta contención, ira, violencia, un rechazo abierto y directo a Dios, a Su Palabra y a Su verdad. El conflicto entre el bien y el mal es cada vez más intenso en todos los frentes imaginables. ¿Qué significa el hecho de que el cielo gobierna en nuestro mundo actual mientras procesamos todo eso?
Bueno, mañana vamos a comenzar a revisar Daniel capítulo por capítulo, buscando evidencias de que el cielo gobierna y entendiendo lo que eso significa. Pero hoy, quiero tomar nuestro tiempo restante para ver algunos de esos nombres y títulos de Dios en el libro de Daniel, cómo Dios se revela a Sí mismo. Eso va a determinar cómo vemos todo lo que ocurre en este libro.
No tenemos tiempo para revisar los veintiocho nombres, así que elegí algunos que pienso que son particularmente significativos. El libro de Daniel está saturado de Dios, y la conclusión de la que no puedes escapar es que hay un Dios que,
- Es real
- Está en lo alto
- Es exaltado
- ¡Es poderoso!
- Pero también es cercano
- Es personal
- Es amable
- No hay nada que le sea desconocido, nada que esté fuera de Su control
- Está involucrado de manera directa, personal y poderosa en los eventos más importantes de nuestro mundo y en los detalles más pequeños de nuestras vidas
Permíteme resaltar varios de esos nombres. Tres de los nombres hebreos más comunes para Dios se encuentran en el libro de Daniel.
La palabra «Dios» es la palabra hebrea Elohim. «En el principio Dios…» Es el primer nombre de Dios que leemos en las Escrituras. Y lo encontramos cuarenta y tantas veces, tal vez cuarenta y seis veces, en el libro de Daniel. Elohim, el Supremo, el Poderoso. «Elohim» habla de la fuerza y el poder de Dios.
Luego vemos el nombre hebreo «Yahweh» o «Jehová». En nuestras biblias aparece como «SEÑOR» –todo en mayúsculas. Este es el nombre personal que Dios les reveló a Moisés y a los antiguos hebreos. Habla de Su autoexistencia, de Su eternidad. Él es inmutable. Él es el Dios que guarda el pacto. Y vemos este nombre Yahweh en el libro de Daniel.
Pero también tenemos la palabra «Señor» (escrita solo con la «S» mayúscula). Esa es la palabra que en hebreo es Adonai. Verás este nombre unas ocho veces en el libro de Daniel. Es la palabra que significa amo, dueño, señor. Comunica que Dios es soberano sobre nosotros; Él es nuestro dueño. «Él tiene el mundo entero en Sus manos». Él es el dueño, el Señor de todo. Verás ese nombre.
Ahora veamos los nombres, títulos y descripciones de Dios que aparecen en el capítulo dos de Daniel. Aquí simplemente vamos a hojear esta parte del libro.
Daniel 2:18, dice que Daniel rogó a sus amigos en medio de una crisis «para que pidieran misericordia del Dios del cielo acerca de ese misterio –hablaremos cuando lleguemos al capítulo dos sobre lo que fue esta crisis– a fin de que no perecieran Daniel y sus amigos con el resto de los sabios de Babilonia». Versículo 19: «Entonces el misterio fue revelado a Daniel en una visión de noche. Daniel entonces bendijo al Dios del cielo».
Verás este nombre en todo el libro de Daniel: el Rey de los cielos, o el Dios de los cielos, o el Dios del cielo. Esta es solo otra forma de decir que Dios gobierna. Cuando decimos que el cielo gobierna, nos referimos a que Dios gobierna.
Alguien me escribió recientemente porque había estado hablando mucho sobre el hecho de que el cielo gobierna. Esta persona me dijo: «¡No sé por qué dices que el cielo gobierna, porque es Dios quien gobierna!» Bueno, «el cielo gobierna» es una forma de decir, «Dios en el cielo gobierna», porque Él es el Dios de los cielos. Ese es uno de Sus nombres en el libro de Daniel.
Mira el versículo 23. Dios le reveló el sueño de Nabucodonosor y su significado a Daniel. Entonces Daniel oró: «A ti, Dios de mis padres, yo doy gracias y alabo…» (2:23). «Dios de mis padres…porque me has dado sabiduría y poder».
Daniel reconoció que formaba parte de un largo linaje y legado de fe. Al mirar hacia atrás y recordar lo que sabía acerca de sus antepasados espirituales, sabía que Dios era fiel a los que habían venido antes que él, y que Dios le sería fiel a él. De igual manera aplica a nosotros, Dios era el Dios de Daniel, uno de nuestros padres espirituales –esto nos recuerda que Dios es el Dios de nuestros padres. Vamos a leer que Dios le fue fiel a él y a esos jóvenes hebreos, y eso nos recuerda que Dios también será fiel para con nosotros, porque Él es el Dios de nuestros padres, el mismo Dios que era el Dios de Daniel, Abraham, Isaac, Jacob, José, ese mismo Dios es nuestro Dios.
Ahora, vayamos al capítulo tres del libro de Daniel, a la historia de Sadrac, Mesac y Abed Nego cuando fueron liberados del horno de fuego. Nabucodonosor ve lo que ha sucedido y dice: «Bendito sea el Dios de Sadrac, Mesac y Abed Nego…» (3:28). Vuelve a decir lo mismo en el versículo 29: «…el Dios de Sadrac, Mesac y Abed Nego».
Luego, en el capítulo seis sucede algo similar cuando liberan a Daniel del foso de los leones. Otro rey, el rey Darío, dice en Daniel 6:26: «De parte mía se proclama un decreto de que en todo el dominio de mi reino todos teman y tiemblen delante del Dios de Daniel». El Dios de ____ (pon un nombre aquí).
Vemos la fe de Sadrac, de Mesac, de Abed Nego, y la fe de Daniel en medio de sus pruebas. Su fe en medio del fuego y los leones, demostró que Dios era real. Y eso hizo que los reyes paganos alabaran a Dios.
¡Cómo nos encantaría ver que esto sucediera entre los reyes y gobernantes de nuestro mundo hoy! Tal vez no estén alabando a Dios y viendo lo grande que Él es porque no lo están viendo en el pueblo de Dios que ejerce la fe en circunstancias difíciles. Si confías en Dios en medio de circunstancias difíciles, puedes poner tu nombre allí, el Dios de ____ y llena el espacio en blanco.
Estaba trabajando en estas notas en la sala de recuperación de un hospital con mi dulce esposo. Las enfermeras entraban y salían, y la conversación continuaba. Quiero que otros –en un hospital o donde sea– vean nuestras respuestas a los desafíos de la vida. Quiero que digan: «Alabado sea el Dios de Robert y Nancy Wolgemuth, porque Él es el Dios viviente». Eso fue lo que dijo Nabucodonosor.
¿Ven los demás cómo manejas la presión y dicen: «Alabado sea el Dios de Mónica, de Carmen, de Ana, porque Él es el Dios viviente»? «Alabado sea el Dios de Nancy». Eso es lo que quiero que la gente proclame.
Ahora mira Daniel 5:21. Por decreto de Dios, el poderoso rey Nabucodonosor «fue echado de entre los hombres, su corazón se hizo semejante al de las bestias y con los asnos monteses tuvo su morada. Se le dio a comer hierba como al ganado y su cuerpo se empapó con el rocío del cielo, hasta que reconoció que el Dios Altísimo domina sobre el reino de los hombres y que pone sobre él a quien le place». Y vamos a hablar un poco más sobre esto cuando lleguemos a Daniel 5, pero en resumen, él se volvió loco. Dios lo afligió con una enfermedad mental como resultado de su orgullo y su corazón no arrepentido. Este fue un caso severo.
Todo esto sucedió «hasta que reconoció que (y aquí encontramos otro nombre) el Dios Altísimo (El-Elyon) domina sobre el reino de los hombres y que pone sobre él a quien le place».
El Dios Altísimo. No hay nadie más alto, no hay nadie igual, no hay nadie que pueda compararse a Él. Él es más grande. Él es más fuerte. Él es más alto. Es más poderoso que cualquier otro dios. Y llegaremos a conocer al Dios Altísimo en el libro de Daniel.
Luego, y este es uno de mis favoritos, Daniel 5:22-23 –que es el siguiente versículo– Daniel le dice a Belsasar, rey persa: «Pero usted…no ha humillado su corazón…sino que se ha ensalzado usted contra el Señor del cielo... Pero (aquí está la descripción) al Dios que tiene en Su mano su propio aliento y es dueño de todos sus caminos, no ha glorificado».
Aquí encontramos una descripción larga para Dios, pero es asombrosa. ¡El Dios que sostiene tu aliento de vida en Su mano! Aliento…esa es la necesidad humana más esencial. No puedes vivir sin aliento y no puedes respirar sin Dios.
Job 12:9-10 dice:
«¿Quién entre todos ellos no sabe que la mano del Señor ha hecho esto, que en Su mano está la vida de todo ser viviente, y el aliento de todo ser humano?»
Entonces Daniel lo llamó el Dios que controla toda la fuente de tu vida. Proverbios 16:9 lo dice de esta manera: «La mente del hombre planea su camino, pero el Señor dirige sus pasos». El cielo gobierna.
Veamos Daniel 6. Solo un par de versículos más aquí. El versículo 20 dice: «Y acercándose (Darío) al foso» –después de que Daniel pasó la noche en el foso de los leones, Darío estaba ansioso y gritó angustiado a Daniel– «…el rey habló a Daniel y le dijo: «Daniel (aquí hay otro nombre), siervo del Dios viviente», dijo el rey, «tu Dios, a quien sirves con perseverancia, ¿te ha podido librar de los leones?» Luego el versículo 26: «De parte mía se proclama un decreto de que en todo el dominio de mi reino todos teman y tiemblen delante del Dios de Daniel, porque Él es el Dios viviente que permanece para siempre, y Su reino no será destruido, y Su dominio durará para siempre».
Esto es lo contrario a los dioses de las naciones, que están muertos. No son nada. No pueden ver; no pueden oír; no pueden ayudar; no pueden pensar. Dios está vivo, no solo por una época. Él vivió en los días de Daniel, y todavía vive. Vive en nuestros días y vivirá para siempre.
Ahí es cuando llegamos a un nombre más que quiero mencionar. Daniel 12:7: (El ángel)«…levantando su mano derecha y su mano izquierda al cielo, juró por Aquel que vive para siempre…» Nunca, jamás habrá un momento en el tiempo o en la eternidad en que Dios no sea Dios, donde Él no esté presente, donde no tenga el control, donde no sea soberano sobre cada detalle de nuestras vidas.
Así que hay muchos más nombres en el libro de Daniel. En este estudio te animo a hacer ese pequeño ejercicio cuando tengas la oportunidad. Veremos que Dios tiene que ver con todo en nuestras vidas: lo que comemos (lo veremos en Daniel 1 mañana); cómo hacemos nuestro trabajo; cómo respondemos a crisis inesperadas, cómo vivimos como hijas de Dios en el mundo en una cultura que se opone seriamente a Dios; cómo respondemos a supervisores irracionales o impíos.
Conozco a alguien que tuvo que pasar por eso en su lugar de trabajo. Tuvo que atravesar una situación extremadamente difícil en la que parecía que el mal estaba ganando. Y tenía que seguir aconsejando su corazón con esta frase: «El cielo gobierna».
Veremos cómo responder ante las leyes que nos quieren obligar a violar las convicciones bíblicas, y estamos viendo más y más de eso en nuestro mundo hoy. En Daniel 11 hay un pasaje difícil, hablaremos más de él cuando lleguemos allí –refiriéndose a un rey malvado en los tiempos venideros. Es un pasaje profético y encontramos una parte en Daniel 11:31 que dice: «Y de su parte se levantarán tropas, profanarán el santuario fortaleza, pondrán fin al sacrificio perpetuo y establecerán la abominación de la desolación. Con halagos corromperá a los que obran inicuamente hacia el pacto, pero el pueblo que conoce a su Dios se mostrará fuerte y actuará». Hay una maldad generalizada y amplia que está llenando la tierra. Pero tienes que conocer a tu Dios. No puedes triunfar en este mundo por ti misma. Tienes que conocer a tu Dios.
Proverbios 18:10 nos recuerda:
«El nombre del Señor es torre fuerte, a ella corre el justo y está a salvo».
Oh Señor, gracias por Tu poderoso nombre, y porque representas todos estos nombres, todos estos calificativos y mucho más. A medida que llegamos a contemplarte y conocerte a través del libro de Daniel durante los próximos días, te ruego que afirmes nuestros corazones. Oro que nos des confianza, esperanza, perspectiva, sabiduría, gracia y paz en todo lo que necesitamos para vivir la vida en este mundo quebrantado, caído y desordenado; con la seguridad de que el cielo realmente gobierna. Oro en el nombre de Jesús, amén.
Annamarie: Amén. No tienes que esperar a que los problemas desaparezcan para correr a Dios. Ahí donde estás hoy, búscale y conócele, de modo que puedas poner las circunstancias en perspectiva. Esto es lo que Nancy te ayudará a hacer a lo largo de esta serie titulada, El cielo gobierna, a la que dimos inicio hoy. Asegúrate de acompañarnos mañana para la continuación. Nancy nos dará una visión panorámica del gobierno soberano de Dios.
Llamándote a libertad, plenitud y abundancia en Cristo, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de La Nueva Biblia de las Américas, a menos que se indique lo contrario.
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