Un llamado a la viudez
Débora: Margaret Nyman le pide al Señor que la use en la etapa de la vida en la que se encuentra.
Margaret Nyman: Él nos llama a algo y a mí me ha llamado a la viudez. Eso puede parecerles extraño, pero yo lo veo como un llamado. Es un llamado para esta etapa de mi vida. Él no lo hubiera permitido si no tuviera un propósito con todo esto. No quiero solo sentarme y esperar a ser llamada al cielo. No. Sé que mientras tanto, Dios tiene planes para mí y estoy lista para escuchar Su voz y saber cuáles son esos planes.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy 10 de julio de 2024.
Nancy DeMoss Wolgemuth: He disfrutado mucho conversar con Margaret Nyman estos últimos días, a quien he conocido un poco a través de los …
Débora: Margaret Nyman le pide al Señor que la use en la etapa de la vida en la que se encuentra.
Margaret Nyman: Él nos llama a algo y a mí me ha llamado a la viudez. Eso puede parecerles extraño, pero yo lo veo como un llamado. Es un llamado para esta etapa de mi vida. Él no lo hubiera permitido si no tuviera un propósito con todo esto. No quiero solo sentarme y esperar a ser llamada al cielo. No. Sé que mientras tanto, Dios tiene planes para mí y estoy lista para escuchar Su voz y saber cuáles son esos planes.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy 10 de julio de 2024.
Nancy DeMoss Wolgemuth: He disfrutado mucho conversar con Margaret Nyman estos últimos días, a quien he conocido un poco a través de los años, pero recientemente, he tenido la oportunidad de conocerla mejor. Estoy muy agradecida porque ha escrito un libro titulado Hope for an Aching Heart (Esperanza para un corazón dolido, disponible en inglés). Es un libro de devocionales cortos, edificantes, alentadores y prácticos para las viudas.
Como hemos estado diciendo toda la semana, es un libro excelente, no solo para las viudas, sino también pienso que es un recurso excelente, al igual que esta serie, muy útil para ayudar aquellas de nosotras que tenemos viudas a nuestro alrededor, en nuestra iglesia o en nuestras vidas, y que queremos saber cómo poder ministrarles gracia a ellas.
Es también para cualquier persona que está atravesando por un dolor o una pérdida, y quiere saber cómo seguir adelante, cómo no quedarse emocionalmente atrapada en el pasado. Hay muchos temas prácticos que son tratados en este libro. Son devocionales cortos y fáciles de leer.
Margaret, eres una gran escritora y eres excelente con los detalles. Pienso que este libro va a ser de gran aliento para muchas de nuestras oyentes. Gracias por escribirlo, y gracias por estar con nosotras en estos últimos días en Aviva Nuestros Corazones.
Margaret: Siempre es un gozo.
Nancy: Mientras terminamos esta serie, hemos estado hablando aquí en el estudio. Tú tienes un corazón rebosante y es agradable verlo. Pienso que en el momento de una pérdida, hay un sentido de, «¿cómo seguiré adelante? ¿Cómo volveré a estar completa de nuevo?», porque te sientes vacía.
Pero te he estado observando por un poco más de tres años dentro de esta trayectoria de la viudez, y veo que Dios te ha restaurado y te está usando para que seas de bendición para los demás, y, sin embargo, Nate todavía es una gran parte de tu historia y de tu vida. Estuviste casada con él por casi cuarenta años. Él es el padre de tus siete hijos.
Estás pasando por este proceso y, sin embargo, no has dejado atrás todo lo que fue parte de tu vida en el pasado. Solo Dios puede darle sentido a todo lo que ha pasado, pero pienso que Él te ha ayudado a atravesar esto hermosamente. Mientras piensas en Nate, hemos hablado de algunas cosas que extrañas, ¿hay algo más que extrañas de tu esposo?
Margaret: Lo que más extraño es conversar con él. Él y yo conversábamos mucho. Sé de muchos esposos que no son abiertos con sus esposas, pero ese no era el caso de Nate. Hablábamos, sobre todo, sobre nuestros hijos, sobre situaciones que vendrían, sobre situaciones económicas y sobre cualquier tema.
Claro que su opinión era siempre opuesta a la mía; teníamos que llegar a un acuerdo. Esto es algo que aprendes cuando has estado casada por mucho tiempo. Las chispas disminuyen, y es más fácil llegar a un acuerdo en el medio.
Ahora ya no hay nadie para llegar a un acuerdo. Es un proceso donde trato de tomar decisiones por mí misma o de buscar consejos sabios. Esto me ayuda a tomar decisiones que tomaba con él. Pero siempre extraño su opinión que era diferente a la mía.
Mi opinión era más, no sé si la palabra correcta es «exagerada», sin sentido. Él era más equilibrado, más lógico, más práctico. Ambos nos necesitábamos, y llegar a un acuerdo era algo bueno para ambos y esa es la parte que más extraño, no poder hablar con él.
Solo he soñado dos veces con mi esposo. Yo sé que algunas mujeres se acuestan cada noche con ese deseo en sus mentes: «Oh, quizás esta noche pueda ser que sea visitada en sueños. Oh Dios, por favor que me acontezca esto… lo anhelo tanto». Pero, por un lado, eso es una tortura, porque el sueño llega a su fin y tienes que despertarte. En los dos sueños que tuve con mi esposo, la frustración fue que no teníamos más tiempo para hablar, eso me mostraba que anhelaba profundamente en mi corazón hablar con él.
Yo creo que lo que la Palabra dice sobre el cielo es verdad, que nos reuniremos con nuestros seres queridos. Jesús, por supuesto, es hacia quien queremos correr y encontrarnos primero y caer a Sus pies... pero también reunirnos con nuestros seres queridos. Yo sé que tendré tiempo ilimitado para hablar con Nate, no como mi esposo, sino como mi hermano en Cristo.
Anhelo tanto ese momento. Así como también anhelo estar con mis seres queridos que partieron primero. Esa es la realidad; ese es el gozo del cielo. Es algo curioso pensar sobre el cielo. Pero conversar con Nate es lo que más extraño.
Nancy: ¿Encuentras que ahora estás hablando más con Dios sobre esas cosas?
Margaret: Sí, uno de mis hijos me regaló un libro justo después del fallecimiento de Nate, del autor C.S. Lewis que se llama, La tristeza observada y lo leí todo. Era un diario y C.S. Lewis no tenía intención de publicarlo, pero eventualmente lo hizo.
Nancy: Lo escribió después de la pérdida de su esposa.
Margaret: Sí, después de la muerte de su esposa Joy. Él dijo que hablaba con Dios sobre todo esto, y en especial le preguntaba a Dios sobre dónde estaba ella, y qué estaría haciendo y que quería hablar con ella. Él se preguntaba si a través de Jesús podría hablar con Joy.
Estas cosas pasan por nuestras mentes: «Si tan solo, si tan solo…». Hay una brecha que no podemos alcanzar. Solo debemos confiar en el Señor, que Él sea para nosotras, lo que fueron nuestros cónyuges. Eso es lo que se encuentra en el libro de Isaías 54:5 donde Dios dice: «Porque tu esposo es tu Hacedor», (no te preocupes porque eres viuda, no permitas que eso te avergüence, Yo estaré ahí para ti)».
Y ciertamente Él ha estado ahí para mí en absolutamente todo. No lo puedo tocar o ver, pero algunas veces es casi palpable sentir que Él está a mi lado. Lo siento tan real, y ciertamente Él ha ocupado la opinión de Nate y eso permite que yo llegue a un acuerdo o un punto medio, muchas, muchas veces.
O sea que Él es con quien hablo ahora, y Él quiere que nosotras hagamos eso. Él nos escucha y responde.
Nancy: Usualmente les digo a las mujeres que cualquier cosa que nos haga necesitar de Dios es una bendición. No me refiero a que la muerte o la viudez sean inherentemente una bendición, pero Dios usa y obra a través de estas cosas que están en el mundo caído y que no son las cosas que originalmente Dios quería. Aun estas situaciones difíciles, dolorosas y malas, Dios las usa para traer bendiciones a nuestras vidas.
Pienso que el abrazar eso es parte de la trayectoria a la santificación y a estar completas en Cristo. Dios nos está preparando para el cielo también, y Él usa estas situaciones difíciles como parte de ese proceso.
Aprecié algo que comentabas antes de empezar esta sesión. Dijiste que Dios nos prepara para el porvenir, si nosotras se lo pedimos. ¿Cómo has visto a Dios hacer eso en ti?
Margaret: Nate y yo vivimos en Chicago durante casi todo nuestro matrimonio. Yo nací y me crié allí. Teníamos una pequeña cabaña en Michigan que solo usábamos durante el verano, íbamos con nuestros hijos, primos y con mis hermanas.
Nancy: En el otro lado del lago… Me encanta nuestro lado del lago Michigan, por los atardeceres. En Chicago se pueden ver más los amaneceres, pero a mí me gustan más los atardeceres, o sea que bienvenida a Michigan.
Margaret: A mí también me gustan más los atardeceres. Habíamos hablado de que algún día, cuando nos retiráramos, repararíamos un poco la cabaña y nos iríamos a vivir ahí. Pero, tuvimos una época de dificultades económicas y pensamos que era mejor vender nuestra cabaña centenaria, (donde habíamos criado nuestros siete hijos) y encima de eso todos los argumentos de Nate sobre ese tema.
Pensamos que tal vez era hora de desprendernos de muchas cosas en nuestra vida, ya que estábamos en nuestros «sesenta». Pensamos que era tiempo de vender nuestra casa, y claro, el mercado de bienes raíces en ese tiempo estaba muy mal.
Nos tomó cuatro años poder vender nuestra casa, pero en el tiempo de Dios Él permitió que nuestro último hijo se graduara de bachiller del mismo colegio en que todos nuestros hijos estudiaron. Fue entonces en ese año que finalmente se vendió la casa. Entonces, en vez de comprar una casa más pequeña en Chicago, que era nuestro plan desde el principio, terminamos mudándonos a donde teníamos planeado retirarnos, aunque Nate no se iba a retirar aún.
Hay un tren suburbano que viaja a través de la parte sur del Lago Michigan hacia el centro de Chicago, que lo dejaría a dos cuadras de su oficina. Lo pensamos y finalmente nos mudamos el 10 de junio del 2009, y en el mes de septiembre de ese mismo año fue cuando supimos que Nate tenía cáncer.
Fue en la semana que yo había desempacado las últimas cajas. Teniendo en cuenta que venía de una casa grande a una casa mucho más pequeña, todo debía caber en esa casa y eso era un gran trabajo. Pero cuando finalmente concluimos con ese proceso, nos enteramos de que Nate estaba enfermo. Después de cuarenta y dos días Nate fallece.
¡Y ahí estaba yo, en Michigan! Mi iglesia, mis amigas, mis familiares, todos, estaban en Chicago. Todos me preguntaban, «¿vas a regresar a Chicago, verdad?». O «pondrás tu casa en venta, verdad?».
Y yo respondía, «se dice que debes esperar un año», y así lo hice. Dios usó ese año poderosamente en mi vida, llorando la pérdida de mi esposo, en aflicción, que era exactamente donde debía estar. Y entonces decidí quedarme. La vida estaba cambiando a mí alrededor, no quiero entrar en detalles, pero el punto es que Dios vendió nuestra casa justo en el tiempo que debía ser vendida, pasaron cuatro años difíciles para mantener la casa limpia de día y de noche.
Después, Dios me trajo a un vecindario muy tranquilo donde tengo excelentes vecinos de ambos lados, creyentes muy firmes en la Palabra, exactamente lo que necesitábamos en ese momento. Solo Dios hace esas cosas maravillosas. Desde el momento que llegué a Michigan, un nuevo comienzo se abrió para mí.
La viudez es un nuevo comienzo. Dios quiere que demos frutos cada día mientras permanezcamos en esta tierra. Él tiene planes para nosotras. La Palabra dice que daremos fruto hasta envejecer y Él nos ayudará si estamos dispuestas.
Nancy: Quisiera hablar sobre cómo ser más fructífera en un momento, pero antes quisiera enfatizar algo sobre la provisión de Dios. Mientras miras hacia atrás en todas tus historias; cómo Dios vendió tu casa justo en el tiempo correcto; cómo Dios te llevó a Michigan sin que supieras que en unas semanas estarías en el funeral de tu esposo; a medida que miras hacia atrás y ves la providencia de Dios en tu vida... ¿Qué significa providencia? Significa que Dios conoce el futuro y Él provee para el futuro que no podemos ver. Me encanta vivir bajo la providencia. Pero a medida que recuerdas esos acontecimientos, ¿acaso no te da más confianza y fe, al mirar hacia el futuro, el cual no puedes ver, ni puedes saber lo que pasará? Cosas como, cómo estará nuestra salud, qué experimentaremos en los cambios de la vida, pero tú ya sabes que Dios ha provisto todo esto en el pasado.
Yo sé que a mí me da más confianza el saber que Él proveerá para lo que Él sabe que viene en el futuro.
Margaret: Es muy cierto. Pienso que cada incidente que nos sucede nos une más a Él, dándonos más confianza y más seguridad en Él y en todo lo que nos pueda pasar. Aún cuando pensemos, «¡oh, Señor! No estoy preparada para esto, ¡no sé cómo hacerlo!».
Mi hermana tiene un dicho, «Dios no necesariamente llama a los que están equipados, sino que Él equipa a los llamados». Él tiene un llamado para todos y a mí me ha llamado a la viudez. Eso puede parecerles extraño, pero yo lo veo como un llamado. Es un llamado para esta etapa de mi vida. Él no lo hubiera permitido si no tuviera un propósito con todo esto.
Él tuvo un propósito con Nate y fue llevarlo a Su presencia. Y eso yo lo veo como una tremenda bendición para Nate. Nate no tuvo que atravesar por la agonía... fuera del cáncer porque tenía problemas graves en su columna vertebral que eventualmente lo dejarían en una silla de ruedas para el resto de su vida. ¡Vean de lo que Dios lo libró!
Yo descanso en eso, él estaba preparado y estaba listo. Lo pudimos ver en la manera generosa en que aceptó que iba a fallecer. Pero, para mí, mi llamado en este momento es a la viudez. No quiero solo sentarme y esperar a ser llamada al cielo. No. . . sé que mientras tanto, Dios tiene planes para mí y estoy lista para escuchar Su voz y saber cuáles son esos planes.
Nancy: Estás permitiendo que Dios te haga fructífera en esta etapa de tu vida, no solo añoras una etapa que ya pasó, sino que, estás en otra etapa de tu vida que es diferente porque tus hijos ya son adultos y tienes el nido vacío. Ese es un cambio de etapa con o sin cónyuge, y luego le agregas la pérdida de Nate. Le has permitido a Dios que use los dones que te ha dado y ponga cargas en tu corazón.
Compartes con nosotras sobre el libro que has escrito, (aunque tú ya escribías antes de eso), y este libro es parte del fruto que estás dando.
Margaret: Cuando era niña, lo único que quería era ser escritora. Empecé a escribir mi primer libro a los doce años. Nunca lo terminé, y lo escribí en un cuaderno espiral. Aún lo recuerdo. Yo quería que tuviera un elenco de personajes y quería escribir un libro.
Desde que estaba en octavo grado escribo en un diario, tengo todos mis diarios en una caja, es algo gracioso. Amo escribir, aún si solo le escribo a Dios o me escribo a mí misma. Tiene que salir del lapicero. Me gusta escribir más que comer, lo cual es mucho decir.
He escrito diarios durante todos estos años. Cuando mis hijos eran niños, yo solía tener un cuaderno abierto en la cocina para ir anotando cosas. Eventualmente, estas notas se transformaron en pequeños artículos y fueron publicados en revistas cristianas...mayormente para los padres que estaban criando.
Empecé escribiendo libros sobre los hijos, de cómo criar a los hijos, y sobre otros temas. Me aventuré algunas veces a escribir cartas, haciendo preguntas, y esperando que algún lector hiciera alguna pregunta, pero no tuve éxito.
A través de mi blog, después de que Nate falleciera, un publicista me llamó. Resultó ser una viuda que había entrado a mi blog, en búsqueda de aliento para su propia viudez. Su esposo había fallecido unos días antes que Nate, y fue así cómo esa semilla fue sembrada para este libro devocional.
Me preguntó si había pensado en escribir un libro con todo el material que tenía, y pensé: ¡Te puedo escuchar, Señor! Ese fue un momento en el cual se cerró un capítulo de mi vida. Yo había desistido de escribir el libro, pero el deseo de mi corazón era otro; como está escrito en Proverbios, Dios nunca lo olvidó y Él me iba a permitir escribir el libro.
Nancy: A Su debido tiempo...
Margaret: Era algo que estaba retrasado en mi plan, desde los doce años, y a los 65 se retomó el plan. Pero quiero alentar a todas aquellas que tengan un deseo en su corazón que aún no hayan logrado, recuerden que parte de nuestro caminar con Dios es esperar.
La mayor parte de la vida se trata de esperar el tiempo correcto, esto incluye a cristianos y no cristianos, el tiempo correcto para decir algo, para empezar algo, para comprar algo. Si tan solo aprendiéramos a esperar y a ser pacientes... un fruto del Espíritu es la paciencia.
¡Seamos pacientes! Dios nos enseñará a ser pacientes a través de Su Espíritu. Yo no puedo decir que fui paciente en escribir un libro, yo estaba frustrada. Pero ahora, mirando hacia atrás, veo que Dios quería que escribiera...pero era acerca de Nate; tenía que ver con la viudez. Tenía que ver con alentar a otras viudas.
No era nada de lo que yo estaba escribiendo años atrás. Quizás pueda que reaparezca de nuevo, no lo sé. Pero por ahora, escribir el libro sobre cómo alentar a las viudas ha significado todo para mí en esta etapa de mi vida. Escribir sobre Nate, sobre mi esposo, ha sido un deleite para mí.
Incluso cuando escribo acerca de los momentos difíciles de nuestra vida, es como visitarlo de nuevo; miro hacia atrás y escribo sobre él. Es algo como reencontrarme nuevamente con él y honrarlo al mismo tiempo. Me he deleitado en hacerlo cada minuto. Es como una doble bendición que Dios me ha dado, el escribir sobre Nate. El solo hecho de poderme enfocar en él y al mismo tiempo poder pensar en otras viudas, por las cuales he estado orando desde que empecé a escribir el libro.
Tengo más de veinte de mis maravillosas hermanas orando por las viudas que leerán este libro y aquellas que quizás ni sepan que van a ser viudas en el tiempo que el libro les llegue a sus manos. Solo Dios sabe. Mis hermanas y yo hemos estado orando por ellas, para que sean alentadas a través de las páginas de este pequeño devocional.
Así es como Dios obra, Él nos prepara paso a paso. Y cuando el tiempo es el correcto, todo cae en su sitio... bing, bing, bing, bing.
Nancy: Entonces no tratemos de hacer que las cosas pasen en nuestras vidas tratando de manipularlas, porque quizás podrías haber escrito un libro más rápido. Quizás podrías obtener lo que querías, si en realidad lo anhelabas tanto.
Pero pienso que cuando insistimos y lo forzamos antes del tiempo correcto, entonces no es un fruto maduro.
No es tan gratificante como cuando sabemos que Dios ha orquestado todo y lo ha puesto todo en su sitio. Mientras compartes, pienso en el versículo que conocemos de Eclesiastés 3 donde dice, «Hay un tiempo señalado para todo, y hay un tiempo para cada suceso bajo el cielo» (v. 1). El primero es tiempo para nacer y tiempo para morir.
En esta semana has estado hablando sobre el tiempo de morir. Como mujeres, para nuestras vidas, creo que es muy importante confiarle a Dios los tiempos. Ahora estoy experimentando el cumplimiento en mi vida de algunos deseos que Dios puso en mi corazón cuando yo era una niña.
Miro hacia atrás y veo la belleza... Dios hace todo hermoso en Su tiempo, a Su manera. Hay mucho gozo y libertad cuando lo esperamos a Él... No insistiendo en contra de la etapa o del tiempo pero sí abrazándolo y estando dispuestas, como dices, a esperar pacientemente por las cosas que aún no son Su tiempo para nosotras.
Estoy tan agradecida por la forma en la que Dios te está usando en este tiempo de haber escrito el libro, Esperanza para un corazón dolido. No lo podrías haber escrito cuando tenías doce años o veintidós o treinta y dos, porque tenías que tener un corazón dolido, que no tenías en ese entonces.
Margaret: Tienes razón.
Nancy: También has experimentado esperanza en maneras más enriquecedoras y profundas y más completas que cuando eras una mujer más joven. Gracias por esperar por el tiempo de Dios, cuando fue Su tiempo, para escribir este libro, Esperanza para un Corazón Dolido. Sé que va ministrar mucha gracia a muchas mujeres quienes han escuchado nuestra conversación esta semana.
Me pregunto si mientras concluimos este tiempo, tú mencionaste el orar por las viudas. ¿Podrías orar en este momento por las viudas que están escuchando el programa? Ora para que la gracia de Dios aliente y dé paz a sus corazones. Tráelas al trono de la gracia.
Te invito si estás escuchando y si hoy te encuentras en esa etapa en tu vida, solo deja que la gracia de Dios te sobrecoja mientras Margaret ora por ti.
Margaret: Padre celestial, estamos agradecidas sabiendo que escuchas nuestras oraciones. Gracias por el fruto que Tú deseas producir en cada vida. ¡Me encantó lo que dijo Nancy que cuando Tú haces esto, el fruto es maduro y bueno! Señor, gracias por eso, por Tus planes para con las viudas, para que puedan tener un nuevo comienzo lleno de Tus bendiciones, lleno de cosas nuevas, con nuevos comienzos y que eres Tú quien las guiarás.
Tú las equiparás. Has preparado un camino para ellas. Te pedimos, Señor, que seas nuestro fundamento, cúbrenos bajo tus alas, te necesitamos a nuestro alrededor, especialmente las viudas. Señor, sabemos que Tú nos haces sentir cuán importante es nuestro corazón para Ti, Tú siempre nos cuidarás.
Oro para que a cada viuda que esté escuchando este programa, le proporciones la ayuda que necesita y que Tu amor y cuidado estén siempre alrededor de ellas y que Tú les darás el cuidado y el amor cuando ellas sientan dolor por la pérdida de sus esposos. Gracias por Tu Palabra que nos anima y nos nutre cada día.
Te damos gracias por todas las bendiciones que Tú nos das. Aún en medio de nuestro dolor, Tú nos bendices. Gracias por cubrir lo más básico. Te amamos con todo nuestro corazón. En el nombre de Jesús oramos, amén.
Débora: Has estado escuchando a Margaret Nyman en una conversación con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la serie titulada, Esperanza para un corazón adolorido.
El Señor le ha enseñado muchas cosas a Margaret a lo largo de los últimos años a través de la viudez. Ella nos ha dado una perspectiva bíblica para enfrentar el sufrimiento, y aliento para enfrentar los momentos duros. Creo que lo que ella ha compartido en esta serie con nosotras será de mucha bendición para enfrentar nuestras propias luchas. Y si conoces a alguien más que se beneficiaría de esta serie de enseñanzas, puedes compartírsela fácilmente a través de nuestra página web AvivaNuestrosCorazones.com.
En la nueva serie que iniciamos el día de mañana escucharás una enseñanza que se basa en la historia de una mujer de la Biblia que, en medio de su pérdida y dolor, vio a Dios obrar de manera poderosa. Te esperamos para el próximo episodio de Aviva Nuestros Corazones.
Enfrentando cada etapa de la vida sin temor, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de La Biblia de las Américas a menos que se indique lo contrario.
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