Un intento por llenar el vacío
Débora: Vicki Rose creció sabiendo que algo faltaba en su vida, y cuando tenía 20 años se le ocurrió un plan para llenar esa sensación de vacío.
Vicki Rose: Pensé que si me casaba, todas las heridas de mi infancia y el vacío que sentía simplemente desaparecerían, y que todo estaría bien. Así que me enfoqué por completo en casarme.
Débora: Cuando finalmente se comprometió, estaba ansiosa por planear la boda y casarse, incluso después de haberle confesado a una amiga lo siguiente:
Vicki: No estoy segura si esto realmente funcionará, solamente quiero casarme, y si no funciona nos divorciamos.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth, autora de «Adornadas», en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 6 de mayo de 2024.
En el episodio de hoy, comenzaremos a escuchar el testimonio de Vicki Rose, una mujer que parecía tenerlo todo: un …
Débora: Vicki Rose creció sabiendo que algo faltaba en su vida, y cuando tenía 20 años se le ocurrió un plan para llenar esa sensación de vacío.
Vicki Rose: Pensé que si me casaba, todas las heridas de mi infancia y el vacío que sentía simplemente desaparecerían, y que todo estaría bien. Así que me enfoqué por completo en casarme.
Débora: Cuando finalmente se comprometió, estaba ansiosa por planear la boda y casarse, incluso después de haberle confesado a una amiga lo siguiente:
Vicki: No estoy segura si esto realmente funcionará, solamente quiero casarme, y si no funciona nos divorciamos.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth, autora de «Adornadas», en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 6 de mayo de 2024.
En el episodio de hoy, comenzaremos a escuchar el testimonio de Vicki Rose, una mujer que parecía tenerlo todo: un trabajo exitoso, un hermoso clóset, y acceso a las élites sociales de Nueva York. Mas aún y con todo esto, en su interior ella sabía que tenía un vacío. Por hoy y los próximos 3 días, Nancy conversará con Bill y Vicky Rose sobre esta historia de película. Aquí está Nancy para iniciar la conversación.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Hoy tenemos con nosotros a Bill y Vicki Rose. Ellos son conocidos en Aviva Nuestros Corazones.Y hemos tenido el privilegio de tener a Vicki en el programa en numerosas ocasiones, puede que hayas escuchado su testimonio, su historia de cómo Dios tomó un matrimonio sin esperanza y obró una asombrosa restauración que solo Él puede hacer. Estoy segura de que muchos matrimonios han sido impactados por esa historia.
Pero hoy, no solo tendremos a Vicki en el estudio, sino también a su esposo, Bill Rose. Bill y Vicki, muchas gracias por estar con nosotras. ¡Bienvenidos a Aviva Nuestros Corazones!
Bill Rose: Gracias. Es un placer estar aquí.
Vicki: Gracias Nancy. Es grandioso estar aquí para verte de nuevo.
Nancy: Vicky, tú y yo hemos sido amigas por un largo tiempo. Y como nuestras oyentes escucharán en el programa de hoy, nuestras vidas se entrelazaron hace décadas atrás. Les contaremos más al respecto. Anoche cenábamos con otra pareja y nos reíamos sobre las diferencias entre esposos y esposas, y cómo a menudo parece que los opuestos se atraen.
Ustedes mencionaban algunas diferencias que hay entre ustedes. Y me preguntaba, ¿qué cosas tienen en común? ¿A qué hora comienza la mañana para ustedes?
Bill: Para mí comienza alrededor de las 11 de la mañana.
Nancy: Así que eres una persona nocturna.
Bill: Definitivamente.
Nancy: ¿Y tú, Vicki?
Vicki: Me encanta despertar temprano, creo que entre más temprano, mejor. Me gusta levantarme cuando aún está oscuro para tener mi tiempo con el Señor; cuando no hay movimiento en la casa.
Bill: De vez en cuando me hace el favor de quedarse despierta hasta las 11: 30 de la noche para ver televisión conmigo; tenemos una «Noche del béisbol» o algo así. Yo suelo mostrarle los detalles sobresalientes en el juego una y otra vez.
Nancy: Así que te gusta el béisbol. Tienes experiencia en deportes. Vicki, ¿tu conocimiento en deportes es amplio?
Vicki: Nunca había estado en un juego de béisbol antes de conocer a Bill. Nos conocimos en 1975. Ese primer verano siendo novios, fui a setenta juegos locales de los Yankees.
Nancy: ¡Vaya! Pero, ¿por qué los Yankees?
Bill: He sido un socio de los Yankees desde 1976.
Nancy: Eres leal a los Yankees.
Bill: Tengo lealtad y todo ese tipo de cosas hacia los Yankees.
Nancy: Y entonces Vicki, te sumergiste en el mundo de los Yankees.
Vicki: Lo hice, pero fue voluntariamente.
Bill: Porque quería casarse.
Vicki: Es verdad.
Nancy: Y funcionó.
Vicki: Así es. Funcionó.
Nancy: En ese tiempo tenían muchas diferencias, y aún las tienen. ¿Cuáles son algunas otras diferencias que han encontrado en sus 35 años de matrimonio?
Vicki: Bueno, a mí me encanta ir al teatro y hacer actividades culturales.
Bill: Y yo creo que ver ESPN, ese canal de deportes, tener «Noches de béisbol» e ir a los partidos es totalmente cultural.
Vicki: Bueno Nancy, a mí me encanta la tranquilidad cuando estoy sola en casa, es decir, sin televisión, y quizás escuchar música de alabanza o música clásica, estar en silencio. Me gusta mucho la tranquilidad.
Nancy: Muy bien, tú y yo podríamos llevarnos muy bien.
Vicki: Así es.
Bill: Bueno, eso está bien. Hace un tiempo compramos y remodelamos por completo un departamento nuevo en Nueva York. No es muy grande, pero ahora tenemos 9 televisiones en ese departamento de 3 habitaciones. Incluso hay 2 televisiones en los baños. Así que un lanzamiento, un tiro, un pase o una carrera no pasan por alto en mi casa.
Nancy: ¿Entonces no todo es tranquilo?
Bill: No.
Vicki: De hecho, cuando Billy no está, ni siquiera sé cómo funcionan la mitad de las cosas de la televisión. Algo que también me encanta hacer es planificar por adelantado. Hago planes, me anticipo.
Bill: Si hay hombres escuchando esto, tengo que decirles algo: los mejores planes, las mejores oportunidades e invitaciones, llegan a último minuto. Así que, ¿Por qué querrías hacer un plan anticipado si de todas maneras tendrás que cancelarlo? No tiene ningún sentido.
Nancy: Entonces no te gusta mucho eso de la estructura y el orden.
Bill: No, pero en realidad esa es una gran razón por la que estoy casado con Vicki, ella pone un poco de orden en mi vida por mucho que me resista.
Nancy: ¿Y él trae un poco de espontaneidad a tu vida, Vicki?
Vicki: ¡Definitivamente! Cuando salimos por primera vez, yo había cocinado una cena completa, pero recibimos una llamada para salir a cenar, así que dije: «De acuerdo, vamos». Saqué todo del horno, lo puse encima de la estufa y salimos. Lo hice solo una vez, en 1975 o 1976. Y cuando Billy quiere hacer algo, aún me recuerda ese día, él dice: «Me casé contigo. Recuerda lo que hiciste en aquella ocasión».
Bill: Y fue la única ocasión que lo hizo.
Nancy: Pero en ese entonces ustedes eran novios.
Vicki: ¡Exacto! Gracias.
Bill: Bueno, no hay excusa para eso.
Nancy: Ahora Vicki, sé que eres como otras mujeres que a menudo, al final del día, quiere sentarse y hablar de su día, ¿no es así?
Vicki: Así es. Eso es muy importante para mí. Yo necesito hablar con Bill y decirle lo que ha pasado durante el día. También me hace sentir cercanía el poder compartir lo que he hecho, o lo que hemos hecho, o cómo me ha afectado. Quiero saber cómo le ha afectado a él; cómo se siente al respecto.
Nancy: Como un resumen del día.
Vicki: Sí.
Nancy: ¿Y cómo les afecta eso?
Bill: Bueno, en primer lugar, cariño, siempre me siento cercano a ti. Pero no veo ninguna razón para hablar de las cosas que sucedieron durante el día. No tiene ningún sentido. Quiero decir, sigamos adelante. Hemos vivido el día, hemos pasado por ello, ¿por qué necesitamos discutirlo?
Nancy: Así que entraron al matrimonio con algunas diferencias muy grandes. Tan solo el hecho de ser hombre y mujer implica diferencias enormes, pero se pudiera decir que ustedes tuvieron muchas diferencias. Y no solo eso, también trajeron muchas cargas al matrimonio. Cuando se casaron, ninguno de los dos conocía al Señor, ambos vienen de un trasfondo Judío.
Y quisiera hablar un poco sobre ese trasfondo y el trayecto que han recorrido, no solo en su matrimonio, sino también en su caminar con el Señor. Y Vicki, te conozco mejor que Bill desde hace muchos años. Te he escuchado hablar de cómo intentabas llenar vacíos en tu vida, probablemente desde la adolescencia. ¿Cómo era eso para ti?
Vicki: Bueno, Nancy. Crecí en Nueva York, mi mamá era ama de casa. . . ella tenía problemas de ira. Mi papá trabajaba todo el día, y realmente le encantaba lo que hacía. Creo que incluso desde muy joven, yo me sentí como una carga para ellos. Siempre estaba tratando de encajar, trataba de no complicar las cosas. Me sentí así durante una parte de mi adolescencia.
Cuando entré a la escuela secundaria, mi madre enfermó y murió una semana antes de mi graduación. Así que se produjo un vacío. Cuando mi mamá murió, mi papá me dijo: «Seguiremos con la vida como hasta ahora, no llores en su funeral. No llores, vamos a mostrar a todos lo fuertes que somos».
Así que, crecí aprendiendo a enterrar mis sentimientos. No podía ni siquiera decir: «Estoy triste». Y, claro, me sentí triste cuando mi mamá murió, pero no sabía cómo identificar lo que sentía y estar bien con eso, porque en mi familia no estaba bien estar triste, llorar o estar deprimido. Simplemente no estaba bien. Así que aprendí a seguir adelante, y eso comenzó a producir en mí un vacío.
Cuando fui a la universidad, al no tener a mi mamá, me sentía un poco perdida; el vacío crecía cada vez más. En Nueva York, tener más, hacer más, comprar más, es una especie de modus operandi. Aunque estoy segura de que eso no es solo en Nueva York. Yo pensaba: Si tan solo comprara, si tuviera ropa linda, si tuviera suficientes zapatos en el armario y me viera bien o «a la moda»… Todos esos pensamientos me llevaron a tomar la decisión de entrar en el negocio de la moda. Y con eso, intenté llenar un vacío que crecía cada vez más.
Nancy: Wow. . . Y Bill, tu trasfondo también es judío, ¿ambos practicaban el judaísmo? ¿Cómo se veía eso para ti?
Bill: Bueno, solo puedo recordar una sola ocasión en la que fui al templo. En aquel entonces, la Serie Mundial de béisbol se realizaba en septiembre durante los días de festividades religiosas. Mi papá quería llevarme a un partido en el que se enfrentarían los Yankees contra los Cardenales. Él tuvo que sacarme de la escuela para hacerlo.
Mi madre dijo: «La única manera de que vayas al partido es que vayas al templo en la mañana, después de eso puedes irte con tu papá». Así que fuimos al templo en la mañana y al juego de béisbol en la tarde. Ese es mi único recuerdo de haber ido al templo.
Sabía que era judío, pero para mí era algo simplemente cultural; una herencia más que una religión. La escuela a la que fui en Nueva York se llamaba Trinity. Era una escuela privada, teníamos una capilla en la que nos reuníamos todas las mañanas, y muchos de los niños de esa escuela eran judíos. Creo que, en realidad, esa fue mi educación.
Nancy: Y, Bill, cuando miras atrás en tus años de juventud, ¿cuáles fueron las motivaciones que te impulsaban en tu vida? ¿Qué buscabas? ¿Qué perseguías? ¿Cuáles eran tus intereses?
Bill: Quería ser un jugador profesional de béisbol. Me volví bastante bueno. Cuando era niño, mi héroe era un jugador llamado Bobby Richardson. Él era segunda base de los Yankees, así que yo quería jugar en la segunda base para los Yankees. Aprendí a cambiar de bateo entre mi segundo y tercer año de secundaria. Fui a una escuela secundaria en Connecticut y me reclutaron muchas veces.
Fui capitán en mi último año, y una importante escuela de béisbol en la costa oeste me reclutó. Fuimos allí a jugar contra su equipo universitario, y nuestro equipo tuvo cinco hits, de los cuales cuatro fueron míos: dos izquierdos y dos derechos. Me ofrecieron quedarme. Allí, cada noche, me entrevistaban diferentes equipos.
Uno de ellos me trajo un auto y yo le dije: «No tengo licencia».
Y él me dijo: «No te preocupes, aquí está tu licencia».
Y así era el reclutamiento en los años 70. Pero a mitad del último año me rompí completamente la rodilla, así que mi carrera en el béisbol se vio afectada.
Nancy: ¿Y cuál fue tu siguiente paso?
Bill: Una vez que me gradué de la preparatoria fui a la universidad, pero no a la misma que me reclutaron porque no tenían más interés en mí después de que mi rodilla se rompió. Después de la universidad, trabajé con mi papá que tenía un negocio textil. Definitivamente, no era lo que yo quería hacer, pero los viajes a Europa para comprar las telas eran agradables.
Nancy: Y sé que ambos tenían un estilo de vida fiestero. Iban mucho de fiesta. ¿Cuándo empezó eso para ti, Bill?
Bill: Bueno, comenzó en la universidad. En mi segundo año, dos de mis mejores amigos y yo nos mudamos a un complejo de condominios. De hecho, éramos los únicos universitarios en todo el complejo de condominios.
Teníamos las mejores fiestas del campus, unos tres días a la semana. Había marihuana y todo tipo de droga. Pero, a decir verdad, estaba bastante controlado en ese momento. Asistía a clase la mayor parte del tiempo, más que mis otros dos compañeros de cuarto, eso te lo puedo asegurar.
Me gradué de la universidad y comencé a trabajar para mi papá, pero aún estaba metido en algunas drogas. Y cada vez que se presentaba un problema grande, yo consumía cocaína.
Nancy: ¿Como un escape?
Bill: Yo diría que para mí era una forma de aumentar mi confianza, hacerme un poco más fuerte para ayudarme a superar las cosas. Supongo que todavía estaba muy molesto por todo el asunto de la rodilla y por no poder hacer lo que quería en el béisbol. Me llevó mucho tiempo superarlo porque fue un golpe muy duro; era el sueño de mi vida. Tuve muchos noviazgos durante la universidad, y luego conocí a Vicki en 1975.
Nancy: ¿Cómo se conocieron?
Bill: Los padres de Vicki se habían mudado al edificio de mis padres.
Vicki: Mi papá se volvió a casar después de la muerte de mi madre, y tuvimos que mudarnos al edificio de apartamentos donde Bill había crecido con su familia. Yo aún estaba en la universidad cuando nos mudamos allí.
Nancy: Entonces, ¿quién vio a quién primero?
Bill: La vi salir del edificio. Yo estaba con un amigo que había ido a la Universidad de Boston, y él me dijo: «Creo que su nombre es Vicki Gage». Reconocí el apellido porque mi mamá conocía a alguien llamado Sue Gage. Así que le dije a mi mamá: «Averigua si tienen relación». Y resultó que la tenían, era su sobrina. Pero Sue dijo: «Está saliendo con un tipo hippie del pueblo. Ni siquiera te molestes».
Vicki: Gracias, cariño.
Bill: Bueno, era verdad.
Nancy: Entonces no se conocieron en ese momento.
Vicki: No. Yo no lo había visto. Recuerdo que recibí una llamada de mi tía Sue diciendo que había un joven agradable en mi nuevo edificio que estaba interesado salir conmigo. Y le dije: «Muchas gracias, pero en este momento estoy saliendo con alguien». Un año más tarde, después de graduarme de la universidad, rompí con mi novio.
Bill: Él no era agradable.
Vicki: Llamé a mi tía Sue y le dije: «Si ese chico de mi edificio aún está interesado, estoy disponible».
Nancy: Y la tía Sue llamó a. . .
Bill: Llamó a mi mamá, y mi mamá me lo dijo. Así que llamé a Vicki y la invité a salir. Ella aceptó, pero una hora después me llamó para decirme que había olvidado que la iban a operar del pie.
Vicki: Historia real.
Bill: Y pensé: esa es la excusa más patética que he escuchado en toda mi vida. Quiero decir, ¿a quién se le olvida que le van a operar el pie?
Vicki: Fue una cirugía de un dedo del pie y lo olvidé por completo porque estaba tan emocionada de que me hubieras llamado para invitarme a salir.
Bill: ¡Eso sí lo puedo entender!
Nancy: ¿Entonces pospusieron la cita?
Bill: Yo no estaba seguro todavía de que ella me había dicho la verdad. Así que les di a los porteros como diez dólares a cada uno para asegurarme de que cuando ella volviera estuviera con muletas, porque quería saber la verdad. Afortunadamente para ella, sí tenía muletas. Bueno, mientras ella se recuperaba, yo la llamaba para preguntarle cómo seguía.
Vicki: Resultó ser una cirugía más compleja de lo que pensaba. Tenía muchas molestias y dolores, y Bill me llamó durante toda la semana. Falté una semana al trabajo, y él llamaba con frecuencia. Eso fue muy importante para mí porque estaba en un momento de mi vida en el que acababa de graduarme de la universidad, mi padre se había vuelto a casar, mi madrastra tenía tres hijos, y yo sentía que ya no pertenecía a ningún lugar.
Mi familia no era la familia que conocía, y realmente yo no tenía un lugar que se sintiera como mi hogar. Cuando Bill empezó a llamar para ver cómo me sentía, era algo que satisfacía una profunda necesidad que yo tenía.
Nancy: ¿Cómo fue su primera cita?
Vicki: Bill me llevó a un hermoso restaurante, y luego a club a bailar llamado Le Club, en Nueva York. Había música y era un lugar hermoso.
Nancy: ¿Entonces no fue un partido de béisbol?
Vicki: No. En la segunda cita fuimos a un partido de hockey. Después del partido me llevó a otro famoso restaurante en Nueva York llamado «The 21 Club».
Bill: Muy buenos asientos por cierto.
Vicki: En el partido de hockey y en el restaurante. Y nunca olvidaré esto; miré el menú, ya era tarde. Mis padres siempre me enseñaron que se pide lo más barato del menú cuando se sale a cenar con otras personas.
Bill: Y obviamente no prestó atención.
Vicki: Creo que ordené el platillo más caro del menú esa noche. Esa fue nuestra segunda cita. Creo que al día siguiente recibí una docena de rosas rojas.
No sé si lo pensé de forma consciente, pero pensé que si me casaba, todas las heridas de mi infancia y el vacío que sentía simplemente desaparecerían, y que todo estaría bien. Así que me enfoqué por completo en casarme.
Nancy: ¿Eso fue más o menos un año antes de que se casaran?
Vicki: Fue un año y 3 meses desde que nos conocimos en noviembre de 1975 hasta que nos casamos en febrero de 1977.
Bill: Le propuse matrimonio justo antes de un partido de béisbol.
Nancy: Oh, cuéntanos Bill.
Bill: En realidad no recuerdo mucho.
Vicki: Es cierto.
Bill: Pero sé que fue antes de un juego de béisbol.
Vicki: Fue antes de un partido de los Red Sox.
Bill: ¿Era una caja de palomitas dulces o algo así?
Vicki: No, no, no. Fue solamente un: «¿Te casarías conmigo?», muy básico con un anillo.
Bill: Y fuimos a un partido de béisbol para celebrarlo.
Nancy: Así que no fue algo grande o romántico.
Vicki: Bueno, no a mis ojos; no desde mi perspectiva.
Nancy: Bill simplemente te lo pidió, ¿cierto?
Vicki: Así es.
Bill: Pensé que había sido una gran cosa.
Nancy: Así que durante ese año y 3 meses antes de casarse (porque a medida que la historia se va desarrollando, Su matrimonio en esos primeros años fue muy inestable), ¿hubo algo en ese período de citas que debió darte una pista de que no sería un camino o una relación sencilla? ¿O todo fue tranquilo durante ese año?
Bill: Creo que ese año fue bastante tranquilo. Si se podía descartar una cena entera previamente cocinada simplemente porque yo quería cenar en algún lugar, eso estaba bien para mí. Pero, ¡fui engañado! Pensé que Vicki era espontánea.
Vicki: Y para mí, en ese punto de mi vida, me encantaba ir a patinar sobre hielo. Los fines de semana me encantaba hacer muchas cosas, ir a caminar, mirar las tiendas desde afuera, ir de compras. . . Pero a Bill le encantaba ver deportes todo el fin de semana. Eso era un gran problema para mí. Pero en ese momento estaba dispuesta a renunciar a todo lo que fuera importante para mí porque, en primer lugar, me estaba enamorando de Bill, y en segundo lugar, quería que la relación funcionara.
Crecí con el comportamiento de que si tenía que dejar de hacer algo para hacer feliz a la otra persona, entonces no importaba. Yo hacía lo que fuera por hacer feliz a Bill. No importaba lo que yo quisiera, con tal de conseguir que Bill siempre estuviera feliz. Y a ese comportamiento se le conoce como codependencia.
Nancy: Así que cuando miras atrás puedes ver un patrón.
Vicki: Definitivamente puedo verlo. Puedo ver que no fue un patrón saludable para mí o para nuestro matrimonio, porque en realidad Bill no sabía que esto estaba pasando en mí.
Bill: En algunas ocasiones, después de casarnos, ella explotaba y me decía: «doy y doy y doy, y ya no puedo dar más». Y yo le decía: «¿De qué estás hablando?»
Nancy: Porque no tenías idea.
Bill: No tenía idea.
Vicki: Y yo tenía miedo de expresar mis sentimientos porque había crecido en un hogar donde eso no se hacía.
Nancy: Entonces no era una relación completamente honesta.
Vicki: Exacto.
Nancy: Luego de que se casaron, ¿cuándo vieron el primer indicio, para cualquiera de ustedes, de que esto no era lo que esperaban o imaginaban? ¿Quién se dio cuenta primero?
Bill: Estaba en el avión justo después de casarnos, ¿nuestra boda fue en el apartamento de tus padres?
Nancy: Espera un momento, ¿no recuerda dónde se casaron?
Bill: Bueno, Nancy, eso fue hace más de treinta y cinco años.
Nancy: Has estado dormido desde entonces, ¿cierto?
Bill: Bueno, en mi defensa, en ese tiempo consumía muchas drogas.
Vicki: Realmente yo no sabía que él consumía drogas antes de que nos casáramos. Eran los años 70, había visto drogas en mi dormitorio en la universidad, pero yo nunca las había consumido.
Bill: Yo era amigable con la gente de los clubes nocturnos Studio 54 y Xenon. Allí había muchos actores y atletas famosos, pero no voy a nombrarlos, con los que hacíamos líneas de cocaína en habitaciones privadas. Era algo común.
Vicki: Eso fue después de casarnos.
Bill: Cierto, justo después de casarnos. Y eso fue a finales de los 70; era lo que se hacía, lo que era «cool».
Nancy: ¿Y lo hacían juntos?
Vicki: Sí, así es.
Nancy: Volvemos al asunto de la decepción. Vicki, ¿comenzaste a sentirte decepcionada en tu luna de miel?
Bill: Bueno, espera. Antes de llegar a ese punto: nos casamos y tomamos un avión esa noche, después de la ceremonia, para volar a Los Ángeles, pasar la noche allí y luego conducir hasta Palm Springs. Estábamos en el avión yendo hacia los ángeles, vi a Vicky dormida y pensé: ¿qué acabo de hacer? Tenía veinticuatro años, mi pensamiento fue: no puedo creer que me haya casado.
Nancy: Probablemente no eres la primera persona que ha pensado eso.
Bill: No, pero también pensé: bueno, si esto no funciona, me divorciaré; no es gran cosa.
Nancy: Así que eso ya estaba en tu mente.
Bill: Oh sí, absolutamente. Y creo que ahora Vicki compartirá más o menos lo mismo.
Vicki: Estábamos comprometidos. Y creo que fue en Agosto, antes de nuestra boda, que fuimos con los padres de Bill por 2 semanas a Italia, justo después de nuestro compromiso.
Bill: Fue una buena cita.
Vicki: Pedimos prestadas las maletas a una amiga mía; ella era una de mis amigas más cercanas, y recuerdo que le dije: «No estoy segura si esto realmente funcionará, solamente quiero casarme, y si no funciona nos divorciamos».
Nancy: ¿El divorcio era parte de la cultura? ¿Alguno de sus padres se divorció?
Vicki: Sí, era una parte de la cultura. Mi padre estuvo casado con mi madre durante treinta y dos años cuando ella murió. Después estuvo casado con mi madrastra durante veinte años, y los padres de Bill estuvieron casados durante mucho tiempo. No hubo divorcio en nuestra familia, pero fue algo muy cultural, algo de nuestra generación.
Bill: Entré en la habitación de mi madre la mañana de nuestra boda y le dije: «No puedo hacer esto». Pero ella me convenció de sacarme esa idea de la cabeza.
Nancy: Qué manera de comenzar un matrimonio. Bill y Vicki Rose han estado hablando sobre las semanas previas a la boda. Ambos estaban vacíos, estaban buscando un significado para sus vidas lejos de Jesús, y estaban a punto de empezar una vida juntos.
A medida que la historia se desarrolla esta semana, escucharás sobre la adicción a la cocaína y a las compras; escucharás sobre un matrimonio que parecía imposible de sanar, pero aún más importante, escucharás acerca del poder de Dios para cambiar vidas y relaciones. Asegúrate de seguir escuchando esta serie durante los próximos 4 días.
Ahora, no queremos revelar toda la trama de la historia de esta semana. Pero quiero decir que Dios ha traído a Vicki y a Bill a Él y sigue ayudándolos, en su matrimonio, a crecer en Cristo. Y estoy muy agradecida de que Él esté usando Aviva Nuestros Corazonescomo parte de su crecimiento. Ambos se han beneficiado tanto a través de este ministerioque regularmente, y con alegría, hacen donaciones para hacer posible este ministerio. Y Vicki quiere que sepas que tú también serás bendecida apoyando el ministerio.
Vicki: Me encantaría animarte, si nunca has colaborado con Aviva Nuestros Corazones, existe esta alegría cuando colaboras con un ministerio que llega a tantas mujeres en todo el mundo. Estuve unos años atrás en una conferencia en Europa, y las mujeres allí escuchan Aviva Nuestros Corazones, al igual que en la República Dominicana y en todo Estados Unidos.
Nancy: Le estamos pidiendo al Señor que levante más oyentes como Vicki y Bill. Oyentes que apoyen el ministerio de Aviva Nuestros Corazones y quieran colaborar con nosotros para llamar a más mujeres a la libertad, plenitud y abundancia en Cristo.
Si el Señor ha utilizado Aviva Nuestros Corazones en tu vida, o en tu hogar, o en la vida de aquellos que son cercanos a ti, ¿considerarías dar el siguiente paso y apoyar el ministerio de una manera más profunda? Puedes hacerlo siendo parte de nuestras colaboradoras mensuales. Un grupo de oyentes, como Bill y Vicki Rose, se han comprometido a orar por Aviva Nuestros Corazones. Ellos comparten el ministerio con otros y hacen donaciones para ayudar a que este ministerio sea posible.
Vicki: Me gustaría animarte a ser colaboradora de Aviva Nuestros Corazones, al colaborar ayudas a que la Palabra de Dios llegue a todo el mundo, lo cual es parte de la Gran Comisión.
Nancy: Y como mencioné, le estamos pidiendo al Señor que provea nuevas colaboradoras mensuales. Quizá eres parte de la respuesta a esa oración.
Te animo a que ores y le preguntes al Señor si puedes ser parte de nuestras colaboradoras mensuales. Este equipo de colaboradoras son un gran apoyo y soporte crucial para el ministerio. En un mundo en el que cada día se adentra más a la oscuridad, me emociona poder llamar a las mujeres a la libertad, plenitud y abundancia en Cristo.
Gracias por tus oraciones, por tu apoyo y ánimo para alcanzar los corazones de mujeres alrededor del mundo.
Débora: Mañana retomaremos la historia de Bill y Vicki. Escucharemos cómo Bill abrió un restaurante que se llenaba de personas ricas y famosas cada noche, y que parecía ser un gran éxito. Pero esto hizo que el problema de Vicki fuera aun peor. Acompáñanos mañana en Aviva Nuestros Corazones.
Recordándote que Jesús es suficiente, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de la Nueva Biblia de Las Américas, a menos que se indique lo contrario.
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