El Padre Nuestro, día 14
Holly Elliff: Pienso que la palabra intencional es una palabra clave que encierra todo lo que estamos hablando, porque efectivamente es un estilo de vida intencional.
Annamarie Sauter: Con nosotras Holly Elliff.
Holly: Vivir a la luz de la eternidad, gobernada por la Palabra de Dios y por Su Espíritu y estar conectadas con Él en oración, es intencional. Debe ser intencional o jamás pasará.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
La oración es mucho más que un hábito o una rutina. La oración afecta toda nuestra vida. Hoy continuaremos escuchando de esto en la medida en que algunas mujeres comparten con nosotras aplicaciones prácticas basadas en lo que hemos estado estudiando en esta serie sobre el Padrenuestro. Si te perdiste el episodio de ayer, en el que dimos inicio a la conversación, asegúrate de leerlo, descargarlo o …
Holly Elliff: Pienso que la palabra intencional es una palabra clave que encierra todo lo que estamos hablando, porque efectivamente es un estilo de vida intencional.
Annamarie Sauter: Con nosotras Holly Elliff.
Holly: Vivir a la luz de la eternidad, gobernada por la Palabra de Dios y por Su Espíritu y estar conectadas con Él en oración, es intencional. Debe ser intencional o jamás pasará.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
La oración es mucho más que un hábito o una rutina. La oración afecta toda nuestra vida. Hoy continuaremos escuchando de esto en la medida en que algunas mujeres comparten con nosotras aplicaciones prácticas basadas en lo que hemos estado estudiando en esta serie sobre el Padrenuestro. Si te perdiste el episodio de ayer, en el que dimos inicio a la conversación, asegúrate de leerlo, descargarlo o escucharlo, en avivanuestroscorazones.com.
Bueno, retomemos en el punto donde nos quedamos ayer, con la última intervención de Holly Elliff. También escucharás de Nancy, de Kim Wagner y de Jane Green.
Holly: Pienso que la vida de Jesús es un tremendo ejemplo de Su constante confrontación hacia las malas motivaciones. Esto se encuentra en todo el Nuevo Testamento. Lo hablamos anteriormente mientras estabas enseñando, Nancy. Hablabas sobre cuán controversial fue para el mundo judío que Cristo llamara a Dios Su Padre. Qué declaración tan controversial fue aquella.
Y me quedé sentada allí pensando. Toda Su vida fue una controversia. Todo lo que Cristo hizo desde que llegó a la tierra fue controversial. Pero esto forzó a los hombres a examinar sus corazones y a meditar en por qué hicieron lo que hicieron. Cuando Él confrontó al joven rico sobre sus riquezas, Jesús estaba mirando su corazón. Y cuando Él confrontó a los fariseos, es porque Él podía ver las motivaciones de sus corazones, y ellos no podían o no habían pensado en ellas.
Eso es lo que más amo una y otra vez del Nuevo Testamento. Si estamos leyendo, estudiando la Palabra de Dios, vamos a estar siendo confrontadas con la verdad, que no nos dejará avanzar más allá del camino, si en serio nos estamos cuestionando sobre esta pregunta, ¿cuál es la motivación de mi corazón?
Kim Wagner: Si tenemos el nombre del Dios santo y estamos viviendo en la impiedad, negamos la veracidad de esa afirmación, que estamos llevando el nombre de un Dios santo. La siguiente frase de Nietzsche me dio muy duro –y por supuesto, él era un ferviente antagonista del cristianismo– él dijo: «Muéstrame que has sido redimido, y luego creeré en tu redentor».
Me temo que hoy día la iglesia no refleja que servimos a un Dios santo. Mi mayor carga y preocupación hoy, es que quiero que la gente sepa lo que mi Padre es. Pienso que nosotras, como iglesia, no les estamos mostrando cómo es el Padre, cómo es Jesús.
Nancy DeMoss Wolgemuth: De hecho, entonces, en muchas ocasiones ellos eligen rechazar a Jesús porque los que llevan Su nombre muestran un testimonio nada atractivo y lleno de impiedad. Entonces ellos dicen, «si eso es ser cristiano, si eso es lo que Cristo es, entonces no lo quiero».
Holly: Pienso que eso es trágico. Como creyentes, muchas veces nos parecemos tanto al mundo…no hay distinción alguna en nuestras vidas. No existe nada en nosotros que atraiga a otros, una atracción que los haga decir, «¿qué es lo que tiene esa persona? ¡Yo quiero saber que es!»
Jane, es como dijiste, cuando vienes a Cristo por primera vez, asumes que todo cristiano ha hecho todo lo que señala la Escritura. Cuán trágico es que muchas veces no nos parecemos en nada a Cristo y para nada a las Escrituras, y no nos identifican como creyentes.
Nancy: Es muy fácil dar por sentado esto y pensar: «Todo el mundo que nos rodea está viviendo de esta manera. Nadie está realmente viviendo en este nivel sobrenatural de la vida cristiana, o muy pocos lo están». Y luego comenzamos a racionalizar, a justificar y a excusar nuestro propio cristianismo mediocre. Pensamos, «bueno, estoy haciendo exactamente lo mismo que las personas a mi alrededor, por lo menos la mayoría»; cuando el llamado de Dios en el Sermón del Monte y en el Padrenuestro, es a llevar un estilo de vida que sea radicalmente distinto a la forma del mundo, de su reino y su justicia.
Para nosotras, encontrar contentamiento en el reino de este mundo o en la manera en que el mundo lo hace, es traicionar el nombre de Cristo, nuestro Rey.
Holly: Es una idea maravillosa pensar todo lo que Cristo desea hacer en nuestra nación si estuviéramos escuchando, si estuviéramos orando de acuerdo a Su voluntad. Si aquellas que somos genuinamente creyentes, estuviéramos levantándonos y orando durante el transcurso de nuestro día, «Dios, venga a nosotros Tu reino». Creo que hemos perdido tanto lo que Dios desea debido a que hemos abandonado la mentalidad de orar de acuerdo a Su voluntad.
Me encanta que Jesús ejemplificó tan bien el equilibrio de la necesidad de llegar hasta Dios en todo en Su vida mientras Él estuvo en la tierra, hasta el punto que Sus discípulos lo vieron y dijeron, «sabemos que oras, enséñanos a hacer lo mismo». Ellos sabían que era importante para Él.
Me fascina leer a través del Nuevo Testamento. Y para alguien que no entiende este concepto, le animo a que tome su Biblia y comience a leer a través del Nuevo Testamento, marcando lo que pueden ver de la vida de Jesús en relación a la oración. Porque creo que esto nos enseña cómo tomar esos momentos en los que vivimos en la tierra y verlos a la luz de la eternidad, que es de lo que se trata Jesús.
Kim: Jesús no estaba viviendo en un monasterio. Él estaba lidiando con lo más sucio de la sociedad. Él se cansaba. Tenía hambre. Era muy difícil. A pesar de todo, Él fue capaz de mantener una comunión continua con el Padre.
JaneGreen: Holly, si tomamos nuestras biblias y comenzamos a marcar todo acerca de la vida de Jesús, notaríamos que se levantaba muy temprano en la mañana y se iba lejos, Él solo, a orar. Nancy, yo no creo que esto sea lo que mucha gente hace. Sus mañanas están llenas con alistar y preparar a los niños, salir por la puerta y marcharse al trabajo. Dormir hasta lo más tarde posible, porque la noche anterior estuvieron frente al televisor hasta tarde en la noche.
Recuerdo cuando vi por primera vez que Jesús se marchó lejos a orar…en lo personal, me gusta levantarme temprano en la mañana. Me sentí muy complacida porque pensé, «lo estoy haciendo bien».
Holly: Él también oró toda la noche.
Jane: Sí, es cierto.
Kim: Me preguntaba ¿cómo pueden las personas cultivar esto? Creo que acabas de mencionar un par de cosas prácticas. Las personas están tan ocupadas, pero ¿qué es lo que realmente quieren hacer? Si realmente quieres tener un encuentro con Dios, si en realidad deseas cultivar un estilo de vida de oración, tendrás que elegir apagar la televisión o no estar despierta hasta altas horas de la noche realizando toda clase de actividades. Tendrás que elegir irte a la cama a una hora que te permita levantarte temprano y encontrarte con Dios o…
Holly: Hacer ajustes en tu vida.
Nancy: Y Jane, tú hiciste eso siendo una nueva creyente.
Jane: Así es.
Nancy: Tomaste algunas decisiones que hoy día la gente, en muchos casos, consideraría radicales.
Jane: Sí. Aún recibo comentarios respecto a decisiones que he tomado; el no tener televisión es una de ellas. Recientemente adquirimos una computadora y efectivamente puedo ver los correos, pensando que es necesario revisarlos antes de irme a la cama y luego responderlos. Es una elección.
Recuerdo a una joven decirme que ella no podría hacer eso, pues no tenía tiempo. Ella deseaba desarrollar una relación con el Señor como la que ella veía que yo tenía, pero ella no tenía el tiempo. Le pregunté, «¿qué haces entre las cuatro y las cinco de la mañana? (Porque a esa hora es que hago esto) Entonces, ¿qué haces?»
Nancy: Otra cosa que Dios le pedía a tu corazón –que yo recuerdo– es que eras una corredora; una corredora de maratones.
Jane: Sí.
Nancy: Sé que hiciste algunas elecciones –no que el correr estuviera mal– pero recuerdo que me dijiste…
Jane: Eso me estaba tomando mucho tiempo, tiempo valioso que podía ser mejor invertido.
Nancy: Así que no estamos diciendo que correr o enviar correos esté mal. Es elegir tus prioridades, vivir tu vida en base a ellas y reconocer que si no tienes tiempo de cultivar tu relación con Dios…
Jane: Algo anda mal en algún lugar si no tienes esa relación. También tiene que ver con el dominio propio.
Kim: Es una disciplina del corazón.
Holly: Y darte cuenta de que eso es crítico. Pienso que hacemos lo que queremos en muchas ocasiones. Así queloquerealmenteteimporta,encuentrastiempoparahacerlo.
Jane: Así es. Tal como dijo Dorothy. Ella ha tenido un corazón para el avivamiento por todos estos años, y ha estado orando.
Nancy: Dorothy es una señora de ochenta años que ha estado asistiendo a estas sesiones de AvivaNuestrosCorazones.
Jane: Sí. Cuando escuché que ella tenía ese corazón y que había estado orando por eso todos estos años, y observo los Estados Unidos, no veo que van por esa vía. Pero eso no ha detenido su oración. Dijiste algo ahorita, que aveceslasoracionessonlasiembradesemillasquenosonrecompensadasenlosañosvenideros.
Vivimos en una sociedad tan instantánea que queremos ver resultados ahora. Pienso que si no tenemos una respuesta a una oración, tenemos la tendencia –yo la he tenido– a dejar de orar por eso. Escuchar cómo Dorothy ha estado orando por avivamiento, realmente me ha animado.
Kim: Jane, cuando Nancy comenzó las sesiones del Padrenuestro, ella trajo la idea de ir al interior de una habitación, al interior de un armario. Yo pensé en ti inmediatamente. ¿Tú también Holly? La primera noche que compartimos con Jane, ella nos compartió cómo había tomado esto de manera literal.
Jane: Cuando me convertí en creyente, comencé a leer a través del Nuevo Testamento, y llegué hasta Mateo 6, que dice, «pero tú, cuando te pongas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta»…estaba sentada en la mesa de la cocina cuando leí eso. Miré hacia arriba y pensé, «bueno, el cuarto de esta casa será el baño o el sótano». Así que intenté en el baño por algunos días y encontré que era incómodo.
Entonces bajé hasta el sótano y en el sótano había una mecedora. Así que esa se convirtió en mi silla para orar. Lo que encontré mientras estuve ahí, era que no estaba distraída por ninguna otra cosa. Cuando iba hasta allá y cerraba la puerta, lo hacía para orar. En ese escenario, no me distraía.
Holly: Pienso que a veces y en especial para las madres, el interior de una habitación puede ser, el cuarto de lavado de ropa, o quizás tu vehículo, mientras esperas a los niños. Pero tú sabes bien que puede ser cualquier lugar que te permita estar unos minutos con el Señor.
Nancy: Y sabes que es más que un lugar físico. Esta mañana estaba leyendo una cita de Oswald Chambers de Enposdelosupremo, endondeyosololorelacionéconlanecesidaddeesto. Él decía, «debemos tener un lugar seleccionado para orar y cuando llegamos allí, la plaga de moscas comienza». Él, por supuesto, está hablando de la distracción. Tú puedes entrar en el interior de esa habitación y de repente, tienes estos pensamientos zumbando a tu alrededor en todas las direcciones.
Él dice, «la plaga de moscas comienza. Esto ha de terminar y ya». He dicho muchas veces, que mi lista de «quehaceres» de repente se multiplica en cuanto me siento en esa silla tranquila, y comienzo a pensar en todas las cosas que debo hacer.
Así que Chambers está hablando acerca de Mateo 6:6.
Cuando dice, «entra en tu cuarto, cierra la puerta». Chambers viene y dice, «cierra la puerta». No es solo la puerta física, literalmente. Es concentrarse, poner tu mente y tu corazón en el Señor. Él dijo: «Un silencio secreto significa cerrar la puerta de las emociones deliberadamente y recordar a Dios.
Así que tengo un lugar, una silla, y puedo estar tranquila. Pero mi corazón puede que no lo esté. Ahí es cuando es un llamado, no solo a cerrar la puerta, literal, sino a cerrar la puerta de tu corazón. Cerrarla al mundo y decir: «Señor quiero concentrarme y enfocarme en ti».
Eso no es fácil para mí, pero es una batalla que tengo que librar. Es por eso que estamos llamando a las mujeres en AvivaNuestrosCorazones a una revolución contracultural. Incluso dentro del mundo cristiano es una revolución para toda mujer soltera, esposa, mamá, con el nido vacío. Aquí estamos estas cuatro mujeres en esta conversación, sentadas, y estamos en distintas estaciones de la vida.
¿Qué aspecto tiene? ¿Qué significa ser una mujer con la mente en el reino? Aun en el mundo cristiano, hoy día, es ir en contra de la corriente. Parecerás un salmón nadando río arriba. La gente pensará, incluso en el mundo cristiano, que estás loca.
Hablé con una mujer la semana pasada. Ella y su familia habían cambiado de iglesia en el último año. Ella dijo: en la iglesia que estábamos, nuestros problemas matrimoniales no estaban siendo resueltos, nuestros problemas cotidianos no se estaban tratando. Miraba a mi alrededor y escuchaba todos esos sermones maravillosos y decía, «¿está alguien haciendo algo al respecto? ¿Está esto cambiando la vida de alguien?»
No estaba cambiando a mis amigos. Estábamos en nuestro pequeño grupo, pero nadie quería hablar sobre asuntos espirituales. Todo era lo material, las cosas temporales, las cosas de esta tierra. Aquí estábamos con problemas matrimoniales. Mi esposo y yo no habíamos tenido un buen matrimonio en todos esos años. Usualmente les decíamos a las personas, «necesitamos algo de ayuda». Entonces ellos respondían, «eso está bien», era la manera de pensar. Juntos decidimos tomar en serio nuestra fe.
Así que ellos fueron a una pequeña iglesia, no porque fuera pequeña, pero resultó que así era. Al llegar allí hubo nuevas personas que comenzaron a introducirse en sus vidas. Estaban adentrándose en su mundo. Estaban haciendo elecciones.
Ella dijo, «cada aspecto de nuestra vida está cambiando –cómo miramos las cosas, lo que hacemos». Sus problemas matrimoniales, la manera en que criaban a sus hijos, todo su sistema de valores, todo fue diferente. Bueno, ahora ellos tienen los ojos puestos en el reino de Dios. Están tomando a Dios seriamente.
Estoy segura de que muchos de sus amigos de su antigua iglesia –y no estoy diciendo que no existieran personas piadosas en esa iglesia. Sin embargo, pienso que dentro de ese círculo al que pertenecían, probablemente estarían mirándolos ahora y pensarían, «se han ido hasta el fondo, se han convertido en unos fanáticos. Están tomando esto muy en serio».
Holly, la manera en que estás criando a tus hijos, estoy segura de que mucha gente los observa y dice, «eso es llegar al extremo». Sin embargo, lo estás haciendo con gozo. Lo estás haciendo bajo la dirección del Espíritu Santo. Estás diciendo, «no dejaremos que nuestros hijos crezcan así nada más».
El hecho de que tengan ocho hijos es contracultural porque para muchos, eso sería, «¡están desquiciados! Están locos».
Holly: Alguno que otro día creemos eso.
Nancy: Y quizás algunos días se sientan así. Pero bajo el señorío y el liderazgo de Cristo, ustedes afirman, «no solo vamos a tener los hijos con los cuales Dios nos ha bendecido». Eso es ser lo suficientemente radical.
«Pero no dejaremos que estos niños crezcan y encajen en el sistema de este mundo». Seremos intencionales en la manera en que pastoreamos sus corazones, en la manera en que somos sus padres, en la manera en que modelamos a Cristo a nuestros hijos. Esta no será una categoría de nuestras vidas que reservaremos para el domingo porque mi esposo es el pastor y mis hijos son hijos del pastor. Esta es la manera en que hemos elegido vivir nuestras vidas por la causa de Cristo y Su reino». Y eso es vivir el Padrenuestro.
Holly: Pienso que la palabra intencional es una palabra clave que encierra todo lo que estamos hablando, porque efectivamente es una elección intencional de un estilo de vida. Vivir a la luz de la eternidad, vivir gobernada por la Palabra de Dios y por Su Espíritu y estar conectadas con Él en oración, es intencional. Debe ser intencional o jamás pasará.
Nancy: Quizás no tengas mucha compañía en ese caminar, pero tendrás la compañía de Cristo.
Annamarie: La conversación que has estado escuchando es parte de una serie que hemos venido transmitiendo a lo largo de las últimas tres semanas, titulada, Padre nuestro. Espero que esta te esté animando a crecer en tu vida de oración y a orar por avivamiento.
A principios de este año publicamos en uno de nuestros blogs un artículo relacionado a lo que hemos estado escuchando, titulado, Cómo tener una vida de oración efectiva. Escuchemos lo que Stacey Salsbery escribió. Yamell de Jaramillo nos lee el artículo.
Yamell de Jaramillo: Jesús dijo: «En verdad les digo, que si piden algo al Padre en Mi nombre, Él se lo dará» (Juan 16:23). Me pregunto cuántos cristianos leen este versículo con escepticismo, pensando: «Bueno, eso ciertamente no es como funciona para mí. Todo el tiempo le pido cosas a Dios y nada ocurre».
Creo que muchas de nosotras somos escépticas, y lo entiendo. Yo también he lidiado con la desilusión cuando Dios no provee la respuesta que deseo. Entonces, ¿cómo puede Jesús prometer cosas tales como: «Si me piden algo en Mi nombre, Yo lo haré»? (Juan 14:14). Jesús puede prometerlo porque es verdad.
Pedir cosas en el nombre de Jesús no significa que podemos exclamar «en el nombre de Jesús» al final de cualquier oración y esperar que Dios nos responda en las próximas veinticuatro horas. Cristo no es una máquina dispensadora o una tienda multiservicio. Él es el Santo y Majestuoso, Soberano, Rey de reyes, digno de constante gloria, honor y alabanza.
¿Con qué frecuencia consideramos realmente la santidad de Dios? Imagina, si entráramos en este momento en el resplandor de la gloria de Dios, podríamos instantáneamente desaparecer en el olvido. Sin embargo, por la purificadora sangre de Cristo, Dios nos invita mediante la oración a entrar delante de Su trono.
A pesar de ser cierto que podemos pedir cualquier cosa, cerrar nuestra oración con las palabras «en el nombre de Jesús», no engaña a Dios para que nos conceda nuestra petición. Orar en el nombre de Jesús reconoce que nos presentamos delante del Padre a través de Su Hijo. También es un llamado a que nuestra oración esté alineada con el carácter de Dios, Su gloria y la expansión de Su reino, en todas las cosas en las que Jesús se deleita y desea. Si la oración es así, Jesús nos asegura que el Padre dirá sí.
La oración efectiva comienza con la Palabra de Dios.
Entonces, ¿cómo sabemos lo que Jesús desea? Leamos la Biblia. Dios no nos hace adivinar aquello que le agrada. Dios reveló Su corazón en sesenta y seis libros inspirados por el Espíritu Santo e infundidos a la existencia por Cristo.
La Biblia no es anticuada, porque Dios no es anticuado. La Biblia es la voz de Dios escrita para que nos alimentemos de ella, para aferrarnos, disfrutarla y abrazarla hasta el día en que estemos presentes con Dios en el cielo. La Biblia proclama quién es Dios, lo que Él ha hecho, y lo que todavía está por venir. Su Palabra proclama la voluntad de Dios para la humanidad y Su esperanza para los creyentes.
¡Y eso no es todo! La Biblia revela la gracia de Dios, Su Justicia, Su misericordia y santidad; junto con Su plan y propósito de redención. Explica el problema (el pecado) y la solución (la salvación) y nos ofrece ánimo a montones.
Podemos usar la Biblia como una plantilla para hablar con Dios. Podemos orar a Dios las Escrituras, asegurándonos que estamos orando Su voluntad. Podemos pedirle que cumpla Sus promesas. Podemos regocijarnos en conocer que Dios es fiel en todo lo que dice.
La conclusión es esta: Mientras mejor entendamos la Palabra de Dios, más efectivas serán nuestras oraciones. Y entre más conozcamos a Dios, será más posible que pidamos las cosas que Él quiere.
La oración efectiva está centrada en Cristo.
Si decimos que queremos conocer a Dios, pero no estamos dispuestas a pasar tiempo en Su Palabra, la verdad es que no queremos conocer a Dios. Sería absurdo recibir una carta de un amigo por correspondencia e inmediatamente escribirle de vuelta sin haber leído su carta. Sin embargo, eso es lo que hacemos cuando buscamos tener una relación con Dios separadas de las Escrituras:
¡Hola! Soy yo otra vez. No saqué el tiempo para leer lo que decías, así que voy a adivinar. Por cierto, me serviría tener un poco de dinero extra, quisiera irme de vacaciones. Esto significa que necesito más tiempo de vacaciones, así que ¿te importaría usar tus conexiones para que consigas un nuevo trabajo para mí? ¿Me ayudarías también a perder diez kilos? De acuerdo, bueno, hasta la próxima. En el nombre de Jesús, adiós.
Creo que todas estamos de acuerdo en que esa carta (u oración) suena egocéntrica. Santiago 4:3 dice esto acerca de nuestras peticiones egoístas: «Piden y no reciben, porque piden con malos propósitos, para gastarlo en sus placeres». La clave para una vida de oración efectiva es fijar nuestros ojos en el Señor en lugar de en nosotras mismas.
Señor, ¿qué quieres para mí? ¿De qué manera estás obrando en mi vida? ¿Cómo puedo expandir Tu reino hoy?
Ora por lo espiritual, no solamente por lo temporal
Colosenses 3:2 dice: «Pongan la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra». Este versículo se ha convertido en un salvavidas para mí. En cualquier momento en que esté atravesando alguna dificultad, recuerdo este versículo. Pero también es la forma en que trato de acercarme a la oración. Detrás de cada problema terrenal hay una batalla espiritual. Sin embargo, tendemos a pedir soluciones temporales en lugar de respuestas con mentalidad celestial.
Estoy segura de que la iglesia de Éfeso estaba atravesando por muchos problemas cuando el apóstol Pablo les escribió. Sin embargo, la oración de Pablo se enfocó en su bienestar espiritual. Pablo fijó su mente en las cosas de Cristo en lugar de los asuntos terrenales.
En Efesios 1:17-19, él le pide a Dios que les dé «espíritu de sabiduría y de revelación en un mejor conocimiento de Él». Luego le pide a Dios que ilumine sus corazones para que conozcan la esperanza a la cual Dios los había llamado y «la extraordinaria grandeza de Su poder para con nosotros los que creemos». Es una oración poderosa, una oración que no me cabe duda que Dios no podía esperar para responder.
No estoy diciendo que no debemos pedir cosas temporales a Dios. (Créeme, yo presento a Dios peticiones de todo tipo). Pero cuando le pedimos a Dios que mejore nuestro bienestar espiritual, podemos estar seguras de que estamos orando alineadas a todo lo que Cristo desea para nosotras.
Jesús les enseñó a los discípulos que al orar debían pedir que el reino de Dios venga y que la voluntad de Dios sea hecha (Mateo 6:10). En otras palabras, Jesús les enseñó a tener una mentalidad espiritual porque no importa lo que está sucediendo en nuestro mundo (o en el mundo de nuestra familia y amigos), la batalla es espiritual.
No hay necesidad de que seamos escépticos hacia la oración. Cuando pedimos aquello que Jesús desea y en lo que se deleita, la respuesta de Dios es un sí resonante. Santiago 5:16 dice: «La oración eficaz del justo puede lograr mucho». La oración funciona. Pero solamente es efectiva cuando pedimos cosas alineadas con la voluntad de Dios, con nuestros ojos puestos en Dios y no en nosotras mismas.
Si te sientes desanimada en tu vida de oración, te animo a pasar más tiempo meditando en la Palabra de Dios. Basándote en las Escrituras, ¿qué desea Dios? Luego, pídele por eso. Acércate en oración con una mentalidad espiritual no solo terrenal. Fija tus ojos en Jesús, y ora para que el reino de Dios venga y Su voluntad sea hecha.
Annamarie: Amén. Encuentra más recursos como este artículo en nuestro sitio web, avivanuestroscorazones.com. Recuerda que haciendo uso del buscador podrás encontrar recursos por tema, y que en la transcripción de cada episodio tienes los accesos a los recursos relacionados.
Y si Dios pone en tu corazón ser parte de la misión vital de este ministerio, permitiéndonos llegar a más mujeres con el mensaje de libertad, plenitud y abundancia en Cristo, conviértete en una colaboradora. Conoce más allí en avivanuestroscorazones.com.
Nancy: Quiero decirles cuán agradecida estoy por la oportunidad de compartir la Palabra de Dios cada día de la semana. Estoy muy agradecida por cada una de las personas que ayudan a hacer esto posible, incluyendo aquellos que apoyan este ministerio con sus aportes mensuales.
Estos patrocinadores son oyentes que han asumido un compromiso con Aviva Nuestros Corazones. Ellos dicen, «creo en este ministerio, y quiero orar por ustedes. Me gustaría también apoyar el ministerio financieramente cada mes. Y quiero compartir el mensaje con otros».
No puedo decirles cuán importantes son estas personas para nosotros. De hecho, no puedo imaginar la continuación de este ministerio sin ellos. Gracias, gracias, gracias por su apoyo y por sus oraciones y por ayudarnos a llevar el mensaje de avivamiento y de feminidad bíblica hasta los confines de la tierra.
Annamarie: Hasta ahora hemos visto la primera parte de la oración el Padrenuestro. El lunes Nancy continuará con la siguiente porción: «Hágase Tu voluntad». Es una oración difícil, pero muy significativa. Descubre por qué en la continuación de nuestro estudio.
Orando «venga Tu reino» juntas, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de La Biblia de las Américas, a menos que se indique lo contrario.
1 Bennet, Arthur, ed. El valle de la visión, El estandarte de la verdad, 2014, p. 163. Print.
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