Un encuentro con el agua viva
Annamarie Sauter: Erin Davis llama nuestra atención al hecho de que tenemos un constante deseo de ser satisfechas.
Erin Davis: ¿Cuántas de ustedes llegan al fin del día, y dicen: «¡Recibí tantos elogios hoy que nunca necesitaré un elogio más!»? No funciona así. Mientras más elogios recibimos, más elogios deseamos.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
Hace unos días dimos inicio a esta serie titulada, «Encuentros hermosos». Nuestra invitada, Erin Davis, relata el cambio radical que tuvo lugar en las vidas de ocho mujeres que tuvieron encuentros con Jesús. Hoy, ella nos ayudará a ver a Jesús como el único que puede dar verdadera satisfacción.
Nancy DeMoss de Wolgemuth: Bueno, es un gran gozo tener por varios días a mi querida amiga Erin Davis aquí con nosotras en Aviva Nuestros Corazones. Ella es nuestra maestra invitada …
Annamarie Sauter: Erin Davis llama nuestra atención al hecho de que tenemos un constante deseo de ser satisfechas.
Erin Davis: ¿Cuántas de ustedes llegan al fin del día, y dicen: «¡Recibí tantos elogios hoy que nunca necesitaré un elogio más!»? No funciona así. Mientras más elogios recibimos, más elogios deseamos.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
Hace unos días dimos inicio a esta serie titulada, «Encuentros hermosos». Nuestra invitada, Erin Davis, relata el cambio radical que tuvo lugar en las vidas de ocho mujeres que tuvieron encuentros con Jesús. Hoy, ella nos ayudará a ver a Jesús como el único que puede dar verdadera satisfacción.
Nancy DeMoss de Wolgemuth: Bueno, es un gran gozo tener por varios días a mi querida amiga Erin Davis aquí con nosotras en Aviva Nuestros Corazones. Ella es nuestra maestra invitada para esta serie. Erin es esposa, madre, y es nuestra escritora principal en Lies Young Women Believe, que es nuestro blog en inglés para jóvenes, y probablemente has visto su nombre en los artículos de nuestro blog en español, Joven Verdadera.
Si no estás familiarizada con estos, necesitas estar al tanto y dejarle saber a tus hijas, a tus nietas y a las jovencitas del grupo de jóvenes acerca de estos blogs. Es un gran recurso. Erin también es una buena maestra de la Biblia, ella tiene el don de enseñar. Y ella ama la Palabra de Dios. Ama a las mujeres; a las jóvenes y también a las mayores. Y en esta serie ella está enseñando sobre un grupo de mujeres que tuvieron un encuentro transformador con Jesús en el Nuevo Testamento. Cada uno de esos encuentros fue transformador para sus vidas.
Ella ha escrito acerca de estas mujeres en un estudio que fue diseñado para jovencitas, pero en la medida en que lo he leído, pienso que es un gran recurso también para mujeres de cualquier edad. Se titula Beautiful Encounters; que en español sería, «Encuentros hermosos». Pero está disponible solamente en inglés. Así que tendrás una idea de lo que se trata este estudio en la medida que vemos las diferentes mujeres en esta serie.
Así que Erin, bienvenida de nuevo. Estamos esperando lo que el Señor va a decir a través de ti a nuestros corazones en el día de hoy.
Erin: Gracias Nancy.
Me encanta el Récord Mundial Guinness, ¿a ti no? Yo no tengo ninguno, pero me encantaría tener uno. Aquí hay uno raro: Un hombre de la República Checa, cuyo nombre no puedo pronunciar. Tiene muchas «zetas», así que le voy a llamar «Zek». Discúlpame Zek, si estás escuchando. Él tiene el Récord Mundial Guinness por sobrevivir enterrado vivo por el tiempo más largo.
El buen Zek sobrevivió diez días enterrado bajo tierra sin comida ni agua, así venció el récord establecido anteriormente de cuatro días. Ahora, no estoy segura de que estaba pensando Zek, cuando él decidió que era una buena idea ser enterrado vivo por diez días, pero puedo apostar lo que estaba pensando después de los diez días: «Tengo sed».
Él estuvo bajo tierra por diez días sin una gota de agua. ¿Puedes imaginarte eso? Diez días sin nada que moje tu lengua. Nuestros cuerpos modernos rara vez experimentan este tipo de sed. Tenemos agua limpia rápidamente disponible para nosotras y muchas alternativas para satisfacer nuestras preferencias.
Quizás no nos damos cuenta, pero todas estamos desesperadamente sedientas, tenemos esa misma sed que seguro este hombre experimentó después de diez días sin agua. Tenemos un deseo que es probablemente tan violento como el de él después de diez días sin agua, y solo hay una solución.
Estamos viendo en esta serie mujeres que tuvieron un encuentro con Jesús, y en esta sesión vamos a poner la mira en la mujer samaritana. La mujer samaritana ciertamente tenía sed, pero ella no sabía de qué tenía sed. Ella echó su cántaro dentro del pozo para sacar agua para su sed física, y lo que encontró satisfizo una necesidad más profunda.
Te voy a leer su historia en el Evangelio de Juan, capítulo 4. Es bastante larga, son diez versículos, así que ten paciencia conmigo, y luego la vamos a analizar.
«Por tanto, cuando el Señor supo que los fariseos habían oído que Él hacía y bautizaba más discípulos que Juan (aunque Jesús mismo no bautizaba, sino sus discípulos), salió de Judea y partió otra vez para Galilea. Y tenía que pasar por Samaria. Llegó, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, cerca de la parcela de tierra que Jacob dio a su hijo José; y allí estaba el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del camino, se sentó junto al pozo. Era como la hora sexta.
Una mujer de Samaria vino a sacar agua, y Jesús le dijo: Dame de beber. Pues sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar alimentos. Entonces la mujer samaritana le dijo: ¿Cómo es que tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana? (Porque los judíos no tienen tratos con los samaritanos). Respondió Jesús y le dijo: Si tú conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: “Dame de beber”, tú le habrías pedido a Él, y Él te hubiera dado agua viva».
Hemos estado visitando historias conocidas en esta serie, y sigo diciendo que a veces nos podemos familiarizar tanto con estas historias que perdemos cosas que son realmente buenas. Por eso, solo porque digamos que decides leer la Biblia en un año, y vale la pena el esfuerzo, no has terminado. No has hecho tu tarea para el resto de tu vida. Es una mina de oro, y podemos seguir excavando estas historias una y otra vez y salir con pepitas de oro cada vez. Pero a veces cuando nos familiarizamos con ellas, perdemos lo verdaderamente profundo.
Quizás conocemos esta historia y sabemos que se trata de una mujer samaritana que se encontró con Jesús en un pozo y así tuvieron esta interacción. Pero yo creo que podemos ir mucho más profundo cada vez en la Palabra. Entonces, ¿qué quiere decir eso de agua viva? Esa es una de esas frases cristianas de las que hablamos y decimos entre nosotras. Pero tiene mucho significado profundo, y realmente necesitamos entenderlo y no tan solo decirlo entre nosotras y suponer que tenemos un entendimiento de esta historia.
Esta es una frase bonita de la iglesia, pero Jesús obviamente está tratando de comunicar algo realmente significativo a esta mujer. Me da mucho consuelo el saber que ella tampoco entendió la primera vez. Él sigue tratando de enseñarle acerca de esta agua viva, y ella no lo está entendiendo como nosotras lo entenderemos al analizar este pasaje.
No creo que Dios espere eso de nosotras tampoco. Él no descarga Sus verdades en nuestros cerebros, y estamos supuestas a entender la amplitud de ellas. Tenemos que seguir interactuando con Él. Yo encuentro que Él es muy, muy paciente conmigo en la medida en que trato de entender verdades profundas, y el agua viva ciertamente es una verdad profunda.
Entonces, haríamos bien en hacer una pausa en este momento en la historia y tratar de entenderla: ¿Qué es esto de agua viva? ¿Qué es agua viva? ¿Por qué la necesitamos? ¿Dónde podemos encontrarla?
Veamos algunos pasajes que proveen unas pistas:
Juan 7:37-39 dice:
« Y en el último día, el gran día de la fiesta, Jesús puesto en pie, exclamó en alta voz, diciendo: Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba. El que cree en mí, como ha dicho la Escritura: “De lo más profundo de su ser brotarán ríos de agua viva”. Pero Él decía esto del Espíritu, que los que habían creído en Él habían de recibir; porque el Espíritu no había sido dado todavía, pues Jesús aún no había sido glorificado».
Lo que está pasando aquí es que el ministerio de Jesús está comenzando a crecer y va en aumento, y las personas están murmurando de quién es Él. ¿Es Él un buen hombre o no es un buen hombre? Como hablamos en la primera sesión: ¿Es Él Dios o no? ¿Es un engañador? ¿Es un falso maestro?
Así que está llevándose a cabo esta discusión entre la multitud, y se está llevando a cabo una fiesta judía, y Jesús espera hasta el último día de la fiesta, y se pone de pie, y comienza a enseñar en el templo. Los líderes religiosos se están alborotando en este punto. Y en el último día de la fiesta, Jesús se pone de pie y dice que Él exclamó en alta voz esta enseñanza acerca del agua viva.
Ahora, probablemente hemos escuchado la frase «agua viva», pero esto era una enseñanza nueva para ellos. Se pone de pie y dice: «Yo soy el agua viva».
E inmediatamente siguiendo esta historia, Juan 7:43-44 registra: «Así que se suscitó una división entre la multitud por causa de Él. Y algunos de ellos querían prenderle, pero nadie le echó mano».
Esta idea del agua viva no fue una enseñanza cálida y cómoda. Esta idea de que Jesús es el lugar donde vamos para satisfacer nuestras necesidades, si estás entendiéndola sin dificultad, no la estás entendiendo de verdad. La primera vez que Jesús la enseñó, la Biblia dice que hubo una división entre la multitud.
Algunos de ellos quisieron arrestarlo en ese momento porque estaban tan indignados que Él se paró en el templo en el último día de la fiesta y dijo: «¿Qué creen? Yo soy. Yo soy la fuente de agua viva».
En esencia Él le dice a la multitud: «Si tienes sed, ven a mí y bebe de Mí. Ríos de agua viva brotarán de tu corazón si vienes a Mí y experimentas esta agua viva».
Una vez más, podemos perder la sensibilidad porque estamos acostumbrados a usar este tipo de palabras en la iglesia, pero esto pareció extraño a la gente. Causó división entre ellos. Podemos aprender una lección importante de lo que Jesús estaba enseñando en el templo ese día.
Jesús es la fuente de agua viva. El manantial de agua que necesitamos se encuentra en Él . Lo voy a decir otra vez porque la repetición me ayuda a acordarme de las cosas. Jesús es la fuente de agua viva. El manantial de agua de todo lo que necesitamos se encuentra en Él. Y eso es lo que Él le estaba diciendo a la gente en el templo ese día.
Él estaba diciendo: «Yo soy el lugar a donde vas para satisfacer tus necesidades». Y eso causó división entre ellos porque ellos estaban buscando otras cosas para satisfacer sus necesidades, especialmente los líderes religiosos que se alborotaron por esta enseñanza. Ellos estaban enfocados en el poder, las reglas y poder marcar las casillas.
Probablemente yo hubiera sido una líder religiosa en los días de Jesús porque me encanta marcar esas casillitas, pienso que todo estará bien si puedo cumplir mi lista de tareas y si puedo seguir las reglas exactamente. Yo fui tras eso para satisfacer mis necesidades de satisfacción y afirmación. Y Jesús está diciendo: «Oigan ustedes los marcadores de casillas. Vengan a Mí para satisfacer sus necesidades ». Y se agitó el espíritu de ellos. También se agita mi espíritu a veces.
Veamos Apocalipsis 22:17:
«Y el Espíritu y la esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que desea, que tome gratuitamente del agua de la vida».
En la versión Dios habla hoy lo dice así: «Y el que tenga sed, y quiera, venga y tome del agua de la vida sin que le cueste nada». No tenemos que pagar por este tipo de agua. No tiene precio. No puede ser comprado.
Juntamos estos dos versículos de Juan 7, donde Jesús se pone de pie en el templo y en esencia dice: «Yo soy el lugar al que necesitas ir para satisfacer tus necesidades», y Apocalipsis 22, donde descubrimos que el agua viva es gratis. Los juntamos, y salimos con la definición de lo que Jesús está hablando acerca de cuando Él habla del agua viva.
El agua viva es un don gratis, y Jesús es dador de dones. Así que el agua viva es un regalo dado por Jesús a cualquiera que está sediento. Y todas estamos sedientas, nos demos cuenta o no.
¿De qué se trata esta sed? No está hablando de sed física. Ese es el problema que la mujer samaritana tenía.
Ella seguía diciendo como: «Bueno, pues estamos en el pozo. Así que simplemente tomaremos agua».
Y Jesús decía: «No, Yo estoy hablando de agua viva»
Y ella dice: «Bueno, solo baja tu cántaro y saca agua»
Y Él dice: «No, no estoy hablando de agua»
Y ella dice: «Estoy muy confundida»
Jesús no estaba hablando de eso. Él está hablando de otro tipo de sed. ¿Entonces qué es? ¿De qué está hablando?
Volvamos al encuentro con la mujer samaritana y veamos Juan 4:10-15. Ellos continúan con el diálogo.
«Respondió Jesús y le dijo: Si tú conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: “Dame de beber”, tú le habrías pedido a Él, y Él te hubiera dado agua viva. Ella le dijo: Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo; ¿de dónde, pues, tienes esa agua viva? ¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio el pozo del cual bebió él mismo, y sus hijos, y sus ganados? Respondió Jesús y le dijo: Todo el que beba de esta agua volverá a tener sed, pero el que beba del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le daré se convertirá en él en una fuente de agua que brota para vida eterna. La mujer le dijo: Señor, dame esa agua, para que no tenga sed ni venga hasta aquí a sacarla».
Él le dice: «si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: dame de beber, tú le pedirías»
Y ella le contesta: «Pero, se te olvidó tu cántaro, y el pozo es muy, muy profundo».
Jesús le está diciendo: «Yo soy el Salvador. Yo te puedo dar lo que necesitas».
Y ella en realidad está diciendo: «No estoy segura de que tú tengas lo que necesito. Mis necesidades son profundas, Jesús. Y mis problemas son profundos. Y mis preocupaciones son profundas. Y mis defectos son muy profundos. ¿Realmente puedes con esto Jesús? Porque no veo que tengas las herramientas necesarias para darme el tipo de agua que me pueda satisfacer».
En el versículo 12 ella dice: «Este pozo vino de nuestro padre Jacob. Él tomó aquí. ¿Tú eres mayor que él? Yo tengo la tradición para satisfacer mis necesidades, Jesús. Tengo mi familia para satisfacer mis necesidades, Jesús. Tengo gente en mi vida para llenar mis necesidades, Jesús. Este es el pozo de Jacob. No estoy segura de que yo necesite lo que tú me estás ofreciendo. ¿Qué me puedes ofrecer que esas otras cosas no puedan?» (v.12 parafraseado)
Pero así como Jesús estuvo con Marta como hablamos en la última sesión, Él es tan paciente con ella. Él es tan paciente conmigo porque rara vez lo entiendo la primera vez. Con mucho amor Él la ayuda a entender, porque Él sabe que Él es su única oportunidad de encontrar satisfacción duradera.
Luego en el versículo 13 llegamos a la raíz de lo que Él está tratando de enseñarle. Jesús le dijo: «Todo el que beba de esta agua volverá a tener sed, pero el que beba del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le daré se convertirá en él en una fuente de agua que brota para vida eterna».
El agua del pozo de Jacob daba satisfacción pasajera. Y cualquier cosa aparte de Jesús dará satisfacción pasajera.
Pienso que puedo ilustrarlo mejor con algo que me sucedió a mí y una bolsa de chocolates con crema de cacahuate. Son maravillosos. Son la proporción perfecta de crema de maní y chocolate, y por consiguiente le compré una bolsa a mis hijos. Pero nunca les tocó ninguno, porque todos los días a la hora de acostar a los niños, pensaba, me voy a comer unos cuantos de estos chocolates. Entonces los acostaba en la noche, y pensaba, necesito unos cuantos más.
Y no pensaba, ya he comido suficientes chocolates, para que me duren para siempre . No. Y luego un día fui a buscarlos y solo quedaba un chocolate en la bolsa. Había devorado toda la bolsa. Así es cómo se siente la satisfacción pasajera. Estaba satisfecha por un minuto, pero después de un poco de tiempo, tenía que regresar. Gracias a Dios que los dulces de chocolate ya no están en los estantes, ahora seguimos con otra cosa.
Pero mucho de nuestras vidas es así. Nos satisface por un momento, pero es pasajero. La mujer samaritana llenaba su cántaro con agua, y se iba de camino a su casa. Pero poco después se acababa el agua, ¿y entonces que tenía que hacer? Tenía que tomar su cántaro otra vez e ir de vuelta al pozo de Jacob por más.
Nuestros cuerpos siempre están deseando. Pienso que Dios nos dio esto para que siempre tengamos necesidad de Él . Necesitamos agua. Tomamos un trago. Un poco después, necesitamos más agua. Necesitamos comida. Siempre me asombro con lo que nos pasa en la temporada de las festividades de Acción de Gracias.
Comemos y comemos y comemos tanto que quedamos a reventar. Juramos que nunca vamos a comer otra vez. ¿Y luego qué hacemos como cuatro horas después? Vamos a rebuscar en el refrigerador y nos hacemos el mejor sándwich de pavo del año. ¿Verdad? Porque nuestros cuerpos siempre están deseando. Nunca podrás comer tanto como para que ese deseo no regrese de nuevo.
Duermes bien por la noche…yo no he dormido en seis años. He tenido mis tres hijos en seis años, y no sé cómo se siente tener una buena noche de descanso. Pero me puedo imaginar que si tuviera una buena noche de descanso, al despertar, me sentiría muy bien. ¿Y qué pasaría la siguiente noche? Otra vez necesitaría dormir. Es ese deseo que nunca termina.
Y de esa misma manera hay necesidades que van más allá de nuestros cuerpos. A mí me gusta preguntar: «¿cuántas de ustedes llegan al fin del día, y dicen, recibí muchos elogios hoy; ¡nunca jamás necesitaré otro!?» ¡No funciona así! Mientras más elogios recibamos, más vamos a querer. Si tú me dices que te gusta mi traje, nunca me lo quitaré, y me lo pondré lo más frecuentemente posible porque estoy deseando más de eso. Y el amor es de la misma manera.
Hay muchas cosas que nuestro cuerpo y nuestro espíritu siempre, siempre, siempre están deseando. Me gusta como lo dice el comentario de Matthew Henry. Él dice:
Las imperfecciones de todas nuestras comodidades en este mundo, no son duraderas, ni nuestra satisfacción en ellas permanece. Cualquier agua de comodidad que tomemos, tendremos sed otra vez. La comida y la bebida de ayer no serán suficientes para hoy.
Cualquier agua de comodidad que tomes, si no es el agua viva, vas a volver a tener sed muy pronto. Y probablemente, tu apetito por la comodidad solo va a crecer porque no va a ser satisfecho.
Así que tenemos dentro de nosotras este deseo constante, esta necesidad constante de ser satisfechas. Y así la atracción a algo que puede proveer satisfacción duradera es genial para nosotras. Eso es lo que está pasando con esta mujer samaritana. Ella dice: «Dime más acerca de eso. Dime cómo es que no tengo que regresar aquí con mi cubeta. Dime dónde está, y tomaré ahora mismo», aunque ella no entendía de qué estaba hablando Él.
La atracción de encontrar satisfacción duradera en todas nosotras es grande, y eso es lo que Jesús le está ofreciendo . Él le está ofreciendo satisfacción para sus deseos más profundos, más allá de la sed física, y aprenderemos cuáles son en un minuto. Pero cuando encontramos nuestra satisfacción en Él, eso brota en la vida eterna. Eso es lo que Él dice. Él dice que se convierte en una fuente que se desborda desde tu interior. Hay una imagen muy bonita aquí.
Veamos Juan 4:16-26 y miremos lo que dice aquí. Él está dialogando con ella y dice: «Quiero darte de esa agua viva».
Ella dice: «quiero tomarla, pero no tengo un cántaro». Dialogan, y luego Él dice en el versículo 16:
«Él le dijo: «Ve, llama a tu marido y ven acá. Respondió la mujer y le dijo: (me imagino que con vergüenza) no tengo marido. Jesús le dijo: Bien has dicho: “No tengo marido”, porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; en eso has dicho la verdad.
La mujer le dijo: Señor, me parece que tú eres profeta. Nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros decís que en Jerusalén está el lugar donde se debe adorar. Jesús le dijo: Mujer, créeme; la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre.
Vosotros adoráis lo que no conocéis; nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salvación viene de los judíos. Pero la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque ciertamente a los tales el Padre busca que le adoren. Dios es espíritu, y los que le adoran deben adorarle en espíritu y en verdad. La mujer le dijo: Sé que el Mesías viene (el que es llamado Cristo); cuando Él venga nos declarará todo. Jesús le dijo: Yo soy, el que habla contigo».
Está mujer no desconocía la Palabra. Ella sabía que el Mesías venía. Ella había escuchado que Él iba a ser un hombre de redención. Ella estaba familiarizada con lo que Ana sabía, que Dios, la divinidad es importante. La forma en que ella se enfrentó con la divinidad de Jesús cerca de ese pozo, fue que Él le señaló su pecado. Él sabía que el hombre con el que ella estaba viviendo no era su esposo, y Él sabía que ella había tenido cinco esposos. Pero se me hace tan tierno como Él consiguió que ella le revelara eso a Él.
Antes que conociera a Jesús, la mujer samaritana había conocido toda una vida de dolor y rechazo, cinco esposos. No sabemos por qué sus relaciones terminaron, pero la Escritura deja claro que ella experimentó desamores una y otra vez. Pienso que no sabía escoger al hombre correcto.
Por mucho tiempo yo tampoco supe escoger a los hombres. El chico era un fracasado pero me gustaba. Él me iba a tratar mal. Yo quería pasar tiempo con él. Así que atraía al tipo de chicos equivocados una y otra vez. Y el problema no eran los chicos. El problema era que yo estaba bebiendo del pozo incorrecto, y estaba tratando de satisfacerme y ser amada y llena pero con cosas equivocadas.
Eso es lo que está pasando con la mujer samaritana. Ella probablemente estaba buscando satisfacción en esas relaciones románticas, pero era como venir al pozo de Jacob. Ella bajaba su cántaro hacia una nueva relación, y por un momento se sentía amada y aceptada y segura, pero inevitablemente le daba sed otra vez.
Quizás el romance no es el pozo al que tú vas. Quizás es tu apariencia o el elogio de los demás o lo que puedas lograr, o tener la familia perfecta. Vas tras eso para sentirte satisfecha, para hacerte pensar que estás bien. Pero no importa tras qué cosas vayas, la Biblia es clara en que solo Dios puede satisfacer tus deseos más profundos. Él es el único que puede calmar ese gruñir en tu estómago de deseos constantes. Él es la única respuesta que no es pasajera.
Podemos ver la lección que Jesús estaba tratando de enseñarle a esta mujer en el pozo a través de la Escritura. En el Salmo 107:9 dice: «Porque Él ha saciado al alma sedienta, y ha llenado de bienes al alma hambrienta».
Él satisface al alma sedienta. Yo tengo un alma sedienta y tú tienes un alma sedienta. Y así como mi cuerpo siempre está deseando comida y agua y descanso, hay cosas que mi alma está deseando siempre, cosas como paz y amor y aceptación. Y Jesús es la única respuesta para los deseos de mi alma.
Él reconoce que le da hambre a mi alma, y Él promete llenarme de bienes. Hay una imagen ahí. Él no solo me da sobras para sobrevivir. Él satisface mi hambre con un banquete de bienes.
El Salmo 145:16 dice: «Abres tu mano, y sacias el deseo de todo ser viviente».
Dios tiene su mano abierta para ti. Él no cierra su puño ni deja de proveer las cosas que necesitas y quieres. Él abre Su mano. Él te satisfará. Él está dispuesto y es capaz de satisfacerte.
Filipenses 4:19 dice: «Y mi Dios proveerá a todas vuestras necesidades, conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús».
Él no necesita un cántaro. Él no satisface tus necesidades con tus recursos. Él las satisface de Sus riquezas en gloria.
Nosotros vivimos en el campo. Cuando pasamos por los campos, a mí me gusta decirle a mis hijos: «¿Quien es el dueño de esas vacas?» Y la respuesta es, Dios, porque en el Salmo 50:10 dice: «Porque mío es todo animal del bosque, y el ganado sobre mil colinas». Dios es el dueño de nuestra pequeña manada de vacas.
Entonces, cuando Él está hablando de Sus riquezas en gloria, deberíamos tomar un momento para darnos cuenta de que no hay límite para Sus recursos. No hay límites para lo que Él puede proveer para ti. Dios no está limitado. Tus recursos son limitados. También los míos. Tú tiempo es limitado, y tu habilidad para satisfacer tus propias necesidades es limitada. Pero Dios no. Solamente Dios puede satisfacer tu alma.
La mujer samaritana descubrió esa verdad ese día cuando conoció a Jesús en el pozo. De repente, ella obtuvo la respuesta para la sed que ella había estado tratando de saciar en sus relaciones. Lo que no sabemos es si ella continuó tomando de esa fuente de agua viva o si ella buscó otras cosas para satisfacer su necesidad, pero te apuesto que ella escogió la fuente de agua viva. ¿Cómo no escogerla? Porque ella vino con una sed desesperada, y Él dijo, «Yo puedo satisfacerte».
Jeremías 2:13, nos da una gran imagen visual para esta elección:
«Porque dos males ha hecho mi pueblo: me han abandonado a mí, fuente de aguas vivas, y han cavado para sí cisternas, cisternas agrietadas que no retienen el agua».
Dios dice aquí, «mi pueblo». Él no está hablando de gente que no lo conoce. Él nos da estas dos imágenes. No creo que esté hablando de abandono total de la fe. Es más probable que esté hablando de lo que pasa cuando ponemos nuestra esperanza en algo más que Él.
Podemos correr a Él y encontrar que Él provee máxima satisfacción, agua viva, o podemos insistir en ser auto suficientes y tratar de hacer algo por nuestra propia cuenta, y encontraremos que es como verter agua en una cisterna agrietada.
Solo hay una fuente que satisface nuestro deseo constante, y cuando la mujer samaritana supo eso, tuvo una respuesta hermosa.
«Y de aquella ciudad, muchos de los samaritanos creyeron en Él por la palabra de la mujer que daba testimonio, diciendo: Él me dijo todo lo que yo he hecho. De modo que cuando los samaritanos vinieron a Él, le rogaban que se quedara con ellos; y se quedó allí dos días. Y muchos más creyeron por su palabra, y decían a la mujer: Ya no creemos por lo que tú has dicho, porque nosotros mismos le hemos oído, sabemos que este es en verdad el Salvador del mundo» (vv. 39-42).
Cuando la gente ve tu vida, ¿pueden ver que tus deseos son satisfechos por la fuente de agua viva? ¿O constantemente te ven escarbando tu propia cisterna agrietada?
Oremos juntas,
Jesús, oró que Tú nos ayudes a saber en dónde estamos poniendo nuestras esperanzas, y te doy gracias porque Tú satisfaces. Señor, ayúdanos a poner toda nuestra esperanza en Ti, la Fuente de agua viva. Te amamos. En Tu nombre oramos, amén.
Nancy: Amén. Erin, hoy tocaste un punto que pienso que es una de las verdades más básicas y profundas de toda la vida cristiana, y eso es que nos preguntemos a nosotras mismas: «¿Detrás de qué estoy yendo para satisfacer mis necesidades?». Todas estamos yendo tras algo porque todas tenemos necesidades. ¿Estoy yendo tras cosas? ¿Estoy yendo tras mi propio yo? ¿Estoy yendo tras gente, amistades, padres, hijos trabajo? ¿A dónde estoy yendo para satisfacer mis necesidades?
Si estamos buscando en cualquier lugar, a cualquier persona o cosa que no sea Jesús, voy a ser defraudada porque nada más puede satisfacer. ¿Verdad?
Esta es una pregunta que cuando miro hacia atrás en mi vida cristiana encuentro que es algo a lo que tengo que regresar una y otra vez. ¿Estoy buscando cosas en este mundo para satisfacer lugares en mi corazón que fueron hechos solo para Jesús? Él es el agua viva, y Jesús dijo: «Si tú supieras quién es el que está hablando contigo, y quién te está haciendo esta oferta, tú le pedirías a Él, y Él te daría a ti agua viva».
Pídele hoy. Pídele que satisfaga esos lugares profundos de tu corazón. Y luego por fe, bebe profundamente, y reconoce que Jesús realmente puede satisfacer profundamente y de forma duradera esos anhelos y deseos profundos de tu corazón.
Conseguir un esposo no lo hará. Un esposo diferente no lo hará. Tener hijos no lo hará. Tener un buen trabajo no lo hará. Graduarte de la secundaria no lo hará. Solamente Jesús puede verdaderamente y profundamente satisfacer tus anhelos.
Gracias Erin, por señalarnos hacia Jesús. Vamos a continuar en el próximo programa de Aviva Nuestros Corazones hablando de otra mujer que tuvo un encuentro con Jesús que cambió su vida.
Asegúrate de unirte a nosotras la próxima vez aquí en Aviva Nuestros Corazones.
Annamarie: Escuchamos de Nancy DeMoss de Wolgemuth, y nuestra maestra invitada, Erin Davis, en la serie, «Encuentros hermosos».
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¿Hay algún área de tu vida que te desespera? Erin Davis te recuerda que esto es algo bueno, porque te puede conducir a Jesús. Ella hablará de esto mañana.
Buscando a Dios juntas, Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.
Todas las Escrituras son tomadas de La Biblia de las Américas a menos que se indique lo contrario
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