Un destello de esperanza
Annamarie Sauter: Vivimos en un mundo afectado por el pecado, pero no podemos olvidar que...
Nancy DeMoss Wolgemuth: Hay esperanza en un mundo caído. Hay gracia en un mundo caído. Hay bendición en un mundo maldito. Y claro está, estos destellos de gracia y esperanza nos señalan al Salvador, a Aquél que redimiría y libertaría al mundo de su condición caída.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
«Noé y el diluvio», esta es una historia familiar que leímos hace poco en el Reto Mujer Verdadera 365. En la serie a la que damos inicio hoy, Nancy nos ayudará a profundizar en esta, de modo que podamos ver el evangelio en el Antiguo Testamento.
Nancy: Aun si no conoces nada sobre la Biblia, es probable que hayas escuchado la historia de Noé y el diluvio. Pienso que esa debe …
Annamarie Sauter: Vivimos en un mundo afectado por el pecado, pero no podemos olvidar que...
Nancy DeMoss Wolgemuth: Hay esperanza en un mundo caído. Hay gracia en un mundo caído. Hay bendición en un mundo maldito. Y claro está, estos destellos de gracia y esperanza nos señalan al Salvador, a Aquél que redimiría y libertaría al mundo de su condición caída.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
«Noé y el diluvio», esta es una historia familiar que leímos hace poco en el Reto Mujer Verdadera 365. En la serie a la que damos inicio hoy, Nancy nos ayudará a profundizar en esta, de modo que podamos ver el evangelio en el Antiguo Testamento.
Nancy: Aun si no conoces nada sobre la Biblia, es probable que hayas escuchado la historia de Noé y el diluvio. Pienso que esa debe ser una de las historias más conocidas de las Escrituras. Es un tema popular.
Es una historia que muchos eruditos han tratado de descartar o de presentar como una simple leyenda, o folclor religioso. De hecho, muchos descubrimientos arqueológicos han revelado que muchas, muchas civilizaciones antiguas tienen su propia versión de la historia del diluvio. Con frecuencia son similares al relato del Génesis, pero muchas veces incluyen muchos dioses y diosas, y lo más probable es que sean variaciones de la historia original que fue pasada de generación a generación.
Pero mientras nos embarcamos en esta serie del gran diluvio, quiero que recordemos que la historia de Noé y el diluvio no es un cuento de hadas, y que tanto el Antiguo Testamento como el Nuevo Testamento reconocen que es una historia verídica y de hechos reales. No es solo un cuento fantástico.
De hecho, durante las últimas semanas mientras he estado meditando en estos capítulos del libro del Génesis, me he dado cuenta de que es una de las historias más importantes de todo el Antiguo Testamento.
Esta historia, prefigura la cruz de Cristo. Cuenta la historia de la pecaminosidad del hombre, y nos da una ilustración vívida del juicio y de la ira de Dios. Nos dice lo que Dios piensa sobre el pecado, la perspectiva de Dios respecto al pecado. Y luego, también es una historia maravillosa y extraordinaria sobre la increíble gracia de Dios, el Dios que hace un pacto con Su pueblo, y el Dios con quien se puede contar para que guarde Su pacto; el Dios que libera a algunos de la ira y del juicio. Y veremos todo esto y más en la historia de Noé. Pienso que la historia de Noé tiene un doble mensaje.
Un doble propósito y una doble respuesta. La historia primero es para aquellos que son pecadores que nunca se han arrepentido. El mensaje es para advertirles que el juicio viene. La invitación, el llamado, es a arrepentirse y a creer en el evangelio. Y luego, hay un mensaje de esperanza y un mensaje de aliento para los que creen en Dios, para los que caminan con Dios, para los que han entrado al arca por la fe.
¿Cuál es nuestra respuesta una vez vemos esa gracia y esa misericordia de Dios? Haremos lo mismo que hizo Noé. Dar una respuesta de gratitud, de adoración, de sacrificio. Darías tu vida por ese tipo de Dios si tomaras un momento para pensar y te dieras cuenta de qué es lo que Él hizo al salvarnos de la increíble ira de Dios que ha de venir.
Ahora bien, como siempre ocurre en la historia, hay tres personajes principales en este relato. El primero corresponde a un grupo, y son los impíos. Ellos se enfrentan a cierta destrucción. Y de nuevo, el llamado a esos pecadores es a creer en el evangelio y a arrepentirse de sus pecados. El segundo grupo de personas corresponde a los justos.
Estos son los que creen en Dios. Son justificados por su fe, y están bajo la gracia de Dios. Están cubiertos bajo Su misericordia. Su futuro es ser liberados, no hay destrucción para ellos, sino liberación de la ira de Dios. Son llamados a adorar a Dios y a obedecerle. Y luego, ¿quién creen ustedes que es el tercer personaje? En cada episodio de la historia de la humanidad, ese tercer personaje es Dios. Pero Él es el personaje central. Aquí vemos un Dios que está siempre a cargo, un Dios de juicio, un Dios de ira, pero a la vez un Dios de increíble gracia y misericordia.
De modo que a través de esta serie vamos a ver el mundo en que vivía Noé, que tiene muchas similitudes con el mundo en que vivimos hoy en día. Vamos a ver a Noé y a aprender algunas ideas sobre cómo podemos caminar con Dios en un mundo malvado. No es fácil, pero es posible. Vamos a obtener entendimiento sobre los propósitos soberanos de Dios, Su gran plan redentor para este mundo y lo que todo eso significa para nosotras.
Algunas veces en Aviva Nuestros Corazones hacemos programas sobre temas como la intimidad en el matrimonio, o sugerencias para la crianza de los hijos, y siempre recibimos mucha respuesta a ese tipo de programas prácticos. A medida que preparaba esta serie, parte de mí decía: «La historia de Noé no es tan práctica como algunos de esos temas que abordamos de tiempo en tiempo». Pero bueno, les diré que me he dado cuenta de que es fundamental que entendamos el corazón de Dios, el carácter de Dios y los caminos de Dios.
Hoy me gustaría hablar sobre parte del contexto, el trasfondo que llevó al diluvio para que nos dé un sentido de dónde encaja todo esto en la historia de la humanidad. Así que les pido que vayan en sus biblias al capítulo 5 de Génesis. Mientras lo buscan, permítanme retroceder un poco y recordarles que en Génesis capítulos 1-2, leemos la historia de la creación del hombre. En Génesis capítulo 3, tenemos el relato de la caída, la caída en el pecado. Desde ese punto en adelante a lo largo de la Escritura siempre hay dos líneas de personas.
Están los piadosos y están los impíos. Los que creen en Dios y los que no creen en Dios. Los que se rebelan contra Dios y los que obedecen a Dios. Hay un claro contraste entre estas dos líneas. Cuando llegamos al capítulo 4 de Génesis, vemos a Caín, el hijo de Adán y Eva, que se rebela contra Dios. Él mata a su hermano, Abel. Caín empieza esta línea impía, bueno él no la empezó, la empezaron Adán y Eva. Pero él continúa esta línea impía. Y los descendientes de Caín, como podemos leer en el capítulo 4, muchos de ellos eran brillantes. Ellos construyeron ciudades. Tuvieron logros impresionantes, pero eran hombres que lo habían logrado por sí mismos. No reconocían a Dios.
Lograron tener éxito, en el sentido terrenal, pero sin Dios. Pero luego, al final de Génesis 4, vemos una línea diferente. Es la línea de Set, el hijo que les nació a Adán y a Eva que era la línea justa, la línea piadosa de Dios. Dice que después que Set nació, «los hombres empezaron a clamar el nombre del Señor». ¿Y qué pasa cuando clamas al Señor? Serás salvo. De modo que ves estos dos hilos, estas dos corrientes de personas.
Ahora en Génesis capítulo 5, vemos en los versículos 1 y 2, que cuando Dios creó al hombre, lo hizo a imagen y semejanza de Dios. «Varón y hembra los creó; y los bendijo». Vemos que el hombre es creado a imagen de Dios. Es bendecido, está diseñado para vivir para siempre, sin muerte.
Cuando llegas a Génesis 5, es uno de esos capítulos de genealogías que son fáciles de saltar cuando estás leyendo la Biblia. Pero es un capítulo tan importante. Y te darás cuenta de ciertas cosas. Primero, te darás cuenta de que la gente vivía muchos años, 900 años, 800 años, 700 años.
El ambiente previo al diluvio era propicio para vivir más. Los eruditos bíblicos creen que probablemente la tierra estaba bajo una especie de dosel de agua que filtraba los rayos ultravioleta del sol que son tan dañinos. Era un medio ambiente propicio para vivir más tiempo. No obstante, cuando lees el capítulo 5 ves una frase que se repite ocho veces, si conté correctamente. ¿Cuál es esa frase? «Y murió».
Tal y tal vivió; tuvo hijos, y murió. Luego su hijo vivió tantos años, tuvo hijos, y murió. Y así sigue una y otra vez. Vivieron muchos años. Pero todos morían. Esa es la consecuencia del pecado. Es el cumplimiento de lo que Dios le había dicho a Adán, si comes del árbol que te mandé no comieras, morirás. Morirás espiritualmente y finalmente morirás físicamente.
Cuando lees el capítulo cinco de Génesis, percibes cierta tristeza y monotonía con respecto a la historia del hombre en este mundo caído. Es deprimente. Hay desesperanza. Sí, vivió tantos años, pero y qué, murió.
Pero en medio de este recuento deprimente, hay un destello de esperanza porque siempre hay esperanza donde está Dios. Él es un Dios de gracia que nos da esperanza. Así que leemos en los versículos 21 al 24 del capítulo 5 de Génesis, que Enoc escapó a la maldición de la muerte. Un hombre. Él es el único hombre en ese capítulo de quien no se dijo: «Y murió». Enoc caminó con Dios.
Era del linaje de la fe. Era del linaje justo. Nos da la esperanza de que nosotros no tenemos que morir, que espiritualmente puede haber vida eterna, que podemos caminar con Dios. Y luego en el versículo 29 encontramos la primera referencia a Noé. Llegaremos a esta parte más adelante en la serie. Pero vemos que aun cuando nació se dijo que «confortaría a los que estaban bajo la maldición del pecado».
Hay esperanza en un mundo caído. Hay gracia en un mundo caído. Hay bendición en un mundo maldito. Y claro está, estos destellos de gracia y esperanza nos señalan al Salvador, a Aquél que redimiría y libertaría al mundo de su condición caída. ¿Recuerdas ese himno que cantamos en Navidad?
El mundo estuvo envuelto en sus querellas hasta que Dios nos mandó al Salvador.
Una esperanza todo el mundo siente, la luz de un nuevo día sin igual. 1
A veces, cuando escuchamos las noticias o leemos lo que está aconteciendo en el mundo, puede resultar bastante abrumador. Es fácil pensar que el mundo de hoy en día está peor que nunca. Pero quiero que nos demos cuenta, a medida que estudiamos el capítulo 6 de Génesis en el día de hoy, de que ese no es el caso. Ha habido épocas de excesiva maldad en la historia del mundo, y en esta serie sobre Noé y el gran diluvio, vamos a ver uno de esos tiempos. Vayamos entonces a Génesis capítulo 6. Hoy vamos a ver uno de esos tiempos. Vayamos entonces a Génesis 6, hoy vamos a ver los primeros versículos. Para darnos el contexto, permítanme leer varios versículos empezando en el versículo 1:
«Y aconteció que cuando los hombres comenzaron a multiplicarse sobre la faz de la tierra, y les nacieron hijas, los hijos de Dios vieron que las hijas de los hombres eran hermosas, y tomaron para sí mujeres de entre todas las que les gustaban» (v. 1–2).
Ahora bien, debió haber habido algo muy malo en eso, y veremos lo que es en unos momentos, porque el versículo 3 dice:
«Entonces el SEÑOR dijo: No contenderá mi Espíritu para siempre con el hombre, porque ciertamente él es carne. Serán, pues, sus días ciento veinte años».
Algo andaba muy mal. Dios dijo: «Tuve suficiente. Voy a ponerle fin a esto». Pero sigamos leyendo en el versículo 4:
«Y había gigantes (o Nefilim en algunas traducciones) en la tierra en aquellos días, y también después, cuando los hijos de Dios se unieron a las hijas de los hombres y ellas les dieron a luz hijos. Estos son los héroes de la antigüedad, hombres de renombre. Y el SEÑOR vio que era mucha la maldad de los hombres en la tierra, y que toda intención de los pensamientos del corazón era solo hacer siempre el mal» (v. 4–5).
Versículo 11:
«Y la tierra se había corrompido delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia. Y miró Dios a la tierra, y he aquí que estaba corrompida, porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra» (v. 11–12).
Con este aumento en la población vino un aumento del pecado. Donde abundaba la población, abundaba el pecado. Y me alegra también decirles que donde abundó el pecado, la gracia de Dios sobreabundó. Veremos eso más adelante en la serie.
Pero cuando empezamos a leer el capítulo, hay dos grupos de personas malvadas que resaltan. Primero vamos a ver el primer grupo en el día de hoy, y luego en la próxima sesión veremos el segundo grupo. El versículo 2 nos dice que: «Los hijos de Dios vieron que las hijas de los hombres eran hermosas».
Entonces aquí tenemos una discusión sobre los hijos de Dios que se casaron con las hijas de los hombres. Este es el primer grupo de personas. El segundo grupo que veremos son los que aparecen en el versículo 4, los gigantes o los Nefilim. Hablaremos sobre ellos en la próxima sesión. Ahora, «los hijos de Dios que se casaron con las hijas de los hombres» –¿quiénes son y qué significa esto? Bueno, antes que nada déjenme decirles que yo no sé. Los estudiosos tienen todo tipo de opiniones. El tema de quiénes son «los hijos de Dios» y quiénes son «las hijas de los hombres» es un tema muy debatido.
Permítanme decirles cuáles son las tres posiciones principales que los comentaristas han sugerido. Algunos creen que «los hijos de Dios» eran ángeles que cohabitaban con mujeres, con mujeres humanas. Esta perspectiva tiene cierto fundamento ya que en otros lugares de las Escrituras el término «hijos de Dios» se refiere a los ángeles. a
Sin embargo, la mayoría de los eruditos concuerdan en que probablemente eso no es lo que significa aquí. Las Escrituras dicen que los ángeles no tienen cuerpos. Jesús dijo que los ángeles no se casan. No se dan en matrimonio. Así que probablemente eso no sea lo que se quiere decir aquí. Hay otras dos opiniones posibles y pienso que ambas pudieran ser ciertas.
Hay algunos, entre estos Matthew Henry, ese erudito de antaño, que cree que «los hijos de Dios» se refiere a la línea piadosa de Set. Y «las hijas de los hombres» se refiere a la línea impía de Caín. Que estos dos, la simiente piadosa y la simiente impía, empezaron a sentirse atraídos entre sí y a casarse entre sí, y así fue como terminamos con esta generación malvada y corrupta de personas. Esa es una opinión posible. Ahora les diré la tercera opinión que pienso que también es posible. Es complicada, pero no voy a entrar en muchas explicaciones.
«Los hijos de Dios» podría referirse a ángeles caídos o a demonios que de hecho habitaban y poseían cuerpos humanos masculinos. Esto tiene su fundamento. Puedes leerlo en el libro de Judas y en 2 Pedro, y así entender que en realidad los hombres pueden llegar a ser habitados por demonios, por ángeles caídos.
Estos hombres poseídos por demonios eran muy poderosos. Eran lujuriosos. Eran controladores. Eran un grupo de hombres malvados y demoníacos. Eran gobernadores de la tierra, tal vez. Tenían mucha influencia. Y estos hombres poderosos, poseídos por demonios llamados «los hijos de Dios» se casaron con «las hijas de los hombres», mujeres casadas. Y como resultado tenemos esta generación muy malvada, corrupta y violenta.
No creo que podamos saber con certeza cuál es la interpretación correcta, y no creo que realmente nos importe para los fines de nuestro estudio. Las implicaciones y aplicaciones son claras. Vemos que estos «hijos de Dios», quienes quiera que fueran, se casaron con estas «hijas de los hombres», y que esto no fue bueno. Estos hombres se casaron con estas mujeres basados principalmente en la atracción física. Eran hombres y mujeres que vivieron sus vidas separados de Dios. «Haré lo que quiero hacer». Dice: «tomaron para sí mujeres de entre todas las que les gustaban», se casaron para satisfacer sus instintos lujuriosos. No consideraron que el matrimonio fuera algo santo y sagrado. Se casaron fuera de su fe. Ese es el panorama que tenemos en 2 Corintios capítulo 6 de unirse en yugo desigual. No encajaban. No pertenecían juntos. Y 2 Corintios capítulo 6, nos dice:
«No estéis unidos en yugo desigual con los incrédulos, pues ¿qué asociación tienen la justicia y la iniquidad? ¿O qué comunión la luz con las tinieblas? Por tanto, (salid de en medio del mundo) y apartaos» (vv. 14, 17).
Vive una vida piadosa que sea diferente a la del mundo que te rodea; que afecte a dónde vas, lo que haces, cómo haces tu trabajo, cómo vives, y con quién te casas.
Ahora, cuando volvemos a Génesis capítulo 6, vemos la importancia del matrimonio y la familia. Sé que tenemos jóvenes que nos escuchan. Quisiera hacer un llamado firme y ferviente a aquellas de ustedes que son jóvenes, que aún no se han casado, que están solteras y que nos están escuchando. Cuando decidas casarte con alguien, tu decisión no solo te afecta a ti, aunque sí te afecta a ti.
Asegúrate de casarte dentro de la voluntad de Dios porque vivirás años y años con las consecuencias de la decisión que tomes. Si haces una elección piadosa, estarás sentando las bases para años de bendición… No necesariamente años fáciles, porque aun el mejor de los matrimonios conlleva trabajo y requiere la gracia de Dios. Pero si te casas fuera de la voluntad de Dios, puedes contar con tener años de dolor, de sufrimiento y de desengaño. Así que ten cuidado de con quién te casas —te afecta a ti. Pero también quiero decirte que afecta mucho más que solo a ti.
Si tú quieres arruinar tu vida, es una cosa. Yo espero que no lo hagas. Pero eso afecta a toda una cultura. Cuando estos «hijos de Dios» se casaron con las «hijas de los hombres», se casaron fuera de la voluntad de Dios. Se casaron fuera de su fe. Se casaron por las razones equivocadas, se casaron por razones superficiales, por razones temporales y sensuales. Esas decisiones equivocadas de matrimonio básicamente produjeron una sociedad que era cada vez más malvada y depravada. No se detiene en solo un matrimonio.
Tu matrimonio, si es un matrimonio piadoso, puede tener un impacto y una influencia en este mundo que trascienda hasta generaciones futuras. Por eso vale la pena que trabajes en tu matrimonio.
Por eso, cuando eres soltera, antes de casarte piensa, ¿es este un matrimonio que va a contribuir positivamente a los planes del reino de Dios en este mundo? No solo te cases con alguien de quien te enamoraste.
Pregúntale a Dios: ¿Es esta tu elección para mi vida, Señor? Recibe consejería piadosa de tus padres, del liderazgo de tu iglesia, de consejeros y líderes espirituales. Quisiera decirles a las que no están casadas. Si solo pudieran leer algunos de los correos que he recibido de mujeres, a través de los años, que se casaron en contra del consejo y de la autoridad de sus padres, en contra del consejo piadoso, a veces aun en contra de su buen juicio. Se casaron con hombres que estaban involucrados en todo tipo de cosas, que tenían problemas de carácter, cosas que debieron haber notado.
Escucha, si te casas con un hombre con antecedentes de drogas y de rebelión o pornografía e inmoralidad, esas cosas tienen asociaciones demoníacas. Ahora, no quiero ser más dramática de la cuenta, pero estoy diciendo que la decisión de con quién te casas es muy, muy importante. Muchas de esas mujeres me han escrito años más tarde y me han dicho, «si solo no me hubiera casado fuera de la voluntad de Dios».
Hoy en día hay miles y miles de mujeres cristianas que harían lo que fuera para volver atrás y deshacer las malas decisiones que tomaron respecto a la persona con quien se casaron. Ahora bien, tenemos un Dios redentor. Algunas de ustedes están en esa situación ahora. No pueden volver atrás y deshacerlo. Pero hay gracia. Hay misericordia. Puedes caminar con Dios aun en medio de un matrimonio muy difícil. Pero les estoy hablando a algunas que todavía son solteras, y les estoy rogando que no se casen con un hombre impío.
El fruto de los matrimonios impíos como lo vemos en el libro de Génesis en el capítulo 6, es mayor maldad, violencia y corrupción. De una generación a la próxima, solo se pone peor. El fruto de los matrimonios piadosos será una simiente justa y un impacto en la próxima generación para el reino de Cristo.
Padre, quiero pedirte hoy por nuestras oyentes que son solteras, por las jóvenes que nos escuchan hoy. Te pido que seas Tú quien escoja su pareja y que las dirijas a esa pareja. Y que su matrimonio pueda producir una simiente piadosa que impacte nuestro mundo para Cristo. Te lo pido en el nombre de Jesús, amén.
Annamarie: Qué bueno ha sido recordar, como dice la Escritura, que debemos guardarnos sin mancha del mundo (Stgo. 1:27). Nancy DeMoss Wolgemuth nos ha estado ayudando a reflexionar en esto y a considerar la importancia del matrimonio conforme al diseño de Dios. Este es el primer programa en la serie titulada, Noé y el diluvio: El evangelio en el Antiguo Testamento.
Ya sea que discipules a otras mujeres o que tengas hijos, te animamos a reflexionar en lo siguiente: ¿Estás transmitiendo la verdad de Dios a la próxima generación? Esto puede hacer una gran diferencia en la vida de un niño. Nancy nos cuenta el impacto que esto tuvo en su propia vida.
Nancy: Estoy tan agradecida de haber crecido en un hogar donde mis padres realmente se esforzaron por tener lo que llamábamos en aquel entonces devociones familiares. No las hacíamos todos los días, y a veces era un reto con tantos hijos de diferentes edades, pero mis padres sentían que era muy importante que nos reuniéramos, usualmente era a la hora del almuerzo, y que escucháramos la Palabra de Dios.
De hecho, mis padres leían de un libro de historias de la Biblia para niños cuando, a la edad de cuatro años, yo llegué a una fe personal en Cristo Jesús. De modo que pienso que es una gran inversión en las vidas de los niños.
Annamarie: Gracias Nancy. Ciertamente el trabajo de los padres y de los mentores no es en vano.
Bueno, el libro de Génesis parece hacer referencia a gigantes que vivían en la tierra antes del diluvio. Hoy en día vemos a nuestro alrededor y...
Nancy: Vemos que hay personas que son gigantes. No gigantes físicamente, pero gigantes en términos de su personalidad y de su influencia. Por así decirlo, ellos son los gobernantes de esta tierra. No necesariamente son gobernantes literales, pero son hombres que ejercen un gran poder y una gran influencia en nuestro mundo.
Annamarie: Asegúrate de acompañarnos en nuestro próximo programa para escuchar más acerca de esto.
Escudriñando la Escritura juntas, Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.
Te recordamos que la lectura bíblica para hoy es Éxodo capítulos 25 al 28.
Todas las Escrituras son tomadas de la Biblia de las Américas, a menos que se indique lo contrario.
1 Oh Noche Santa. http://www.musica.com/letras.asp?letra=1317708 Traductor al español desconocido.
Exaltado sobre todo, Para Su gloria, El fin desde el principio ℗ 2018 PSG.
*Ofertas disponibles solo durante la emisión de la temporada de podcast.
Únete a la conversación