Tu ministerio está en las manos de Dios
Débora: Cuando lanzas una iniciativa ministerial es muy importante recordar la razón por la que lo estás haciendo. Con nosotras Susan Hunt.
Susan Hunt: ¿Cuál es mi propósito? ¿Es mi propósito promover a las mujeres? ¿Promoverme a mí misma? ¿O es mi propósito promover la gloria de Dios? Si mi propósito es promover la gloria de Dios, entonces lo haré de la manera que Dios lo ha planeado.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 15 de diciembre de 2023.
Aquí está Nancy para concluir nuestra serie sobre la maternidad espiritual. Escuchemos.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Susan, viniste hasta aquí hoy a nuestro estudio para que tuviéramos esta conversación. En un principio pensamos grabar tres programas solamente, pero he disfrutado tanto escuchándote, y quisiera saber más de lo que piensas sobre tantos temas, que hemos decidido hacer una serie de …
Débora: Cuando lanzas una iniciativa ministerial es muy importante recordar la razón por la que lo estás haciendo. Con nosotras Susan Hunt.
Susan Hunt: ¿Cuál es mi propósito? ¿Es mi propósito promover a las mujeres? ¿Promoverme a mí misma? ¿O es mi propósito promover la gloria de Dios? Si mi propósito es promover la gloria de Dios, entonces lo haré de la manera que Dios lo ha planeado.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 15 de diciembre de 2023.
Aquí está Nancy para concluir nuestra serie sobre la maternidad espiritual. Escuchemos.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Susan, viniste hasta aquí hoy a nuestro estudio para que tuviéramos esta conversación. En un principio pensamos grabar tres programas solamente, pero he disfrutado tanto escuchándote, y quisiera saber más de lo que piensas sobre tantos temas, que hemos decidido hacer una serie de cinco días, de cinco programas.
Muchas gracias. Quisiera tener la mitad de tu energía cuando cumpla setenta y nueve años así que muchísimas gracias por ser parte de esta conversación.
Susan: Gracias Nancy. Créeme, cuando llegue a casa voy a tomar una buena y larga siesta.
Nancy: Bueno, probablemente yo también lo haga. Gracias primero por ser una mujer fiel, una esposa fiel, una madre y abuela fiel, y también por tu labor en el contexto del ministerio de mujeres de la iglesia local. Has hecho esto por muchos, muchísimos años y aún estás sirviendo al Señor fielmente. Aún estás activa. Aún le pides al Señor cómo puedes dar más fruto. Aún escribes. Pienso que muchas mujeres simplemente creen que es tiempo de retirarse y dejar que alguien más haga el trabajo duro.
Tú has abierto el camino a las nuevas generaciones que están surgiendo, pero aún estás guiándolas en ese camino. Aún eres una mujer que deja huellas. Solo quisiera agradecerte por ser fiel, por no salirte del camino, por quedarte en la carrera y ser un modelo de mujer anciana para aquellas que venimos detrás de ti.
Susan: Bueno, gracias Nancy, pero la realidad es que Dios escoge usar a los débiles y tontos para mostrar Su poder. Me gozo en esto. Me gozo en mi debilidad, en mi estupidez, porque si Él hace algo en mí y dentro de mí, es debido a Su grandeza.
Recientemente debía dar una conferencia en una iglesia local. Esa mañana nuestra nieta de diez años se me acercó y me dijo, «abuela, creo que necesito orar por ti antes de que te vayas».
Yo le dije, «eso sería muy bueno, Kate».
Así que ella comenzó a dar gracias a Dios porque yo iba a dar esa conferencia en la iglesia local. Luego ella dijo, «y Padre, Tú hablaste a través de un burro, así que puedes hablar a través de mi abuela».
Y así es como sucede. Él lo hace. Él puede hacer que cualquier cosa hable. Así que si Él me ha usado de alguna forma, es todo para Su gloria.
Nancy: Amén. Me encanta. Me encanta que tengas una nieta de diez años que venga y te diga, «¿puedo orar por ti?»
Susan: Ella es una guerrera en la oración.
Nancy: Pero ese es el resultado de la maternidad espiritual que ha tenido lugar de una generación a otra. Me encanta ver eso.
Tengo en mi vida también algunas de esas niñas que oran por mí. Ellas están tomando el testigo del relevo. Ellas van a ser las Susan Hunt o las Nancy DeMoss Wolgemut de la próxima generación, las Elizabeth Elliot de la siguiente generación, porque ellas están aprendiendo a conocer a Dios, a amarlo, a caminar con Él, a vivir vidas empapadas del evangelio. Y qué gran gozo ver que esto sucede en la generación siguiente.
Hemos estado conversando esta semana sobre un libro que escribiste y creo que ahora se necesita ese libro más que nunca. Se titula, Maternidad espiritual: El modelo de Tito 2 para la mujer de hoy.
Hoy más que nunca las mujeres se sienten a la deriva o en necesidad de encontrar puntos de contacto con la generación que las antecedió, con las mujeres que son más ancianas que ellas, ¿no crees que este libro les sería muy necesario hoy más que nunca a las mujeres?
Susan: Sí, quizás ahora más. Cada generación necesita de esto. Es un principio bíblico y es siempre relevante. Sin embargo, realmente creo que hoy en día vivimos en un ambiente tan tóxico en cuanto a asuntos de género, que hace a este libro más necesario.
Me sorprende que algunos digan que los ministerios de mujeres son irrelevantes, ¡en tiempos como los que estamos viviendo! Para mí fue una reafirmación de esto cuando una vez una mujer joven se me acercó en una conferencia y me dijo: «¿Cómo puedo pensar bíblicamente sobre mi feminidad cuando constantemente me dicen que la independencia es poder, que puedo determinar mi destino, perseguir mis sueños, y que la distinción entre los géneros es una construcción social?» Esta fue una pregunta bien cargada.
Nancy: Ese es el lenguaje que más abunda en nuestra época.
Susan: Sí.
Nancy: Agradezco que hayas agregado un apéndice a esta publicación más reciente de tu libro, abordando todo este asunto de género y la distinción entre los géneros. ¿Fue esa conversación que tuviste con esa joven u otra cosa la que te hizo pensar que ese era un tema importante para agregar al libro?
Susan: Sí, esa y otra conversación con uno de nuestros nietos universitarios cuando le pregunté sobre qué asunto de la fe y de la vida él consideraba que estaba siendo más atacado para los cristianos y con el que la gente joven, los jóvenes cristianos se sintieran más en peligro de verse tentados. Sin dudar él me respondió que «la sexualidad».
Entonces estas dos conversaciones me hicieron darme cuenta que necesitamos hablar sobre esto. No podemos quedarnos callados.
Nancy: Y no es solo en el mundo secular donde la gente está confundida.
Susan: No.
Nancy: Nosotras esperamos que las personas que no conocen a Cristo, que no conocen Su Palabra y no conocen el evangelio, no sean capaces de pensar bíblicamente. Pero dentro de la iglesia, ¿no crees que hay una erosión del entendimiento bíblico, de la distinción entre hombre, mujer y la sexualidad?
Susan: Definitivamente. Muchas veces lo que sucede es que simplemente no hablamos de ello. En nuestro silencio, lo que hacemos es dejar que la próxima generación oiga solamente las voces del mundo. Por consiguiente, eso es lo que ellos están escuchando y eso es lo que están abrazando. Entonces lo que sucede es que, sin darse cuenta, hay una desconexión entre su teología y su aplicación de la fe en su sexualidad. Debemos hablar sobre esto.
Nancy: Definitivamente, y en este apéndice que se titula, «Ayuda por diseño», hablas sobre algunos principios que son la base, el fundamento. ¿Podrías comentar un poco sobre ellos? Ya que si pasas por alto el fundamento, entonces el edificio, la casa, la estructura no puede sostenerse. Hace unos años, cuando se hablaba de estos principios fundamentales, creo que hace alrededor de veinticinco años, si uno mencionaba estas cosas, todos en la iglesia habrían asentido con sus cabezas y hubieran dicho, «por supuesto»; pero ahora no se asumen. Estos asuntos no se pueden dar por hechos.
El primer principio es que la Palabra de Dios es nuestra autoridad en todo. ¿Por qué es tan importante decir esto hoy en día?
Susan: Si no comenzamos con eso, entonces quién sabe a dónde vamos a llegar. Debemos comenzar declarando que la Palabra de Dios es mi autoridad; por tanto, voy a confiar en todo lo que Él diga. Voy a obedecerla, incluso cuando hable de Su diseño para mí como mujer. Entonces debemos tener esto bien claro en primer lugar.
Nancy: Y luego vamos al segundo principio fundamental que dice que nuestro propósito en la vida es la gloria de Dios.
Susan: Sí.
Nancy: ¿Por qué es esto tan importante?
Susan: Bueno, nuevamente digo, porque esto va a establecer hacia dónde nos dirigimos. Si mi propósito es la gloria de Dios, entonces cualquier cosa que Él diga es lo que yo voy a hacer porque esa es mi misión, glorificarlo a Él. Realmente esto hace la vida más sencilla porque no tengo que estar investigando cómo se hace. Solo tengo que determinar ¿qué es lo que va a glorificar a Dios? Y lo que va a glorificar a Dios es que yo obedezca la autoridad de Su Palabra.
Nancy: Creo que con frecuencia necesitamos darnos cuenta de que muchas veces, la Palabra de Dios, la manera de Dios y lo que lo glorifica, va contra nuestra intuición. No es lo que hoy en día es políticamente correcto, es lo que nos lleva a nadar contra la corriente. No puedes esperar que la manera de Dios vaya en la misma dirección que la cultura.
Por tanto, si queremos abrazar la Palabra de Dios, la manera de Dios, la gloria de Dios, debemos estar dispuestas a nadar contra corriente, a ir contra la corriente. Creo que esto se vuelve cada vez más difícil.
Susan: Es difícil. Es algo radical vivir bíblicamente, sin embargo es algo tan hermoso vivir bíblicamente. Es algo audaz vivir bíblicamente. Comprender estos primeros dos principios fundamentales es absolutamente esencial para tener una visión bíblica del mundo, para vivir el evangelio en nuestras vidas.
Nancy: Entonces tomamos estos dos principios fundamentales: la Palabra de Dios y la gloria de Dios y decimos, «¿cómo se aplica esto a las mujeres (o a los hombres)?» Luego el tercer principio es uno que está siendo bien atacado en la actualidad. Pienso que todos están siendo atacados, pero este tercero lo está siendo en mayor medida. Las personas te miran y es como si pensaran, «¿de qué planeta saliste?», cuando hablas de esta manera, ya que dices, «la distinción de géneros es el buen plan de Dios».
Susan: Sí.
Nancy: Ayúdanos a explicar esto.
Susan: Dios no creó un ser sin género. Dios dijo: «Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza…creó, pues, Dios al hombre a imagen suya…varón y hembra los creó» (Gén. 1:26-27). Por tanto el hombre y la mujer fueron creados ambos a imagen de Dios, pero con distinciones: varón y hembra, con diferentes funciones y diferente diseño. Ahora bien, para realmente entender esto debemos ir a lo sucedido antes que eso, a lo que aprendemos sobre la Trinidad en la eternidad pasada.
El Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo vivían en una relación perfecta, en perfecta unidad y perfecta armonía, sin embargo, como vemos en Efesios 1, el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo, cada uno asume una función diferente en el cumplimiento de nuestra redención. El Padre nos escogió en Cristo. Cristo murió por nuestros pecados; Él es nuestro Redentor. Y El Espíritu Santo sella esa redención en nuestros corazones. Él la aplica a nuestros corazones.
Entonces vemos al Padre, al Hijo, y al Espíritu teniendo un mismo fin, para alabanza de la gloria de Su gracia, esa frase se repite una y otra vez en Efesios. Mostrar Su gloria es el objetivo, pero cada persona de la Trinidad asume una función diferente pero igualmente valiosa.
No hay competencia. El Padre no dice, «bueno, quiero morir en la cruz para ser tan importante como el Hijo». No, ellos tienen funciones igualmente valiosas pero con una misma pasión ferviente: mostrar Su gloria.
Por tanto es muy lógico que al haber creado Él la humanidad, le diera esta diversidad de funciones, pero a la vez esta unidad de deseo de glorificar a Dios, una unidad de propósito, pero con distinción de funciones.
Nancy: Así es. Ahora, hay muchos que dirían hoy, «bueno hay muchos que tienen diferentes criterios sobre estas funciones para hombres y mujeres…», pero antes de que hablemos sobre esto, explícanos mejor, de qué hablamos cuando nos referimos a distintas funciones.
Hombres y mujeres vienen de igual manera a la cruz, igualmente vienen a la salvación en Cristo, son igualmente valiosos ante Dios, ninguno es más valioso que el otro. Sin embargo, cuando hablamos de diferentes roles y funciones, ¿de qué estamos hablando exactamente?
Susan: Lo que debemos recordar aquí es que estas funciones son igualmente valiosas. Hay muchas cosas que los hombres y las mujeres hacen que no tienen distinción de género. Debemos estar claros en esto.
Nancy: Entonces, ¿dónde se aplica la distinción?
Susan: No estoy muy segura de que podamos decir exactamente dónde se aplica. Es más un acto de sumisión a la idea de que hombres y mujeres son diferentes, y luego esto se completa con la idea de que juntos mostramos la gloria de Dios. Esto no significa que alguien debe estar casado para mostrar la gloria de Dios, pero significa que uniendo nuestras distinciones, nuestras fuerzas, ahí es donde podemos glorificar a Dios, ya sea en un matrimonio o en una iglesia, la manera en que hombres y mujeres trabajan juntos y sirven juntos en la iglesia.
Muchas veces hombres y mujeres están haciendo lo mismo pero nuestras distinciones se muestran en ello. Traeremos nuestra feminidad o masculinidad a esa tarea o a lo que sea que hagamos.
Por lo que debemos tener cuidado de no etiquetar esto como ciertos comportamientos, que no encerremos la feminidad o la masculinidad en una caja. Más bien que sepamos ver que hay una distinción y que hay una complementariedad en esa distinción para que exista una unidad en nuestra diversidad.
Nancy: Lo has dicho de una manera hermosa Susan, y una de estas áreas de distinción, volviendo al contexto de la iglesia local, por ejemplo, es que Dios ha dado a los hombres la responsabilidad de proveer supervisión espiritual, les ha dado la autoridad espiritual, el liderazgo y está a su cargo también la alimentación espiritual de esa congregación local, de ese rebaño, de esa familia espiritual.
Pero este es un concepto que ha sufrido en estos tiempos tan difíciles donde la gente dice, «pero eso no es justo. Las mujeres son tan inteligentes como los hombres. Algunas mujeres enseñan mejor la Biblia o son mejores pastores o podrían ser mejores liderando una iglesia, o hacer cualquier cosa mejor que los hombres». Este concepto del liderazgo masculino en el contexto de la iglesia local realmente se malinterpreta, y a las personas les cuesta muchísimo, creo yo, aceptar esto hoy en día.
Susan: Y ahí es cuando debemos volver a preguntarnos: ¿cuál es mi propósito?, ¿es mi propósito promover a las mujeres? ¿Promoverme a mí misma? ¿O es mi propósito promover la gloria de Dios? Si mi propósito es promover la gloria de Dios, entonces lo haré a la manera de Dios.
Realmente creo que debemos ser muy cuidadosas y saber que cuando hacemos las cosas a la manera de Dios estamos mostrando algunos aspectos de la Trinidad. Se remonta a la mismísima naturaleza de Dios. Ahí está basada esta distinción. Entonces un ser sin género y un ministerio sin género no será capaz de hacer esto. Es por eso que es tan importante, porque tiene que ver con la naturaleza de Dios
Por lo que nos lleva continuamente a preguntarnos: ¿Es mi propósito glorificar a Dios?
Es interesante notar que en Génesis 2, después de que Dios nos da el llamado a la masculinidad, Él dice, «no es bueno que el hombre esté solo; le haré una ayuda idónea» (v.18).
Aquí comenzamos a ver el diseño de feminidad que creó Dios y vemos que Él no dijo que el hombre no era bueno, sino que la soledad del hombre no era buena. Su soledad no era buena porque Dios no estaba solo. La divinidad se relaciona en sí misma.
Por lo que creo que todo esto nos ayuda a ver lo maravilloso y hermoso que es esto, y que tenemos la oportunidad de reflejar ese aspecto de Dios.
Nancy: Bueno, entonces háblanos de las mujeres como ayudadoras, como ayuda idónea, la parte vital de su diseño. ¿Qué significa? ¿Cómo describirías eso?
Susan: Bueno, al principio, hace muchos años cuando por primera vez comencé a estudiar el tema, me desalenté un poco con toda esa noción debido a nuestra idea de lo que es una ayuda idónea.
Entonces comencé a estudiar la palabra que es «ezer», y vi que a lo largo del Antiguo Testamento, que esa palabra se usa con más frecuencia para referirse a Dios como nuestro Ayudador. Cuando comencé a ver cómo Dios nos ayuda, entonces este concepto simplemente explotó en mi corazón y en mi mente. Esto mismo es lo que nosotras, siguiendo nuestro diseño, debemos traer a las relaciones. Es un diseño exquisito.
Pensemos en tan solo algunos versículos que hablan de Dios como nuestro Ayudador.
En el Salmo 33, leemos: «Nuestra alma espera al Señor; Él es nuestra ayuda y nuestro escudo» (v.20). Aquí vemos a Dios defendiéndonos.
El Salmo 46:1 dice: «Dios es nuestro refugio y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones». Un ayudador es un refugio.
El Salmo 54:4: «He aquí, Dios es el que me ayuda; el Señor es el que sostiene mi alma». Entonces un ayudador sostiene.
¿Esto no te trae a la mente y al corazón imágenes hermosas?
Salmo 70:5: «Mas yo estoy afligido y necesitado; oh Dios, ven pronto a mí. Tú eres mi socorro y mi libertador». Él libera al pobre y al necesitado. A lo largo de la historia las mujeres han estado al frente de ministerios para ayudar a los pobres y necesitados, ministerios activos como esos, a los cuales, por diseño, nos sentimos atraídas.
Salmo 86:17: «Oh Señor, me has ayudado y consolado». ¿A quién vuelve un niño corriendo luego de lastimarse sus rodillas? Es a la madre, la que consuela.
Entonces vemos hasta aquí estas palabras que nos nutren y nos equipan para ser madres. No solo biológicamente, sino que este diseño nos enseña a ser madres espirituales; nos prepara para aportar algo que será en gran manera reconocido y por el contrario no lo tendremos si las mujeres no desarrollamos nuestra función y tratamos de ser lo que los hombres están llamados y diseñados para ser.
Nancy: Esto es hermoso y no significa que los hombres no consuelen; que no ayuden; que no sostengan; que no defiendan.
Susan: Oh, exactamente. Pero existe una dimensión que pertenece a lo femenino.
Nancy: Bueno, tú has hecho una labor tan hermosa, no solo durante esta conversación, sino también a través de tus libros, tus enseñanzas, tu influencia en mi vida, ayudándonos a ver que el plan de Dios, que el diseño de Dios es bueno, es hermoso. Es un plan como lo describiste: exquisito.
Susan: Sí, exquisito.
Nancy: Me encanta esa palabra. Sonrío mientras te escucho, Susan. Me haces sentir tan agradecida de ser mujer, también haces que desee ser el tipo de mujer que a Dios le agrada, dándome cuenta de que como hombres y como mujeres, siendo complementarios, viviendo el diseño de Dios para nuestras vidas, así se muestra la gloria de Dios, así es como avanza y prospera el reino de Dios.
Lo que está en riesgo aquí es el evangelio. Esto no es un asunto secundario. Esto es algo que es central para santificar el nombre de Dios, a que venga Su reino, que se haga Su voluntad tanto en la tierra como en el cielo; tiene que ver con estar llenas del Espíritu Santo, con tener vidas centradas en Cristo, ser hombres y mujeres centrados bíblicamente que sirven al Señor de manera distinta y complementaria.
Gracias por ayudarme a mostrar esa imagen, por hacerlo tú misma como mujer, y gracias por ser parte de Aviva Nuestros Corazones y del movimiento Mujer Verdadera. Realmente no conozco a otra mujer de edad avanzada que me haya alentado tanto en la vida como lo has hecho tú, que haya hecho tanto por este ministerio y por este movimiento.
Quisiera darte la oportunidad de hablarnos, ya que has visto crecer y madurar el movimiento Mujer Verdadera, tú estuviste en nuestra primera conferencia True Woman en el 2008, y has estado en muchas otras, aunque no en todas. Desde tu perspectiva, ¿qué has visto, qué ha sido alentador para ti y qué te gustaría decirle al movimiento Mujer Verdadera?
Susan: Oh Nancy, mi mente me ha llevado a esa primera conferencia. Desde ese primer momento en que escuché sobre ella, supe que tú estabas comprometida a la idea de que hombres y mujeres se complementan, y que querías promover eso y la distinción de géneros así como el concepto de mujer verdadera.
Haber ido a la primera conferencia, escuchar y ver a todas esas mujeres que fueron, fue un momento inolvidable pues veía suceder cosas por las que había orado durante años y he observado eso suceder al pasar los años mientras crece este movimiento y se expande a todas partes del planeta.
Cada vez que voy, cada vez que veo y escucho, veo lo que Dios está haciendo. Es más de lo que alguien podría haber logrado. Es muchísimo más de lo que nosotros pudiéramos haber imaginado o pedido. Simplemente tengo que ir a mi Señor continuamente en oración y decirle, «gracias, gracias por lo que Tú estás haciendo, lo que hiciste, y lo que harás a través de este ministerio de Mujer Verdadera».
Nancy: Bueno tú has sido muy fiel en sostener el testigo de relevo de tu generación y ahora al pasarlo a la siguiente. Eso me ha inspirado a mí a querer hacer lo mismo. El Señor conoce quiénes son las mujeres jóvenes que vienen detrás de nosotras que tomarán el testigo en los días siguientes, y todo para la gloria de Dios, para mostrar Su gracia, que Sus caminos sean conocidos en todas las naciones. Para eso vivimos. Eso es lo que anhelamos.
Susan: Así es.
Nancy: Eso es lo que te mantiene activa a los setenta y nueve años. Puedo darme cuenta de esto luego de escucharte hablar por horas en esta conversación de hoy.
Débora: Nancy DeMoss Wolgemuth ha estado conversando con Susan Hunt, quien regresará para orar con nosotras. Esta conversación está basada en el libro escrito por Susan, titulado, «Maternidad espiritual».
Y bueno, antes de concluir queremos que escuches un poco acerca del impacto del ministerio de Susan Hunt en Latinoamérica.
Fanny de Gómez y Patricia de Saladín están aquí con nosotras.
Patricia: Los programas que hemos grabado esta semana han sido especiales, de manera particular para Fanny de Gómez que se encuentra aquí conmigo. Grabamos los programas acerca de Maternidad espiritual, el libro de Susan Hunt.
Para las que no saben, la persona de Susan Hunt es la precursora, la abuela como dice Nancy, del movimiento Mujer Verdadera. Pero cuando nosotros aquí en República Dominicana, en Santo Domingo, no conocíamos nada acerca de la feminidad bíblica ni de Mujer Verdadera, los libros de Susan fueron los primeros en traer esta información a nuestras vidas. De manera particular a Fanny de Gómez, quien abrazó los libros, abrazó la enseñanza, y se puso en contacto con la autora, nunca pensando que ella iba a devolver un correo electrónico que se le envió.
A partir de ahí, la relación de Fanny y de Susan se volvió lo que sus libros decían, una relación de maternidad espiritual que está vigente hasta el día de hoy. Por eso la voz de Susan en los programas es la voz de Fanny, y esto lo hace particularmente hermoso, porque Fanny hace la voz de Susan y una servidora hace la voz de Nancy.
Toda esa verdad que vino sobre nosotras en los años 2005…2006, fue tomando forma, y Dios usó todo esto para moldear nuestras vidas. Quiero pedirle a Fanny, que brevemente nos hable un poco de cómo esto ha transformado su vida y cómo ha puesto en práctica, no solamente todo esto de la maternidad espiritual, sino que vino a sentar las bases sobre la feminidad bíblica para que luego el ministerio de Aviva Nuestros Corazones de Revive Our Hearts, hallara cabida en nosotras y en nuestras iglesias. Luego todo lo que tuvo que ver con el ministerio de mujeres y su formación.
Fanny, gracias por haber venido de Santiago a compartir este tiempo con nosotros aquí en Aviva Nuestros Corazones, y gracias porque yo sé que para ambas, para ti y para mí, esta ha sido una serie muy especial.
Fanny: Definitivamente que sí, y gracias Patricia por darme este privilegio de ser la voz de Susan en una serie tan especial como esta. La verdad es que cuando miro hacia atrás, jamás pensé que el fruto de esos libros que me impactaron de una manera tan trascendental iba a llegar tan lejos en el paso de los años.
Estas enseñanzas transformaron mi vida y la vida de todas nosotras en los inicios de nuestras iglesias, que sí sabíamos lo que como mujeres no estábamos llamadas a ser, pero no conocíamos lo que sí estábamos llamadas a ser. Y al entender el peligro que corría la iglesia si las mujeres nos cruzamos de brazos y no hacemos lo que tenemos que hacer, como decía Susan en el programa, qué voz escucharán entonces las mujeres jóvenes de nuestra iglesia, las voces del mundo.
Por eso esto ha sido una bendición tan grande, el ver a Dios orquestando todo esto. Susan en Atlanta escribe un libro, llega a nuestras manos, y mira hasta dónde ha llegado el mensaje. Como dice ella, a todo el planeta a través de este programa de Aviva Nuestros Corazones.
Patricia: Y en este último programa de la serie, me encanta que ella dice: «Es más de lo que alguien podría haber logrado». Si hay algo que a mí me emociona es que no es nada que alguien pudo haber logrado, es la mano de ese Dios soberano, de ese Dios de la providencia tejiendo de principio a fin Su historia preciosa.
Y Susan dice, «es mucho más de lo que nosotras pidiéramos haber imaginado o pedido. Sencillamente tenemos que ir al Señor y decir, como ella dice en el programa: «Gracias Señor. Gracias por lo que Tú estás haciendo, lo que hiciste y lo que harás a través de este ministerio de Mujer Verdadera.
Fanny: Así es Patricia.
Patricia: Toda la gloria le pertenece a Él. Así que como veíamos, nuestro propósito en esta vida es la gloria de Dios. Nosotros estamos laborando y avanzando ese texto que dice que algún día, así como las aguas cubren el mar, la tierra estará llena de la gloria de Dios. Gracias una vez más Fanny por estar aquí con nosotras.
Fanny: Es un privilegio. Gracias Patricia.
Débora: Ahora, Susan Hunt concluye este episodio en oración.
Susan: Padre que estás en los cielos, cuánto te agradecemos, oh Trino Dios, Padre, Hijo, Espíritu Santo, por Tu gran obra de redención en cada una de nuestras vidas. Gracias porque nuestro único consuelo en la vida y en la muerte es que pertenecemos a nuestro fiel Salvador que nos ha librado completamente del dominio del mal, que nos ha dado Su Espíritu Santo para darnos el poder de vivir el evangelio en nuestras relaciones y en nuestras situaciones. Te agradecemos por tan grande salvación.
Padre, nosotras te agradecemos, yo te agradezco, por el movimiento del ministerio Mujer Verdadera. Gracias por Aviva Nuestros Corazones. Gracias porque has levantado a Nancy y a todo un ejército de hombres y mujeres que están llevando este mensaje al mundo.
Señor, también oro por que envíes Tu bendición sobre ellos, a cada aspecto del ministerio, al ministerio en la radio, en las conferencias y en los recursos. Gracias por todo ello Padre. Oro por que lo unjas y que lo uses para el avance de Tu reino. Nuestra oración es que venga Tu reino y que se haga Tu voluntad.
Padre, oro también ahora por las mujeres que están escuchando este programa hoy, quienes escuchan nuestras voces, para que, Señor, ellas escuchen más allá de nosotras y te escuchen a Ti, que sean acercadas a Ti y a Tu Palabra, y que Tú ministres cada uno de sus corazones de acuerdo con el propósito que tienes para ellas.
Fortalécelas Señor en su fe. Padre, oro para que las ministres en sus situaciones, que nos permitas a todas nosotras amarte con toda nuestra alma, con todo nuestro corazón, con toda nuestra mente y con todas nuestras fuerzas, y que podamos vivir para Tu gloria en todas las cosas. En el nombre de Jesús amén y amén.
Nancy: Amén.
Débora: Enseñando las verdades de la Palabra de Dios a la próxima generación, Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de la Nueva Biblia de Las Américas, a menos que se indique lo contrario.
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