Tú estás conmigo
Débora: ¿Sientes que estás caminando en un valle oscuro y profundo? Colin Smith te anima a recordar que: Dios está contigo en la oscuridad, como está contigo en la luz.
Pastor Colin Smith: Dios gobierna en la noche y en el día. Dios gobierna en la tormenta y en la calma. En medio de la oscuridad, nunca dudes lo que Dios te ha enseñado en la luz.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 1 de octubre de 2024.
En algunos lugares, octubre ha sido designado como el mes de la apreciación pastoral. Por lo tanto, queremos aprovechar la ocasión para dedicar un par de series de enseñanza pastoral.
Y creo que ningún pasaje de las Escrituras ha traído más consuelo a las almas heridas como lo ha traído el Salmo veintitrés. Hoy, el pastor Colin Smith nos recuerda …
Débora: ¿Sientes que estás caminando en un valle oscuro y profundo? Colin Smith te anima a recordar que: Dios está contigo en la oscuridad, como está contigo en la luz.
Pastor Colin Smith: Dios gobierna en la noche y en el día. Dios gobierna en la tormenta y en la calma. En medio de la oscuridad, nunca dudes lo que Dios te ha enseñado en la luz.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 1 de octubre de 2024.
En algunos lugares, octubre ha sido designado como el mes de la apreciación pastoral. Por lo tanto, queremos aprovechar la ocasión para dedicar un par de series de enseñanza pastoral.
Y creo que ningún pasaje de las Escrituras ha traído más consuelo a las almas heridas como lo ha traído el Salmo veintitrés. Hoy, el pastor Colin Smith nos recuerda que la presencia de nuestro Pastor está con Sus ovejas, incluso en los momentos más oscuros y difíciles. Colin Smith ha sido conferencista en uno de los retiros del ministerio Aviva Nuestros Corazones.
El Pastor Colin también tiene un ministerio radial llamado «Abre la Biblia con el Pastor Colin Smith». Puedes escucharlo en su sitio web, en plataformas digitales como YouTube, Spotify y Apple Podcasts, así como en estaciones radiales en los Estados Unidos. Sin más preámbulos, Nancy abre la conversación.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Colin, te conozco desde hace muchos años, ¡y mi esposo te conoce desde hace más tiempo que yo! Y también hemos coincidido en caminos y trayectos diferentes a lo largo del tiempo.
Pero, durante varios años, incluso antes de que nos conociéramos, Colin fue mi «pastor de ejercicios», porque cuando yo hacía mis ejercicios en la caminadora escuchaba algunos de sus mensajes. ¡Me encanta la forma en la que tú abres la Palabra de Dios!
Colin es pastor en la Iglesia The Orchard en el noroeste de Chicago. Pero aunque ministres en Chicago, no naciste en los Estados Unidos, ¡no eres de Chicago!
Pastor Colin: ¡No tengo el acento de Chicago! Soy de Edimburgo, Escocia. Nací y crecí en Escocia y luego serví en Londres durante dieciséis años como pastor de una iglesia allá, y luego, los últimos veintiséis años aquí. Pero no he podido perder el acento; ¡No creo que vaya a ocurrir nunca!
Nancy: De hecho, esta tarde busqué en Google porque recientemente fui a Edimburgo. Y no estoy segura de cómo se pronunciaba. Google dice que hay muchas maneras diferentes de pronunciarlo, pero al parecer los escoceses lo pronuncian más rápido, y más fuerte.
Pastor Colin: Sí, debes pronunciar la «r» bien fuerte. En inglés, el nombre para Edimburgo es «¡Edinburrrgh!», y así es como lo pronunciamos en Escocia.
Nancy: ¡Nuestras amigas hispanohablantes podrán hacerlo mejor que yo! Así que el Señor trajo a Colin a los Estados Unidos. Y mi difunto suegro, el papá de Robert, en ese momento formaba parte del personal de la iglesia que tú ahora pastoreas. Él jugó un pequeño papel en tu llegada a los Estados Unidos para convertirte en pastor.
Pastor Colin: Sí, creo que más que un pequeño papel. Sam y Grace Wolgemuth, los padres de Robert, desempeñaron un papel muy especial en la vida de Karen y en la mía. Fueron unos maravillosos siervos del Señor, que están ahora en Su presencia, y fueron muy estimados en la iglesia en la que yo sirvo, debido a su fiel servicio como misioneros, por amar a otras personas, y por su evangelismo emprendedor.
Doy muchísimas gracias a Dios por ellos. Sam fue el pastor interino entre mi precursor, su partida y nuestra llegada, que fue un año después.
Débora: ¡Podemos decir, que el pastor Colin Smith tiene una excelente conexión con Aviva Nuestros Corazones! Cuando dio las charlas en el retiro del personal del ministerio, escudriñó el Salmo 23. Hoy, escucharemos la segunda mitad del salmo. Aquí está el pastor Colin Smith.
Pastor Colin: ¡La mayor bendición que jamás puedas conocer es ser propiedad exclusiva del Hijo de Dios! Y en este salmo veremos lo que el Buen Pastor hace por todas Sus ovejas.
Cuando has sido comprado y naces en el rebaño de Dios, ¡Jesucristo te guiará y Jesucristo te restaurará! Estas cosas son dones; son las mismas cosas que el Pastor hace por sus ovejas.
David dice: «El Señor es mi pastor; nada me faltará», como vemos en el Salmo 23:1. Y dice el porqué: «en lugares de verdes pastos me hace descansar; junto a aguas de reposo me conduce. Él restaura mi alma». (ver versículos 2-3).
Ahora, hoy veremos un maravilloso tercer regalo que pertenece a todos los que están en Jesucristo. El buen Pastor que nos guía y el buen Pastor que nos restaura es el buen Pastor que nos guardará.
Quiero leer solo el versículo 4 de este maravilloso salmo.
«Aunque pase por el valle
de sombra de muerte,
no temeré mal alguno,
porque Tú estás conmigo;
Tu vara y Tu cayado me
infunden aliento».
Ahora, David habla de algo que todos los que estamos aquí debemos enfrentar. Vamos a tener experiencias muy diferentes en la vida. Lo que sucede en tu vida es diferente a lo que sucede en la vida de la persona sentada a tu lado.
Tenemos diferentes experiencias en la vida, pero cada camino, cualquiera que sea el camino por el que el Señor te guíe, eventualmente pasa por un valle. Y esto es cierto para los que creen, y también para los que no creen.
Puede que alguien diga: «Bueno, voy a elegir mi propio camino; ¡Voy a vivir mi propia vida!». Bueno, cualquier camino que una persona elija, ese camino tarde o temprano pasará por este valle, el valle oscuro del que David está hablando aquí.
Todos pasamos por ahí. Él no dice: «Si es que paso por el valle de sombra muerte». No. Él dice: «Aunque. . .». Él sabe lo que va a suceder y lo está mirando directamente a la cara. Ahora, hoy quiero hacer tres observaciones de este importante versículo de las Escrituras.
Quiero que veamos, primero, que todos caminaremos por este valle oscuro. Vamos a ver un poco lo que dice la Biblia acerca de caminar en la oscuridad. Y luego veremos esta maravillosa verdad de que Cristo caminó por este valle oscuro.
Voy a dedicar algún tiempo para que veamos lo que Cristo logró en la oscuridad, en la cruz, la cual es el centro de nuestra fe. Y luego, al final, veremos esta maravillosa verdad que David afirma aquí: que Cristo caminará por el valle oscuro con nosotros.
Entonces estos son los tres puntos que veremos:
- Todos caminaremos por ese valle oscuro.
- Cristo ha caminado por ese valle oscuro.
- Cristo caminará por el valle oscuro con nosotros.
Así que, primero, todos debemos caminar por el valle oscuro. «Aunque camine por el valle de sombra de muerte».
Observemos que David se refiere aquí a la «sombra». La muerte proyecta una sombra. Si piensas en la luz de un objeto, la sombra va más allá de él. De lo que David está hablando aquí es de lo que lleva a la muerte.
Habla sobre la perspectiva de la muerte, sobre lo que hay antes de la muerte. Es una realización que viene a nosotros como personas: «¡En realidad cruzaré este valle y no habrá manera de evitarlo!». Y, por supuesto, ¡el problema es la sombra!
Si perteneces al rebaño de Dios (no sé si alguna vez has pensado en esto), ¡el momento de tu muerte será la experiencia más gloriosa que jamás hayas disfrutado! Porque en un momento no solo estarás «lejos del cuerpo», sino que estarás «en casa con el Señor», como vemos en 2.ª Corintios 5:8, ¡instantáneamente!
Cuando llegue ese momento, será el momento más glorioso que jamás hayas disfrutado, ¡sin lugar a dudas! Todo este mundo con su dolor, su conflicto, sus lágrimas y su tristeza, todo quedará detrás. ¡En un momento estarás cara a cara ante el Hijo de Dios, a quien has amado, en quien has confiado y a quien has servido!
Entonces, si estás en Cristo, ¡la muerte misma será gloriosa para ti! Pero llegar allí probablemente será otro asunto. Tu cuerpo está en decadencia, tu mundo se encoge, el control de tu propio cuerpo y el control de lo que te rodea disminuye gradualmente cada vez más.
Por eso la gente suele decir: «No es la muerte lo que me asusta, es el proceso, lo que tendré que atravesar al morir». Como ves, no es tanto el valle en sí lo que nos asusta; es la sombra. Es lo que viene antes. Es lo que tienes que pasar para llegar allí. Y de eso es de lo que David está hablando aquí.
Ahora, en mi Biblia, hay una nota al pie de la página que nos dice que esta frase, «el valle de sombra de muerte», se puede traducir como «el valle de profunda oscuridad». Y lo que eso nos recuerda es esta importante verdad de que, si bien la muerte es el último valle oscuro de esta vida, la muerte no es el único valle que proyecta una sombra sobre nosotros. Hay otros valles oscuros que los creyentes atraviesan a lo largo del camino.
Es posible que algunos de ustedes hayan conocido por experiencia propia el oscuro valle de la depresión. ¡Es un valle muy duro y oscuro! Algunos de ustedes han conocido el valle oscuro de una enfermedad grave. No es un lugar por el que quieres tener que caminar. Y quizás algunos otros de ustedes han conocido el valle oscuro de un duelo repentino e inesperado.
El Pastor nos guía. Y lo que estamos viendo aquí en este salmo es que parte de nuestra experiencia es que Él nos guiará a través de algunos lugares oscuros. Por eso quiero dedicar unos momentos hoy porque esto es parte de la realidad de la vida. Él nos guía a través de algunos lugares oscuros. No podemos evitar estos lugares, y si aún no lo has experimentado, en su momento lo harás.
Entonces, quiero que reflexionemos juntos sobre lo que dice la Biblia acerca de la oscuridad. Comencemos en Génesis capítulo 15. Verás allí en Génesis 15, versículo 12, que hubo un tiempo en que Abraham experimentó gran oscuridad.
«A la puesta del sol un profundo sueño cayó sobre Abram. El terror de una gran oscuridad cayó sobre él».
¡Es una frase tremenda! «¡El terror de una gran oscuridad cayó sobre él!»
Pero quiero que veas esto a la luz de este pasaje. Dios estaba allí en esa oscuridad, y fue allí en esa oscuridad que Dios hizo un pacto con Abraham. Permítanme darles una segunda imagen y luego intentaré aplicarla a nuestras situaciones.
En el libro del Éxodo, Dios descendió al monte Sinaí para dar los Diez Mandamientos. ¿Recuerdan que cuando Dios descendió, toda la montaña estaba cubierta de qué? ¿De una luz brillante a la luz del día? ¡No! Estaba cubierta de oscuridad; ¡La escena fue bastante aterradora!
Hubo truenos y relámpagos en medio de la oscuridad. Toda la montaña tembló. En Hebreos leemos que incluso Moisés dijo: «¡Estoy temblando de miedo!» ¡Y luego, desde la oscuridad, Dios habló con voz audible!
Y el pueblo estaba tan aterrorizado al escuchar la voz audible del Todopoderoso que le dijeron a Moisés: «¡Háblanos y te escucharemos, pero no dejes que Dios nos hable o moriremos!». Y así Moisés subió a la montaña.
Y luego leemos en Éxodo 20:21: «Moisés se acercaba a la densa nube donde estaba Dios». ¡La espesa oscuridad donde estaba Dios! Fue allí, en la oscuridad, donde Dios hizo un pacto con Su pueblo Israel.
¿Ves entonces que hay un patrón aquí? Esta terrible gran oscuridad desciende sobre Abraham, y Dios hace un pacto con Abraham allí. Esta espesa oscuridad donde estaba Dios, desciende sobre el Monte Sinaí, y Dios hace un pacto con Su pueblo Israel allí.
Ahora sabemos por el Nuevo Testamento, en 1 Timoteo 6:16, que Dios habita en «luz inaccesible». Pero quiero que recuerden que, de acuerdo a lo que hemos visto en la historia de Abraham y la historia de Moisés en el Monte Sinaí, que Dios le dijo a Salomón en el momento de la dedicación del Templo, sí, el gran templo que Salomón construyó, que «habitaría en la densa nube», esto lo vemos en 1.ª de Reyes 8:12.
¡Así que Dios habita en la luz inaccesible, pero el mismo Dios también está presente en la oscuridad más espesa! Eso es lo que estamos aprendiendo aquí.
Piensa en el Salmo 139, ese hermoso salmo donde David hace esta pregunta: «¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿O adónde huiré de tu presencia?» (v. 7). Y, por supuesto, el punto de esta pregunta no es que David esté tratando de alejarse de Dios.
Todo el salmo está lleno de su amor por Dios. Está lleno de su adoración a Dios, quien lo creó de manera tan «asombrosa y maravillosa».
Es una expresión de adoración. Y en su adoración David pregunta: «¿Adónde me iré de tu Espíritu?» Él está diciendo: «¿Hay algún lugar en la vida o en la muerte donde Tú, Señor, no estarás conmigo? ¿Hay algún lugar?».
Y enumera cuatro posibilidades. Él dice: «¿Qué pasa con el cielo?» Y luego dice: «¡Oh, si subo al cielo, obviamente Tú estás allí!». Y luego hace la pregunta: «¿Qué pasa con la muerte? ¿Y si hago mi cama en el Seol?», que es el lugar de los muertos en el Antiguo Testamento, «¡Ahí estás también!».
«Cuando me aleje de este mundo», está diciendo David, «Tu presencia todavía estará conmigo». Y luego dice: «Bueno, ¿hay algún rincón remoto de la tierra donde de alguna manera pueda estar escondido de Ti?».
Él dice: «Si tomo las alas del alba, y si habito en lo más remoto del mar, aun allí me guiará Tu mano, y me tomará Tu diestra» (vv. 9-10). ¿Ves lo que está diciendo?
«Dondequiera que vayas, aire, tierra o mar, ¡Tú estarás conmigo y Tu mano fuerte me sostendrá! Estarás allí en el cielo. Estarás allí en la muerte. Estás allí dondequiera que vaya, aire, tierra y mar en este mundo».
Y luego plantea una pregunta más; Esa es realmente la más importante: «¿Qué pasa con la oscuridad? ¿Qué pasa cuando camino por el valle oscuro? ¿¡Qué pasa cuando estoy en un lugar donde no puedo ver la luz!? ¡¿Entonces qué?!».
Y dice esto: «Si digo: “Ciertamente las tinieblas me envolverán, y la luz a mi alrededor será noche, ni aun las tinieblas son oscuras para Ti [¿No es maravilloso?] y la noche brilla como el día. Las tinieblas y la luz son iguales para Ti”» (vv. 11-12).
Esto es lo que quiero que recuerdes. Pasarás por algunos valles oscuros, todos los pasaremos, ¡y Dios está contigo en la oscuridad como lo está contigo en la luz! Dios gobierna tanto la noche como el día; Dios gobierna la tormenta y la calma. Nunca dudes en la oscuridad de lo que Dios te ha enseñado en la luz. Todos debemos caminar por el valle oscuro. Ese es el primer punto.
En segundo lugar, quiero que nos enfoquemos, por un momento, en el Señor Jesucristo, en Cristo caminando por el valle oscuro. Cristo caminó por el valle oscuro. Permítanme leer el versículo nuevamente: «Aunque camine por el valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo. . .»
Ahora, recuerda, ¡Cristo conocía y amaba los salmos! Él los recitaba en Su propio tiempo de oración. Él hizo de los salmos Su oración. Y al estudiar los salmos podemos preguntarnos: «¿Cómo hubiera sido esto en los labios del Señor Jesucristo?». Entonces, quiero que juntos pensemos en esto por unos momentos.
Cristo pudo decirle al Padre: «¡Aunque camine por el valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo!» ¿Puedes escuchar este texto ahora, por así decirlo, en labios de nuestro Señor y Salvador Jesucristo?
Bueno, por supuesto, la muerte arrojó una larga sombra sobre la vida y, de hecho, el ministerio del Señor Jesús. Sabía desde el principio que el Hijo del Hombre había venido para dar su vida en rescate por muchos. Cristo sabía que tenía que pasar por este valle oscuro.
Tres veces Cristo le dijo a sus discípulos que debía ir a Jerusalén, que debía sufrir y que allí debía morir. Y nuestro Señor entró a la sombra de la muerte en el Huerto de Getsemaní, donde oró: «Padre, si es posible, [sea quitada] de mí esta copa».
¡Jesús titubeo con una sensación de horror ante lo que el valle oscuro sería para Él! Por lo tanto, no te sorprendas si dentro de ti percibes una sensación de titubeo ante la perspectiva de días oscuros y difíciles. Cuando Jesús consideró la copa, dijo: «Mi alma está abrumada de tristeza».
John Stott, en un maravilloso pasaje de su libro sobre la cruz de Cristo (que por cierto, es un excelente libro para leer, llega al corazón mismo de nuestra fe. John Stott. LaCruz de Cristo, se llama el libro). Él tiene un pasaje notable en el que plantea esta importante pregunta: «¿Por qué Jesús estaba tan abrumado por el dolor en el Huerto de Getsemaní?».
Él pregunta, y cito: «¿Qué hizo que esta copa fuera tan abrumadora para Jesús?» Stott dice:
«¿Fue el sufrimiento físico? ¿La tortura de los azotes y la cruz, quizá en conjunto con la angustia mental de la traición, la negación y el abandono de sus amigos, y la burla y el abuso de sus enemigos?».
¿Qué lo hizo titubear? ¡Seguramente yo habría titubeado ante eso! Pero Stott dice:
«Nada me haría creer que la copa que Jesús temía fuera alguna de estas cosas, o incluso todas esas cosas juntas. ¡Su valor físico y moral a lo largo de Su ministerio público había sido indomable!.
Para mí es absurdo suponer que Cristo tuviera ahora miedo al dolor, al insulto y a la muerte. Sócrates, en la celda de la prisión de Atenas, según el relato de Platón, tomó una copa de cicuta. Sin temblar ni cambiar de color ni de expresión, se llevó la copa a los labios y muy alegre y silenciosamente la tomó de prisa.
Murió sin miedo, pena ni protesta. Entonces, ¿fue Sócrates más valiente que Cristo? ¿O sus copas estaban llenas de diferentes venenos?».
Esa es la pregunta. ¿Qué había en la copa que Cristo tenía que beber? Ahora, amigos, la Biblia habla sobre la muerte de dos maneras. Voy a llamarlas la primera muerte y la segunda muerte.
La primera muerte es simplemente la muerte tal como la conocemos, la muerte física, donde tu alma se separa de tu cuerpo. Pero la Biblia también habla repetidamente de lo que llama la muerte segunda. Está muy claro en Apocalipsis 20:14, y se repite nuevamente en Apocalipsis 21, que la segunda muerte es el lago de fuego.
En otras palabras, la muerte segunda es el juicio de Dios que será derramado en el último día. Si alguien no obedece al Hijo, la ira de Dios permanece sobre él. Es algo asombroso; ¡Es algo temible!
¡Ahora Jesús experimentó la primera muerte y la segunda muerte al mismo tiempo! ¡Nadie ha hecho esto antes y nadie lo volverá a hacer! Experimentó la primera muerte y la segunda muerte exactamente al mismo tiempo.
Experimentó la primera muerte: los malvados lo clavaron en la cruz. Estuvo colgado allí durante seis horas, y durante esas seis horas, la vida se fue agotando poco a poco de su cuerpo. Pero recuerda, y esto es lo más importante de lo que sucedió en la cruz, que al mismo tiempo que Él entraba en la primera muerte, también estaba experimentando en Sí mismo la segunda muerte.
Es decir, ¡Dios cargó sobre Él nuestros pecados y soportó en Su propio cuerpo el castigo que nos correspondía! ¡Él llevó nuestros pecados en Su cuerpo sobre el madero!, como vemos en 1.ª Pedro 2:24. ¡Piensa en lo que eso realmente significa!
Cristo soportó todo ese infierno en la cruz.
Ahora podemos tener una discusión sobre si Cristo visitó el infierno después de Su muerte y antes de Su resurrección. Hay diferentes puntos de vista al respecto, pero eso no me preocupa hoy. ¡Esto es lo que realmente importa: todo lo que se nos debía, la ira de Dios, la justicia divina en relación con la pena del pecado, que en realidad fue derramada sobre Cristo, puesto sobre Cristo, en esas horas de oscuridad mientras Él estuvo colgado allí en la cruz!
Nancy: ¡Wow, qué verdad tan poderosa en el que debemos meditar! ¡Gracias, Señor, por esa gracia asombrosa! Hemos estado escuchando un poderoso mensaje del pastor y autor Colin Smith. Él nos ministró profundamente cuando lo compartió con nuestro personal hace algunos meses, y sé que hoy ha sido un estímulo para ustedes. Querrás estar segura y escuchar el resto de este mensaje mañana en Aviva Nuestros Corazones.
¿No es un consuelo saber que no importa cuán profundos, no importa cuán oscuros sean nuestros valles, Cristo ya pasó por el valle más profundo y oscuro?
Débora: ¡Amén! Y, recordando lo que nos enseña la Palabra, uno de los testigos de la muerte de Cristo en la cruz fue el ladrón que fue crucificado junto a Él. ¡En un asombroso acto de gracia, ese ladrón recibió el hermoso regalo de la salvación! Jesús le dijo: «Hoy estarás conmigo en el paraíso» (Lucas 23:43).
Colin Smith escribió un libro desde la perspectiva de ese ladrón en la cruz. Se titula «El cielo: cómo llegué aquí». Piénsalo: ¿qué pasaría si te despertaras una mañana sabiendo que es tu último día en la tierra? Eso es lo que le pasó al ladrón en la cruz que murió a unos metros de Cristo.
El Cielo: Cómo llegué aquí es su historia, contada desde su perspectiva, mientras mira hacia atrás desde el cielo en el día que cambió su eternidad, y la fe que puede cambiar la tuya.
Si quieres obtener el audiolibro gratuito del pastor Colin Smith El Cielo: Cómo llegué aquí, puedes encontrar el enlace en la transcripción de este episodio.
Mañana escucharemos más de Colin Smith. Él nos explicará cómo la doble muerte de Jesús convierte nuestra muerte en una sombra. ¡Esto es muy bueno! Espero que regreses mañana para un episodio más de Aviva Nuestros Corazones.
Llamándote a adorar a tu Buen Pastor en Su libertad, plenitud y abundancia, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de La Nueva Biblia de Las Américas, a menos que se indique lo contrario.
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