Todo el mundo necesita ser rescatado
Carmen Espaillat: Responde verdadero o falso:
- Dios no puede perdonar mi pecado _____
Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth en la voz de Patricia de Saladín.
Nancy: No tienes que ser una prostituta para ir al infierno. Puedes estar sentada en la primera fila de la iglesia cada domingo y aún así estar bajo el juicio y la ira de Dios. ¿Qué te cualifica para esto? Si no perseveras en todo lo que está escrito en el Libro de la Ley para hacerlo. Tú dices, «Bueno entonces, ¡nadie en el mundo tiene esperanza!» Estás en lo correcto. No hay esperanza alguna para ningún ser humano estando separado de la gracia de Dios.
Carmen: Comenzando la semana pasada, hemos estado viendo la sorprendente misericordia que fue derramada sobre una prostituta que llegó a conocer a Dios. Al ver esta historia, hemos hablado sobre la mentira de que …
Carmen Espaillat: Responde verdadero o falso:
- Dios no puede perdonar mi pecado _____
Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth en la voz de Patricia de Saladín.
Nancy: No tienes que ser una prostituta para ir al infierno. Puedes estar sentada en la primera fila de la iglesia cada domingo y aún así estar bajo el juicio y la ira de Dios. ¿Qué te cualifica para esto? Si no perseveras en todo lo que está escrito en el Libro de la Ley para hacerlo. Tú dices, «Bueno entonces, ¡nadie en el mundo tiene esperanza!» Estás en lo correcto. No hay esperanza alguna para ningún ser humano estando separado de la gracia de Dios.
Carmen: Comenzando la semana pasada, hemos estado viendo la sorprendente misericordia que fue derramada sobre una prostituta que llegó a conocer a Dios. Al ver esta historia, hemos hablado sobre la mentira de que «Dios no podría perdonar mi pecado». La otra cara de esta mentira es igual de perjudicial, y es pensar: «Mi pecado no es tan malo».
Hoy Nancy nos hablará más acerca de esto, como parte de una serie titulada, «Rahab y el hilo de la redención».
Nancy: Mientras pensaba anoche acerca de la transformación por la que atravesó Rahab, entré en Google y busqué «cambia tu identidad». Quería ver que encontraría. Encontré un sitio de internet que hablaba sobre cómo cambiar tu identidad.
Dice, «la única manera realmente eficaz de alejarte de tus problemas del pasado es crear una nueva identidad y un nombre completamente nuevo, apoyado por un conjunto completo de documentos genuinos de identidad. Solo entonces puedes olvidarte de tus viejos problemas y a la misma vez garantizar tu libertad futura».
Ahora no sé exactamente lo que están anunciando en ese sitio de internet, pero te dicen que puedes obtener documentos auténticos de identidad de parte de ellos—no fraudulentos, no ilegales. No sé. No sugiero que lo pruebes. Pero sí sé que si quieres tratar con tu pasado y ponerlo detrás de ti y te quieres mover hacia el futuro, tú sí tienes que obtener una nueva identidad.
Vamos hoy a ver en la Palabra de Dios cómo ocurrió esto con Rahab y cómo puede suceder con nosotros. Hemos estado viendo la historia de Rahab en el Antiguo Testamento, en el libro de Josué. Pero ahora nos movemos hacia el Nuevo Testamento y hay tres referencias de Rahab en el Nuevo Testamento. Quiero que veamos una de estas hoy y luego las otras dos en nuestra próxima sesión.
La primera referencia en el Nuevo Testamento de Rahab ocurre en el Evangelio de Mateo, capítulo 1, comenzando en el versículo 1. El párrafo comienza en el versículo 1. De manera que el primer párrafo del Nuevo Testamento tiene una referencia acerca de Rahab.
Ahora, esta parte de Mateo 1 es la parte que quizás tú pasas por alto cuando estás leyendo la Biblia. Se le llama genealogía. Tú dices, «no puedo pronunciar todos esos nombres. No sé quienes fueron todas esas personas, y no creo que necesito saberlo». Te diré lo que pasa. Si saltas las genealogías, te pierdes de un buen material. Déjame mostrarte a lo que me refiero.
Mateo 1, versículo 1:
«El libro de la genealogía de Jesucristo, el hijo de David, el hijo de Abraham. Abraham era el padre de Isaac, e Isaac el padre de Jacob, y Jacob el padre de Judá y sus hermanos…»
Y continúa hablando sobre la genealogía y ahora vamos a leer sobre el linaje de Judá.
Ve al final del versículo 4, donde continúa hablando sobre el linaje de Judá.
«.. y Naasón a Salmón; Salmón engendró, de Rahab, a Booz, Booz engendró, de Rut, a Obed, y Obed engendró a Isaí; Isaí engendró al rey David.»
Ahora ¿quién vendrá a través de este linaje que comienza con Judá y pasa por David? En última instancia, este linaje nos llevará a Cristo mismo. En ese linaje, en ese árbol genealógico de la familia de Cristo, tenemos la imagen de Rahab, la prostituta. Rahab la ramera. Aquí aparece, no en Jericó, sino en el linaje de la familia de Cristo.
Este es un ejemplo increíble de la gracia de Dios obrando en la vida de esta mujer, dándole una nueva identidad, tratando con su pasado, dándole la libertad para afrontar el futuro sin miedo. Se trata de un cambio de identidad. Documentos nuevos por completo. Aquí aparece en un entorno completamente nuevo.
Así que vemos que Rahab ha sido redimida de la destrucción. Ella ha sido rescatada. Ha sido sacada de Jericó, que ha sido destruida. Pero ella no solamente fue librada y luego dejada fuera del campamento de los israelitas o librada y luego hecha una ciudadana de segunda categoría en Israel. Ella es ricamente bendecida por Dios. Ella es injertada en una familia completamente nueva. Ella se ha hecho parte de una nueva comunidad de fe, parte de la nación de Israel.
Ella se casa con alguien de la familia de Naason, que no se nos dice aquí, pero aprendemos en el Antiguo Testamento que era un príncipe importante en la tribu de Judá. Él era el cuñado de Aarón, el primer sumo sacerdote. Rahab se convierte en la madre de Booz, la bisabuela del rey David, un antepasado de José, que era el esposo de María de Nazaret, que dio a luz a Cristo.
De manera que Dios toma a una mujer pagana, inmoral, idólatra, redime su vida de la destrucción, le da valor a su vida, propósito y significado, hace de ella y de su familia miembros honorables de la nación judía, y luego la coloca a ella en el linaje de la familia de Cristo. Rahab no es la única en la lista. No vamos a examinar toda la genealogía aquí, pero ¿no te alegras de que este linaje incluya personas como Rahab? ¿No te da eso esperanza?
Ahora, se podría pensar que Dios habría sido más selectivo acerca del linaje de su Hijo. Primera a los Corintios nos dice que,
«Dios ha escogido lo necio del mundo, para avergonzar a los sabios; y Dios ha escogido lo débil del mundo, para avergonzar a lo que es fuerte;y lo vil y despreciado del mundo ha escogido Dios; lo que no es, para anular lo que es; para que nadie se jacte delante de Dios.» (1 Cor. 1:27-29)
Escucha, si tuvieras los antecedentes de Rahab, no podrías decir cuando llegaras al cielo, «llegué aquí porque era una buena persona». Ahora, nadie puede decir eso. Pero todo el mundo mira a Rahab y sabe que ella no llegó allí por sus propios méritos. Algo ocurrió para darle a ella una nueva identidad, para colocarla en este linaje familiar. Nadie puede presumir en la presencia de Dios, porque Dios escogió a aquellos que eran humildes y despreciados, necios y débiles, no precisamente los que nosotros hubiéramos elegido si hubiéramos escrito el guión.
Así, que Rahab, la prostituta de Canaán, se convierte en Rahab, la princesa judía. Todo esto habla acerca de un cambio de identidad. Ahora, ella renuncia a su ciudadanía en Jericó. ¿Qué pierde ella? Ella renuncia a eso, pero tiene que renunciar a ello con el fin de identificarse con el pueblo del Dios viviente.
Esta mujer no va a mantener una doble ciudadanía. Sé que hay personas que hacen eso hoy día, pero para Rahab no había doble ciudadanía. ¿Sabes qué? Tampoco hay una doble ciudadanía para ti. O eres un ciudadano del reino de este mundo, o eres un ciudadano del reino de Dios. No puedes tener una doble ciudadanía. Ella se casa en la fe de su nuevo pueblo, su nueva identidad. Ella trae hijos y los cría en la fe.
Ahora, esto plantea una pregunta. Cuando vas al Antiguo Testamento, encuentras que los israelitas tenían prohibido asociarse con los cananeos. Rahab era cananea. A los judíos se les prohibió casarse con los cananeos. Entonces, ¿cómo podría Rahab vivir en Israel y casarse con un israelita?
La respuesta es que ya ella no era una cananea. Por fe ella se convirtió en una israelita, y ahora forma parte de la comunidad judía en la fe. Ella ya no era pagana, ya no era una cananea. Pienso en ese maravilloso versículo en 2 Corintios capítulo 5, versículo 17. Nos dice: «Si alguno está en Cristo, nueva criatura es» (nueva identidad), «las cosas viejas pasaron; he aquí, son hechas nuevas».
Déjame decirte, si estás en Cristo, tú no eres lo que antes eras, ni eres como eras antes. Sí, fuiste eso, ya no más. Eres una nueva creación. Nueva. Tienes una nueva identidad. Nuevos papeles de identidad. Un nuevo futuro. Se ha tratado con tu pasado y hay esperanza para tu futuro.
La gracia de Dios es tal que no hay casos sin esperanza. No existe un pecador que Dios no pueda salvar, y eso es lo que la historia de Rahab nos dice. Si Dios salvó a alguien como Rahab con su historia de inmoralidad e idolatría, ÉL puede salvar a cualquiera.
Leí algo sobre una conocida activista lesbiana. Ella es la fundadora de una publicación gay-lesbiana, quien se ha convertido a Cristo y ahora está usando su publicación para ayudar a aquellos que están atrapados en un estilo de vida homosexual para encontrar libertad a través de Cristo.
Una mujer la encontró y sencillamente creyó que Dios podía rescatar a esta mujer por Su gracia, así que le compartió el evangelio, y esta mujer creyó. Dios puso fe en su corazón. Eso fue lo que pasó con Rahab. Es lo mismo que ocurrió con esta ex activista lesbiana.
Pienso en Charles Colson. Él y su esposa Patty han sido amigos queridos de nuestra familia por muchos años. Él fue el asesor del Presidente Richard Nixon. En 1974 él fue acusado de conspirar para encubrir el robo de Watergate.
Él nació de nuevo poco antes de comenzar a cumplir una pena de prisión que duró siete meses. Ahora, quiero decirte lo que significa nacer de nuevo. Esto significa que obtienes una nueva identidad. Eres una nueva persona. Ya no eres quien antes eras.
Cuando la noticia de la conversión del Sr. Colson se filtró a la prensa, el Boston Globe reportó: «Si el Sr. Colson se puede arrepentir de sus pecados, tiene que haber esperanza para todo el mundo». ¡Amén! Y el Sr. Colson estaría de acuerdo.
Después de abandonar la prisión, muchos de ustedes conocen la historia, el fundó el ministerio de Prison Fellowship, el cual es el mayor ministerio de alcance a los prisioneros, ex prisioneros y a sus familias en el mundo. ¡Qué gran Dios y redentor! Este hombre tuvo una nueva identidad. Él no fue quien era. Ni lo eres tú si estás en Cristo.
Así que la historia de Rahab nos recuerda que no hay un pecador que Dios no pueda salvar. Vamos a hacerlo un poco más personal aún. La historia de Rahab nos recuerda que tú puedes ser salvo sin importar tu pasado. Pudieras sentir o pensar, al recordar lo que has hecho y dónde has estado y quién has sido, «Dios no me podría salvar. Mi pecado es demasiado grande». O quizás tú piensas, «No conozco lo suficiente acerca de esto del cristianismo».
Quiero decirte que el testimonio de Rahab elimina todas esas excusas. Rahab era la menos probable. Su posición, sin embargo, no era ni mejor ni peor que la nuestra. Todas somos una Rahab. Todas nacimos rebeldes contra Dios. Todas nacimos haciendo las cosas a nuestra manera, haciendo nuestras propias cosas. Algunas lo han hecho con la prostitución. Algunas lo han hecho por medio del abuso de sustancias, drogas, alcohol, y algunas lo han hecho con el orgullo, la autosuficiencia y la religión.
Pero todas somos basura, estamos sin esperanza e impotentes apartadas de Cristo. Tú puedes estar pensando: «Bueno, realmente yo no estoy relacionada con la historia de Rahab. No he hecho la clase de cosas que ella hizo. No soy una prostituta». Gálatas 3:10 nos dice: «Está escrito, maldito todo el que no permanece en todas las cosas escritas en el Libro de la Ley, para hacerlas».
Así que no tienes que ser una prostituta para ir al Infierno. Puedes sentarte en la primera fila de la iglesia todas las semanas y aún así estar bajo el juicio y la ira de Dios. ¿Qué te cualifica? Si no permaneces en todo lo que está escrito en el Libro de la Ley para hacerlo.
Tú dices: «Bueno, entonces todas estamos sin esperanza!» Tienes razón. No hay esperanza para ningún ser humano apartado de la gracia de Dios. La intervención de la misericordia de Dios, ese cordón escarlata, la sangre de Jesucristo que fue derramada en nuestro lugar como sustituto y en pago por nuestro pecado.
La salvación de Rahab no estaba basada en su carácter o en nada bueno que ella hubiera hecho. Ella vivía en una ciudad malvada. Ella practicaba un estilo de vida perverso. Ella fue salvada, no por su bondad, no porque ella hizo cambios positivos en su vida, sino por la gracia de Dios. Era inmerecido.
De eso se trata el evangelio. El evangelio es la historia del pecado abundante—Rahab la prostituta— y la gracia superabundante. Esa es la buena noticia. Charles Spurgeon en su mensaje sobre Rahab dice: «El jefe de los pecadores es tan bienvenido a Cristo como el mejor de los santos». Todos necesitamos a Cristo.
Pienso en John Newton quién vivió una vida rebelde y libertina en los años 1700. Él era un comerciante de esclavos durante muchos años. Él fue quién escribió el himno: «Sublime gracia, del Señor, que a un infeliz salvó». Quiero decirte que, si nunca te has reconocido como un miserable, infeliz, realmente no serás capaz de cantar «Sublime Gracia», porque hasta que no hayas sentido el peso de cómo tu pecado te separa de Dios, la gracia de Dios no te parecerá sublime ni asombrosa.
Cerca del final de la vida de Newton—el tenia, creo, 82 años de edad en ese momento— él dijo: «Mi memoria está casi desaparecida, pero recuerdo dos cosas—que soy un gran pecador y que Cristo es un gran Salvador». Eso es todo lo que necesitas saber. Te puedes olvidar de todo lo demás pero recuerda esas dos cosas. Yo soy un gran pecador. Newton nunca se recuperó de la maravilla del hecho de que Dios lo salvara.
Mi padre nunca se recuperó de la maravilla del hecho de que Dios lo hubiera salvado. A lo largo de su vida cristiana hasta que se fue al cielo, cuando hablaba sobre cómo Dios lo encontró y de cómo Dios lo había librado de su vida pasada, él se quebrantaba porque él sabía que él era un gran pecador, pero él sabía que Cristo era un gran Salvador.
Carmen: Nancy regresará con nosotras en un momento.
Si se te hubiera asignado la tarea de escoger la genealogía del Mesías… ¿a quiénes habrías puesto allí? Si hubiera sido yo, ciertamente no habría escogido a una prostituta. Pero, ¿acaso soy mejor que una?
Si has creído la mentira de que tu pecado «no es tan malo», creo que la enseñanza de hoy ha traído luz a esta forma de pensar.
Hoy Nancy nos ha estado hablando acerca de la primera referencia a Rahab en el Nuevo Testamento. Y hemos visto que la historia de Rahab nos recuerda dos cosas importantes:
- No hay pecador al que la gracia de Dios no pueda alcanzar.
- Tú puedes ser salva sin importar tu pecado.
Esto es: pecado abundante y gracia superabundante.
Bien, Nancy regresa con nosotras para concluir esta enseñanza de hoy,
Nancy: Amigas, les quiero decir algo, ustedes y yo no merecemos ni un ápice de la gracia de Dios, más de lo que John Newton o Rahab se merecían. No estamos en mejor situación. El Salmo 14:2-3 nos dice: «El SEÑOR ha mirado desde los cielos sobre los hijos de los hombres para ver si hay alguno que entienda, alguno que busque a Dios. Todos se han desviado, a una se han corrompido; no hay quien haga el bien, no hay ni siquiera uno.»
No eres mejor. Yo no soy mejor que Rahab la prostituta; que John Newton, el comerciante de esclavos; que Charles Colson, el hombre hacha de la Casa Blanca; que esta ex activista lesbiana que ha puesto recientemente su fe en Jesucristo. Estamos todos, todos, bajo el juicio de Dios, apartados de Su misericordia a nuestro favor.
¿Estás entendiendo este mensaje?¿Es valioso para ti? Recuerda esa vieja canción que solíamos cantar:
Maravillosa gracia de Jesús, alcanzando a lo más contaminado por su poder transformador, convirtiéndolo en un hijo amado de Dios.
De ser la persona más corrupta, a ser una hija amada de Dios. De Rahab la prostituta a Rahab en el linaje de Jesucristo. Eso es un milagro.
Comprando paz en el cielo, por toda la eternidad y la maravillosa gracia de Jesús me alcanza.1
Estoy tan agradecida de la maravillosa gracia de Jesús que me alcanzó. ¿Lo estás tú? Permíteme decir mientras cerramos aquí que no solamente tú puedes ser salva sin importar tu pasado. La historia de Rahab también nos recuerda que las personas más irremediablemente perdidas que puedas conocer también pueden ser salvas. Amigos, seres queridos por los cuales estas cargada, hijos, una pareja, un hermano, personas en el trabajo, un vecino.
Estoy asombrada mientras leo la historia de Rahab a los extremos a los que Dios llega para redimir y rescatar a pecadores perdidos y sin esperanza. Piensa en el hecho de que Dios envió aquellos dos espías a Jericó. La información que esos espías obtuvieron de ese viaje realmente no era necesaria. Quiero decir, Dios sabía cómo Él iba a tomar esa ciudad y la información que ellos trajeron no tuvo ninguna relevancia en cuanto a cómo la ciudad sería conquistada.
Entonces ¿Por qué los envió Dios? Yo pienso que fue por la salvación de Rahab. Me recuerda a Jesús cuando va a Samaria. ¿Por qué? Porque había una mujer, una mujer que había estado casada cinco veces, una mujer que estaba viviendo con un hombre que no era su esposo. Dios en Su providencia envió a Su Hijo a ese pueblo para traer a esa mujer a la fe salvadora, para ofrecerse a Sí mismo, el agua viva.
¿Por qué Dios envió esos espías? Para encontrar a Rahab, para rescatarla de la destrucción. ¡Qué Dios redentor tenemos que no escatimará en gastos, irá a cualquier extremo, agotará todos los recursos hasta el punto de enviar a su Hijo Cristo a esta tierra para lograr tu salvación!
¿Te sientes como Rahab la prostituta? Tal vez eres una religiosa. Quizás no eres una religiosa. Te quiero decir que Jesús te ofrece un cambio de identidad. Se lo ofrece a aquellos alrededor de ti, a aquellos por los cuales oras, a aquellos por los que te preocupas.
No dejes de orar. No te rindas y sigue clamando a Dios, pidiéndole a Dios por su salvación. Él es un Dios hacedor de milagros que puede cambiar a Rahab la prostituta en Rahab la princesa judía y colocarla en el linaje de Jesucristo. Es un milagro. Es una maravilla. Y está disponible no solamente para ella, sino para ti y para mí. ¡Alabado sea Dios!
Carmen: Esta es Nancy DeMoss de Wolgemuth ayudándonos a contemplar la belleza del evangelio. Ese mensaje es parte de la serie «Rahab y el hilo de la redención».
Si has sido bendecida con esta serie, puedes hacer tuya esta rica enseñanza sobre la gracia de Dios. Haz un grupo de estudio y escuchen los audios de estos programas juntas. Pueden también usar las transcripciones y otros recursos que tenemos para ustedes en AvivaNuestrosCorazones.com. Comparte estas enseñanzas y llévales las buenas nuevas del evangelio a mujeres en tu círculo de influencia.
Una mujer que fue ministrada a través de enseñanzas como esta compartió lo siguiente con nosotras:
Oyente: Una amiga me invitó a la conferencia Mujer Verdadera en Santo Domingo y a partir de ahí comencé a sentir un peso terrible; y al escuchar los programas y ver todo mi pecado. Tanto así que no podía escucharlos a diario porque cada vez que los escuchaba sentía lo lejos que estaba mi corazón del propósito de Dios.
Entonces tomé el consejo de Nancy de leer la Biblia intencionalmente. En ese momento comencé a orar a Dios pidiendo perdón y buscando la reconciliación entre mi vida y el propósito de Dios. Fue en ese momento que sentí que debía leer la Biblia. Sin devocional, sin Aviva Nuestros Corazones, debía buscar a Dios...Él y yo. Me esforzaba a leer varias veces hasta encontrar el versículo clave y el mensaje. Encontré aquello que Nancy tanto hablaba en los programas. Ella apuntaba a Cristo y no a los programas semanales. Aprendí que Nancy sabe mucho, pero que Jesús es el Maestro por excelencia.
Luego retorné a escuchar los programas diariamente. Estaba renovada y ahora disfruto cada programa y busco en mi Biblia con prontitud y comparto con mis amigas los programas. He memorizado más textos, y he puesto un reto de buscar un versículo para cualquier situación que se me presente. Mis amigas me preguntan cómo es que lo hago, y es una oportunidad para decirles que en la Biblia está todo el consejo de Dios para cualquiera que sea la necesidad.
Aviva Nuestros Corazones fue un camino, pero no el Camino. Aprendí que solo Dios puede llenar mi corazón.
Carmen: Nos trae mucho gozo escuchar testimonios como este, y estamos muy agradecidas por aquellos a quienes Dios ha movido para hacer este ministerio posible. Nancy,
Nancy: Permítanme decirles cuan agradecida estoy por aquellas en nuestro equipo que traducen y transcriben el programa de cada día para que podamos tener esas transcripciones disponibles en AvivaNuestrosCorazones.com. Obtenemos tantas historias maravillosas sobre cómo Dios está usando este material.
Cuan agradecida estoy por la manera en que Dios está usando Su Palabra y la verdad de Su Palabra para dar ánimo, esperanza y gracia. Cada oyente tiene su propia historia sobre cómo se conectan con el ministerio de Aviva Nuestros Corazones. Pudo haber sido a través de una transcripción en la página de internet o a través de un programa de radio o por medio de una conferencia de Aviva Nuestros Corazones.
Todos estos ministerios son una realidad debido a sus oraciones y sus ofrendas. Su participación en este ministerio es tan valiosa. Te quiero invitar a formar parte de este equipo que sustenta y financia este ministerio.
Es posible que hayas estado escuchando Aviva Nuestros Corazones por un tiempo, y quizás ha sido una bendición para ti. Te quiero animar a considerar ser parte de este grupo de colaboradoras.
Dios está usando nuestro equipo de embajadoras y colaboradoras del ministerio de manera muy significativa, para multiplicar la historia de mujeres cuyos corazones y hogares están siendo transformados e impactados profundamente a través del ministerio Aviva Nuestros Corazones.
Así que si quieres conocer más detalles, visita AvivaNuestrosCorazones.com, o llámanos libre de cargos, desde los EEUU y Canadá, al 1-800-569-5959.
Carmen: Como agradecimiento por tu donación, te enviaremos un acceso para descargar el folleto digital, «Convirtiéndote en una mujer prudente». Este te ayudará a caminar versículo a versículo a lo largo de Proverbios 7. Es una herramienta que te ayudará a identificar de qué maneras has sido influenciada por el mundo, sin darte cuenta.
En tu vida, ¿hay evidencias de una fe salvadora y genuina? Nancy abordará este tema en nuestro programa de mañana. Te esperamos aquí en Aviva Nuestros Corazones.
Corriendo la carrera de la fe, juntas, Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.
Todas las Escrituras son tomadas de La Biblia de las Américas a menos que se indique lo contrario.
1Words & Music: Haldor Lillenas, 1918.
*Ofertas disponibles solo durante la emisión de la temporada de podcast.
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