Temor y fe, día 1
Annamarie Sauter: ¿Alguna vez has pensado cuál es la relación entre nuestra lucha con el temor y la fe? Con nosotras Trillia Newbell.
Trillia Newbell: Se trata realmente de confiar en el Dios del universo quien es el Creador. Él es soberano y bueno. Y si quieres ir a la raíz de nuestra lucha, pienso que al final se trata de la incredulidad.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth en la voz de Patricia de Saladín.
Nancy DeMoss Wolgemuth: ¿De qué tienes miedo?
Todas nosotras tenemos temores. Algunos grandes y otros enormes, pero hay diferentes formas en las que podemos responder al temor. Puedes intentar tomar control de la situación que te está provocando temor, o puedes paralizarte y no hacer nada al respecto. Por otro lado, puedes ver esa situación como una oportunidad para confiar en Dios, y darle a Él el control y verle …
Annamarie Sauter: ¿Alguna vez has pensado cuál es la relación entre nuestra lucha con el temor y la fe? Con nosotras Trillia Newbell.
Trillia Newbell: Se trata realmente de confiar en el Dios del universo quien es el Creador. Él es soberano y bueno. Y si quieres ir a la raíz de nuestra lucha, pienso que al final se trata de la incredulidad.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth en la voz de Patricia de Saladín.
Nancy DeMoss Wolgemuth: ¿De qué tienes miedo?
Todas nosotras tenemos temores. Algunos grandes y otros enormes, pero hay diferentes formas en las que podemos responder al temor. Puedes intentar tomar control de la situación que te está provocando temor, o puedes paralizarte y no hacer nada al respecto. Por otro lado, puedes ver esa situación como una oportunidad para confiar en Dios, y darle a Él el control y verle obrar. El temor que sentimos puede tornarse en fe.
Mi dulce amiga, Trillia Newbell, ha escrito un libro llamado Temor y fe, disponible en inglés, "Fear and Faith". El subtítulo dice, Encuentra la paz que tu corazón anhela. Y hoy estaremos escuchando una conversación sobre el temor y la fe entre ella y Erin Davis –de quien has escuchado anteriormente en Aviva Nuestros Corazones. Erin es la escritora principal para uno de los blogs del ministerio en inglés, Revive Our Hearts. Es autora, bloguera y charlista, que anhela sobre todo que las mujeres profundicen en la Palabra de Dios.
Así que, escuchemos a Erin Davis y a Trillia Newbell (en una llamada en línea) explorar las maneras en las que puedes experimentar menos temor y más fe en el Señor Jesús.
Erin Davis: ¡Hola Trillia! Entonces, escribiste un libro, en parte, para que las mujeres sepan que no están solas con relación al temor.
Trillia: Así es, Erin.
Erin: Estoy interesada en saber qué interacciones has tenido con otras mujeres. ¿Qué conversaciones has tenido con ellas? ¿O fue por tu propia experiencia que quisiste saber que no estabas sola en tu temor? ¿Cómo veías surgir el temor en la vida de las mujeres que conoces?
Trillia: Bueno, creo que comenzó en la universidad. Tenía un ministerio en el campus, hacía trabajo de evangelismo y platicaba con alumnos de la universidad que simplemente hablaban sobre su temor al futuro. «¿Cómo será el futuro? ¿Me voy a casar? ¿Necesito estudiar una maestría?» Y muchas cosas desconocidas. Así que, allí comenzó, escuchando las angustias de los estudiantes de la universidad.
Pero también en mi propia vida. Sufrí cuatro abortos involuntarios y experimentaba temor cada vez que me embarazaba. Era un temor intenso. Experimenté la muerte; la muerte de mi padre y la muerte de mi hermana también. Así que, yo personalmente luchaba con el temor.
Al experimentar esos abortos involuntarios, hablé con otras mujeres que habían experimentado lo mismo, y me di cuenta de que esto es algo que domina en los corazones de las mujeres. Mujeres solteras y su futuro, preguntándose cuándo o si algún día se casarán. Este parece ser un tema entre muchas de mis amigas.
Así que, fueron ambas cosas. El Señor había revelado a mi propio corazón que esto era algo con lo que tenía que luchar. Y luego, hablando con mujeres de la universidad, también parecían estar luchando con esto constantemente.
Erin: ¿Existe alguna diferencia marcada entre el temor y la ansiedad, y la preocupación y la depresión? ¿O son todos síntomas del mismo problema? Ayúdame a entender qué es el temor. ¿Qué es exactamente lo que intentas abordar cuando te refieres al temor?
Trillia: Buena pregunta. Mateo 5 habla sobre no estar ansiosas…y dice que Dios viste a los lirios. Después vemos en Proverbios, que habla sobre el temor del hombre. Así que yo sé que la ansiedad y el temor pueden ir casi de la mano.
Si estás ansiosa por algo, probablemente estás temerosa sobre algo. Existe una raíz para esa ansiedad. Y aun en nuestros temores, existe una raíz para ese temor. ¿En qué está fundamentado? Creo que sobre lo que he escrito últimamente, es sobre la incredulidad.
El libro se llama Temor y fe. También podría llamarse Incredulidad y fe. Pero Temor y fe funcionaban mejor. Se trata realmente de confiar en el Dios del universo quien es el Creador, y es soberano y bueno. Así que, pienso que van de la mano. Pero si queremos ir a la raíz de cuál es nuestra lucha, considero que es la incredulidad.
Erin: He escuchado que se dice que hay más de 300 versículos en la Escritura sobre el temor. Creo que la Escritura habla mucho sobre el estado real del temor, la ansiedad y la preocupación. Sin embargo, no sé de otros libros para mujeres sobre el temor. No es algo que escucho que se hable en conferencias para mujeres ni en estudios de mujeres.
¿Tenemos miedo de hablar sobre el temor? ¿O no sabemos cómo hablar sobre el temor? ¿O por qué no escucho que se hable más frecuentemente sobre este tema entre las mujeres o en nuestras iglesias cuando la Biblia lo habla con tanta frecuencia?
Trillia: El temor es uno de esos pecados aceptables. ¿Alguna vez has escuchado de pecados aceptables? Creo que podemos pensar, oh, estoy ansiosa, estoy preocupada. Pero lo voy a superar. O, estoy un poco ansiosa, pero voy a estar bien.
Y pienso que en cierta manera puede ser un pecado aceptable porque así buscamos no enfrentar la verdad de nuestros corazones. No queremos enfrentar el hecho de que, si estamos ansiosas por el dinero, por ejemplo, ¿qué es lo que está reinando? Nuestro orgullo que no quiere que reconozcamos que en realidad batallamos con ese pecado.
Aunque Dios también dice que, «si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad» (1 Juan 1:9). Podemos confesar, y recibir gracia y misericordia.
Así que, pienso que hay pocas razones por las cuales probablemente no se hable mucho de esto. Sí, es aceptado y es difícil de enfrentar. Y como preguntaste hace un momento, ¿qué es el temor exactamente? ¿Qué es la ansiedad? Llegar a la raíz puede ser difícil si no estamos dispuestas a hacer el trabajo de podar; si no estamos dispuestas realmente a buscar en nuestras biblias y en nuestro corazón, y pedirle a Dios que a través del Espíritu obre en nosotras y nos lo revele.
Creo que estas son unas de las razones por las que no se escucha mucho hablar sobre el tema. Pero me emociona que lo estoy viendo más y más en las cosas que están sucediendo en nuestro mundo. Las cosas parecen inciertas. Siempre son inciertas, pero parece que este tema está siendo resaltado de alguna manera. Personas hablando sobre la confianza, la fe y la soberanía de Dios se ven más en estos días de lo que había visto antes.
Erin: Yo tuve ataques de pánico por años. Nunca se lo dije a nadie. Ni siquiera pensaba conscientemente sobre eso. No lo sabía. Viendo hacia atrás, creo que era extraño. Pero de alguna manera creía que era normal. Para mí era normal.
Tenía estos ataques de pánico a mitad de la noche (no muy seguido) donde simplemente no podía respirar. Tenía una pesadilla. Me aterrorizaba cuando esto sucedía. Un día le comenté a una sabia mentora: «¡Estoy tan cansada!»
«¿Por qué?»
«Tuve un ataque de pánico anoche»
Y ella me dijo: «¿Qué? ¿Tuviste un ataque de pánico?»
Y yo le contesté: «Sí, los tengo ocasionalmente»
Y ella me dijo: «Erin, necesitamos hablar sobre eso. Necesitamos lidiar con eso».
Así que oramos, y allí fue cuando recordé y aprendí más sobre lo siguiente: Dios no me ha dado un espíritu de temor, sino de poder, amor y dominio propio; y ha comenzado a renovar mi forma de pensar. Pero tal vez por costumbre y experiencias anteriores, ahora estoy más atenta a otras mujeres.
Me sorprende cuántas mujeres cristianas están no solamente preocupadas, sino con un temor debilitante o ataques de pánico o ansiedad, que las tienen en cama prácticamente todo el día con síntomas físicos de un temor paralizante.
¿Ves eso al ministrar a las mujeres? ¿Ves mujeres que están realmente paralizadas por el temor y piensan que eso es normal?
Trillia: Sí. Bueno, no he visto el ataque paralizante de pánico aunque sí he escuchado sobre eso. Veo más la depresión paralizante que también puede estar arraigada al temor y a la ansiedad, y esto lleva a tener una esperanza no cumplida o algo de esa naturaleza. Así que, creo que has dado en el blanco al decir que pensamos que es normal…como tú decías, «solo es un ataque de pánico».
Erin: «Solo me despierto y no puedo respirar».
Trillia: Sí. «Estoy bien». Muchas veces lo minimizamos, o pensamos que solamente a nosotras nos pasa, así que no queremos hablar sobre eso. Lo que yo espero que este libro,Temor y fe, haga, (y estoy tan contenta de que tú lo hayas hecho), es que abra conversaciones para que las mujeres puedan hablar sobre esto.
Hay mujeres que me han dicho: «Es como si hubieras leído mi diario».
Y yo les digo, ¡qué bueno! Estamos en esto juntas. No hay nada nuevo debajo del sol. Podemos hablar de esto. Podemos identificarnos unas con otras. Podemos servirnos unas a otras.
Y también espero que este libro y que cualquier conversación sobre el Señor, realmente abran puertas para más conversaciones y para que las personas conozcan que no tienen que caminar solas y que pueden compartir que esto no es normal. Esto es algo en lo que necesitamos trabajar y luchar. Saber qué es lo que está pasando, de manera que Dios, quien te está dando este espíritu que no es de temor, pueda hacer Su obra. Y Él la hará. Él es tan fiel al hacer eso.
Erin: ¿A qué crees que las mujeres temen más?
Trillia: Al futuro. Definitivamente. «¿A qué escuela irán mis hijos? ¿Soy lo suficientemente buena? ¿Mi esposo permanecerá fiel? ¿Cómo será el futuro? No tengo idea». Así que nos ponemos ansiosas y en realidad muchos de estos temores van juntos. Así mismo, el temor a la tragedia, «¿y si mi esposo muere durante ese viaje? ¿Saldrán vivos mis hijos del área de juegos?»
Podemos ser dominadas por estos temores que ven hacia el futuro. Tenemos suficientes problemas hoy en día, no necesitamos pensar de esa manera. Debemos confiar en nuestro buen y soberano Dios. Creo que las mujeres son más frecuentemente tentadas a temer al futuro.
Erin: Me encantaron todos los ejemplos que diste en tu libro porque es como si estuvieras leyendo mi historia. Cuando tu esposo viajaba, tenías miedo de que el avión se cayera y estallara en llamas. Y mencionas temores sobre tus hijos, si estarían bien en el futuro. Y ese temor sobre el futuro, está relacionado con la incredulidad. Y, ¿cuál es la raíz de la incredulidad? ¿Qué es lo que no creemos que es verdad sobre Dios?
Trillia: Que Él está en control, pero que Él es bueno también. Podríamos pensar que Dios es soberano y está en control del universo. Él es creador, y Él es soberano. ¿Pero realmente es bueno? Ese versículo en la Escritura: «Si Dios está por nosotros, ¿quién estará contra nosotros?» ¿Tiene que ver conmigo?
Y así juzgamos al Señor en muchas maneras y pensamos, Dios no es lo suficientemente sabio para estar en control de esto. Creo que simplemente no aplicamos nuestro conocimiento sobre Dios. O tal vez no lo conocemos. O tal vez no entendemos. Por mucho tiempo pensé que tenía miedo de Dios…no tenía temor de Dios, tenía miedo. Pensaba, «¿qué hará Dios ahora?» Y olvidaba que Él es un Padre amoroso.
Él no promete que vamos a vivir vidas fáciles. En realidad, la Palabra revela claramente que vamos a sufrir y a luchar en esta vida. La caída ha marcado y estropeado todo, así que Él no promete una vida fácil.
Pero sí promete que estará allí y que Él es bueno y que Él es nuestro Padre. «Las cuerdas me cayeron en lugares agradables». Él va a caminar con nosotras. No tenemos por qué ceder ante el temor. Tendemos a ser tentadas a olvidar a Dios.
Erin: Sí. Creo que muchas de las batallas contra el temor suceden en nuestra mente. No decimos en voz alta, «tengo miedo de que el avión donde va mi esposo vaya a estallar en llamas». Mucho de eso sucede en nuestra mente.
Pero me pregunto, ¿cómo se manifestó lo que estaba en tu mente en tu propia vida? ¿Cómo se presentó el temor en tus acciones, en tus relaciones? ¿Cómo te debilitó? ¿Cómo pasó de ser solo un pensamiento a una manera de vivir?
Trillia: Hay una pasaje que dice: «El temor al hombre es un lazo» (Prov. 29:25). Y el temor al hombre nos lleva a hacer cosas tontas. En el pasado, si yo enviaba algún correo electrónico, asumía que las personas iban a pensar mal de mí. Así que, volvía a escribir preguntando. «¿Está todo bien? ¿Qué está pasando?» ¡Ellos no estaban pensando en mí! Y así, el temor al hombre es algo real y tangible que debemos evaluar.
Aun en mi matrimonio, Thern, mi esposo, podría llegar con algo en su mente. Pero yo asumo por su lenguaje no verbal o lo que sea, que él está sacándome la vuelta y pensando que hice algo mal.
Y él me dice: «No, yo solo estaba pensando en el correo…»
Creo que esas son solamente algunas maneras tangibles que pueden llevar a discusiones. Pueden llevar a reacciones extrañas. Incluso el temor al futuro o el temor a la tragedia…pensar que mi esposo no va a regresar de un viaje. Recuerdo que una vez lloré. Y él me preguntó, «¿por qué estás llorando?» Él está vivo, ¡por favor!
Sin embargo, eso simplemente es algo que te puede dominar. Hay ocasiones en que se ha manifestado de manera visible, y yo digo todo el tiempo que eso no está bien. Cuando estoy sobreprotegiendo a mis hijos. Por ejemplo, yo me columpiaba de cabeza cuando era niña. ¡No me pasó nada! Probablemente, ellos van a estar bien. Van a sobrevivir en el columpio.
Algunas veces van a suceder cosas malas, pero podemos estar sobreprotegiendo a nuestros hijos o juzgando a otras personas por causa de nuestro temor.
Erin: Así es. O no dar un paso de obediencia en algo que el Señor nos pidió hacer porque estamos paralizadas por el temor.
Trillia: Absolutamente. Así es. Podemos obstaculizar un ministerio a causa del temor cuando no vamos y obedecemos al Señor, ni hacemos lo que creemos que Él nos está llamando a hacer.
Vemos eso en el trabajo, cuando escribimos, cuando hablamos, o al evangelizar inclusive. Tenemos miedo a ser rechazadas. Tú no quieres ser rechazada, así que, no hablas sobre Jesús. Eso es una obstaculización a nuestro ministerio, y tenemos el poder de Dios y el Espíritu Santo que nos pueden ayudar a romperlo –romper esto completamente y confiar en Él de manera que podamos servir y amar a otros.
Erin: Así que primero comienzas con el temor al hombre. Proverbios 29:25, dice: «El temor al hombre es un lazo». Pero podemos algunas veces hacer del temor al hombre, de esa frase, un cliché, y comienza a perderse un poco el significado. Me pregunto si puedes desmentir este mito y ayudarme a entender qué significa «temor al hombre».
Trillia: Bueno, es un término bíblico. «Temor al hombre» esencialmente es tener miedo de lo que las personas pudieran pensar. Lo vemos en Pedro, solo para dar un ejemplo real y tangible, leemos en el libro de Lucas que Pedro está caminando con Jesús y Jesús le dice a Pedro: «Tú me vas a negar tres veces».
Y Pedro dice: «Oh, no, yo estaré contigo hasta el final».
Y Jesús dice: «No. Tú me vas a negar».
Y, ¿qué sucede unos pocos capítulos después? Jesús es llevado y Pedro lo sigue a cierta distancia. Inmediatamente, se aleja de Jesús. Cuando se le pregunta tres veces: «¿Eres un discípulo? ¿No es este un discípulo? ¿No estaba él con Jesús?»
Él dice: «¡No! ¡No es así! ¡No!» Él negó a Jesús tres veces. Ese es un ejemplo real y tangible del temor al hombre. De tener miedo a lo que las personas piensen. Él no quería morir. Él no quería ser asociado con Jesús. Así que, lo negó.
Sabemos que Dios es fiel y es bueno. Pedro termina en Hechos siendo un increíble proclamador de la Palabra de Dios porque ese es nuestro Dios. Él redime esas cosas. Y así, por la gracia de Dios, no somos abandonadas en nuestro pecado. Pero nuestra tentación es temer a lo que otras mujeres piensen.
Por ejemplo, hay una mujer que tiene el don para decorar su casa o cualquier otra cosa, y tu casa no está así como la de ella, podrías tener miedo a que ella vaya a pensar mal de ti, entonces no la invitas a tu casa. Y no hay hospitalidad.
Las redes sociales son el lugar donde se desarrolla el temor al hombre. Puede ser un lugar donde juzgamos o donde nos imaginamos que las personas siempre están pensando en nosotras. Y decimos o hacemos cosas que no haríamos o diríamos normalmente.
Puedes tener una convicción real sobre tu hablar, pero luego hablas con alguien que maldice, y entonces de pronto te ves hablando como esa persona.
Son una variedad de cosas que pueden ir desde una cosa tan simple como decorar tu hogar, hasta negar a Jesús. Cuando realmente, todo esto es negar a Jesús porque estamos diciendo: «Yo voy a vivir para los hombres y no para Ti».
Erin: Me alegro de que hayas mencionado las redes sociales, porque siento que en nuestra cultura de retroalimentación instantánea, si tú luchas con el temor al hombre (lo cual todas hacemos), esto simplemente puede alimentar constantemente ese temor.
Trillia: ¿Me dieron Like?
Erin: Correcto. Y entonces tienes que cerrar las redes sociales, lo cual es poco probable, o de alguna manera lidiar con el temor al hombre. Así que, ¿tendrás respuestas para aquellas de nosotras (que somos todas realmente), que luchamos con el temor al hombre –una adicción a la aprobación y todas esas cosas que implican?
Trillia: Con las redes sociales en general hay unas pocas cosas que considero. Creo que las redes sociales pueden ser una hermosa herramienta para compartir el evangelio, para compartir nuestras vidas con amigos y familias cercanas a nosotras.
Los abuelos de mis hijos aman las redes sociales, aman poder verlos. Así que yo publico constantemente sin sentir que estoy pecando. Aunque ha habido veces donde he estado preocupada por el comentario de alguien. He tenido que ser corregida por mi esposo porque yo sabía que mi preocupación no era realmente por el comentario, sino por cómo me hacía ver a mí. Así que, hay veces que sí tenemos que luchar.
La primera cosa es evaluar. Pregúntate a ti misma. ¿Puedes compartir esto con libre conciencia? Si es así, entonces confía en el Señor y sigue hacia adelante. Pero la verdad es que es difícil porque podemos estar hambrientas de atención o hambrientas de likes o corazones o cualquier cosa que esa red social haga. Creo que una de las redes añadirá un botón de no me gusta. Así que todas vayan y consigan una piel gruesa porque algunas personas le darán no me gusta a tu publicación.
Creo que simplemente necesitamos preguntarnos a nosotras mismas por qué estamos allí y confiar que si estamos usando esto de una forma apropiada y que trae gloria a Dios, entonces podemos descansar.
Sin embargo, la verdad es que nos quedamos cortas. Ir en contra de la tentación de ser popular, de ser aceptada, de atraer atención a ti misma porque la tentación está allí. Es una lucha. Y si vamos a usar las redes, tenemos que luchar.
O dejarlas, y eso está bien. No tenemos que utilizar las redes sociales. Si eres tan tentada y es algo que está controlando tu vida, entonces eso podría ser una buena señal de que es algo de lo que necesitas alejarte porque no es lo supremo. No es tan importante para la vida y la piedad.
Erin: Mientras hablabas, estaba pensando que tal vez las redes sociales son un gran regalo de gracia si ponen en evidencia tu temor al hombre, y entonces esto te lleva al Señor. Tal vez en tu vida real no estás tan ansiosa por lo que las personas opinan, pero estás constantemente revisando tu teléfono, entonces tal vez el Señor está utilizando las redes sociales para revelar lo que Proverbios 29:25 llama un lazo. Así que, tal vez es algo bueno.
Trillia: Lo es. Creo que Dios no desperdicia nada. Él se deleita en acercarnos a Él. Si Él va a usar las redes sociales para lograr eso, alabado sea el Señor. Ya sea que nos esté atrayendo a Él, porque nos damos cuenta de nuestro pecado en las redes sociales, o que las esté usando para atraer a otros a Él, a través de lo que se comparte en las redes, sea lo que sea, Él puede hacerlo. ¡Y gloria a Dios por eso!
Nancy: Hemos estado escuchando la primera parte de una conversación que creo que nos afecta a todas de maneras muy prácticas. Participaron de esta, Erin Davis y Trillia Newbell, basadas en el libro escrito por Trillia titulado, «Temor y fe».
Una y otra vez en la Escritura, cuando alguien era llamado a una labor o responsabilidad desafiante, o cuando había que enfrentar circunstancias atemorizantes, leemos: «No temas. No tengas miedo».
Bueno, y la única manera de obedecer este mandamiento en medio de circunstancias que nos causan temor, es poner nuestra confianza y nuestra fe completamente en el Señor. Espero que esta serie de programas te anime a hacer precisamente eso ahí en las circunstancias en que te encuentras.
Si la enseñanza que has escuchado hoy ha sido de edificación para ti, te animo a compartirla con más mujeres. Y asegúrate de acompañarnos mañana. Erin y Trillia nos ayudarán a ver cómo nuestro temor se puede convertir en fe en medio de las circunstancias difíciles.
Te esperamos para este próximo episodio de Aviva Nuestros Corazones.
Annamarie: Invitándote no solo a sobrevivir en la vida cristiana sino a tener una vida plena en Cristo, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de la Nueva Biblia de Las Américas, a menos que se indique lo contrario.
Mi Esperanza Está En Jesús, Jonathan & Sarah Jerez, Periscopio ℗ 2017 Jonathan & Sarah Jerez.
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