Suavizando la situación
Carmen Espaillat: No eres responsable del comportamiento de los demás, pero si eres responsable por tu comportamiento.
Nancy DeMoss de Wolgemuth: Solo porque hay un insensato en tu vida no quiere decir que tú tienes que actuar como una insensata. Puedes actuar diferente.
Tu esposo puede a veces perder la calma o hacer necedades o insensateces. Tu jefe puede perder la calma y hacer que sea difícil trabajar para él. Tus hijos pueden hacer cosas insensatas también…se comportarán neciamente. Pero eso no quiere decir que tú tienes que actuar como una necia en medio de una crisis.
Carmen: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
¿Qué debe hacer una mujer cuando su esposo toma una mala decisión? En los programas anteriores comenzamos a ver un ejemplo de esto que encontramos en las Escrituras. Hoy veremos la continuación, en esta serie …
Carmen Espaillat: No eres responsable del comportamiento de los demás, pero si eres responsable por tu comportamiento.
Nancy DeMoss de Wolgemuth: Solo porque hay un insensato en tu vida no quiere decir que tú tienes que actuar como una insensata. Puedes actuar diferente.
Tu esposo puede a veces perder la calma o hacer necedades o insensateces. Tu jefe puede perder la calma y hacer que sea difícil trabajar para él. Tus hijos pueden hacer cosas insensatas también…se comportarán neciamente. Pero eso no quiere decir que tú tienes que actuar como una necia en medio de una crisis.
Carmen: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
¿Qué debe hacer una mujer cuando su esposo toma una mala decisión? En los programas anteriores comenzamos a ver un ejemplo de esto que encontramos en las Escrituras. Hoy veremos la continuación, en esta serie titulada, «Abigail: Cómo vivir con personas difíciles en tu vida».
Nancy: Hablando sobre cómo tratar con los insensatos en tu vida, con los necios, puede que alguien te llegue a la mente cuando escuchas esa palabra.
Si no has escuchado la primera parte de esta serie, quizás desees ir a 1 Samuel 25 y leer la historia de Nabal que hemos seguido por los últimos días. Nabal era un hombre insensato. Su nombre quiere decir insensato o necio, y él actuaba tal como su nombre. Hemos estado hablando de su esposa, Abigail, quien era una mujer sabia y con discernimiento.
El tercer personaje en esta historia es David, quien iba ser el rey de Israel; pero todavía no es rey. Todavía era un fugitivo huyendo del rey Saúl.
Nabal se ha enemistado con David, y ahora David está en pie de guerra preparándose para destruir a Nabal y a toda su familia. Abigail, la esposa de Nabal, escucha todo esto y ayuda a resolver la tensa situación entre estos dos hombres airados, su esposo Nabal y David, el próximo rey de Israel.
Entonces, Abigail está casada con este hombre iracundo, y ella ve este conflicto hirviendo que se está dando entre su esposo y David. Ahora, en este momento los dos hombres están actuando como insensatos. Pero Abigail responde de una manera diferente.
Su vida, para mí, es un recordatorio poderoso de que solo porque haya un insensato en tu vida no quiere decir que tienes que actuar como tal. Tú puedes actuar diferente.
Tu esposo a veces puede perder la calma o hacer cosas insensatas. Tu jefe puede perder la calma y hacer que sea difícil trabajar para él. Tus hijos pueden hacer cosas insensatas… nosotras mismas nos comportamos neciamente. Pero eso no quiere decir que tú tienes que actuar como una necia en medio de una crisis.
El comportamiento de Abigail, su respuesta, revela su corazón sabio y con discernimiento. Déjame mencionar dos cosas que ella no hizo.
El sirviente de Nabal fue hacia ella y le dijo, «Abigail, tienes que hacer algo. David está en pie de guerra. Nabal ha actuado neciamente, y lo que tenemos es una mala situación».
Una cosa que ella no hace es amedrentarse o atemorizarse ante Nabal o David. Ella no se va a una esquina, se pone en posición fetal y atemorizada dice, «no sé qué hacer, tengo miedo». No hay evidencia de que esta mujer tenga miedo.
Mi sospecha es que había temor en su corazón, pero ella no dejó que el miedo la detuviera de hacer lo que era correcto y sabio. Ella no se encogió de miedo.
Otra cosa que ella no hizo fue quedarse sentada haciendo nada. Ella no es pasiva en esta situación. Ella toma acción.
Ahora, quiero aclarar que si estás viviendo en una situación con un esposo abusivo, si hay violencia física en tu casa, Dios no espera que te quedes sentada sin hacer nada.
Pero vemos en esta historia que aunque la vida de Abigail no está en peligro en ese momento, ella no es pasiva.
¿Qué es lo que ella hace? Ella escucha la advertencia de su sirviente, de sus empleados y a diferencia de su esposo, quien no escuchaba a nada ni a nadie, ella escuchó. Después tomó acción. Se movió con rapidez, con sabiduría, con calma pero con determinación.
Mira el versículo 18.
«Entonces Abigail se dio prisa y tomó doscientos panes, dos odres de vino, cinco ovejas ya preparadas, cinco medidas de grano tostado, cien racimos de uvas pasas, y doscientas tortas de higos, y los puso sobre asnos».
Dice que lo hizo con prisa. Es una mujer que está preparada para una emergencia. Me luce como una mujer que es organizada. Sabe dónde están las cosas, y sabe cómo obtenerlas cuando las necesita.
Versículo 19,
«Y dijo a sus mozos: Id delante de mí; he aquí, yo os seguiré. Pero nada dijo a su marido Nabal».
Aquí está una mujer que supo qué hacer y tomó acción para suavizar la situación hostil. Déjame recordarte que una mujer que camina con Dios estará preparada para actuar con sabiduría en medio de una crisis.
Pero no esperes estar en una crisis y entonces tomar un curso intensivo para convertirte en una mujer sabia de la noche a la mañana. Si no has estado convirtiéndote en una mujer sabia y con discernimiento todo este tiempo, cuando te enfrentes con una crisis te agarrarán desprevenida y no sabrás qué hacer.
Aquí está una mujer que sabía cuándo hablar y cuándo callar. En este caso, «Nada dijo a su marido Nabal». Ella sabía que en ese momento él no estaba en una posición ni en un estado de ánimo para escucharla. De modo que sabiamente se abstuvo de hablarle en ese momento. Sabía que solo serviría para incitarlo aún más.
Pero ella sí fue a hablarle a David. Ella sabía cuándo hablar y con quién hablar. Ella sabía que David amaba a Dios, y ella creía que podría razonar con él, que él iba a escuchar su apelación.
Entonces en versículo 20, leemos:
«Y sucedió que cuando ella cabalgaba en su asno y descendía por la parte encubierta del monte, he aquí que David y sus hombres venían bajando hacia ella, y se encontró con ellos».
Ahora recuerda, en qué ánimo estaba David en ese momento. Él se ha ceñido su espada, y sus cuatrocientos hombres que están con él se han ceñido sus espadas y están en pie de guerra.
Y aquí viene esta esposa pequeña, hermosa, y perspicaz (gracias a Dios) ante este ejército de cuatrocientos hombres que andaban en busca de su esposo y que ceñían sus espadas. Y ella se pone en medio de la situación entre estos dos hombres enojados e insensatos.
Ella es valiente, se enfrenta con David. Ella sabe que está armado y enojado.
Versículos 21-22:
«Y David había dicho: Ciertamente, en vano he guardado todo lo que este hombre tiene en el desierto, de modo que nada se perdió de todo lo suyo; y él me ha devuelto mal por bien. Así haga Dios a los enemigos de David, y aún más, si al llegar la mañana he dejado tan solo un varón de los suyos».
David está en pie de guerra. ¡Cuidado!
Déjame señalar que la respuesta de David a Nabal, en mi opinión (veremos si tú estás de acuerdo), no es proporcional a la ofensa. Lo único que había hecho Nabal era ser grosero, ser áspero y vil; pero lo único que había hecho en verdad era negarle el alimento a David y sus hombres.
Eso no era un delito capital. No era para que David estuviera hablando de matar a Nabal y a todos los hombres de su familia y sus pastores. David también estaba fuera de control.
Quiero señalar también que esto no era típico de David. En el capítulo previo, el capítulo 24, David había estado en una cueva huyendo de Saúl. Y después Saúl entró en esa misma cueva con sus soldados, y David discretamente tuvo la oportunidad, mientras Saúl no miraba, de cortarle el borde al manto de Saúl (ver versículo 4).
Y sus hombres le dijeron, «¡aquí está tu oportunidad, mata a Saúl!» La Escritura dice que le remordía su conciencia el solo pensar en haber cortado el manto de Saúl (v.5).
Él dijo, «no lo puedo hacer. No puedo tocar el ungido del Señor». David había ejercido un control extraordinario en esa situación porque él era un hombre conforme al corazón de Dios.
Pero en esta situación, lo agarraron desprevenido –con hambre, enojado, solitario, y cansado– y no actúa de una forma típica para él. Él está fuera de control.
Proverbios 29:11 dice: «El necio da rienda suelta a su ira, pero el sabio la reprime. Si un gobernante presta atención a palabras mentirosas, todos sus servidores se vuelven impíos».
Proverbios 19:11 dice: «La discreción del hombre le hace lento para la ira...» ¿Ves? A David le faltó buen juicio en esta situación. Él fue rápido para desquitarse. Entonces el versículo continúa diciendo: «...y su honra es pasar por alto la ofensa».
Probablemente eso era lo que David debió de haber hecho en esa situación. Esto no fue un delito capital. No era para merecer la guerra. David lo hizo, lo conviritió en una batalla. No tenía que ser así; la honra de un hombre pasar por alto la ofensa.
Ahora, 1 de Samuel 25:23 nos dice:
«Cuando Abigail vio a David se dio prisa y bajó de su asno, y cayendo sobre su rostro delante de David, se postró en tierra».
Aquí vemos una mujer humilde. Ella se acerca a David humildemente. No está actuando como su esposo insensato, Nabal, y no está fuera de control como David. Ella es discreta, pero ella es directa y clara. Ella le hace un llamado a David.
Mientras lees este discurso, y lo estaremos examinado por los próximos días, no es una crítica, un ataque. Ella se mantiene en calma, ella mantiene la compostura; se mantiene controlada. Me imagino que su corazón latía con rapidez, pero cuando ella habla, se controla, es clara y firme.
Va hacia la persona a quien ella sabe que puede hablarle, y le hace un llamado a David para que haga caso a la razón. Cuando ella le habla es respetuosa. Ella es de aspecto digno. Tiene buena fe y es sincera, pero también es humilde.
Versículos 24-25:
«Y se echó a sus pies y dijo: Señor mío, solo sobre mí sea la culpa. Te ruego que permitas que tu sierva te hable, y que escuches las palabras de tu sierva. Ruego a mi señor que no haga caso a este hombre indigno, Nabal, porque conforme a su nombre, así es. Se llama Nabal, y la insensatez está con él; mas yo tu sierva no vi a los jóvenes que tú, mi señor, enviaste».
«Yo no estaba cuando esto sucedió, pero pido disculpas por lo que sucedió. Por favor perdónenos». Ella está tratando de remediar la situación.
Date cuenta de que Abigail no cubre ni excusa a su esposo. Ella es sincera con respeto a la ofensa, pero yo entiendo que lo hace de una manera respetuosa. Su meta no es derribar a su esposo. Su meta no es ganar a nadie para su lado. Su meta es insertar la voz de la sabiduría, de la razón, de la prudencia en esta situación tan tensa.
- ¿Le estaba faltando el respeto o demostró falta de reverencia a su esposo en la manera que habló?
- ¿Cómo justificas, algunos preguntarán, Abigail revocando lo que había ordenado su esposo? Él dijo, «no, no te voy a dar de comer», sin embargo ella les lleva comida.
- ¿No se estaba sometiendo?
Bueno, algunas cosas me vienen a la mente. Número uno, Abigail no tenía la ventaja que tenemos nosotras en el Nuevo Testamento. Ella no tenía toda esta amplia enseñanza. Entonces ella no necesariamente es un ejemplo perfecto de cómo las mujeres en el Nuevo Testamento deben de actuar.
Pero quiero decir, mientras estudio este pasaje, que yo verdaderamente creo que ella estaba protegiendo a su esposo, librando su vida de la venganza de David. Ella estaba obrando en beneficio de él.
Ella estaba haciendo lo que sabía que su esposo hubiera querido que ella hiciera si estuviera pensando con claridad, si no hubiera estado tan enojado. Si él hubiera estado pensando con claridad, ella sabía que esto que ella estaba decidiendo era lo mejor para su esposo y lo que él hubiera escogido.
La sumisión no quiere decir que automáticamente haces lo que una autoridad te pide. No quiere decir que facilitas el pecar. Y el ejemplo obvio en el Nuevo Testamento es Ananías y Safira, donde se ponen de acuerdo para mentir sobre lo que están ofrendando a la iglesia.
Entonces Ananías entra, y la pregunta es: «¿Diste toda la cantidad?»
«Sí. Es toda la cantidad». Y se cae muerto.
Entonces entra Safira después de su esposo, sin saber lo que había pasado, y los apóstoles le preguntan: «¿Es la cantidad completa?», y ella entonces escoge mentir. Ella no tenía que mentir. No tenía que facilitar o capacitar a su esposo a pecar para ser una esposa sumisa.
Pero seguimos donde nos quedamos en versículo 26 de 1 Samuel 25, donde Abigail está hablando con David. Ella está hablando humildemente, pero directa y claramente. Ella sabe que David es un hombre conforme al corazón de Dios y alguien quien escuchará a la razón, aunque David y sus cuatrocientos hombres estaban en pie de guerra contra su esposo.
Ella está obrando a favor de los mejores intereses de Nabal. Quiere preservar su vida y resolver esta situación tan tensa.
Entonces ella le dice a David en el versículo 26,
«Ahora pues, señor mío, vive el SEÑOR y vive tu alma; puesto que el SEÑOR te ha impedido derramar sangre y vengarte por tu propia mano, sean pues como Nabal tus enemigos y los que buscan el mal contra mi señor».
Abigail le habla con respeto a David. Se dirige a él como «mi señor». Se dirige hacia ella misma como «tu sierva». Y trae el Señor (con S mayúscula) a la situación. Ella trae a Dios a la situación. Ella sabe que David, a diferencia de su esposo, tiene un corazón para Dios, y ella le hace un llamado a David a que vea esta situación desde el punto de vista de Dios.
En el versículo 27 ella dice:
«Y ahora permite que este presente que tu sierva ha traído para mi señor se dé a los jóvenes que acompañan a mi señor».
Nabal, su esposo, les había negado comida y provisiones a los hombres de David. Pero ella llega cargada de comida y provisiones. Tiene de más. No está lastimando a su esposo de ninguna manera haciendo esto. Ella está haciendo lo que él hubiera hecho si estuviera pensando con claridad. Ella trae la ofrenda de paz para apaciguar el enojo de David.
Versículo 28:
«Te ruego que perdones la ofensa de tu sierva, porque el SEÑOR ciertamente establecerá una casa duradera para mi señor, pues mi señor pelea las batallas del SEÑOR, y el mal no se hallará en ti en todos tus días».
Ella reta a David a que vea la situación completa del plan de Dios. «David, Dios tiene algo en mente para ti. Dios te ha dado promesas. Dios va cumplir esas promesas. Dios te va hacer bien. Tú puedes sobrevivir el mal que te ha hecho Nabal. No te tienes que vengar tú mismo. No tienes que tomar la situación en tus propias manos».
Ella lo reta a que no responda mal por mal. Lo afirma a pelear la batalla del Señor. «David, hay tantas batallas grandes que Dios te ha llamado a pelear. Fíjate en esas batallas».
Entonces en el versículo 29 le recuerda a David la protección de Dios y Su cuidado a los que le pertenecen al Señor. Le recuerda el destino y el juicio que les espera a los que se oponen a Dios y a Sus siervos. Ves estos temas no solo en el versículo 29, sino a través de toda la Palabra de Dios.
Es algo que te dará perspectiva cuando entres en un problema o estés en medio de un conflicto. Ten en mente que a la larga, Dios premia a los que son fieles a Él, y Dios juzga y esencialmente destruye a todos los que lo resisten. No siempre a corto plazo veremos los resultados, pero siempre a largo plazo.
Mira el versículo 29. Este es un versículo profundo. Ella le dice a David,
«Y si alguno se levanta para perseguirte y buscar tu vida, entonces la vida de mi señor será ligada en el haz de los que viven con el SEÑOR tu Dios; pero Él lanzará la vida de tus enemigos como de en medio de una honda».
Ahora, vamos a desempacar este versículo porque hay mucho aquí. Ella anima a David y le dice, «David, aunque los hombres te persigan», recuerda que esto fue cierto en la mayor parte de la vida de David, quiero decir, si no era Saúl era Nabal. Digo, siempre hubo alguien.
Ella le dice, «quien sea que te esté tratando de matar, quien sea que te persiga, tu vida está a salvo, y tú estás bajo el cuidado de Dios».
Le dice a él, «el alma de mi señor, la vida de mi señor (tú, David) será ligada en el haz de los que viven con el SEÑOR tu Dios».
La frase, «ligada en el haz de los que viven» es una imagen que se refiere a la práctica de tomar todas tu posesiones o todos tus bienes preciados y envolverlos en un haz para mantenerlos guardados. «Tu vida», ella dice, «será ligada en el haz de los que viven con el Señor tu Dios».
Escucha, si eres una hija de Dios, ese versículo describe tu posición en Cristo. Tu vida está guardada en el cuidado del Señor tu Dios. Él te ha puesto en un lugar especial. Te ha envuelto. Estás en Cristo. Estás segura si estás en Cristo. Tu vida está bajo la protección de la providencia divina.
Y ves este tema en lugares como el Salmo 91:1-4, es un pasaje familiar: «El que habita al abrigo del Altísimo morará a la sombra del Omnipotente. Diré yo al SEÑOR: Refugio mío y fortaleza mía, mi Dios, en quien confío. Porque Él te libra del lazo del cazador y de la pestilencia mortal. Con sus plumas te cubre, y bajo sus alas hallas refugio; escudo y baluarte es su fidelidad».
Pienso que Abigail era una mujer que sabía lo que era –aun viviendo en este matrimonio difícil– ella sabía lo que era tener su vida ligada en el haz de los que viven con el Señor su Dios. No podía escaparse de sus circunstancias ásperas y difíciles, pero ella sabía que su alma estaba segura.
Por eso le podía decir a David, «no importan los Nabales que entren a tu vida, tu vida está ligada en el haz de los que viven con el Señor tu Dios».
El Salmo 121 habla de que Dios es nuestro guardador. Según un comentario que leí, el título hebreo del Salmo 121, se refiere a esta circunstancia con Abigail, Nabal y David. ¿Qué dice este pasaje?
«El SEÑOR es tu guardador; el SEÑOR es tu sombra a tu mano derecha. El sol no te herirá de día, ni la luna de noche. El SEÑOR te protegerá de todo mal; Él guardará tu alma. El SEÑOR guardará tu salida y tu entrada desde ahora y para siempre».
Aquí está el desafío, amiga: Deja que el Señor te guarde en Su haz, si estás en los zapatos de David y alguien te ha insultado falsamente, te ha atacado, te ha hecho daño, o si estás en los zapatos de Abigail tratando de pararte entre dos hombres enojados. Acuérdate de que tu vida está guardada en el lugar de refugio que tienes en Cristo.
No hay nada que pueda tocar tu vida, si eres una hija de Dios, todo está bajo el permiso y la voluntad de Dios para tu vida. Tú estás guardada.
Ahora, puede que haya pasos que debas tomar en una situación donde tu vida esté en peligro físico. Y no estamos diciendo que debes quedarte sentada y dejar que ese hombre te golpee. Hay pasos que debes tomar cuando la ley es quebrantada –la ley de Dios o la ley civil– los pastores, los ancianos y los oficiales de la ley tal vez deben involucrarse.
Pero tú todavía puedes tener en tu corazón la seguridad de saber que tú y tu corazón están guardados en Dios. Él es tu refugio. Él es tu castillo fuerte.
Este versículo no solo nos dice que estarás segura. Al final del versículo 29, Abigail le dice a David, «Él (Dios) lanzará la vida de tus enemigos como de en medio de una honda». Qué recordatorio para él, que los enemigos de Dios serán juzgados.
Dios tratará con los Nabales de este mundo, si estás casada con uno, si eres madre de un Nabal, eres la vecina, si eres la empleada de un Nabal, si estás en la misma iglesia que un Nabal. Recuerda, Dios tratará con los Nabales de este mundo.
Proverbios 11:21 dice: «Ciertamente el malvado no quedará sin castigo, mas la descendencia de los justos será librada».
Y aquí está el desafío: Sabiendo que Dios tratará con los Nabales del mundo, asegúrate de que no te conviertas en un Nabal, o puedes estar segura de que Dios tratará contigo. Dios tratará con los Nabales. Puedes contar con eso.
Ahora, quizás tú has estado casada con uno por 37 años, y tu corazón clama, «Dios mío, ¿hasta cuándo?» ¿No es lo que oímos en el libro de Apocalipsis?, cómo los que están en el cielo claman y dicen, «Señor, cuánto tiempo más para que te vengues de la sangre de los mártires?» (Apoc. 6:10).
No sabemos cuánto tiempo. Pero sabes que en el tiempo de Dios y a la manera de Dios Él lanzará Su honda, Él descartará, Él tirará, Él destruirá a todos los que son malhechores. Mientras tanto puedes saber que tu vida «está ligada en el haz de los que viven con el Señor tu Dios».
Carmen: Esta es Nancy DeMoss de Wolgemuth, en la continuación de la serie, «Abigail: Cómo vivir con personas difíciles en tu vida». Quizás te sientes como viviendo con un «Nabal», y necesitas aprender de Abigail cómo relacionarte con personas con las que te es difícil tratar, y aprender cómo procurar la paz a través de tus palabras y actitudes.
Y como Nancy nos lo recordó, queremos aclarar que si vives con una persona que te ha agredido, no debes permanecer sujeta a esa agresión. Debes buscar ayuda y consejo piadoso. También Dios nos ha dado instituciones y autoridades en nuestros países a las que debemos acudir.
Como seres humanos, nos caracterizan las relaciones interpersonales, y estas traen consigo conflictos. ¿Hay alguien en tu vida que lo calificarías de ser «difícil de tratar»? ¿Eres tú alguien difícil de tratar para otra persona? Obtén el folleto digital de más de 70 páginas basado en esta serie de programas. Te enviaremos un acceso para descargar el recurso, «Abigail: Cómo vivir con personas difíciles en tu vida» por una donación que puedes hacer a través de, AvivaNuestrosCorazones.com.
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Mañana, Nancy te mostrará cómo mantener una actitud correcta en los momentos en que tienes que abordar conversaciones difíciles.
Nancy: Proverbios capítulo 20 versículo 22 dice simplemente: «No digas: Yo pagaré mal por mal; espera en el Señor, y Él te salvará». No tomes el asunto en tus propias manos. Espera en el Señor, y Él te librará.
Tú puedes decirles cosas severas a los hombres más difíciles, si las dices con un espíritu afable y lleno de gracia y con verdadera preocupación y compasión.
Carmen: Te esperamos aquí, en Aviva Nuestros Corazones.
Trayéndote enseñanza práctica de la Palabra de Dios, Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.
Todas las Escrituras son tomadas de La Biblia de las Américas a menos que se indique lo contrario.
1La historia fue traducida libremente de Hechos 5:1-11.
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