Sonríele al tiempo por venir
Débora: Tener tus ojos puestos en lo eterno te ayudará a abrazar las circunstancias dolorosas del presente. Aquí está Nancy DeMoss Wolgemuth.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Sé que el tiempo es corto y la eternidad es larga. ¡Qué absurdo es desperdiciar el poco tiempo que tengo aquí en esta tierra, lamentándome, resintiéndome y oponiéndome a las cosas que Dios quiere traer a mi vida para ayudarme a ser como Jesús, y que me preparan para la eternidad!
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, autora del libro Sea agradecido, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 3 de noviembre de 2023.
Bueno, seamos honestas. ¿Cómo te describiría tu familia o aquellos con quienes pasas más tiempo? ¿Dirían que eres una persona alegre? Puedes aprender a estar gozosa incluso cuando las circunstancias son dolorosas e inciertas. Nancy nos mostrará cómo podemos hacer esto. Continuamos en la serie, …
Débora: Tener tus ojos puestos en lo eterno te ayudará a abrazar las circunstancias dolorosas del presente. Aquí está Nancy DeMoss Wolgemuth.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Sé que el tiempo es corto y la eternidad es larga. ¡Qué absurdo es desperdiciar el poco tiempo que tengo aquí en esta tierra, lamentándome, resintiéndome y oponiéndome a las cosas que Dios quiere traer a mi vida para ayudarme a ser como Jesús, y que me preparan para la eternidad!
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, autora del libro Sea agradecido, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 3 de noviembre de 2023.
Bueno, seamos honestas. ¿Cómo te describiría tu familia o aquellos con quienes pasas más tiempo? ¿Dirían que eres una persona alegre? Puedes aprender a estar gozosa incluso cuando las circunstancias son dolorosas e inciertas. Nancy nos mostrará cómo podemos hacer esto. Continuamos en la serie, Enfrenta el futuro con gozo.
Nancy: Mientras leía algunos de los comentarios en el blog hace un tiempo, hubo una oración que realmente me llamó la atención. Fue algo que publicó una de nuestras lectoras; una mujer joven que estaba desesperada por ser una mujer verdadera, una mujer piadosa, y dijo esto: «La mayoría de las mujeres mayores que conozco se ven ansiosas y sin gozo».
Mmm, ¡ouch! Porque ahora me considero, creo que con razón, una mujer mayor, no una ancianita, sino una mujer mayor. Cuando leí eso, pensé, ¡wow, eso es verdad! ¿Con cuánta frecuencia es cierto que estoy ansiosa y sin gozo? ¡Qué cosa tan triste para una mujer joven de hoy ver a las mujeres cristianas mayores y decir: «¡La mayoría de las mujeres mayores cristianas que conozco lucen ansiosas, estresadas y sin gozo!»
Y uno de los mandatos del evangelio, es a ser personas gozosas. No es una opción. Es un mandato. En 1 Tesalonicenses 5 versículo 16, dice: «Estén siempre gozosos». Y en el Salmo 5 versículo 11, dice: «Pero alégrense todos los que en Ti se refugian; para siempre canten con júbilo». Y el Salmo 100:2, dice: «Sirvan al Señor con alegría».
Y el Salmo 113 habla de una mujer que es madre gozosa de hijos, y por supuesto, sabemos que el fruto del Espíritu incluye, entre otras cosas, el gozo. Es un mandato del evangelio ser mujeres gozosas.
Ahora, no estamos hablando de un gozo superficial, hueco y barato que depende de lo que sucede a nuestro alrededor, sino que estamos hablando de ese gozo profundo y duradero que está arraigado en el evangelio. Está arraigado en Dios. Está arraigado en la verdad de quién es Él, y eso nos viene a la mente cuando vemos estos dos versículos que hemos estado desarrollando de Proverbios 31.
Proverbios 31 versículo 21: «No tiene temor de la nieve por los de su casa, porque todos los de su casa llevan ropa escarlata». Y luego el versículo 25: «Fuerza y dignidad son su vestidura, y sonríe al futuro». Otra versión dice: «Y se ríe sin temor del futuro», y otra traducción dice: «Y se ríe de lo porvenir».
Y esa palabra «sonríe», «y sonríe al tiempo venidero», esa palabra significa «reír de placer, divertirse, jugar». Nos da la idea de una persona sin preocupaciones. Ahora, no es porque ella no tenga problemas, sino porque sabe echar sus cargas sobre el Señor, y no permite que esas cargas permanezcan sobre ella.
Ella no es frívola, no es tonta, sino que camina con dignidad a través de las pruebas y retos de la vida. Se ríe de placer al pensar en el futuro. Ella está libre de miedo al futuro; mira hacia el futuro con confianza, esperanza y gozo a pesar de los desafíos.
Y hay algunas frases que los comentaristas han usado al hablar de esta mujer que se ríe del tiempo por venir. Uno de ellos dice: «Ella tiene una tranquila anticipación del futuro». Otro dijo: «Ella espera felizmente el futuro».
Ahora, algunas personas tal vez simplemente nacieron felices, optimistas, miran la vida desde un punto de vista positivo; pero encuentro que la mayoría de nosotras, como mujeres, tenemos el reto de anticipar el futuro con gozo. Somos expertas hablando de lo que nos depara el futuro y haciendo un gran alboroto antes de que suceda, si es que alguna vez sucede.
Hace un tiempo tuve una conversación sobre temas relacionados con las temporadas de la vida. No diré más que eso, excepto que me estaba proyectando años en el futuro y preocupándome por cosas que tal vez nunca sucederán. Y si ocurren, habrá gracia para enfrentarlas en ese momento, gracia que no tengo ahora. Así que comienzo a suponer, me siento ansiosa, sin gozo y me estreso por eso…cuando ni siquiera ha llegado. Tú sabes de qué estoy hablando.
Esta mujer de Proverbios 31 tiene una tranquila anticipación del futuro. Creo que eso podría referirse al futuro inmediato, a las circunstancias que tiene frente a ella. Las mira fijamente –las facturas, la situación con un hijo o un esposo en el hospital, el diagnóstico que acaba de recibir del médico, un hijo o una hija que se está preparando para casarse con alguien que no es cristiano. Es un reto inmediato en el futuro, los días más cercanos.
Y luego está el futuro a largo plazo. Está lo que se sabe al respecto, lo que creemos que sabemos, y está lo que se desconoce al respecto. Ambas cosas pueden causarnos ansiedad y falta de gozo. Temporadas futuras de la vida: físicamente, emocionalmente; estaciones en la vida de una mujer. Durante mi vida se han escrito muchos libros sobre las etapas de vida de la mujer. Creo que conocer parte de esa información puede ser útil, pero también puede hacer que las mujeres entren en un espiral descendente y vivan el futuro con miedo y ansiedad en lugar de gozo.
¿Y qué sobre afrontar la vejez? Muchas mujeres jóvenes y muchas mujeres de mediana edad temen a los retos de la vejez. No digo que no haya retos asociados con el envejecimiento, porque sí existen. Vivimos en un mundo caído y roto en el que hay retos. Pero como he dicho, Dios no nos da la gracia que necesitamos para lo que nos espera en el camino hasta que lleguemos ahí. Él nos da la gracia para lo que enfrentamos hoy.
¿Y qué sobre enfrentar la muerte? Para muchas personas ese es un gran temor, ya sea la tuya o la de alguien que amas.
La mujer de la que estamos leyendo en Proverbios 31, la mujer de fortaleza y dignidad, anticipa tranquilamente el futuro porque confía en la providencia sabia y amorosa de un Padre celestial que se preocupa, que es capaz de controlar el futuro, que controla el futuro, la vida venidera que la mujer de fe no teme. La mujer de fortaleza y dignidad que teme al Señor y conoce a Jesucristo.
Otro comentarista dijo: «Ella es optimista sobre el futuro porque se ha preparado para ello». Ella ha hecho los preparativos que puede hacer, y ha preparado su propio corazón atándolo a la Palabra de Dios, al carácter de Dios, a los caminos de Dios antes de que vengan las tormentas. Ella puede ser optimista sobre el futuro.
Ahora, como mencioné antes, uno de los significados de la palabra «sonríe» es «reír» y se usa en otro caso en el Salmo 2. Y quiero citarte una parte de ese salmo para darte una comprensión más amplia de este concepto de sonreír, porque en este salmo vemos un ejemplo en el que Dios se ríe. El Salmo 2 nos dice:
«Se levantan los reyes de la tierra, y los gobernantes traman unidos contra el Señor y contra Su Ungido, diciendo: “¡Rompamos sus cadenas y echemos de nosotros sus cuerdas!”» (vv. 2-3).
Aquí vemos los ejércitos de la tierra reunidos contra Dios, ¿y cuál es la respuesta de Dios? «El que se sienta como Rey en los cielos se ríe». Es la misma palabra que se usa en Proverbios 31 versículo 25: «y sonríe al futuro».
El versículo 4 del Salmo 2, dice: «El que se sienta como Rey en los cielos se ríe, el Señor se burla de ellos. Luego les hablará en Su ira, y en Su furor los aterrará, diciendo: “Pero Yo mismo he consagrado a mi Rey sobre Sión, Mi santo monte”».
Ahora, aquí está la ilustración: tienes a las naciones, los reyes, los ejércitos de todo el mundo aliados para hacer guerra contra Dios. Es la imagen que pienso de la batalla final de Armagedón. Aquí tienes a todas estas potencias mundiales apuntando sus armas y misiles más sofisticados hacia Dios, hacia el cielo. Son arrogantes. Se creen todopoderosos. Creen que son invencibles, pero de hecho, son menos que mosquitos para Dios.
Todo su poder militar, todo su armamento militar, no es nada contra el Dios todopoderoso del universo. No hay nada que puedan hacer para lastimar a Dios, y mucho menos derrotarlo. Leí a un comentarista sobre este pasaje que dijo: «Hombres insignificantes enfrentándose al Omnipotente, ¡qué ridículo! ¡Sería como un velero de juguete que se enfrenta a un enorme barco de guerra o una hormiga que intenta luchar contra un elefante!» Esas son imágenes muy acertadas.
Así que la mujer que camina con Dios, que teme a Dios, que está revestida de fuerza y dignidad que provienen de vivir en la presencia de Dios, esa mujer se ríe y sonríe con confianza al enfrentar el futuro y lo que pueda traer contra de ella, porque el futuro no puede lastimarla ni derrotarla, ya que ella está vestida con la fuerza y la dignidad de Dios, así como el futuro no puede lastimar a Dios cuando los reyes de la tierra envían sus armas, fuerza y poder contra el Dios del universo.
Si estás en Cristo, Cristo está en Dios. Estás a salvo, y es como una hormiga que intenta luchar contra un elefante, como un velero de juguete que se enfrenta a un enorme barco de guerra.
No hay nada que pueda lastimar o derrotar tu vida si estás en Cristo. Eso es quizás lo que el apóstol Pablo estaba pensando en Romanos capítulo 8 cuando dijo:
«Porque estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro» (vv. 38-39).
Así que cuando nos enfrentamos a estos ejércitos, a estas fuerzas, estas circunstancias, estas tormentas, estos eventos perturbadores en nuestras vidas, debemos aprender a aconsejar nuestros corazones de acuerdo con la verdad, y no ceder a nuestras emociones o nuestros pensamientos sagaces, sino aconsejar nuestros corazones de acuerdo con lo que sabemos que es la verdad de la Palabra de Dios, atar nuestros corazones a Su Palabra y a lo que sabemos sobre el futuro.
Ahora, déjame decirte algunas cosas que sé sobre el futuro. Estas son las cosas a las que tú y yo podemos atar nuestro corazón. Sabemos que este es un mundo quebrantado y caído, y por lo tanto, habrá dificultades, aflicción y sufrimiento.
Hay en este mundo y habrá hasta que lleguemos al nuevo mundo, enfermedad, muerte, dolor, pérdida y angustia. Eso es algo que sabes sobre el futuro, así que cuando sucede, ¿por qué nos sorprendemos tanto?
Sabemos que va a llegar pero tenemos esta mentalidad de cuento de hadas de que todo debería estar bien. Entonces, cuando llega el dolor o la dificultad o el sufrimiento, nos desmoronamos porque no hemos aconsejado nuestro corazón de acuerdo con la verdad de que vendrán tiempos difíciles. Eso es algo que sabemos sobre el futuro y que debemos recordarnos a nosotras mismas.
Aquí hay otra cosa que sabemos, y es que Dios es soberano. Él tiene el control y nada puede tocar mi vida ni la tuya sin el permiso de Dios. Él sabe. Él sabe lo que viene. Él sabe por lo que vas a pasar. Él tiene el control. Sabes que Él caminará contigo a través de cada dificultad.
Sé que Dios caminará conmigo a través de cada dificultad y prueba en mi vida. Ahora, ¿pueden dos andar juntos si no están de acuerdo? Tengo que estar dispuesta a estar de acuerdo con Dios acerca de Su verdad, quién es Él, quién soy yo, y acerca de Sus mandatos para ser una mujer gozosa, de fortaleza y dignidad. Al someterme a Él, puedo estar segura de que Él caminará conmigo a lo largo de este viaje.
Sé que Dios es demasiado sabio para cometer un error, y sé que Él es demasiado amoroso para hacer algo que al final me haría daño, y que si aparentemente me hace daño, es para mi bien final y para Su gloria.
Estas son cosas que sabemos. No te limites a escribirlas en tu cuaderno. Escríbelas en tu corazón. Llévalas en tu corazón. Recuérdatelas a ti misma y regresa y aconseja tu corazón de acuerdo con la verdad cuando tus emociones se estén saliendo de control, cuando tus pensamientos digan: «¡Todo terminó! ¡Estoy abrumada! ¡No puedo sobrevivir!»
Sabemos que el sufrimiento purifica y santifica. Eso es verdad. Sabemos que nos conforma a la imagen de Cristo, y por eso el salmista dice en el Salmo 119 versículo 71: «Bueno es para mí ser afligido, para que aprenda Tu estatutos».
Ahora, en medio de la aflicción, ¿por qué olvidamos ese versículo? Tenemos que volver ahí. Me hace bien haber sido afligida, y así podemos incluso abrazar la mano que sostiene la vara, la mano de Dios que disciplina, corrige y puede hacer que nuestra vida parezca difícil, sabiendo que Él está limpiando y purificando nuestras vidas.
Hablé por teléfono con una mujer que acaba de sufrir una recaída de leucemia aguda. Ella creía haber estado libre de cáncer o en remisión durante algún tiempo. Y saber que el sufrimiento limpia y purifica nuestras vidas, fue algo tan tranquilizador y alentador para nosotras mientras compartíamos juntas, mientras ella se enfrentaba a lo que fuera que deparara el futuro. Dios lo sabe, pero para nosotras fue un recordatorio de las promesas de Dios.
Una de las palabras que me vino a la mente fue: «Por tanto, puesto que Cristo ha padecido en la carne…ha terminado con el pecado» (1 Pedro 4:1). Ahora, no voy a hacer una exégesis de ese versículo aquí, pero hay algo sobre el dolor, sobre el sufrimiento, que hace que el pecado sea menos atractivo para nosotros. ¿Quieres tener menos deseo y menos apetito por el pecado? Díselo al Señor y Él te dirá: «Está bien, voy a aceptarlo y traeré algunas cosas a tu vida que te ayudarán a amar menos el pecado».
Ahora, no digo que esa sea siempre la razón del sufrimiento o del dolor. No quiero poner todo el sufrimiento, el dolor y la aflicción en una sola categoría, pero sé que es bueno para mí haber sido afligida porque es cuando he podido aprender, amar, abrazar y decir «sí» a los estatutos y mandamientos de Dios.
Y sé que Dios es un Dios redentor que está haciendo nuevas todas las cosas, y yo necesito recordármelo en medio de los tiempos inciertos. Sé que un día Él enmendará todos los errores y nos librará de todos los problemas, de todo el dolor y de todo el pecado, que Él los erradicará de todo el universo.
Sé que el tiempo es corto y la eternidad es larga. ¡Qué absurdo es desperdiciar el poco tiempo que tengo aquí en esta tierra, lamentándome, resintiéndome y oponiéndome a las cosas que Dios quiere traer a mi vida para ayudarme a ser como Jesús, y que me preparan para la eternidad!
Yo sé que si mantengo mis ojos en la meta final, Jesús me está esperando allí. Fijando mis ojos en Él. «Un vistazo a Su amado rostro borrará todo dolor, así que valientemente corre la carrera» hasta que veamos Su rostro, hasta que veamos al Señor.
Ahora, quienes no conocen a Cristo no tienen razón para sonreír al futuro. Tienen todas las razones para temer el futuro, y sé que eso es cierto para algunas personas en nuestra audiencia.
Pueden prosperar en esta tierra. Pueden tener éxito según los estándares humanos. Pueden pensar que son felices en esta vida, pero todo lo que tendrán que esperar en la próxima vida es el castigo eterno y la separación de Dios por sus pecados por toda la eternidad.
A menos que se arrepientan y pongan su fe en Cristo, un día perecerán. Un día Dios les dirá: «Apártense de Mí. Nunca los conocí».
Pero un día, aquellas de nosotras que hemos puesto nuestra fe en Cristo, que pertenecemos a Su familia, lo escucharemos invitarnos a Su morada celestial, Su hogar, por toda la eternidad. Lo escucharemos decir: «Entra en el gozo de tu Señor».
Ahora, cuando piensas en ese futuro, ¿cómo no sonreír? ¿Cómo no reír? ¿Cómo no ser una mujer de gozo, incluso si tus ojos están llenos de lágrimas por el momento?
Hay mucho que no sabemos sobre el futuro, pero necesitamos aferrarnos a lo que sí sabemos. No podemos controlar el futuro, pero podemos confiar en Aquel que lo controla. No hay por qué tener temor.
Vibia Perpetua era una joven de veintidós años que fue martirizada a finales del siglo II en la ciudad de Cartago, en el norte de África. Tenemos un relato detallado de su martirio basado en el diario que llevó hasta el día de su ejecución y luego tres relatos de testigos presenciales que se escribieron poco después de su muerte. Al leer estos relatos, se muestra a una mujer de fortaleza, dignidad y gozo, incluso frente a pruebas insoportables.
Perpetua provenía de una familia rica. Su padre era un noble. Él la amaba mucho, pero no era creyente, y eso le hizo la vida difícil en algunos momentos. Ella estaba casada y tenía un hijo pequeño. Perpetua y su hermano Sátiro fueron arrestados por su profesión de fe en Cristo.
Junto con ellos fue arrestada una esclava llamada Felicitas, quien estaba embarazada de ocho meses. Fueron encarcelados junto con otros y condenados a morir en la arena. Mientras esperaban la ejecución, dice la historia, Perpetua cuidó de los otros prisioneros y los animó a no tener miedo de sufrir por Cristo.
El padre de Perpetua venía a menudo a la prisión, y a veces, traía a su hijito en brazos. Él le suplicaba que renunciara a su fe para que su vida pudiera salvarse. Aquí hay una parte de su diario. Ella dice:
«Cuando estaba en manos de los perseguidores, mi padre en su tierna solicitud se esforzó por disuadirme, por alejarme de la fe.
“Padre mío”, le dije, “mira este cántaro. ¿Podemos llamarlo por otro nombre que no sea cántaro?”
“No”, dijo.
“Tampoco yo puedo llamarme por otro nombre que no sea el de cristiana…”
“Hija”, dijo, “ten piedad de mis canas, ten piedad de tu padre. No me entregues a la desgracia. Mira a tus hermanos, a tu madre y a tu tía. Mira a tu hijo que no puede vivir sin ti. No nos destruyas”.
Así habló mi padre besándome las manos y arrojándose a mis pies. Y lloré a causa de mi padre, porque él era el único de toda mi familia que no se regocijaría en mi martirio. Así que lo consolé, diciendo:
“En esta prueba se llevará a cabo lo que Dios determine. No estamos bajo nuestra propia custodia, sino bajo la de Dios”».¹
Dos días antes de la ejecución de los cristianos, Felicitas dio a luz a una niña. La última comida de los prisioneros juntos se celebró en la víspera del cumpleaños del emperador, ya que iban a ser sacrificados al día siguiente. Celebraron su última comida como una «fiesta de amor». El carcelero vio la fuerza espiritual y la dignidad de sus prisioneros y quedó tan impresionado por todo el asunto, que terminó entregando su corazón a Cristo.
Al día siguiente, 7 de marzo del año 202, Perpetua y cuatro compañeros fueron conducidos a la arena. Se nos dice que esta joven lucía radiante y de espíritu animado. Sin dudarlo, entró en el estadio y se negó a usar los trajes paganos y religiosos con los que los funcionarios romanos intentaban vestir a los prisioneros condenados como símbolo de que estaban siendo ofrecidos como sacrificios a los dioses.
La multitud exigió que los cristianos fueran azotados. Entonces un jabalí, un oso y un leopardo fueron lanzados sobre los hombres, y las mujeres fueron atacadas por un toro salvaje. Perpetua fue arrojada, sacudida y luego corneada por el toro, pero de alguna manera logró sobrevivir. Llamó a los demás a mantenerse firmes en la fe y a amarse unos a otros.
En ese momento, un joven gladiador intentó matarla a puñaladas con su espada, pero su primer golpe falló. Entonces el relato del testigo presencial es que ella guió la mano temblorosa de este joven gladiador a su propia garganta para el segundo golpe fatal, y luego estaba escrito: «Ella y sus compañeros fueron a la muerte con gozo y corazones ligeros», gozo y corazones ligeros.1, 2
«No tiene temor de la nieve por los de su casa, porque todos los de su casa llevan ropa escarlata… Fuerza y dignidad son su vestidura, y sonríe al futuro». «Se ríe del porvenir». Tiene gozo en el porvenir.
Mientras pensaba en este versículo, en este pasaje y lo que Dios ha estado obrando en mi propio corazón con él, hay un himno que vino a mi mente. Muchas de ustedes están familiarizadas con él, pero quiero leerles las palabras y recordarnos que debemos aconsejar nuestros corazones de acuerdo con la verdad de la Palabra de Dios.
Calma mi alma, contigo está el Señor
soporta con paciencia tu dolor
deja al Señor que obre y te proteja
en cada prueba Él te será fiel
Calma mi alma, tu amigo eterno es
te guiará a un lugar feliz.
Calma mi alma, que Dios te guiará
en el futuro como en el ayer
fe y esperanza no debes perder
todo misterio al fin claro será
Calma mi alma, las olas, el viento
Él rige con Su voz y Su poder.
Calma mi alma, la hora está llegando
de estar por siempre al lado del Señor
Sí, tu dolor y penas ya se alejan
Cristo reina con Su gran poder
Calma mi alma ya, todo está en paz
¡Oh qué gran gozo es verlo al final!
Calma mi alma, tu amigo eterno es
te guiará a un lugar feliz
Calma mi alma las olas, el viento
Él rige con Su voz y Su poder
Calma mi alma ya todo está en paz
¡Oh qué gran gozo es verlo al final!
Débora: Nancy DeMoss Wolgemuth nos ha estado animando con las palabras de un himno clásico. Espero que sin importar lo que amenace tu gozo hoy, encuentres paz en la seguridad que Dios provee.
Sea lo que sea que estés enfrentando, puedes aconsejar tu corazón de acuerdo con la verdad de la Palabra de Dios.
Animándote a confiar en Dios con tu vida, Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de la Nueva Biblia Las Américas a menos que se indique lo contrario.
1 http://www.stfelicitas.com/patronaint.html
2 El relato de Perpetua aparece en Davis, William Stearns, Readings in Ancient History vol. II (1913); Duruy, Víctor, Historia de Roma y del Pueblo Romano (1883); Gibbon, Edward, La historia de la decadencia y caída del Imperio Romano (1896-1902). "Muerte de un mártir, 203 dC" EyeWitness to History, www.eyewitnesstohistory.com (2004).
3 Nancy DeMoss Wolgemuth. "Estad quietos y sabed". Estad quietos: Meditaciones para piano.
*Ofertas disponibles solo durante la emisión de la temporada de podcast.
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