Simplemente espera
Debora: Nancy DeMoss Wolgemuth dice que tenemos que pasar más tiempo...esperando.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Hay un tiempo para actuar y hacer algo, pero hay muchos más momentos en los que necesitamos estar quietas y esperar.
Debora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy es 17 de enero de 2023.
«¡No te quedes ahí parada, haz algo!» ¿Te han dicho eso alguna vez? Sentimos como si estuviéramos siendo irresponsables si no actuamos. Hoy veremos por qué a veces lo mejor es esperar. Aquí está Nancy con la continuación de la serie titulada, Rut: El poder transformador del amor redentor.
Nancy: ¿Alguna vez, cuando vas a orar, te sientes indecisa de pedirle a Dios lo que realmente está en tu corazón? ¿Alguna vez has sentido que si le dijeras lo que realmente necesitas, podrías estarle exigiendo o molestando? ¿En algún momento …
Debora: Nancy DeMoss Wolgemuth dice que tenemos que pasar más tiempo...esperando.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Hay un tiempo para actuar y hacer algo, pero hay muchos más momentos en los que necesitamos estar quietas y esperar.
Debora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy es 17 de enero de 2023.
«¡No te quedes ahí parada, haz algo!» ¿Te han dicho eso alguna vez? Sentimos como si estuviéramos siendo irresponsables si no actuamos. Hoy veremos por qué a veces lo mejor es esperar. Aquí está Nancy con la continuación de la serie titulada, Rut: El poder transformador del amor redentor.
Nancy: ¿Alguna vez, cuando vas a orar, te sientes indecisa de pedirle a Dios lo que realmente está en tu corazón? ¿Alguna vez has sentido que si le dijeras lo que realmente necesitas, podrías estarle exigiendo o molestando? ¿En algún momento has sentido que tus peticiones son demasiado grandes, o quizás dudas en pedirle lo que realmente necesitas?
Cuando dejamos nuestra serie de Rut ayer, ella se encontraba a los pies de Booz. Estaba en la fase final de la cosecha cuando le pidió a Booz que fuera su esposo. Si acabas de unirte a nosotras, eso no es tan extraño como parece.
Hemos visto que Rut era pobre, una viuda en necesidad, y Booz era un rico terrateniente judío. Y quizás podrías pensar que Rut sintió miedo de pedirle que supliera su necesidad, pero ella supo que él era su pariente redentor, su goel.
Esta es una pequeña palabra hebrea que hemos estado mirando durante las últimas semanas, y se refiere a alguien que es un protector. Es un hombre que intervendría y ayudaría a su pariente pobre y necesitado. Rut se enteró de que Booz estaba relacionado con la familia de su suegro, Elimelec, y de su esposo, ambos fallecidos. Llegó a comprender que él era alguien que podía ayudarla a ella y a su suegra Noemí en ese tiempo de necesidad.
Ella fue donde Booz y le dijo: «¿Me cubrirías? ¿Extenderías el borde de tu manto sobre mí? Esa era una ilustración en palabras para decir: «¿Me tomarías bajo tu cuidado? ¿Me pondrías bajo tu protección? ¿Me tomarías bajo tu amparo? ¿Tomarías mi situación como si fuera tuya?»
Ahora, sospecho que cuando Rut fue a Booz, fácilmente podría haber temido que la rechazara. Después de todo, ¿quién era ella? Era extranjera, pobre y viuda. No tenía nada que ofrecerle a Booz. Aquí está él, un ciudadano respetado de la tierra. Un hombre mayor.
Puedo imaginar el miedo que pudo haber sentido en su corazón mientras se dirigía hacia ese duro suelo donde se molía la cosecha, y pensar: ¿Me aceptará? ¿Me escuchará? ¿Recibirá mi petición? ¿Querrá ser mi pariente redentor, y rescatarme de mi situación?
En el libro de Rut, capítulo 3, vemos la respuesta de Booz en el versículo 10. Ahí encontramos, que por el contrario, Booz está encantado de que Rut haya tenido la valentía de venir y pedirle que le sirva como pariente redentor. Él le dice en el versículo 10: «Bendita seas del Señor, hija mía. Has hecho tu última bondad mejor que la primera, al no ir en pos de los jóvenes, ya sean pobres o ricos. Ahora, hija mía, no temas. Haré por ti todo lo que me pidas» (vv. 10-11).
¿No es esta una gran respuesta? Aquí viene esta joven humilde en necesidad de ayuda y se dirige a este gran hombre que podría ser su auxilio, sin saber cómo responderá. Pero él está entusiasmado y es cálido y amable en su respuesta. Ella le ha pedido que la redima, y él se alegra de que ella le haya hecho esta petición.
A medida que se desarrolla la historia, veremos en Booz una ilustración del corazón del Señor Jesús: nuestro Goel, nuestro Pariente-Redentor, quien nos redime, no solo en cuanto a la redención de nuestras almas en términos de la salvación eterna, sino que también redime nuestras situaciones diariamente, nos rescata y nos protege, y provee para nuestras áreas de necesidad.
Cuando venimos a Él como pecadoras pobres y necesitadas, y acudimos a Él por Su posición y Su derecho a redimirnos, y por Su inmensa riqueza –venimos a Él y le pedimos que nos cubra. No estamos apelando a alguien que se muestra reacio a satisfacer nuestras necesidades. Por el contrario, Él dice: «Me alegra que hayas venido. Estoy tan contento de que me hayas preguntado. Quiero redimirte». Booz le dice: «No tengas miedo. Haré por ti todo lo que me pidas».
Me encanta este versículo. Cuando pienso en la oración e intercesión y en cómo vamos al Señor Jesús y le decimos que tenemos estas necesidades, al acercarnos a Su trono, debemos recordar que es un trono de gracia, un trono donde Él dice: «Yo haré por ti todo lo que has pedido. No tengas miedo de acercarte. No tengas miedo de pedir. «¡De hecho, pide con valentía y confianza!»
Él ha dicho, «pregunta por Mí. Dame tus peticiones. No te preocupes por nada». Dice Filipenses, «en cambio, ora por todo y la paz de Dios, la gracia de Dios, las promesas de Dios, la provisión de Dios vendrá en tu rescate» (paráfrasis 4:6-7).
Me encanta esta estrofa de este viejo himno que dice (traducción literal):
Vienes a un Rey,
Trae contigo grandes peticiones;
Porque Su gracia y poder son tales
Que nadie puede pedir demasiado.
(John Newton)
Él nos dice: «Pidan conforme a Mi Palabra. Pidan de acuerdo a Mi voluntad y haré por ustedes todo lo que me pidan».
Mientras leo este pasaje me pregunto cuántas veces no recibo algo que realmente necesito del Señor; algo que Él quiere darme; algo que está dispuesto y que puede darme; algo que tiene para mí; algo que necesito, pero no lo obtengo. ¿Por qué? Porque no se lo pido; tengo demasiado miedo, soy muy tímida, estoy muy ocupada. Simplemente no lo traigo delante de Él.
Las Escrituras dicen: «Echa sobre el Señor tu carga» (Salmo 55:22). ¿Estoy echando mis cargas sobre el Señor? ¿Creo que Él me sostiene? Él me dice: «Pídeme, y te llenaré de Mi Espíritu Santo», y necesito ser llena de Su Espíritu. ¿Le estoy pidiendo que me llene de Su Espíritu? ¿Le estoy pidiendo que guarde mi corazón?
Él dice que si mantengo mi mente fija en Él, Él mantendrá mi mente en perfecta paz. Necesito que la paz de Dios guarde y proteja mi mente. ¿Le estoy pidiendo que haga eso? ¿Le estoy pidiendo que satisfaga mis necesidades? ¿Le estoy pidiendo que me dé la sabiduría que necesito?
Booz le dice a Rut: «No tengas miedo. Dios te bendiga. Gracias por venir. No temas. Haré por ti todo lo que me pidas».
Permítanme retroceder a otro punto en el versículo 10. Booz le dice a Rut: «Esta bondad que me pides es mayor que la que mostraste antes. No corriste tras los jóvenes ricos, ni pobres» (3:10).
Booz se da cuenta de que Rut podría haber ido a buscar marido. Si solo estuviera buscando un esposo para ella, podría haber buscado a alguien de su edad, alguien más joven y tal vez con las características que hubiera deseado en un esposo. Pero se acercó a Booz, no porque fuera el hombre de sus sueños. Recuerden que esta no es una historia de romance sino más bien una historia de redención.
Ella va a Booz porque tiene un propósito más grande en mente. Se da cuenta de que el corazón de Dios es redimir la situación de toda su familia y que Dios quería preservar en Israel las tierras de la familia y el apellido de una generación a la siguiente. Y para conservar los nombres y las tierras de su marido y de su suegro, tenía que encontrar un pariente redentor, uno que pudiera asumir la situación de ella como suya.
De modo que ella se dirige a Booz y le pide que se convierta en su esposo, en su redentor, porque ella quiere cumplir el propósito de Dios para su vida y para su familia. No busca solo la felicidad o la conveniencia personal, ni que se cumplan sus deseos personales.
Ella desea someterse al plan de Dios para un legado, para continuar una línea familiar, para un linaje que no conoce, pero que sabemos, que llevará a Cristo. Creo que bien podría haber sido un deseo natural de Rut comenzar una nueva familia, olvidarse de la antigua línea familiar donde hubo tanto dolor y tanta tristeza.
Pero ella estaba dispuesta a quedarse con la familia en la que Dios la había puesto y dar los pasos necesarios para creer en Dios, y si así Él lo permitía, para un avivamiento de la vieja situación que parecía sin esperanza y llena de incertidumbre. En lugar de comenzar una nueva línea, una nueva familia, estaba dispuesta a confiar en que Dios iba a restaurar la línea anterior.
Me pregunto cuántas veces, en lo que se refiere a nuestras iglesias o al matrimonio, nos apresuramos a deshacernos de la vieja situación en lugar de creer que Dios la avivará, la restaurará y hará algo nuevo.
He observado esto en personas en situaciones difíciles en la iglesia. No estoy diciendo que nunca haya un momento en el que sea apropiado dejar una iglesia donde tal vez no se predique la Palabra de Dios o donde haya una clara violación de los principios bíblicos. Quizás haya un momento para salir e ir a una situación diferente.
Pero hoy en día, la gente es tan propensa a simplemente «irse de iglesia en iglesia». Si sucede algo en la iglesia que les molesta, o si se sienten infelices con algo, tal vez con una decisión que se toma en la iglesia, dicen: «Me iré de esta iglesia, voy a otro lado».
He estado en ciudades donde la mayoría de las iglesias evangélicas son divisiones de divisiones: personas que no creen en Dios para avivar la vieja situación, sino que simplemente van y comienzan rápidamente algo nuevo. En ninguna parte eso es más mortal que en el matrimonio, que debe ser una imagen de la relación redentora de Cristo con Su iglesia, donde nos deshacemos de lo viejo tan rápidamente y decimos: «Voy a buscar algo nuevo. Voy a buscar algo fresco».
Permítanme decirles, y algunas de ustedes tal vez saben cuán cierto es esto, que los problemas en el matrimonio no necesariamente se resuelven reemplazando a la otra persona. De hecho, esto puede terminar en toda una serie de problemas con los que no habías contado.
¿Cuál es la situación a la que te enfrentas que es vieja, agobiante y agotadora para ti? ¿Le pedirías fe a Dios para mantenerte firme? ¿Fe para esperar en Él? Fe para renunciar a tus propios deseos, tu propia felicidad, tu propia conveniencia, y decir: «Señor, esperaré en Ti. Estoy dispuesta a someterme, rendirme y renunciar a mis propios planes. Estoy dispuesta a cumplir Tu plan para mantener intacta esta línea familiar. Quiero verte restaurar y avivar lo que parece no tener esperanzas».
Y ahora quiero que retomemos el versículo 11 del capítulo 3 donde Booz le dice a Rut: «Todo mi pueblo sabe que eres una mujer virtuosa». Otra traducción lo expresa de esta manera: «Todo mi pueblo sabe que eres una mujer ejemplar» (NVI).
¿No sería esta una reputación increíble de tener? «Toda la gente de mi pueblo sabe que eres una mujer virtuosa». Recuerda que antes, en el capítulo 2, Booz conoció a Rut por primera vez, y dijo: «Se me ha dicho todo lo que has hecho por tu suegra viuda» (v.11, parafraseado). Su reputación hablaba por ella. Él dice: «Cuando la gente piensa en ti, sabe que eres una mujer virtuosa».
Por cierto, esta es la misma palabra que se usa en Proverbios 31:10-12, donde las Escrituras dicen: «Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Su valor supera en mucho al de las joyas. En ella confía el corazón de su marido, y no carecerá de ganancias. Ella le trae bien y no mal todos los días de su vida». Una mujer de carácter noble, una mujer virtuosa.
Quiero vivir el tipo de vida que, si un rumor negativo empezara a difundirse sobre mí, la gente que mejor me conoce se apresuraría a decir: «No hay forma de que eso sea cierto de ella». Quiero vivir una vida de buen testimonio, que sea conocida por ser una mujer de carácter noble, una mujer virtuosa.
Déjame preguntarte. ¿Eres conocida como una mujer virtuosa? ¿Se te conoce como una mujer de corazón virtuoso, actitud, valores, comportamiento vestimenta y forma de hablar virtuosos? ¿La gente sabe que eres una mujer de carácter noble, que eres una mujer hacendosa, de virtud?
Realmente creo que mi carácter, mi espíritu, mis valores y mi actitud tienen un efecto determinante en todo el espíritu del ministerio en el que sirvo. Quizás hayas oído decir que el espíritu de la mujer determina el ambiente del hogar. Pregúntate: «¿cómo es el ambiente en mi hogar? ¿Cómo está el entorno en mi casa?»
Entonces, antes de que te apresures a decir: «Bueno, no sería así si no fuera por esta persona que vive en mi casa», es posible que desees ir a mirarte en el espejo y decir: «Señor, ¿hay algo en mi carácter o algo en mi espíritu que está afectando el ambiente en mi hogar?»
Una de las cargas que Dios ha puesto en mi corazón en cuanto a Aviva Nuestros Corazones es que Dios levante un movimiento de mujeres cristianas en nuestra generación, en nuestras iglesias y en nuestros hogares, que sean mujeres virtuosas. Hay tantas mujeres corruptas, rebeldes, de temperamento fuerte y de espíritu independiente en nuestra cultura actual, ¡incluso en nuestras iglesias!
Creo que una de las grandes cosas que necesitamos, si vamos a ver un avivamiento en nuestras iglesias, es un avivamiento de mujeres virtuosas, mujeres que tienen un carácter piadoso, cristiano. Y no va a ser un movimiento de cientos de miles o millones de mujeres a la vez. Realmente, será una mujer a la vez. Podemos convertirnos en el tipo de mujeres que juntas realmente formamos y moldeamos el carácter de nuestros hogares, nuestras iglesias e incluso nuestras naciones.
En este punto Booz le trae a Rut una situación de la que aparentemente ella no estaba al tanto. En el versículo 12, él dice: «Ahora bien, es verdad que soy pariente cercano, pero hay un pariente más cercano que yo». Él está diciendo: «hay alguien que tiene el derecho previo a redimir tu situación y vamos a tener que abordar este asunto con él antes de que yo pueda servir como tu pariente-redentor».
Esto puede explicar por qué Booz no había tomado la iniciativa de redimir a Rut y Noemí en su condición. Se nos recuerda que Noemí y Rut no podían esperar nada de Booz como su derecho. No era hermano del difunto, por lo que no estaba obligado a cumplir el papel de goel o pariente redentor. Dependía de su compasión, su generosidad y su gracia el elegir ser su pariente redentor.
Booz le dice a Rut, versículos 13 y 14: «Quédate esta noche, y cuando venga la mañana, si él quiere redimirte, bien, que te redima. Pero si no quiere redimirte, entonces, como que el Señor vive, yo te redimiré. Acuéstate hasta la mañana». Ella se acostó a sus pies hasta la mañana, y se levantó antes que una persona pudiera reconocer a otra; y él dijo: «Que no se sepa que ha venido mujer a la era».
Permítanme resaltar aquí que veo tanto en Rut como en Booz un espíritu discreto, una pureza de corazón que los lleva a ser cuidadosos en las apariencias de su relación y de su comportamiento. En todos los sentidos están tratando de ser cuidadosos para no traer reproches o vergüenza sobre sí mismos y cuidar su reputación. Así es como Rut se ganó la reputación de ser una mujer virtuosa, al tener cuidado de no dejar la impresión equivocada.
Pienso que, como mujeres, es muy importante que tengamos cuidado de no dar oportunidad a que otros den un informe malo o que puedan sugerir que tenemos algo más que intenciones virtuosas.
Ahora, en el versículo 15: «Luego Booz le dijo: “Dame el manto que tienes puesto y sujétalo”. Y ella lo sujetó, y él midió seis porciones de cebada y se las puso encima. Entonces ella entró en la ciudad». Este es el pariente-redentor mostrando generosidad. Él ha extendido su gracia hacia ella todo el tiempo, y ahora él de nuevo está diciendo: «Aquí tienes en abundancia de la cosecha. Llévaselo a tu suegra. Quiero que se satisfagan sus necesidades».
Veo este regalo como una especie de adelanto que Booz le está dando a Rut en anticipación de todas las cosas buenas que intenta derramar sobre ella para compartir con ella y con su suegra viuda en el futuro.
Luego en los versículos 16 y 17: «…esta (Noemí) le preguntó: “¿Cómo te fue, hija mía?” Y Rut le contó todo lo que Booz había hecho por ella. Y añadió: “Me dio estas seis porciones de cebada, pues dijo: ‘No vayas a tu suegra con las manos vacías’”».
Cuando veo estas palabras, recuerdo las palabras que leemos en el versículo 21 del capítulo uno, donde Rut y Noemí regresaron a Belén y Noemí dijo: «Llena me fui, pero vacía me ha hecho volver el Señor». Ella se había ido a Moab. Había perdido a su marido y a sus dos hijos. Ahora, regresaba como una viuda indigente y afligida por la pobreza. En ese punto, al final del capítulo 1, ella dice: «Estoy vacía. No tengo nada».
Ella tenía a Rut, pero desde su angustiada y desventajosa posición en ese momento, estaba con las manos vacías; ella no tenía nada. Ahora vemos a medida que se desarrolla la historia que su vacío comienza a llenarse. Booz le dijo: «No vuelvas a ella con las manos vacías. Llévale un regalo. Tómalo como una expresión de amor, compromiso y cuidado».
«Hazle saber que sus necesidades serán satisfechas. Ella ha comenzado a llenarse. Sus días vacíos han terminado».
Permítanme repetirlo: todo, todo, todo es gracias a su redentor, un hombre de gracia que tiene el derecho, la voluntad y el poder para satisfacer sus necesidades.
Luego leemos en el versículo 18: «Entonces Noemí dijo: “Espera, hija mía, hasta que sepas cómo se resolverá el asunto; porque este hombre no descansará hasta que lo haya arreglado hoy mismo”». Este versículo ha alentado mi corazón muchas veces cuando he estado en medio de un proceso en el que Dios está resolviendo las cosas, pero no puedo ver exactamente cómo lo hará. No veo cómo va a llevar el asunto a una conclusión. No sé cómo va a resolver el problema.
Y la Palabra dice a mi corazón: «Espera. Puedes descansar. Puedes quedarte quieta. No es necesario competir. No es necesario que manipules la situación. No necesitas esforzarte. No necesitas preocuparte. No es necesario que intentes resolver esto. No es necesario que intentes controlar tus circunstancias. Espera. Espera en el Señor. Quédate quieta. Descansa, porque tu Redentor no descansará hasta que haya resuelto el asunto».
Sabes, como mujeres, ¡si tan solo pudiéramos recordar que siempre tenemos un Redentor que trabaja a nuestro favor! Él está en el cielo intercediendo por nosotras. Está a la diestra del trono de Dios. Él está asumiendo nuestro caso, asumiendo nuestra causa. Él está orquestando los eventos de nuestras vidas de manera providencial, soberana, para cumplir Sus propósitos santos a medida que esperamos. Podemos esperar.
Ahora, hay un momento para actuar. Hay un tiempo para tomar acción y hacer algo, pero hay muchos más momentos de los que pensamos, en los que necesitamos estar quietas. Esperar y ver a Dios trabajar en el corazón de ese adolescente. Observar a Dios obrar en el corazón de ese esposo, o de ese jefe.
No tomes el asunto en tus propias manos. No intentes arreglar todas las cosas que crees que están mal con tu pastor o en tu iglesia. Espera en el Señor. Conviértelo en una petición de oración. Llévalo a Dios en oración y luego quédate quieta. Descansa porque tu Pariente-Redentor siempre está trabajando y no descansará hasta que el asunto esté resuelto.
Puede que no se resuelva hoy, pero en los libros de Dios en el cielo, eso está resuelto. Solo estamos esperando lo que Él ya ha determinado. En Su tiempo Dios seguramente lo hará realidad.
Debora: ¿Te trae paz saber que Dios está obrando a tu favor? Esta es Nancy DeMoss Wolgemuth, recordándote que lleves tus preocupaciones delante de Él y esperes en Su tiempo.
Y ya sea que hayas leído antes el libro de Rut o que sea tu primera vez escuchando acerca de su contenido, espero que esta serie te impulse a arraigarte en la Palabra de Dios. No importa lo mucho o lo poco que hayas escuchado acerca de la Biblia, esta es Palabra de Dios, viva y eficaz en nuestras vidas, en todo tiempo. Así que léela constantemente y profundiza en el conocimiento de Dios. Visítanos en nuestro sitio web, avivanuestroscorazones.com, y haz uso de los recursos que hemos desarrollado para ayudarte a hacer esto.
Y asegúrate de acompañarnos mañana para escuchar acerca de los retos que surgieron más adelante en la historia de Rut, y qué tienen estos que ver con tu vida. Ahora oremos con Nancy.
Nancy: Gracias Señor, por Tu generosidad. Gracias porque siempre estás trabajando, redimiéndonos a nosotras y a nuestras circunstancias. Enséñanos a descansar. Enséñanos a esperar, a esperar en Ti y a saber que en Tu tiempo corregirás todos los errores. Enmendarás todas las situaciones que se relacionen con nosotras.
Tu Palabra dice que Tu voluntad es perfecta en lo que concierne a nosotras. Señor, ayúdanos a dejar de luchar, a dejar los asuntos en tus manos, a estar quietas y saber que Tú eres Dios y serás exaltado. Ayúdanos a recordar que cumplirás Tus propósitos en nosotras, en los que amamos y en toda la tierra. Te damos gracias en el nombre de Jesús, amén.
Debora: Conociendo el poder del amor redentor juntas, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de la Nueva Biblia de las Américas, a menos que se indique lo contrario.
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