Sabiduría financiera para la Gloria de Dios | Día 3
Carmen Espaillat: Jan Thompson y su esposo hicieron un trato con su hija adolescente. Ellos igualarían cualquier monto que ella pudiera ahorrar para su primer carro.
Jan Thompson: Como consecuencia a la edad de 21 años ella había ahorrado una cantidad significativa, tenía suficiente para pagar la mitad del precio del carro. Nos la presentó y nos comentó que clase de carro ella quería.
Carmen: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth en la voz de Patricia de Saladín.
Jan Thompson es la autora del libro "Gestión del laberinto del dinero" (Managing the Money Maze—disponible en inglés) y es también una planificadora financiera certificada. Ella ha estado hablando con Nancy en los últimos programas y hoy regresa para continuar dándonos consejos útiles acerca del manejo de las finanzas para la gloria de Dios.
Nancy DeMoss de Wolgemuth: Jan Tom y tú han desarrollado …
Carmen Espaillat: Jan Thompson y su esposo hicieron un trato con su hija adolescente. Ellos igualarían cualquier monto que ella pudiera ahorrar para su primer carro.
Jan Thompson: Como consecuencia a la edad de 21 años ella había ahorrado una cantidad significativa, tenía suficiente para pagar la mitad del precio del carro. Nos la presentó y nos comentó que clase de carro ella quería.
Carmen: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth en la voz de Patricia de Saladín.
Jan Thompson es la autora del libro "Gestión del laberinto del dinero" (Managing the Money Maze—disponible en inglés) y es también una planificadora financiera certificada. Ella ha estado hablando con Nancy en los últimos programas y hoy regresa para continuar dándonos consejos útiles acerca del manejo de las finanzas para la gloria de Dios.
Nancy DeMoss de Wolgemuth: Jan Tom y tú han desarrollado en el transcurrir de los años un estilo de vida y una planificación financiera prudente y sabia, mientras continúan teniendo un corazón generoso. De hecho, es la planificación y la prudencia que les permite ser más generosos. Pero ustedes no esperaron tener muchos recursos antes de desarrollar ese corazón generoso.
Y Jan tú me comentabas durante la cena que tuvimos los tres esta semana, cómo vivieron una época durante su matrimonio cuando tenían muy poco en la cuenta del banco. Cuéntanos esa historia.
Jan: Una de las historias que documentamos en lo que llamamos nuestro “Libro de Bendiciones,” todavía nos referimos de nuevo a el cuando Dios continúa poniendo retos más grandes en nuestra vida respecto a dar y nos seguimos preguntando si podemos confiar en Él otra vez.
Teníamos dos años de casados y viviendo en la carretera con su ministerio. Concluimos el servicio en ese ministerio para que él completara el último año de la universidad. Fue un año maravilloso porque finalmente tuve una casa. Tenía la necesidad de tener mi nido, y nos mudamos a un apartamento. Todos nuestros regalos de boda estaban nuevos, y parecía como si fuéramos recién casados.
Luego de un año, él terminó sus estudios. Y tuve mi primer empleo en la industria de servicios financieros. Eso fue alrededor de los años 70’s cuando no era una carrera muy popular. Estaba floreciendo. Me encantaba mi trabajo, amaba el ambiente, me lo pasaba genial con Tom yendo a la escuela, y tuvimos algo de dinero para empezar a incorporar estos principios.
Tom vino a mí una noche, y me dijo, “Amor, creo que Dios quiere que volvamos a ese ministerio.” Por supuesto que mi primer pensamiento fue pero sólo teníamos un año. No habíamos tenido el tiempo suficiente para haber ahorrado para un vehículo en el cual pudiéramos viajar. Me gustaría decir que era una mujer piadosa, una esposa sumisa, y que respondí “Oh está bien amor, vámonos.” Pero no fue así. Grite y patalee por tres semanas. Me gustaba esa etapa mediocre de simplemente estar cómoda.
Nancy: Y este era un ministerio donde no tendrías un salario.
Jan: No, volvería a no tener salario, era volver a vivir en casas de personas y guardar muchas cosas en un almacén. No soy una guerrera de carretera. Realmente me gusta mi casa. Me gusta poder colgar algo en el armario y saber que se quedará allí, y no que tendré que guardarlo en la maleta cada semana.
Pero yo sabía por sus acciones, de su paciencia hacia mí, por dejarme luchar en este proceso con el Señor que él había escuchado de parte del Señor y que era tiempo de que yo me reconciliara con Él. Era un asunto del corazón.
Así que nos rendimos a eso. Empacamos nuestras pertenencias y nos mudamos nuevamente, guardamos todo en un almacén y volvimos a viajar por la carretera. Unas semanas después tuvimos tiempo de preparar nuestros corazones para lo que enseñaríamos en nuestro ministerio, y eso era precisamente dar sacrificialmente, honrando al Señor con todo lo que tienes.
Nancy: El equipo del ministerio se había reunido.
Jan: Así es, a la reunión que titulábamos “la semana de avivamiento”. Creo que teníamos cerca de $130 dólares en nuestra chequera. Ningún ingreso y tampoco habíamos recaudado apoyo todavía.
Nancy: Así que ese era el valor neto.
Jan: Ese era el total de nuestro valor neto. Ahora, no teníamos deudas porque no habíamos acumulado ninguna en ese año de universidad, y habíamos pagado por completo el año anterior y no teníamos préstamos. Por lo tanto estábamos libres de deuda; pero sólo teníamos un total de $139 dólares en la chequera.
A través del ministerio del Espíritu de Dios en uno de esos servicios de preparar nuestros corazones esa noche, por separado Dios movió nuestros corazones a limpiar nuestras cuentas de ahorro y dar todo lo que teníamos sacrificialmente. Dios sabía que necesitaba una casa, pero yo pensaba, y sabía que $135 dólares no harían mucho para comprar ni siquiera un vehículo para viajar de igual forma.
Nancy: Sin mencionar la lista de la comida para el resto de la semana.
Jan: ¡Correcto! Así que escribimos ese cheque. Y nos dirigimos a la carretera. Luego una o dos semanas después recibimos una llamada muy, muy interesante de mi antiguo empleador, del trabajo del que yo había renunciado. Su comentario a mi esposo fue, “Entiendo (él era un hombre cristiano) que Dios te ha llevado en una nueva dirección. Acabo de cerrar un negocio grande, y he recibido más dinero de lo esperado. Dios ha puesto en mi corazón que ustedes necesitan un vehículo para viajar. Quiero que vayas a elegir una camioneta y una casa rodante y yo lo pagaré.”
Nancy: Wao un vehículo para viajar y uno para vivir en él.
Jan: Si un vehículo para vivir en el porque vivíamos nueve meses del año en la carretera. Su comentario fue, (yo pensé así es cómo Dios hace hincapié en las cosas) “Si eliges algo barato será tu culpa” Me encanta como Dios no sólo hace poquito. El hace mucho más abundante de lo que pedimos o pensamos.
Ahora, puedo multiplicar esas historias una tras otra. Para nosotros fue un inicio bastante dramático para que pudiéramos entender estos principios de sembrar y cosechar. No dimos los $135 dólares con ninguna expectativa de que Dios nos los iba a devolver. Creo que en ese tiempo en 1978 pudieran ser alrededor de $35,000 dólares. Pero qué bendición fue.
Dios sabía que yo tenía una necesidad, y yo intenté ayudarlo en cómo teníamos que vivir nuestras vidas. Él me pedía que dejara de tratar de controlar la situación, sino dejarlo hacer Su voluntad, dejar que Él hiciera lo que quería y Él enderezaría nuestros caminos. Y así lo hizo. Él suplió la necesidad incluso permitió que yo eligiera el color de la alfombra, el color de la madera, el color del vehículo, y nos sirvió por los próximos ocho años que viajamos.
Nancy: Wao ese es nuestro Dios. Ahora Tom y tú están en una temporada diferente en sus vidas. Tienen una casa y ambos tienen ingresos, pero están tratando de operar ahora de tal manera que a largo plazo puedan dar más. Esos $130 dólares iniciales que ustedes dieron que limpió su cuenta bancaria completamente, eso fue un pequeño depósito de lo que en su tiempo y a lo largo de toda vida, Dios mediante, el Señor les iba a permitir seguir dando para Su obra.
Jan: Absolutamente, y ahora puedo ver ese momento y pienso que $135 dólares no era nada. Era es la blanca que ofrendo la viuda. No es la cantidad. Es cómo respondes en obediencia al mover de Su Espíritu Santo. Yo nunca defino la importancia como una cantidad de dinero. Es un corazón. Es un propósito determinado a vivir por los valores eternos que tienen un impacto significativo sobre los propósitos del reino.
Nancy: Entonces, ¿qué harían felices a ti y a Tom, como pareja, al final de sus vidas si el Señor les diera una larga vida? Si pudieran sentarse y mirar hacia atrás y decir: “esto es lo que ha sucedido, esto es lo que Dios ha hecho a través de nosotros en términos de recursos y de administración , ¿qué pensarían que fuera un éxito?
Jan: Bueno que cada día hicimos algo que nos trascendía y que duraría para toda la eternidad y que nuestros hijos están continuando con ese legado con todos los recursos financieros que dejamos atrás. Hemos diseñado nuestro plan de herencia para que nuestros hijos tengan instrucciones muy claras de cómo esperamos que manejen los bienes que Dios nos ha permitido acumular para usar para Sus propósitos. Saben que en un abrir y cerrar de ojos Dios los hará responsables. Será mejor que estén listos y preparados para eso.
Hemos tenido una responsabilidad como padres de asegurarnos de equipar a nuestros hijos con este legado porque es una bendición de lo que el Señor nos ha enseñado a través de estos 30, 40 y 50 años de matrimonio y todo lo que Dios nos ha enseñado y dado a través de todos estos años, si se detiene aquí con nosotros , y no les enseñamos esto a nuestros hijos, sentiremos que hemos fallado en traspasar el legado que en oración hemos recibido.
Hasta aquí, nuestros hijos parecen haber aprendido, lo que me indica que les hemos enseñado bien. Pero saben que no dudaremos en revisar esos planes si en algún punto ellos no están caminando con el Señor y honrando su nombre con sus principios financieros.
Nancy: Así que hablemos de cómo enseñaron a sus hijos a pensar acerca del dinero, como usarlo con la perspectiva de Dios. Supongo Jan que no esperaste que estuvieran cerca de salir del nido para empezarles a enseñar. ¿Cómo iniciaste desde temprano a enseñarles la perspectiva de Dios en cuanto al dinero?
Jan: Bueno, lo primero que hicimos fue tratar de modelárselo a nuestros hijos. Trataba de incluirlos cuando pagaba las fracturas, que pudieran entender cómo entraba el dinero y cómo funcionaba el proceso, no profundizaba en los detalles de cómo lo estaba haciendo, sólo les enseñaba los principios básicos— tienes que gastar menos de lo ganas. Tienes que saber a dónde va lo que has ganado.
“Antes que alguien decida construir una casa, primero hace un anteproyecto. Eso es un principio bíblico. Su padre y yo hemos desarrollado este anteproyecto, y esta es la manera que creemos que Dios quiere que utilicemos cualquier cosa que nos confíe. Pero como ustedes saben en la vida pasaran cosas para las cuales no podemos prepararnos, por lo tanto tenemos este fondo aquí en la cuenta “el fondo de todo puede suceder.”
Estamos trabajando para metas a largo plazo. Todos estos conceptos que les enseñamos a nivel de adulto, iniciamos con ellos desde temprana edad para que se fueran familiarizando.
Me parece que fue alrededor de la edad de 11 años, con nuestra hija. Nuestra hija mostraba que podía ser propensa a ser gastadora. Nuestro hijo salió más a su madre él no es gastador. Así que nos dimos cuenta con nuestra hija en particular que teníamos que establecer un tipo de responsabilidad para ella a la edad de 11 años. Y mientras ella tenía algunas mesadas no existía ninguna estructura.
Así que determinamos lo que gastamos anualmente en ropa y regalos para las fiestas de cumpleaños de sus amigas y actividades y fijamos una cantidad de lo que sentíamos que era apropiado para su edad y la poníamos en un plan de gastos. Tomé la misma hoja de cálculo que usé para nosotros, desarrollé un plan para ella y juntas nos sentamos. El Señor fue primero, los ahorros fueron segundos, tal y como mi papá me lo enseñó. Entonces todo el resto pudimos utilizar para los artículos discrecionales de Jayme. A los 11 años, ¿cuántos artículos no discrecionales tienes?
Así que ella consideraba que era bastante divertido. Durante el primer mes recibió una cantidad de dinero que se esfumó en pocos días. Literalmente desapareció de sus manos, ella tenía una fiesta de cumpleaños y me preguntó: “Mami, necesito dinero para ir a la fiesta” Y yo le dije: ¿Recuerdas que teníamos eso pendiente en tu plan? ¿Qué hiciste con ese dinero?
“Oh, lo gasté en otra cosa.” “Bueno, lo siento, al menos que puedas encontrar dinero en el árbol del patio trasero, tendrás que esperar.” Por lo tanto le costó varios meses entender que no podía gastar de manera impulsiva, que tenía que tomar decisiones responsables.
Nancy: ¿Entonces la sacabas de apuros?
Jan: No, no la sacábamos de apuro y era muy doloroso. Ahora, te comentaré sobre otra cosa que implementábamos. Junto con esta cantidad que le dábamos que se determinó que era apropiado para los niños, teníamos una lista de tareas pegadas en el refrigerador para que si querían ganar más dinero, podían ir a esa lista y hacer algunas actividades extras con el fin de complementar las cosas adicionales que deseaban.
Queríamos inculcarles una ética de trabajo asociada con un aumento de su recompensa. De igual manera, no me gusta asignar una tarea a esa ética porque puedes tener un niño que no esté motivado por el trabajo o motivado por el dinero, como es el caso de nuestro hijo. Pero no aprenden cómo manejar el dinero si todo está atado a una recompensa.
Así que establecimos el monto base para que aprendieran los principios de buena administración del dinero bajo nuestro amparo, pero creamos la ética de trabajo si querían algún recurso adicional.
Nancy: Así que fuera de esa cantidad global, sé que algunas madres están escuchando y querien algunos ejemplos específicos, ¿de qué era responsable?
Jan: Bueno ella tenía sus responsabilidades — ahora nosotros le comprábamos su ropa básica para su cumpleaños y Navidad— zapatos, ropa interior, todas las necesidades del colegio. Su presupuesto de ropa era muy discreto para cosas adicionales así que ella era responsable si quería una marca en particular o unas zapatillas deportivas.
Nancy: ¿O si salía a cenar con sus amistades por ejemplo?
Jan: Si salía a comer con las amistades. Regalos. Jayme es muy generosa como su padre y le gusta dar a todos. Se le enseñó a ser más ingeniosa. En lugar de mamá comprar todos estos regalos, ella aprendió a hacer algunas cosas hermosas.
Nosotros costeábamos todas las actividades de la escuela que eran un requisito obviamente. Una vez al año nos asegurábamos de que ella fuera a un campamento. Pero ella quería ir a todos los campamentos. Por lo tanto pagábamos uno de todos. Ella tenía que ahorrar — si había un campamento adicional ella ahorraba la mitad del precio y nosotros pagábamos la otra mitad— si era que quería ir a otro campamento durante el año. Hicimos lo mismo con nuestro hijo, a pesar de que él no estaba muy motivado por el dinero, cambiamos algunas dinámicas para él.
Veíamos que la compra de vehículos era un evento grande. Y nos cuestionamos ¿Debemos comprarle un carro a nuestro hijo? Desde muy temprana edad, nos dirigimos con algo que funcionó muy bien. Les dijimos que igualaríamos lo que ellos habían ahorrado para un carro si nos demostraban que eran lo suficientemente responsables para manejarlo.
Bueno, Jayme capturada comenzó a ahorrar febrilmente desde el primer momento que tuvo la oportunidad de ganar dinero. En consecuencia a los 21 años había ahorrado una cantidad significativa de dinero, nos lo presentó y nos dijo que tipo de vehículo quería y tenía suficiente para pagar la mitad.
Ahora, sabíamos que estaba ahorrando y nosotros también con ella, así que no fue una sorpresa para nosotros. Pero a nuestro hijo, le tomó más tiempo entender el concepto y realmente no le importaba ahorrar para un vehículo. Así que solíamos decirle cuando estábamos de vacaciones de familia o cuando estábamos en un estacionamiento, sobre algún coche golpeado o en mal estado, “Oh, no David, no creas que tienes suficiente dinero para uno de esos.”
Intentando de esa forma inculcar en él que no es el tipo de coche que conduces, pero no tendrás nada para conducir sino entiendes esa idea. Así que a él le costó varios años, y Jayme entendió el concepto primero. Pero actualmente recibirá las llaves de su coche cuando regresemos a casa en julio porque nosotros habremos ahorrado la mitad de su dinero para cualquier coche de su elección.
Así que, mientras tanto, ¿es un inconveniente que ellos conduzcan nuestros coches? Me hubiera gustado mejor comprarles un coche y acabar con todo. Pero lo hicimos para ellos, aplazando y con la demora en la gratificación de ahorrar para algo. Y ahora que ya han pagado la totalidad esos coches, hemos resaltado que ese vehículo no durará para siempre. Y que se preparen para el mantenimiento, y que con el tiempo, tendrán que reemplazarlo.
Nancy: Cuéntanos acerca de cómo Jayme— esto fue increíble para mí — está ahora trabajando en un contrato para adquirir su propia casa .
Jan: A la edad de 16 años mientras todos sus amigos estaban consiguiendo coches, Jayme recibió para su cumpleaños un Roth IRA. Es una cuenta de retiro individual, y esta cuenta tiene algunas normas fiscales especiales y es una gran ventaja. Actualmente, considero que las personas que viven en los Estados Unidos deben tener este tipo de cuenta a la cual califiquen. Las reglas fueron entrando en juego cuando el dinero podría ser utilizado para el pago inicial de una compra de vivienda por primera vez.
Nancy: ¿Ella sabía lo que significaba eso a la edad de 16 años?
Jan: No, ella no lo sabía. Bueno, sólo porque su madre estaba involucrada en esta industria, ella pensó que probablemente era algo bueno, pero realmente no estaba emocionada de ver el contrato de la cuenta porque le hubiese gustado algún tipo de juguete para mostrar a sus amigos en lugar de mostrar una declaración de este tipo , realmente no era impresionante.
Nancy: ¿Entonces ella estaba un poco decepcionada?
Jan: Muy decepcionada realmente. Me encanta oírla contar esta historia porque ella hace una cara que yo no puedo duplicar. Tom y yo le dijimos cuando le entregamos el regalo “No aprecias esto ahora, pero algún día vas a ver cómo este tipo de herramienta, Dios la utilizará para permitirte hacer cosas mayores, y tu único requisito es que lo financiarás cada año con los recursos que Dios te va a dar”.
Dios bendiga su corazón, ya que mientras sus amigos estaban haciendo grandes cosas, Jayme estaba financiando su cuenta de retiro. A los 23 años Dios la llamó a Raleigh donde vivió durante un año. Por supuesto que los precios de bienes raíces eran más asequibles que en el Sur de California. Pero ella pudo utilizar esta herramienta, ella realizó un pago inicial por primera vez para la compra de la vivienda.
No todos a la edad de 23 años tienen la oportunidad o el privilegio. Pero nuevamente no es cuanto ella tenga. Creo que ella ha aprendido a ser fiel al Señor, colocándolo como su prioridad, permaneciendo libre de deudas, ahorrando a largo plazo hacia estos objetivos, el financiamiento de las cosas cuando su impulso a gastar era a hacer las cosas de una manera diferente, y para Jayme fue muy dramático dilatar esa gratificación.
Pero Dios la bendijo confiándole a ella la propiedad de una casa a una edad tan joven. Ha sido un gozo ver a mis hijos andar en la verdad. Yo no diría que es todo lo que le hemos enseñado. Hemos tratado de modelarlo, de enseñarles, pero si no lo practican, ese es un problema de ellos el apropiarse y tomar control de esas enseñanzas delante del Señor.
Nancy: Esto es una gran parte del discipulado, de la formación y de la crianza de sus hijos. Tengo como probablemente todas, amigos cuyos hijos jóvenes o mayores siguen siendo muy dependientes de sus padres. Y sé que en nuestra audiencia hay personas que están asintiendo con esta declaración, no porque ellos sean físicamente incapaces de ganarse la vida, sino porque no han aprendido las disciplinas básicas de la administración y el manejo de los recursos financieros desde una perspectiva de Dios.
Tom y Jan tomaron algunas decisiones que requerían sacrificios de ellos mismos y de sus hijos que desde un principio probablemente no fueron fáciles de asumir. Se requería autocontrol, no sólo de sí mismos, sino también de su paternidad, como preguntarse qué regalarle a su hija para sus 16 años, y en lugar de pensar en regalarle algo que la llevara a pensar que era la mejor persona del mundo, les dieron algo la llevo a invertir en un futuro.
Pero ahora están experimentando los beneficios y las bendiciones de tener hijos que son responsables, que su proceso de pensamiento es piadoso, que piensan en la Biblia, que toman decisiones sabias y prudentes. Tienen dos hijos de 20 años que saben la perspectiva de Dios acerca de los recursos, eso debe llenarles de gozo. Espero que ahora estén viendo algunos de los frutos de esas decisiones difíciles.
Jan: Bueno finalmente, nuestro hijo, después que salió de la universidad y consiguió su primer trabajo y descubrió lo que iba a estar ganando. Unos meses atrás recuerdo que un día llegando a casa del trabajo salió de su habitación y me dijo: “Mamá, he estado trabajado en mi plan de gastos, ¿puedes venir y ver si hay algo que me falta? Se lo que estoy ganando y lo tengo todo dispuesto ahora en mi hoja de cálculo.
Y yo pensaba, ¿qué joven de 23 años espera pacientemente que su madre llegue a la casa del trabajo para que él le pueda enseñarle su plan de gastos? Creí que estaba enfermo. Eso lleno de gozo mi corazón, no tanto por lo que le habíamos enseñado, sino de ver cómo abrazaba al Señor ese día y reconocía su responsabilidad y la rendición de cuentas al Señor.
No tuve que preguntarle ¿has puesto el diezmo allí? ¿Estas ganando todo esto? Fue la primera línea de compromiso, su diezmo, su ahorro a su cuenta de retiro y la proyección de sus gastos.
¿No es una dinámica muy interesante sobre las personas en este ministerio de hacer elecciones para ganar menos, no?
Nancy: Y tu hijo se dirige hacia el ministerio profesional.
Jan: Se dirige al ministerio. No tiene deudas. Él tiene un vehículo totalmente pagado porque finalmente entendió ese concepto de ahorro, pero él no está haciendo un gran sueldo estando allí en el Sur de California. Pero debido a que no tiene deudas, él no tiene la preocupación del ¿cómo voy a hacer el pago del vehículo?
Déjame contarte algo más que hizo Dios. Dios le proveyó una vivienda gratis por el tiempo que él quisiera estar allí. Dios orquesta circunstancias, como por ejemplo David en poco tiempo terminó en la casa de una familia porque le llamaron para un trabajo de una manera inmediata, y no tuvo tiempo para ir hasta allí y buscar una vivienda.
Esta familia después de diez días y le dijeron: “David sólo queremos que sepas que tenemos nueve hijos. Sólo quedan unos pocos en la casa. Tenemos esta habitación extra. Puedes quedarte aquí todo el tiempo que quieras, y la única condición es primero que lleguemos a conocer a tus padres y segundo que no nos insultes ofreciendo pagar el alquiler.
Y me refiero a personas que eran extraños. Como Dios suple más allá de lo que queremos. Podemos tratar de hacer todos esos planes y decir: David ¿sabes qué, esto probablemente no es suficiente para conseguir un apartamento decente, pero vamos a confiar en Dios y vamos a ver que puede hacer El con lo poco que tienes. David es muy amoroso con esta familia, es un gran ambiente para él y le esta yendo muy bien con ellos. Dios no hace nada a medias.
Carmen: Jan Thompson ha estado conversando con Nancy DeMoss de Wolgemuth, y le ha dado un reto muy importante a aquellas cuyos hijos se están acercando a la adultez.
¿Estás preparando a tus hijos para glorificar a Dios a través de sus finanzas, y para tomar decisiones sabias que los beneficiarán toda su vida? Quizás para muchas oyentes su primer paso debe ser alinear sus propios corazones con la Palabra de Dios con respecto a las finanzas. Jan ha escrito un folleto que te guiará a lo largo de este proceso, se titula, “Gestión del laberinto del dinero".
Nos gustaría enviarte una copia impresa de este folleto por tu donación de cualquier monto a Aviva Nuestros Corazones. En este encontrarás información útil y preguntas que te ayudarán a evaluar tu corazón. También recibirás consejos prácticos con respecto a forjar un futuro financiero sólido para ti y para tus hijos.
Sólo dona cualquier cantidad a través de nuestra página de internet AvivaNuestrosCorazones.com e indica que te gustaría obtener una copia del folleto “Gestión del laberinto del dinero". Los envíos están disponibles a EEUU y Canadá.
Bueno, imagina a una mujer que tiene un corazón para obedecer a Dios y respetar a su esposo, sin embargo él puede estar tomando malas decisiones financieras. ¿Qué debe hacer ella? Jan abordará esto mañana; no te pierdas el próximo programa de Aviva Nuestros Corazones, ¡te esperamos!
Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.
Jan Thompson es una representante registrada que ofrece valores a través de America Securitries, Inc. y miembro de FINRA SIIPC que da servicios de asesoramiento a través de valores America Advisors, Inc. La información proporcionada en este programa es para fines de educación general solamente y no se deben interpretar como un consejo de inversión específico. Por favor, consulte a un asesor financiero en relación con su situación específica antes de implementar un plan de inversiones.
Los nombres usados en esta emisión no representan necesariamente la experiencia de cualquier cliente. Estos ejemplos pretenden ilustrar varios ejemplos de psicología de los inversores y de ninguna manera pueden interpretarse como una aprobación de la actuación de los servicios prestados por Janice Thompson, Strategic Financial Solutions, Inc, o las empresas de Valores América.
Las opiniones expresadas en este blog son las de Janice A. Thompson. Este material es sólo para fines de información general y no debe considerarse como una recomendación de compra o venta de ningún valor. Debido a que la información es de carácter general, usted debe discutir el asesoramiento específico con un profesional financiero.
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