Restauración
Debora: Nancy DeMoss Wolgemuth te anima a aferrarte a las promesas de Dios, incluso en tiempos oscuros.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Puede que seas parte de una minoría en tu lugar de trabajo o en tu hogar. Puede que seas la única creyente comprometida de tu familia. Puede que seas una de las pocas en tu iglesia que realmente tiene la carga por caminar con Dios y obedecerle. Pero Dios usa ese remanente fiel.
Debora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy es 20 de enero de 2023.
Imagina que has perdido todo. Noemí experimentó esa clase de pérdida, quedando viuda sin nada, excepto su nuera Rut. Nancy va a repasar todas las cosas importantes que hemos aprendido de la historia de esta viuda, incluyendo su final feliz. Con este episodio concluimos la serie titulada Rut: El poder transformador del amor …
Debora: Nancy DeMoss Wolgemuth te anima a aferrarte a las promesas de Dios, incluso en tiempos oscuros.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Puede que seas parte de una minoría en tu lugar de trabajo o en tu hogar. Puede que seas la única creyente comprometida de tu familia. Puede que seas una de las pocas en tu iglesia que realmente tiene la carga por caminar con Dios y obedecerle. Pero Dios usa ese remanente fiel.
Debora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy es 20 de enero de 2023.
Imagina que has perdido todo. Noemí experimentó esa clase de pérdida, quedando viuda sin nada, excepto su nuera Rut. Nancy va a repasar todas las cosas importantes que hemos aprendido de la historia de esta viuda, incluyendo su final feliz. Con este episodio concluimos la serie titulada Rut: El poder transformador del amor redentor.
Si te perdiste algunos de los episodios anteriores o quieres regresar para tomar algunas notas, encuentra todos los episodios –tanto el audio como el texto– en nuestro sitio web, avivanuestroscorazones.com.
Aquí está Nancy con nosotras.
Nancy: Qué viaje tan maravilloso hemos realizado durante estas últimas semanas con una mujer que es uno de mis personajes favoritos en toda la Palabra de Dios, Rut. Hemos estado mirando su vida y la de Noemí y cómo Dios las redimió de su desesperada situación. Esta historia tiene un significado maravilloso porque nos enfocamos en nuestra relación con el Señor, y lo que ilustra en Cristo como nuestro Redentor.
Esta es una de las doctrinas más importantes de toda la Palabra de Dios. Vemos que es el tema que recorre el Antiguo Testamento. Luego se expande y se desarrolla en el Nuevo Testamento, cuando Cristo nuestro Redentor vino a salvarnos de nuestro pecado. Quiero repasar varios pasajes de las Escrituras que abren nuestro entendimiento de lo que significa tener a Cristo como nuestro Redentor.
Si no has estado con nosotras durante las últimas semanas, permíteme ponerte al día en un par de frases. La historia de Rut en el Antiguo Testamento es una historia de redención. Vemos a una viuda afligida por la pobreza llamada Rut. Ella y su suegra, Noemí, no tienen ninguna esperanza de futuro o protección, la única provisión disponible para ellas era lo que el Antiguo Testamento llama un pariente redentor.
El pariente redentor era un hombre que redimiría a un pariente necesitado y volvería a comprar las tierras de la familia en caso de que tuvieran que venderlas debido a la pobreza. Incluso se casaría con la viuda para que con ella pudiera continuar una descendencia para su esposo difunto, de modo que el apellido se mantuviera durante las generaciones venideras.
Hemos dicho que en Rut hay una imagen de nosotras mismas. Así como ella era esta viuda pobre y necesitada, las Escrituras dicen que sin Cristo estábamos sumidas en la pobreza. Éramos esclavas de nuestro pecado, de la ley y de Satanás. No teníamos esperanza, ningún futuro, aparte de la llegada de un redentor a nuestras vidas. Y en Booz vemos una imagen de Cristo nuestro Redentor.
Quiero que veamos que la redención que tenemos como creyentes no es un privilegio en tiempo pasado. Decimos: «Oh, sí, fui redimida hace veinticinco años cuando confié en Cristo como mi Salvador». Sin embargo, hay un significado en tiempo pasado de la redención, pero también hay un significado en tiempo presente, un sentido en que experimentamos esa redención en el día a día al ser protegidas, al hallar refugio en nuestro Pariente-Redentor, y permitirle tomar nuestra condición como Suya.
Luego veremos que también hay un aspecto futuro de nuestra redención, algo que aún no se ha completado. Quiero que veamos varios pasajes de las Escrituras, que nos describen de qué hemos sido redimidas y lo que significa ser redimidas de esas cosas.
A modo de trasfondo permíteme leerte un párrafo de un libro de Larry Richards que me ha sido útil. Él habla de la doctrina de la redención en el Antiguo Testamento y nos recuerda que cada vez que la palabra redención aparece en el Antiguo Testamento, lo hace con el telón de fondo de la necesidad, del abandono. Él dice:
«Encontramos seres humanos atrapados, cautivos por el poder de fuerzas que no pueden vencer. Involucra a alguien que está en cautiverio o en peligro. Y solo mediante la intervención de un tercero se puede romper esa esclavitud y la persona puede ser liberada».
Este es un resumen muy útil para mí de todo este asunto de la redención. En primer lugar, hace referencia a nuestra condición, al hecho de que estábamos indefensas, en pobreza y en esclavitud –espiritualmente hablando. La Escritura nos enseña que no hay ninguna situación tan difícil que Dios no pueda redimir. Como solía decir Corrie Ten Boom: «No hay fosa tan profunda que el amor de Dios no alcance con una mayor profundidad».
Pero nunca podremos experimentar la plenitud y la grandeza de lo que ya tenemos en la redención hasta que nos demos cuenta de cuán terrible y sin esperanza era nuestra condición sin Cristo. Así que no solo existe una condición de desamparo, sino que también existe lo que Larry Richards llama la intervención de un tercero; la intervención de un salvador, un goel, un redentor.
Él viene a liberarnos. Él ve nuestra difícil situación e inicia la redención. Él ofrece Su gracia, Su provisión, Su protección y Su amor.
Larry Richards continúa recordándonos en este artículo que la redención es un asunto familiar. Es una expresión de la relación más profunda posible. Nunca es un extraño quien tiene derecho a acudir en ayuda de una persona que es propiedad de otro o que tiene una deuda impagable. Solo el pariente cercano con los recursos para rescatar puede actuar.
Se nos recuerda que Dios es un Dios con un corazón familiar. Es un Dios que se acerca a nosotras y dice: «Quiero ser tu pariente más cercano. Quiero tener una relación contigo». Luego da los pasos para relacionarse con nosotras, para que le pertenezcamos a Él. Es una intervención inmerecida. Es costosa, es puro amor, es gracia y es Su misericordia.
Y luego está la transacción. Booz y el otro pariente –que tenía el derecho a redimir antes que Booz– intercambiaron un zapato, que simbolizaba la transferencia de la posesión, la transferencia de propiedad. Recordemos ese versículo en 1 Corintios 6, donde Pablo dice: «Ustedes no se pertenecen a sí mismos; porque han sido comprados por un precio» (vv. 19-20). Hubo una transacción. Jesús pagó el precio de compra y luego hizo la transacción para hacernos suyas.
Ahora, cuando Él nos compra, ¿de qué nos redime? Quiero leer varios versículos de las Escrituras que nos muestran esto. Creo que esto hará que nuestra redención sea aún más preciosa para nosotras.
Gálatas 4: 4-5 dice: «Pero cuando vino la plenitud del tiempo, Dios envió a Su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, a fin de que redimiera a los que estaban bajo la ley, para que recibiéramos la adopción de hijos». Él nos redimió de la esclavitud de la ley.
Y luego Él nos redimió de la maldición de la ley. Gálatas capítulo 3, versículo 13 dice: «Cristo nos redimió de la maldición de la ley, habiéndose hecho maldición por nosotros, porque escrito está: Maldito todo el que cuelga de un madero».
Tú y yo, como infractoras de la ley, estábamos justamente bajo maldición, bajo la condenación de la ley. Dios habría sido justo al hacernos pagar ese precio. Pero Jesucristo, nuestro Pariente-Redentor, vino a esta tierra. Él asumió la maldición de la ley y nos redimió de la maldición de la ley.
Y Romanos capítulo 6, nos dice que Él nos redimió del poder del pecado. Romanos 6:18: «Habiendo sido libertados del pecado, ustedes se han hecho siervos de la justicia». Ahora, fíjate que ahi dice que fuimos redimidos de la esclavitud de una cosa para poder ser esclavos de otra. Toda persona es esclava. Es solo cuestión de quién es tu amo, tu señor.
Lo que Pablo está diciendo en Romanos 6, es que cada una de nosotras era esclava del pecado. Éramos propiedad del pecado. No podíamos estar libres del pecado, el pecado tenía derecho sobre nosotras. Pero dice que Jesucristo vino para redimirnos del pecado, para liberarnos del poder del pecado y así pudiéramos convertirnos en esclavas de la justicia.
El Salmo 49, nos dice que Cristo vino a redimirnos del poder del sepulcro y de la muerte. Y el Salmo 49:15, dice: «Pero Dios redimirá mi alma del poder del Seol, pues Él me recibirá». Como ves, la muerte ha sido conquistada y hemos sido redimidas, rescatadas, liberadas del poder de la muerte.
Y luego el Salmo 25:22, dice: «Oh Dios, redime a Israel de todas sus angustias». Cuando te desanimes y sientas toda la presión de los problemas del mundo, recuerda que Dios está en proceso de rescatarte y librarte de todos ellos. Llegará el día en que serás totalmente libre de todo esto. Eso debería llenar tu corazón de esperanza y aliento.
El Salmo 130:8, nos dice que Él nos redime de todas nuestras iniquidades. Él nos redime de todos nuestros pecados. Eso es parte de la redención. Y luego Tito 2:14, dice que Cristo «se dio por nosotros, para redimirnos de toda iniquidad y purificar para Sí un pueblo para posesión Suya, celoso de buenas obras».
El capítulo 1 de Gálatas, nos dice que Cristo «se dio por nuestros pecados para librarnos» –o redimirnos– «de este presente siglo malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre» (v. 4).
Hay días en los que te despiertas y miras a tu alrededor y al ver lo que está pasando sientes que en esta época reina el pecado y la maldad. Formamos parte de este sistema, y parece que es inevitable, es como si no pudiéramos escapar de él. Pero hay un verdadero propósito por el cual Dios nos ha redimido de esta época donde impera la maldad.
Primera de Pedro 1:18, nos dice: «Ustedes saben que no fueron redimidos de su vana manera de vivir heredada de sus padres con cosas perecederas como oro o plata».
Creo que parte de lo que dice aquí es que Cristo nos ha redimido de la religión sin Cristo, que es vana, vacía y sin sentido. Nos ha librado de ese tipo de religión.
Y luego el Salmo 103: 4 –me encanta este versículo– dice: «(Él es) el que rescata de la fosa tu vida, el que te corona de bondad y compasión».
¿Cuándo fue la última vez que te detuviste a pensar en el hecho de que, si eres una hija de Dios, tu vida ha sido redimida de la destrucción? La destrucción era nuestra porción, nuestro destino. No teníamos más remedio que vivir una vida de destrucción hasta que llegó Jesucristo, nuestro Booz, nuestro Pariente-Redentor. Él ha rescatado tu vida de la destrucción.
Luego vemos en Romanos 8:23, que se acerca el día en que la redención de nuestros cuerpos será completa. Nos despojaremos de este viejo cuerpo exterior y seremos libradas de la presencia del pecado, de la presencia del mal, de la presencia de este mundo maligno, y seremos eternamente glorificadas, redimidas para disfrutar de la vida en comunión con nuestro Redentor por toda la eternidad.
Así que cuando miras a tu pasado, tu presente y tu futuro, ¿cómo podrías tener otra cosa que no sea esperanza al darte cuenta de que has sido redimida; que estás siendo redimida, y que serás redimida completa y eternamente?
Y cuando pienso en el libro de Rut, hay varios temas que vienen a mi mente. Me refiero a cosas que son memorables para mí. Una de las cosas que me resultan tan obvias a través de este libro es que, incluso en los tiempos más oscuros, Dios siempre tiene lo que la Escritura llama, un remanente.
Un remanente es un grupo de creyentes fieles que se aferran firmemente a Dios sin importar lo que hagan los demás a su alrededor. Vimos que el libro de Rut fue escrito en los días de los jueces. Esta fue una época oscura en la historia de Israel, los días en que todos estaban haciendo lo que les parecía correcto a sus propios ojos, cuando la nación de Israel se había amoldado a la cultura pagana que los rodeaba.
Fueron días de apostasía, rebelión generalizada y rebeldía. Pero en medio de ese período muy oscuro, Dios tenía un remanente, unos pocos fieles que se aferraron a Él y fueron Sus instrumentos de lo que podríamos llamar un avivamiento en esa época. Dios siempre cuenta con aquellos que permanecen fieles.
Puede que seas parte de una minoría en tu lugar de trabajo o en tu hogar. Puede que seas la única creyente comprometida de tu familia. Puede que seas una de las pocas en tu iglesia que realmente tiene la carga por caminar con Dios y obedecerle. Pero Dios usa ese remanente fiel. Puedes ser un instrumento, incluso como lo fue Rut, del cumplimiento del plan y de los propósitos de Dios, tal como lo hizo en esa era tan oscura.
Esto me dice que tu vida y la mía son importantes para Dios. Imagínate dónde estaríamos hoy si no hubiera sido por Rut y Booz, por su obediencia al plan de Dios. Vemos cómo Dios usó su fidelidad como un medio para traer al mundo al Mesías, el Salvador, el Redentor.
Me da mucho gozo que esta pareja le fuera fiel. Significa que mi fidelidad le importa a Dios. Dios siempre tiene un remanente y siempre tiene un plan, e incluso en los tiempos más oscuros, el plan de Dios nunca será frustrado.
Ahora, si miras a tu alrededor, puede parecer que el mundo le está ganando a Dios. Y en muchos frentes eso parecería ser así, pero esto es solo por ahora. El hecho es que Dios siempre tiene un plan y siempre está cumpliendo Su plan. No importa lo que los reyes, los gobernantes, las naciones, los inconversos y los descarriados estén haciendo contra Dios, Dios siempre está llevando a cabo Su plan.
Él siempre está obrando de manera soberana y providencial para llevar a cabo Sus propósitos. Hemos visto en las últimas semanas tantos incidentes y pequeños detalles a lo largo del libro de Rut, que desde un punto de vista humano, parecería que sucedieron al azar, por casualidad.
¿Cómo termina Rut de repente en ese campo de Booz? Ella no sabía que él era su pariente redentor, que era él quien la iba a rescatar y a su suegra de su situación, pero Dios lo sabía.
Eso me dice que incluso en los aparentes acontecimientos fortuitos de nuestras vidas, Dios es soberano. La Providencia siempre está trabajando. Me has escuchado decirlo antes; y lo repito otra vez: me encanta vivir bajo la Providencia divina.
Y luego vemos en este libro una imagen, un retrato, de una mujer virtuosa. Hay tantas cualidades de virtud que vemos en esta mujer. A medida que leas el libro y vuelvas a leerlo en los próximos días, espero que recuerdes que esta es una mujer de fe. Ella es una mujer de entrega, humilde, agradecida. Es una mujer pura, tiene un corazón puro.
Admiro y envidio la sencillez de su amor y obediencia a Dios. A veces puedo complicar tanto la vida cristiana. Pero aquí tenemos a una mujer que seguía a Dios, le obedecía, dio pasos de fe incluso cuando no sabía a dónde la llevarían.
Esta historia nos muestra también que los pasos de fe y obediencia son realmente importantes, incluso los pasos pequeños que nos parecen insignificantes; puede ser que ese pequeño paso de obediencia que piensas que no es importante sea lo que Dios use para cumplir Sus propósitos en tu familia y en la próxima generación.
Veo en esta mujer virtuosa a una mujer que entendió el significado del amor real. Ahora, esa palabra no se usa en el libro de Rut hasta donde yo recuerdo, pero ves a una nuera verdaderamente amó y honró a su suegra viuda y amargada; y a pesar de esto, estuvo dispuesta a cuidarla y hacerse responsable de ella, y estuvo dispuesta a sacrificar su propia agenda para satisfacer sus necesidades.
En el amor de Rut, en su servicio y entrega de corazón, vemos el poder que tiene el amor para sanar y restaurar. Miro a esta mujer y creo que debe haber sido muy difícil para ella, no solo dejar su casa en Moab, sino irse a vivir durante años y cuidar a esta mujer con la cual probablemente no fue muy fácil convivir.
Pero Dios la bendijo por ello. Como resultado de la rendición de Rut y de su amor, mira lo que le sucedió a Noemí. Noemí fue sanada. Noemí fue restaurada. Ella comienza vacía, pero termina llena y bendecida. Me pregunto cuántas personas hay en mi vida con las que estoy teniendo una actitud incorrecta en vez de estar dispuesta a servirles y amarlas y dejar que Dios me use como un instrumento de bendición, esperanza y sanación en sus vidas.
Puede ser un esposo, un padre, un suegro, un jefe o alguien con quien es difícil convivir. Quiero decirte que el amor lo conquista todo. Ahora, eso no significa que si eres una mujer amorosa, tu vida será fácil en todas esas relaciones. Pero al final, el amor de Dios por nosotras, y ese amor que fluye a través de nosotras hacia los demás, tiene un poder increíble para sanar y restaurar vidas rotas y frustradas. Vemos eso en la historia de Rut.
También podemos observar que tu trasfondo familiar, tu pasado –no importa cuál sea– no tiene que ser una limitación para que Dios te use. Cuando miras hacia atrás a la línea familiar, el árbol genealógico de Rut y de Booz, ambas líneas familiares comenzaron con una relación incestuosa.
No creo que tu línea familiar tenga algo peor que lo que tenían ellos en la suya. Pero Dios puede redimir y vencer incluso los pasados más perversos y corruptos para sacar de ellos algo de belleza, virtud y asombro.
Finalmente, vemos en esta historia una imagen de Cristo y Su redención. El pasaje que viene a mi mente y que resume fielmente lo que Dios está hablando a lo largo de la historia de Rut se encuentra en Efesios 2, y dice:
«Por tanto, recuerden que en otro tiempo, ustedes los gentiles en la carne, que son llamados “Incircuncisión” por la tal llamada “Circuncisión”, hecha en la carne por manos humanas, recuerden que en ese tiempo ustedes estaban separados de Cristo, excluidos de la ciudadanía de Israel, extraños a los pactos de la promesa, sin tener esperanza y sin Dios en el mundo. Pero ahora en Cristo Jesús, ustedes, que en otro tiempo estaban lejos, han sido acercados por la sangre de Cristo. Así pues, ustedes ya no son extraños ni extranjeros, sino que son conciudadanos de los santos y son de la familia de Dios» (vv.11-13, 19).
Rut nació como una extranjera, extranjera de Israel y del Dios de Israel. La gracia soberana de Dios elaboró un plan mediante el cual no solo iba ser aceptada en la familia de Dios, sino que se convertiría en parte importante e integral, del plan eterno redentor de Dios para traer la salvación al mundo.
Mediante la redención de Cristo, tú y yo, que éramos extrañas, extranjeras y no teníamos el derecho ni la esperanza de ser parte de la familia de Dios, a través de Cristo, no solo podemos ser parte de Su árbol genealógico, sino que podemos dar a conocer a Cristo a nuestro mundo. Podemos ser útiles y fructíferas en Su plan redentor.
Debora: La redención que se encuentra en Cristo es la mejor noticia para ti, para mí y para este mundo caído. Acabamos de escuchar a Nancy DeMoss Wolgemuth concluyendo la serie llamada Rut: El poder transformador del amor redentor. Espero que esta serie haya sido de edificación para ti, y que te haya animado a continuar arraigando tu vida en la Palabra de Dios. Recuerda que cada episodio de esta serie está disponible para ti en nuestro sitio web, avivanuestroscorazones.com.
Allí también podrás encontrar el acceso para adquirir el libro escrito por Nancy y Robert, titulado, «Confía en Dios para escribir tu historia». Así como Dios escribió la historia de Rut, Él está escribiendo la tuya, y aún en los momentos de mayor dificultad, donde parece imposible confiar en Él, Él te da la gracia para ver Su fidelidad. Conoce de personas que han vivido esto, y sé animada por sus historias a través de este libro.
¿Qué piensas acerca de la Biblia? ¿Es solo una colección de cuentos de hadas? ¿O es la poderosa Palabra de Dios? Cuando tomas decisiones, ¿tomas en cuenta lo que la Biblia dice? En nuestra próxima serie meditaremos en estas preguntas y aprenderemos a saborear la Palabra de Dios. ¡Acompáñanos el próximo lunes aquí en Aviva Nuestros Corazones!
Bien, Nancy regresa con nosotras para cerrar esta serie en oración.
Nancy: Padre, qué increíble privilegio es haber sido redimidas por el Señor Jesús. Gracias por darnos esta historia. Es una historia verdadera, y gracias por las formas en que la haces nuestra historia.
Señor, oro que nosotras como mujeres tengamos un corazón como el de Rut, que trabajes a través de Tu Espíritu, de Tu Providencia y de las circunstancias de la vida, para moldearnos y rehacernos hasta ser conformadas a la imagen de Cristo.
Oro que nuestras vidas te traigan gloria en esta época oscura e insensata en la que vivimos. Que la luz de Tu evangelio brille a través de nosotras, que seas glorificado y que Tu reino avance. Te lo pedimos en el nombre de Jesús, amén.
Debora: Conociendo el poder del amor redentor juntas, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de la Nueva Biblia de las Américas, a menos que se indique lo contrario.
No valgo por mi posesión, Doulos, Himnos, Vo. 2, ℗ 2021 1880747 Records DK.
*Ofertas disponibles solo durante la emisión de la temporada de podcast.
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