Renovada en la presencia de Dios
Débora: Shona Murray sabe que estás ocupada, pero aún así necesitas dar prioridad a algunas opciones saludables.
Shona Murray: Creo que es importante ver estas cosas, el ejercicio, la comida y el sueño, como regalos de Dios. No son lujos. No son cosas extravagantes. En realidad, son esenciales. Entonces, si los desechas, estarás poniendo en peligro algunos recursos vitales.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy es 10 de febrero de 2023.
El lunes, Shona Murray compartió sobre un tiempo en el que sufrió de depresión. Estaba desanimada y agotada. Durante esta semana, ella y su esposo David nos han dicho cómo desarrollar patrones saludables de sueño, ejercicio y descanso. Y hoy, Shona nos contará cómo el Señor finalmente la sacó del valle emocional en el que se encontraba. Aquí está Nancy.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Bueno, no sé ustedes, …
Débora: Shona Murray sabe que estás ocupada, pero aún así necesitas dar prioridad a algunas opciones saludables.
Shona Murray: Creo que es importante ver estas cosas, el ejercicio, la comida y el sueño, como regalos de Dios. No son lujos. No son cosas extravagantes. En realidad, son esenciales. Entonces, si los desechas, estarás poniendo en peligro algunos recursos vitales.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy es 10 de febrero de 2023.
El lunes, Shona Murray compartió sobre un tiempo en el que sufrió de depresión. Estaba desanimada y agotada. Durante esta semana, ella y su esposo David nos han dicho cómo desarrollar patrones saludables de sueño, ejercicio y descanso. Y hoy, Shona nos contará cómo el Señor finalmente la sacó del valle emocional en el que se encontraba. Aquí está Nancy.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Bueno, no sé ustedes, pero realmente, yo necesitaba esta conversación con David y Shona Murray. Necesitaba este libro que se llama Renueva tu vida. Solo quiero respirar profundamente cuando lo veo y pienso en el subtítulo: Adoptando una vida al ritmo de la gracia en un mundo de exigencias interminables. Sé que quiero eso. Creo que tú también. Es por eso que todavía estás escuchando esta serie. Y lo más importante, creo que esto es lo que el Señor quiere para nosotras.
Así que, David y Shona, gracias por escuchar al Señor en esta travesía en la que han estado, por dejar que Él los santifique a través de algunos fuegos, a través de algunos tiempos realmente oscuros y profundos. Y gracias por compartir este peregrinaje con nosotras y por la sabiduría práctica que nos han brindado.
Espero que muchas de nuestras oyentes aprovechen esta oportunidad para obtener una copia del libro, Renueva tu vida. Y algunos de los hombres que han estado escuchando tal vez quieran pedir una copia del libro de David que es una especie de libro paralelo para hombres, llamado Reinicia tu vida: Vivir al ritmo de la gracia en una cultura de estrés y agotamiento. Hay un enlace en AvivaNuestrosCorazones.com para ello.
Gracias por ser parte de la transmisión esta semana, y bienvenidos nuevamente a Aviva Nuestros Corazones.
Shona: Estamos felices de estar contigo, Nancy. Es un privilegio.
David Murray: Sí, gracias Nancy. Ha sido maravilloso recordar el trato de Dios con nosotros a lo largo de los años y recordar lo fiel que ha sido en todo, y que lo será hasta el final.
Nancy: Sí. Amén. Y David, cuentas una historia sobre un psicólogo amigo tuyo al que le preguntaron cómo ayuda y aconseja a las personas con depresión. Me encantó su respuesta.
David: Sí. Estaba muy intrigado por hablar con mi amigo psicólogo, un psicólogo cristiano, sobre su propio enfoque acerca de la depresión, porque cada vez había más personas que acudían a mí en busca de ayuda. Así que dije: «Puedes decirme lo que haces, rápidamente, solo al inicio, ¿qué haces cuando alguien te dice: “Estoy realmente deprimido”?» «Ah», dijo, «eso es fácil. Les doy tres pastillas».
Pensé, oh, vaya…
Nancy: ¡Dinos cuales son! Las vamos a vender en Aviva Nuestros Corazones.
David: Esto es como todas las malas características que un psicólogo puede confirmar.
Nancy: Cierto, como pastillas para la felicidad.
David: Se rió un poco cuando vio mi reacción. Y yo dije: «Está bien, ¿qué son?»
Y dijo: «Buen sueño, buen ejercicio y buena dieta». Y se reía. Luego dijo: «Ahora, por supuesto, esa no es la respuesta a todo, pero eso es lo básico. Intentamos esto primero antes de hacer cualquier otra cosa. Y en muchos casos, desde la depresión leve a la moderada, restablecer solamente estos elementos básicos puede llevar a alguien a un gran avance»
Nancy: Y establecer estos elementos básicos puede evitar que tomemos una dirección equivocada en cierta medida.
Shona/David: Sí.
David: Y con todas estas cosas, independientemente de lo que estés viendo, la Palabra de Dios nos da principios generales acerca del sueño, el ejercicio e incluso sobre la dieta: «Entonces, ya sea que coman, que beban…háganlo todo para la gloria de Dios» (1 Corintios 10:31). «Tu cuerpo es un templo del Espíritu Santo. Tu cuerpo es un miembro de Cristo. Tu cuerpo ha sido comprado por precio. Por lo tanto, glorifica a Dios en tu cuerpo» (ver 1 Cor. 6:19–20).
Por lo tanto, tenemos instrucciones bíblicas directas sobre los imperativos morales y espirituales de cuidar nuestros cuerpos, pero no se nos dan detalles. Y creo que es ahí donde la Palabra de Dios nos dirige al mundo de Dios, a la ciencia, a la investigación (buena ciencia, buena investigación) que nos pueda ayudar a completar los detalles de estas instrucciones.
Nancy: Y nos dan sabiduría.
David: Nos dan sabiduría, sí. Hay un montón de señales acerca del sueño. Hay un montón de señales acerca del ejercicio. Y de la dieta también, por supuesto. Hay mucha variedad allí, pero puedes evitar los extremos y simplemente ver los conceptos básicos de nutrición y vitaminas, las diferentes familias de alimentos y la importancia de una dieta balanceada.
Nancy: Y todo eso realmente afecta cómo nos sentimos.
David: Efectivamente. A menudo le digo a la gente: «Si dudas de esto, ve y come en –no me gustaría nombrar el lugar, pero es un lugar de comida rápida– durante dos semanas y ve cómo te sientes al final». La comida afecta nuestros estados de ánimo.
Nancy: Afecta nuestros niveles de energía, nuestra capacidad para enfrentar la presión.
David: Sí.
Nancy: Bueno, este es mi testimonio. He descubierto en el último mes, más o menos, que tuve que dejar el consumo de azúcar, que es muy adictiva. Me llama por mi nombre como a las 9:30 de la noche. Pero está haciendo una diferencia en mi capacidad para responder a la presión. No estoy diciendo: «Haz un dios de “no comas azúcar”». Pero estas cosas –cualquier cosa en extremo– tendrán un impacto en cómo nos sentimos y cómo podemos responder ante la presión.
David: Sí. Creo que estas dos áreas: comida y estado de ánimo; comida y mente.
Lo que ponemos en nuestra boca afecta cómo nos sentimos y cómo pensamos.
La calidad está determinada por lo que comemos. No es difícil encontrar una buena investigación sobre estas cosas. No necesitas convertirte en un fanático ni en un extremista. Esa es, nuevamente, nuestra tendencia. Solo considera algunos conceptos básicos –cubrimos algunos de ellos en el libro– espera una o dos semanas y empezarás a sentir y a pensar la diferencia.
Nancy: Bueno, han hablado de muchas áreas prácticas, y las amplían más en su libro, Renueva tu vida.
Shona, una de las áreas que mencionaste en el primer día de esta serie, ya que estuviste en un lugar profundo y oscuro de depresión, ansiedad y muchos síntomas físicos y fisiológicos…y tú eres doctora.
Shona: Sí.
Nancy: Habías tratado a otras personas, pero tú misma estabas luchando. Mencionaste esto en el primer episodio. Quisiera volver a eso un poco más porque las personas tienen muchas preguntas en esta área, y es que un médico amigo tuyo te recomendó tomar un medicamento, un antidepresivo para ayudarte a salir de ese pozo.
En el libro tienes una sección muy útil sobre algunas cosas que debemos tomar en cuenta en relación con los medicamentos. Ahora, no estamos tratando médicamente a la gente aquí en este episodio, pero sabemos que esto es muy común hoy y que los médicos prescriben de manera apresurada, tienen 15 minutos contigo y están tratando de ayudarte a sentirte mejor. Hay mucha medicación rápida.
Bueno tú eres médico y creo que dijiste algunas cosas muy prácticas y sabias a tomar en cuenta sobre los antidepresivos, sobre los medicamentos. Ayúdanos a pensar acerca de esto.
Shona: La clave acerca del medicamento y la depresión es que no te precipites a tomarlo, pero tampoco debes negarte a hacerlo. Nunca imaginé que estaría en una posición donde fuera necesario, pero cuando estaba en esas profundidades y me di cuenta de que estaba al límite, supe que había una cosa que podía hacer, y era tomar medicina y verlo como un regalo de Dios, sabiendo muy bien que esa no sería la solución exclusiva del problema. Nunca lo es.
Nancy: No era la píldora de la felicidad la que haría que todos tus problemas desaparecieran.
Shona: No. No es la píldora de la felicidad. No te vas a sentir mejor mañana. Tampoco vas a ser adicta a ella ni tendrá efectos secundarios terribles y síndromes de abstinencia. Hay un poco de incertidumbre en ello, pero es muy importante recordar que es un regalo de Dios, y una de las muchas estrategias que necesitas aprovechar si quieres superar la depresión.
Lo que hace es que ayuda a tu mente a aclararse, si puede decirse así, para que seas capaz de ver otros factores de tu estilo de vida que te llevaron a esa posición en primer lugar, las circunstancias de la vida, los factores de tu estilo de vida. Frecuentemente no es solo una cosa la que te ha llevado a ese grado de agotamiento y luego, finalmente, a la depresión. Y por supuesto, tampoco debes olvidar que en algunos casos también hay predisposiciones genéticas.
Pero si todo lo que hubiera hecho fuera seguir con la medicación, no estaría tan bien como lo estoy ahora, porque con el tiempo tuve que entender la importancia de observar y analizar detenidamente mi vida y las tres áreas clave que David ha mencionado: sueño, buena dieta y ejercicio.
Probablemente me alimento bastante bien, pero siempre como rápido. Me saltaría mi propia comida a expensas de mí misma. Mientras los niños y David estuvieran alimentados, si me saltaba o lograba terminar mi comida, eso no era un problema –aunque bueno, en realidad, sí era un problema.
El ejercicio, que había sido una parte fundamental de mi vida, se había detenido completamente. Así que toda esa adrenalina que circulaba en mi cuerpo a causa del estrés, las presiones y la respuesta constante las 24 horas del día a cuestiones relacionadas con los niños o el trabajo, o en la noche a situaciones similares de guardia o problemas de los niños, fluía muy rápido y dañaba mi mente y mis emociones, y finalmente mi alma, mi vida espiritual. No tenía a dónde ir. El ejercicio es casi como una válvula que abres, y da oportunidad para que la adrenalina fluya hacia afuera.
Era una parte tan importante de mi vida, y el hecho de haberlo dejado, de haberlo puesto en el estante, como si hubiera dejado gran parte de mi propio cuidado personal en el estante: todo el tiempo de inactividad, todo el tiempo de relajación.
Nancy: Porque estabas cuidando a los demás.
Shona: Sí.
Nancy: Y llegaste a un punto donde ya no podías cuidar de nadie.
Shona: Exactamente. Pensé: Bueno, los misioneros se van a países extranjeros sin comodidades. Puedo vivir siempre y cuando tenga comida almacenada en el camino. ¿De qué me quejo? Tengo comodidades, agua caliente, electricidad. No necesito esas otras cosas. Pero sí las necesito. Sí las necesitaba.
Nancy: Esto me recuerda cuando estás en un avión y te hablan sobre las máscaras de oxígeno. Dicen: «Si hay un niño contigo, ponte primero tú la máscara sobre la boca en caso de emergencia y respira, y luego podrás ayudar a tu hijo a tener oxígeno».
Si no respiras en la gracia de Dios y los medios de gracia que Dios te ha dado para oxigenar tu propio cuerpo, alma y espíritu, entonces, ¿qué tienes para darle a alguien más?
Shona: Exactamente. Creo que es importante ver estas cosas, el ejercicio, la comida y el sueño, como regalos de Dios. No son lujos. No son cosas extravagantes. En realidad, son esenciales. Entonces, si los desechas, estás poniendo en peligro algunos recursos vitales. Y eso te impacta. Afecta a tu familia y muchas áreas de tu vida.
Entonces, en resumen, la medicación tal vez sea necesaria. No seas rápida para tomarla. Pero tampoco la dejes hasta que sea demasiado tarde. Cuanto más abajo estás en el pozo, más difícil será subir.
Hay personas que han tratado de ayudar, que han escuchado cosas malas acerca de los medicamentos y dicen: «Haga lo que haga, nunca tomaré medicación». Y tal vez un año después, se han deteriorado tanto, que han tenido que tomarla, y piensan, «si solo hace un año lo hubiera aceptado o al menos lo hubiera considerado, no estaría en esta situación».
He visto situaciones con familias que han sido impactadas; y sí, parte de la razón es que tenemos miedo porque hemos escuchado cosas malas. Tenemos miedo de que no sea espiritual. Pero, en mi caso era una cuestión de orgullo. Y tal vez en el fondo de todo hay orgullo: «Si tomo medicamentos, no lo tengo todo bajo control. Tengo que aceptar que soy débil».
Eso significa que, si voy al oftalmólogo, como hice el otro día para que revisaran mis lentes de contacto, y me pregunta: «¿Qué medicamentos tomas?» Se lo digo. Antes lo decía en voz baja, esperando que no lo hubiera escuchado bien. Y creo que esa es una de las principales razones por las que la gente dice: «Nunca lo haré; no lo haré». Sí, tienen preocupaciones espirituales, pero creo que la raíz de eso puede ser muy a menudo el orgullo, y ciertamente, para mí lo fue.
Y no fue hasta que estuve desesperada que me aferré a eso como un chaleco salvavidas. Me estaba ahogando.
Nancy: Sí. Y lo que aprecié, mientras leía tu historia, es que no usaste esto como un sustituto de otras estrategias que ayudarían a reconstruir tu cuerpo, alma y espíritu.
Shona: Exactamente.
Nancy: Fue casi como si te diera una ventana de oportunidad de recuperación y restauración para que pudieras tener la capacidad de lidiar con algunas de esas otras estrategias.
Shona: Sí. Y hay otra área que también me gustaría enfatizar, y es el área espiritual.
Mi colega médico me dijo, porque recuerdo haberle dicho a ella… Acababa de entrar y le dije: «Creo que estoy atravesando una depresión grave». Yo no lo creía, pero objetivamente sabía que eso era lo que se suponía que debía decir porque aún pensaba que esto era espiritual.
Así que le dije eso, y una de las cosas que mencioné fue: «Me resulta muy difícil orar y no puedo comunicarme con Dios».
Y ella me dijo: «Shona, este es el momento en que necesitas que otros oren por ti».
Te animo a que, si estás pasando por agotamiento, estrés extremo, estás al límite, que hagas lo que hagas, reúnas a otras personas a tu alrededor, hermanas en Cristo o personas cercanas en las que puedas confiar, y sé honesta con ellas. Cuéntales y luego permíteles que te ministren porque muchos de nosotros estamos muy acostumbrados a ministrar a otros, pero que otros me ministren a mí, es una píldora muy difícil de tragar.
Nancy: Sí.
Shona: Pero debes hacerlo. Es parte de la humildad y la aceptación, «Dios me ha puesto aquí con un propósito», y humillarme a mí misma es parte de eso.
Permite que los hermanos en Cristo compartan este ministerio de recuperación, orando por tu recuperación.
Nancy: Y eso también puede convertirse en parte de tu santificación.
Shona: Puede, de verdad puede. No sabes a quién puedes alcanzar cuando eres abierta y honesta con la gente.
Nancy: Bueno, creo que si pudiéramos, en nuestra iglesia promedio, ya sea el pastor o la esposa del pastor o alguien como yo, sentada allí con mi esposo, si realmente pudiéramos ver los corazones, las mentes y las almas de las personas sentadas a nuestro alrededor, quienes parecen estar bien y nos damos cuenta de cuán lastimados, cuánto dolor, cuánta disfunción, cuánta desesperación y desánimo hay, creo que nos sorprenderíamos.
Realmente no nos conocemos lo suficientemente bien como para saber cómo podemos orar unos por otros, cómo podemos animarnos unos a otros.
Eso es parte de nuestro corazón en Aviva Nuestros Corazones –mujeres que se acercan lo suficiente para conocerse, para saber cómo orar las unas por las otras y cómo levantarse la una a la otra.
Shona: Sí.
Nancy: Y el otro extremo de eso es que siempre estés diciendo todo a todos, y eso es muy peligroso.
Shona: Sí. Se requiere discreción.
Nancy: Así es.
Shona: Pero en ese momento estás en una posición muy débil, y necesitas pedir oración, por lo menos de alguna persona en la que puedas confiar.
Me gustaría decir algo a las mujeres solteras. Puede que no tengas un marido, pero el Señor está cerca de ti. Puedes sentir que Él está lejos. Puedes sentir que el único amigo verdadero que tienes está muy lejos, pero no lo está.
Eres como una niña en el supermercado que ha perdido a su padre. He visto esto con mis propios hijos. Estoy en un extremo del supermercado. Sé que piensan que están perdidos, y comienzan a llorar y a buscarme. Pero todo el tiempo puedo verlos.
Nancy: Tienes tu vista en ellos.
Shona: Y Dios tiene Sus ojos sobre ti.
Nancy: Así es.
Shona: Te animo a que te acerques a alguien en quien puedas confiar y hables con ellos y compartas tu carga. No es bueno llevarla sola. Todo este mensaje es para ti también, no solo para las parejas casadas.
Nancy: Y yo que fui soltera durante los primeros cincuenta y siete años de mi vida, puedo dar testimonio de las muchas, muchas veces cuando el Señor me ministró Su gracia en formas que necesitaba desesperadamente y no sabía cómo obtener, y cómo trajo gente alrededor de mi vida.
Tenía que estar dispuesta a abrir mi vida a esas personas y decir: «¡Necesito ayuda! ¡Necesito oración! ¡Necesito estímulo!» En momentos en que parecía que no había nadie, pienso en el Salmo 142 que habla de que «ningún hombre se preocupó por mi alma; y a la derecha y a la izquierda no pude encontrar a nadie» (parafraseado). Pero luego se habla de que el Señor en esos momentos es un refugio para mi alma.
Entonces Él pone a los que están solos en familias.
Shona: Sí, lo hace.
Nancy: Por mi parte, estoy muy agradecida por eso.
Shona: ¿Qué mejor familia se puede tener que la iglesia?
Es interesante que lo digas así. Una de las cosas más intrigantes de la depresión es que puedes estar rodeada de amor y sentirte sola, totalmente sola porque tus emociones están muy desconectadas.
Un sábado en la mañana abrí mi Biblia, y de nuevo, no podía conectarme con las Escrituras, pero mis ojos se abrieron cuando vi Isaías 54 en una sección en particular. Era como si Dios me estuviera gritando. Era como un corcho flotando en un océano turbulento, y Dios me está llamando y diciendo: «Escúchame».
Te voy a leer lo que fueron esas palabras: Isaías 54, versículo 11: «Oh afligida, azotada por la tempestad, sin consuelo, yo asentaré tus piedras en antimonio, y tus cimientos en zafiros. Haré tus almenas de rubíes, tus puertas de cristal y todo tu muro de piedras preciosas. Todos tus hijos serán enseñados por el Señor, y grande será el bienestar de tus hijos».
Y luego continúa y habla de la fidelidad de Dios a Noé. Habla acerca de la mujer soltera y la esposa abandonada desde la juventud. Pero las dos cosas que para mí estaban destrozando mi corazón fueron: Uno, he perdido a Dios. Dos, ¿qué les va a pasar a mis hijos? No voy a poder criarlos. Van a morir sin Cristo porque sienten que su madre murió como una reprobada y apóstata.
Nancy: ¿Ese fue tu temor en tu punto de depresión más profundo?
Shona: Mi temor más profundo. Me consumía la idea de que Satanás me tenía en sus garras. En un momento sentí: «Debo estar poseída por un demonio. Eso es lo que me pasa».
Y estos dos temores, inesperadamente esa mañana, y la promesa de Dios: «Voy a hacer esto por ti. Voy a reconstruirte con una base y ventanas hermosas, y también cuidaré a tus hijos».
¿Me sentí mejor? No. Pero tenía algo a lo que aferrarme, como un punto de apoyo para poner mi pie en el borde del precipicio. Ese capítulo será precioso para mí por siempre.
Nancy: Así que, Shona, Dios te sacó de un pozo profundo, de un lugar oscuro pero no sucedió de la noche a la mañana.
Shona: No.
Nancy: Dijiste anteriormente que realmente fue durante los siguientes tres o cuatro años que tuvo lugar el proceso de restauración.
Shona: Sí.
Nancy: Así que, hoy tenemos algunas mujeres escuchando, que están en ese pozo ahora mismo. Diles alguna palabra de esperanza, de ánimo.
Shona: De acuerdo. En este mundo, no hay ningún pozo tan profundo del que Cristo no pueda sacarte. Ninguno. Puedes sentir que Él está lejos. Puedes sentir que lo has perdido. Puedes sentir que tu vida es como una tormenta y que estás naufragando y que nunca más navegarás en los mares de la vida con gozo y paz.
Pero Dios ha dicho: «Nunca te dejaré ni te desampararé». Él dijo: «Cuando pases por las aguas, cuando pases por el fuego, Yo estaré contigo». Él ha prometido salvar a su pueblo hasta el fin, no solo en este momento de tu vida. No hay un solo pecador por el que Cristo se haya entregado a Sí mismo y a quien vaya a abandonar en medio del pozo de la depresión.
Es posible que sufras en cierta medida toda tu vida. Para mí, siempre está en el fondo de mi mente que lo sufrí, y podría volver a suceder. Pero sé esto: Dios me sacó de un pozo tenebroso. Hizo por mí lo que era imposible a nivel humano. Para mí fue un milagro.
A menudo lloraba. Solía decirle a mi papá: «Papá, necesito un milagro».
Él decía: «Por supuesto que sí». Y luego decía: «Dios puede hacerlo». Y lo hizo. Y lo hará.
No importa lo mal que te sientas. No importa si crees que has perdido a Cristo. Cristo no puede perderte, de lo contrario dejaría de ser Dios. Estás tan seguro en Cristo como Él está seguro en el amor del Padre. Y eso nunca puede cambiar. Es inquebrantable.
Él te llevará a través de esto. Dios nos ha dado los medios. Él nos da la comida. Tenemos que levantar el cuchillo y el tenedor. Tenemos que levantar la cuchara para comer el postre. Nadie más puede hacerlo por nosotros. Dios nos ha dado compañerismo cristiano. Él nos ha dado Su Palabra. Nos ha dado el ejercicio, nos ha dado el sueño y nos ha dado medicamentos.
Cada una de estas cosas, si las recibes como regalos de Dios y le das a Él la gloria por cada una de ellas, incluso por aquellas de las que no estás tan segura, pero que recibes con gratitud, Él las bendecirá. Y la clave es que, si lo ves como Su buena mano, Él lo bendecirá. Algún día volverás a mirar atrás y te alegrarás de que tus aflicciones fueron, en efecto, por un tiempo, pero traerán fruto en tu vida de una manera que nunca habías soñado.
Ni en mis sueños más locos pensé que estaría aquí hoy, no solo contigo, sino lejos de mi propia isla, en un país lejano, donde hoy me siento aquí como ciudadana de los Estados Unidos. Es la cosa más loca y extravagante que jamás pude haber imaginado, pero aquí está, debido a la depresión –porque eso llevó a David a interesarse en ello.
Podría seguir todos los pasos de regreso. Si hubiera sabido todo esto en ese momento, ¿lo habría hecho más fácil? Un poco. Pero Dios escogió no mostrarnos ninguna de estas cosas. Tenemos que vivir por fe. Y cuando todo lo demás falla, tienes que confiar en Dios. Él sabe lo que está haciendo.
Débora: Shona Murray ha estado ofreciendo esperanza a cualquier persona en el valle de la depresión como ella experimentó.
Ella y su esposo David han estado hablando con Nancy DeMoss Wolgemuth, y ya regresarán.
A lo largo de esta temporada de depresión, David y Shona aprendieron mucho, y han compartido sus pensamientos en un libro llamado Renueva tu vida: Adoptando una vida al ritmo de la gracia en un mundo de exigencias interminables.
Shona es doctora y David es pastor. También comparten su perspectiva y experiencias acerca de esto.
Creo que este libro ayudará a muchos oyentes a restablecer algunas prioridades y crear nuevos hábitos en torno a una alimentación saludable, el sueño, el ejercicio y los momentos de descanso.
Ahora, Nancy está de regreso con Shona y David Murray.
Nancy: Gracias, Shona y David. Esto ha sido muy enriquecedor para mi propia alma, y sé que también lo ha sido para nuestras oyentes.
David, me pregunto si podrías cerrar nuestro tiempo orando por nuestras oyentes y pidiéndole a Dios que tome la verdad que se ha compartido, en particular para esa oyente, que sea necesaria en su situación y haga que se arraigue en su corazón.
David: Amoroso Padre celestial, te agradecemos mucho por Tu constante amor y fidelidad y por todos los medios que has provisto para Tu pueblo sufriente y afligido en este mundo. Tú has provisto Tu Palabra. Tú has provisto a Tu pueblo, a Tu iglesia. Has dado tanto para nuestras necesidades físicas, mentales, emocionales y espirituales.
Eres un Dios tan lleno de gracia, tan lleno de bondad. Oramos por ayuda para recibir estas gracias, para recibir estos regalos y para abrazarlos como muestras de Tu amor.
Recordamos a muchas oyentes que están sintonizando esta transmisión, que están en el pozo, que están atravesando la oscuridad, y sienten que no hay esperanza. Recuérdales, oh Señor, incluso a través de esta historia de Shona y a través de nuestra conversación, que siempre hay esperanza porque Tú eres el Dios de toda esperanza, el Dios de toda consolación.
Oramos para que atraigas a estas oyentes hacia Ti y las guíes en el uso de todo lo que les has proporcionado, y que puedan consolar a otras personas con la consolación con que Tú las has consolado.
Multiplica estos panes y peces, y utilízalos para un gran bien y alimento espiritual. Continúa bendiciendo a Nancy y su transmisión y a su equipo. Continúa usándolos poderosamente en un mundo necesitado y aviva muchos, muchos corazones, en el nombre de Jesús, amén.
Débora: Ayudándote a florecer en Cristo, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de la Nueva Biblia de las Américas, a menos que se indique lo contrario.
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