Reconsiderando la sexualidad, día 4
Annamarie Sauter: Los límites divinos alrededor de nuestra sexualidad son para nuestro propio beneficio. Con nosotras Dannah Gresh.
Dannah Gresh: Dios no es un aguafiestas. Sus límites no son para quitarnos algo. Son sobre todo para que lo honremos y glorifiquemos con nuestras vidas, pero también dentro de esos límites ha tomado en cuenta nuestro placer.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth en la voz de Patricia de Saladín.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Hemos estado hablando toda esta semana aquí en Aviva Nuestros Corazones, sobre un tema del cual no hablamos con suficiente frecuencia. Y yo asumo la responsabilidad de ello. No sé por qué no hemos hablado de esto cuando las Escrituras ciertamente lo hacen.
Y estoy muy agradecida por nuestras invitadas para esta serie, Juli Slattery y Dannah Gresh, quienes me han estado acompañando toda esta semana para traer a la luz parte de este …
Annamarie Sauter: Los límites divinos alrededor de nuestra sexualidad son para nuestro propio beneficio. Con nosotras Dannah Gresh.
Dannah Gresh: Dios no es un aguafiestas. Sus límites no son para quitarnos algo. Son sobre todo para que lo honremos y glorifiquemos con nuestras vidas, pero también dentro de esos límites ha tomado en cuenta nuestro placer.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth en la voz de Patricia de Saladín.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Hemos estado hablando toda esta semana aquí en Aviva Nuestros Corazones, sobre un tema del cual no hablamos con suficiente frecuencia. Y yo asumo la responsabilidad de ello. No sé por qué no hemos hablado de esto cuando las Escrituras ciertamente lo hacen.
Y estoy muy agradecida por nuestras invitadas para esta serie, Juli Slattery y Dannah Gresh, quienes me han estado acompañando toda esta semana para traer a la luz parte de este tema del sexo y la sexualidad. Y quiero advertirte que si tienes niños pequeños cerca, es mejor que distraigas su atención en este momento.
Las Escrituras hablan sobre este tema. A Dios le importa. Y tiene mucho que ver con el evangelio y la historia de la redención; mucho más de lo que la mayoría de nosotras creemos. Este es un mensaje que habla de esperanza, de belleza, de restauración y de redención a la vida de las personas en nuestro mundo hoy –personas que están confundidas y han sufrido quebrantos. Todas nosotras conocemos personas así, y muchas de nosotras somos esas personas –sea que estemos casadas o solteras.
Después de que terminamos el último episodio, Dannah, tú miraste a Juli, y…tú que nos escuchas, si te perdiste esa conversación ve a la página de avivanuestroscorazones.com, y escucha la conversación de ayer. Pero Dannah, tú miraste a Juli y dijiste: «Este fue un programa de radio, un episodio valiente».
Dannah: Un episodio valiente. Sí. Y lo triste es que no estamos contando nuestras historias cuando necesitamos hacerlo. Desearía que no fuera así, pero lo que compartiste ayer Julie, es la historia con la que muchas mujeres luchan. Creo que conforme la escuchen comenzará a sanar su propio corazón.
Nancy: Tú, Dannah, has sido abierta al compartir tu propia historia. En tu primer libro titulado, Y la novia se vistió de blanco, hablas de tu vida como una adolescente. Pecaste en el área de la sexualidad y pasaron muchos años, aún en tu matrimonio, antes de que realmente comenzaras a liberarte de las mentiras que habías creído.
Dannah: Pasaron casi diez años desde la primera vez que pequé sexualmente hasta que finalmente se lo dije a alguien. Y realmente, ese fue el punto de partida para mi sanidad porque estaba enredada en mentiras. Una de ellas era: Nadie necesita saber sobre esto. Puedo restaurarme. Lo puedo arreglar. Me sumergiré en la Biblia. Leeré la Biblia. Confesaré mi pecado de nuevo. Yo no había pecado sexualmente durante años y todavía lo estaba confesando. Simplemente sentía que alguien necesitaba saber esto.
Nancy: Y mientras tanto, tu matrimonio no fue todo lo que pudo haber sido y eso habría glorificado a Dios. Como hemos hablado al respecto, creo que miras hacia atrás lamentando no haber llegado antes a ese lugar.
Dannah: Creo que esa es una de las razones por las que hablo con libertad sobre este tema. Quiero que las mujeres que conocen el dolor que yo he conocido, puedan aprender a través de mi testimonio y mi vida, para que no tengan que aprenderlo en el pavimento caliente de la vida. Ese es un camino difícil de seguir.
Escucha el programa hoy. Escucha las mentiras que hemos creído, las mentiras que hemos visto que otras mujeres creen. Y permítenos iniciar contigo tu camino hacia la libertad.
Nancy: Y, Juli, has hecho un gran trabajo en tu último libro, Rethinking Sexuality (Reconsiderando la sexualidad), al desempacar algunas de esas mentiras que las mujeres –y los hombres– creemos sobre el sexo y la sexualidad. Algunas de esas mentiras están profundamente arraigadas en nuestra forma de pensar. Están incrustadas en nuestra cultura.
Así que primero, gracias, por escribir este libro. Y gracias por estar aquí en Aviva Nuestros Corazones para hablar de este tema.
Juli Slattery: Agradezco la invitación a una conversación valiente. Este es un paso valiente, y es un gozo simplemente buscar al Señor y aplicar Su Palabra en este tema tan vulnerable y tan sensible.
Nancy: Bueno, Jesús dijo: «Conocerán la verdad, y la verdad los hará libres». Y por supuesto, en última instancia, la verdad es una persona, Jesús.
Juli: Sí.
Nancy: Él es la verdad. Él es quien nos hace libres. Pero la implicación allí es que si crees las mentiras no serás libre. Vas a estar en cautiverio.
Me viene a la mente esta imagen, al tener esta conversación esta semana, del Espíritu Santo, la verdad, Jesús, moviéndose en los corazones de las personas, como con una gran llave de la verdad liberando prisioneros en sus hogares, en sus autos, sus cubículos, donde sea que estén escuchando este Podcast o esta transmisión.
Creo que hay muchas más mujeres –nuestra audiencia– jóvenes, mujeres mayores, casadas, solteras, que están encadenadas y no tienen que estarlo. Y tal vez nadie más lo sepa, pero ellas saben que su relación matrimonial, el aspecto físico…no lo están disfrutando, no están prosperando, floreciendo.
Saben que como mujeres solteras o casadas, están luchando con adicciones sexuales, tal vez con recuerdos o abusos del pasado, o con maneras en las que han pecado contra el Señor y contra otros, y simplemente no son libres.
Tengo una amiga cercana muy valiente que durante los últimos años ha estado pasando por una travesía realmente difícil para poder liberarse de las mentiras que creyó sobre la sexualidad desde que era una niña, criada por padres que no tenían idea de los caminos de Dios. No había nada de Cristo en ellos.
Hubo mucho abuso. Había muchos pensamientos equivocados. Y luego, como joven cristiana, experimentó abuso sexual –cosas horribles que nunca deberían haberle sucedido a una niña o una mujer joven.
Y en los últimos años ella ha comenzado a caminar hacia la luz, a ser lo suficientemente valiente como para levantar la mano y decir: «Necesito ayuda. Necesito a Jesús».
Dannah: Oh, eso es genial. Es muy valiente.
Nancy: Es un camino difícil. Pero con la ayuda de otros y la ayuda, sobre todo, del Señor y de Su Palabra, también de un sabio consejero bíblico y amigos cercanos, ella está enfrentando esas mentiras.
Dannah: ¿Puedes ver una diferencia en ella?
Nancy: Bueno, es un camino difícil. Es confuso.
Juli: Sí, lo es.
Nancy: Si vamos a caminar hacia nuestra propia sanidad o con otros para rechazar esas mentiras y ser liberadas por la verdad, debemos estar dispuestas a poner manos a la obra.
Dannah: Por eso es que este es un acto de valentía.
Nancy: Muy valiente.
Juli: Me alegra que hayas dicho que es algo confuso, porque creo que una de las mentiras que creemos es: «Cuando venga a Cristo, Jesús va a limpiar todo eso, y ya no tendré que lidiar con esto». Y la verdad es que caminar hacia la redención en todas las áreas, incluida la sexualidad, es un viaje largo y confuso.
Nancy: Y es un viaje continuo porque llegamos en diferentes etapas de nuestras vidas y… Yo me casé siendo mayor y teniendo un trasfondo muy dulce al estar empapada en la Palabra. Pero, ¿qué significó para mí, siendo una novia de cincuenta y siete años, recibir y disfrutar el buen regalo de Dios de la intimidad en una temporada de la vida en la que mucha gente diría: «No es una temporada para disfrutar la intimidad».
Dannah: Y esa es una mentira que muchas mujeres mayores creen.
Nancy: Es una mentira. No significa que no haya desafíos fisiológicos.
Dannah: Puede cambiar con la edad. El regalo puede verse diferente con la edad. Pero todavía somos llamadas por las Escrituras, siempre que podamos físicamente, a entrar en esa intimidad y ese gozo.
Nancy: Hablamos mucho sobre mentiras en este programa por el libro que escribí Mentiras que las mujeres creen. Dannah, tú y yo escribimos un libro juntas llamado Mentiras que las jóvenes creen. Y ahora tú has escrito un libro llamado Mentiras que las niñas creen.
Dannah: Así es.
Nancy: Pero cuando hace un par de años revisamos Mentiras que las mujeres creeny la verdad que las hace libres, para actualizarlo, una de las cosas que sabíamos que teníamos que hacer era agregar un capítulo –no puedo creer que no estuviera este capítulo en el libro original: Mentiras que las mujeres creen sobre la sexualidad. No estaba ahí. No estaba en mi radar cuando escribí este libro hace casi veinte años.
Entonces, Dannah, escribiste ese capítulo junto conmigo para el libro Mentiras que las mujeres creen y la verdad que las hace libres.
Dannah: Sí. Fue realmente muy divertido y significativo. Justo hoy tengo el mismo sentimiento que cuando lo escribí. Solo la sensación de verte a ti que nos escuchas justo ahí en tu auto, o en la mesa de tu cocina con una taza de café, tener un momento de satisfacción con Dios que comienza a traer la libertad que quizás ni siquiera creías que necesitabas en tu vida.
Nancy: Y Juli, sabes que siempre queremos volver a la Palabra porque ahí es donde encontramos el ancla, la seguridad, el fundamento, el pilar de la verdad. Y realmente, esas mentiras que creemos acerca de cualquier cosa, incluida nuestra sexualidad, comenzaron en Génesis capítulo 3 en el jardín con un enemigo.
Juli: Sí.
Nancy: Un enemigo de Dios que en lugar de solo apuntar hacia Dios, apuntó a la mujer, al hombre y a su matrimonio, y les dijo algunas cosas que no eran verdad y que Eva creyó.
Juli: Sí. Y sabes, Nancy, cada vez que una mujer como tu amiga me pregunta: «Tengo todo este dolor en referencia a la sexualidad, ¿por dónde empiezo?» Las dos cosas que le digo son las dos que describiste en la vida de tu amiga.
En primer lugar, debes decirlo a otra persona. Traerlo a la luz.
Y segundo, debes identificar las mentiras. La razón es que esa es la tarjeta de presentación de Satanás. Jesús dijo que el diablo es el padre de la mentira. No puede decir la verdad. Y vemos que en su primera interacción con la humanidad todas fueron mentiras.
Hubo tres mentiras prominentes que le dijo a Eva en una conversación rápida y que creo que tienen que ver con cómo entendemos la sexualidad hoy.
Dannah: ¿Cuáles son esas mentiras?
Juli: Bueno, la primera mentira que dijo fue: «¿Realmente dijo Dios? ¿Dios realmente te dijo que no podías comer de ese árbol?» Y escuchamos eso todo el tiempo: «¿Dios realmente dijo que no deberías acostarte con alguien antes de casarte? Eso es algo anticuado. ¿Dios realmente dijo que el matrimonio debería ser entre un hombre y una mujer? Veamos eso de una manera diferente».
Dannah: Bueno, sí, y la creencia principal es que la Biblia no está de moda, de hecho, nunca ha estado de moda.
Juli: Sí. Exactamente. «De alguna forma escuchaste mal a Dios».
Dannah: Sí.
Juli: O podría ser, «de alguna forma escuchaste mal a Dios, y lo hemos estado interpretando mal». Y entonces esto trae duda sobre la autoridad de Dios. Creo que incluso cuando vemos la idea de que toda la conversación era sobre el árbol del conocimiento del bien y del mal. ¿Quién define lo correcto y lo incorrecto? Entonces, el núcleo de esa mentira, la duda es: Tú puedes definirlo.
Nancy: Tú puedes definirlo.
Juli: Sí. «Tú decides. Busca en tu corazón. ¿Qué es verdad para ti?»
Nancy: Lo que realmente está diciendo es: «Tú puedes ser dios. Tú puedes ser tu propio dios».
Juli: Exactamente.
Nancy: No necesitas a Dios.
Juli: Así que mucha de la confusión sexual en nuestro mundo, e incluso en nuestra iglesia hoy en día, comienza con esa mentira.
Y luego Satanás pasa a la segunda mentira que es dudar de las consecuencias del pecado. «Seguramente no morirás si comes del árbol».
Dannah: «¿Estás segura?»
Juli: ¡Sí!
Dannah: «¿Estás segura de que eso es lo que va a pasar? No te va a pasar a ti».
Escucho eso en adolescentes y mujeres en edad universitaria todo el tiempo. «Sé que todas mis amigas tienen enfermedades de transmisión sexual, pero eso no me puede pasar a mí». Existe esta inmunidad que tenemos ante las consecuencias del pecado.
Juli: Sí. Y no se trata solo de jóvenes. Me he encontrado con mujeres casadas que en el fondo de sus corazones comienzan a creer: «Dios sabe que no estoy satisfecha con mi matrimonio, y si me acuesto con este otro hombre de la iglesia, con el que leo la Biblia y oramos juntos, Dios va a bendecir eso».
Esto no es bíblico.
Dannah: Es jugar con fuego.
Juli: Y has sido engañada. Hay consecuencias. Salomón habló sobre nuestro comportamiento sexual y dijo: «¿Puede un hombre poner fuego en su seno sin que su ropa se queme?»
Nancy: Creo que otra consecuencia en la que muy pocas personas jóvenes piensan es: «¿Cómo afectará esto mi futuro matrimonio?»
Hay muchos temas sexuales en el matrimonio, como ustedes saben, que se remontan hasta antes del matrimonio en sí, donde no se creyó la verdad sobre la sexualidad, y eso creó problemas de confianza, incapacidad para tener intimidad o disfrutar del buen regalo del sexo dentro matrimonio. Y muchas veces lo que se requiere es regresar y lidiar con las mentiras que se creyeron antes, incluso antes de que conocieras a la persona con la que estás casada ahora.
Dannah: Una unión ocurre entre dos personas que tienen relaciones sexuales. La Biblia lo dice una y otra vez: «Los dos se convertirán en una sola carne».
Nancy: Es pegamento.
Dannah: Es pegamento. El sexo es un pegamento. El apóstol Pablo incluso escribe sobre eso en términos de, «¿no sabes que incluso cuando tienes relaciones sexuales con una prostituta…», esa afirmación es cierta: «…los dos se convertirán en una sola carne?»
Y creo que fisiológicamente, incluso en la última década me parece, Juli, hemos llegado a comprender más la neuroquímica del sexo y cómo es un pegamento fisiológico de dos mentes humanas en una persona.
Una de las consecuencias del sexo que simplemente estamos descartando es que creemos que podemos tener relaciones sexuales con alguien y no significará nada. Pero tu cuerpo hace una promesa, estés consciente o no.
Juli: Sí. Y pienso en cuál es la consecuencia final de ese pecado… Sí, podemos hablar sobre enfermedades de transmisión sexual, sobre embarazos fuera del matrimonio, podemos hablar sobre el impacto en el matrimonio. Y puedes seguir y seguir y seguir… Pero la consecuencia final del pecado que Satanás quiere que olvidemos es que nuestro pecado sexual nos separa de Dios.
Nancy: Cualquier pecado nos separa de Dios.
Juli: Sí, incluido nuestro pecado sexual. Pero la gente piensa, «puedo adorar al Señor y tener una gran relación con Él, y luego ver pornografía o tener una fantasía sobre alguien con quien no estoy casada y eso no afectará mi relación con el Señor».
Nancy: Ese fue el objetivo de Satanás todo el tiempo, separarnos de Dios, de la intimidad con Él, que es para lo que fuimos creadas.
Dannah: E incluso mientras hablas, esto confronta mi propio corazón, porque creo que hay algo en mi mente, con lo que el Señor está tratando en este momento mientras estamos aquí sentadas: «¿Realmente entiendes que esa es la mayor consecuencia?»
Realmente entiendes que aunque otras puedan parecer más tangibles, incluso más dolorosas, porque hay consecuencias emocionales e incluso a veces –para algunas mujeres– consecuencias físicas. Pueden estar escuchando este Podcast con las consecuencias físicas de su pecado sexual. Pero lo más importante es cómo impacta nuestra relación con Cristo.
Juli: Sí. Y el enemigo no quiere que reconozcamos esto por la gran noticia que es: Para eso murió Jesús, para reparar esa brecha, para darnos una ruta de regreso a la intimidad con Dios. Y si tú no sabes que esa intimidad se ha roto, entonces nunca buscarás restaurarla.
Dannah: Wow
Entonces, ¿cuál es la tercera mentira que Eva escuchó en el jardín?
Juli: Latercera mentira fue realmente una declaración que hizo Satanás, básicamente diciendo: «Dios quiere alejarte de algo bueno». Está tratando de alejarte de una sabiduría mayor y de un gran conocimiento.
Nancy: Él te está ocultando algo.
Juli: Sí. Dios no es bueno.
Nancy: Esa es una mentira fundamental.
Juli: Sí, lo es.
Nancy: Afecta cada área de nuestras vidas.
Juli: Sí. Pero con la sexualidad… Es posible que estés aquí justo ahora y te sientas como si estuvieras en una encrucijada donde, «o abrazo a Dios y a esta miserable existencia que dice que no puedo experimentar ningún placer sexual, estoy soltera y no puedo hacer nada con mis deseos». O tal vez luchas con la atracción hacia personas del mismo sexo o la adicción sexual. Y dices: «No puedo obtener lo que quiero porque Dios no es bueno. O tengo que abandonar a Dios y seguir mis propios deseos o recrear a Dios como una deidad que no tiene una estructura moral. Uno que simplemente apruebe todo lo que hago».
Esta es una mentira realmente fundamental que dice: «La ley de Dios, su diseño para la sexualidad está pasado de moda. No es adecuada para hoy en día. No es para tu beneficio».
Nancy: Sí.
Dannah: Sabes, esa es una de las tres mentiras que identifiqué en mi corazón cuando comenzó mi proceso de restauración en el área de mi sexualidad. Creí que Dios me estaba ocultando algo bueno, y es por eso que finalmente tomé la decisión de pecar sexualmente cuando era adolescente.
Ahora, nunca lo hubiera verbalizado de esa manera siendo una niña de quince años. Pienso en eso. Yo era una bebé, tenía quince años. Pero mirando hacia atrás, realmente creía eso.
Soy muy cerebral a veces. Necesito entender sobre eso. Y una de las cosas que he investigado en los últimos veinte años es cómo nuestro placer sexual en realidad aumenta con la restricción sexual y la autodisciplina.
Hay investigaciones de algunas fuentes seculares muy liberales que nos dicen que algunas de las mujeres más satisfechas sexualmente son aquellas que esperaron hasta el matrimonio y tienen una relación mutuamente monógama de por vida –yo llamo a eso matrimonio, pero la investigación secular lo llama así.
Los hombres que en el transcurso de su vida reportan mayor número de parejas sexuales presentan una menor satisfacción sexual. (Esto es de la Universidad de Indiana). Y los hombres que reportan un menor número de parejas sexuales en su vida presentan mayor nivel de placer sexual.
Dios no es un aguafiestas. Sus límites no son para quitarnos algo. Son sobre todo para que lo honremos y glorifiquemos con nuestras vidas, pero también dentro de esos límites ha tomado en cuenta nuestro placer.
Juli: Él absolutamente tiene nuestra plenitud final. Creo que hay tantos hombres y mujeres que en el fondo de sus corazones no creen eso. Creen «tengo que honrar a Dios y decir no a todo lo que es bueno».
Dannah: Sí.
Nancy: O placentero.
Juli: Sí.
Nancy: Cuando lo que Dios realmente busca es que cuando lo sigamos, lo honremos, lo adoremos y nos entreguemos a Él, quiere darnos la mayor felicidad, el mayor placer y satisfacción, sabiendo que no se puede encontrar en ningún otro lugar más que en una relación correcta con Él.
Dannah: Cierto.
Juli: Sí.
Nancy: Así que realmente estamos alentando nuestra propia prosperidad y gozo cuando decimos sí a la manera y a las normas de Dios y al plan de Dios para la sexualidad.
Juli: Sí. Y seamos claras, lo que dice la Escritura es cierto: «El pecado es placentero por un tiempo». Y a corto plazo, ceder a los deseos que tengas, puede brindarte más placer y más felicidad. Pero Dios está interesado no solo en nuestros placeres aquí en la tierra. Él nos está preparando y nos está formando para la eternidad. A veces creo que perdemos de vista eso, que Dios tiene una imagen mucho más amplia de lo que está haciendo en nuestras vidas de lo que podemos experimentar hoy.
Dannah: Bueno, en ese sentido, recibo cartas de mujeres solteras todo el tiempo –de mujeres jóvenes adultas solteras– y muchas de ellas contienen esta mentira. Mientras tengo a la Dra. Juli en la mesa, me gustaría escuchar la respuesta para poder responderles correctamente. En esencia es: «Necesito una salida sexual. Soy un ser humano sexual. Fui creada para ser sexual. Pero estoy soltera. Entonces, Dannah, dime qué tan lejos puedo llegar fuera de los límites. ¿Cuál es mi salida sexual?
Juli: Sí. Es una muy buena pregunta.
Creo que parte de la razón por la que las mujeres hacen esa pregunta es porque ven el deseo sexual como un fin en sí mismo. En otras palabras, «tengo esta cosa y tengo que hacer algo con ella». En lugar de verlo como una metáfora de algo mucho más profundo.
Creo que en cierto nivel, incluso en la cultura cristiana, hemos alentado ese pensamiento al hacer del matrimonio el sello distintivo de la madurez.
Nancy: Y el premio final.
Juli: Sí. Contenerse hasta el matrimonio.
Dannah: Y tu premio por la pureza es: Obedece a Dios ahora. Obtén al chico después.
Juli: Sí. Y entonces tendrás una relación sexual maravillosa.
La verdad es que en la vida de la mayoría de las personas, no se trata de restringirse hasta que te cases y de repente todos tus placeres sexuales son expresados y se satisfacen. En algunos casos, no te casas en absoluto. Pero en muchos más casos, se casan, hay placer sexual, pero hay mucho dolor y falta de cumplimiento de ello.
Dannah: Y es trabajando a través de las barreras y a través de la sanidad sexual que podrás entrar en el placer que Dios planeó para ti.
Juli: Exactamente. Entonces, cuando vemos el matrimonio como una metáfora…cuando le digo a una mujer soltera: «El matrimonio es la metáfora para la respuesta a tu soledad o tu deseo, pero no es la respuesta en sí». Si es que eso puede tener sentido.
Dannah: Sí.
Juli: Entonces es una imagen totalmente diferente porque una mujer dice: «Tengo deseos, no estoy casada, y no se que hacer con ellos»; porque ella piensa que el matrimonio es el resultado o la meta final, es a lo que aspira. Mientras que una imagen más amplia de esto es: «Mi deseo sexual me dice algo acerca de mi corazón, me dice que estoy anhelando algo».
Mira, te contaré una historia que representa esto. El deseo sexual no es solo una cosa física. En una ocasión yo estaba hablando con una mujer que había salido de un trasfondo muy doloroso, ella había tenido muchas relaciones sexuales con diferentes hombres. Ella vino a Cristo –una cristiana joven– y me dijo: «¿Por qué no puedo dejar de acostarme con chicos? Entro al trabajo y veo a este chico, y lo primero que pienso es: quiero tener sexo con él».
Y empecé a hacerle preguntas. Le pregunté: «¿Te sientes satisfecha después de tener relaciones sexuales con ese compañero de trabajo?»
Y ella dijo: «No»
Y le dije: «¿Crees que lo que realmente estás buscando es sexo?»
Y ella dijo: «¡No!»
Y comenzamos a profundizar en su anhelo por intimidad, por conexión y realmente para ella eso era sentirse amada, «alguien me quiere», aunque sea por un momento.
Y si profundizamos en por qué tenemos deseos sexuales y qué nos dicen nuestros deseos físicos sobre el anhelo de nuestro corazón, creo que veremos que los caminos que Dios nos da son mucho más satisfactorios.
Muchas mujeres solteras están cargadas con deseo sexual, y sí, eso es algo en sus vidas, pero lo más profundo es: ¿Tienes comunión íntima? ¿Estás compartiendo tu vida con las personas? ¿Eres vulnerable? Incluso en tus relaciones personales, ¿hay contacto físico saludable, abrazos, compartes comidas? Nuestra sexualidad es mucho más que tener sexo con alguien.
Cuando lo único que pensamos es en la liberación física, perdemos la perspectiva más amplia de hacia dónde se supone que nos debería llevar nuestra sexualidad.
Nancy: Wow. Sé que esta conversación es muy alentadora y útil, y nos hace pensar a muchas de nosotras que no estamos pensando lo suficiente. Para nosotras ver la parte sexual de nuestras vidas como una conexión profunda de nuestra relación con el Señor, y un medio por el cual –ya sea casada o soltera, joven o mayor– podemos honrar a Dios. Podemos reflejar esa metáfora a quienes nos rodean. Y qué oportunidad tenemos, como pueblo de Dios hoy, de ser instrumentos de restauración, de gracia y de ayuda para aquellas que están esclavizadas.
Y esa persona en esclavitud puedes ser tú. Y como has estado escuchando hoy, tu corazón está clamando: «Quiero esa libertad de la que Juli, Dannah y Nancy han estado hablando –que están experimentando». Y también es un peregrinaje para cada una de nosotras.
Permíteme animarte a permanecer con nosotras en esta conversación. No responderemos a todas tus preguntas, pero sé que te ayudará a caminar por el camino correcto en cuanto a pensar sobre lo que realmente significa tu sexualidad y por qué Dios la creó. Asegúrate de acompañarnos mañana aquí en Aviva Nuestros Corazones.
¿Qué debería hacer una esposa cuando su esposo está involucrado en la pornografía? Mañana, la Dra. Juli Slattery y Dannah Gresh nos traerán consejos bíblicos sólidos para ayudar a los esposos y a las esposas a lidiar con este problema de manera exhaustiva, honesta y amorosa. Te esperamos aquí, en Aviva Nuestros Corazones.
Annamarie: Viviendo la belleza del evangelio juntas, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
La lectura de hoy en el Reto Mujer Verdadera 365 es Efesios capítulos 4 al 6.
Todas las Escrituras son tomadas de la Nueva Biblia de Las Américas, a menos que se indique lo contrario.
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