Reconsiderando la sexualidad, día 1
Annamarie Sauter: Con nosotras Juli Slattery.
Juli Slattery: Hay muchos cristianos que sin darse cuenta realmente han comenzado a creer, «Dios existe para servirme, para hacerme feliz, para complacerme, para cumplir mis deseos», en lugar de decir, «¡fui creado para servir y conocer a Dios!» Ese es el problema fundamental de todo esto.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth en la voz de Patricia de Saladín.
Nancy: Es un gozo para mí tener en el estudio esta semana a dos amigas de toda la vida, dos mujeres que han sido compañeras de ministerio, y que me animan en mi caminar personal con el Señor y en el ministerio. Juntas llevamos un largo camino recorrido.
Y hoy estamos teniendo un pequeño reencuentro aquí para hablar de un tema que realmente es muy cercano a nuestros corazones, y muy importante en el corazón de Dios. Estoy emocionada de …
Annamarie Sauter: Con nosotras Juli Slattery.
Juli Slattery: Hay muchos cristianos que sin darse cuenta realmente han comenzado a creer, «Dios existe para servirme, para hacerme feliz, para complacerme, para cumplir mis deseos», en lugar de decir, «¡fui creado para servir y conocer a Dios!» Ese es el problema fundamental de todo esto.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth en la voz de Patricia de Saladín.
Nancy: Es un gozo para mí tener en el estudio esta semana a dos amigas de toda la vida, dos mujeres que han sido compañeras de ministerio, y que me animan en mi caminar personal con el Señor y en el ministerio. Juntas llevamos un largo camino recorrido.
Y hoy estamos teniendo un pequeño reencuentro aquí para hablar de un tema que realmente es muy cercano a nuestros corazones, y muy importante en el corazón de Dios. Estoy emocionada de que podamos sumergirnos en este tema, porque creo que Dios tiene algo importante para cada una de nosotras y de nuestras oyentes.
Por el título de esta serie –Reconsiderando la sexualidad– podrías estar pensando: «No estoy segura si estoy interesada en este tema». Pero te garantizo que es un tema en el que necesitas estar interesada. Dios tiene un mensaje para tu corazón esta semana.
Y de paso, déjenme advertirles que si tienen niños cerca, es mejor que en este punto distraigan su atención porque el contenido del programa no es para niños.
Estas dos mujeres han estado anteriormente con nosotras en Aviva Nuestros Corazones. Juli Slattery, en tu caso ha pasado mucho tiempo. Eres autora y oradora. Tienes un ministerio llamado Intimidad Auténtica –un nombre interesante. Y hablaremos un poco sobre eso esta semana. Y recientemente escribiste un libro llamado Reconsiderando la sexualidad, (Rethinking Sexuallity disponible solo en inglés)yprecisamente estaremos hablando acerca de esto. Juli, bienvenida de nuevo a Aviva Nuestros Corazones.
Juli: Muchas gracias por invitarme, Nancy. ¡Me encanta estar aquí contigo y con Dannah!
Nancy: Y Dannah Gresh…que creo que no necesita mucha presentación…
Dannah: ¡Hola Nancy, hola Juli!
Nancy: Dannah, tú y yo nos vemos más seguido de lo que Juli y yo nos vemos, pero tú y Juli también tienen una amistad de años y escribieron un libro juntas. Y tú y yo también hemos escrito libros juntas.
Eres autora, oradora, y durante años has llevado a cabo eventos para madres e hijas. Creo que algunas de nuestras oyentes están familiarizadas con estos eventos. En español se llaman Chica Verdadera (de hecho tenemos una serie en español acerca de esto).
Y Juli, Intimidad Auténtica que es el nombre de tu ministerio, trata de la sexualidad y de la intimidad en el matrimonio, también da una perspectiva correcta sobre esta fuera del matrimonio. Probablemente nunca hubieras imaginado que este sería un tema del que hablarías mucho.
Juli: No. Recuerdo que de pequeña escuchaba en la iglesia misioneros contando su historia y decían: «Yo entregué mi vida a Cristo y le dije a Dios: ¡Por favor! Haz lo que quieras con mi vida, pero no me envíes a tal lugar». Y nombraban el lugar geográfico donde servían.
Nancy: ¡Cualquier cosa, menos esto!
Juli: Así es. Creo que probablemente eso fue lo que le dije al Señor. «Puedo enseñar cualquier cosa menos sobre sexualidad». Y aquí estoy. Así que Dios usa a los débiles. Pero es un gozo; es un gozo hablar sobre un tema donde hay tantas preguntas y tanto dolor, y realmente un tema del que se ha hablado muy poco desde una perspectiva bíblica.
Dannah: ¿Pero por qué? ¿Por qué este tema te hizo decir, «cualquier cosa menos esto».
Juli: Buena pregunta, Dannah. Creo que es porque crecí –como muchas de las que nos escuchan– en una cultura cristiana donde la sexualidad se rodeaba de vergüenza. Era algo muy privado y eso te hace vulnerable…
Nancy: Esto era dentro de la iglesia –en el mundo cristiano– y era algo de lo que no se hablaba fácilmente.
Juli: No, y debido a que no se habla sobreesto, nos hacemos la idea –yo lo hice– de que no debemos tener estas conversaciones en la iglesia, o al menos no una que sea abierta y honesta, compartimos cosas con las que luchamos, tentaciones que tenemos, heridas que hemos sufrido. ¿Quién quiere hacer eso?
Y también debemos reconocer que hablar sobre sexualidad, particularmente en nuestros tiempos y en esta época, significa entrar en conflicto. Significa hablar con personas, incluso cristianos, que tienen puntos de vista muy diferentes sobre cuestiones sexuales. No soy una persona que busca conflicto o que busca decir cosas ofensivas, pero algunas cosas en la Palabra de Dios relacionadas a nuestra sexualidad hoy en día son muy ofensivas.
Nancy: Y son contraculturales, van contra la corriente.
Juli: Y no solo son contraculturales sino que también son profundamente personales. Así que hablar de esto no es algo para lo que me hubiera ofrecido como voluntaria. Pero Dios no acostumbra preguntarnos qué es lo que queremos hacer. Él nos guía tiernamente, y nos prepara cuando no nos sentimos preparadas.
Nancy: ¿Por qué crees que este es un tema que debemos tratar y del que debemos hablar? Cuando comenzamos Aviva Nuestros Corazones lo convencional era: «No hables de sexo o sexualidad».
Dannah: ¿Acabas de mencionar esa palabra?
Nancy: Mencioné esa palabra. Había estaciones de radio donde no transmitían el programa si se tocaba el tema. Creo que mucha gente sentía que no era algo de lo que quería escuchar abiertamente o públicamente. Entonces, ¿por qué es algo de lo que tenemos que hablar?
Juli: Creo que la razón más obvia es porque el mundo habla constantemente de esto. Estamos siendo entrenadas para pensar sobre la sexualidad desde una perspectiva mundana. Pero la razón más profunda es algo de lo que hablaremos a medida que entremos en la conversación, los temas sexuales también son temas espirituales.
Cuando la confusión o el dolor sobre la sexualidad no se abordan desde una perspectiva piadosa, se remueven los fundamentos de lo que creemos de Dios. Y vemos que esto sucede en la iglesia hoy.
Vemos a las personas alejarse de la Palabra de Dios porque nadie ha respondido sus preguntas sexuales. Así que esta es realmente una conversación evangelística y de discipulado que necesitamos tener.
Nancy: Es una vía para el evangelio.
Juli: Así es.
Dannah: Parece un salto muy grande si no has estudiado el concepto de sexo en la Biblia, en las Escrituras, para saber que esta es una conversación evangelica… Podrías, Juli, explicarnos ¿por qué crees que esta es una conversación imperativa que inicia con el evangelio?
Juli: Creo que hay ejemplos bíblicos en los que vemos a Jesús ministrando a través del tema de la sexualidad. Uno de los ejemplos más obvios sería la mujer samaritana en Juan capítulo 4. Y Dannah, tú y yo hemos escrito sobre este capítulo de la Biblia donde, en realidad, esta mujer solo quería tener una conversación bastante teológica con Jesús.
Dannah: «¿Dónde debemos adorar?» (ver Juan 4:20).
Juli: Sí, haciendo una pequeña pregunta.
Dannah: Ese fue el debate teológico del día.
Juli: Exactamente. Pero Jesús apuntó a su corazón preguntando y comentando sobre su pasado sexual. Me encanta la manera en que el pastor John Piper lo dice cuando enseña sobre ese capítulo: «Jesús sabe que el camino más rápido al corazón es a travésde una herida».
Y esto a menudo es así a nuestro alrededor. Podemos hablar de la Biblia, podemos hablar de doctrina. Pero los corazones de las personas realmente palpitan en su dolor, en su vergüenza, en esas preguntas sin responder.
Nancy: Esa es una gran verdad.Y en realidad, una de las mentiras que esa mujer creyó era que podía mantener esa parte de su vida separada de su fe. Así que en su conversación con Jesús no tocaría ese tema porque era un compartimiento separado. Y Jesús le dice, «no, todo es parte de tu vida y tenemos que ir allí».
Él lo puso en la Escritura para que lo leyéramos y pudiéramos decir: «La parte sexual de tu vida no es algo que puedes mantener aislado; no está separado de tu fe. Es una pieza que es parte de tu fe».
Juli: Me alegra que menciones esto, Nancy, porque eso es exactamente lo que vemos hoy en la comunidad cristiana. Vemos hombres y mujeres que realmente creen que pueden servir a Dios, que pueden adorar a Dios casi con toda su vida.
Pero cuando se trata de la sexualidad, ya sea heridas del pasado, algunas luchas sexuales, la ruptura sexual en su matrimonio, sienten que, Dios realmente no habla sobre eso. Tengo que hablarlo con mi terapeuta. Y piensan que Dios se mantiene al margen con relación a su sexualidad.
En Juan capítulo 4 vemos que Jesús nos enseña que no podemos separar las dos cosas. Y cuando las separamos, un pedazo de nuestro corazón se aísla del Señor. Esto es muy común hoy en día.
Nancy: Pienso que también le está diciendo a esta mujer, «aquello que piensas que está en tu pasado, de lo que te sientes avergonzada y no quieres sacar a la luz, para eso ¡hay esperanza! Y la esperanza no se encuentra en enterrar tu pasado. La esperanza se encuentra en sacarlo a la luz y dejarme entrar en él», eso es lo que Jesús le está diciendo.
Las personas que han sido heridas por sus propios pecados o los pecados de otros, sienten vergüenza, sienten culpa o dolor. Tal vez sienten que no pueden lidiar con eso. Para ser libres creen que deben olvidarlo o reprimirlo o no mencionarlo.
Pero Jesús está diciendo, «no, para liberarte, ¡tienes que decirlo! Tenemos que hablar de eso. Tenemos que enfrentarlo. Allí es donde encuentras esperanza, restauración y libertad». Y parece contradictorio.
Pero Jesús nos dice: «Sí, saca esto a la luz. Tu pasado, tu quebranto, tu herida, tu pecado, para que puedan convertirse en algo hermoso, en algo muy bello». Él lo transforma y hace algo santo de aquello que era vergonzoso y pecaminoso.
Dannah: Ese es el testimonio de mi vida. Yo creía que la herida del pecado sexual durante mi adolescencia era algo que había quedado en el pasado. Creía que nunca podría decírselo a nadie, y nunca hablaría de eso y seguiría sirviendo a Dios y siendo un ser humano completo.
Nancy: Y tú servías al Señor…
Dannah: ¡Sí, lo hacía! Pero todo ese tiempo no fue lo fructífero que debía ser porque no había sido liberada. Lo que me encanta de la mujer samaritana es que ella inmediatamente corre y dice…
Nancy: Corre a la ciudad…
Dannah: ¡Sí, corrió a la ciudad! Esta mujer no iba al pozo junto con las demás mujeres porque se avergonzaba tanto de su estilo de vida y de sus decisiones y de su dolor sexual. De repente corre a la ciudad gritando, «déjenme contarles que ¡este Hombre me ha dicho todas las cosas que he hecho!»
Y ella no se refería a las tareas del hogar, ¡no, no! Ellos sabían de lo que hablaba. ¡Ella ya no tenía miedo del qué dirán porque había sido liberada!
Nancy: De hecho, su pecado pasado y su vergüenza se convirtieron en parte de su testimonio y en algo que Dios podía usar en la vida de los demás para liberarlos y apuntarlos al evangelio (¡que es donde comenzamos esta conversación!).
Juli: ¡Sí! Y creo además que eso es lo que hace que nuestra relación con el Señor sea íntima. La razón por la que digo esto es porque normalmente compartimos nuestras cargas sexuales con las personas más íntimas en nuestra vida. Dannah, tú y yo hemos sido muy buenas amigas y nos hicimos muy íntimas. Hemos compartido cosas profundas, y eso ha unido nuestros corazones. Ha creado una confianza.
Y cuando tenemos la idea de que no podemos compartir esa parte de nosotras con Dios, eso hace de Dios un amigo lejano, un Salvador lejano. Pero cuando te das cuenta de que Dios quiere que lo invites a ser parte de tus experiencias, pensamientos y sentimientos más íntimos para renovarlos y sanarlos…
Yo diría que una de las respuestas que obtenemos de las mujeres que participan de nuestro ministerio es que no pueden creer cómo esto ha hecho que su relación con el Señor sea más profunda. ¡Es porque Dios ahora está íntimamente involucrado en todas las áreas de sus vidas!
Nancy: Nuestra perspectiva sobre la sexualidad, sea que estés casada o soltera, y nuestra experiencia con el sexo y la sexualidad, invariablemente, de alguna manera, reflejan nuestra relación con Dios. No podemos separarlos. Pensamos que nuestra vida sexual está en un lado y nuestra relación con Dios en otro…pero no es así.
Nuestra vida relacional, nuestra visión de nosotras mismas como criaturas sexuales, nuestra experiencia sexual, el dolor y la confusión, nuestros pensamientos correctos o incorrectos, todo dice algo sobre nuestra relación con Dios. Así que si nuestra vida sexual está dañada, invariablemente nuestra relación con Dios está dañada, ¿no lo creen?
Dannah: ¡Absolutamente! ¡Déjame contarte el momento en el que comprendí esto. Estaba leyendo en el libro de Génesis, en Génesis 4:1, el momento en el que Adán conoció (yada, esa es la palabra hebrea) a Eva su mujer, ella concibió y dio a luz.
Y me dije, «qué palabra tan interesante: yada».
Nancy: Que en español, se traduce conoció a su mujer.
Dannah: La conoció o durmió con ella, sí. Yo me preguntaba, «¿qué significado tendrá esa palabra?» Y el significado de esta palabra hebrea es: «Conocer, ser conocido, ser profundamente respetado». Esto trasciende del acto físico que tiene lugar entre el marido y su mujer; refiriéndose a la intimidad. Para mí esto significa que el propósito del sexo es la intimidad.
Puede haber una manera de lograr la intimidad que es física –y el mundo se ha obsesionado con esa forma de intimidad. Pero esto es conformarnos y dejar de lado lo más significativo.
En el paradigma de Dios, no tiene ningún sentido que no estemos entendiendo que se trata de una conexión, de intimidad. Pero lo que realmente me deja boquiabierta de esa palabra yada, es que cuando comencé a estudiarla, ¡me di cuenta de que Dios usa esta palabra una y otra vez en el Antiguo Testamento para describir el conocerle a Él!
Por lo tanto: «Estén quietos y sepan (yada) que yo soy Dios» (Sal 46:10). Una vez más, esto apunta al evangelio, al amor de Dios. ¡El matrimonio y el sexo son una imagen de esto! Si no podemos abrazar y entender esa imagen, entonces nunca vamos a disfrutar o a experimentar el sexo de la manera que está diseñado, y habrá barreras en nuestra relación con Dios.
Juli: Sí, absolutamente. Creo que lo que describes –esa explicación– nos ayuda a entender nuestra sexualidad. Y mucho de lo que hemos escuchado en círculos cristianos han sido reglas, qué hacer y qué no hacer sobre la sexualidad; sin una explicación más amplia que nos ayude a entender en primer lugar por qué Dios se preocupa por esto. «¿Por qué a Dios le importa si elijo tener relaciones sexuales con mi novio antes de casarme? ¡Lo amo! ¿Cuál es el gran problema?»
Nancy: Así que si solo les damos a las personas una lista de qué hacer y qué no hacer (¡y que puede ser una lista buena!), sin explicarles lo que hay en el corazón de Dios, la narrativa o la idea detrás de esto, no atraeremos sus corazones para querer saber por qué importa. Y al mismo tiempo el mundo está dando su propio mensaje, y siempre nos está imponiendo sus ideas, nos quiere meter en su molde.
Juli: ¡Así es, y el mensaje del mundo es muy convincente! Y es poderoso si te identificas con él.
Nancy: Entonces, ¿cómo describirías la narrativa o el mensaje del mundo? Porque creo que la mayoría de nosotras estamos más familiarizadas con esa.
Juli: El mensaje del mundo es que tu sexualidad tiene que ver con tu expresión personal, con tu identidad. Y así, para ser sexualmente madura tienes que experimentar. Tienes que seguir tu propio corazón: ¿Qué quieres? ¿Quién eres? ¿Qué es lo que deseas en este momento? Y formas tu comportamiento sexual en base a lo que hay dentro de ti.
Nancy: Y lo hacen sin ningúna verdad externa u objetiva que lo compruebe.
Juli: Dicen, «la verdad se encuentra en tu interior». Y entonces para el mundo las únicas reglas de la sexualidad son, «no te metas con la expresión sexual de nadie, eso es cruel, eres cruel alno dejar que se expresen libremente». «No lastimes los sentimientos de nadie».
Nancy: Existe un mensaje profundamente arraigado en esto que acabas de describir, no solo entre los no creyentes en el mundo, sino también entre los creyentes de hoy en día. ¡Creo que no nos hemos dado cuenta de lo mucho que el pensamiento cristiano se ha visto afectado por ese mensaje! A medida que crecemos vemos millones de mensajes de ese tipo.
Dannah: ¡Volvemos a lo que dijiste al inicio del programa, el mundo lo está gritando a los cuatro vientos y nuestro silencio hace que el mensaje de este mundo tenga un megáfono y sea escuchado! ¿Verdad?
Juli: Así es. El mensaje del mundo es más atractivo que lo que hemos escuchado en recursos cristianos tradicionales. Si todo lo que escuchamos en la enseñanza de la iglesia es, «guarda el sexo para el matrimonio. Cuando te cases el sexo debe ser excelente».
Dannah: «No hagas esto, no hagas lo otro…»
Juli: Exactamente. Y quizás no me puedo identificar con esa historia. Tal vez estoy soltera y tengo cuarenta y cinco años de edad, y no sé cuál es el propósito de mi deseo sexual. Tal vez tenga un pasado de abuso sexual. ¿Dónde encaja esto en esa narrativa de la iglesia? Pero puede encajar en la narrativa cultural y puedo «saber» cómo se ve la sanidad y la madurez en mi caso.
Nancy, lo que dijiste es tan cierto. Esto se ha infiltrado en el pensamiento de los cristianos. Tenemos que reconocer que la narrativa cultural de la sexualidad no salió de la nada. Es el resultado del pensamiento más grande de nuestra cultura, que es humanista y que dice: «¡Nosotros somos dios!» Romanos capítulo 1 habla de esto.
Nuestro caos sexual comienza con una perspectiva equivocada de quién es Dios, una disfunción en nuestra adoración. Y hay muchos cristianos que sin darse cuenta realmente han comenzado a creer, «Dios existe para servirme, para hacerme feliz, para complacerme, para cumplir mis deseos», en lugar de decir, «¡fui creado para servir y conocer a Dios!» Ese es el problema fundamental de todo esto.
Nancy: ¡Y muchas de nosotras en la iglesia nunca diríamos esas palabras, pero creo que es imposible exagerar la medida en que nuestro pensamiento se ha visto sutilmente afectado por esto! Puede que no vivamos como si creyéramos en esa narrativa cultural, pero no sabemos cómo lidiar con esto.
Nuestra mentalidad respecto a nuestros hijos, nuestros nietos, lo que vemos en las redes sociales, dentro de nosotras dice: «¡Eso no parece correcto!» Pero realmente no sabemos por qué. No sabemos cómo enfrentarlo de una manera convincente, útil o redentora.
Así que hay una especie de punto muerto. Tal vez en la iglesia hay quienes dicen, «esto está mal, esto está mal, ¡esto está mal!» Bueno, ¿qué tiene de malo? ¿Y qué es lo correcto? ¿Qué es verdad, bueno y hermoso? Esa sería una visión poderosa para aquellos que han estado atrapados en la narrativa del mundo.
Dannah: Pienso que esa pregunta de «¿qué es lo correcto?», es la parte de la conversación acerca el sexo que de manera evidente ha faltado en la iglesia. «¿Qué es lo correcto?» En términos de, «¿qué significa? ¿Para qué sirve?» Mientras que la narrativa del mundo es, «¡todo se trata de mí!», la narrativa o el mensaje de Dios dice: «¡Es mucho más grande que tú, y no se trata de ti en lo absoluto!»
«Se trata del evangelio. ¡Se trata de que las personas entiendan y vean Mi amor, que tengan una imagen de Mi amor!» Y también de lo que es correcto en términos de, «¿cómo disfrutamos de este don que Dios nos dio?»
Y Juli, pienso en aquellas mujeres que están diciendo: «No fui abusada cuando era niña, no tuve sexo antes de casarme, no he visto pornografía». ¿Es posible que algunas de esas mujeres que nos escuchan en este momento tengan heridas sexuales de las que no están conscientes porque no están disfrutando plenamente de este regalo?
Juli: Sí, puede ser que sí. Incluso en mi propio trayecto he visto a Dios desarrollar más la plenitud de la integridad sexual y lo que realmente es. Y cuando ves una imagen más completa de la integridad sexual y esta arroja luz en tu propia vida dices, «¡wow, no estoy captando eso! ¡Mi matrimonio no se ve así! ¡Mi pensamiento no se ve así!»
¡Dios ha trabajado tanto en mi corazón y en mi propia mente con cosas que no sabía que necesitaba!
Nancy: Creo que muchas de nuestras oyentes experimentarán eso durante esta semana. Me alegra que hayas escrito este libro Juli, Reconsiderando la sexualidad: ¡El diseño de Dios y por qué importa! (Rethinking Sexuallity se encuentra disponible en inglés). Mientras lo leía en los últimos días, asentía diciendo: «¡Sí, sí, sí! Esto es bueno; esto es hermoso; ¡esto es verdad!»
Esto es algo con lo que todas necesitamos lidiar con una mejor comprensión. Necesitamos reconsiderar la sexualidad. Mi esperanza es que cada una de nuestras oyentes –solteras, casadas, viudas, divorciadas, o en cualquier etapa de la vida– puedan comprender este tema del que estaremos hablando en los próximos días.
Tocaremos algunos temas difíciles, tendremos una conversación abierta y franca, e intercambiaremos experiencias personales.
Hay algunos temas que muchas de nuestras oyentes se preguntarán, «¿¡quéé!? ¡Quiero llegar allí! ¿Puedo llegar allí? ¿Está bien llegar allí? ¿Estoy dispuesta a llegar allí?» No estoy diciendo que será una conversación fácil para nosotras o para nuestras oyentes, pero creo que es muy, muy importante.
Dios quiere restaurar, redimir, renovar, refrescar…
Dannah: ¡Avivar!
Nancy: Y trabajar en nuestros corazones mientras tenemos esta conversación. Esperamos que tomes una silla y te unas al rededor de la mesa junto a Dannah, a Juli y a mí, y compartamos esta conversación esta semana.
Lo más importante es que te acerques al Señor y le digas: «Señor, quiero que hables a mi vida y me muestres dónde necesita ser renovado mi pensamiento, dónde necesita ser renovada mi mente, y cómo puedes usarme como instrumento para ministrar gracia a las personas que están sexualmente heridas», y creo que todas conocemos a alguien en nuestras vidas.
Juli, me pregunto si para cerrar la conversación de hoy podrías orar por la conversación de esta semana y por nuestras oyentes. ¡Que Dios hable y ministre Su gracia exactamente donde la necesitamos!
Juli: Sí, ¡claro que sí!
Dios, te agradezco que nos hayas dado ejemplos en tu Palabra que nos inviten a tener estas conversaciones. Te agradezco porque no tuviste temor ni te avergonzaste de abordar las preguntas sexuales que tenemos, la vergüenza que tenemos, el dolor que tenemos, y que Tu perdón y Tu redención se extienden a todas las áreas de nuestras vidas.
¡Gracias por preocuparte por nosotras tan íntimamente! Ruego que Tu Espíritu nos guíe y nos dé sabiduría mientras hablamos y escuchamos; y Señor, que nos dé la libertad de aferrarnos a Tu verdad.
Ruego que las cadenas de hombres y mujeres que se han sentido en cautiverio con relación a problemas sexuales en sus vidas, se rompan. Señor, pedimos esto por el poder de Tu verdad, Tu Palabra, y por el poder de Tu Espíritu. En el nombre de Jesús, amén.
Dannah: ¿Qué viene a tu mente cuando escuchas la palabra discipulado? ¿Eres consciente de que necesitas ser discipulada aún respecto a tu sexualidad? Asegúrate de acompañarnos mañana para escuchar más acerca de esto junto a la Dra. Juli Slattery.
Annamarie: Viviendo la belleza del evangelio juntas, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
La lectura de hoy en el Reto Mujer Verdadera 365 es Gálatas capítulos 1 al 3.
Todas las Escrituras son tomadas de la Nueva Biblia de Las Américas, a menos que se indique lo contrario.
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