Quebrantamiento en el matrimonio
Annamarie Sauter: El cine y la televisión hacen lucir el adulterio como algo atractivo y gratificante, pero eso no es lo que Julie experimentó.
Julie Petersen: El adulterio me dejó tan vacía, muy muy vacía. Con cada experiencia quedaba un vacío mayor.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
En el programa de hoy trataremos un tema para adultos, así que si tienes a tus hijos pequeños cerca, querrás mantenerlos ocupados en otro lugar.
Debido a los correos electrónicos que recibimos constantemente, sabemos que muchas mujeres se encuentran luchando en matrimonios que parecen no tener esperanza. Si esto describe tu situación, espero que mantengas la sintonía a lo largo de toda esta semana. Aquí está Nancy para introducir a nuestros invitados.
Nancy: Hoy tenemos con nosotros a Dean y a Julie. Su matrimonio es realmente un testimonio poderoso de …
Annamarie Sauter: El cine y la televisión hacen lucir el adulterio como algo atractivo y gratificante, pero eso no es lo que Julie experimentó.
Julie Petersen: El adulterio me dejó tan vacía, muy muy vacía. Con cada experiencia quedaba un vacío mayor.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
En el programa de hoy trataremos un tema para adultos, así que si tienes a tus hijos pequeños cerca, querrás mantenerlos ocupados en otro lugar.
Debido a los correos electrónicos que recibimos constantemente, sabemos que muchas mujeres se encuentran luchando en matrimonios que parecen no tener esperanza. Si esto describe tu situación, espero que mantengas la sintonía a lo largo de toda esta semana. Aquí está Nancy para introducir a nuestros invitados.
Nancy: Hoy tenemos con nosotros a Dean y a Julie. Su matrimonio es realmente un testimonio poderoso de la gracia transformadora de Dios.
La primera vez que tuve contacto con Julie fue cuando ella escribió a Aviva Nuestros Corazones pidiendo consejo. Ella estaba casada con Dean, pero en ese momento estaba sintiéndose fuertemente atraída por otro hombre que trabajaba en el mismo ministerio donde ella servía. Cuando leí el correo de Julie, la imagen que vino a mi mente fue la de una mujer en un edificio en llamas que necesitaba urgentemente ser advertida del peligro en el que se encontraba.
Pude responder a su correo en un esfuerzo conjunto con nuestro equipo, y en resumen, luego llegué a conocer a Dean y a Julie. Llegaremos a esa parte de la historia más adelante en esta semana, pero quiero comenzar varios años antes de ese primer correo, cuando Dean y Julie se conocieron. Les pregunté si habían crecido conociendo sobre las cosas del Señor.
Dean Petersen: Es triste hablar sobre las cosas por las que he pasado y las que he hecho. No me hace sentir orgulloso el cómo he vivido mi vida. Pero voy a decir que fui evangelizado y que tenía una relación pensando que era un cristiano. Tenía conocimiento sobre Dios, pero nunca había tenido la experiencia de conocerle personalmente y de tener una relación personal con Él en mi vida.
Así que anduve por la vida pensando que era una buena persona, pero no tenía el Espíritu Santo en mi vida. No tenía a Dios dirigiendo mi vida, por lo que hice cualquier cosa. Fui criado en los años sesenta y el sexo no era una gran cosa en aquellos días, al menos no lo era en mi vida. Había tenido relaciones sexuales con un número de diferentes mujeres en mi vida antes de conocer a Julie.
Nancy: Julie, ¿cuál era tu perspectiva sobre esto? ¿Creciste en ese mismo ambiente?
Julie: Bueno, Nancy, en verdad nosotros sí íbamos a la iglesia cuando yo era joven. Estábamos siempre en la iglesia, por lo que era un hogar cristiano, pero mi padre siempre estaba muy enojado. Realmente no vi principios cristianos en nuestro hogar, como en tu caso. Eso era una parte integral de tu vida de familia, pero no era así para mí, aunque íbamos a la iglesia. Mi madre era muy, muy maniaco depresiva y estuvo en hospitales psiquiátricos la mayor parte de mi niñez. Yo era la hija mayor y tuve que cuidar de mi hermana y hermano menor por un tiempo, y también cuidar la casa, así que pensaba que era bastante madura. Las personas siempre me lo decían.
Nancy: ¿Cómo se conocieron?
Julie: Estábamos en el lago. Mi madre nos había llevado a mí y a algunos de mis amigos y estábamos jugando en el agua, cuando apareció Dean con algunos de sus amigos de la Fuerza Aérea. Él tenía veinte años y yo catorce. Eso era demasiado temprano para comenzar cualquier relación, pero Dean sabía que nuestra familia iba a la iglesia, así que decidió que tenía que ir a la iglesia si quería conocerme. Entonces, él iba a la iglesia fingiendo solo para mostrarle a mis padres que él era un muchacho normal.
Nancy: Entonces, ¿estabas interesado en tener una relación con ella en ese momento? Ella solo tenía catorce años.
Dean: Ella me gustaba. Nunca pensé que eso seguiría más lejos por la diferencia de edad, pero ella era solo una buena muchacha con la cual hablar. Iba a verla y salíamos a un restaurante a pasar el rato.
Nancy: ¿Cuándo comenzó a ser más que una relación casual con una joven adolescente?
Julie: Dean se fue a Vietnam y para cuando volvió yo ya tenía dieciséis años. Tienes que saber que mi padre estaba enojado y nunca fue el tipo de padre afectuoso en lo absoluto. Nunca lo escuché decirme «te amo», no recuerdo nunca un abrazo o el sentarme en su regazo en la manera que los padres se supone que hacen con sus hijos. Ahora entiendo la forma en que los padres deberían ser con sus hijos.
Así que estaba hambrienta por esa necesidad de afecto de parte de un hombre, y Dean estaba dispuesto a darme ese afecto, especialmente cuando regresó de Vietnam. Aunque yo sabía que el sexo estaba mal, con tan solo seis días de su regreso de Vietnam, tuvimos una cita y hubo violación en esa cita. Y pensé, bueno, ahora que esto pasó y para poder hacer que se vea bien delante de los ojos de Dios, me voy a tener que casar con este hombre.
Nancy: ¿Fue esa la primera vez que tuviste relaciones íntimas?
Julie: Oh, sí.
Nancy: ¿Pero, en el caso tuyo Dean esa no fue tu primera vez?
Dean: No, ella no fue la primera.
Nancy: Así que pensaste, bueno ha pasado esto así que ahora nos tenemos que casar.
Julie: Sí. Éramos uno a los ojos de Dios, así que tenía que casarme con él.
Nancy: ¿Y era eso lo que tú tenías en mente, Dean?
Dean: Ella me gustaba, y estaba considerando casarme con ella. Pero tener relaciones sexuales con ella no fue una gran cosa, desafortunadamente. Fue solo algo triste, no algo grande. Si hubiese sabido lo que iba a causar, nunca lo hubiese hecho. Pensé que ella era como todas las demás chicas con las que había salido. Desafortunadamente, esa era la sociedad en ese entonces. Es una situación muy triste ahora que miro para atrás, pero ese era realmente yo, y no estoy muy orgulloso de ese hecho.
Julie: No quería que el sexo continuara porque sabía que estaba mal. Cuando le dije a Dean que ya no quería hacerlo nuevamente, él dijo, «bueno, yo sí quiero, y si tú no quieres, entonces voy a buscar a otra persona que sí quiera». Entonces pensé, «bueno, estoy atrapada. Se supone que me tengo que casar con él, así que voy a tener que darle sexo para que no vaya a buscarlo en otro lugar». En ese momento, no sabía que él había estado con otras mujeres. Eso salió a la luz muchos meses después. Estábamos hablando y le dije, «¿ha habido otras mujeres?» Y ahí me enteré que había estado con muchas otras mujeres. Supuse entonces que el sexo no era realmente una gran cosa, no debía ser una gran cosa. Esa fue la manera en la que entramos a nuestro matrimonio.
Nancy: Julie rápidamente descubrió que ese matrimonio no era lo que ella esperaba. Ella sentía que Dean solo la necesitaba para una cosa.
Julie: Una compañera de sexo en las noches y eso era todo. No había amistad, no hacíamos cosas divertidas juntos, nada como lo que pensé que un matrimonio sería. Así que estaba bastante descontenta.
Nancy: ¿Cómo pensaste que iba el matrimonio, Dean?
Dean: Bueno, realmente no entendía eso en ese momento. Creo que mi perspectiva era que si trabajaba mucho, proveía para mi esposa con una casa linda, buenos muebles, un carro nuevo, tenía comida en el estómago cuando quería, tenía sexo cuando quisiera, entonces tenía un matrimonio perfecto. Pero me di cuenta de que Julie nunca fue mi mejor amiga.
Julie: Bueno, nos mudamos de donde estábamos originalmente en California, al sur de California, y de repente, los hombres me estaban encontrando atractiva y eso nunca me había pasado antes. Dean había sido el único que me había encontrado interesante, y de pronto había muchos otros hombres que me estaban prestando atención, esperando pasar tiempo conmigo. Estaba emocionada de que alguien quisiera pasar tiempo conmigo y eso se me fue de las manos. Fui infiel muchas, muchas veces.
Dean: En ese momento pensaba que mi matrimonio estaba yendo bien porque yo estaba haciendo todas las cosas que entendía que estaban bien. Y luego lo descubrí. Estaba muy triste y dolido, pero la parte triste es que realmente no le daba mucho crédito a mi matrimonio, y por esa razón estaba bien.
Julie: Él estaba como, «si esto la mantiene feliz, si ella no va a estar quejándose sobre el matrimonio y yo puedo seguir trabajando y haciendo mis propias cosas, está bien», ¿verdad, amor?
Dean: Sí, tenía dos trabajos y me gustaba trabajar para ganar dinero. Estaba en el mundo y tenía que tener todos los juguetes apropiados y la casa linda. Pensaba que eso era lo importante y nunca le puse atención a mi esposa.
Nancy:¿Llenaba esto de alguna forma el vacío en tu corazón?
Julie: Oh, tenía grandes esperanzas de que lo iba a hacer, pero me dejó tan vacía, muy, muy vacía. Con cada experiencia había un vacío cada vez más grande hasta que pensé, «tengo que salir de esta vida. No puedo hacer esto. No quiero vivir así»; pero no sabía cómo ponerle fin a esto. Realmente no sabía cómo terminar esto. Intentaba decir, «bueno, no voy a volver a hacer esto», solo para encontrarme a mí misma con otro hombre que me encontraba atractiva, y pensaba, «tal vez esta vez me sentiré mejor». Tú no te sientes bien después de algo así. Está muy mal.
Fui a muchas sesiones de consejería, como puedes imaginar, durante ese tiempo. Tenía dolores de cabeza terribles. Intentaba liberarme de ellos mientras vivía este horrible estilo de vida. Cuando estaba volviendo de otra cita de consejería, manejando el carro en la autopista, solo pensé, «ya no puedo seguir con esto. Ya no quiero hacer esto. No hay esperanza para mí. Buscaré un roble en el costado de la autopista». Había muchos robles y estaba buscando el indicado para chocar mi carro y terminar esta vida. Mientras estaba mirando, me vino un pensamiento, «quizás si vivo la vida como la Biblia dice, quizás eso ayude».
Sabía que no estaba viviendo la vida como la Biblia me decía. No sabía exactamente qué estaba haciendo mal y qué podía hacer mejor, pero sabía que había algo aquí dentro que podría hacer una diferencia, así que decidí hacer eso. Pienso que quizás fue el Espíritu Santo llamando mi atención.
Nancy: ¡Eso creo!
Julie: ¡Sí! Yo sé, y oré con la esposa de un pastor en ese momento uno o dos días después, y mi vida cambió tanto en aquel momento. Tenía un hambre por la Escritura, amaba leer la Biblia, amaba orar, amaba ir a la iglesia en ese momento. Las cosas cambiaron mucho por un tiempo.
Nancy: ¿Y tu estilo de vida también cambió?
Julie: Por un tiempo, sí. Pero aún seguía en este matrimonio que no me gustaba. No me gustaba el hombre con el que me había casado. Encontraba todo tipo de cosas malas sobre él, el alcohol, el lenguaje y cualquier asunto sexual era forzado. Nunca fue por mi parte. Simplemente era miserable en ese matrimonio pero intentaba ser la mejor esposa que podía ser.
Nancy: ¿Viste algún cambio en Julie después que ella conoció al Señor?
Dean: Vi un cambio en ella. La vi sumergiéndose en su Biblia y me llamó la atención. Comencé a ir a la iglesia, pero el asunto es, Nancy, que cuando iba a la iglesia no era la gran cosa. Es decir, miraba los ventiladores del techo dando vueltas, y podía contar los ladrillos en la pared del fondo. Podía decir, «uff, tenemos veinte minutos más…» No había ningún sentimiento real para mí.
Iba a la iglesia solo para mirar la parte de ser un buen papá, que pensaba que era, pero era un farsante. No tenía ningún significado para mí. Tuvimos tres hijos después de todo, tres hijos maravillosos que Dios nos había dado aún en medio de todo esto, donde hubo un punto en su vida donde ella realmente había vuelto a mí y yo pensaba que todo estaba estupendo. Ahora que teníamos hijos maravillosos (amo mucho a mis hijos y paso tiempo con ellos), quería ser un buen padre. Cuando nos mudamos al norte de California por transferencia de mi trabajo, pensé que todo estaba bien.
Julie: Empecé a ver un pastor en el área. Estábamos yendo a su iglesia esporádicamente, y fui a él para consejería. Le dije, «estoy muy infeliz en este matrimonio, ¿me podría ayudar? ¿Cómo hago para que este matrimonio funcione cuando mi esposo no es cristiano y no le importa?»
Dean: Yo también había empezado a ver al mismo pastor para consejería para mi matrimonio.
Nancy: ¿Iban a las citas juntos?
Julie and Dean: No, no íbamos juntos.
Julie: En mi mente, él era un hombre piadoso cuando empecé a verlo al principio; un hombre piadoso que quería ayudarme y que me cuidaba. Cuando empecé a sentir que algo no estaba bien, como por ejemplo, «no me siento cómoda con la forma en la que me está mirando» o «realmente no debería abrazarme de esa manera, ¿verdad?»; simplemente me golpeaba a mí misma y pensaba «Julie, ¿cómo te atreves a tener esos pensamientos de un hombre como él? Este es un pastor piadoso. Tú solo estás pensando eso por tu terrible pasado». Así que no me permitía a mí misma creer que él tenía intenciones diferentes hasta que ya fue demasiado tarde.
Él estaba tomando y usando esa información que le había dado de mi pasado para seducirme. Comenzamos a vernos y tuvimos una relación durante un año y medio. En mi mente, él fue la primera persona que amé, incluso cuando en ese momento había estado casada con Dean por diecisiete años.
Dean: Podía sentir que nuestro matrimonio se deslizaba cuesta abajo, pero simplemente no podía describir lo que estaba ocurriendo. Dije, «tú sabes, Julie, tiene que haber otra persona en tu vida». Y ella dijo, «oh no, no hay nadie en mi vida». Así que fui a una tienda de electrónicos que me había aconsejado un amigo. Él me dijo que allí podía comprar un pequeño dispositivo de monitoreo para el teléfono. «Tiene una pequeña cinta de cassette y cada vez que el teléfono se usa, ese dispositivo se enciende. Puedes grabar los mensajes y así ver si Julie está recibiendo llamadas de alguien», me dijo él. Bueno, lo compré, y exploté cuando descubrí que era el pastor quien estaba haciendo estas llamadas a mi esposa. Había mensajes muy íntimos en ese teléfono.
Te digo, en ese punto estaba muy, muy enojado, porque no solo había sido violado por las cosas que le había contado sobre mi pasado, sino que estaba metiéndose con mi esposa. No me estaba gustando eso para nada…. Así que esto sigue por alrededor de un mes, y estoy planeando cómo sacar a este tipo; «le voy a quitar su vida»; así de enojado estaba con este caballero. Trabajaba mucho fuera de la ciudad, así que un día estaba empacando y diciéndole a Julie que me iba por unos días. Planeaba regresar a la casa, y eso fue lo que hice. Volví y me senté a la espera de que ambos llegaran. Cuando él llegó esperé un rato y entré en la habitación con mi cámara Polaroid.
Julie: Cuando Dean entró en la habitación y lo vi, su cara estaba gris, sin color alguno. Pero, ¿sabes lo que yo estaba pensando, Nancy? Estaba pensando, «¡sí! ¡finalmente! Este matrimonio se va a terminar. Él está viendo esto ahora y este matrimonio puede terminar, y yo me puedo casar con este pastor que realmente amo». Pensé que así sería esto ahora, mi vida iba a comenzar.
Dean: Entré en la habitación, abrí la puerta y ahí estaban, y yo solo iba a hacer eso. Tomé tres fotografías con la cámara, y después iba a hacer mi trabajo, pero no pude hacerlo. El momento en el que iba a quitarle la vida a este hombre fue el momento en el que no pude hacerlo. Ahora que miro hacia atrás, sé que hay un Dios, y sé que tiene ángeles haciendo mucho de Su trabajo porque no pude hacerlo. Era como si alguien me estuviera reteniendo, así que me fui. Me fui por al menos veinte minutos. Estaba manejando en la calle.
Nancy: ¿De camino al abogado? ¿De camino a mostrarle estas fotos a los ancianos de la iglesia?
Dean: Sí, y mientras estaba manejando, conozco este lugar específico, me detuve a un costado de la calle y empecé a llorar como un bebé. Dije, «¿sabes qué, Señor? Si hay un Señor, si eres real... arruiné mi vida. Mi vida es un desastre. No tengo esposa que pensaba que amaba y que me amaba, y ahora está con otro hombre, un pastor de todas las personas, y no sé qué hacer». Así que solo clamé, «¡si realmente hay un Dios, si eres real, muéstrame qué quieres que haga!»
En ese momento estaba recostado sobre el volante, tenía mis ojos cerrados en oración, y sentía que estaba cayendo en un pozo y que este pozo se estaba poniendo frío, húmedo y oscuro. Yo estaba en el fondo. Ahí me di cuenta que cuando llegas al fondo en tu vida no puedes hacer más que mirar hacia arriba. Ahí fue cuando me di cuenta. «Dios, si realmente eres real, muéstrame, ayúdame. ¡Te necesito! Soy un hombre quebrantado ahora. No tengo nada».
Nancy: Dean nos ha estado contando sobre un punto decisivo en su vida. Él y su esposa Julie son nuestros invitados en esta semana en Aviva Nuestros Corazones. Mientras llegamos al final de esta sesión, estamos dejando a Dean y Julie en un momento de gran quebrantamiento.
Espero que continúen escuchando mientras esta pareja nos continúa contando acerca de sus desafíos y la esperanza que han encontrado a través de Cristo. Pero tal vez tú te identifiques de alguna manera con esta historia que hemos estado escuchando. Estás atrapada en un comportamiento que sabes que es pecaminoso o quizás nunca has entregado tu vida a Cristo y eso está teniendo un gran efecto en tus relaciones.
¿Orarías el tipo de oración que Dean acaba de describir? Quizás quieres decir algo como esto, «Señor, he estado tratando de hacer las cosas a mi manera por demasiado tiempo, y no está funcionando. Estoy tocando fondo y necesito un cambio verdadero. Sé que no hay esperanza fuera de Ti. Por favor Señor, ¡ayúdame!»
Ahora, en un programa como este, podemos atraer tu atención a través de una historia dramática. Y podemos presentar verdades bíblicas que apliquen a tu situación. Pero el ideal de Dios es que vivamos la vida cristiana en el contexto de una comunidad, en una iglesia local con un liderazgo piadoso y espiritual. La historia de hoy nos recuerda que, tristemente, los abusos existen dentro de algunos liderazgos en la iglesia. Te recomiendo que nunca hables acerca de temas de tu matrimonio sola con otro hombre, aun si es un pastor u otro líder espiritual. Aunque necesitamos algunas de estas precauciones, también te recuerdo que la iglesia local sigue siendo el ideal de Dios en donde el verdadero cambio y el crecimiento se llevan a cabo, mientras caminamos día tras día en una comunidad piadosa.
Así que, ¿le pedirías al Señor que te ayude a encontrar una mujer mayor madura y piadosa en tu iglesia con la que puedas hablar? O habla con un anciano o pastor en tu iglesia, pero pide que su esposa u otra mujer piadosa esté presente mientras tienes esta conversación.
Ahora, habiendo dicho todo esto, quiero decir, no dejes que otro día pase sin sacar los pecados secretos a la luz, porque pueden ser manejados de una forma bíblica, minuciosa y saludable. Hoy en día prácticamente todo el mundo lucha con la tentación sexual en alguna manera. Es por eso que debemos poner cercas para protegernos de situaciones inapropiadas. Las cercas personales que he puesto en mi propia vida afectan cosas como mis reuniones, viajes, hábitos de correos electrónicos y muchas áreas más. He encontrado muy útil colocar esas cercas por adelantado antes de que se presenten situaciones donde me vea tentada a ceder.
He escrito estas cercas para mi propia vida en un pequeño folleto llamado. «Cercas de seguridad personal». Puedes encontrarlo en nuestro sitio web, AvivaNuestrosCorazones.com.
¿Podrías perdonar a un cónyuge infiel? Consideraremos eso mañana en la continuación de la conversación que iniciamos hoy, con Dean y Julie Petersen.
Dean: Le di vuelta a mi vehículo ….
Julie: Volvió a la casa todo tranquilo…
Nancy: No de la forma como se había ido.
Dean: Tenía esa cálida sensación en mí. Nací de nuevo en octubre del 1989.
Nancy: Es que realmente tuviste un encuentro con el Señor, y Él tuvo un encuentro contigo.
Dean: Absolutamente. No puedo explicarlo. No lo hubiese hecho por mi cuenta de esa manera, pero regresé a la casa totalmente compasivo. Solo sabiendo que Dios tenía que ser real, porque regresé.
Julie: Dijiste, «¿qué van a hacer ustedes dos ahora? ¿Cuáles son sus planes?»
Annamarie: Escucha «Esperanza para un matrimonio sin esperanza», en tu próximo programa de Aviva Nuestros Corazones.
Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.
Todas las Escrituras son tomadas de La Biblia de las Américas a menos que se indique lo contrario.
*Ofertas disponibles solo durante la emisión de la temporada de podcast.
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Recursos del Episodio
La serie En busca de Dios | Pureza sexual: El gozo de la libertad moral (Semana 10)
La serie Convirtiéndote en una mujer discreta
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