¿Qué significa estar arraigada?
Débora: Nancy DeMoss Wolgemuth dice que Jesús es todo lo que necesitamos.
Nancy DeMoss Wolgemuth: No tenemos nada y no somos nada sin Cristo. Si tenemos a Cristo, tenemos todo lo que necesitamos para el tiempo y para la eternidad. Nunca se tiene demasiado de Cristo.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, coautora del estudio bíblico «En busca de Dios», en la voz dePatricia de Saladín. Hoy es 27 de abril de 2023.
Cuanto más tiempo pasa, menos estable luce el mundo. Probablemente no necesito explicarles la forma en que las cosas están tambaleándose a nuestro alrededor. Tal vez tu propio mundo se está sacudiendo de una manera única. Necesitamos estabilidad, estar arraigadas. Hace unos dos años, miles de mujeres se unieron a nosotras, tanto en persona como en línea, para la conferencia Revive '21. Nuestro tema fue Arraigadas: Permaneciendo firmes en un …
Débora: Nancy DeMoss Wolgemuth dice que Jesús es todo lo que necesitamos.
Nancy DeMoss Wolgemuth: No tenemos nada y no somos nada sin Cristo. Si tenemos a Cristo, tenemos todo lo que necesitamos para el tiempo y para la eternidad. Nunca se tiene demasiado de Cristo.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, coautora del estudio bíblico «En busca de Dios», en la voz dePatricia de Saladín. Hoy es 27 de abril de 2023.
Cuanto más tiempo pasa, menos estable luce el mundo. Probablemente no necesito explicarles la forma en que las cosas están tambaleándose a nuestro alrededor. Tal vez tu propio mundo se está sacudiendo de una manera única. Necesitamos estabilidad, estar arraigadas. Hace unos dos años, miles de mujeres se unieron a nosotras, tanto en persona como en línea, para la conferencia Revive '21. Nuestro tema fue Arraigadas: Permaneciendo firmes en un mundo tembloroso… Nancy dio inicio a la conferencia recordándonos la importancia de estar «Arraigadas en Cristo». ¡Cuánto ministró a mi corazón, y sé que también ministrará el tuyo! Con nosotras, Nancy.
Nancy: Para nuestra conferencia Revive ‘21, escogimos el tema: Arraigadas. En marzo del año 2020 tuvimos la conferencia Mujer Verdadera 20 que se llamó: Arraigadas; y fue en Monterrey, México, justo cuando la pandemia estaba cerrando el mundo. Al terminar la conferencia, el centro de convenciones cerró las puertas en ese momento y esa fue la última conferencia en ese lugar durante mucho tiempo.
Así que, mientras nuestros corazones se preparaban para Revive 21, nos preguntábamos: «¿Cómo deberíamos llamarla? ¿Cuál debería ser el tema de la conferencia?» Y mientras buscábamos al Señor, llegamos a la conclusión: «Aún necesitamos estar arraigadas». Arraigadas, ese fue el nombre de la conferencia Revive 21: Firmes en un mundo cambiante.
¿Qué significa estar arraigada? Bueno, esta palabra puede ser usada de diferentes maneras. A veces la escuchas para referirse a algo que permanece estático en un lugar: «Estás arraigada a tu ciudad, a tu familia… ¡No quieres moverte y separarte nunca de ellos! Y aunque no se hizo por voluntad propia, mucha gente se vio obligada a estar fija (arraigada) en un lugar fijo durante la pandemia, ¿cierto? Tuvimos que aceptar que estábamos “encerradas en nuestros hogares sin poder salir”».
Ahora, hay otros usos para esa palabra. ¿Has escuchado hablar de la conexión eléctrica a tierra? Esto es lo que dice el diccionario:
«La conexión eléctrica a tierra es el proceso de eliminar el exceso de carga en un objeto mediante la transferencia de cargas eléctricas de un cortocircuito entre este objeto y otro objeto más grande».
Mi maestra de tercer grado les escribió a mis padres una nota en mi tarjeta de calificaciones, y decía: «Nancy parece abrumada por nuestro estudio de la electricidad»; así que no voy a tratar de explicar la conexión eléctrica a tierra. Pero esto es lo que sé al respecto: es una medida de seguridad, es algo que ayuda a protegernos, por lo que es algo bueno. El término que usamos en español para esto es, aterramiento, pero es un sinónimo de arraigado. Algo que se introduce en el suelo…en este caso, la carga eléctrica.
Arraigada también puede significar estar concentrada mentalmente, no distraída. Mi amiga Becky Ellerman, hace unas semanas, un sábado por la tarde, me envió un mensaje de texto diciendo: «Me acabo de graduar de agricultora. Escuché una entrevista a un jugador de futbol americano que juega en la posición de defensa y le preguntaron: “¿Cómo vas a poder enfrentar al equipo de Arkansas hoy?”, y el jugador dijo: “Tenemos que mantener los pies en la tierra, estar concentrados en lo que está justo delante de nosotros; mirar hacia delante, concentrarnos en lo que tenemos que hacer hoy». Concentradas, enfocadas con los pies en la tierra; eso es estar arraigada.
Decimos que alguien tiene los pies en la tierra (está arraigada) y lo decimos en el buen sentido, cuando hablamos de alguien que es mental y emocionalmente estable, que no se dejará arrastrar fácilmente por circunstancias difíciles, ni se dejará condicionar por influencias negativas; son personas que están arraigadas, cuyos cimientos, cuyo fundamento es como la zapata de un edificio que se ha cavado profundo hasta llegar a un terreno firme para que esté seguro, sea sólido e inamovible, como las pirámides de Egipto cuyos cimientos no han podido ser socavados con el paso del tiempo.
En Colosenses 2, versículos 6 y 7 dicen:
«Por tanto, de la manera que recibieron a Cristo Jesús el Señor, así anden en Él; firmemente arraigados y edificados en Él…»
Y durante los próximos dos días queremos explorar lo que significa estar espiritualmente arraigada, cimentada, firme en nuestra fe y cómo podemos mantenernos firmes en un mundo cambiante.
Ahora, ¿puedes pensar en un momento de tu vida en el que alguna vez hayas necesitado saber más sobre cómo estar arraigada? Piensa en un mundo que se tambalea. Hay tantas fuerzas que amenazan con desarraigarnos, socavar nuestra fe, desanimarnos y desviarnos. Tenemos amenazas externas, formas de pensar, filosofías que son contrarias a los caminos de Dios, inquietud y confusión en nuestra cultura y en nuestro mundo.
Pero no se trata solo de cosas grandes y externas, también hay cosas internas. Las presiones y los problemas personales son los que realmente pueden hacernos perder el control. Recibí un mensaje de texto esta mañana temprano de una amiga que planeaba estar aquí hoy, pero esta semana su sobrino adolescente se quitó la vida; ella está hoy en el funeral apoyando a la familia de ese joven.
Tengo otra amiga que también planeaba estar aquí. Hace tres semanas a su esposo le dio COVID y la semana pasada él partió con el Señor. Ella nunca imaginó que este tipo de cosas sucederían.
Y tengo otra amiga que está viendo la transmisión en vivo desde otro país y recientemente me contó algunas cosas profundamente dolorosas que han estado sucediendo en su matrimonio, retos matrimoniales. ¿Cuántas madres y abuelas hay aquí hoy que están lidiando con situaciones turbulentas con hijos mayores o nietos? Es difícil mantenerse arraigada cuando tu mundo se tambalea. Es difícil mantener los pies en la tierra cuando nuestro mundo es cambiante.
Y este es el asunto: si no estamos arraigadas, seremos sacudidas, vulnerables a cada viento y tormenta que venga. Pero estos no son retos nuevos que recién comenzaron en el 2020, y continúan el 2021 y continuarán. Los creyentes de todas las épocas han tenido que lidiar con situaciones difíciles, con un mundo que se tambalea, y han tenido que aprender a mantenerse firmes.
Con esto en mente, quiero que abras tu Biblia o te desplaces en tu teléfono hasta el libro de Colosenses. He estado viviendo en Colosenses durante las últimas semanas; ojalá pudiéramos pasar más de dos días en este pasaje. No vamos a poder, pero quiero que comencemos aquí. Así que me gustaría que me sigas en la lectura.
La carta a los Colosenses se escribió para una iglesia que probablemente fue plantada por un hombre llamado Epafras, quien aparece un par de veces en el libro de Colosenses. Fue amigo y discípulo de Pablo, Epafras había visitado a Pablo en Roma, le había hablado a Pablo sobre la fe, la esperanza y el amor de estos creyentes en Colosas y los pueblos circundantes. Pero también le había dicho a Pablo que había una enseñanza falsa y peligrosa que se estaba infiltrando en la iglesia, que estaba provocando que estos creyentes bajaran la guardia.
Ahora, Pablo escribió esta carta a los creyentes, la mayoría de los cuales nunca había conocido personalmente. No los conocía, pero le preocupaba su bienestar. No he conocido a la mayoría de ustedes (desearía poder hacerlo), pero eso no impide que me preocupe por ustedes. Mientras he estado estudiando el libro de Colosenses, me preocupan nuestros corazones, nuestras almas y nuestro bienestar espiritual. Me preocupa lo que le preocupaba a Pablo acerca de estos creyentes, que ellos se mantuvieran seguros y firmes aun mientras todo estuviera tambaleándose a su alrededor. Escribió esta carta para ayudarlos a permanecer firmes y seguros en la fe.
¿Qué hizo Pablo para animar a estos creyentes cuando su mundo se estaba tambaleando dentro y fuera de la iglesia? ¿Cómo los animó? ¿Cómo los protegió? Les diré lo que hizo: les señaló a Cristo. Hay veintiséis referencias directas a Cristo en estos cuatro capítulos y docenas de referencias más si se incluyen todos los pronombres que se refieren a Cristo, ¡docenas de referencias! Las animo a que revisen su Biblia, como hice nuevamente esta mañana y que marquen con un círculo cada referencia a Cristo o a Él y vean lo precioso que es Cristo.
Escucha varias de las descripciones de Cristo que encontrarás a medida que avanzas en esa búsqueda de Él en el libro de Colosenses. No les daré las referencias, solo comenzaré en el capítulo 1 y continuaré con algunas de ellas. Cristo es:
- El Hijo que Dios ama. Pablo nos dice en el capítulo 1, versículo 14: «en quien tenemos redención, el perdón de pecados».
- La imagen del Dios invisible. Cristo es Dios con rostro y cuerpo. Él es la imagen del Dios invisible.
- Él es el primogénito de toda la creación. Hablaremos de eso en un momento.
- Todo fue creado por Él, de Él y para Él, dice Pablo. Él es antes de todas las cosas.
- Por Él todas las cosas permanecen.
- Él es la cabeza del cuerpo, la iglesia.
- Él es el principio, el primogénito de entre los muertos.
- La meta de todas las cosas, en el cielo y en la tierra, es que Cristo pueda llegar a tener el primer lugar en todo.
- Él nos reconcilió con Dios al hacer la paz a través de Su sangre derramada en la cruz.
¡Y esos son solo los primeros veinte versículos del primer capítulo!
Él continúa diciendo:
- Cristo en ti es la esperanza de gloria.
- En Cristo están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.
- Toda la plenitud de la naturaleza de Dios habita corporalmente en Cristo.
- Él es la cabeza de todo gobernante y autoridad.
- Todas las fiestas y prácticas religiosas judías del Antiguo Testamento eran meras sombras de lo que estaba por venir, ¿y cuál era la sustancia a la que apuntaban? Cristo. No qué, sino quién.
- Cristo es tu vida.
- Luego el capítulo 3, versículo 11: Cristo es todo en todos. ¡Cristo!
A lo largo del libro de Colosenses puedes ver:
- La singularidad de Cristo. Él es único
- La eternidad de Cristo. Siempre ha sido y siempre será
- La majestad y la gloria de Cristo
- La exaltación de Cristo
- La centralidad de Cristo
- La supremacía de Cristo sobre todo lo creado
- El reino absoluto y el gobierno de Cristo sobre todo poder en el cielo y en la tierra
- La suficiencia de Cristo
- La necesidad de Cristo
- La muerte sacrificial de Cristo
- La gracia redentora y la misericordia de Cristo
Pablo dice que Cristo lo es todo. Él es todo en todos; Él es nuestro Creador, nuestro Redentor, nuestra esperanza, nuestra paz, nuestro gozo y propósito. No somos nada y no tenemos nada sin Cristo. Si tenemos a Cristo, tenemos todo lo que necesitamos para el tiempo y para la eternidad. Nunca podrás tener demasiado de Cristo.
Quiero hablar en esta sesión de apertura para sentar las bases del resto de esta conferencia sobre lo que significa estar arraigada en Cristo y en el evangelio de Cristo.
A lo largo del libro de Colosenses, Pablo habla del poder transformador del evangelio de Cristo. Por ejemplo, si ves el capítulo 1, versículo 21, Pablo dice: «Una vez fueron…» Esto es algo que él hará varias veces a lo largo del libro. «Y eran…sin embargo, ahora son…» Versículo 21:
«Y aunque ustedes antes estaban alejados y eran de ánimo hostil, ocupados en malas obras, sin embargo, ahora Dios los ha reconciliado en Cristo en Su cuerpo de carne, mediante Su muerte, a fin de presentarlos santos, sin mancha e irreprensibles delante de Él» (Col. 1:21-22).
Eso es motivo de adoración, motivo de celebración y de gratitud; que dicho sea de paso, es otro tema en el libro de Colosenses: acción de gracias y gratitud en todo momento. ¿Cómo no estar agradecida si estás en ese lugar? Antes estabas en ese otro lugar…pero ahora has sido reconciliada. Esto es motivo de adoración a Dios.
Ahora llegamos al versículo 23 que es nuestro versículo temático durante estos dos días. «Si en verdad permanecen cimentados y constantes, sin moverse…» (arraigados). Algunas traducciones dicen, «no eres movido…de la esperanza del evangelio que habéis oído».
Este versículo tiene múltiples ángulos, y todos son preciosos.
Primero, es una palabra de seguridad. Y puedes preguntarte: «¿Cómo es eso una seguridad?» Dice: «Si permanecen cimentados». Bueno, lo que Pablo está diciendo es que aquellos que han sido reconciliados con Dios a través de la fe en Cristo (v.22), permanecerán cimentados, arraigados, firmes en Cristo; no porque seamos fieles a Dios, sino porque Él es fiel. Cristo se aferra a nosotras. Por eso seremos fieles y nos aferraremos a Él hasta el final. Esa es una palabra de seguridad. Si estás en Cristo, Él será fiel en mantenerte firme.
Pero también es una advertencia. Es posible estar familiarizada con el evangelio, profesar ser cristiana, estar con otras personas que creen en el evangelio y cuyas vidas han sido transformadas por él. Es posible ver a todos los que te rodean, como si tú también estuvieras en la fe; pero luego cambiar o alejarte de ese evangelio que una vez escuchaste.
Y escuchamos hablar de muchos que han crecido en la iglesia, han profesado ser creyentes en Cristo y algunos de ellos ahora públicamente se han alejado de la esperanza del evangelio. A esto lo llaman deconstruir la fe cristiana. Ves eso y dices: «¡Ese hombre era pastor! ¡Ese hombre era un líder cristiano! Y ahora dice: “¡Ya no creo nada de esto!”, se ha alejado de la fe». Esta es una advertencia.
Primero, es posible que esa persona nunca haya estado en la fe; simplemente lo parecía. Pero incluso para aquellas de nosotras que somos verdaderamente creyentes, esta es una advertencia que debemos escuchar porque el mayor peligro en nuestras vidas no es una cultura secular que niega a Cristo, el mayor peligro para nosotras como creyentes no es la extralimitación del gobierno por muy grave que sea. Nuestro mayor peligro es que las que hemos escuchado la verdad, las que hemos dicho «sí» a Cristo, «sí» al evangelio, nos alejemos de Cristo y de la esperanza del evangelio.
Piensa en ello de esta manera. ¿Qué harías si fueras la enemiga de Dios y quisieras sabotear a Su pueblo, robarle su gozo, mantenerlo preocupado y ansioso, si quisieras mantenerlo derrotado por el pecado? ¿Qué harías? Harías exactamente lo que hace el enemigo de nuestras almas: buscarías alejar al pueblo de Dios de Cristo y alejarlo de la sencillez, la pureza y la magnificencia del evangelio. ¿Cómo lo harías?
Bueno, déjame darte una idea: lo distraerías. Haz que se preocupen por cosas insignificantes, dirige su atención hacia cualquier otra cosa que no sea Jesús. Conseguirías que busquen cosas y personas distintas a Cristo para satisfacerlas. Harías que la gente pensara que necesitan a Cristo más otras cosas, incluso cosas buenas. Las dejarías mareadas con otras delicias además de Cristo. Las harías beber en pozos de placer que prometen felicidad entreteniéndose hasta la muerte, desplazándose sin pensar y sin cesar a través de sus redes sociales para distraerlas de Cristo.
Y buscarías hacer que Cristo se vea pequeño; no es que puedas hacer a Cristo pequeño, Él es grande, Él es majestuoso, nada lo puede hacer pequeño jamás; pero Él puede ser visto como pequeño a nuestros ojos y en nuestro pensamiento.
- Trivializarías a Cristo para Su pueblo.
- Harías que Jesús pareciera más pequeño que sus problemas, menos importante que los problemas culturales de nuestros días.
- Le harías pensar al pueblo de Dios que el verdadero poder está en manos de los partidos políticos, los líderes políticos, los comentaristas e influyentes de los medios de comunicación.
- Habría cristianos discutiendo sobre cubrebocas, sobre vacunas.
- Harías que perdieran de vista a Cristo.
Las distraerías, buscarías hacer pequeño a Cristo y luego los engañarías acerca de Cristo.
Hace un tiempo se realizó un estudio sobre el estado de la teología estadounidense entre aquellos que fueron definidos como evangélicos por sus creencias; el sesenta y cinco por ciento afirmó la antigua herejía de que «Jesús es el primer y más grande ser creado por Dios». Sesenta y cinco por ciento de las personas que lo dijeron identificaron sus creencias como creencias evangélicas.
Tres de cada diez de los que afirman tener creencias evangélicas dijeron que Jesús fue un gran maestro, pero que no era Dios. ¡Eso no es el treinta por ciento de toda la población, eso es el treinta por ciento de las personas sentadas en nuestras iglesias! Dijeron que Jesús era un gran maestro, pero no Dios.
Puedes ver cómo el diablo está engañando a la gente acerca de quién es Cristo. Así que la gente ahora se pregunta en nuestras iglesias cristianas, en nuestra industria editorial cristiana, en sitios web cristianos y en las redes sociales: «¿Es Cristo realmente el único camino a Dios? ¿Están aquellos que creen en otras religiones verdaderamente perdidos eternamente? ¿Es la Palabra de Dios verdadera sobre todo, incluida la sexualidad y otros temas controversiales?» Están buscando engañarnos acerca de Cristo.
Aquí hay otra forma en la que el enemigo nos engaña acerca de Cristo y el evangelio: nos hace pensar que la esencia del cristianismo es ir a la iglesia, asistir a conferencias, leer libros cristianos, escuchar podcasts cristianos, dar dinero, hacer buenas obras. Nos hace pensar que podemos hacer una profesión de fe y luego seguir viviendo de la misma manera que lo hacíamos antes de conocer a Cristo: los mismos hábitos, las mismas elecciones, el mismo lenguaje, los mismos valores, las mismas prioridades que cuando estábamos sin Cristo.
«Si puedes simplemente etiquetar el cristianismo en eso, pues ahora eres cristiana. Pero puedes seguir durmiendo con tu novio, puedes quedarte…lo que sea». No hay necesidad de transformación. Pablo dice: «Y esto eran…sin embargo, ahora…» Pero nos engañamos porque pensamos que podemos ser cristianas y vivir como el diablo, no vivir de acuerdo a la Palabra de Dios.
Y Pablo dice en Colosenses 2:4, ve allí si estás siguiendo la lectura: «Esto lo digo para que nadie los engañe con razonamientos persuasivos».
Y puedes pensar, bueno, otras personas, sí. Las personas que no están arraigadas son engañadas, pero eso nunca podría sucederme a mí. Pero observa cómo Pablo describe a estas personas que le preocupaban. Mira el versículo 5: «…regocijándome al ver su buena disciplina y la estabilidad de la fe de ustedes en Cristo». Pablo está escribiendo esta carta a personas que conocen la verdad y a personas que tienen una fe firme. A ellos les dice: «Esto lo digo para que nadie los engañe con razonamientos persuasivos».
Ahora mira el versículo 8. Él les dice a las mismas personas: «Tengan cuidado! ¡Estén alertas! Estén atentos para que nadie los haga cautivos». Esto te puede pasar a ti, puedes ser engañada. Entonces él dice: «¡Cuidado! ¡Estén alertas!»
¿Cómo te pueden hacer cautiva? Mira el resto del versículo 8 del capítulo 2.
«Miren que nadie los haga cautivos por medio de su filosofía y vanas sutilezas, según la tradición de los hombres, conforme a los principios elementales del mundo y no según Cristo».
Esta forma de pensar que le preocupaba a Pablo era hueca, vacía, engañosa, ya que se basaba en lo natural.
¿Cuántas veces hemos escuchado en los últimos dos años: «Confía en la ciencia, sigue la ciencia»? Piensa en esto un momento: la ciencia implica la investigación humana, hacer preguntas, tratar de resolver cosas que no comprendes; es el estudio de las cosas que son enigmas y desconciertan.
Entonces, los científicos humildes (hay algunos) reconocen que tienen más preguntas que respuestas y que sus conocimientos tienen límites. Pablo dice que aquellos que hacen de la ciencia su dios serán engañados porque su pensamiento se basa en los elementos de este mundo y no en Cristo. Si tu pensamiento, tu vida se basa en algo o en alguien que no sea Cristo, no podrás permanecer firme en este mundo. Un mundo que se tambalea. Pero la buena noticia es que hay un antídoto, la solución para no ser engañada y llevada cautiva por el pensamiento del mundo, es estar arraigada y cimentada en Cristo.
Débora: Ella es Nancy DeMoss Wolgemuth, recordándonos de dónde proviene nuestra verdadera estabilidad. Nancy habló en nuestra conferencia internacional Revive '21. El tema fue: «Arraigadas: Firmes en un mundo que se tambalea».
Mañana escucharemos la conclusión del mensaje de Nancy de Revive '21. Ella nos recuerda la importancia de mantener a Cristo en el centro de todo lo que hacemos y somos. Por favor regresa mañana a Aviva Nuestros Corazones.
Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth te reta a estar arraigada en Cristo y a encontrar libertad, plenitud y abundancia en Él.
Todas las Escrituras son tomadas de La Nueva Biblia de las Américas, a menos que se indique lo contrario.
*Ofertas disponibles solo durante la emisión de la temporada de podcast.
Únete a la conversación