¿Qué necesitan los hombres?
Annamarie Sauter: Cuando un esposo y una esposa no se logran conectar, ¿de quién es la culpa? Con nosotras Shaunti Feldhahn.
Shaunti: Por alguna razón hemos desarrollado ese sentimiento interno y sutil de que las mujeres realmente somos las únicas buenas en una relación y que somos las que realmente tenemos más habilidades para relacionarnos.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
Nancy DeMoss de Wolgemuth: Alguna vez te has encontrado preguntándote… ¿qué cosa en el mundo motiva a mi marido? De hecho, ¿qué motiva a los hombres en general? Bueno nuestra invitada de hoy ha escrito un libro titulado, Solo para mujeres: Lo que necesitas saber sobre la vida íntima de los hombres. Shaunti Feldhahn, bienvenida a Aviva Nuestros Corazones.
Shaunti: ¡Es grandioso estar con ustedes!
Nancy: Shaunti es autora de un libro que se encuentra …
Annamarie Sauter: Cuando un esposo y una esposa no se logran conectar, ¿de quién es la culpa? Con nosotras Shaunti Feldhahn.
Shaunti: Por alguna razón hemos desarrollado ese sentimiento interno y sutil de que las mujeres realmente somos las únicas buenas en una relación y que somos las que realmente tenemos más habilidades para relacionarnos.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
Nancy DeMoss de Wolgemuth: Alguna vez te has encontrado preguntándote… ¿qué cosa en el mundo motiva a mi marido? De hecho, ¿qué motiva a los hombres en general? Bueno nuestra invitada de hoy ha escrito un libro titulado, Solo para mujeres: Lo que necesitas saber sobre la vida íntima de los hombres. Shaunti Feldhahn, bienvenida a Aviva Nuestros Corazones.
Shaunti: ¡Es grandioso estar con ustedes!
Nancy: Shaunti es autora de un libro que se encuentra entre los más vendidos. Ella es columnista de un periódico, analista de políticas públicas, y lo más importante, para esta serie, ella es la esposa de, Jeff Feldhahn, y madre de dos niños preciosos. Estoy emocionada hoy de hablar contigo acerca de este libro.
También se nos une hoy mi amiga de mucho tiempo, Bárbara Rainey. Bárbara, gracias por estar con nosotras aún habiéndote avisado a última hora. Ayer te pregunté si estabas dispuesta a venir y a unirte a esta conversación, y gracias por hacerlo y aceptar la invitación.
Bárbara Rainey: Sí, pero no te preocupes, aunque fue a último minuto me siento muy honrada de estar aquí.
Nancy: Bárbara y yo nos conocemos desde hace varios años. Bárbara es la esposa de Dennis Rainey. Juntos comenzaron el Ministerio Vida en familia. De hecho, Vida en familia hoy, fue el ministerio que se asoció con nosotros al inicio de Aviva Nuestros Corazones. Barbara, y Dios te ha dado mucha sabiduría. Estoy muy agradecida de tener la oportunidad de hablar hoy con dos mujeres sobre los hombres.
Ahora, permítanme decirle a Shaunti, que cuando el libro salió publicado, una compañera de trabajo lo compró y me presentó el libro así: «Shaunti Feldhahn, dice en la parte superior, «Solo para mujeres: Lo que necesitas saber sobre la vida íntima de los hombres», y esa mujer en la oficina se rió, y me dijo: «¿Por qué es una mujer la que escribe un libro sobre la vida interior de los hombres?» Y algunas de ustedes podrían estarse haciendo la misma pregunta.
No pretendemos de ninguna manera, como un trío de mujeres, ser expertas en los hombres. Pero tú hiciste Shaunti una investigación fascinante que te dio algunas ideas que creo que van a ser muy útiles para las mujeres acerca de cómo piensan los hombres. ¿Cómo es que terminas haciendo este proyecto?
Shaunti: Bueno esto ocurrió por casualidad, Nancy. De hecho, cuando tuve que escribir mi última novela me di cuenta de lo poco que sabía acerca de cómo los hombres piensan y sienten realmente. Tuve que crear un personaje masculino en uno de mis personajes principales. De repente estaba por escribir sobre este sujeto y me di cuenta de que no tenía ni idea de cómo podía estar pensando un hombre en determinada situación.
Así que me senté y hablé con mi esposo Jeff. Cada vez que salíamos a cenar con otra pareja, me gustaba acercarme al hombre y preguntarle: «¿Puedo hacerte una entrevista?» Y le decía: «¿Qué estarías pensando en medio de esta o tal situación?»
A medida que los hombres me explicaban lo que estaban pensando, mi boca comenzaba a abrirse, y la boca de sus esposas también. Y decíamos: «¿Eso es lo que pensabas?», y nos sorprendíamos en gran manera.
Empecé a tener más, más y más de estas conversaciones, y de pronto me vi preguntándole hasta a los muchachos detrás de un mostrador de una cafetería, para decir algo. «¿Qué pensarías en esta situación?» Me percaté de que había muchas cosas pasando por las mentes y los corazones de nuestros hombres de las que yo no me había dado cuenta.
Terminé contratando una empresa de encuestas profesional para que hiciera una encuesta a nivel nacional a los hombres, para ver si confirmaba todo lo que yo había encontrado, y así fue. Y eso fue lo que escribimos en este libro.
Nancy: ¿Así que terminaste entrevistando de manera oral o escrita, a más de mil hombres?
Shaunti: Sí, alrededor del mundo.
Nancy: Algunos de ellos creyentes, otros no creyentes ¿Y descubriste que había algunas cosas que tenían en común, algunos sentimientos, miedos, formas de pensar, preocupaciones, y los resumiste en siete «revelaciones», como tú las llamas, acerca de cómo piensan los hombres?
Suena como si fuera una especie de bombillo que se te prendió en la cabeza.
Shaunti: Sin lugar a dudas lo fue. Le digo todo el tiempo a la gente que este libro es realmente sobre las cosas que las mujeres simplemente no entienden de los hombres. y las cosas que la mayoría de las veces nuestros maridos realmente necesitan desesperadamente que nosotras conozcamos.
Nancy: Y que deseamos que ellos nos expliquen.
Shaunti: Sí, que desearíamos que ellos nos explicaran.
Nancy: Y es tan cierto que, desde el principio, Dios creó a los hombres y a las mujeres muy diferentes. Se necesitan el uno al otro, interdependientes entre sí, pero muy diferentes. A veces nos quejamos de que los hombres son diferentes de las mujeres, ¿pero queremos realmente que sean como nosotras?
Shaunti: ¡Yo no lo creo!
Bárbara: ¡Yo tampoco lo creo! No.
Nancy: No, probablemente no. Una de las cosas que me animan de este libro es que retas a las mujeres a apreciar las diferencias en lugar de resentirlas.
Shaunti: Bueno, una cosa que digo de frente, y se lo digo a las personas cuando doy charlas, es que hay que reconocer que hay una gran cantidad de recursos para el matrimonio —algo que de manera maravillosa Vida en familia hoy ha estado acumulando durante años—y tantas cosas que hablan acerca del matrimonio.
Y sin embargo, después de aprender lo que he aprendido acerca de los hombres, siento que hay muchas áreas en las que las mujeres necesitamos crecer. Tenemos que estar dispuestas a madurar un poco y reconocer que existen esas áreas que... bueno, veamos desde el punto de vista de ellos por un momento. Vamos a dejar de lado nuestros derechos, nuestras necesidades, y tratemos de estar dispuestas a reconocer y a tener nuestros ojos abiertos únicamente hacia las cosas que nuestros maridos necesitan.
Bárbara: Yo estoy totalmente de acuerdo. Es que en nuestra cultura, nos hemos enfocado en las mujeres, eso es en realidad más o menos, a partir de la última generación y debido al movimiento de liberación femenina y todo ese enfoque que se ha dado a los derechos de la mujer; y todo esto le ha hecho muchísimo daño a los matrimonios. La atención sobre las mujeres nos ha hecho ser egoístas, estar centradas en nosotras mismas, pensar solo en lo que necesitamos, y no pensar en lo que nuestros esposos necesitan.
Shaunti: Por alguna razón hemos desarrollado ese sentimiento interno y sutil de que las mujeres realmente somos las únicas buenas para una relación, y que las mujeres somos las que realmente tenemos habilidades interpersonales. Así que si hay un problema, probablemente es culpa del hombre, él solo tiene que aprender a relacionarse mejor. Y cuando desempacamos eso, lo que en realidad estamos diciendo es, que tienen que aprender a relacionarse de la misma manera que nosotras lo hacemos.
En cambio, lo que he encontrado es que esta es la forma en que los hombres han sido creados. Ellos tienen necesidades muy específicas. Así como queremos que ellos nos amen y nos apoyen de la manera que nosotras necesitamos, ¿por qué no podemos aprender a amarlos y apoyarlos de la manera que ellos necesitan? Esta es realmente una maravillosa oportunidad para nosotras.
Bárbara: Así es, y esto muchas veces nos lleva a llenarnos de orgullo y a ser arrogantes. Porque nos han enseñado que la manera en que nos relacionamos es la correcta y que los hombres no saben cómo relacionarse, entonces sutilmente empezamos a pensar que son ellos los que están equivocados.
Nancy: Y encima que son ellos los que tienen que cambiar
Bárbara: Sí, y que hay un problema con ellos, que tienen que arreglar, y que nosotras no tenemos ninguna responsabilidad.
Nancy: No estamos diciendo que los hombres no tienen problemas, o que los hombres no tienen que cambiar. Pero Dios no nos ha llamado a cambiar a los hombres.
Bárbara: No, ni a querer hacerlos como nosotras.
Nancy: Correcto, ni a hacerlos como nosotras. Shaunti, lo que me encanta de este libro, y de esta revelación acerca de los hombres, es que nos llama como mujeres, a estar dispuestas a hacer algunos ajustes.
Shaunti: Sí, así es. Frecuentemente hablo con personas que tienen las típicas presunciones que muchas de nosotras tenemos: «Bueno, si puedo adueñarme de las revelaciones de este libro y entenderlo mejor, podré cambiarlo». Y en el inicio del libro digo que está destinado a cambiarnos a nosotras.
Una de las cosas más maravillosas acerca de esto, es cómo he encontrado en mi propio matrimonio, que una vez queempezamos a darnos cuenta de que podemos acercarnos a nuestros maridos y les amamos de la forma en que ellos necesitan, esto los hace ser los hombres que Dios los creó para que fueran. De repente, empiezan a convertirse en los hombres que Dios quiere que sean, incluyendo ser un marido maravilloso, aunque ya lo fueran. Luego nos quieren amar más sacrificialmente. Es una situación donde todas las partes salen ganando.
Nancy: Espero que nuestras oyentes estén atentas a esta serie. Creo que traerá mucha esperanza a las mujeres.
Tenemos una gran cantidad de correos electrónicos de mujeres desesperadas, que tienen matrimonios conflictivos. Si aprenden de algunas de las ideas que muestras en este libro, Shaunti –y de Bárbara, de lo que ha aprendido a través de muchos años de matrimonio– esto les traerá esperanza.
El libro nos dice además que una mujer puede tener influencia en su marido si ella se convierte en la mujer piadosa que Dios quiere que sea. El impacto en su marido será significativo, y no solo en su marido, sino en los hombres en general.
Así que vamos a pasar ahora a la primera de esas revelaciones que creo que es tan fundamental, y que es una de las enseñanzas bíblicas claves para las mujeres sobre su relación con los hombres. Se inicia con esta revelación que creemos conocer, pero que realmente no entendemos por completo, y es que los hombres necesitan respeto.
Shaunti: Así es. Comencé realmente a aprender de esto, un poco cuando salí de la universidad. Yo era una nueva creyente, y estaba en un retiro con un montón de solteros. El tema del retiro era «Relaciones», que, como pueden imaginar, fue de gran interés para un puñado de solteros.
El orador del retiro vio este grupo de setenta personas, y nos dividió en dos grupos. Puso a los hombres a un lado y a las mujeres al otro lado del salón. Entonces dijo: «Voy a hacer una pregunta, y voy a pedirles que elijan entre estos dos malos sentimientos. Si tuvieran que elegir, ¿preferirías sentirte solo y sin amor en el mundo, o preferirías sentirte inadecuado e irrespetado?»
Nancy: ¡Francamente, yo no querría ninguno!
Shaunti: No, yo no los querría tampoco, pero si tuvieras que elegir uno, ¿qué escogerías? Y se volvió hacia los hombres, y dijo: «Bueno hombres, ¿quiénes aquí prefieren sentirse solos y sin amor? «Y todos los hombres que estaban allí levantaron sus manos, y se oyó un grito en el salón del lado de las mujeres».
Nancy: ¿Prefieren sentirse solos y sin amor que...?
Shaunti: ...Que sentirse inadecuados e irrespetados.
Nancy: Wao.
Shaunti: Como mujeres, queremos sentir más cariño y amor, así que era como pisar una tierra extraña para nosotras. No teníamos ni idea de que ellos pudieran elegir esto. Se volvió hacia el lado femenino del salón, y nos dijo: «Bien, mujeres, ¿quién aquí preferiría sentirse sola y sin amor?» Creo que solo dos, tres tal vez cuatro mujeres levantaron la mano, y se escuchó un grito gigante del lado de los hombres. Y él dijo: «Mujeres, ¿quién aquí preferiría sentirse inadecuada e irrespetada?» Casi todas las mujeres levantamos las manos.
Este predicador en el retiro dijo lo mismo que dije yo en el libro y que les pregunté a los hombres encuestados, que debían reconocer que para las mujeres en general, la mayor necesidad es sentirse amadas y apreciadas. Pero la necesidad más alta del un hombre, es sentir que su esposa lo respeta, lo admira, lo honra y confía en él.
De manera que, como mujeres, podemos irnos por la borda tratando de demostrarles lo mucho que los queremos, pero si no les demostramos también que los respetamos –y tal vez los criticamos en público o cuestionamos sus decisiones todo el tiempo– se van a sentir irrespetados, y entonces no se sentirán amados.
Nancy: Y esa es una manera diferente de pensar en una cultura que está dominada por el amor.
Shaunti: Por supuesto. Es interesantísimo. Yo hablaba con un señor que tiene un ministerio llamado, Amor y Respeto, un ministerio de matrimonios que se ocupa exactamente de esto. Él me señaló que en nuestra cultura hemos llegado a creer que el amor ha de ser incondicional, pero que el respeto debe ser ganado.
De hecho, si nos fijamos en las Escrituras, esta es, en realidad, una de las ideas completamente antibíblicas del matrimonio. Pero creo que esa es la presunción que muchas de nosotras nos hemos hecho realmente: que el respeto debe ganarse, y que vamos a respetar a nuestros maridos cuando se lo merezcan. Realmente, lo que Dios nos está diciendo es que eso sería lo mismo que tu marido te dijera: «Bueno, te voy a amar cuando te lo merezcas». Es absolutamente imperativo que aprendamos lo que las Escrituras quieren decir acerca de esto.
Nancy: Creo que la mayoría de las veces las mujeres respetan a los hombres de sus vidas, ellas sienten respeto, pero a veces no se dan cuenta de cómo con sus palabras o con sus acciones pueden transmitir todo lo contrario.
Bárbara: Sí, yo estoy de acuerdo Nancy. Por cultura las mujeres nos hemos convertido en críticas. Creo que nuestra cultura ha contribuido a crear ese espíritu crítico en nosotras cuando nos dice que tenemos que pensar en nuestras necesidades y nuestros propios deseos.
Así es que tal vez, sin ni siquiera darnos cuenta, nos hemos convertido en críticas de nuestros esposos y de los hombres con los que trabajamos, o con los que nos relacionamos de manera regular. Y ustedes saben que ni siquiera tenemos que hablar, solo tener una actitud crítica y un espíritu de superioridad. Eso no es sano en las relaciones. No es bíblico. No es lo que Dios nos ha llamado a hacer.
Shaunti: La otra cosa que he descubierto –y de nuevo, fue una revelación para mí también, quiero asegurarme de decirlo correctamente– porque yo también había cometido este error con mi esposo Jeff muchas veces. No solo los criticamos, sino que lo hacemos cuando ellos lo que más necesitan es nuestra gracia.
Sería lo mismo que si nuestros maridos pasaran el día sin hablar con nosotras, o nunca nos dieran ninguna señal de amor; de hecho, que hagan cosas que nos hagan sentirnos no amadas. Así es que ellos se sienten a medida que avanza su día porque, de nuevo, su mayor necesidad es sentir que les respetamos y que confiamos en ellos.
Y francamente, una de las cosas que escucho todo el tiempo de las mujeres es: «Bueno, ¿qué haces? ¿Cómo muestras respeto? ¿Por qué debería yo mostrarle respeto, o por qué debo yo respetarlo, si en realidad no se lo merece?» Y yo digo, realmente es paradójico. De la misma manera que, cuando no éramos dignas de Él, Cristo vino y murió por nosotras, y eso nos hace querer ser dignas de ese sacrificio. Nos hace querer vivir una vida santa.
Lo mismo les ocurre a los hombres. Si escogemos demostrarles, porque en realidad es una elección, respeto y confianza, incluso si no sentimos que en realidad se lo han ganado, ellos querrán ser dignos de ese respeto.
Nancy: Y eso requiere de fe, el creer que Dios realmente obrará en ellos. Hay que lanzarse mar adentro, y decir: «Señor, voy a obedecerte a ti y a Tu Palabra, sin importar cómo me sienta, a pesar de que mi marido haya herido mi espíritu. Yo voy a confiar en Ti lo suficiente para obedecerte y dejar que seas Tú que trates con él».
Shaunti: Así es. Lo bueno de esto es –que por la forma en que Dios creó al hombre y a la mujer– cuando realmente das un paso de fe y haces eso, a veces los resultados son inmediatos. Quiero decir, ¡es maravilloso!
Es maravillosa la manera en que Dios nos diseñó para tener que recibir estos estímulos a lo largo del camino, aunque solo sea, por ejemplo, el dejar de burlarnos de ellos en público, o hablar mal de ellos a sus espaldas. ¿Sabes lo que esto hace? Afirma profundamente en nuestros corazones que no son dignos de respeto. Cuando hablamos de ellos a sus espaldas, podemos pensar que no los estamos afectando en nada, pero somos nosotras, las que estamos creando esa sensación dentro de nosotras mismas.
Bárbara: Bueno, es también una cuestión de enfoque, y si estamos enfocándonos en lo que no nos gusta, y lo que pensamos no es digno de respeto, entonces eso nos va consumiendo.
Esa fue una de las cosas interesantes que aprendí más o menos en el primer año de matrimonio. Recuerdo estar pensando en las cosas espirituales que debía hacer de recién casada, por ejemplo orar por las cosas que en la vida de mi esposo necesitaban ser arregladas o cambiadas, o en las que él necesitaba crecer.
Nancy: ¿Quieres decir que pensaste que había algunas cosas que tenían que cambiar en Dennis Rainey?
Bárbara: Oh sí y me sorprendieron, porque cuando me casé con él, tuvimos un noviazgo muy corto y nos comprometimos enseguida. Entonces comencé a descubrir algunas cosas en ese primer año que me preocuparon. Me di cuenta que «él no era tan maduro como yo pensaba que era», y vinieron a mis pensamientos cosas como, «bueno y ahora qué puedo hacer, ¿cómo puedo manejar esto como una esposa cristiana?» Y entonces decidí que lo más cristiano sería orar por esas actitudes. Hice una lista en mi cuaderno de oración de las cosas que sentía que Dios tenía que trabajar en su vida.
Pero oye, lo más interesante de esto fue que luego de unas semanas, me di cuenta que al orar por esas cosas todos los días, yo me estaba concentrando demasiado en ellas. Memoricé esa lista que había hecho para orar y al final de solo tres semanas, o más o menos un mes, me di cuenta de que me estaba consumiendo por todo lo que sentía que tenía que ser cambiado en la vida de mi esposo.
Me postré ante mi Señor, y le dije: «Señor, esto no está funcionando. No me gusta lo que siento por él, estoy todo el tiempo centrada en lo que está mal, o en lo que yo creo que está mal». Y fíjate, Dios podría pensar que no estaba mal, pero yo había llegado a la conclusión de que no estaba bien. Y dije: «Señor, te lo entrego. Voy a romper esta lista, y no volveré a orar por las cosas que deben cambiar en su vida. Si quieres cambiarlo, es asunto Tuyo, no mío. Me voy a enfocar mejor en las cosas buenas».
Esa es realmente una manera práctica en la que como mujeres podemos mostrar respeto a nuestros esposos, enfocándonos en las cosas que son buenas, en todo lo bueno que él tiene, las cosas que hace correctamente. Dar las gracias por ellas, alabarlo por ellas, animarlo por esas cosas. Y como Shaunti acaba de decir, verlos brillar cuando les mostramos respeto por lo que es bueno, lo que es honorable y lo que es respetable en su vida.
Nancy: Creo que es hora de que volvamos a lanzar un reto que hemos hecho otras veces en Aviva Nuestros Corazones, y que siempre ha sido recibido positivamente. Hemos recibido muchos correos electrónicos informándonos cómo esto ha cambiado vidas. Así que si no has oído esto antes, o incluso si lo has oído, pero nunca lo has hecho, o tal vez lo has hecho y quieres hacerlo de nuevo, te estamos desafiando con el Reto de 30 días para las esposas. Durante los próximos 30 días, no puedes decir nada negativo acerca de tu marido ni a él, ni a nadie más.
Cuando he dado ese reto en las conferencias, veo a algunas personas que parece que van a caerse de sus sillas y dicen: «Yo no creo que pueda hacer eso». Oye, si eso es un problema para ti, entonces probablemente has desarrollado algunos malos hábitos, y estás viendo a tu marido con ojos negativos.
Eso es parte del reto. No puedes decir nada negativo de él durante los próximos 30 días.
Ahora el lado positivo: Todos los días, durante los próximos 30 días, debes encontrar algo que aprecies o admires de tu marido. Díselo a él, y díselo a otra persona. Les he dicho a las mujeres: «Si no puedes pensar en 30 cosas que aprecies de tu marido, piensa en una cosa y dísela todos los días durante los próximos 30 días». Y luego quiero que nos escribas y nos digas, como muchas otras mujeres lo han hecho en el pasado, lo que pasó en tu matrimonio.
Les he dicho a las mujeres que no puedo garantizar que esto vaya a cambiar a sus maridos, aunque él puede despertar una mañana preguntándose si está casado con una mujer diferente, pero te puedo asegurar que te va a cambiar a ti. Va a cambiar tu perspectiva, y comenzarás a ver a tu marido con nuevos ojos.
Así que escríbenos y dinos acerca de esto, como lo hizo una mujer. Ella nos dijo: «Es solo el primer día, y no puedo creer que mi marido me respondiera tan bien hoy, nuestra relación estaba tan tensa, que pensé que sería inútil. Él está más cálido y se comunica de nuevo conmigo en la medida en que le muestro respeto, y solo es el primer día».
Shaunti: Eso es porque nuestros maridos están tan hambrientos de esto. Son como esponjas secas, y esto refresca sus espíritus, porque, de nuevo, esto es lo más importante para ellos. Él necesita sentir: «Soy apreciado».
Nancy: Vamos a retomar de nuevo este tema del respeto mañana porque creo que es muy importante. Vamos a hablar más sobre cómo comunicarles respecto a los hombres, y también lo que comunica irrespeto; pero acabo de leer en Efesios capítulo 5, un pasaje con el que la mayoría de nosotras estamos familiarizadas, pero yo voy a leer en la versión ampliada, lo que dice de una forma tan poderosa.
Efesios capítulo 5, versículo 33, la segunda parte del versículo dice: «y que la mujer respete a su marido». Y luego lo amplía en esos términos, y esto es lo que dice: «para que ella lo note, lo reverencie, lo honre, lo prefiera, lo venere, y lo estime, y que delegue en él, le alabe, ame y admire sobremanera».
Annamarie: Has estado escuchando una retadora conversación entre Nancy DeMoss de Wolgemuth, Shaunti Feldhahn y Barbara Rainey. Nancy regresará en un momento con nosotras.
La serie de programas que inicia hoy lleva el mismo título del libro escrito por Shaunti Feldhahn, titulado, «Solo para mujeres». Este libro está disponible en español, así que búscalo en tu librería cristiana favorita.
La entrevista que escuchaste hoy ha sido de mucha bendición para nuestras oyentes. Algunas de ellas nos han escrito para dejarnos saber el impacto que esta ha tenido en sus vidas.
Una mujer llamada Laura nos dijo,
«Queridas hermanas, este ministerio es de gran bendición para mí y doy gloria a Dios por sus vidas y le pido que las bendiga cada día con temor a Él y sabiduría fruto de ese temor. Me está gustando mucho esta serie y son pautas que nos sirven aún a las que estamos solteras con novios ya que entiendo que no debemos esperar a ser esposas para respetar a nuestras parejas. ¿Por qué no ir haciendo desde ya el hábito? Es un gran reto que tenemos por delante pero con el Señor sé que podamos llegar a ser mujeres agradables a Él y a nuestras parejas».
Y Rosa, quien no había escuchado estos principios anteriormente, ni tuvo un modelo en su hogar nos escribió,
«Saludos y Bendiciones!! Hoy mi esposo es pastor asociado, y yo lucho cada día por honrarlo y respetarlo, pero caigo frecuentemente en la crítica y la deshonra. Me frustra y me entristece porque quiero ser firme y constante en ser una mujer de la Palabra y le pido ayuda a Dios para que me transforme cada día. Es una bendición escucharles, aunque a veces es una palabra dura y confrontadora, es necesaria para nosotras. Que Dios las siga bendiciendo, y les siga dando iluminación y sabiduría para impartirla, y enseñar a tantas mujeres que lo necesitamos. ¡Abrazos!».
Si este programa ha sido de bendición para tu vida, ¡compártelo con otras mujeres y juntas llevemos el mensaje de libertad, plenitud y abundancia en Cristo! Compártelo fácilmente a través de nuestro sitio web, AvivaNuestrosCorazones.com.
Y bueno, no es el equipo de Aviva Nuestros Corazones que hace posible estas transmisiones. Nancy,
Nancy: Quiero darle las «gracias» de una forma especial a cada persona que apoya Aviva Nuestros Corazones a través de sus oraciones y de sus donaciones.
Quiero que sepas que no simplemente estás orando o dando para apoyar a personas que no conoces, o personas sin nombre. Al contribuir te haces parte de la historia que Dios está escribiendo en las vidas de mujeres como Laura, Rosa y muchas otras de las que hemos escuchado.
Estoy muy agradecida por tu colaboración a Aviva Nuestros Corazones, en especial este mes de mayo. Y estoy aún más agradecida por el fruto espiritual que Dios está produciendo en el corazón de muchas mujeres como resultado de ese apoyo.
Confiamos en la provisión de Dios durante esta temporada en la que cierra nuestro año fiscal. Dios es nuestro Donante primario, con «D» mayúscula. Él es el Dueño de todo, ¿no es cierto? Y Él obra por medio de su pueblo para suplir las necesidades de un ministerio como Aviva Nuestros Corazones. Así que sabemos que cualquier suma que Dios nos dé al cierre de este mes ese será el plan de Él para nosotros. Y estamos confiadas en que Él obre por medio de personas como tú para proveer exactamente lo que Él sabe que necesitamos.
Para hacer una donación visítanos en AvivaNuestrosCorazones.com. Muchas gracias por apoyarnos en este ministerio, en la medida en que continuamos ayudando a mujeres a experimentar el gozo, y el poder de la verdad de Dios en sus vidas.
¿Si le preguntaran a tu esposo… diría él que eres su porrista número 1? ¿Diría él que estás en su equipo? Shaunti y Barbara regresan mañana para hablarnos acerca del valor de animar a nuestros esposos. No te pierdas la continuación de esta conversación, aquí en Aviva Nuestros Corazones.
Annamarie: Agradecidos por tu involucración con este ministerio, Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.
Todas las Escrituras son tomadas de La Biblia de las Américas a menos que se indique lo contrario.
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