¿Por qué es tan dura la vida?
Carmen Espaillat: Aquí está Joni Eareckson Tada.
Joni Eareckson Tada: Se supone que la vida es dura, por causa del pecado la vida es dura. Jesús dijo: «En el mundo tendréis aflicción..», así que no dejes que te sorprenda la prueba de fuego que está a punto de probar tu fe.
Carmen: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth en la voz de Patricia de Saladín.
Con nosotras, Nancy.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Continuamos hoy nuestra conversación con mi amiga Joni Eareckson Tada, y como he mencionado en programas anteriores, ha sido un sueño y un deseo en mï desde hace mucho tiempo, el que podamos juntarnos a conversar y que nuestras oyentes en Aviva Nuestros Corazones puedan participar de la conversación. Es divertido sentarse a la mesa y escucharte compartir tu corazón.
Joni, siempre he apreciado lo transparente y vulnerable que estás dispuesta a ser, acerca de …
Carmen Espaillat: Aquí está Joni Eareckson Tada.
Joni Eareckson Tada: Se supone que la vida es dura, por causa del pecado la vida es dura. Jesús dijo: «En el mundo tendréis aflicción..», así que no dejes que te sorprenda la prueba de fuego que está a punto de probar tu fe.
Carmen: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth en la voz de Patricia de Saladín.
Con nosotras, Nancy.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Continuamos hoy nuestra conversación con mi amiga Joni Eareckson Tada, y como he mencionado en programas anteriores, ha sido un sueño y un deseo en mï desde hace mucho tiempo, el que podamos juntarnos a conversar y que nuestras oyentes en Aviva Nuestros Corazones puedan participar de la conversación. Es divertido sentarse a la mesa y escucharte compartir tu corazón.
Joni, siempre he apreciado lo transparente y vulnerable que estás dispuesta a ser, acerca de tu propia vida y eso me ha permitido conocer lo que hace genuina y verdadera a una persona pública.
Gracias por abrir tu corazón y tu vida a tantas personas que nos acompañan. Esta clase de cosas son las que nos ayudan a ser el pan partido y el vino derramado, y tú has estado dispuesta a ser ambas. ¡Muchas gracias!
Joni: Bueno, gracias por invitarme de nuevo, Nancy. El estar contigo en Aviva Nuestros Corazones… para mí también ha sido un sueño hecho realidad.
Tus grabaciones, tu testimonio, tus libros, y especialmente tus escritos sobre la santidad han avivado mi corazón en más de una ocasión, cuando yo necesitaba un toque fresco, una nueva percepción de la Palabra de Dios. Así que ¡gracias por el ministerio que tienes, no sólo para todas las amigas que nos escuchan, sino para mí también! ¡Gracias por eso!
Nancy: Oh, gracias. Y eso me recuerda algo… creo que una de las claves que he visto en tu vida en cuanto a cómo hacer frente a las limitaciones, las discapacidades y el sufrimiento, es que has desarrollado una perspectiva centrada en Cristo y en los demás.
Estoy sentada aquí pensando en las observaciones que me has hecho en algunas ocasiones durante los últimos años. Nunca sabrás lo oportunas que han sido esas palabras de aliento cuando tomas tiempo para decir: «El Señor te usó para ministrarme. ¡Muchas gracias!»
Tú has demostrado un espíritu agradecido y un corazón para animar a otros, ¿y no crees que una de las claves para vivir una vida que no esté sumergida en uno mismo o que no ceda a la autocompasión es teniendo un corazón agradecido, extendiendo la mano y tocando las vidas de otros?
Joni: ¡Oh sí!. Recuerdo una vez, estar en una sesión de firmas de autógrafos, ya sabes, en la librería. Había alrededor de 75 a 100 personas, y yo escribía con mi boca. Estaba firmando mi nombre con la pluma en la boca, y una mujer en la fila me dijo: «Cariño, tengo algo para refrescarte. ¿Me puedes dar tu lapicero?»
Se acercó, cogió mi pluma y tomó un refrescante bucal, roció la punta del lapicero y lo puso de nuevo en mi boca. ¡Fue tan lindo! Era justo lo que necesitaba—algo que me animara.
Pero en esa misma fila, había otra mujer que estaba cerca del final de la fila. Yo estaba tan cansada, tan fatigada. Ella me entregó una nota que colocó entre mi pierna y el costado de mi silla de ruedas. Me dijo: «Sólo lee esto cuando regreses al hotel.»
Y esa noche, tarde, cuando estaba a punto de ir a la cama, vi la notita allá abajo al lado de mi pierna. «¡Oh, oh, ábrela! Vamos a ver lo que dice.» Y mi dama de compañía la abrió y leyó sólo un simple versículo bíblico.
Y era 2 Corintios 9:12, y simplemente decía: «Este servicio que realizas abundará en muchas acciones de gracias a Dios» (parafraseado). Y me puse a llorar porque estaba tan cansada, tan cansada, y esa mujer tomó tiempo para escribir esa Palabra y animarme.
Que dádiva tan maravillosa es el ánimo que nos damos de mujer a mujer. Tan solo escribir esa nota especial, hacer esa llamada, recordar a un amigo en oración, acompañar al vecino que ha pasado por un momento difícil. Nunca sabremos cómo las semillas del evangelio que sembramos, la poca luz que reflejamos, ese ánimo que ofrecemos que es un refrigerio para otros, eso eleva el espíritu, ¿no crees?
Nancy: Y lo que esto hace por nosotras, es que en la medida en que damos aliento a los demás, somos levantadas del lodo cenagoso para alcanzar y pensar en ese momento en alguien que no seamos nosotras mismas.
Joni: Tengo en mi teléfono una lista de alrededor de 12 cuadripléjicos. Hombres o mujeres que se han roto el cuello en los últimos dos años, y que están realmente luchando.
Cuando tengo un minuto libre entre proyectos, los llamo por teléfono. Les hago una llamada. Les hago saber que: «Estoy orando por ti hoy, no te desanimes.»
Nancy: Y es increíble lo que esto produce en nosotras, cuando Dios nos da la gracia y nosotras ejercitamos la fe para mirar más allá de nosotras mismas, para mirar hacia arriba y hacia fuera…yo encuentro que Dios a menudo ministra y alienta mi propio corazón cuando yo cojo el teléfono, o escribo esa nota o pienso en alguien más.
El cuerpo de Cristo, ese es un gran regalo que el Señor nos ha dado a nosotros como Sus hijos. Tú dijiste que nadie debería tener que sufrir solo, y que has visto al cuerpo de Cristo realmente venir unido a tu alrededor, desde los primeros días después de tu accidente y durante estos 40 años. Tú has experimentado la bendición que es tener el cuerpo de Cristo rodeándote.
Joni: Había un pequeño grupo de mis amigas de secundaria que, cuando sufrí la primera lesión, se reunieron con nuestro líder juvenil de la iglesia. Cada jueves por la mañana antes de la escuela, ellas se reunían y oraban durante una hora por mí, mientras compartían jugo de naranjas y donas.
Sé que todavía estoy sintiendo las repercusiones de esas oraciones. A veces nos olvidamos de que Dios disfruta usar nuestra intercesión para a través de ella, hacer que Su voluntad se mueva en la vida de otro.
No importa lo cobardes o débiles que sean nuestras oraciones, si al menos levantamos a otros ante el trono de Dios… creo que sólo en el cielo nos será revelado cómo Dios usó nuestras palabras de exhortación, nuestras palabras de edificación, nuestras intercesiones, para realmente fortalecer a las personas a nuestro alrededor de una manera en la que nunca soñamos que Dios nos usaría. Nunca hubiéramos podido imaginar que fuera posible que Él usara nuestras débiles oraciones, nuestras pequeñas notas o buenos deseos — ¡pero Él sí usa todo esto!
Nancy: No puedo explicar lo que siento cuando oigo—como de hecho lo escucho a menudo—cuando alguien a quien nunca he visto antes, viene y me dice: «Yo oro por ti», y otros que me dicen: «Yo oro por ti todos los días.»
Estas son personas que no conozco, y pienso, «Oh Señor, gracias. ¿Qué hay de bueno en mi vida? ¡Cómo me sujetas y me sostienes como resultado de las oraciones de alguien más! Gracias Señor por el regalo de Tu pueblo.»
Joni: Exactamente. Y antes te dije que nadie debe sufrir solo. Nadie. Y he sido tan bendecida. Me acuerdo de lo que Dios dijo a Abraham. Él bendijo a Abraham para que Abraham a su vez pudiera ser de bendición para las naciones.
Si hemos recibido alguna gracia de Dios, cualquier don, cualquier recurso, cualquier beneficio económico, alguna comodidad, algún lujo, si hemos recibido cualquier cosa, pasemos eso a los demás, y eso es lo que disfruto hacer todo el tiempo. Por eso creo en la importancia de mantenernos pasando la bendición hacia otros.
Nancy: Y Dios te ha usado en tu ministerio Joni & Friends, para ministrar aliento y gracia a las personas con discapacidad de manera muy práctica. Esto me recuerda que no son sólo nuestras oraciones, no son sólo nuestras palabras, como cuerpo de Cristo, tenemos que estar en sintonía y ser sensible a las necesidades prácticas de los demás, sirviendo no sólo a personas con discapacidades físicas, sino aquellos que tengan cualquier grado de necesidad.
Tú has visto a Dios usar personas en tu vida. Estamos sentadas aquí con tu amiga Rainey, que te está sirviendo de manera práctica como otros lo han hecho en los últimos años. ¿Dónde estarías sin aquellos que tienen un corazón para servir?
Joni: ¡Todavía estaría en la cama! En lo personal, tengo como siete, ocho, o nueve diferentes Raineys, diferentes damas de compañía que cualquier mañana, vienen a mi casa y me preparan para el día. Y te digo, ¡qué ministerio estas chicas son para mi vida!
Pero yo sé que tengo un ministerio en sus vidas, también. Todas las mañanas, antes de salir de la habitación, después de aproximadamente hora y media o dos horas en que termina el proceso de levantarme, tomamos tiempo para orar.
Tomamos tiempo para sentarnos en el ventanal de mi dormitorio y mirar el paisaje afuera; tomamos el tiempo para abrir un himnario, para cantar, bendecir y alabar a nuestro Creador y sostenernos unas a otras en oración. A menudo digo a mis amigas que van a recibir muchas, muchas joyas, en sus coronas por haber servido a la menor de sus hermanas.
Nancy: Y el menor de los hermanos en el caso de nuestras oyentes puede ser una mamá que tiene cuatro niños en edad preescolar y sólo necesita una mano amiga. Eso se convierte, en cierto sentido, en su silla de ruedas. Se siente confinada en su casa y no puede salir.
Puede ser sólo dar un poco de aliento, un poco de ayuda práctica, alguna comida, en algún momento hacer de niñera, existe un gran número de maneras en que podemos ser un estímulo para aquellos que están en necesidad.
Joni: Tú sabes, esa es una de las razones por las que todavía trabajo en Joni & Friends. La gente me dice: «Bueno, tú estás en una silla de ruedas, claro. Pero tienes un marido, él está bien, y tienes un buen matrimonio. Tú tienes una misión que cumplir, y estás en buen estado de salud. Tú vives cómodamente, Joni. Tú eres diferente.»
Bueno, tal vez yo vivo cómodamente. Tal vez tengo un gran esposo. Claro, tengo un trabajo, pero por lo mismo con más razón aún, debo pasar esa bendición adelante, lo que significa que, en Joni & Friends, nos acercamos a las familias con discapacidad en todo el país.
Llevamos a cabo retiros para las madres y los padres de niños con discapacidad, para esposos y esposas que tengan alguna discapacidad cercana a ellos. Consiste en cinco días de estudio bíblico, tiempos de oración, arte y artesanías; escalamos en sillas de ruedas, hacemos forros para las sillas de ruedas…Hacemos de todo, siempre con el propósito de que quede claro que cuando estamos en el cuerpo de Cristo, hay apoyo, hay sustento, hay ayuda.
A menudo le digo a las personas que se sienten deprimidas y desalentadas: «Hay alguien más en tu ciudad, alguien más en tu vecindario que tiene heridas peores que las tuyas. Necesitas saber quiénes son esas personas, conectate con ellos y ora por ellos, envíales notas. Llámalos. Visítalos.» Puede ser un hogar de ancianos. Pueden ser instituciones de ayuda. Esto tiene un poder de levantar la depresión, cuando prestamos atención a las necesidades de los demás.
Nancy: Y déjenme decirles, por cierto, a nuestras oyentes, si van a nuestra página web AvivaNuestrosCorazones.com, allí encontrarán un enlace para el ministerio de Joni & Friends, el ministerio de Joni. Allí podrán aprender cómo ser parte del ministerio de manera práctica y podrán ayudar a las personas con discapacidad.
Joni, espero que tengas muchos más amigos formando parte de Joni & Friends, como resultado de la transmisión de estos programas durante esta semana.
Joni: ¡Sí! ¡Qué bien!
Nancy: Tú mencionaste que alguien te deslizó una nota que tenía un versículo de la Escritura que Dios usó de manera oportuna para ministrarte y para alentar tu corazón. Sé que la Palabra de Dios ha sido un gran medio de gracia, fuerza, crecimiento y estímulo para ti. Ha sido un salvavidas para ti durante todos estos años, ¿no es así?
Joni: ¡Cielos,! Sí. De hecho, antes de empezar a grabar hoy, leí el capítulo 4 de 2 de Corintios; me encanta esa parte de las Escrituras. De hecho, el séptimo verso, donde dice:
«A pesar de que están en desventaja en todos los lados, no estamos aplastados. Aunque estamos en apuros, no estamos en desesperación. A pesar de que hemos sido derribados, no estamos fuera de combate. Porque se supone que cada día debemos experimentar de alguna forma la muerte de nuestro Señor Jesucristo» (2 Corintios 4:8-10, parafraseado).
En otras palabras, se supone que la vida es dura. Por causa del pecado la vida es dura. Jesús dijo: «En el mundo tendréis aflicción» (Juan 16:33, parafraseado), así que no dejes que te sorprenda la prueba de fuego que está a punto de probar tu fe.
Si yo no tuviera esa perspectiva, estaría tan cegada por los mensajes de los medios de comunicación de este mundo, que me dicen que para lucir bella debo probar el nuevo aceite de los productos Olay, y bajar de peso de esta otra manera, conducir este coche y que debo vacacionar en este lugar del Caribe.
Estaría tan confundida por los mensajes que bombardean mis susceptibilidades, pero la Palabra de Dios es como un giroscopio y un giroscopio mantiene firme las cosas que se mueven constantemente, como un barco en un mar tumultuoso. Un giroscopio estabiliza las cosas en movimiento.
Nos estamos moviendo a través de esta vida, y nuestro único giroscopio para mantener el equilibrio emocional es la Palabra de Dios, el giroscopio de la Palabra de Dios nos mantiene en rumbo.
Nancy: Tanto tú como Ken han memorizado las Escrituras durante años. Recuerdo que la última vez que lo vi estaba citando algo, que creo que era del Sermón del Monte. Olvidé qué era lo que él estaba memorizando en aquél momento.
¿Qué han estado memorizando recientemente?
Joni: Bueno, él ha estado memorizando Romanos capítulo 12, y mi amiga Rainey (del equipo que me despierta los miércoles), y yo hemos estado memorizando el Salmo 63:
«Oh Dios, tú eres mi Dios; te buscaré con afán. Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela cual tierra seca y árida donde no hay agua. Así te contemplaba en el santuario, para ver tu poder y tu gloria. Porque tu misericordia es mejor que la vida, mis labios te alabarán.» (Salmo 63:1-3)
Ese es un buen versículo para citar al Señor. Te repito, cuando estoy en la cama, busco aprenderme el lenguaje de Dios para poder hablarle a Él. Los salmos que memorizamos (estoy memorizando algunos con la chica del equipo que me despierta los miércoles; con otro grupo de chicas estoy memorizando otra parte de las Escrituras), es una manera de ministrarles a ellas—no sólo se enriquece mi corazón, sino que ellas son ministradas.
Nancy: Y yo sé que te gusta cantar himnos.
Joni: Sí, yo los memorizo.
Nancy: ¿Por qué son los himnos tan valiosos para ti?
Joni: Bueno, los himnos antiguos están llenos de grandes doctrinas. No es que los modernos coros contemporáneos no sean bíblicos. Hay algunas maravillosas canciones de alabanzas que nos llegan de Gran Bretaña en estos momentos que son ricas en sana doctrina.
Algunos de estos himnos antiguos son hermosos:
Maravilloso es el gran amor. Que Cristo el Salvador derramó en mí; (Siendo rebelde y pecador, yo de su muerte causa fui. ¡Grande, sublime, inmensurable amor! Por mí murió el Salvador.
¡OH, MARAVILLA DE SU AMOR, POR MÍ MURIÓ EL SALVADOR!
Hay una estrofa en ese himno en particular:
En vil prisión mi alma padeció, atada en pecado y oscuridad; pronto en mi celda resplandeció la clara luz de su verdad; Cristo las férreas cadenas destruyó, quedé ya libre ¡Gloria a Dios!
Hoy ya no temo la condenación; Jesús es mi Señor, y yo suyo soy. Vivo en el que es mi salvación, vestido en su justicia voy. Libre acceso al Padre gozo ya y entrada al trono celestial.
Puedo cantar que a pesar de que estoy sentada en una silla de ruedas. «Vestida de Su justicia voy, libre acceso al Padre gozo ya.» Ese es un himno maravilloso para cantarlo en la autopista cuando el tráfico está paralizado.
Nancy: A menudo he dicho de mi propio peregrinar que cuando estoy siendo arrastrada hacia el lodo y el fango del desaliento o la autocompasión, que las dos cosas que elevan mi corazón más que todo lo demás son, la memorización de las Escrituras—que puedo recitar al Señor en momentos de necesidad—y el cantar al Señor.
Frecuentemente les pregunto a las mujeres cuando están luchando contra la depresión o el desaliento: «¿Estás memorizando las Escrituras, o, estás cantando?» ¿Y sabes?, esto me persigue.
Recientemente cuando estaba luchando con una época difícil y oscura, un amigo me dijo, «¿Has cantado recientemente?» Y yo necesitaba escuchar eso. Necesitaba hacerme esa pregunta.
Creo que esas dos cosas hacen más que cualquier otra cosa. Hay algo que a Satanás no le gusta cuando cantamos alabanzas y citamos las Escrituras al Señor. Creo que hay momentos en los que, en su intento de atacarnos y desalentarnos, siente repulsión cuando ve esto y tiene que dar marcha atrás cuando alabamos.
Joni: Estoy tan agradecida de que tú menciones esto. Me hace pensar en el estímulo de Efesios capítulo 3, versículo 10, cuando dice: «Es ahora la intención de Dios que a través de nosotros, la Iglesia, de dar a conocer a los principados y potestades Su multiforme sabiduría» (parafraseado).
Ahora, para parafrasear esto, lo que Dios está diciendo es: «Mira, eres mi pizarra sobre la que voy escribir con tiza Mis maravillosas lecciones sobre Mí mismo en favor de los millones y millones y millones de seres invisibles, poderes, principados, gobernantes de las tinieblas, de Satanás y de sus huestes.»
Todos los seres invisibles están de puntillas, parados allí para ver cómo rayos esta mujer responde a esta situación. ¡Qué grande debe ser su Dios para inspirar esta clase de lealtad!
Me muevo a través de la vida cantando, y gracias por mencionarlo, Nancy, o citando las Escrituras o abrazando a una amiga y orando con ella, si ella está pasando por un mal momento... allí mismo en el centro comercial—en cualquier lugar, allá afuera, o en el vestíbulo de un restaurante, sólo me detengo a orar.
Hice justo eso la otra noche en el centro comercial. «Bueno amigos, vamos a parar y orar antes de separarnos.» Y allí, en medio del centro comercial, los cinco nos tomamos de las manos y oramos.
Eso habla, no sólo a la gente que camina por allí, sino también a los seres invisibles que observan y que desprecian el hecho de que en un lugar público, podamos reconocer a Jesús. «¿Cómo se atreven?»
¿No es grandioso avanzar contra el enemigo y recuperar un poco más de territorio aquí en la tierra para el Rey cantando alabanzas a Dios u orando juntos? Es un servicio. Es una victoria en Jesús.
Nancy: Sé que otra cosa que te mantiene en marcha es la visión del cielo—la meta que ves más allá. ¿De qué forma te ha inspirado esto?
Joni: Bueno, de esto se trata, ¿no es así? Quiero decir que, no debemos acomodarnos demasiado en este planeta, porque siempre terminará rompiendo sus promesas. Nunca las cumple, sólo el cielo mantiene todas sus promesas.
Es lógico que Dios no quiera que nos aclimatemos demasiado a este mundo. Él quiere que el sufrimiento empuje y mueva nuestra perspectiva, fijándola arriba en las glorias celestiales, donde Él personalmente enjugará todas las lágrimas.
Oh, Nancy, yo sólo creo que es tan asombroso que uno de estos días cuando por fin vuelva a usar mis manos—manos nuevas y glorificadas—y tenga la oportunidad de enjugar mis lágrimas –que no tendré que hacerlo porque Dios lo hará. Este es un precioso pensamiento para mí.
Y te repito, ya lo hemos dicho antes, yo sé que cada pequeña cosa que hago aquí en la tierra tiene una relación directa con mi capacidad de gozo, servicio y adoración en el cielo. No quiero desperdiciar mis sufrimientos. Simplemente no quiero dejar pasar ninguna oportunidad a causa de un espíritu quejumbroso.
Nancy: Entonces, no es simplemente una cuestión de pasar por la vida hasta que podamos salir de este desastre y llegar al cielo. Lo que estamos viviendo en este momento realmente tiene un propósito y tiene algunos puntos que pueden conectarse con lo que vamos a experimentar por toda la eternidad.
Joni: Exactamente!. Quiero sujetar la mano de mi Salvador, y cuando sienta las cicatrices de los clavos y lo mire a la cara, decir: «Gracias, Jesús,» Yo sé que Él sabrá que lo digo porque me reconocerá por haberme unido a Él en comunión al compartir Sus padecimientos.
Se dará cuenta de que yo fui la que vino a Él sin fuerzas, con mi hemorragia, y que poder salió de Él. Él podrá identificarlo. Nuestros sufrimientos aquí en la tierra nos preparan para el encuentro con Jesús y, de hecho, sientan las bases para que podamos disfrutar de la eternidad con una capacidad aún mayor de la que jamás soñaríamos, si no hubiéramos tenido que sufrir en la tierra.
Nancy: Joni Eareckson Tada, sé que tus palabras de esperanza, gracia y estímulos han ministrado hoy a muchas de nuestras oyentes. Quiero decirles a nuestras oyentes, que espero que hayan oído algo en el día de hoy que las mueva a avanzar hacia Cristo, y hacia Sus propósitos en sus vidas.
Pudiera ser, la necesidad de sacar esa Biblia que has mantenido en tu mesita de noche por tanto tiempo, para entrar en el Salmo 63, o en 2 Corintios capítulo 4 o en uno de los otros pasajes que hemos citado y dejar que Dios ministre y refresque tu espíritu.
Pudiera ser que sólo sientas la necesidad de empezar a cantar, estés donde estés. Tal vez tú necesitas apagar el radio y sólo cantar al Señor. Puede ser que necesites salir de ti misma, tomar el teléfono y llamar a alguien más que tenga una necesidad.
O tal vez es un asunto de simplemente fijar hoy los ojos en Jesús, pensando en el cielo o pensando, ¿cómo será cuando vea a Jesús? Todos los dolores de la tierra, las lágrimas y aflicciones son sólo un pequeño punto en la pantalla y pasarán, y tú piensas, «¿Qué le querré decir a Jesús? ¿Qué quiero que Él me diga?»
Y Dios fortalecerá y alentará tu corazón en la medida en que fijes tus ojos en Él. Volveremos mañana con Joni Eareckson Tada. ¡Queremos hablar de tu marido, Joni!
Joni: ¡Muy bien!
Nancy: Sé que nuestras oyentes quieren poder echar un vistazo a tu vida y tú matrimonio. Muchas de nuestras oyentes están casadas y tienen problemas reales, al igual que tú en el matrimonio, y queremos saber cómo Dios está obrando en esa área de tu vida..
Únete a nosotros de nuevo mañana aquí junto a Joni Eareckson Tada en Aviva Nuestros Corazones.
Carmen: ¿Por qué no seguir el ejemplo de Joni? Si ella puede escribir notas de aliento utilizando sólo sus dientes, supongo que nosotras también podemos alentar a alguien.
El cielo es su verdadero hogar. ¿Podríamos describir la actitud de Joni de esta manera, verdad? Esto podría describirte a ti también. Joni te ofrece ayuda en su libro, «El cielo: Su verdadero hogar.» Búscalo en tu librería cristiana favorita.
Una oyente nos escribió recientemente,
«Les escucho todos los días. Son en realidad inspiradas por la guía del Espíritu Santo. Sigan adelante. Oro por el programa, para que más mujeres veamos la gloria de Dios, teniendo nuestras vasijas llenas de aceite.»
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Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.
Todas las Escrituras son tomadas de La Biblia de las Américas a menos que se indique lo contrario.
Maravilloso Es El Gran Amor (And Can It Be), Steve Green, Himnos: Un Retrato de Cristo ℗ 1992 Sparrow Records
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