¿Por qué es la vida humana valiosa?
Carmen Espaillat de Morillo: ¿Has pensado en el valor que tienes como ser humano?
Nancy DeMoss de Wolgemuth: Tú puedes amar a tu mascota, pero te digo algo: tu mascota no es nada comparada contigo. Dios tiene un afecto único y especial por los seres humanos –por los hombres y las mujeres, por su creación– que es diferente de lo que Él piensa o siente acerca de cualquier otra cosa creada.
Carmen: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
A través de varias series este año, Nancy nos ha estado hablando acerca del Manifiesto de la Mujer Verdadera. Hoy continuamos con la tercera parte de las series sobre las afirmaciones contenidas en este documento. Hemos llegado a la declaración acerca del valor de la vida. Estaremos respondiendo la siguiente pregunta: ¿Por qué la vida humana es extremadamente valiosa?
Iniciemos escuchando …
Carmen Espaillat de Morillo: ¿Has pensado en el valor que tienes como ser humano?
Nancy DeMoss de Wolgemuth: Tú puedes amar a tu mascota, pero te digo algo: tu mascota no es nada comparada contigo. Dios tiene un afecto único y especial por los seres humanos –por los hombres y las mujeres, por su creación– que es diferente de lo que Él piensa o siente acerca de cualquier otra cosa creada.
Carmen: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
A través de varias series este año, Nancy nos ha estado hablando acerca del Manifiesto de la Mujer Verdadera. Hoy continuamos con la tercera parte de las series sobre las afirmaciones contenidas en este documento. Hemos llegado a la declaración acerca del valor de la vida. Estaremos respondiendo la siguiente pregunta: ¿Por qué la vida humana es extremadamente valiosa?
Iniciemos escuchando un sermón poético, escrito en el año 1927 por James Weldon Johnson. Francis Vargas recita en español una parte de ese poema:
Del lecho del río Dios tomó el polvo de la tierra;
Y a orillas del río se arrodilló;
Y allí el gran Dios Altísimo
Quien encendió el sol y lo fijó en el cielo,
Quien extendió las estrellas hasta el rincón más lejano de la noche,
Quién le dio forma a la tierra con la palma de Su mano;
Este Gran Dios, como una madre inclinada sobre su bebé,
Se arrodilló, laborando con una masa de polvo
Hasta que le dio la forma a Su propia imagen;
Luego sopló en su nariz aliento de vida;
Y al hombre en criatura viviente lo volvió
Nancy DeMoss de Wolgemuth: Bueno, acabamos de escuchar una representación creativa de una de las escenas más conmovedoras e importantes de toda la Biblia. Esa escena, la creación, es el fundamento, marca el inicio de la siguiente afirmación en el Manifiesto de la Mujer Verdadera. Déjame leer esa afirmación. Luego quisiéramos pasar un par de días desglosándola y meditando en su significado.
La vida humana es preciosa para Dios y debe ser apreciada y protegida desde el momento de la concepción hasta la muerte.
La santidad de la vida. Si has estado viva por algún tiempo sabrás que existe una gran división alrededor de este tema en nuestro país y en otros países del mundo. Escuchas mucha retórica, muchas emociones intensas, muchos dedos que se señalan unos a otros en cuanto a este punto. Es fácil para aquellas de nosotras que consideramos ser provida, lanzar «granadas» a aquellas que no están de acuerdo con nosotras.
Pero quiero tomar un tiempo para examinar este tema desde una perspectiva bíblica, y quizás de una forma en la que no lo hemos considerado aún. En el programa de hoy quiero que veamos por qué la vida humana es tan valiosa para Dios.
Luego, en el próximo programa quiero que hablemos acerca de esta cultura de muerte que es tan prevalente en nuestra sociedad, y sugerir algo que quizás no hayas considerado antes. Y es que muchas de nosotras que nos llamamos provida podemos, de hecho, pudiéramos ser culpables de promocionar una cultura de muerte. Así que quiero hablar luego acerca de cómo podemos promover una cultura de vida.
Pero la base de esta afirmación es que la vida humana es preciosa para Dios. Quiero darte cinco palabras hoy para que comprendamos mejor este concepto. Cinco palabras para describir por qué Dios valora la vida humana, por qué es tan preciosa para Él, y cómo la vida humana difiere de todas las demás formas de vida.
Aquí están las cinco palabras (luego las veremos una a una): Creación, reflejo, afecto, redención, intención.
Estas cinco palabras (creación, reflejo, afecto, redención e intención) informan cómo vemos la vida. Cómo vemos la vida humana y cómo la tratamos. Así que tomemos la primera: Creación.
La vida humana es preciosa. Debe ser valorada y protegida porque es la creación especial de Dios. La pieza que recién escuchamos se llama, «La Creación» de los trombones de Dios. Esa maravillosa pieza fue escrita en 1927 por James Weldon Johnson.
Describe la creación del hombre y de la mujer, que fue distinta del resto de la creación. Ves, cuando Dios creó los árboles y las plantas y los animales y los peces y las aves, Él simplemente habló y estos fueron creados. Pero cuando Dios hizo la vida humana, Él, para decirlo de alguna manera, (y no tengo la intención de que esto sea de ninguna manera irrespetuoso), se remangó y se involucró con Sus propias manos. Él personalmente le dio forma e hizo y formó la vida humana de una manera que fue diferente al resto de la creación.
Génesis, capítulo 2, describe este proceso para nosotras. Sé que es un pasaje familiar, pero a veces simplemente necesitamos regresar a estos pasajes y leerlos o escucharlos con nuevos ojos, con nuevos oídos, como si los estuviéramos leyendo por primera vez. Génesis 2, versículo 7.
«Entonces el Señor Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida; y fue el hombre un ser viviente».
Dios formó al hombre, le dio forma al hombre. Le respiró aliento de Él, y el hombre se transformó en un ser viviente. El versículo 21 continúa diciendo:
«Entonces el Señor Dios hizo caer un sueño profundo sobre el hombre, y este se durmió; y Dios tomó una de sus costillas, y cerró la carne en ese lugar. Y de la costilla que el Señor Dios había tomado del hombre, formó una mujer (la palabra literal es «Él construyó») y la trajo al hombre» (vv. 21-22)
Fue un acto de creación muy personal, involucrado, comprometido cuando se refiere al hombre y a la mujer. Tú ves a través de la Escritura, este énfasis en un Dios personal creando los seres humanos.
«¿No es Él tu padre que te compró? Él te hizo y te estableció» (Deut. 32:6).
«Así dice el Señor que te creó, que te formó desde el seno materno, y que te ayudará». (Isa.44:2).
Él es un Dios personal comprometido en crear y en amar pero también siendo un Padre y ayudando a Su creación, los seres humanos.
Ahora, no es sorprendente en absoluto que haya tal frente de batalla cuando hablamos de este tema de la creación y de la evolución. Todo el tema no es insignificante, porque si nosotras creemos que los seres humanos evolucionaron de formas de vida inferiores, entonces la vida finalmente no tiene sentido, la vida humana no tendría sentido. Terminamos con «la supervivencia del más fuerte». Este punto de vista utilitario de la vida consiste en uno donde el valor de una criatura depende de qué tan sana es, qué tan productiva es, qué tan útil es, lo que puede producir y qué tan bien puede funcionar. Este era el punto de vista fundamental del Nazismo. Aquellos que eran considerados menos útiles por el Estado, terminaban en campos de concentración o en cámaras de gas.
Aún en nuestra sociedad en el día hoy, vemos este movimiento donde se considera que aquellos que no pueden valerse por sí mismos o son considerados innecesarios o generan gastos excesivos para el Estado o para sus familias o para la sociedad… cada vez más personas dicen que estas personas no tienen derecho a vivir. La sociedad, la familia, los amigos tienen el derecho, o quizás aún la obligación de terminar con sus vidas. En lo que terminamos es en una cultura nacional de muerte.
¡Pero Dios piensa de forma tan diferente! Y muchos pasajes en la Escritura señalan esto. Piensa en ese pasaje en Éxodo capítulo 4, donde Moisés está siendo llamado por Dios a «su deber». Y Moisés está protestando, y le dice: «Simplemente no estoy calificado para este trabajo». «Oh, mi Señor, no soy elocuente (no sé hablar bien, no soy un orador), ni en el pasado ni desde que le has hablado a tu siervo, sino que soy lento para hablar, lento de lengua» (v. 10). «Yo tartamudeo. No hay forma en que yo pueda ir a hablarle al Faraón y decirle, “deja ir a mi pueblo”».
Y el Señor le dice: «¿Quién ha hecho la boca del hombre? ¿O quién hace al hombre mudo o sordo, con vista o ciego? ¿No soy yo, el Señor?» (v. 11).
Ves, Dios dice: «Yo tengo un propósito para la vida de cada ser humano que he creado, en la manera en que lo he creado». Y algunos no son perfectos como nosotros definiríamos perfección. Algunos tienen lo que nosotros consideraríamos defectos o fallas, pero Dios ha dicho: «Yo los he hecho, son preciosos para Mí». Dios es el autor soberano y el diseñador de la vida. Es por eso que solo Él tiene el derecho de dar o quitar la vida.
Pero Dios tiene un enemigo. Satanás odia a Dios, y él odia a los seres humanos que fueron creados a imagen de Dios. Desde el principio de la raza humana, Satanás ha tratado de devaluar y destruir la vida, y haciendo esto, atacar a Dios.
Satanás estaba detrás del primer asesinato. Primera de Juan nos dice que Caín, el primer hijo de Adán y Eva, «era del maligno, y asesinó a su hermano», Abel (3:12). Esto fue motivado por Satanás mismo. Así, Satanás trata de robar la vida, de tomarla porque odia a Dios.
Pero si lo vemos desde la perspectiva de Dios, Dios es el Creador. Los hombres y las mujeres son la creación especial de Dios, y es por eso que la vida humana es tan preciosa. Debe ser valorada y debe ser protegida.
Así que la primera palabra es creación.
Ahora, la segunda palabra es reflejo. El hombre fue creado para reflejar la imagen de Dios. Quizás estás familiarizada con el pasaje en Génesis capítulo 1, el versículo 26, donde dice: «Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza». Aquí vemos a la Trinidad teniendo un concilio en el cielo. Y se dicen el uno al otro: «Hagamos al hombre a nuestra imagen».
«Creó, pues, Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios» (vv. 27-28).
A diferencia de las mariquitas, las flores, los gansos y las tortugas, tan tiernas como podamos pensar que son todas estas cosas, el hombre y la mujer fueron creados a imagen de Dios, a semejanza de Dios, para reflejar la gloria de Dios. Así que la dignidad humana y el valor y la honra no se basan en lo que podemos producir, o en nuestros logros, o en nuestro grado de inteligencia o habilidades o el poder de ganar dinero o nuestras habilidades físicas o discapacidades, o como nos medimos frente a otros. Nuestra dignidad, nuestro valor, nuestra honra se basa en el hecho de que fuimos creados a imagen de Dios. Dicho sea de paso, eso te incluye a ti.
Aunque te veas defectuosa y fallando, fuiste creada para reflejar la imagen de Dios. Devaluar o lastimar la vida humana es devaluar a Dios. Es intentar dañar a Dios mismo. Dios lo toma como algo personal cuando devaluamos la vida humana.
Creación, reflejo y ahora, afecto. La tercera palabra es afecto.
Los seres humanos son de manera especial el objeto de la atención y el afecto de Dios. No te encanta lo que dice el Salmo 8, que expresa lo que el salmista dice:
«Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú has establecido, (la implicación es que estas cosas son maravillosas, sorprendentes que sobrepasan nuestra mente) digo: ¿Qué es el hombre para que de él te acuerdes, y el hijo del hombre para que lo cuides? (¿Quiénes somos?) ¡Sin embargo, lo has hecho un poco menor que los ángeles, y lo coronas de gloria y majestad! Tú le haces señorear sobre las obras de tus manos; todo lo has puesto bajo sus pies: ovejas y bueyes, todos ellos, y también las bestias del campo, las aves de los cielos y los peces del mar, cuanto atraviesa las sendas de los mares» (vv. 3-8).
Escucha, tú puedes amar a tu mascota, pero te digo, tu mascota es nada comparada contigo. Dios tiene un afecto único y especial por los seres humanos, por los hombres y las mujeres, por Su creación, que es diferente de lo que Él piensa o siente acerca de cualquier otra cosa creada.
Nosotros les hemos cambiado las etiquetas a los precios de la creación de Dios. Devaluamos la vida humana mientras que elevamos otras cosas creadas. Puedes ver ese contraste en el Sermón del Monte. Recuerda ese pasaje en Mateo capítulo 6 donde Jesús dice:
«Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros, y sin embargo, vuestro Padre celestial las alimenta. (A Él le importan, Él las cuida) ¿No sois vosotros de mucho más valor que ellas? ¿Y quién de vosotros, por ansioso que esté, puede añadir una hora al curso de su vida? Y por la ropa, ¿por qué os preocupáis? Observad cómo crecen los lirios del campo; no trabajan, ni hilan; pero os digo que ni Salomón en toda su gloria se vistió como uno de estos. Y si Dios viste así la hierba del campo, que hoy es y mañana es echada al horno, ¿no hará mucho más por vosotros, hombres de poca fe? (v. 26-30).
Puedes ver las prioridades de Dios, el valor que Dios le da. Si, el cuida las aves. Si, el cuida las flores. Sí, el las viste para que estén hermosamente vestidas y adornadas. Pero la forma en que Él cuida de nosotros es única, es distintiva. Dios pone Su afecto y atención de manera especial y única sobre los seres humanos. Él cuida de las aves y de las flores. ¿Cuánto más no cuidará de nosotras?
A través de los evangelios podemos ver ese corazón tierno y amoroso de Cristo por las personas; no solo las personas adineradas o las personas inteligentes o las personas en posiciones importantes, o como diríamos los VIP. Puedes también ver su corazón por los pobres, por aquellos que son débiles, por aquellos que se hallan privados de sus derechos, aquellos que están necesitados, aquellos que están oprimidos, aquellos que son niños y todo eso es un recordatorio de que si queremos ser verdaderas seguidoras de Cristo, mujeres verdaderas, entonces tendremos el corazón de Cristo. Tendremos afecto, cuidado y compasión por aquellos que los demás no tienen afecto, ni cuidan ni velan por ellos. Cada vida es preciosa para Dios. Cada vida humana es distintiva de las otras vidas.
Así que ya tenemos tres palabras: creación, reflejo y afecto. La vida humana es preciosa para Dios y ha de ser valorada por estas razones. Y luego tenemos la cuarta palabra que es una cuarta razón y muy importante, redención.
No diré mucho aquí, excepto que es solo tan obvio que Jesús no vino a esta tierra, dejó su esplendor del cielo, tomó la forma de siervo , vino y vivió por 33 años en este planeta, para morir por las babosas o por los árboles o por los peces. Él no lo hizo por ellos. Él murió por almas humanas perdidas, pecadoras, caídas. ¿Te dice esto algo acerca del valor de la vida humana? Es preciosa por la redención.
Y luego, la número cinco, la vida humana es preciosa y ha de ser valorada y protegida debido a que fue creada con intención. Dios fue intencional acerca de crear la vida humana. Él nos creó con propósito para Su reino. No somos algo que Dios pensó al azar o una idea de último momento. Como...«bueno, creo que haremos algo diferente: vamos a hacer al ser humano». No, Dios fue intencional al crearnos. Y Él tiene una misión, un plan, un propósito para cada vida humana.
El plan ha sido establecido desde la eternidad, antes de que existiéramos, antes de que fuéramos concebidas. Dios ya nos conocía y Él nos diseñó. Fuimos creadas en Su mente, en Su corazón en la eternidad con un plan específico y con un propósito para nuestras vidas. Las Escrituras afirman esto.
Me encanta ese versículo en Efesios 2. Está justo después de los versículos 8 y 9 que hablan acerca de que «por gracia sois salvos por medio de la fe... es un don de Dios, no por obras para que nadie se gloríe». Y luego dice, en el versículo 10, «pues somos hechura suya». Dios formó al hombre. Dios hizo a la mujer. Él nos moldeó; Él nos construyó. «Somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para hacer buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas».
Tu vida no es un accidente. Dios te puso aquí con un propósito. Dios le dijo a Jeremías en el capítulo 1: «Antes que yo te formara en el seno materno». Antes que nadie pensara acerca de ti. Antes de que hubiera una célula en tu ser. «Antes que yo te formara en el seno materno, te conocí, y antes que nacieras, te consagré, te puse por profeta a las naciones» (v. 5). Lo que Dios está diciendo es: «Yo tenía un propósito para ti. Tenía un diseño para tu vida». Ahora, el diseño de Dios para tu vida quizás no sea que seas un profeta para las naciones, pero es algo. Dios sabe lo que es, y fue diseñado para ti antes de que hubieras nacido.
El apóstol Pablo reconoció eso. Él dice en Gálatas 1: «Pero cuando Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre y me llamó por su gracia, tuvo a bien...» (v. 15).
Hay algunos días en los que me gustaría cambiar mi trabajo con otra persona. Seguro a veces piensas lo mismo. Algunos días creo que me gustaría quizás no tener tanta presión, tener una vida diferente o quizás hacer alguna cosa de manera diferente. Luego, recuerdo que antes de nacer, Dios me llamó. Antes de nacer, Dios me apartó. Antes de haber sido formada en el vientre de mi madre, Dios me llamó por su gracia. Él diseñó y preparó las buenas obras de antemano para que yo caminara en ellas.
Así que en un sentido, no tengo elección, pero es una elección que hago con gozo. Y es decir: «Sí, Señor. Yo me rindo a lo que Tú has diseñado para mi vida. Me doy cuenta de que es importante, de que es necesario que yo cumpla con aquello para lo cual Tú me creaste».
Dios tiene un propósito para cada vida humana, aun para aquellas vidas que algunos considerarían inútiles. Esa mujer de 92 años en un estado avanzado de Alzheimer, que está solo ahí, aguantando, sin tener idea de quienes son los demás o qué es lo que ocurre. Dios tiene un propósito para su vida cada día que esté aquí en esta tierra. Ese niño con discapacidades físicas severas, el bebé que nació con múltiples malformaciones, ese adulto que es un niño autista, niños con necesidades especiales, adultos que no pueden cuidar de sí mismos, esa mujer con la que hablé hace unos días que está en un hogar de ancianos y está muriendo de cáncer. Dios tiene un propósito para su vida, para este momento, durante estos días, y en este tiempo.
Mientras Dios todavía le esté dando aliento y vida a estas personas, entonces todavía hay valor en esas vidas. Cada vida es todavía preciosa, aún si esa persona, ese niño, ese adulto no puede contribuir de la forma como nuestra sociedad entiende y siente que debería hacerlo. La vida humana es valiosa para Dios.
Por todas estas razones: creación, reflejo, afecto, redención e intención, la vida humana es preciosa para Dios y ha de ser valorada y protegida a través de toda la duración de la vida, desde la concepción hasta la tumba y durante todo el tiempo en el medio. Y me estoy refiriendo a toda vida humana. Eso incluye la vida de otros y la tuya.
Pudieras luchar con sentimientos de que te sientes indigna o inútil. He visto tantas mujeres que luchan con esto. Piensan: «El mundo sería mejor si yo no estuviera aquí». Tantas mujeres se sienten de esa manera. Pero la vida humana es preciosa para Dios, eso incluye la tuya.
Quizás hay temas extremos con los que estás lidiando; quizás te estás cortando, o sufres de desórdenes alimenticios, o pensamientos suicidas. Puedo recordarte que Dios te creó. Dios te creó a ti. Tú eres preciosa para Él. Él te creó con un propósito. Él ordenó cada día que está planeado para tu vida, desde tu primer aliento hasta el último. Él tiene un propósito para tu vida. Así que no desprecies ni desperdicies lo que Dios valora tanto.
Carmen: Nancy DeMoss de Wolgemuth nos ha estado describiendo el increíble valor de la vida. Mañana ella continuará con este tema, al preguntarte «¿Eres verdaderamente provida?» No te pierdas esa continuación, escucharemos algo que tendrá un gran impacto en nuestras vidas.
Estamos abordando este tema porque es parte del Manifiesto de la Mujer Verdadera. Recuerda que lo puedes descargar e imprimir. Encuéntralo en la transcripción de este programa.
Una oyente que ha sintonizado programas anteriores en estas series sobre el manifiesto nos escribió,
«Bendiciones grandes para este ministerio.
Soy una fiel oyente de sus programas desde hace más de 3 años. Gracias a este ministerio toda mi vida ha sido restaurada, (personal, matrimonial, familiar y ministerialmente hablando). Gracias a este ministerio, mi esposo y yo hemos podido trabajar, por primera vez en casi 20 años de matrimonio, como un verdadero equipo en la obra del Señor y para bendición de su reino.
Debido a que vengo de una iglesia tradicional en donde se le da a la mujer un poder y un rol para el cual no fue diseñada, mi concepto de feminidad estaba más que errado y eso estaba matando mi matrimonio. Gracias a la misericordia de Dios encontré este ministerio el cual me ayudó a entender todo lo que Dios ha establecido para mí. Eso me salvó en todos los sentidos. La ayuda de parte de Dios y de ustedes fue tan grande, que al recibir una propuesta para dirigir una congregación, Dios me dió la sabiduría y el valor de presentar al ministerio lo que Dios ha establecido sobre el rol de la mujer en estos casos.
Al final, mi esposo y yo quedamos al frente de la congregación pero según el orden que Dios ha establecido; él como el pastor y yo como su ayuda idónea.
Es increíble que lo que antes yo consideraba como una función relegada a un plano inferior, ha venido a ser para mí una honra y la mejor oportunidad de glorificar a Dios. Ser la ayuda idónea para mi esposo es la mejor de las bendiciones.
Mientras nos estamos planificando para colaborar regularmente con este ministerio, cuenten con nuestras oraciones. Dios les bendiga».
Espero que el año próximo puedas unirte a miles de mujeres como esta, para afirmar juntas la verdad de Dios respecto a nuestro diseño. Esto será en la próxima Conferencia Mujer Verdadera titulada, «Arraigadas».
Nancy, es emocionante escuchar a las mujeres responder a las verdades expuestas en el manifiesto durante estas conferencias.
Nancy: Ese es uno de los mejores momentos para mí. Durante las Conferencias Mujer Verdadera, abrimos la Palabra de Dios la primera noche y las mujeres tienen la oportunidad de buscar a Dios juntas en oración, cada noche y cada mañana durante esos días. Durante cada exposición vamos profundizando en la Palabra de Dios y la conferencia culmina cuando las mujeres se ponen de pie todas juntas y afirman, «sí, Señor», mientras se lee el manifiesto renglón por renglón.
Tenemos un énfasis especial en la Palabra de Dios y aplicaciones prácticas que te servirán de ayuda; tiempos de alabanza, comunión entre hermanas... todo se une para generar una experiencia increíblemente rica.
Carmen: Te esperamos en nuestra próxima conferencia, el próximo año 2020, los días 13 y 14 de marzo en Monterrey, México. Entérate de los detalles en AvivaNuestrosCorazones.com.
Muchas personas que dicen ser provida, no son tan provida como creen serlo. Nancy te dirá por qué mañana, aquí en Aviva Nuestros Corazones.
Diciendo: «Sí, Señor» juntas, Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.
Todas las Escrituras son tomadas de La Biblia de las Américas a menos que se indique lo contrario.
1 James Weldon Johnson, “God’s Trombones: The Creation”-- From The Heath Anthology of American Literature, Volume Two, Second Edition, 1053-1055.
El cantante Wintley Phipps recita parte del poema: http://www.youtube.com/watch?v=C-h4_VPXdoY&NR=1
*Ofertas disponibles solo durante la emisión de la temporada de podcast.
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Recursos del Episodio
Artículo «Blanca como la nieve» por Laura González
Serie «El manifiesto de la mujer verdadera | Afirmaciones parte 1»
Serie «El manifiesto de la mujer verdadera | Afirmaciones parte 2»
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