Permaneciendo arraigadas (Nancy DeMoss Wolgemuth, parte 1)
Annamarie Sauter: Nancy DeMoss Wolgemuth te ayuda a evaluar si te has cansado en la carrera de la fe.
Nancy DeMoss Wolgemuth: ¿Tienes una fe energética, vigorosa, o descansas en los músculos espirituales de otros para que te lleven en la fe? ¿Es tu fe activa, viva, creciente? ¿Estás llevando a cabo el propósito para el cual fuiste creada? ¿Cuánto refleja tu vida la bondad, la naturaleza y el carácter de Dios?
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
¿Cómo luce permanecer arraigadas a lo largo de los años, y continuar echando raíces en la fe? A veces quisiéramos que el crecimiento espiritual fuera algo de un día o de un momento, y que el resto del camino fuera fácil y sin turbulencias…pero no es así. Ahora, Dios ha puesto a nuestra disposición todos los suplementos espirituales que necesitamos para …
Annamarie Sauter: Nancy DeMoss Wolgemuth te ayuda a evaluar si te has cansado en la carrera de la fe.
Nancy DeMoss Wolgemuth: ¿Tienes una fe energética, vigorosa, o descansas en los músculos espirituales de otros para que te lleven en la fe? ¿Es tu fe activa, viva, creciente? ¿Estás llevando a cabo el propósito para el cual fuiste creada? ¿Cuánto refleja tu vida la bondad, la naturaleza y el carácter de Dios?
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
¿Cómo luce permanecer arraigadas a lo largo de los años, y continuar echando raíces en la fe? A veces quisiéramos que el crecimiento espiritual fuera algo de un día o de un momento, y que el resto del camino fuera fácil y sin turbulencias…pero no es así. Ahora, Dios ha puesto a nuestra disposición todos los suplementos espirituales que necesitamos para tener una vida espiritual saludable.
Hoy escucharemos sobre esto en la enseñanza con la que Nancy cerró la conferencia Revive '21 traducida simultáneamente al español. Esta se titula, Permaneciendo arraigadas y se basa en 2 Pedro, capítulo 1.
Nancy: Firmes en un mundo que se tambalea. La Escritura nos dice que andemos en la fe, firmes, arraigadas, sin movernos de la esperanza del evangelio. Y ¿no hemos tenido un banquete en estos últimos dos días de cómo estar arraigadas? Ayer hablamos de cómo estar arraigadas en Cristo y en el evangelio, y luego Kim Tate nos enseñó cómo estar arraigadas en la presencia de Dios, aferradas al Señor con todo nuestro corazón. Dannah nos habló de estar arraigadas en comunidad, con el pueblo de Dios. Si estás en Cristo y estás en el cuerpo de Cristo, eres una –no solo con Cristo sino también con todos los otros creyentes comprados con la sangre de Cristo.
Y luego anoche, Chris Brooks, el pastor, nos habló de estar arraigadas en la esperanza, la esperanza en medio de las pruebas. Y esta mañana el pastor Brooks, otra vez, nos llevó a través de un tiempo muy importante de estar arraigadas en la Palabra, y tener el tipo de corazón en que la Palabra puede echar raíces y llevar fruto. Y eso es muy importante porque si no tienes el tipo correcto de terreno, si es seco, con piedras, con espinos…entonces la semilla plantada este fin de semana, las semillas que serán plantadas en tu iglesia mañana, no van enraizar, no van a producir fruto. No van a poder llevar fruto si tu corazón no es ese corazón suave, puro.
Y Mary, esta mañana nos habló acerca de estar arraigadas en el buen y precioso diseño de Dios. Y como si no hubiéramos llorado lo suficiente, tenemos todavía espacio para más lágrimas y tuvimos esta tarde a Susan, arraigadas en todas las etapas de la vida, todo el camino hacia la meta final. Y cuando ahora cerremos en los próximos minutos, nos vamos, regresamos a nuestras casas, a la misma familia, la misma iglesia, el mismo trabajo, las mismas personas, los mismos problemas, los mismos retos, y en lo que hemos estado aquí el mundo no ha parado de temblar, de agitarse…todavía está agitado. Así que la pregunta que tengo para nosotras es: ¿Cómo podemos permanecer arraigadas?
No mientras estamos aquí cantando y nuestros corazones están llenos y llorosos escuchando este banquete de la Palabra de Dios, sino cómo podemos permanecer arraigadas en donde vivimos normalmente. Quiero pedirles que abran sus biblias o busquen en sus teléfonos 2 Pedro capítulo 1. Vamos a estacionarnos en este capítulo por el tiempo que nos resta.
Los primeros 11 versículos de este capítulo –este es un pasaje fundamental– los principios en este pasaje te van a ayudar a permanecer arraigada, y te van ayudar a crecer en tu vida cristiana luego que salgas de aquí. De hecho, quiero que tomes estos versículos y los leas todos los días por el resto de este mes; quizás hasta memoriza algunos. Quiero que te empapes de este pasaje, que estimules tu apetito.
2 Pedro 1 versículo 1: «Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que han recibido una fe como la nuestra, mediante la justicia de nuestro Dios y Salvador, Jesucristo». Déjame hacer una pausa aquí y repetir lo que Pedro dijo –pero quizás en mis propias palabras. Pedro está diciendo que la fe que nosotros hemos recibido por Su divina gracia, es igual a esa fe de los apóstoles. Quizás te sientas débil en tu fe, muy pobre, muy limitada en tu fe –todos esos apóstoles eran grandes hombres de fe y luego estamos nosotros– pero Pedro está diciendo ahí que nosotros hemos recibido una fe igualmente preciosa que la de ellos.
No hay diferentes clases de creyentes. Yo no tengo nada –en lo relativo a la fe– que tú no tengas. Yo no he recibido más gracia, o más bondad de Dios o más justicia de Cristo que la que tú has recibido. Si estás en Cristo, has recibido una fe igual a la que todo creyente ha recibido. Así que, Pedro dice que la gracia y la paz les sean multiplicadas a ustedes en el conocimiento de Dios y de Jesús nuestro Señor.
Esa palabra conocimiento es clave en 2 Pedro. Si lees todo el libro vas a encontrarla de diferentes formas como unas 16 veces. ¿Quieres más gracia y paz en tu vida? Porque dice gracia y paz te sean multiplicadas. ¿Quieres paz y gracia multiplicadas? ¿Cuál es la clave? El conocimiento de Dios. Conocer a Dios. Mientras más profundo y más grande tu conocimiento de Él, más gracia y más paz tendrás. Si fallas en conocer a Dios no vas a tener gracia y paz. De hecho, yo creo que el fallar en conocer a Dios está en el centro de todo problema que tenemos en nuestras vidas, en nuestra cultura…
Y contrariamente, conocer a Dios es la clave para toda bendición de Dios en nuestras vidas. Entonces ¿qué significa conocer a Dios? Tiene que ver con tener un conocimiento íntimo, experimental. Conocer de primera mano. No solamente conocer acerca de Él sino conocerlo a Él personalmente. La palabra que se usa no es un conocimiento casual o superficial de una persona distante o un pariente lejano, no. Es una unidad, es una unión con el objeto de tu conocimiento. Esta palabra se usa también en la Escritura para referirse a la intimidad sexual. Por eso la intención del matrimonio es reflejar esa unión que tenemos en Cristo.
La unión entre un hombre y una mujer refleja la unión con Cristo, conocer a Dios. Esa es la fuente de gracia y paz que se multiplica en nuestras vidas. Ahora, si yo fuera tú y escucho ese versículo, yo quiero más gracia, yo quiero más paz, entonces hay que conocer a Dios. Y yo quiero que cuando salgamos de aquí, tú tengas un deseo ardiente de conocer a Dios. Quiero que nuestro mayor anhelo sea conocer a Dios.
Al movernos al versículo 3 y siguientes, Pedro entonces quiere animar a estos creyentes en su responsabilidad en la vida cristiana. Pero entonces él no comienza con sus responsabilidades, él no comienza con lo que debemos hacer para permanecer arraigadas. Él comienza alentándonos. Antes de exhortarnos, nos alienta. Y ¿cómo nos alienta? Nos alienta con lo que Dios ya ha hecho por nosotros. Antes de exhortarnos en lo que debemos hacer, los versículos 3 y 4 nos dicen los recursos que Dios ha provisto para cada creyente.
Esta es la parte de Dios, y la clave es, «Él nos ha concedido». Subraya esa frase cuando la veas mientras voy leyendo. «Pues Su divino poder nos ha concedido todo cuanto concierne a la vida y a la piedad, mediante el verdadero conocimiento de Aquel que nos llamó por Su gloria y excelencia. Por ellas Él nos ha concedido Sus preciosas y maravillosas promesas, a fin de que ustedes lleguen a ser partícipes de la naturaleza divina, habiendo escapado de la corrupción que hay en el mundo por causa de los malos deseos».
Entonces, antes de que Pedro nos diga que debemos hacer alguna cosa, antes de dar una lista de responsabilidades, nos recuerda lo que Dios ha hecho por nosotros; lo que Dios nos ha dado. Versículo 2: «Gracia y paz les sean multiplicadas», ese es un regalo de Dios. Versículo 3: «Su divino poder» es nuestro. Él nos ha dado todo lo que pertenece a la vida y a la piedad. Él nos ha llamado a Su gloria y excelencia, nos ha dado grandes y preciosas promesas que nos capacitan para compartir Su naturaleza divina, y nos ha hecho escapar de la corrupción que hay en el mundo causada por nuestros malos deseos, por los deseos pecaminosos.
¡Wow! Tenemos un tesoro que nos ha sido dado en Cristo. ¡Qué recursos tenemos! Así que al seguir en el resto de este pasaje, vemos qué debemos hacer. Nuestra responsabilidad de permanecer arraigadas. Pero recuerda el contexto, quiero que recuerdes el trasfondo. Antes de que digas, «yo voy a ser una cristiana floreciente». «Yo voy a ser como ese árbol, como ese roble aunque muera»; si tratas de hacerlo sin los recursos que Dios te ha dado, puede ser que mueras. Porque ni tú ni yo podemos vivir la vida cristiana sin esos recursos. Así que comenzamos con el recurso, con el terreno de la cruz, de la obra de Cristo a nuestro favor, Sus promesas, Su poder, Sus promesas que nos han dado todo lo que necesitamos para nuestro bienestar espiritual.
Pero hay algunas cosas que Dios no va a hacer por nosotras. La vitalidad espiritual y el crecimiento descansan sobre nuestros hombros. También tenemos una responsabilidad de convertirnos en mujeres cristianas maduras, mujeres verdaderas. Y los versículos del 5 al 7, hablan de estas responsabilidades. En el 3 y 4, los recursos, y del 5 al 7, nuestras responsabilidades, lo que debemos hacer luego de lo que Dios ha hecho por nosotras, esta es nuestra parte. Y la palabra clave en esta parte es, «con toda diligencia», con esfuerzo.
No es solo lo que Dios ha hecho, «wow, Dios hizo todo esto por mí, yo no tengo que hacer nada». No, ahora Él dice, «tú tienes que poner todo tu esfuerzo, poner diligencia». Hay trabajo involucrado aquí, hay trabajo por delante, trabajo que hacer. Entonces en el versículo 5 él dice: «Por esta razón también, (por todo lo que Él ha derramado, todo lo que te ha dado) obrando con toda diligencia, añadan a su fe». Sé diligente.
Y esa palabra diligente significa estar enfocada, esforzarte. Esto no es dejarme llevar…hasta convertirme en una ancianita piadosa, eso no va a suceder así. Es un esfuerzo intenso de nuestra parte. Recuerdo que cuando era una niña yo decía, «no puedo esperar a madurar en mi vida cristiana y ser mayor –porque la vida cristiana va a ser tan fácil»; yo no sé qué me hacía pensar eso, pero déjame decirte que no es cierto, porque ahora que soy una mujer mayor, me doy cuenta de que todavía hay presiones, tentaciones, retos…todavía toma mucho esfuerzo.
No esfuerzo solo de mi parte, en mis propias fuerzas. Esfuerzo con la capacitación del Espíritu Santo. El crecimiento espiritual no sucede por accidente, es una búsqueda que dura toda la vida y que requiere que haga planes y un esfuerzo intencional. Tú no llegas como Susan Hunt, a esa edad y estás llena de gracia y llena de conocimiento. Eso no sucede simplemente por cargar tu Biblia. Son años y años permeada, zambullida en la Palabra de Dios, es un esfuerzo. Cooperando con Dios, debemos ser diligentes, debemos hacerlo en dependencia de la vida divina que Él ha colocado en nosotras, porque no es suficiente con tener una fe igual a la de los apóstoles, necesitamos crecer, necesitamos añadir, necesitamos aumentar y guardar esa fe.
Debemos suplementar esa fe para no deslizarnos. Muchas de nosotras tomamos suplementos, vitaminas, para mantener nuestra salud física. Y ahora lo bueno es que puedes comértelas como gomitas, gomitas dulces. Sé que hay muchos tipos de suplementos. El punto es que con la pandemia yo tomaba vitamina C, vitamina D, zinc… El punto es que tomamos nuestros suplementos, pero 2 Pedro 1 nos da 7 suplementos que van a suplementar tu fe, te van a ayudar a mantenerte arraigada y mantener tu salud espiritual. ¿Quieres saber cuáles son? Si yo digo siete cosas que te van a mantener físicamente sana, vamos a vender muchas de ellas. Pero ahora te voy a dar 7 cosas que son vitaminas espirituales.
Versículo 5: «Por esta razón también, obrando con toda diligencia, añadan (suplementen) a su fe, virtud y a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio, al dominio propio, perseverancia, y a la perseverancia, piedad, a la piedad, fraternidad y a la fraternidad, amor». Así que Pedro les está diciendo, «a la luz de todo lo que Dios ha hecho con ustedes, tienen que ser intencionales en su crecimiento espiritual; tienen que añadir estas siete gracias a su fe.
Ahora, vamos a comenzar con la fe en Cristo, en el evangelio. Esto es fundamental, es la base de toda la estructura de tu vida, es el lugar donde comenzamos. No puedes seguir añadiendo todos estos suplementos si no comienzas con la fe que es la base, el fundamento. Pero la fe en Cristo, la fe en el evangelio, es solo el principio. Es la base, el fundamento. Tienes que edificar la casa sobre esa estructura, debes añadir a tu fe. Pon todo esfuerzo.
Así que cada una de estas 7 cualidades se basa en la anterior, por eso es que dice, «suplementa tu fe con bondad, con virtud, y la virtud con conocimiento, y el conocimiento con dominio propio». Es como un edificio, no puedes construir el último piso si no sigues piso por piso. Tampoco puedes construir los pisos bajos si no tienes la zapata, el fundamento. Entonces vamos a explorar estas 7 gracias que Pedro dice que debemos añadir a nuestra fe.
Así que lo primero es, añade a tu fe, virtud, bondad. Es como excelencia moral y energía moral. La virtud, la bondad, son palabras antiguas, para algunas quizás suenan como algo aburrido, «bueno, sí, lo que sea». Pero en la Escritura esa palabra describe algo fuerte, algo dinámico, está llena de energía, es como un músculo espiritual, es la energía, la fortaleza de vivir una vida que es agradable a Dios. En el versículo 3, vimos que Dios nos llamó por Su gloria y excelencia. Dios tiene excelencia, tiene bondad. Y ahora Él nos urge a nosotros a poner esa bondad, esa virtud, esa excelencia, a reflejar Su carácter excelente; añadir Su excelencia moral a la fe que Él nos ha dado.
Hay algunas preguntas que podemos hacernos. ¿Tenemos un corazón y un apetito por las cosas que son excelentes, buenas, puras? ¿Tienes una fe energética, vigorosa…o descansas en los músculos espirituales de otros para que te lleven en la fe? ¿Es tu fe activa, viva, creciente? ¿Estás llevando a cabo el propósito para el cual fuiste creada? ¿Cuánto refleja tu vida la bondad, la naturaleza y el carácter de Dios?
Él dice que añadas a la virtud, conocimiento, discernimiento moral, la habilidad de discernir entre el bien y el mal. Para poder estar arraigadas necesitamos sabiduría, necesitamos sabiduría para vivir nuestra vida en el día a día, y esto viene del estudio diligente de la Palabra de Dios. Y espero que nunca termines un podcast o un blog, sin haber sido retada a entrar a la Palabra de Dios, y que esa Palabra entre a ti. Porque ese conocimiento viene de conocer la Palabra de Dios, pero no es solamente académico, sino dejar que eso nos muestre cómo vivir en nuestras vidas en cada circunstancia de una manera sabia.
El añadir conocimiento a nuestra fe nos va a dar la habilidad de usar Su Palabra en nuestras vidas para ministrar a nuestras necesidades y las necesidades de otros. Entonces pregúntate, ¿estoy creciendo en el conocimiento de la Palabra de Dios y en Sus caminos? ¿Aplico esa Palabra a las circunstancias de mi vida? ¿Uso esa Palabra para ministrar a las necesidades de otros? Entonces, virtud, conocimiento, y al conocimiento ahora dominio propio.
Dominio de ti misma. En lugar de vivir con excesos o que las emociones controlen las pasiones, tienes que permanecer bajo el control del Espíritu Santo en cada área de tu vida. Él te dará el poder para decir no a la carne y sí a Dios. «Sí, Señor»; y no estamos hablando aquí de un gran esfuerzo humano de la fuerza de voluntad, sino de buscar este poder sobrenatural del Espíritu que controle nuestras pasiones naturales, nuestras inclinaciones, nuestros deseos. Así que déjame preguntarte, ¿hay un área de tu vida donde tú de manera habitual cedes al pecado, a los deseos de la carne, a las pasiones? ¿O ejerces ese dominio propio sobre tu lengua, tus emociones, tu tiempo, tus gastos, tu sexualidad? ¿Has estado ejerciendo dominio, controlando estas áreas por Cristo?
Entonces, a ese dominio propio debemos añadir perseverancia. Algunas traducciones dicen, perseverar, mantener ese poder. La persona perseverante no cede bajo las circunstancias estresantes, no se rinde ante los problemas, ante las pruebas, esta persona permanece confiada y con su esperanza en Dios. Es tan dulce confiar en Cristo, confiar en Su Palabra –como cantábamos– descansar en Sus promesas y en Sus sendas serle fiel. Eso es perseverancia, eso es mantenerse firme. Una de las formas en que desarrollamos esa perseverancia es a través de las pruebas. Esa firmeza no es simplemente sobrevivir pacientemente a través de nuestras dificultades, sino de una manera activa, responder y vencer a través de ellas con fe, gratitud y gozo. ¿Cómo hacemos esto? Manteniendo nuestros ojos en Cristo, quien con toda perseverancia soportó la cruz por nosotros. Así que, ¿qué dificultades estás experimentando en este tiempo? ¿Estás perseverando firme, como lo hemos visto este fin de semana o estás cansada y estás lista para rendirte? ¿Estás confiando, amando a Dios y obedeciendo a Dios, a través de Sus decisiones que tal vez no son lo que tú habrías escogido?
Annamarie: La Palabra de Dios es tan práctica y al mismo tiempo trae tanta convicción. Hemos estado escuchando la primera parte del mensaje con el que Nancy DeMoss Wolgemuth cerró la conferencia Revive del año 2021, y en el próximo episodio veremos la continuación.
Si no pudiste tomar notas de algo de lo que escuchaste, recuerda que en nuestro sitio web, avivanuestroscorazones.com, tenemos disponible para ti la transcripción de cada uno de estos episodios. Allí en la transcripción también encontrarás recursos relacionados.
Asegúrate de visitarnos y regresa el lunes para la segunda parte del mensaje de hoy. Nancy continuará con la lista de siete suplementos que nos ayudan a crecer espiritualmente.
Nancy: Las Escrituras nos retan a que vivamos cada día en esta vida a la luz de la eternidad, en lugar de para el momento inmediato. Durante nuestros días aquí en la tierra, sean muchos o pocos, no solamente estamos marcando días, semanas, años, en un calendario, estamos tomando decisiones que nos van a afectar para siempre. ¿Cuán serio es tu deseo de convertirte en una mujer de Dios arraigada?
Annamarie: Te esperamos aquí en Aviva Nuestros Corazones.
Permaneciendo arraigadas juntas, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de La Nueva Biblia de las Américas, a menos que se indique lo contrario.
Arraigado, Jonathan y Sarah Jerez ℗ 2020 Jonathan y Sarah Jerez.
*Ofertas disponibles solo durante la emisión de la temporada de podcast.
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