Permaneciendo arraigadas (Nancy DeMoss Wolgemuth, parte 2)
Nancy DeMoss Wolgemuth: Tenemos que seguir creciendo en la gracia y el conocimiento de Cristo, y nunca bajar la guardia; ¿por cuánto tiempo? ¿Hasta que cumplamos 80 años? No, hasta que lleguemos a estar con Cristo.
Annamarie Sauter: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
En el episodio pasado escuchamos la primera parte del mensaje con el que Nancy cerró la conferencia Revive '21. Si te lo perdiste, encuéntralo en nuestra aplicación, Aviva Nuestros Corazones o en nuestro sitio web, avivanuestroscorazones.com.
Nancy comenzó a darnos una lista de siete virtudes que debemos añadir a nuestra fe,a las cuales encontramos en 2 Pedro, capítulo 1. Ya vimos las primeras cuatro, y hoy veremos las siguientes. Aquí está ella con la continuación del mensaje titulado, Permaneciendo arraigadas, traducido simultáneamente al español.
Nancy: Número 5: La piedad. La piedad es una vida …
Nancy DeMoss Wolgemuth: Tenemos que seguir creciendo en la gracia y el conocimiento de Cristo, y nunca bajar la guardia; ¿por cuánto tiempo? ¿Hasta que cumplamos 80 años? No, hasta que lleguemos a estar con Cristo.
Annamarie Sauter: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
En el episodio pasado escuchamos la primera parte del mensaje con el que Nancy cerró la conferencia Revive '21. Si te lo perdiste, encuéntralo en nuestra aplicación, Aviva Nuestros Corazones o en nuestro sitio web, avivanuestroscorazones.com.
Nancy comenzó a darnos una lista de siete virtudes que debemos añadir a nuestra fe,a las cuales encontramos en 2 Pedro, capítulo 1. Ya vimos las primeras cuatro, y hoy veremos las siguientes. Aquí está ella con la continuación del mensaje titulado, Permaneciendo arraigadas, traducido simultáneamente al español.
Nancy: Número 5: La piedad. La piedad es una vida centrada en Dios, es una actitud de reverencia, de devoción hacia Dios, es el deseo de agradar a Dios en cada área de nuestras vidas, es orientar toda nuestra vida alrededor de Él. Pablo dice en 1 Timoteo 4: «Más bien disciplínate a ti mismo para la piedad» (v.7). Trabaja en el gimnasio espiritual, porque el ejercicio físico aprovecha poco. Mi papá siempre nos decía, «no dice que no tiene ningún beneficio, dice que tiene algún beneficio. Pero la piedad es provechosa para todo porque tiene promesa para la vida presente y también para la futura».
La piedad tiene un precio. El entrenamiento trabajando duro, sudar…es duro, es difícil, pero no solo tiene un precio sino que también tiene una promesa: es valiosa para esta vida y para la vida venidera. Ahora, esa piedad no sucede mágicamente o por una experiencia mística. Tú pagas, vienes a esta conferencia y dices, «oye, ¡me voy tan piadosa!» Escúchame, si no te ejercitas físicamente, si no desarrollas músculos espirituales, vas a convertirte en débil y blanda.
Y damos testimonio de eso, pero también vamos a estar débiles espiritualmente, no vamos a desarrollar músculos espirituales si no nos ejercitamos consistentemente y con propósito en la piedad. Entonces, aquí la pregunta es, ¿está tu corazón inclinado hacia Dios y el amor a lo que Él ama? ¿O está la orientación de tu vida hacia ti, hacia el egoísmo? Y ¿qué estás haciendo para entrenarte para la piedad? Si yo te preguntara qué estás haciendo para entrenarte físicamente, me dirías de una vez todo lo que estás haciendo. Pero ¿qué estás haciendo para entrenarte para la piedad?
Y a la piedad le vamos a añadir el afecto fraternal, la devoción por nuestros hermanos y hermanas en Cristo. La piedad no es una meta en sí misma, «yo soy piadosa, ya estoy bien». Dice, suplementa la piedad con afecto fraternal. La piedad debe vivirse en nuestras relaciones con Dios y con los demás. Ese afecto fraternal es amar a los hermanos, es realmente preocuparme por ellos, por otros creyentes. Y en la medida en que nosotros experimentamos el amor de Dios, nos convertimos en aquellos que expresamos ese amor a los que nos rodean. Esta clase de amistad de la que Pedro está hablando aquí, crea un clima en el cuerpo de Cristo donde las personas se sienten seguras para entonces ser honestas unas con otras acerca de sus luchas y necesidades espirituales.
Yo realmente creo que si hubiera verdaderas amistades entre hermanos y hermanas, entre creyentes, también habría mayor victoria sobre el pecado. Nos necesitamos unos a otros. Así que no esperes a que otros te muestren el amor fraternal. Da tú ese amor, ese tipo de preocupación y de amistad a otros. En la medida en que lo hagas, Dios va a usar esto en tu vida. Así que pregúntate, ¿realmente me preocupo por el pueblo de Dios? ¿Estoy cultivando amistades saludables con otros creyentes? ¿Soy bondadosa con otros creyentes? ¿Pienso siempre lo mejor? ¿Busco maneras para animarlos y bendecirlos? ¿Hablo bien de ellos y busco oportunidades para ministrar gracia a sus necesidades, o quiero que me beneficien, que me bendigan a mí?
Todos necesitamos ayuda, pero en la medida en que enriquecemos a otros, nosotros mismos vamos a ser enriquecidos. Y finalmente, ¿cuál es el último piso? Después del amor fraternal tenemos el amor. Ese amor sacrificial que no es egoísta por Dios y por los demás. Este amor centrado en los demás, el amor de Dios, es el fruto de diligentemente añadir todas estas otras cualidades a tu fe. Tu crecimiento en la vida cristiana no es para que tú seas una gran cristiana, es para que te conviertas en una persona que ama más como Jesús. ¿Está tu vida caracterizada por el amor verdadero, genuino? ¿Buscas los intereses de Dios y de los demás por encima de los tuyos?
La prueba verdadera es en las cuatro paredes de tu casa. Es con la persona más difícil de tu familia, es ese niño para el que no se escribió ningún libro de texto. Es con esa persona contenciosa, difícil, en tu lugar de trabajo. Es con ese vecino que es un dolor de cabeza. Si estás llena del amor de Dios, suplementa con ese amor. En el versículo 8 del capítulo 1 dice: «Pues estas virtudes, al estar en ustedes y al abundar…» Si estas virtudes están en ustedes…¿cuáles? Las 7 que hemos visto que hay que añadir a la fe.
No es simplemente poseer estas cualidades, es progresar en ellas cada vez en mayor cantidad, crecer en la gracia, sobreabundantes. No solamente vamos a estar igual. O estás haciendo progreso en estas cualidades, estás creciendo en estas virtudes, estás abundando en estas bondades. Este es el gozo de la vida cristiana. Tú no te quedas estacionaria, no te aburres, nunca llegaste a la meta hasta que no veas a Jesucristo cara a cara.
Entonces, en estos versículos del 8 al 11, Pedro nos dice la motivación, por qué debemos ser intencionales en estas cualidades. Nos dice los beneficios y las bendiciones que vamos a experimentar si progresamos en estas virtudes, pero también habla de las consecuencias que vamos a experimentar si no estamos creciendo en esas cualidades.
Versículo 8: «Pues estas virtudes, al estar en ustedes y al abundar, no los dejarán ociosos ni estériles en el verdadero conocimiento de nuestro Señor Jesucristo». Si estás creciendo en estas cualidades, añadiendo a tu fe, haciendo todo esfuerzo, poniendo diligencia, tú vas a ser fructífera espiritualmente. Susan nos habló de ser espiritualmente fructíferas en la ancianidad, quizás en un hogar de ancianos. Piensa en Corrie ten Boom, cómo en los últimos 5 años de su vida no podía decir ni una palabra, pero Dios usó esta mujer para llevar tanto fruto –aún en estos últimos 5 años en silencio de su vida.
Tú puedes llevar fruto en cada etapa si estás creciendo espiritualmente, si estás diligentemente añadiendo a tu fe, tu vida va a ser útil y llena de fruto. Pero si no, vas a ser inefectiva y no vas a llevar fruto. Vas a ir decayendo espiritualmente. Así que si tú posees estas cualidades y abundas en ellas, vas a tener una visión espiritual clara.
Versículo 9: «Porque el que carece de estas virtudes es ciego o corto de vista…» La persona que carece de estas virtudes es ciega o corta de vista. Si te faltan esas cualidades vas a tener una vista cercana de lo que es terrenal y temporal, pero no vas a poder ver en la distancia las cosas celestiales y eternas, vas a ser miope. Pero si cultivas estas gracias y te mantienes cultivándolas, vas a poder ver las cosas que realmente tienen mayor valor en el tiempo y en la eternidad. Vas a tener una visión clara.
Número 3, vas a tener seguridad de tu salvación. Versículo 9: «Porque el que carece de estas virtudes es ciego o corto de vista, habiendo olvidado la purificación de sus pecados pasados». Esta persona es corta de vista, se olvida de que fue perdonada de sus pecados pasados. Esa es una de las razones por las que las personas dudan de su salvación. Hay muchas razones. Muchas personas dudan de su salvación porque no son salvas, nunca han tenido salvación, nunca han confiado en Cristo, nunca se han arrepentido. No han sido plantadas en Cristo. Pero muchas veces, personas que realmente están en Cristo, pero no están siendo intencionales en crecer en su fe, no tienen estas virtudes, olvidan que han sido limpiadas, purificadas de sus pecados pasados.
Eso no quiere decir que no hayas sido limpiada de tus pecados pasados, pero si no tienes estas cualidades vas a tener dudas del perdón de Dios. Pero si estás progresando en estas gracias, por el contrario, puedes estar segura de que, de hecho, eres una hija de Dios.
Versículo 10: «Así que, hermanos, sean cada vez más diligentes para hacer firme su llamado y elección de parte de Dios. Porque mientras hagan estas cosas nunca caerán». Y aquí tenemos un cuarto beneficio, no caerás jamás; ¡qué promesa tan increíble! Cada vez que alguien cae en error doctrinal o en algún pecado en su vida, puedes estar segura que es porque no ha estado diligentemente cultivando su fe, buscando ese crecimiento espiritual activamente todo el tiempo. Nunca estás de vacaciones espiritualmente.
Debes buscar ese crecimiento espiritual que te va a proteger de las falsas doctrinas y de vivir de una manera equivocada. Ahora, eso no quiere decir que tú nunca vas a pecar, pero sí dice que vas a perseverar hasta el final, sostenida, agarrada a esto por Su gracia. No quiere decir que no vas a ser tentada, que no vas a pecar, pero vas a tener Su ayuda.
Versículo 11: «Pues de esta manera les será concedida ampliamente la entrada al reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo». Una traducción dice que vamos a tener un gran recibimiento, se nos abrirán de par en par las puertas del reino en la presencia del Señor Jesucristo. Al final de tu vida –ya seas joven o mayor– como quiera que sea, cuando salgas de esta vida a la vida eterna vas a tener un recibimiento. Esas puertas se van a abrir de par en par en el cielo.
Ahora, esto sugiere que algunos van a tener una entrada más excelente en el cielo que otros, pero la Escritura indica que va a haber grados de recompensas en el cielo. Hay mucho misterio alrededor de eso, pero el punto es que las Escrituras nos retan a que vivamos cada día en esta vida a la luz de la eternidad, en lugar de para el momento inmediato. Durante nuestros días aquí en la tierra –sean muchos o pocos– no solamente estamos marcando días, semanas, años, en un calendario, estamos tomando decisiones que nos van a afectar para siempre.
¿Cuán serio es tu deseo de convertirte en una mujer de Dios arraigada? Déjame decirte que nunca vas a llegar a la madurez espiritual si vas a la deriva, eso no solamente sucede. Te puedo alentar en el proceso, pero yo no lo puedo hacer por ti. Cada una de estas charlistas ha pasado –incluyéndome a mí– horas, horas y horas en esa Palabra, dejando que esa Palabra hable a nosotras. Somos las más enriquecidas como fruto de ese ejercicio, de esa labor de amor. Luchamos por ustedes, pero ahora te estoy llamando a ti, a arremangarte y luchar tú también –en el buen sentido de la palabra– hacer el trabajo duro, el trabajo de parto –si lo pudiéramos llamar así. El trabajo de esa creciente relación con Cristo, porque eso no simplemente va a suceder. Hay que ser diligente porque si no estás creciendo…
Mira la advertencia. Pedro está diciendo en el capítulo 3 versículo 17: «Por tanto, amados, sabiendo esto de antemano, estén en guardia». Vemos esa misma frase en Colosenses, «estén en guardia, no sea que arrastrados por el error de hombres libertinos, caigan de su firmeza». Pedro no les está diciendo, «ustedes nunca van a caer», sino «tengan cuidado», «estén en guardia, no sea que caigan. Pero crezcan en la gracia en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo». Si no estás creciendo te vas a alejar, vas a perder tu terreno firme espiritual y vas a caer. Y no solamente tu vida va a ser dañada, sino la vida de aquellos alrededor de ti va a ser también impactada porque te vieron diciendo que eres cristiana y que amabas al Señor, y ahora te vieron alejarte del Señor.
Es horrible, por eso nos aferramos a Cristo, contemplamos a Cristo, y le rogamos: Señor, dame gracia por el poder de Tu Espíritu Santo. Déjame poner toda diligencia para añadir a mi fe.
Tenemos que seguir creciendo en la gracia en el conocimiento de Cristo, y nunca bajar la guardia. ¿Cuánto tiempo, hasta que cumplamos 80 años? No, hasta que lleguemos a estar con Cristo.
Rick Hansen era un atleta parapléjico en Canadá. En 1985 salió de Vancouver, de la Columbia Británica, en un viaje de 25000 millas. Un viaje de 2 años alrededor del mundo en su silla de ruedas, para levantar fondos para investigaciones sobre la columna vertebral. Fue un viaje difícil, 34 países, cuatro continentes. Enfrentó toda clase de climas extremos, calor, lluvia, nevadas, tormentas…fue a través de desiertos, bosques, montañas, milla tras milla. Un cansancio increíble, un cuerpo cansado y desgastado.
Finalmente, el 23 de mayo de 1987, regresó a Vancouver, y mientras todavía estaba millas fuera de la ciudad, las personas comenzaron a reunirse a ambos lados de la carretera para darle la bienvenida. Y a medida que se acercaba a la ciudad la multitud crecía y había miles y miles de personas aplaudiendo, animando, le tiraban flores. Dirigió su silla de ruedas en una última colina bien empinada que lo llevaba hacia el estadio donde finalizaría su viaje de 2 años, de 25000 millas, en una silla de ruedas.
Mark Buchanan describe esta escena en su libro Cosas que no se ven, y así decía: Había una multitud de 60 mil personas, dignatarios nacionales e internacionales, estrellas de rock, estrellas de cine, equipos de televisión, familiares, amigos, aquellos que con suerte consiguieron entradas esperaban dentro con anticipación. Y a medida que se acercaba al estadio se hacía imposible moverse por la multitud de personas en la calle.
Había helicópteros que sobrevolaban, carros de policía, y motocicletas flanqueaban ambos lados. Y había otros atletas en sillas de ruedas que se unieron a él. Venían detrás de él como una legión en sus carruajes… y mientras Rick se acercaba, podía escuchar –aún por encima del ruido de la multitud a su alrededor– el rugir de las voces que venían de adentro del estadio. Pero ni eso lo preparó para lo que sucedería después.
Rick Hansen entró al estadió y avanzó a través de las puertas y se deslizó hasta el centro del estadio, y 60000 personas enloquecieron. Saltaban, bailaban, sonaban bocinas, aplaudían, daban gritos de bienvenida y triunfo. Un ruido que ensordecía, que abría los oídos de los sordos y levantaba los muertos, y cada vez que parecía ir disminuyendo, venía un viento fresco y volvía y lo levantaba y lo hacía cada vez más fuerte, más brillante…una gran nube de testigos.
Estamos en un viaje largo y difícil. Vivimos en un mundo que está agitado, tambaleándose. Quiero hacerte un llamado a ser diligente. Crece en la gracia y en el conocimiento de Jesucristo, de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, y como dice nuestro versículo lema en Colosenses, «andar en Él, arraigada y cimentada, firme. No moviéndonos, no alejándonos de la esperanza del evangelio, porque de esta manera nos será concedida ampliamente la entrada al reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo».
Oh Señor, cómo anhelamos esa bienvenida, esa amplia entrada a la presencia de nuestro Señor Jesucristo. Él es la piedra angular de nuestras vidas. Nuestra fe y esperanza están en Él. Llevamos solo su justicia Señor; y es a través de Tu gracia y del poder de Tu Espíritu Santo, que nosotras salimos de este lugar para perseverar, para seguir adelante, para mantenernos arraigadas en la esperanza que ha sido tan ricamente dada a nosotras, y un día podamos escuchar esas palabras de aliento, de ánimo, no alabándonos a nosotras sino alabando y exaltando al que está sentado en el trono, que vive por siempre y para siempre, a quién pertenece toda la gloria, todo el dominio, todo el poder, toda la gloria, por siempre y para siempre, amén.
Annamarie: ¿Te has cansado en la carrera de la fe? ¿Te has cansado de perseverar en permanecer arraigada –no para tu propia gloria, sino para la gloria de Dios? Nancy DeMoss Wolgemuth te ha recordado que en los momentos en que te sientas así, debes fijar tus ojos en la gran esperanza que ha sido puesta delante de nosotros.
Con este episodio concluimos la serie, Arraigadas: Firmes en un mundo que se tambalea, en la que hemos estado compartiendo contigo los mensajes impartidos en la conferencia Revive '21. Si estas enseñanzas han sido de bendición para ti, te animo a compartirlas con más mujeres.
Ahora, ¿cómo han afectado estos mensajes las vidas de mujeres como tú y yo? Bueno, escucha algunos de los comentarios de mujeres que participaron de la conferencia Revive '21:
Mujer 1: «Wow… ¡por dónde comenzar! Me siento renovada, refrescada. Necesitaba este sorbo de agua y aliento para continuar corriendo esta carrera. He sido exhortada, confrontada y bendecida».
Mujer 2: «Dios me dio una humilde perspectiva de mi pequeñez, de mis limitaciones, pruebas y de mis mejores esfuerzos. Y luego me apuntó directamente a Su gracia, Su fidelidad, Su plenitud y amplitud y Su suficiencia. Luego afirmó la disposición de Su corazón hacia mí. Una santa comparación».
Mujer 3: «Me di cuenta de que mi nueva rutina de ausentarme de la iglesia y no congregarme luego de la pandemia, no fue saludable para mis hijos y mi familia».
Mujer 4: «Fui confrontada sobre mi egoísmo y distracciones. Fui recordada y animada a orar fielmente por amigos que se están alejando del Señor. Tengo una nueva pasión por ser proactiva en enseñarles a mis hijos la verdad sobre los sexos, las relaciones sexuales y el matrimonio; y por procurar conversaciones honestas y relacionales».
Mujer 5: «¡Dios me dio esperanza! Me recordó la gran comunidad que tenemos en Cristo –Su iglesia aún le está sirviendo alrededor del mundo y aún está trabajando. Él me retó a disminuir mi uso de las redes sociales y a estar en quietud delante de Él. A aferrarme a Él. A mantenerlo en el centro de mi vida. A amar Su cuerpo y ser honesta, vulnerable y entender que en ocasiones seré una carga, pero que eso está bien, porque Dios quiere que llevemos las cargas los unos de los otros. También me alentó a que mi joven amiga que está confundida respecto a su identidad sexual tiene esperanza porque Dios puede transformar su corazón. Gracias, gracias, gracias. ¡Las mujeres de mi iglesia se entusiasmaron mucho al escuchar el anuncio de la próxima conferencia!»
Mujer 6: «Soy una mujer mayor de Tito 2. Fui animada a mentorear a más mujeres jóvenes. Dado que mi doctor me recomienda refugiarme en casa para proteger mi salud, me di cuenta que necesito escribir cartas, hacer llamadas telefónicas o enviar textos para mentorear ya que no puedo estar físicamente presente. Y Dios me está moviendo a ser una colaboradora mensual de su ministerio.
Mujer 7: «Tuve la bendición de poder asistir a la conferencia y fue maravillosa. Mi esposo escucha ahora conmigo los podcast. Estoy leyendo el libro Mentiras que las mujeres creen, y Dios es tan maravilloso que en la iglesia donde estamos comenzaron este estudio. También mi esposo está leyendo el libro Mentiras que los hombres creen. Solo puedo agradecer a Dios y a ustedes por la labor tan maravillosa que realizan, de compartir en este tiempo el llamado que tenemos las mujeres, que es tan controversial aún dentro de la iglesia».
Annamarie: Es nuestra oración aquí en Aviva Nuestros Corazones que el nombre de Dios siga siendo magnificado en los corazones de mujeres como estas, y también en tu corazón y en el mío. Así que, no solo escuchemos estos episodios, abracemos la verdad de Dios en nuestra vida cada día, y disfrutemos de libertad, plenitud y abundancia en Cristo.
Y hablando de conferencias, el Movimiento Mujer Verdadera continúa y se acelera, y queremos que seas parte de él. Dios sigue levantando un ejército de mujeres que, arraigadas en Cristo y en Su Palabra tienen vidas fructíferas para la gloria del nombre de Dios. ¿Quieres ser parte de este movimiento?
Acompáñanos en la próxima Conferencia Mujer Verdadera 2023, titulada, «Libertad, plenitud y abundancia». Únete a miles de mujeres de todo el mundo para adorar a Jesús, ser retada y ser edificada en Cristo. Esta tendrá lugar en Guadalajara, México, del 31 de marzo al 1 abril del próximo año 2023. ¡Reúne tu grupo y aparta la fecha! Para más información, visita MujerVerdadera23.com.
Y bueno, quiero animarte –antes de concluir este episodio– a que te prepares para nuestra próxima serie. ¡Abróchate el cinturón! Hemos escuchado anteriormente que un elemento esencial para un avivamiento es la oración, pero, ¿cómo debemos orar? Bueno, esta es una pregunta que los discípulos le hicieron a Jesús, y Él les enseñó, ¡y a nosotras también!
Iniciemos un viaje juntas a lo largo del Padrenuestro y aprendamos a orar y oremos, de modo que nuestros corazones sean avivados, y nuestros hogares e iglesias locales también. Prepárate para este viaje y adquiere el libro digital titulado El Padrenuestro. Es un devocional de 30 días que te ayudará a incorporar las verdades de esa porción de la Escritura a tu vida de oración. Encuentra el enlace para adquirirlo en la transcripción de este episodio, ¡y asegúrate de unirte a nuestra próxima serie!
Permaneciendo arraigadas juntas, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de La Nueva Biblia de las Américas, a menos que se indique lo contrario.
*Ofertas disponibles solo durante la emisión de la temporada de podcast.
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