Padres de hijos adultos
Débora: ¿Tienes un hijo adulto que te está rompiendo el corazón debido a un estilo de vida pecaminoso? Aquí está Holly Elliff con un consejo.
Holly: Creo que a veces al Señor le encantaría que le pidiéramos grandes cosas y luego confiemos en que Él se moverá de maneras que ni siquiera podemos anticipar.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy 4 de junio de 2024.
Hoy damos inicio a una nueva serie titulada, «Floreciendo en el nido vacío». Aquí está Nancy para presentar a nuestras invitadas.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Bueno, estoy muy agradecida y contenta de tener a algunas de mis amigas hoy aquí. Las has escuchado en Aviva Nuestros Corazones en diferentes ocasiones. No creo que las cuatro hayamos estado juntas haciendo alguna grabación y teniendo lo que llamamos «Una mesa de discusión».
Pero coincidimos todas en …
Débora: ¿Tienes un hijo adulto que te está rompiendo el corazón debido a un estilo de vida pecaminoso? Aquí está Holly Elliff con un consejo.
Holly: Creo que a veces al Señor le encantaría que le pidiéramos grandes cosas y luego confiemos en que Él se moverá de maneras que ni siquiera podemos anticipar.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy 4 de junio de 2024.
Hoy damos inicio a una nueva serie titulada, «Floreciendo en el nido vacío». Aquí está Nancy para presentar a nuestras invitadas.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Bueno, estoy muy agradecida y contenta de tener a algunas de mis amigas hoy aquí. Las has escuchado en Aviva Nuestros Corazones en diferentes ocasiones. No creo que las cuatro hayamos estado juntas haciendo alguna grabación y teniendo lo que llamamos «Una mesa de discusión».
Pero coincidimos todas en la ciudad, y me dije: «¿Podríamos tener algo de tiempo para hablar acerca de. . .» No sé cómo llamar esto. No sé si llamarlo «. . .edad mediana, media vida, envejecimiento. . .»
Holly Elliff: Todos los títulos se le ocurrieron a Nancy. . .
Nancy: A Holly no le gustan.
Holly: Fueron deprimentes para mí...
Nancy: ¿Entonces deberíamos llamarlo «juventud»?
Holly: Puedes llamarlo «juventud extendida».
Nancy: Eso es un sueño Holly.
Rebecca Lutzer: Es «envejecer con gracia». De eso se trata.
Nancy: Me gusta eso. Holly sabe que yo siempre he querido ser vieja.
Holly: Por cierto, Nancy y yo somos polos opuestos.
Nancy: Ella sigue tratando de reducirme la velocidad en eso.
De todos modos, quiero que conozcas a mis amigas. A mi izquierda está Kim Wagner. Kim y yo nos conocemos incluso desde antes de iniciar el programa de radio Aviva Nuestros Corazones. Estas son mujeres que han sido mis amigas y compañeras de oración. Voy a dejar de decir cosas buenas de ellas, porque hay muchísimas cosas que podría decir. Pero a mi derecha está Holly a quien he conocido por más tiempo que a cualquiera de estas mujeres. Desde. . .
Holly: 1985.
Nancy: Y aún tienes tres hijos en casa, y algunos nietos.
Holly: Ahora tengo siete nietos.
Nancy: Así que si vas ahí te encontrarás con personas en diferentes etapas de la vida. Vamos a hablar de estas etapas.
Holly: Etapas de la vida, eso es bueno. Me gusta eso.
Nancy: Vamos a hablar de las diferentes etapas de la vida que hoy tenemos representadas aquí en este momento. También tenemos a Rebecca Lutzer. Rebecca y Erwin Lutzer son amigos muy queridos. Rebecca es parte de un grupo de mujeres que se reúne en el área de Chicago regularmente para orar por mí y por Aviva Nuestros Corazones. Las llamamos «Las damas de oración de Chicago». Son amigas muy queridas y muy dulces. El esposo de Rebecca es pastor en la actualidad, bueno, los maridos de todas son pastores. Algunas de ustedes oyen al Dr. Erwin Lutzer en el programa radial «Correr para ganar». Él ha sido pastor de la Iglesia Moody durante muchos años. Sus hijos son adultos y todos están casados.
Rebecca: Y tengo ocho nietos.
Nancy: Y Kim, tus hijos ya son adultos y estás esperando tu tercer nieto en muy poco tiempo.
Kim Wagner: Sí, estoy muy emocionada.
Nancy: Así que teniendo mi nido vacío y estando aquí cerca de amigas con el nido vacío también, queremos hablar de algunos de los temas relacionados con esta etapa de la vida. De qué manera pensar en ello. Permítanme empezar con las bendiciones. A medida que tus hijos se van convirtiendo en adultos, cuando estás entrando en la época de tu vida de ser abuela, ¿cuáles son algunas de las cosas que más disfrutas de esta época?
Holly: Ninguno de los que están permanentemente en mi casa está siendo entrenado para dejar los pañales, estoy disfrutando de no estar en esa época en mi vida.
Nancy: Porque pasaste muchos años en eso, ¿no es así?
Holly: Un montón de años. Cuando tienes ocho hijos, pasas un montón de años entrenándolos en eso. Así que es divertido ver a mis hijas ahora entrenar a sus hijos y pensar, ya no tendré que hacer eso jamás.
Kim: A mí me pasa algo igual, yo amo salir con mis hijos adultos y ahora con sus hijos. Me encanta. Es tan divertido poder observar a mi hija. Es como si yo me estuviera viendo en ella. Ella dirá: «Mamá, mi instinto de madre me viene naturalmente, de repente, te escucho en mi cabeza diciéndome las cosas que estoy diciendo». Y solo el hecho de poder observar eso es una bendición para mí. Ahora tengo la oportunidad de poder dedicarles tiempo a estos pequeños, y es pura diversión. ¡Me encanta!
Rebecca: Me encanta ir a las casas de mis hijas. Solo tengo hijas. Creo que las hijas son un poco diferentes. Ellas esperan que hagas las cosas. Quieren que estés allí, y quieren que las ayudes. Te preguntan de manera muy sutil, pero tú sabes que lo que realmente quieren es que vengas y de manera gentil empieces a lavar los platos y les digas: «Bien, cariño, ¿por qué no te sientas y descansas un poco?»
Acabo maravillándome de cómo mis hijas se preocupan de forma natural por sus hijos, por cocinar, por hacer todas esas cosas. Acabo alabando al Señor porque no sé cómo todo esto ocurrió. Quiero decir, yo estuve allí, pero solo por la gracia de Dios ves cómo tus hijos no se afectaron por tus errores. He tenido que aprender a mantener la boca cerrada, dejar que ellas sean autónomas y hacer las cosas de la manera que a ellas y a sus maridos les guste. Esa fue una lección un poco dura de aprender para mí.
Kim: Me parece interesante que digas eso Rebecca. Definitivamente es difícil porque estabas acostumbrada a decirles qué hacer cuando eran jóvenes. Fuiste capaz de sentarlos en una silla una vez y decirles: «No te muevas», cuando eran pequeñitos. Ahora ellos están tomando decisiones de vida para tus nietos. Y estas pueden ser diferentes de cómo tú las habrías hecho.
Rebecca: Sí, lucho también con eso.
Kim: Lo que ha sido bueno para mí es el hecho de ser capaz de afirmar a mi hija y lo que veo es que está haciendo las cosas muchas veces mejor de lo que yo las hice. Así que yo la oigo decir: «mamá, no sé cómo manejar esto». Y yo agradezco que ella tenga que tomar sus propias decisiones, lo que la ayudará a aprender de sus errores, como ocurrió con nosotras, y yo sé que eso es duro. Pero, de nuevo, estamos confiando en la gracia de Dios, Él es más grande que nosotras y capaz de hacerse cargo de eso.
Rebecca: Es también un lugar interesante para que como madre y suegra veas como tus hijos adultos se relacionan entre sí, trabajan sus asuntos y sus problemas y tú mantienes tu boca cerrada. Como has dicho, les enseñamos a nuestros hijos e hijas cómo hacer las cosas, y por supuesto queremos que las hagan de la manera correcta. Una vez en sus casas y bajo la influencia de sus parejas hacen lo que quieren hacer. Así que Dios realmente tenía que enseñarme cómo mantener la boca cerrada.
Nancy: Entonces, ¿cómo saber cuándo hablar y cuándo callar sobre algo?
Holly: Mi licenciatura es en patología del habla. Éramos verdaderos fanáticos de enseñar a nuestros hijos a hablar las cosas. Ahora, retrocedamos un poco. En Navidad todos pasamos la nevada juntos, porque la energía no funcionaba en la casa de mis hijos que viven cerca de nosotros, y todos nuestros otros hijos vinieron por las fiestas. Terminamos con veintiún personas y los perros en nuestra casa durante unos ocho días. Fue algo alucinante, ya no hubo tranquilidad.
Como dije, éramos verdaderos fanáticos de enseñar a nuestros hijos a hablar las cosas. Y nunca dejamos que nuestros hijos se fueran a su habitación, cerraran la puerta e hicieran rabietas. Los seguíamos. Cuando tienes muchas personas y todos creen que hay que hablar las cosas, tienes muchas conversaciones.
Hace apenas una semana estuve con mi hija y su marido que estaban buscando casa. Finalmente después de un día muy estresante, Regan, mi yerno, se dio vuelta y me dijo: «Mamá, ¿qué te parece?» Conociendo sus corazones, fue tan divertido ser capaz de incentivarlos a volverse a Cristo, y animarlos a presentarse ante el Señor, incluso ante el estrés y la tensión de tener dos días para encontrar una casa en una ciudad extraña. Fue divertido tener la libertad de poder hablar todavía a sus vidas y tener una relación para que mis palabras fueran recibidas. Ahora, hay momentos en que solo el Señor da el discernimiento acerca de cuándo hablar y cuándo no hablar.
Nancy: ¿Entonces Holly, generalmente tú esperas a que ellos te pidan consejo?
Holly: Bueno, yo no siempre espero que ellos me lo pidan. Sé que todos los libros dicen, «no hables». Pero debido a la cultura de nuestra familia, en la que siempre hemos hablado las cosas, hay un poco más de libertad. Esto no quiere decir necesariamente que doy mi opinión acerca de lo que deben hacer, pero creo que siempre debe haber la libertad de compartir la verdad bíblica de manera sabia o amorosa, una especie, no de predicar, sino simplemente de compartir un poco tu corazón. Creo que el Señor es lo suficientemente sabio como para decirnos cuándo callar.
Kim: Sí, creo realmente hay maneras creativas de hacerlo. Mi regla por lo general es esperar a ser invitada a sus vidas para hablarles la verdad, lo que ellos hacen a veces con frecuencia, y muchas veces no. Pero he encontrado que puedo ser creativa al compartirles sobre otras parejas que estamos discipulando o algunas otras de nuestra iglesia. Así puedo compartir verdades generales, no cosas privadas, situaciones de las cuales espero que ellos escuchen y puedan aprender. Yo creo que tenemos que respetar porque ahora ellos son adultos, y necesitan manejar estos problemas por sí mismos y no solo depender de mamá para que les diga lo que tienen que hacer.
Nancy: Rebecca, tienes hijas, Holly sé que tienes hijos de ambos sexos, y Kim tienes una hija. Pero en un sentido es necesario que ellos formen sus propias familias con sus esposos y dejarlos a ellos liderar sin que sientan que mamá todavía los está controlando.
Rebecca: Así es. A veces me gustaría simplemente decir lo que pienso de manera que pueda ayudar en alguna situación, a mis hijas o a los nietos. Pero en el último año, he notado que tengo una especie de peso en mi corazón y en mi mente. Es el Espíritu Santo el que me detiene —y de hecho pienso lo que me gustaría decir y simplemente me digo: «No, no tengo que decir eso». Debo dejar que ellos me pidan consejo o asesoría. Creo que resulta mejor de esa manera.
Nancy: Yo conozco muchas mujeres que tienen hijos adultos, que están lidiando con situaciones en las que sus hijos se han alejado, que no tienen una relación sana con ellos, o que no están caminando con el Señor. Ninguna de ustedes está enfrentando esto en este momento, pero sí tienen amigas que lo están. Vamos a ayudar a algunas de esas mujeres reflexionar sobre cuál debería ser su papel en la vida de sus hijos adultos, que están tomando decisiones que son, no solo diferentes a las suyas, sino que saben que son verdaderamente peligrosas y equivocadas.
Kim: A mi hija no le importaría que les compartiera esto, se lo he preguntado antes. Hubo un período de su vida adulta en el que estuvimos distanciadas. Había cosas con las que definitivamente no estaba de acuerdo y que estaban muy mal. Entonces yo quería tratarla con dureza, pero me di cuenta de que en ese momento tenía que demostrarle amor, y que podíamos y necesitábamos ser el refugio al que ella podría regresar.
Holly: Una vez saqué mi Biblia, la abrí en el Nuevo Testamento, y tomé nota de toda la interacción que Cristo tuvo con otras personas y con Sus discípulos e hice un registro de la manera en que Él se relacionaba con ellos en diferentes circunstancias. Fue muy refrescante porque siempre ves la verdad, pero está siempre cubierta por el amor, el perdón, y el aliento.
Kim: Y la humildad.
Holly: Sí y la humildad. Es un buen modelo para nosotras de cómo nos relacionamos con los que escuchan lo que Cristo tiene que decir y con los que no están dispuestos a escucharlo todavía. Cristo encontró mucha gente que no estaba dispuesta a escucharlo. Pero tienes que creer que en algún momento esas palabras regresarán.
Kim: Así es, el Espíritu Santo es capaz de trabajar a través de tu obediencia al imitar a Cristo, cuando le demuestras amor a ese hijo que está destrozando tu corazón, quizás, para que puedas ofrecerle con ese amor, humildad, gracia y verdad.
Rebecca: A veces no puedes o no debes decir nada, y solo le dices a ese hijo, «te amo, y estoy orando por ti». A veces esa es la mejor cosa que ellos oirán.
Nancy: Rebecca, sé que tienes un corazón para la oración. Háblanos sobre el papel de la madre que ora por sus hijos adultos.
Rebecca: No creo que haya ninguna fórmula que diga cómo tienes que orar por tus hijos y tus nietos todos los días, pero hacerlo es una cosa maravillosa. Creo que es un privilegio. Pensemos en todas las tensiones que estos jóvenes tienen hoy al educar una familia, los desafíos que están enfrentando, todo el ataque de los medios de comunicación con que esos niños están creciendo y a los que son expuestos de muchas formas, incluso en las escuelas.
Cuando no puedo estar allí y no puedo alentar o estar con mis hijas o mis nietos. . . (espero no llorar aquí) me pongo de rodillas junto a la cama de mis nietos, hasta en la del mayor que tiene trece años, y solo le digo, «Jack, algún día podría no estar aquí, pero quiero que sepas que siempre he orado por ti, toda mi vida, y que mis oraciones siempre estarán contigo». Aquí está este chico grande tendido en su cama, y pienso, «bueno, ¿qué significará esto realmente para él?» Pero él me dice: «Gracias, abuela».
Kim: Y Rebecca, algo que estoy haciendo es escribir mis oraciones por mis nietos en mi diario. Así que mi hija y mi hijo saben que ya estoy orando por mi nieta que todavía no ha nacido, pero saben que lo estoy escribiendo en mi diario, y guardándolo para ellos.
Mi hija vive a nueve horas de distancia de nosotros, por lo que no podemos estar mucho con estos nietos. El fin de semana pasado, tuve a mi pequeño nietecito de cinco meses de edad y lo estaba meciendo. Esto lo he hecho también con mis nietas. Y cuando estoy con ellos en la mecedora, oro Efesios 1 sobre ellos. Y luego, a mi pequeña nieta que ahora tiene dos años, me dedico a hablarle continuamente acerca de Jesús, de Su amor por ella y, ¿sabes qué?, ella me cuenta de nuevo lo que le he enseñado. Y eso me encanta. Me encanta.
Holly: Lo maravilloso acerca de orar por nuestros hijos y nuestros nietos es que no hay límites para hacerlo. Nunca estaremos orando demasiado. Podemos orar en cualquier lugar. Mi vida tiende a ser muy ocupada. Si todavía tienes una vida muy ocupada, orar es algo que puedes hacer en cualquier lugar. Puedo orar por mis nietos que están a diecisiete horas de distancia en este momento, a pesar de que no puedo estar con ellos todo el tiempo. Pero puedo llevarlos en oración.
Una cosa que hemos hecho, y que nos ayuda a mantenernos conectados como familia, es Facebook. Todos los miembros de nuestra familia están conectados, pero nadie más lo puede ver. Así que mis hijos van allí y escriben, «por favor, oren por mí a las dos en punto, estoy esperando esto», o «me voy a encontrar con esta persona que no conoce a Cristo», o «los niños están realmente enfermos. Por favor, oren por ellos». Así que es como una pequeña y constante alerta de oración, y eso es una gran bendición. A nuestros hijos les encanta porque esto los hace más conscientes de cómo orar los unos por los otros, ahora que tenemos hijos en varios estados.
Pero Nancy, tú preguntabas hace un minuto, sobre las bendiciones, ¿cuáles son las bendiciones? Una de las bendiciones es la libertad de poder orar en cualquier lugar, en cualquier momento, y saber que lo que haces es traer a Dios a la escena. Donde quiera que estén, sea cual sea la circunstancia, en el momento en que entramos en oración, introducimos a Dios en la escena y eso es una gran bendición.
Nancy: Así es. Creo que eso es particularmente importante para muchas de nuestras oyentes. Déjame darte un ejemplo. Un amigo me contó recientemente que sus hijos adultos le han pedido que no visiten sus familias ni sus hijos. Sus hijos no querían que tuvieran ningún contacto con los nietos. Ahora esto viene de hace mucho tiempo. No sucedió de la noche a la mañana. Ha habido problemas. Pero mis amigos, una pareja mayor, han estado en la disposición de invertirse en sus hijos. Estoy segura de que cada persona tiene su parte en la historia.
Pero es una relación rota. Mi amigo me contaba lo roto que está el corazón de su esposa. Los dos son mis amigos. Él estaba aquí visitando nuestro ministerio, y dijo que ella como madre y como abuela, está devastada por esto. Sé que ninguna de ustedes está en una situación parecida en este momento, pero sé que conocen personas que lo están. ¿Cómo se puede alentar a esa mujer que dice: «Se rompió la relación. No tengo realmente la capacidad de influir o de tener relación con mis hijos o con mis nietos»? ¿Cómo pueden ellos ser consolados y animados?
Kim: Ellos pueden no tener la libertad de ir a visitarlos. Y los padres puede que no acepten eso, pero todavía estos abuelos pueden enviarles regalos, tarjetas, solo para demostrar su amor por ellos. Pueden rechazarlos y no abrirlos. Pero creo que deben seguir haciendo uso del contacto que tienen y respetar los deseos de los padres de no visitarlos. No sé si pueden comunicarse por medio de llamadas. Pero siempre se pueden enviar tarjetas por correo, regalos, nada que sea de algún modo algo que censuren los padres, sino simplemente que llegue a bendecir a quienes ahora mismo los están maldiciendo.
Holly: ¡Wao! Es desgarrador. Yo estaba hablando con una amiga en nuestra iglesia hace una semana, cuyo hijo y su esposa se divorciaron. El hombre es su hijo, y ahora la nuera no quiere que tengan ningún contacto con los nietos. Es desgarrador para ellos.
Pero esta amiga es una mujer dulce y piadosa y dijo: «Holly, es como si el Señor me mandara mensajes telegráficos. ¿Sabes?, no tenemos telégrafo, pero Él me permite saber cómo orar por esos nietos. No sé cuando volveré a verlos, pero nada puede hacer que deje de orar por ellos». Se requiere valor para seguir haciendo eso cuando no tienes los beneficios de poder estar con ellos. Se necesita mucho valor.
Rebecca: Bueno, no solo para orar por estos nietos de quienes te estás perdiendo gran parte de sus vidas, sino orar por sus padres y orar la Escritura que tiene el poder de mover, cambiar y romper cualquier maldad del corazón que provoque un alejamiento.
Nancy: Creo que es muy importante que en cada etapa de la vida mantengamos la perspectiva de que esto no es definitivo. Dios todavía está escribiendo la historia. No es el fin, y Dios tiene planes. Él está trabajando. Si solo te quedas atascada en lo que ves en este momento, puedes desear irte a la cama, cubrirte la cabeza con una manta y no salir. Pero si dices: «Dios, Tú estás obrando aquí»; orando para que Dios haga Su obra, y con la esperanza de que Dios realmente puede cambiar esa situación, entonces creo que podrás orar con más fe y esperanza en lo que Dios va a hacer.
Rebecca: Es como Henry Blackaby dice, Dios está trabajando aunque no veamos nada. Él está trabajando todo el tiempo.
Nancy: Amén. Creo que también está en la Biblia.
Rebecca: Estoy segura de que está.
Holly: Creo que a veces nuestras oraciones son demasiado pequeñas. Nosotras a veces no pedimos grandes cosas del Señor. Creo que a veces al Señor le encantaría que le pidiéramos grandes cosas y luego confiemos en que Él se moverá de maneras que ni siquiera podemos anticipar.
Rebecca: Bueno, estos padres también pueden orar para que Dios les muestre si hay algo que hayan dicho o hecho que haya contribuido a esta situación en la que los abuelos no pueden ver a sus nietos o sus hijos. Pueden orar para que Dios les muestre cómo acercarse a sus vidas. Si es una carta de disculpa, o algo que ellos mismos puedan hacer para cambiar la situación, deberían hacerlo.
Nancy: Ese es el camino de la humildad.
Débora: ¿Son tus oraciones del tamaño de tu Dios? ¿Caminas en humildad para ver relaciones restauradas? Hoy has estado escuchando una conversación entre Nancy DeMoss Wolgemuth, Rebecca Lutzer, Kim Wagner y Holly Elliff. Mañana continuaremos con esta edificante conversación.
Y creo que de seguro conoces a alguien que se podría beneficiar de esta serie. Así que ¡te animo a no dejar pasar la oportunidad de compartirla! En nuestro sitio web encontrarás tanto la transcripción como el audio de esta enseñanza. Es nuestro anhelo llamar a muchas más mujeres a libertad, plenitud y abundancia en Cristo, ¡y tú puedes ser parte de esto!
Bueno, mañana, Kim Wagner te mostrará por qué la temporada del nido vacío puede ser emocionante.
Kim: Estos días son una aventura para poder dar frutos para el Señor. Estoy tan contenta de cualquier cosa que Él tenga que me haga dar frutos. Eso es lo que deseamos hacer hasta nuestro último aliento.
Débora: Escucha más el día de mañana, aquí en Aviva Nuestros Corazones.
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Recursos del Episodio
Serie, «Una pareja herida encuentra verdadera esperanza»
Serie, «Cambia de rumbo: Un llamado a la maternidad intencional»
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