Os ha nacido hoy, día 2
Annamarie Sauter: Hay algo en lo que puedes pensar cuando sientes que tu vida es tediosa y rutinaria… quizás, cerca de ti, Dios está haciendo una gran obra.
Nancy: Esos pastores estaban haciendo su trabajo, cuidando de las ovejas. Mientras esto era rutinario, una noche normal para ellos, otra noche de trabajo, justo arriba del camino se estaba llevando a cabo un milagro, Emanuel, Dios con nosotros estaba naciendo.
Ahora, eso es un recordatorio para ti y para mí de que a veces Dios está obrando y mostrándose en un lugar cercano, cuando estamos totalmente ajenas a lo que está sucediendo y no lo estamos esperando.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
Nancy continúa con el segundo día de la serie basada en Lucas capítulo 2, titulada, «Os ha nacido hoy».
Nancy: Creo que probablemente muchas de las …
Annamarie Sauter: Hay algo en lo que puedes pensar cuando sientes que tu vida es tediosa y rutinaria… quizás, cerca de ti, Dios está haciendo una gran obra.
Nancy: Esos pastores estaban haciendo su trabajo, cuidando de las ovejas. Mientras esto era rutinario, una noche normal para ellos, otra noche de trabajo, justo arriba del camino se estaba llevando a cabo un milagro, Emanuel, Dios con nosotros estaba naciendo.
Ahora, eso es un recordatorio para ti y para mí de que a veces Dios está obrando y mostrándose en un lugar cercano, cuando estamos totalmente ajenas a lo que está sucediendo y no lo estamos esperando.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
Nancy continúa con el segundo día de la serie basada en Lucas capítulo 2, titulada, «Os ha nacido hoy».
Nancy: Creo que probablemente muchas de las que escuchan mi voz hoy, han visto al menos partes del clásico animado cristiano del año 1965, La Navidad de Charlie Brown. ¿Lo conoces, lo recuerdas?
Recuerdas como Charlie Brown pregunta: «¿Existe alguien que conozca el significado de la Navidad?» Y luego Linus responde: «Por supuesto, Charlie Brown. Yo te puedo contar de qué se trata la navidad». Y él procede a recitar el relato de la historia de Navidad que se encuentra en Lucas 2, versículos del 8 al 14.
Recientemente investigué un poco acerca de lo que sucedió tras bambalinas para lograr incluir ese pasaje de la escritura en la producción original. Déjenme decirles que las personas de la industria del cine no querían incluir ese pasaje en la producción. No creían que tendría una buena recepción de parte del público. Y sin embargo, aquí estamos cincuenta y tantos años después, y todavía a la gente le encanta y escucha la historia de la Navidad leída de la palabra de Dios. Estoy tan agradecida de que hasta ese programa está llevando la palabra de Dios a las personas.
En el programa pasado hablamos de la primera parte de Lucas capítulo 2… Si tienes tu Biblia, permíteme animarte a que la abras en ese pasaje conmigo.
Dice así la Palabra de Dios:
«Y aconteció en aquellos días que salió un edicto de César Augusto, para que se hiciera un censo de todo el mundo habitado
Recuerdan que Octavio, quien más tarde fue llamado Augusto, tomó el trono en el año 27 A.C., el primer emperador romano, el fundador del Imperio Romano y sobrino-nieto e hijo adoptivo de Julio César.
Cuando tomó el trono, era un periodo de gran agitación política y de guerra civil, seguida del asesinato de su padre adoptivo Julio César. A continuación, veremos lo que un comentarista e historiador de esa época dijo:
Homenajeado como un héroe después del conflicto de la guerra civil, Augusto fue considerado una gran fuente de paz de Roma. (Ahora, recuerden eso porque va a ser importante para la parte de la historia que escucharemos hoy). Después de derrotar a los enemigos de Roma fue homenajeado como un gran salvador para el pueblo que, con probabilidad, hubiera estado sin esperanza si no se hubiera conseguido la victoria.
Temas como la libertad, la justicia, la paz, y la salvación permearon su reino. Dondequiera que se proclamaban los hechos de Augusto, se presentaban con un término griego, euangelion, que se traduce como buenas nuevas o evangelio.
Ahora, nosotros reservamos ese término para el evangelio de Jesucristo, pero aún antes del nacimiento de Cristo, cuando Augusto hacía grandes proezas, se hablaba de estas como el euangelion, las buenas nuevas, el evangelio de César Augusto.
Entonces, en aquellos días, este decreto salió de César Augusto, el hombre que era considerado el salvador, la fuente de paz para el mundo conocido.
Versículo 3:
«Y todos se dirigían a inscribirse en el censo, cada uno a su ciudad. Y también José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David que se llama Belén, por ser él de la casa y de la familia de David, para inscribirse junto con María, desposada con él, la cual estaba encinta. Y sucedió que mientras estaban ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento. Y dio a luz a su hijo primogénito; le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón» (vv. 3-7).
La vida de Cristo aquí en la tierra comenzó en un pesebre destinado para el ganado. Y, ¿dónde terminó? En una cruz reservada para criminales. Vamos a ver por qué ambas situaciones fueron verdaderas y necesarias.
Versículo 8: «En la misma región había pastores que estaban en el campo, cuidando sus rebaños durante las vigilias de la noche». Esta es la palabra del Señor.
Vamos a continuar con este pasaje, versículo 8 y los que siguen en esta sesión, pero permítanme comenzar aquí mismo: «En la misma región había pastores». La misma región. Esto no quedaba lejos de Belén y el lugar tradicional para pastorear esos rebaños se encontraba a dos millas de Belén, justo más arriba del camino donde Dios estaba naciendo. Pensemos al respecto.
Esos pastores estaban haciendo su trabajo, cuidando de las ovejas. Mientras esto era rutinario, una noche normal para ellos, otra noche de trabajo, justo arriba del camino se estaba llevando a cabo un milagro, Emanuel, Dios con nosotros estaba naciendo.
Ahora, eso es un recordatorio para ti y para mí, de que a veces Dios está obrando y mostrándose en un lugar cercano, cuando estamos totalmente ajenas a lo que está sucediendo y no lo estamos esperando. Recuerda eso, cuando sientes que tu vida es tediosa y rutinaria; día tras día estás haciendo lo mismo, el mismo trabajo, la misma tarea, las mismas responsabilidades; recuerda que quizás cerca de ti, Dios está haciendo una gran obra, y Él te va a invitar a ser parte de eso.
Así que, «en la misma región había pastores».
Ahora, ya hablamos mucho de César Augusto y de cómo él era considerado un dios maravilloso y divino, el salvador y un hombre de paz. Así que estos pastores eran un contraste marcado con César Augusto, como también lo eran María y José.
Los pastores son anónimos. No se nos dice ninguno de sus nombres. No tenían poder, ni influencia. Probablemente eran pobres, sin educación, sin entrenamiento. Los pastores generalmente estaban ubicados cerca de lo más bajo en la escala social.
Y como los pastores debían quedarse con las ovejas durante el día de reposo, cuando otras personas iban a ofrendar sus sacrificios y obtener el perdón y la limpieza de sus pecados, los pastores no podían hacer eso. Ellos debían permanecer con sus ovejas. No podían celebrar el día de reposo con frecuencia. Así que era impuros ceremonialmente. Y por esa razón se les consideraba marginados de Israel. ¿Quién entonces quería ser un pastor?
Aun así, en la economía de Dios, ser un pastor es un llamado noble. En primer lugar, Dios se describe a través del Antiguo Testamento como un Pastor para su pueblo. Muchos líderes y héroes del Antiguo Testamento fueron pastores. Para mencionar unos cuantos: Abraham, Isaac, Jacob, Moisés, David. Estos fueron grandes hombres de Dios, y fueron pastores.
El mismo Mesías es descrito como un Pastor en Miqueas capítulo 5, versículo 2. Y después, a medida que nos adentramos en el Nuevo Testamento, Jesús se describe a sí mismo como «el buen pastor que da su vida por sus ovejas» (Juan 10:11).
Así que tenemos estos pastores quienes eran un contraste para Cesar Augusto. Y es muy posible que ellos fueran esos pastores marginados. Pero también es posible, a medida que he venido estudiando esto, que ellos fueran una clase inusual de pastores.
Muchos comentaristas creen que pudieron haber existido pastores del templo cuya responsabilidad era cuidar de las ovejas que estaban destinadas para el sacrificio.
Alfred Edersheim era un estudioso de la Biblia. De hecho, fue un judío que se convirtió al cristianismo y es más conocido por su libro (un recurso valioso disponible), cuyo título es, La vida y los tiempos de Jesús el Mesías. Si quieres tener una idea de cómo era la vida, la cultura, y lo que estaba sucediendo en esa época, este libro es un volumen grande y grueso, pero vale la pena tener este recurso cuando quieres ver cosas como, «¿quiénes eran estos pastores?» Y puede que no sean lo que siempre pensamos que eran.
Los judíos sabían que el Mesías nacería en Belén. Eso era comúnmente conocido. Leímos en la última sesión, en Miqueas 5: «De ti, pequeña Belén, saldrá uno que pastoreará mi pueblo» (vv. 2 y 4, parafraseados).
Pero los judíos también creían que la venida del Mesías y Su reino serían revelados desde un lugar llamado Migdal Eder. Esa es una frase en hebreo que significa, «la torre del rebaño».
Y, ¿de dónde sacaron esta idea de que la venida del Mesías y Su reino serían anunciados desde Migdal Eder? Bueno, ellos tomaban esta idea, reitero, de la profecía de Miqueas, esta vez del capítulo 4, versículo 8. Permítanme leerles este versículo y luego consideraremos todos los aspectos.
Dice: «Y tú, torre del rebaño (en hebreo, Migdal Eder), colina de la hija de Sion,
hasta ti vendrá, vendrá el antiguo dominio, el reino de la hija de Jerusalén».
Ahora, cuando estas profecías fueron dadas en el Antiguo Testamento, estaban veladas. Las personas que las oyeron, que las leyeron, y muchas veces, las personas que las dieron, no podían ver todo lo que esto significaba. Estaban veladas, estaban escondidas, no eran claras. Se les percibía vagamente. Se veían desenfocadas.
Pero cuando llegó la era neotestamentaria, de repente el enfoque se aclaró, y pudimos comenzar a ver lo que los profetas y creyentes en el Antiguo Testamento habían anhelado ver en el cumplimiento de Cristo.
Entonces Edersheim en su libro, La vida y los tiempos de Jesús el Mesías, hace esta fascinante observación basada en ese pasaje. Él dice,
Esta Migdal Eder no era la torre de vigía para los ganados ordinarios que pastaban por los yermos más allá de Belén, sino los que yacían cerca de la ciudad, junto a la carretera de Jerusalén.
Ahora, ¿qué era clave acerca de Jerusalén? Era allí donde las personas iban a hacer sacrificios. ¿Cierto? Así que, si venían desde el área de Belén, ellos paraban y compraban ovejas, quizás, en esta carretera, o estas ovejas estaban siendo preparadas para ser llevadas a Jerusalén. Así que en este campo estas ovejas especiales se estaban criando y eran ovejas que estaban siendo preparadas para sacrificio.
Y Edersheim continúa diciendo,
Un pasaje en la Mishnah (la cual es la primera versión escrita de las tradiciones rabínicas judías) nos lleva a la conclusión de que los ganados que pastaban allí estaban destinados al sacrificio en el templo.
Si ese es el caso, y no lo podemos saber con seguridad, pero si ese es el caso, como parece ser, entonces estos pastores, a quienes el ángel se les apareció esa noche serían los responsables de cuidar los corderos para que no resultaran heridos, o contaminados de alguna manera, porque se tenían que ofrecer corderos puros. Estas ovejas, a través de todo el Antiguo Testamento, siempre tenían la intención de apuntar a Jesús.
Cuán apropiado fue que para aquellos que cuidaban los animales que eran preparados para la Pascua y otros sacrificios, que fue a esos pastores que los ángeles anunciaron el nacimiento del «Cordero de Dios» que quitaría el pecado del mundo. ¿No es eso precioso?
Ellos están en su torre de vigía, la torre del rebaño, Migdal Eder. «Hasta ti vendrá, vendrá el antiguo dominio…» Hasta ti vendrá la revelación, la primera revelación de que el Rey de Israel ha nacido.
Y efectivamente, 650 años después, Dios cumple su promesa en la torre del rebaño, la torre vigía del rebaño. Entonces…
«Y un ángel del Señor se les presentó, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor, y tuvieron gran temor» (v.9).
Ahora, sabemos que los ángeles son mensajeros de Dios, y muchas veces en el relato de esa primera navidad, un ángel fue enviado por Dios para llevar un mensaje a alguien que sería parte de la historia de la navidad, del nacimiento de Cristo.
¿A quiénes se les enviaron algunos de esos ángeles? A Zacarías, el padre de Juan el Bautista; a José, a María –Gabriel fue enviado. Pero en este caso no sabemos el nombre de este ángel, pero creo que es muy posible que fuera el mismo Gabriel el que llevaba estos mensajes del nacimiento de Cristo. Por supuesto, no importa. Fue «un ángel enviado por Dios».
Cuando piensas que tal vez no le interesas a Dios o lo que está sucediendo en tu vida, solo recuerda que a esos pastores ordinarios, sin educación y probablemente iletrados, a ellos Dios les envió un ángel, un mensajero con buenas nuevas. Y Dios conoce cómo y cuándo enviarte exactamente las noticias que necesitas oír.
Dios no hace acepción de personas. Él no reservó estas noticias solo para el Cesar, la clase alta, la élite o los líderes religiosos. No fue allí donde el ángel y la gloria del Señor se revelaron. Se reveló a trabajadores comunes, ordinarios y sin educación. Tú no tienes que ser sofisticada para encontrar a Dios y conocer su verdad.
El Cesar ignoraba lo que estaba sucediendo. Los líderes religiosos de ese día, los líderes religiosos judíos no tenían idea de lo que estaba sucediendo. Herodes no tenía idea de lo que estaba sucediendo. Pero a estos pastores sencillos y humildes, cuidando de sus rebaños en la noche, haciendo el turno de la madrugada –no hay nada emocionante acerca de eso, pero a esos pastores Dios les envió un ángel.
Solo me puedo imaginar a Dios en el cielo enviando a este ángel. «¡Ve! Diles a los pastores». Dios vio a estos pastores y a Dios le importó. Dios les envió un mensaje y a ellos se les apareció la gloria del Señor.
La escritura dice: «Y lo vil y despreciado del mundo ha escogido Dios… para que nadie se jacte delante de Dios» (1 Cor. 1:28-29).
Cuando tú sabes que no mereces las buenas nuevas de Dios, entonces no te atribuyes el crédito por eso. Tú no dices, «la gloria es mía», cuando sabes que la gloria es toda de Dios.
Creo que se podía confiar en estos pastores, como veremos en este pasaje, para ser mayordomos de la gloria de Dios, y que no iban a salir en una gira para promocionar su libro o comenzar su propia organización, contando como tuvieron esta experiencia única. Nada de eso. Todo se trataba de Dios desde el comienzo hasta el final, y de Su gloria.
«…y la gloria del Señor los rodeó de resplandor» (v.9).
La gloria del Señor, a lo largo de la Escritura, es la presencia manifiesta de Dios.
- Esta era una luz brillante que traspasó la oscuridad de la noche
- Esto fue milagroso
- Espectacular
- Inexpresable
- Indescriptible
No podemos imaginarnos eso, pero la escritura dice en Corintios que «Dios es el que ha resplandecido en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo».
Y escuchen, cuando la gloria de Dios te muestra a Jesús, no es menos milagroso, ni menos sobrenatural, ni menos maravilloso que cuando la gloria del Señor traspasó ese firmamento a media noche e hizo la presencia de Dios manifiesta conocida entre los pastores que no estaban esperando algo así esa noche.
Es interesante rastrear la gloria del Señor a través de la escritura. Primero se le apareció a Adán y a Eva en el jardín del Edén, pero cuando ellos pecaron, fueron expulsados del jardín. Sin embargo, a través del Antiguo Testamento estaban esas ocasiones cuando Dios reveló destellos de Su gloria a Su pueblo.
¿Recuerdas en el desierto que Dios guió a su pueblo con una columna de nube durante el día y una columna de fuego durante la noche? Esa era la gloria, la gloria Shekinah de Dios guiando su pueblo.
Y luego, ¿recuerdas la dedicación del tabernáculo y la dedicación posterior del templo cuando la gloria de Dios vino y descendió sobre ese lugar? Fue tan grandioso que los sacerdotes no podían quedarse en pie haciendo su trabajo.
Por esto creo que es una lástima que nos acostumbramos tanto a la historia de la navidad que no percibimos la gloria. No sentimos asombro. No nos damos cuenta de cuán maravillosa es, de cuán increíble es, de cuán milagrosa es. No nos detenemos a decir, «no puedo continuar haciendo lo que estoy haciendo, viviendo la vida de manera habitual, haciendo negocios de manera habitual, horneando galletas con chocolate caliente, comprando regalos y enviando tarjetas de navidad». Haz todas esas cosas, pero no te pierdas de la gloria, del asombro de que Dios se reveló. Él manifestó su gloria.
Y cuando Dios se mostró en el Antiguo Testamento, fue algo asombroso. Pero luego leemos acerca de cómo en el Antiguo Testamento el pueblo fue abandonando a Dios progresivamente. Se apartaron de Él. Se fueron tras otros dioses. Adoraron ídolos.
Leemos en Ezequiel, comenzando en el capítulo 9, que «la gloria de Dios dejó el templo, poco a poco» (v.11). ¿Y sabes qué fue verdaderamente triste? El pueblo ni siquiera se dio cuenta. No se dieron cuenta. No les importó. Se habían acostumbrado a funcionar sin la presencia de Dios, a tener iglesia sin la presencia de Dios, y no sintieron la diferencia. Siguieron haciendo lo que venían haciendo todo el tiempo, estos sacrificios huecos, vacíos, día tras día, pero sin el corazón, sin la presencia de Dios.
Entonces la presencia de Dios fue quitada de Su pueblo. Ellos fueron enviados al exilio para que pudieran aprender a rechazar sus ídolos y regresar al único Dios vivo y verdadero. Y por cientos de años la gloria de Dios no fue vista en lo absoluto aquí en la tierra, hasta esa misma noche en la llanura en Judea, por un grupo de pastores.
«…y la gloria del Señor los rodeó de resplandor». La muy anhelada gloria, la promesa del regreso de la gloria de Dios, el Dios de gloria había venido a habitar con la humanidad, y Él reveló Su gloria a un grupo de pastores la noche que Su Hijo vino a la tierra, Su Hijo es la gloria de Dios.
Bueno, la respuesta natural a esta demostración poderosa de la deslumbrante gloria de Dios fue que «tuvieron gran temor».
¡Por supuesto que lo tuvieron! A lo largo de la escritura, cuando las personas veían el poder y la gloria manifiesta de Dios, se aterrorizaban; caían sobre sus rostros. Su pecaminosidad quedaba expuesta. Tenemos a un Jesús muy reducido al que adoramos hoy. Y en algunos casos Él no es realmente Jesús. Lo hemos distorsionado tanto, lo hemos pervertido tanto. Hemos perdido la noción de quién es Él. Lo hemos hecho completamente humano y no Dios.
Ahora, Él era completamente humano, pero también era completamente Dios. «Porque toda la plenitud de la deidad reside corporalmente en Él».
Entonces fue correcto que estos pastores, cuando vieron la gloria de Dios, cayeran sobre sus rostros. Y es correcto que, cuando adoramos a Dios, tengamos un sentido de sobrecogimiento, asombro y admiración.
Versículo 10:
«Mas el ángel les dijo: “No temáis (fácil de decir, ¿cierto? ¡No tengan temor!), porque he aquí, os traigo buenas nuevas de gran gozo que serán para todo el pueblo».
Buenas nuevas. Euangelion. No las buenas nuevas de Cesar Augusto, sino las buenas nuevas de gran gozo de Jesucristo.
Esta palabra, buenas nuevas, euangelion, es usada veinticinco veces por Lucas en el evangelio de Lucas y en el libro de los Hechos. Él es un hombre que siempre está hablando acerca de las buenas nuevas, las buenas nuevas, las buenas nuevas.
Creo que esto es una lección para nosotras. De eso deberíamos estar hablando hoy. Mientras hablamos con nuestros amigos, nuestros hijos, los miembros de nuestra familia, nuestros vecinos, deberíamos estar hablando acerca de las buenas nuevas de gran gozo.
Yo soy algo adicta a las noticias. Sigo muchas noticas. Veo muchas noticias – mi esposo y yo las vemos juntos. Hablamos de las noticias. Pero la mayoría de las noticias que vemos y escuchamos hoy no son buenas noticias. El noventa por ciento son malas noticias, al menos las noticias que se reportan.
Creo que los cristianos deberían estar hablando de las buenas nuevas y no deberíamos permitir que los presentadores seculares de televisión sean los que reporten todo lo que está en las noticias. Tenemos buenas nuevas para compartir con nuestro mundo, tanto en navidad como el resto del año.
Estas son buenas noticias, ¡y el anuncio que el ángel fue enviado a hacer fue realmente bueno! Era el antídoto para todo temor. Ya no tenemos que temer al pararnos delante de un Dios santo. Estas buenas nuevas contrarrestan todas las malas. El mensaje del ángel llegó a un mundo que estaba bajo tiranía y opresión, y el ángel dijo, «les traigo buenas nuevas» en medio de este imperio romano.
A las personas de ese tiempo les faltaba gozo. No habían escuchado buenas nuevas por mucho tiempo.
Ahora, el nacimiento de cada bebé es buenas nuevas, causa de celebración gozosa y alegre. Pero estas buenas nuevas traen gran gozo a todos los que las oyen, a todos los que las reciben, gran gozo para contrarrestar el profundo desaliento y desesperanza que caracterizan tanto a nuestro mundo.
Y estas noticias no eran solo para aquellos pastores, y no eran solo para los judíos, y no eran solo para unas cuantas almas privilegiadas. ¿Para quiénes eran? «Serán para todo el pueblo». Y esto, por supuesto, había sido el plan de Dios desde la eternidad pasada.
Y, ¿cuáles eran las nuevas? ¡Las mejores noticias jamás anunciadas! Versículo 11:
«Porque os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor. Y esto os servirá de señal: hallaréis a un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre» (vv.11-12).
Y aquí aparece Dios, desviándose del camino transitado, hacia un pequeño e insignificante pueblo; no es el centro de la influencia económica, académica y política. Esta no era la capital de Washington, la ciudad de Nueva York, Los Ángeles, San Francisco, París. Esto era Belén. Pero fue el lugar donde Dios apareció.
¿No te parece sorprendente que el plan de Dios para revelar estas noticias mundialmente estremecedoras era tan diferente de la forma que hacemos relaciones públicas hoy en día? Es decir, si ese bebé hubiera nacido hoy, hubiéramos hecho todo tipo de estrategias promocionales y de mercadeo. Hubiéramos querido hacer el mayor impacto. Pero Dios lo hizo de manera diferente.
Él envió a Su Hijo como un bebé, un humano, envuelto en pañales como cualquier otro recién nacido, acostado en un pesebre, lo que les ayudó a identificar a este bebé que era completamente humano, pero también completamente Dios, el Dios hecho hombre.
«Porque os ha nacido hoy… un salvador». Esa es la esencia del mensaje de la navidad. Este no es simplemente un bebé. Este es el salvador que nació por nosotros «…un salvador que es Cristo, el Señor».
Ahora, en el griego original, esos artículos no están allí. Se lee Salvador, Cristo, Señor. «Os ha nacido hoy un Salvador. Cristo. Señor».
Ese no era el nombre designado, Jesús. A Él se le daría ese nombre. Pero estos eran títulos.
- Él era Salvador: Nacido para salvar a Su pueblo de sus pecados.
- Él era Cristo: Palabra equivalente del Nuevo Testamento al Mesías del Antiguo Testamento, el Ungido, el Mesías prometido.
- Él era Señor: Un título de divinidad. Él es Dios, manifestado en carne. El nacimiento de Jesucristo, Salvador, Señor, es buenas nuevas de gran gozo que eclipsan y sobrepasan lo que sea que esté sucediendo en nuestro mundo o en tu vida en esta época.
Quiero cerrar con este corto párrafo de Charles Spurgeon quien en un mensaje en 1871 sobre este pasaje, sacó a relucir este tema del gozo para sus oyentes. Él dijo:
Permíteme preguntarte: ¿Son tus pecados perdonados por amor de su nombre? ¿Fue la cabeza de la serpiente aplastada en tu alma? ¿Reina la simiente de la mujer en poder santificador sobre tu naturaleza? Oh, entonces, tú tienes el gozo que es para todos en su forma más genuina. Y, querido hermano, querida hermana, entre más te sometas a Cristo el Señor, más completamente le conocerás y serás como él y más plena será tu felicidad.
Así que a medida que entramos a esta época navideña, algunos de nosotros tenemos lágrimas en nuestros ojos. Yo misma he atravesado situaciones difíciles durante la época de navidad. Y he estado despierta durante noches simplemente pensando, orando, cargada, con el corazón abatido por alguna situación. Pero el nacimiento de Cristo es buenas nuevas de gran gozo para todos.
Así que, en medio de nuestras lágrimas, nuestras luchas, nuestra presión y estrés, las cosas sobre las cuales no tenemos control, las cosas que rompen nuestro corazón, recuerda que Dios envió a un mundo deprimente en desesperación y oscuridad buenas nuevas de gran gozo. «Porque os ha nacido hoy un Salvador. Cristo. Señor».
Así que, ¡regocíjate! ¡Esto es de gran gozo! ¡Estas son verdaderas buenas nuevas! Amén.
Annamarie: Nancy DeMoss de Wolgemuth nos ha estado ayudando a recapturar el asombro por la historia de la Navidad, ¡definitivamente es una historia gloriosa!
Es tan fácil perder el asombro al tener tantas ocupaciones en esta época. Nancy nos ha ayudado a enfocarnos en lo que es realmente importante al llevarnos a la Palabra de Dios. Esta serie inició ayer, así que si te perdiste ese programa ¡no te lo puedes perder! Escúchalo, descárgalo, compártelo o leelo, a través de nuestro sitio web, AvivaNuestrosCorazones.com.
Mañana, en la continuación de esta serie titulada, «Os ha nacido hoy», consideraremos a los ángeles que visitaron a los pastores en Belén. Ellos mantuvieron el enfoque de su mensaje justo donde debía estar. Nancy nos explicará más mañana, aquí en Aviva Nuestros Corazones.
Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.
Todas las Escrituras son tomadas de La Biblia de las Américas a menos que se indique lo contrario.
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