Nombre sobre todo nombre, día 7
Annamarie Sauter: Muchas personas se resisten a reconocer el señorío de Jesús.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Es tan inútil como un niñito enojado empujando a un jugador de 140 kilos en la línea ofensiva, pateándolo y dándole puñetazos. ¿Quién crees que va a salir lastimado? ¡Definitivamente no va a ser el jugador de fútbol!
Si tú luchas en contra de Jesús, tú lo rechazas, Él no va a salir lastimado. Tú vas a salir lastimada.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
Aquí está Nancy con la continuación de la serie titulada, Nombre sobre todo nombre.
Nancy: En muchas ocasiones, dentro de las Escrituras verás cómo se compara a Dios con una roca. Eso puede significar muchas cosas, pero con frecuencia nos habla de seguridad y de consuelo. Por ejemplo, leemos en Salmos 18:2: «El Señor es mi roca, mi baluarte …
Annamarie Sauter: Muchas personas se resisten a reconocer el señorío de Jesús.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Es tan inútil como un niñito enojado empujando a un jugador de 140 kilos en la línea ofensiva, pateándolo y dándole puñetazos. ¿Quién crees que va a salir lastimado? ¡Definitivamente no va a ser el jugador de fútbol!
Si tú luchas en contra de Jesús, tú lo rechazas, Él no va a salir lastimado. Tú vas a salir lastimada.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
Aquí está Nancy con la continuación de la serie titulada, Nombre sobre todo nombre.
Nancy: En muchas ocasiones, dentro de las Escrituras verás cómo se compara a Dios con una roca. Eso puede significar muchas cosas, pero con frecuencia nos habla de seguridad y de consuelo. Por ejemplo, leemos en Salmos 18:2: «El Señor es mi roca, mi baluarte y mi libertador; mi Dios, mi roca en quien me refugio».
Él es un lugar seguro. Dice en Isaías 26:4: «Confiad en el Señor para siempre, porque en Dios el Señor, tenemos una Roca eterna». Luego en 1 Corintios 10, aprendemos sobre la roca que proveyó agua a los hijos de Israel, y se nos dice que esa roca es un tipo, es una imagen de Cristo. 1 Corintios 10:4 dice: «y todos bebieron la misma bebida espiritual, porque bebían de una roca espiritual que los seguía; y la roca era Cristo».
En la sesión de hoy queremos enfocarnos en Jesús como la Roca, la Piedra Angular, ¿es un nombre maravilloso, no es cierto? Existen muchas palabras relacionadas con «roca» o «piedra» en las que podemos concentrarnos pero en este programa en especial quiero enfocarme en este concepto importante del Nuevo Testamento que habla de Jesús como la Piedra Angular, el Fundamento.
Este concepto del Nuevo Testamento se nos presenta en un sin número de pasajes proféticos del Antiguo Testamento que apuntan al Mesías venidero. Así que primero vamos a ver la aplicación en el Antiguo Testamento y luego en el Nuevo Testamento.
Isaías capítulo 28:16 dice:
«Por tanto, así dice el Señor Dios: He aquí, pongo por fundamento en Sión una piedra, una piedra probada, angular, preciosa, fundamental, bien colocada. El que crea en ella no será perturbado».
Esa es una profecía mesiánica que vemos luego citada en 1 Pedro capítulo 2, porque es una profecía que se cumplió en Jesús, quien es nuestra Piedra Angular.
Ahora esa palabra «Piedra Angular» no es una palabra que utilizamos en nuestro lenguaje diario, así que es un concepto que tal vez no sea familiar para todas.
Una piedra angular, como dice una Biblia de estudio, asegura que es una estructura cuadrada y estable. La piedra angular es la piedra más importante, porque establece la referencia para las demás piedras y de toda la infraestructura. Así que la piedra angular es básica, esencial, fundamental y soporta el peso de todo el edificio.
Existe otra referencia importante sobre esta piedra angular en el Antiguo Testamento. Se encuentra en el Salmo 118, que quizás sepas que es el último salmo en lo que se llama el hallel enhebreo, que es una serie de salmos que va desde el Salmo 113 hasta el 118. Este es el salmo que probablemente Jesús y sus discípulos cantaron juntos en la última cena.
Porque las Escrituras dicen: «Y después de cantar un himno…» Probablemente este sería el salmo que cantaron. El hallel hebreo probablemente fue cantado durante la Pascua, y cuando ellos iban a salir del aposento alto hacia el monte de los Olivos, donde Jesús fue arrestado, este fue el salmo que quizás cantaron. Te sugiero que un día, leas el Salmo 118 completo con esto en mente, con este contexto, y verás que realmente te bendecirá.
Pero ahora déjame concentrarme en un versículo de este salmo, el versículo 22, donde dice: «La piedra que desecharon los edificadores ha venido a ser la piedra principal del ángulo». Ahora, quiero que te imagines a Jesús cantando las palabras de ese salmo. Él habría cantado acerca de Sí mismo. La Piedra es el Mesías, el Cristo, y como la Piedra Angular, Jesús es absolutamente fundamental, esencial. El resto del edificio está construido, edificado alrededor de Él. Todo el peso del edificio descansa sobre Él.
Los edificadores en este pasaje, (la piedra que desecharon los edificadores), como podemos ver en el Nuevo Testamento, son los líderes judíos religiosos –los escribas, los fariseos, los maestros de la ley. Ellos rechazaron a Jesús como el Mesías enviado por Dios. La piedra que rechazaron los edificadores…ellos se negaron a creer que Él era el Mesías.
Pero Dios exaltó a Jesús hasta lo sumo y la Piedra que rechazaron los edificadores se convirtió en la Piedra Angular…rechazada por el hombre, elegida por Dios. Dios exaltó a Aquel que otros rechazaron. Lo echaron fuera, lo sacaron. No lo consideraron para su edificio, pero Dios dijo: «No, esta es la Piedra Angular en la cual todo el edificio se sostiene».
Dios lo vindicó, lo estableció como la Piedra fundamental, la Piedra angular de un nuevo edificio que nosotros hoy conocemos como la iglesia. Así que el Salmo 118 los versículos 23 y 24 continúan diciendo:
«Obra del SEÑOR es esto, admirable a nuestros ojos. Este es el día que el SEÑOR ha hecho; regocijémonos y alegrémonos en él».
¿Alguna vez te diste cuenta de que este es el contexto para ese versículo tan familiar?
Nosotros citamos este versículo muchas veces, «este es el día que ha hecho el Señor, regocijémonos y alegrémonos en él».
Así que en la medida en que Jesús va camino a Getsemaní y a la cruz, esto es lo que Él canta: «Este es el día que el SEÑOR ha hecho, regocijémonos y alegrémonos en él» Pero ¿cuál era ese día? El día que los edificadores rechazaron la piedra, esta se convirtió en la piedra angular. Obra del SEÑOR es esto, admirable a nuestros ojos.
Porque ves, lo que aparentaba ser el peor día en toda la historia de la humanidad, el día de la humillante derrota en la cruz, fue como cualquier otro día— el día que hizo el Señor, y por consiguiente, causa de un gran gozo. ¿No es la perspectiva de Dios tan diferente a la nuestra?
Vemos esos días tan duros, esos días en la cruz, esos días de carga, esos días de dolor, y aún tal vez de sufrimiento, y decimos, «¡oh qué día tan horrible!»
Pero Jesús dijo: «No, este es el día que hizo el Señor. Es por esto que he venido al mundo. Él aún está conmigo, Él es mi Dios. Yo confiaré en Él. Yo haré esto, porque el Padre me ha enviado a cumplir Sus propósitos. Este es el día que el Señor ha hecho. Obra del Señor es esto. Admirable es a nuestros ojos. Nos regocijaremos y nos alegraremos en este día».
Este mismo salmo, el Salmo 118, es citado por Jesús en los evangelios. En el contexto Jesús está contando la parábola de los inquilinos malvados que mataron al hijo del dueño, ¿recuerdas esa historia?
Y en ese contexto, Jesús les dice a Sus oyentes en Mateo capítulo 21: «¿Nunca leísteis en las Escrituras: “La piedra que desecharon los constructores, esa, en piedra angular se ha convertido; esto fue hecho de parte del Señor, y es maravilloso a nuestros ojos”» (v.42)
Jesús conocía este salmo, y lo citó en ese contexto, al hablar acerca de cómo Él, como la piedra escogida por Dios, sería rechazada por el hombre, pero establecida y estimada por Dios. Nada ni nadie puede impedir que se cumplan los propósitos eternos de Dios. Jesús fue rechazado por los hombres, fue crucificado.
Los hombres pensaron que le habían puesto final a ese «tema del Mesías», pero ¡de ninguna manera! Ellos no podían impedir el plan eterno de Dios. La muerte de Jesús, de hecho, cumplió el gran plan de redención de Dios. Sus enemigos creyeron que la muerte sería su mejor arma, pero Dios dijo: «No, la muerte es mi mejor arma, y la muerte no es el fin de la historia», porque hubo resurrección después de esa muerte.
Y el plan de Dios para Su pueblo, y el plan de Dios para tu vida, no puede ser impedido. Otros podrán oponerse, te podrán rechazar, te podrán perseguir, pero Dios hará lo que Él quiere. Y si Dios dice que tú eres escogida y preciosa, y que te usará para Sus propósitos, entonces lo que Dios dice es lo que realmente importa, no lo que dice el hombre.
Ahora, para aquellos que creen y ponen su confianza en esta Piedra Angular, en Jesús, esto es una verdad maravillosa, pero para aquellos que no creen que Jesús es la Piedra Angular de Dios, esa Roca se convertirá en su destrucción.
Y Jesús continúa en Mateo capítulo 21 al hablar con esta gente. Él acaba de contar esta parábola del dueño de la viña y de las personas que mataron a sus siervos y finalmente a su hijo. Luego él cuenta la historia sobre, «Yo soy la piedra angular que fue rechazada, pero Dios ha convertido esta piedra, en la piedra angular». Y luego Él dice: «Y el que caiga sobre esta piedra (hablando de Sí mismo) será hecho pedazos; pero sobre quien caiga, lo esparcirá como polvo» (v.44).
¿No crees? Si crees en Él, esto es admirable en tus ojos, pero si no crees, esta Piedra será tu destrucción. Viene a mi mente que Jesús de ninguna manera es disminuido por el rechazo de aquellos que no creen en Él. Aunque pueden atacarlo, pueden perseguirlo para destruirlo, al final serán quebrantados, aplastados, hechos polvo, destruidos por esa Piedra.
Por eso es tan importante que les digamos a las personas que crean en Jesús, y cuando lo hagan, Él será admirable, precioso en sus ojos. Las personas dan coces contra Jesús, empujan contra Él, lo rechazan, lo atacan. En mi mente, es tan inútil como un niñito enojado empujando a un jugador de 140 kilos en la defensa, pateándolo y dándole puñetazos. ¿Quién crees que va a salir lastimado? ¡Definitivamente no va a ser el jugador de fútbol!
Si tú luchas contra Jesús, si tú lo rechazas, Él no va a salir lastimado, tú vas a salir lastimada. Así que Pedro dice en 1 Pedro capítulo 2: 4: «Y viniendo a Él como a una piedra viva, desechada por los hombres, pero escogida y preciosa delante de Dios». ¿Captaste eso? Jesús fue rechazado por los hombres, pero ¿cómo lo vio Dios? Precioso y escogido. Lo que fue despreciado y rechazado por el hombre es escogido y precioso para Dios.
Así que la pregunta es, ¿es Él precioso para ti? ¿Lo escoges a Él? ¿Lo ves de la manera que Dios lo ve? Pedro dice:
«Y viniendo a Él como a una piedra viva, desechada por los hombres, pero escogida y preciosa delante de Dios, también vosotros, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual para un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo» (vv. 4-5).
¿De qué está hablando aquí? Jesús fue elegido por Dios. Él es precioso. Él es la Piedra Angular viva, la Piedra fundamental que carga el peso de la casa y establece la estructura completa. Por medio de la fe en Cristo y de estar en Él, nos convertimos en esas piedras vivas establecidas en Cristo.
Recibimos una nueva identidad. Ya no somos definidas por nuestra naturaleza caída y pecaminosa o por los errores en nuestro pasado. Nuestra identidad ahora no está fundada en nuestro desempeño o en nuestros dones o habilidades. Somos escogidas y preciosas para Dios, así como lo es Jesús. Ahora, ¿cómo puedes saber eso y aun así tener problemas con la percepción que tienes de ti misma?
Si tienes problemas con tu imagen, el problema es que estamos escuchando la fuente equivocada, las voces incorrectas. Las voces de los hombres dicen: «Sí, eres rechazada». Probablemente tengas voces tocando en tu cabeza desde hace años. «No vales nada. Nunca llegarás a nada. Eres una... (lo que sea)...» Si escuchas esas voces te sentirás desalentada, estarás confundida con la percepción de quien eres y de la imagen que tienes de ti misma.
Sin embargo, si escuchas la voz de Dios, puedes estar segura de que si estás en Cristo, eres escogida y preciosa. Eres una piedra viva y juntas conformamos ese proyecto santo de construcción, la estructura y la edificación del templo de Dios.
Y eso nos da la esperanza cuando estamos luchando para vencer un pecado particular o una prueba, de que somos una nueva creación, una nueva criatura. Somos piedras vivas, vivientes, un lugar donde Dios mora, separadas, apartadas para servirle como sacerdotes, ofreciendo sacrificios que son aceptables ante Él a través de Cristo Jesús.
Y Pedro continúa diciendo en 1 Pedro capítulo 2: 6-8:
«Pues esto se encuentra también en la Escritura (y cita tres diferentes lugares en el Antiguo Testamento): “He aquí, pongo en Sion una piedra escogida, una preciosa piedra angular; y el que crea en él, no será avergonzado» (es una cita de Isaías 28:16).
«Este precioso valor es, pues, para vosotros los que creéis; pero para los que no creen, la piedra que desecharon los constructores, esa en piedra angular se ha convertido» (es una cita del Salmo 118:22) «y Piedra de tropiezo, y roca de escándalo» (y esa es una cita de Isaías 8:14).
Mientras lees el pasaje de 1 Pedro 2, te das cuenta de que solo hay dos maneras posibles de responderle a Jesús, rechazarlo o creer en Él. Para aquellas que creen en Él, este es un mensaje de esperanza, pero es un mensaje de juicio para aquellos que lo rechazan, que se rehúsan a creer en Él.
Aquellos que rechazan a Cristo, la preciosa Piedra Angular que Dios ha escogido; aquellos que rehúsan creerle y obedecerle, terminarán, tropezando, cayendo, tambaleándose sobre esa Piedra, y serán al final avergonzados, serán aplastados por esa Piedra. No nos gusta mucho ese mensaje en la Escritura ni escuchamos muchas predicaciones sobre ese mensaje en la actualidad.
Pero sabes que la salvación no es preciosa hasta que no te das cuenta de lo que has sido salvada. Las personas no van a correr a Cristo hasta que no entiendan que si no corren a Él, serán aplastadas por Él. Tenemos que predicar juicio, porque el Dios de gracia y misericordia es un Dios que nos libera del juicio.
Pero aquellos que creen, cuyos corazones están blandos, flexibles y sensibles hacia Él, nunca serán avergonzados. Mi padre ha estado con el Señor desde mis veintiún años y tengo este recuerdo inconfundible de él desde mi infancia y mi adolescencia. Él tenía un increíble don de evangelización. Él no era un gran predicador, pero Dios lo llevaba a las personas que estaban dispuestas a creer en Cristo.
A él no le importaba su trasfondo, si era gentil o judío, él le testificaba a todo lo que se movía. Él hacía algo que a veces me parecía que era un poco vergonzoso y también algunas personas lo pensaban, pero era increíblemente eficaz.
A veces, cuando él sentía que alguien estaba queriendo «nadar entre dos aguas» y no declararse de una manera u otra, a favor o en contra de Jesús, les entregaba una pequeña tarjeta, y les decía: «¿Podrías por favor leerme esto?» Por un lado, decía: «Por la presente rechazo a Jesucristo como mi Salvador y Señor». Y les decía, «firma tu nombre aquí».
Y la persona decía, «no, no pero yo no lo rechazo. ¡No quiero firmar eso!»
Entonces él volteaba la tarjeta por el otro lado y le decía por favor léelo: «Por la presente, recibo a Jesucristo como mi Salvador y Señor». Y decía: «Firma en la línea».
Y entonces respondían, «¡yo no quiero firmar eso!» Querían estar en el medio.
Pero él quería que la gente viera, «no, estás en un lado o en el otro. Crees o rechazas». No hay término medio. Muchas personas piensan en la actualidad, aun en las iglesias, no creo, pero norechazo. Solo estoy como a la deriva. No estás a la deriva. Crees en Jesús o lo rechazas. Es importante que la gente vea que su destino eterno se basa en cómo tratan a Jesús.
Crees en Él o lo rechazas. Lo consideras precioso o lo desprecias. No hay términos medios.
En Efesios 2, vemos otra referencia sobre esta Piedra Angular, comenzando en el versículo 19 dice:
«Así pues…sois miembros de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo Cristo Jesús mismo la piedra angular, en quien todo el edificio, bien ajustado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; en quien también vosotros sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu».
Aquí vemos que hay una familia…una casa que se está construyendo. Es la familia de Dios, la iglesia de Jesucristo que está edificada sobre el fundamento que es Jesucristo, la Piedra Angular. Y hemos sido hechas piedras vivientes, edificadas en ese fundamento. Somos parte de ese edificio que Dios ha establecido en Jesucristo.
«En Jesucristo firme estoy…la roca de mi salvación». De eso estamos cantando, de Jesucristo. Él es quien sostiene toda la estructura, el peso del edificio. El peso de la iglesia descansa en Él y en Su obra completada en la cruz. ¿No te da gozo que tu salvación no descansa en ti? ¿No te gozas de saber que todo descansa en Él?
¿Y no te gozas de saber que el éxito o el fracaso de la iglesia no descansa sobre ti ni en la iglesia ni en tu pastor? Descansa en Jesús. Él es el que une todo el edificio.
Nos mantenemos unidas por causa de Él. ¿Cuál es el propósito? Que un día, cuando todo termine, este será un lugar espléndido, glorioso, y santo para que Dios more, un templo para Dios.
En la actualidad vemos alrededor del mundo muchas personas con sus corazones endurecidos y resistiendo en contra de Cristo, muchos que atacan a Su pueblo. Podemos leer por ejemplo en estos días las noticias de cómo los cristianos están siendo perseguidos sistemáticamente en Siria, en Irán, y en otras partes del mundo, y esto es un grave dolor para nosotras.
Así que quiero que nos animemos, mientras oramos por esos creyentes en esos países, necesitamos orar por ellos, para que ellos no se desesperen, que no pierdan esperanza. Pero debes saber que Dios les está dando tiempo a esos atacantes, a esos perseguidores para arrepentirse. Pueden ser poderosos pero no serán capaces de resistir a esa Piedra sólida, a Cristo, la Piedra del fundamento, la Piedra Angular. Ellos no podrán resistirlo para siempre.
De hecho vemos una imagen de esto. Déjame llevarte a un último pasaje del Antiguo Testamento, en Daniel capítulo 2, donde Daniel revela el sueño de Nabucodonosor. ¿Recuerdas en ese sueño, donde estaba esa imagen aterradora que tenía la cabeza dorada, el pecho y los brazos de plata y partes de bronce, las piernas de hierro y los pies parte de hierro y parte de barro?
El versículo 34 nos dice cómo Daniel le dijo a Nabucodonosor acerca de ese sueño:
«Una piedra fue cortada sin ayuda de manos, y golpeó la estatua en sus pies de hierro y de barro, y los desmenuzó».
Ahora ¿qué pasa si los pies de esta imagen son destruidos? ¿Qué ocurrirá con toda la imagen? Bueno se va a derrumbar, y eso fue lo que sucedió.
«Entonces fueron desmenuzados, todos a la vez, el hierro, el barro, el bronce, la plata y el oro; quedaron como el tamo de las eras en verano, y el viento se los llevó sin que quedara rastro alguno de ellos. Y la piedra que había golpeado la estatua se convirtió en un gran monte que llenó toda la tierra» (vv. 34-35).
Ese fue el sueño que tuvo Nabucodonosor. Ahora, ¿cuál es la interpretación del sueño? ¿Qué significa esto? Y a Daniel, que vio borrosamente la visión del Cristo que vendría, la visión del Cristo venidero –la Piedra Angular– se le dio sabiduría del Espíritu Santo para interpretar ese sueño. Él dijo que esas piedras diferentes de oro, plata y bronce –todas– representaban potencias sucesivas mundiales. Eran poderosas; y aún tenemos esa clase de potencias mundiales en nuestro mundo en la actualidad.
«Y en los días de estos reyes, el Dios del cielo levantará un reino que jamás será destruido y este reino no será entregado a otro pueblo; (la Piedra hecha por Dios, Jesucristo) desmenuzará y pondrá fin a todos aquellos reinos, y él (el reino de Dios) permanecerá para siempre» (v.44).
Esa piedra es Cristo Jesús. Y como leemos en el último libro de la Biblia, «los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de Su Cristo, y Él reinará por los siglos de los siglos» (Apoc. 11:15).
Annamarie: Nancy DeMoss Wolgemuth regresará para orar. Ella nos ha estado recordando que Jesús es nuestra Piedra Angular. Este es otro nombre de Jesús lleno de significado y que también encontramos en el libro de Isaías, el cual estamos leyendo en estos días en el Reto Mujer Verdadera 365. Recuerda que la lectura para hoy son los capítulos 44 al 46.
Nancy: Oh Señor, elegido por Dios y precioso, sin embargo rechazado por los hombres. Te adoramos Señor, como la principal Piedra del Angulo, la piedra del fundamento, la piedra en la cual todas nosotras como piedras vivas estamos edificadas, la piedra en la cual todo el edificio descansa. Y decimos como la iglesia de Jesucristo y nuestras propias vidas como piedras vivientes, que somos salvas, estamos seguras. El edificio estará estable, firme, perfecto porque la Piedra Angular es Jesús.
Queremos afirmar que creemos. Depositamos nuestra vida en ti, Señor Jesús, y oramos por aquellas que aún no creen, quienes se resisten a esa Piedra. Oramos Señor, que se arrepientan, y que crean antes de que la piedra las aplaste y se quiebren en pedazos y se hagan polvo.
Gracias por la esperanza de la llegada de ese día en el cual el reino de este mundo se convertirá en el reino de nuestro Señor y de Su Cristo. Y Él reinará por los siglos de los siglos. ¡Amén y amén!
Annamarie: Sabes, el cristianismo es muy diferente de otras religiones. Un aspecto crucial es lo que se cree respecto a cómo se obtiene la salvación. Asegúrate de acompañarnos mañana para escuchar más acerca de esto.
Viviendo juntas la belleza del evangelio, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de la Biblia de las Américas, a menos que se indique lo contrario.
Mi esperanza está en Jesús, Jonathan & Sarah Jerez, Periscopio ℗ 2017 Jonathan & Sarah Jerez.
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