No retardes la guía para tu hijo
Annamarie Sauter: Betsy Corning dice que, «a la hora de disciplinar a tus hijos, las pequeñas cosas importan».
Betsy Corning: Muchas veces las mamás dirán, «¿tengo que tratar con esto inmediatamente? Es solo una pequeñez».
Bueno, es algo pequeño si lo arreglas inmediatamente. De lo contrario, estalla y se hace algo grandísimo y de pronto tienes en tus manos algo así como una tercera guerra mundial con tu hijo de tres años.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Estoy muy agradecida por mi amiga Betsy Corning, y por los recursos que ha desarrollado para el estudio titulado, Me ha sido confiado el corazón de un niño, del cual hemos estado hablando en los últimos días. Sé que tenemos muchas mamás que escuchan Aviva Nuestros Corazones, y dicen, «queremos que nuestros hijos conozcan al Señor, …
Annamarie Sauter: Betsy Corning dice que, «a la hora de disciplinar a tus hijos, las pequeñas cosas importan».
Betsy Corning: Muchas veces las mamás dirán, «¿tengo que tratar con esto inmediatamente? Es solo una pequeñez».
Bueno, es algo pequeño si lo arreglas inmediatamente. De lo contrario, estalla y se hace algo grandísimo y de pronto tienes en tus manos algo así como una tercera guerra mundial con tu hijo de tres años.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Estoy muy agradecida por mi amiga Betsy Corning, y por los recursos que ha desarrollado para el estudio titulado, Me ha sido confiado el corazón de un niño, del cual hemos estado hablando en los últimos días. Sé que tenemos muchas mamás que escuchan Aviva Nuestros Corazones, y dicen, «queremos que nuestros hijos conozcan al Señor, que amen al Señor, que caminen con Él».
Pero esto no sucede de manera automática, ¿o sí Betsy?
Betsy: No, no, claro que no, no es así.
Nancy: Pero no hay una fórmula mágica que diga que, si haces estas seis cosas…
Betsy: Sería algo magnífico, ¿no es cierto?
Nancy: Bueno, sería magnífico. Si hubieras escrito ese libro sería uno de los libros más vendidos.
Betsy: Absolutamente, estoy convencida.
Nancy: Sin embargo has escrito un estudio que tiene mucha perspectiva práctica. Puede realizarse individualmente o en pareja. Y es ideal para que se lleve a cabo en el contexto de una iglesia local donde las personas están creciendo juntas en su entendimiento de los caminos de Dios, y donde las familias están siendo edificadas juntas en la iglesia para amar al Señor.
Y eso es lo que hemos buscado hacer en nuestro ministerio, donde tenemos muchas familias con hijos, y consideramos que esto es responsabilidad de todos. Tenemos que cuidar de los hijos de los demás. En última instancia no soy la responsable de tus hijos, pero tengo la carga de que tus hijos caminen con el Señor, y también los hijos de los otros miembros de nuestro equipo de trabajo.
Este estudio es un excelente recurso para hacerse en la iglesia. Y así es como comenzó este estudio, como un estudio bíblico para mamás, ¿no es así?
Betsy: Sí, sí, así mismo. Observábamos las familias, y las dificultades que nuestras familias estaban enfrentando, y pensamos, ¿no sería grandioso que pudiéramos llevar a las familias hacia los principios bíblicos, y así evitar que alcancen algunos puntos críticos en sus vidas?
¿Habrá alguna manera en que la gente pueda entender los lineamientos bíblicos de Dios para las familias?
Y de esta forma armar todo este estudio de manera que la gente entienda, «esto es para mi familia», porque no lo tomamos fuera de su contexto, simplemente lo estamos exponiendo. Es difícil. Cuando lo hicimos, pensé que habría un centenar de materiales de este tipo por todo el país. Y ahora, doce años después, tengo a personas diciéndome, «nunca he visto algo parecido, es lo que estábamos necesitando». Y alabo a Dios por ello.
Nancy: Amén. Y has continuado puliendo y desarrollando estos materiales para que puedan ser usados y reproducidos en las iglesias por todo el país, y ahora a través del mundo hispano.
Estamos felices de anunciar que el libro está disponible en español, en Amazon, en formato Kindle.
Betsy, al desarrollar este material, hay otras mujeres –ahora ya son muchas– que han terminado el estudio. Es un estudio que puede tomar varios meses, y muchas vidas han dado testimonio del poder de estos principios.
No se trata de tu material, realmente es la Palabra de Dios la que está teniendo el impacto.
Betsy: Así es.
Nancy: Y durante la serie hemos tenido con nosotras a dos de estas mujeres: a Gina Cho y a Stef Caterer. Antes de continuar, quiero detenerme y de nuevo darles la bienvenida a Stef y a Gina, gracias por estar con nosotras aquí y por compartir cómo Dios está usando estos principios en sus vidas.
Stef Caterer: Gracias Nancy, gracias por tenernos aquí.
Gina Cho: Gracias Nancy, estamos muy contentas de poder estar aquí contigo.
Nancy: Emocionadas, es la palabra que mejor las describe. Están plenas, y no caben de gozo, porque los principios que han estudiado con este recurso ciertamente han afectado a sus hijos, pero no solo a sus hijos –por la gracia de Dios– se ha hecho evidente también que han tenido un impacto en sus vidas y en su caminar con el Señor.
Gina: Sí, así es. Y el corazón de este ministerio es una ilustración que me gusta usar, es como un espejo. Piensas que estás mirando en la Palabra de Dios para saber cómo educar a tus hijos, y se convierte en un espejo del alma de la mamá, ¿qué hay en mi corazón, y con qué estoy batallando?
¿Estoy siendo rebelde a la voluntad de Dios en mis circunstancias? Y es exactamente así. Mientras más estoy en la Palabra de Dios, más me doy cuenta de cuán débil soy y cómo las cosas están más allá de mi control. Ahora estoy entendiendo que ahí es donde Dios quiere que estemos…al final de nosotras mismas, tocando fondo, desesperadas, para que Él pueda hacer Su obra en nosotras.
Nancy: Así es, y creo que esa debe ser la oración que Dios más ama, esa oración que viene del corazón de una mamá, y que dice: «Señor, ayúdame, ¡no sé qué hacer!» Y el lugar para comenzar realmente es justo en el corazón de la mamá, como tu dijiste Gina, tu propio andar con el Señor.
Y Stef, sé que tú te encontraste con estos principios cuando eras recién convertida. ¿Cómo ha usado Dios el contenido de todo este material para moldear tu propio corazón y tu andar con el Señor?
Stef: Bueno, Dios me ha dado, a través de Betsy y a través del ministerio Confiados, un mapa bíblico del camino para ser una mamá, para ser una esposa. Mi esposo es uno de los seguidores y colaboradores más fuertes de Confiados. Él no es una persona que fácilmente se emociona, pero está muy emocionado con este material. Él dice, «cambió la vida de nuestra familia». Y eso es lo que él sigue repitiéndoles a David y a Betsy, animándolos, porque nos ayuda a alinear nuestra familia con los propósitos de Dios. No teníamos un plan de familia…ahora tenemos un plan familiar.
Podemos pulirlo para apropiárnoslo. Me encanta haber tomado este estudio en una iglesia con un montón de otras mujeres; la hija de Betsy, Emily, quien está ahora cuidando a mis hijos, y sé lo que les debe estar diciendo: «A la primera, de inmediato, todo el tiempo, con una buena actitud».
Y puedo escuchar a una mamá del otro lado del pasillo en la iglesia, diciendo, «dime, está bien mamá». Y pienso, «ahí está una mamá que hizo el estudio de Confiados». Porque, como les decimos a nuestros hijos, todas estamos en la misma página.
Nancy: Todas están reforzando los mismos valores.
Stef: Sí Nancy, reforzando los mismos valores, animándonos unas a otras y afinándonos unas a otras, ayudándonos unas a otras y escuchando. En verdad que lo estamos asimilando todo. A veces nos preguntamos: «¿Qué haces en este caso? ¿Recuerdas lo que oímos aquí?» Es alentador, y realmente es divertido.
Nancy: En este material cubres muchos aspectos diferentes del matrimonio y de la paternidad, comenzando con vivir bajo la autoridad de la Palabra de Dios. Y haces de ello tu fundamento, tu mapa del camino para toda la vida. De hecho, mientras estábamos grabando la última sesión, un miembro de nuestro equipo que ha estado escuchando –y ella es soltera– vino y me dijo, «yo quiero comprar ese libro ahora, para prepararme para el día en que Dios me dé hijos».
Y creo que fuiste tú, Gina, que me estabas diciendo apenas hace poco, que desearías haber tenido este recurso antes de casarte.
Gina: Sí, porque me parece que hay tantos retos en el matrimonio –cuando estás viviendo con un pecador, y tú eres una pecadora. Puedes evitar tantas dificultades y discusiones y la pérdida de lo que es realmente importante en la vida, como decía Betsy en los programas anteriores.
Solo el conocer cómo luce el mapa bíblico para nuestro caminar. Para mí, lo que obtenía de ahí, era esperanza diaria, de una manera práctica y tangible. «¿Qué puedo hacer?» Soy una persona muy orientada a hacer. Y Dios está trabajando en mí para humillarme y volverme más orientada hacia la gracia.
¿Cuáles son los pasos que puedo dar en la crianza de mis hijos y en mi matrimonio para reflejar el amor de Cristo y servir a mi familia? Eso es algo que simplemente no se puede aprender en la escuela o en la universidad. No es natural. Así es que cuando tomé esta clase, aunque tenía todos estos diplomas, lo que quería era ser una estudiante sobresaliente en mis notas, como si Dios fuera mi juez.
Pensé en todas las horas que pasé sentada para graduarme de contadora y hacer mi carrera de auditoría, ahora parece tan pequeño y sin importancia en comparación al estudio de la Palabra de Dios y tratar de aplicarlo a mi vida diaria, de manera que Dios pueda cambiarme.
Nancy: Amén, y después de conocer al Señor Jesús, ¿qué puede ser mayor que el privilegio, la bendición, el gozo, la misión de vida, que el que se me haya confiado el corazón de un niño?
Gina: Así es, ahora podemos decirlo así, pero lleva tiempo para que Dios abra tus ojos a esa verdad; en el mundo de hoy es difícil encontrarlo, porque en verdad tienes que hacerlo intencionalmente. Estaba en pecado, no de comisión, de hacer las cosas equivocadas. Estaba en pecado de omisión de no esforzarme en correr tras Él como mi primer amor…perdiendo eso en el camino.
Eso es lo que fue tan emocionante y divertido, lo que avivó en mí un espíritu de buscar al Señor, y Dios usó este ministerio para ello.
Nancy: Y me gusta mucho cuando hablas de ser llena de gracia y de aferrarnos a la gracia, y del contentamiento; porque separadas de la gracia de Dios, ¿qué esperanza puede haber para cualquiera de nosotras?
Sé que hay un tema que cuando lo abordas, (y tienes que abordarlo al hablar de educar hijos) es difícil entender cómo se reconcilia este tema con la gracia, y me estoy refiriendo al tema de la disciplina…esa palabra que a veces tememos.
Y tú manejas este tema de manera tan eficaz en este libro. No lo tratas como si dieras un solo consejo que debe aplicarse de igual forma a todos los hijos, en todas las familias. Pero lo que si ofreces son algunos principios bíblicos básicos para la disciplina.
Tú dirías, ¿cómo puedes disciplinar y al mismo tiempo estar fundamentada en la gracia? Betsy, ¿en verdad puedes practicar disciplina bíblica en casa con tus hijos de distintas edades y aun así ser llena de gracia?
Betsy: Oh claro que sí, sí puedes, porque lo que haces es enseñar a tus hijos los límites. Cuando imponen su voluntad contra esos límites, la disciplina es la respuesta bíblica dada por Dios para un niño que impone su voluntad, de lo contrario nunca aprenderá a sujetarse a otra voluntad, no solo la tuya, sino a la de su Padre celestial.
Lo que enseñamos es justamente lo que esto significa. Ahora bien, hay ejemplos de inmadurez en la vida de los hijos, o de quizás no estar entendiendo. Esos no son problemas de disciplina. Pero enseñamos que cuando un niño desobedece o desafía, esos sí son problemas de disciplina.
Entonces, en esencia, creamos límites para sus vidas, como un gran círculo. Aprenden que la vida dentro del círculo está llena de gracia y ternura y aprendizaje. Pero al mismo tiempo, no queremos ser mujeres que solo reaccionan a las crisis, mirando cómo nuestros hijos tratan de correr fuera del círculo. Los estamos entrenando para que aprendan a obedecer, para que se conduzcan de cierta manera, y así ni siquiera tendrán que recibir castigo.
Cuando se aproximan a la orilla de ese círculo, lo cual requiere disciplina, entonces tenemos que ser prontas para responder con consistencia, para que ellos aprendan que eso permanece, que ese ancla en su vida es resistente. Los hijos menores son disciplinados de manera diferente a los hijos mayores, y abundamos en ello con detalle en el libro.
Nancy: Hablemos entonces de un hijo pequeño, quizás de dos o tres años de edad –y obviamente no vamos a entrar en muchos detalles en este programa; por eso está disponible este recurso. Pero, Stef, brevemente, porque tú tienes hijos más pequeños, ¿cómo piensas que se debe tratar con los desafíos, la desobediencia cuando se trata de tus niños pequeños?
Stef: Bien Nancy. Principalmente tienes que enfocarte en su corazoncito, eso es lo que tienes que hacer. Como dijo Betsy, sus corazones están en lugares diferentes, en tiempos diferentes. Como mamás, nos entrenamos para ver si es solo que no entienden. Debemos preguntarnos, ¿realmente no sabe lo que es correcto? ¿O será que necesita un poco de aliento?, o ¿Me está desafiando a propósito?
Nancy: Y para poder saber eso, es importante estar seguras de que las instrucciones han sido claras, al igual que los lineamientos y los parámetros.
Stef: Ellos necesitan estar claros, y necesitas poner atención a tus hijos. Tienes que saber de dónde viene el mal comportamiento. Puedes hacerles preguntas para probar y discernir lo que sucedió, y realmente saber dónde se encuentra su corazón. El Señor mira el corazón. Miremos sus corazones.
Cuando deliberadamente desafían, es cuando disciplinamos. Betsy ha creado un proceso que los va llevando a través de una serie de pasos (ella puede explicarlo mejor que yo) pero definitivamente mostrarles que lo que hicieron estuvo mal, asegurarse de que ellos lo admitan y se arrepientan de ello, y mostrarles lo que sería correcto.
Sustituir la conducta equivocada con la conducta correcta, y restaurar sus corazones en el Señor.
Betsy: Sí. Hay cuatro cosas a través de las cuales debemos hacer pasar a un hijo cuando ha desobedecido deliberadamente y ha impuesto su voluntad, porque debemos conseguir que sometan su voluntad a nosotros. Si no lo hacemos, entonces hemos perdido el punto. Parte de esto es enseñar humildad de corazón hacia sus padres.
Me gusta pensar que es como un microcosmos del evangelio, porque realmente no te has arrepentido ni avanzado, si no has humillado tu corazón. Entonces lo que hacemos, es llevar a las mamás a recorrer con ellos todo este círculo, detenerse y preguntarles, «¿qué es lo que acaba de suceder aquí? Te pedí que hicieras algo, y no lo hiciste».
Y entonces ellos tienen que reconocer, «te desobedecí conscientemente».
Nancy: Es como Dios diciéndole a Adán en el huerto, «¿qué es lo que has hecho? ¿Dónde estabas?» Ir a donde todo comenzó…
Betsy: Exacto.
Stef: Permítanme decir, cuando Betsy comentó, «detenlos...», lo debes abordar en ese momento. Son pequeños. Diez minutos después, o cuando papá llegue a casa, ellos no se van a acordar. Lo haces inmediatamente y lo terminas, y ahí es donde entra la gracia. No es necesario sentarlos en una esquina. Se termina luego de la conversación. No hay un «ve a sentarte en un rincón y piensa al respecto». Y ellos piensan, «¿qué tengo que pensar? Lo que necesito ahora mismo es una paliza».
Betsy: Y lo más humano respecto a la disciplina bíblica: Quita la carga de «he pecado o hecho algo malo, y tengo que cargar con eso». Eso es realmente tortuoso para un pequeño. Quisiera recordar a los oyentes que «se nos ha confiado el corazón de un niño», se nos ha confiado su corazón. No su cuerpo ni su conducta, aunque hemos sido encomendadas también con ello. Pero lo importante es su corazón. En la disciplina entonces, lo que decimos es «¿qué sucedió aquí? Te pedí que te pusieras los zapatos y no lo hiciste. ¿Cuál hubiera sido la decisión correcta?»
Cuando lo verbalizan y se lo apropian. Dicen, «debí haberme puesto los zapatos». Y tú les dices, «¿qué debería suceder la próxima vez que pasemos por esto?» Eso es entrenamiento. Y ellos contestan, «bueno, mamá, la próxima vez que me lo pidas, me pondré los zapatos».
Y luego decimos, «bien, perfecto». Y si es una rebelión abierta, entonces por supuesto la disciplina también llega en ese momento. Pero tan pronto termina, se limpia la pantalla, de manera que ellos entiendan que la relación ha sido restaurada, y eso construye el corazón de tu hijo, construye su conexión contigo.
En lugar de crecer y pensar: «Sé que hice algo equivocado. Voy a esconderlo de mis papás». Ellos quieren venir a ti y arreglarlo porque quieren tener ese sentimiento y esa relación con sus padres. En verdad ellos desean esto.
Esa es la parte interior del círculo, la relación que estás construyendo con tus hijos.
Stef: Tienen esa libertad en la relación. Son libres de vivir su vida, porque se han arrepentido de sus malas acciones, y pueden avanzar y no ser castigados con su pecado.
Gina: Y la palabra clave es la conexión; quieres permanecer conectada con su corazón, entonces no los estarás exasperando o empujando demasiado duro, o lastimándolos en tu ira.
Esa es la parte difícil del dominio propio. Quieres permanecer conectada y hacerlo de manera tierna, que penetre en su corazón. Es más fácil decirlo que hacerlo.
Stef: Bueno sí.
Nancy: Bueno y parece que no puedes disciplinar efectivamente a tus hijos si tu corazón no está disciplinado.
Betsy: Así es, y creo que es un excelente punto el que Stephanie está diciendo. Necesitamos abordar las cosas de inmediato. Porque lo que con frecuencia sucede con las mamás es que dicen, «quiero que dejes de hacer eso», y luego se van a preparar la cena o lo que sea. Luego lo vuelven a decir, «quiero que dejes de hacer eso».
Nancy: Como veinte veces después.
Betsy: ¿Qué es lo que ellas están haciendo? Está muy frustrada y reaccionará desproporcionadamente a la situación más tarde; mientras que si lo abordas inmediatamente... muchas veces las mamás se preguntan, «¿tengo que abordarlo inmediatamente? Se trata de algo pequeño sin importancia».
Bueno, si lo tratas inmediatamente, será algo sin importancia. De lo contrario, estalla y se vuelve algo grande e importante, y de pronto, ya tienes en tus manos algo así como una tercera guerra mundial con tu hijo. En serio, no debemos dejar pasar cosas a nuestros hijos. Pensamos que estamos siendo bondadosas con nuestros hijos, pero a la larga no es así. Tenemos que trabajar en el corazón, saber donde se encuentra su corazón en cada uno de estos momentos, hasta que aprendan la lección de humillar su corazón.
Realmente no quería mencionar lo de mi nieta, pero estábamos en la tienda… Tenemos cinco reglas para ir de tiendas, y las decimos antes de salir.
Estaba haciendo esto con una de mis nietas, y dije, «una de las reglas para las tiendas es, no pueden separarse de mí». Estaba yo con cuatro nietos. Ella tenía siete, entonces eran de siete, seis, cinco y tres. Así es que dije, «no pueden separarse porque tengo cuatro niños aquí, no pueden dejarme».
Íbamos a divertirnos mucho juntas en las tiendas, e íbamos a buscar un postrecito. Les dije, «tengo que tenerlas lo suficientemente cerca para verlas en todo momento. Ni siquiera pueden irse al siguiente pasillo, si yo no las acompaño».
Y eso fue lo que mi nieta hizo exactamente. Se fue al siguiente pasillo, porque estaba tan emocionada, que quería ir a ver lo que había en el siguiente pasillo. Entonces le dije, «ay, qué barbaridad, ahora nos tenemos que ir. Qué tristeza que no me has obedecido, ahora hay una consecuencia».
Y tantas veces lo único que queremos es disimular, cuando puede resultar en una gran lección de vida. Pero también es una lección para mí, porque dije, «a ver…¿qué fue lo que pasó aquí?» Ella estaba decidida y determinada a decir, «pero si ya sabías que yo estaba ahí de ese lado». Estaba racionalizando.
Nancy: Pero, ¿no es verdad que todas hacemos eso?
Betsy: El primer paso es asumir la responsabilidad de lo que hicimos…es muy significativo. Literalmente me senté con ella por quince minutos y dije, «solamente di lo que hiciste que estuvo mal. Di que seguiste tu propia voluntad para hacer lo que tú querías hacer». Ahí estaba yo, hablándole. «Todas tenemos que decir eso».
«Pero ya sabías que yo estaba allí…», fue su respuesta. Yo le dije, «solo tienes que decir que sabías que estaba mal y que lo hiciste».
Stef: Es interesante cuánto pueden resistirse los pequeños a admitir que estuvo mal, y nosotras también. Tenemos tanto orgullo…
Betsy: Cuando finalmente lo hizo –lo sorprendente es que ella no estaba batallando la consecuencia (que ahora tendríamos que irnos), ella estaba luchando por apropiarse de su desobediencia y por tener que humillar su corazón, hasta que finalmente lo hizo. Y eso es lo que las mamás no hacen. No esperan hasta llegar a ese punto de quebrantamiento. No quieren pasar por todo ese proceso con sus hijos, y por lo tanto, no están logrando las metas de disciplinas con sus hijos.
Así es que cuando eso sucedió fue todo un logro. Cuando hay un logro con tus hijos, ellos lo entienden. Su entendimiento perdura. Entonces ya no sientes como si te la pasaras disciplinándolos constantemente porque este método es más efectivo. Los caminos de Dios son asombrosos.
Es muy interesante ver que las personas quieren hacer de todo, menos usar las formas de Dios. Si creemos en Jesús, creemos lo que Él dice, y luego hacemos lo que Él dice.
Nancy: Entonces, ¿cuál es la meta de la disciplina?, sea que tus hijos sean pequeños o mayores. ¿Hacia dónde estás apuntando?
Betsy: Bueno, lo que perseguimos es que ellos establezcan una conexión con el Señor, de la misma forma que lo harían con su padre o con su madre; que sepan que Dios es su autoridad. Que ellos vivan en el temor de Dios toda su vida. Y comienzan con un temor de cruzar la línea marcada.
Más adelante se convertirá en un temor sano de vivir delante de Dios, y en comunión con Dios. En última instancia, eso es lo que queremos para nuestros hijos. Queremos que sepan que cuando se han equivocado hay un camino de vuelta, y eso es lo que la disciplina hace en el corazón de un niño.
Nancy: Y ese es el evangelio, saber reconocer cuándo hemos enredado las cosas, y por la gracia de Dios, por lo que Cristo ha hecho por nosotros en la cruz, saber que hay un camino de regreso. Y el camino de regreso no se trata solo de ser mejor, de hacerlo mejor, de hacer más…es a través del arrepentimiento y la fe en Jesucristo.
Y mientras hablamos del propósito de la disciplina, viene a mi mente el maravilloso pasaje de Hebreos capítulo 12, que habla de la disciplina espiritual en la vida de los creyentes. La forma en que Dios, como nuestro Padre, nos disciplina para nuestro beneficio. Y luego en el versículo 11 de ese mismo capítulo de Hebreos 12 dice, «al presente», mientras estás en el estacionamiento de la tienda, o tratando con esa situación, «ninguna disciplina parece ser causa de gozo, sino de tristeza».
El pecado tiene consecuencias, y disciplinar a tus hijos involucra apropiarse de las consecuencias para ciertos comportamientos, consecuencias que deben ser efectivas y apropiadas para cada edad. Entonces toda disciplina al presente parece ser causa de tristeza no de gozo y nos preguntamos, «¿entonces por qué lo hacemos? Porque no deseamos la tristeza, queremos el gozo».
Aquí está el porqué lo hacemos, dice, «sin embargo, a los que han sido ejercitados por medio de ella, les da después fruto apacible de justicia». Y aquí habla de nuestro propio caminar con el Señor. Después, a Su debido tiempo, si permitimos que la disciplina de Dios haga Su obra en nuestras vidas, aunque sea doloroso, producirá un fruto apacible de justicia.
Annamarie: Qué buenas enseñanzas hemos escuchado de Betsy Corning, Gina Cho, Stef Caterer y Nancy DeMoss Wolgemuth. Esta conversación se basa en el libro escrito por Betsy titulado, Me ha sido confiado el corazón de un niño. Adquiere este recurso y profundiza en las verdades que has estado escuchando esta semana.
Y mañana nuestras invitadas regresarán con nosotras. Ellas te mostrarán por qué modificar la conducta no es suficiente, necesitas orar por el corazón de tu hijo. Acompáñanos para este próximo episodio.
Invitándote a pasar de manera intencional la verdad de la Palabra de Dios a la próxima generación, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de La Biblia de Las Américas, a menos que se indique lo contrario.
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