No hay una «talla única»
Dannah Gresh: Carolyn McCulley anima a los solteros a buscar algo más extraordinario que una relación humana.
Carolyn McCulley: No se trata solo de quién encuentra un cónyuge y quién no, de quién encuentra un novio y quién no. Se trata de quién se hace cada vez más semejante a Cristo en esta situación.
Dannah: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy Demoss Wolgemuth, autora de «El cielo gobierna», en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 16 de agosto de 2023.
Sabes, Nancy, hay algo que algunas de nuestras oyentes quizás no saben: estuviste soltera los primeros cincuenta y siete años de tu vida.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Tienes razón, Dannah. No creo que sea un secreto para la mayoría de nuestras oyentes. Durante la mayor parte de esos años, asumí que el Señor me tendría soltera por el resto de mi vida. No tuve ninguna revelación de que fuera …
Dannah Gresh: Carolyn McCulley anima a los solteros a buscar algo más extraordinario que una relación humana.
Carolyn McCulley: No se trata solo de quién encuentra un cónyuge y quién no, de quién encuentra un novio y quién no. Se trata de quién se hace cada vez más semejante a Cristo en esta situación.
Dannah: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy Demoss Wolgemuth, autora de «El cielo gobierna», en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 16 de agosto de 2023.
Sabes, Nancy, hay algo que algunas de nuestras oyentes quizás no saben: estuviste soltera los primeros cincuenta y siete años de tu vida.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Tienes razón, Dannah. No creo que sea un secreto para la mayoría de nuestras oyentes. Durante la mayor parte de esos años, asumí que el Señor me tendría soltera por el resto de mi vida. No tuve ninguna revelación de que fuera a ser así. Nunca descarté la posibilidad del matrimonio, pero no creía que eso era lo que Dios quería para mí.
Dannah: Luego, en 2015, pasó algo especial.
Nancy: ¡Claro que sí! El Señor trajo a mi vida a un hombre viudo, piadoso, llamado Robert Wolgemuth. Así que después de todos esos años de soltería, el Señor comenzó a escribir un nuevo capítulo en mi vida…el capítulo de ser esposa.
Dannah: Me ha encantado poder presenciar desde primera fila, poder compartir la alegría y los momentos especiales en los que hemos celebrado ese regalo que el Señor te ha dado. Ha dado otra dimensión a tu ministerio. Creo que lo ha enriquecido. Siempre has tenido el deseo de ministrar tanto a las mujeres solteras como a las casadas; pero tienes la experiencia de vida de caminar como mujer soltera, y ahora como mujer casada.
Nancy: Estoy muy agradecida por las dos etapas: una larga temporada como soltera y la nueva como mujer casada. Es muy importante para mí conocer los diferentes contextos en los que las mujeres vivimos, caminamos y servimos al Señor. De hecho, justo antes de casarme, una hermosa mujer soltera me llevó aparte y me dijo: «Nancy, ¡no te olvides de tus hermanas solteras!» No lo he hecho. Todavía mi corazón late por mis hermanas y hermanos solteros en Cristo, con el anhelo de que vivan de una manera plena y fructífera.
Dannah: Ese es el tema del programa de hoy en Aviva Nuestros Corazones. Es el primero de varios temas a medida que traemos otras voces de sabiduría al programa para ayudarnos a navegar bien por la vida. En los próximos días escucharemos a Carolyn McCulley hablar sobre algunas maneras de dar gloria a Dios en y a través de la soltería.
Nancy: Y me encanta tener a Carolyn aquí en Aviva Nuestros Corazones. Es nuestra amiga desde hace mucho tiempo, Dannah. Como escucharán en un momento, ella está soltera, tiene un gran corazón para servir al cuerpo de Cristo y glorificar al Señor a través de su vida.
Le pedimos a Carolyn que hablara en una sesión en una conferencia True Woman hace algunos años. Ahora, déjame animarte, si estás casada, a que por favor no te desconectes. Es posible que tengas amigos o hijos adultos jóvenes que son solteros, y aquí encontrarás algunas ideas realmente prácticas que te ayudarán a ser una bendición y un estímulo para ellos.
Mucho de lo que Carolyn hablará se aplica a todas nosotras, casadas o solteras, mientras interactuamos en las relaciones dentro del cuerpo de Cristo. En los próximos días, Carolyn nos va a retar a tener el tipo de amor verdadero que el apóstol Pablo describe en 1 Corintios 13. Dannah, ¿por qué no lees la descripción del amor que se encuentra justo en medio de ese capítulo?
Dannah: ¡Claro que sí! 1 Corintios 13, comenzando en el versículo 4:
«El amor es paciente, es bondadoso. El amor no tiene envidia; el amor no es jactancioso, no es arrogante. No se porta indecorosamente; no busca lo suyo, no se irrita, no toma en cuenta el mal recibido. El amor no se regocija de la injusticia, sino que se alegra con la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta».
Nancy: Mientras te escucho leer eso, pienso en lo diferente que serían todas nuestras relaciones, ya sean de casados o de solteros, si se caracterizaran por ese tipo de amor. En el programa de hoy, en el que Carolyn se dirige a las mujeres solteras, nos hablade la importancia de relacionarnos con los hombres solteros de la iglesia como hermanos en Cristo y no solo como posibles parejas. Ahora, escuchemos este mensaje que Carolyn McCulley compartió en la conferencia True Woman.
Carolyn McCulley: Quiero que sepas que la gracia de Dios está allí para ti en el futuro, no importa lo que Dios tenga planeado para ti. Así que no tienes que preocuparte por estar sentada escuchando este mensaje hoy si eres joven, y estás diciendo: «¡Oh, no, ese es mi futuro! ¡Estoy arruinada!» No tienes que ser supersticiosa, ni tampoco tienes que ser tentada a tener miedo. Te puedo decir que cuando era más joven no habría sabido que había gracia de Dios para mí al caminar en Su providencia de la manera en la que la he experimentado.
Dios es bondadoso al no dejarnos saber cómo será nuestro futuro, porque lo que tenemos es gracia para hoy. Jesús dice: «Suficiente tenemos con los problemas de hoy». No necesitamos empezar a tomar prestados los problemas del futuro y preocuparnos por ellos porque cuando lleguemos allí, vamos a experimentar la gracia de Dios.
Incluso las personas que no conocen al Señor son capaces de decir: «Tal situación fue tan difícil para mí –ya sea que haya sido un cáncer, haber enviudado o lo que sea– pero aprendí mucho sobre mí misma, no volvería atrás». Así que puedes escuchar a personas que no conocen al Señor entender el principio de crecimiento que viene a través de situaciones que tal vez no habrías querido.
Les puedo decir que cuando recibes algo que tal vez no querías recibir del Señor, hay gracia para atravesar la situación, y también hay múltiples y abundantes bendiciones que llegan con esa situación, bendiciones de las que quizás no te has percatado porque solo estabas enfocada en una sola cosa.
Una de las cosas que aprendí mucho es acerca de mis hermanos. Lo que aprendí fue que los hombres se toman las relaciones mucho más en serio de lo que nosotras pensamos.
He desarrollado algo llamado un «ministerio al cliente», y siempre uso comillas en esta frase, porque los hombres con los que trabajaba y los hombres de los que era amiga en la iglesia, que eran un poco más jóvenes que yo, se me acercaban y querían hablar conmigo como una hermana mayor. Ellos querían venir y hablar conmigo acerca de los problemas que enfrentaban al tratar de conquistar a las mujeres.
Cuando yo era más joven y mis compañeros de grupo y mis amigos, estaban con otros hombres que tenían más o menos mi edad, yo no estaba tan consciente de las luchas por las que pasaban porque yo era parte de su grupo. Pero a medida que fui creciendo, y habiendo una diferencia de diez a quince años entre nuestras edades, pude escuchar con claridad lo que estaba sucediendo en los corazones de estos hombres, ya que no habría ninguna confusión, al menos de su parte, sobre si habría interés o no.
Pero me di cuenta de que las interacciones que tenemos y las palabras que usamos con los hombres les impactan mucho más de lo que podríamos imaginar. Así que, en esta sesión de lo que quiero hablar es de cómo conducir relaciones piadosas a la semejanza de Cristo, en el desorden que se conoce como noviazgo o cortejo o cualquier otro término, esas relaciones que se desarrollan y surgen en el torbellino en el que tratas de determinar quién podría ser tu cónyuge.
Y para aquellas de ustedes que se han casado alguna vez, hay otro nivel en esto también, y es la pregunta: «¿Cómo puedo tener esperanza y fe para el futuro, cuando me he quedado viuda o mi esposo me ha abandonado?» Los asuntos del corazón vienen a ser los mismos.
Ahora, curiosamente, no son solo los cristianos los que tratan de abordar este problema. Hace unos años se publicaron dos libros que abordaban las relaciones entre hombres y mujeres solteros, y causaron un gran revuelo en sus propios círculos.
El primero fue un libro titulado, ¿De verdad está tan loco por ti? Fue uno de los guionistas de una conocida serie de televisión que celebra el sexo fuera del matrimonio. Ahora, me parece muy irónico. Desde una perspectiva secular, esta serie de televisión (que no es un programa que recomiendo) fomenta la confusión existente en nuestra cultura sobre lo que significa salir con alguien y relacionarse.
Aquí teníamos a un hombre, un escritor casado del equipo de guionistas que trabajaba con otras mujeres que eran solteras, como lo eran los personajes en la serie de televisión. Venían todos los días hablando de sus vidas amorosas, completamente ajenas a las consecuencias de estas relaciones. Él tenía que sentarse con ellas y decirles, «Mira, si no te llama, no está interesado. Deja de poner excusas. Si él te trata como basura, no está interesado. Deja de poner excusas».
Yo estaba fascinada con la idea de que se publicara un libro para explicar la cortesía humana básica entre uno y otro y dejar de poner excusas para el maltrato. Su mensaje fue: «Si un hombre está interesado, incluso si tiene una agenda muy apretada, un trabajo exigente, un padre enfermo, o lo que sea; si está interesado, él va a encontrar una manera de conquistarte». Por eso el título del libro fue: «¿De verdad está tan loco por ti?»
Ahora, lo que me pareció interesante en este libro, mientras lo leía, tratando de entender lo que estaba sucediendo en la cultura hoy, y tengo que decir que tampoco apoyo de todo corazón ese libro, es que hay un par de capítulos que no son edificantes. El autor dijo que reconocía que aunque el movimiento feminista había introducido muchos cambios en la cultura, existía un área en la que las mujeres no estaban reconociendo algo importante: los hombres no habían cambiado. Ellos siguen trabajando por lo que valoran.
Luego, se publicó otro libro que intentaba ayudarnos a entender lo que está pasando en nuestra cultura a través de una perspectiva bíblica, y se llama «Doing Things Right in Matters of the Heart»de John Ensor, disponible solo en inglés. Un libro que sí recomiendo.
Es un libro básico que explica la masculinidad y la feminidad bíblica a los jóvenes adultos y los adultos solteros. En este libro, John Ensor usa la analogía habitual de los cazadores, pero él habla de cómo a veces los hombres necesitan un poco de ayuda para encontrar su presa, y las mujeres algunas veces debemos mover las hojas para hacerles saber a los hombres que están cerca.
¡A todas nos encantó escuchar eso! Pensamos, «bien, tenemos permiso para mover las hojas, pero ¿cómo luce eso?»
A veces observábamos a nuestros amigos en la iglesia que estaban siendo muy obvios, y decíamos: «Oh, vaya. Ella no está solo moviendo las hojas; ella está arrasando con todo el bosque». Ella está diciendo: «¡Hola! ¡Estoy aquí! ¡Fíjate en mí!»
Todos conocemos esas formas de tratar de ser mujeres solteras, piadosas y llamar la atención. Decimos: «Bueno, tengo una carga por ti. He estado orando por ti. Dios te ha puesto en mi corazón. Tengo este verso para ti».
Es como, «¡sí, no has estado pensando en otra cosa!»
Así que tenemos nuestras maneras de manipular, y aquí John Ensor nos da permiso para mover las hojas, y todo el mundo se pregunta: «¿Qué significa eso? ¿Qué quiere decir?» No lo sé.
En realidad, tuve la oportunidad de hacerle la pregunta… Él vino y habló en mi iglesia en aquel momento. Yo estaba tratando de hacer esta pregunta: «¿Podría usted por favor responder la pregunta sobre aquel asunto de «mover las hojas»?» Pero él sabiamente esquivó esa pregunta.
Creo que la razón de ello es que la lucha de cada mujer por llamar la atención o por temer el rechazo definirá el cómo debe lucir ese movimiento de las hojas. No hay una manera única para todas.
Hay mujeres que temen el rechazo a tal punto que se cierran totalmente cuando están alrededor de alguien en quien están interesadas para no tener que temer el no recibir lo que esperan.
Y están otras mujeres que son realmente obvias, totalmente fuera de control, y que necesitan un poco de ayuda para controlarse. Ella tiene que dar al hermano la oportunidad de buscarla; no estés en su cara 24/7.
Si tuviera que dar una definición de este asunto del movimiento de las hojas, sin importar cómo se aborde, habrá algunas personas que lo tomarán como una licencia y otras como una regla, y esto nos deja fuera de buscar la dirección de Dios. Esa es la premisa que tenemos que entender. No hay una manera única de abordar nuestras relaciones.
Las relaciones son intrínsecamente difíciles. Todas desearíamos que no fuera así, pero lo experimentaremos en nuestras relaciones de noviazgo y de matrimonio; en nuestras amistades, con nuestras hermanas y hermanos en la iglesia, con nuestros hijos, con todo el mundo, porque se trata de dos pecadores que están tratando de lograr algo.
Eso significa que somos impulsadas por deseos que van a provocar choques. Cualquiera de esos choques nos dará una oportunidad de humillarnos y de pedir perdón a Dios porque hemos pecado, o de humillarnos y de poner a la otra persona por encima de mí, y no tratar de ser la ganadora en esa situación.
Bueno, volviendo a mi «ministerio al cliente», después de años de escuchar a algunos hombres muy piadosos y atractivos hablar de la confusión que tenían en sus relaciones con las mujeres, y sabiendo que había cerca de veinte mujeres de pie fuera de la puerta de mi oficina que estaban todas realmente interesadas en ellos, yo solo quería pararme y decir: «Yo no entiendo por qué es tan difícil».
De hecho, tenía un amigo que ahora está en Australia, así que espero que nunca me escuche contar esta historia. Pero un día se apareció, vino de Australia a unirse a nuestra iglesia. Llegó en pleno invierno, era su verano. Él era trigueño y alto, y tenía sus dos tablas de surfear, y era un exmodelo, tenía un gran acento australiano. Yo dije: «¡Oh, no! ¡Vamos a tener que tomar medidas de emergencia en esta iglesia!»
Las chicas decían: «Oh, hola –jeje». Aun las de 11 años pasaban en sus bicicletas: «Hola, Sr. Mike», y yo digo: «¡Oh, no! ¡Necesitamos control de daños!»
Él era un gran chico, muy piadoso. Yo supuse que todo sería fácil. He aquí un chico por el que las mujeres se desmayan cuando camina por la iglesia, así que ¿por qué debería ser tan difícil?
Él se acercó a mí un día y me dijo: «Estoy muy interesado en una chica».
Le dije: «Sí, lo sé. Me doy cuenta».
Él dijo: «Entonces, ¿qué hago?»
Le dije: «Bueno, yo y todos los que te observan nos hemos dado cuenta, así que ¿has hablado con su papá (quien era nuestro pastor)?»
Él dijo: «Oh, no. No tengo que hablar con su padre, ¿verdad?»
Yo le dije: «Sí, tienes que hacerlo. Realmente debes hacerlo. Ella es joven, y tienes que hablar con él. Tienes que decirle cuáles son tus intenciones».
Él dijo: «No».
Le dije: «Tienes que hacerlo». Así que lo animé. Le dije: «No tienes nada que perder».
Pero en esta conversación y otras conversaciones con los hombres, me di cuenta de una cosa importante. Los hombres confían en Dios arriesgándose a ser rechazados. Yo ya sabía que las mujeres confían en Dios esperando en Él. Esa fue la premisa de mi primer libro. Ha sido la premisa de toda mi vida.
Pero mi «ministerio al cliente» me ayudó a entender que existe otro elemento que enfrentan los hombres. No importa qué tan atractivo sea, qué gran hombre sea, todos los hombres han temido el rechazo y tuvieron que aprender a confiar en Dios para dar el paso.
En este caso, cuando dio el paso, el padre dijo: «¿Sabes qué? Estamos lidiando con algunos problemas de inmadurez en mi hija. Así que ahora mismo no creemos que sea el mejor momento, no es que nos opongamos a ti. Se trata de ella, no de ti».
Le dolió mucho. Regresó y me dijo: «No». En ese momento parecía que todo era tan horrible, pero fue porque no se suponía que él se casara con ella. Dios tenía otro esposo para ella y otra esposa para él. Ahora, cuando conoció a la mujer con la que finalmente se casó, estaban en una conferencia, en medio de un grupo pequeño, y ella dijo: «Siempre he tenido una carga por Australia». Y todas las otras mujeres pensaron, «Sí, claro. ¡La has sentido desde hace 30 segundos, cuando él entró en el salón!» Resulta que en realidad la tenía y la tuvo por años, y el resto de nosotros éramos unos cínicos.
En una ocasión, en un momento de gran dificultad para él, ella le escribió un correo electrónico. No habían estado en contacto. Ella le dijo: «Dios te puso en mi corazón». Y le envió una pequeña cita de Spurgeon. Yo pensé, «¡Spurgeon! ¿Estás tratando de impresionar?»
Resulta que lo ministró, y no había ninguna intención de manipularlo en lo que ella estaba haciendo. Ellos terminaron siendo amigos y casándose, y ahora están ministrando juntos en Australia.
Este es el asunto: ella estaba tratando de ser una buena hermana y animarlo. A pesar de que en un momento él tenía sus ojos en otra parte, dio el paso confiando en Dios. Comencé a darme cuenta de que parte del problema al tratar de navegar esas aguas y los «él me ama, no me ama», se debe a que ninguna de las dos partes involucradas (o ninguna de las tres partes, cuando hay más de una persona interesada, o quince personas o una gran multitud de mujeres que estén interesadas en un mismo chico)… El punto es que todo este desorden puede suceder en nuestras relaciones, pero Dios todavía está cumpliendo Su propósito perfecto para cada una de nuestras vidas.
No se trata solo de quién consigue un cónyuge y quién no, de quién consigue un novio y quién no. Se trata de quién se hace cada vez más semejante a Cristo en esta situación.
Ahora, cuando somos solteras, a menudo nos dicen: «Asegúrate de guardar tu corazón», ¿no? ¿Todo el mundo ha escuchado esa frase? Todo el mundo ha recibido este comentario en algún momento. ¿Cierto? Guarda tu corazón –nunca se sabe lo que eso significa. ¿Querrá decir, «de ninguna manera tienes oportunidad con este chico»? ¿Qué significa eso realmente?
Incluso nuestra cultura tiene un concepto de lo que significa esto, y podemos ir atrás a los lugares y los novelistas y los tiempos como Jane Austen. ¿Tenemos algunas seguidoras de Jane aquí? Bien. Si has leído el libro o has visto la película, Sentido y Sensibilidad, tienes un muy buen ejemplo de lo que significa no guardar tu corazón.
Si recuerdas, la hermana menor, Marianne, estaba enamorada de este hombre devastadoramente encantador, llamado Willoughby. Willoughby se apresura a hacer todos esos grandes gestos románticos y deja a todo el mundo boquiabierto, incluido el resto de la familia, pero nunca dice realmente lo que quiere o lo que pretende.
Él no se declara, y expuso a Marianne por ser una joven insensata y apresurada al no guardar su reputación en este pequeño pueblo. La ridiculizó en lugar de ayudarla a mantener los límites y su modestia. Al final resulta que él no tenía ninguna intención en su relación.
Lo peor de todo esto, mientras ella está lidiando con esta situación junto con su hermana mayor Elinor, quien le hace esta pregunta: «¿Te entendiste con Willoughby?» Esta es una forma antigua de preguntar: «¿Te había expresado él con su boca que había algún interés?»
Marianne se da cuenta, y se sobresalta con el hecho de que ella nunca recibió esa promesa ni alguna declaración por parte de él. Su respuesta fue: «Cada día estaba implícito, pero nunca lo declaró abiertamente». De hecho, Marianne había estado persiguiendo a Willoughby debido a sus propias suposiciones. Ella quería algo. El comportamiento de él encajaba en el esquema de Marianne, pero no tenía información concreta.
Eso es lo que nos pasa a la mayoría. De hecho, una amiga mía propuso este término, «Citas en tu mente». Quieres algo y comienzas a hacerte ideas, como: «Él debe estar realmente interesado en mí, porque en realidad miró en mi dirección en esa reunión». ¿Sabes lo que quiero decir? Así que empiezas a formar afirmaciones a pesar de que nunca ha hablado contigo ni nada por el estilo.
Ella lo llamó: «Citas en tu mente». El ejemplo de Marianne es un poco más concreto que eso. Es decir, ella tenía un hombre prestándole atención a ella, pero de nuevo, la misma premisa. No se le había declarado, y volviendo un poco atrás diríamos: «Él no está interesado en ti». Incluso un hombre de hoy en día sin una perspectiva aparentemente evangélica es capaz de decirte que cuando un hombre realmente quiere algo, no se pone a jugar. Él te lo dice. Incluso cuando tenga temor de hacerlo, al igual que mi amigo australiano, dará un paso adelante y hablará.
Nancy: Bueno, acabas de escuchar a Carolyn McCulley, en la primera parte de un mensaje que expuso en una sesión en una conferencia True Woman. Aprecio el hecho de que, como ella dijo, no hay un enfoque único para la soltería…o para el matrimonio. Lo que importa es orientar nuestras vidas en torno a la Palabra de Dios, y buscar darle más gloria a Él, sin importar cuál sea nuestro estado civil.
Dannah: ¡Eso es tan cierto! Escucharemos más de Carolyn McCulley mañana en Aviva Nuestros Corazones. El mensaje de Carolyn es una de las maneras en que estamos tratando de traerles sabiduría práctica y piadosa en este tiempo.
Nancy: Carolyn nos recordó hoy que las Escrituras nos llaman a guardar nuestros corazones. A veces cuando escuchamos esa frase podemos pensar que eso significa que debemos ser reservadas al compartir nuestros corazones con los demás. Carolyn McCulley dice que en realidad ese no es un concepto bíblico. Ella lo explicará mañana. Espero que nos acompañes en Aviva Nuestros Corazones.
Dannah: Aviva Nuestros corazones existe para ayudar a las mujeres a florecer en Cristo.
Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth existe para ayudar a las mujeres a florecer en Cristo.
Todas las Escrituras son tomadas de La Nueva Biblia de Las Américas a menos que se indique lo contrario.
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