Mujer Verdadera 365: Las cartas de Santiago y Judas
Annamarie Sauter: Con nosotras Laura González de Chávez.
Laura González de Chávez: No vivimos de cosas que tenemos por el internet. Eso es parte de cómo somos edificados, esa es una gracia de Dios que Dios tiene para Su iglesia. Pero donde realmente nosotros somos discipulados, confrontados, amados, alertados y amonestados, es en el cuerpo de Cristo, en la iglesia local.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Patricia de Saladín.
Patricia de Saladín: Aquí estamos una vez más en un episodio nuevo de Mujer Verdadera 365. El día de hoy vamos a ver dos cartas, vamos a ver Santiago y Judas. Y de hecho la lectura para hoy en nuestro Reto Mujer Verdadera 365, es Santiago.
Y quizás, si hoy es la primera vez que te conectas a estos programas, o que sintonizas el podcast, estos programas de Mujer Verdadera 365 acompañan nuestro reto de lectura Mujer Verdadera …
Annamarie Sauter: Con nosotras Laura González de Chávez.
Laura González de Chávez: No vivimos de cosas que tenemos por el internet. Eso es parte de cómo somos edificados, esa es una gracia de Dios que Dios tiene para Su iglesia. Pero donde realmente nosotros somos discipulados, confrontados, amados, alertados y amonestados, es en el cuerpo de Cristo, en la iglesia local.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Patricia de Saladín.
Patricia de Saladín: Aquí estamos una vez más en un episodio nuevo de Mujer Verdadera 365. El día de hoy vamos a ver dos cartas, vamos a ver Santiago y Judas. Y de hecho la lectura para hoy en nuestro Reto Mujer Verdadera 365, es Santiago.
Y quizás, si hoy es la primera vez que te conectas a estos programas, o que sintonizas el podcast, estos programas de Mujer Verdadera 365 acompañan nuestro reto de lectura Mujer Verdadera 365, que ya se aproxima a su fin porque estamos terminando el año 2021. Hemos leído la Biblia de tapa a tapa.
Y las estamos animando una vez más a leer sus biblias ya de manera individual, o formar ustedes sus grupos pequeños, porque vamos a dejarles disponibles en avivanuestroscorazones.com, todos los recursos que hemos utilizado a lo largo de estos dos años que hemos leído toda la Biblia juntas, desde Génesis hasta Apocalipsis.
Y hoy me acompaña una vez más en uno de estos programas mi amiga y mi hermana, la directora de Aviva Nuestros Corazones, Laura González. Bienvenida Laura.
Laura: Gracias Patricia. Qué bueno estar de nuevo contigo para continuar hablando sobre estos libros.
Patricia: Sí. Hemoshecho casi la Biblia completa. Al principio parecía que íbamos a escalar en el Himalaya, pero Dios se especializa en ayudar, en ser nuestro ayudador y también en suplir las fuerzas cuando no tenemos ninguna, y también Él ha dicho que cuando tengamos falta de sabiduría se la pidamos a Él, que Él nos da a todos abundantemente y sin reproche.
Laura: Así es Patricia, estamos muy agradecidas de lo que Dios ha hecho a través de este esfuerzo de invitar a las mujeres a estar en la Palabra; ha habido como 50.000 mujeres que han hecho este reto en dos años. Entonces eso para nosotras es una respuesta a la oración, porque nos encanta que se conecten a los podcast de Aviva Nuestros Corazones, nos encanta que vean nuestros recursos y los blogs y Joven Verdadera… Pero la realidad es que lo que más nos gusta es que las mujeres hayan sido llevadas a la Palabra de Dios directamente y que se puedan conectar a la Palabra cada día.
Y van a estar disponibles todos los recursos para que otras 50.000 –que tal vez no la han leído todavía completa– porque muchas de las cosas que hemos oído es que personas nos han dicho, «yo tenía 15 años en la fe y nunca había leído la Biblia completa y ahora la leí». Otras personas han dicho, «acabo de convertirme y nunca había leído la Biblia, la he podido leer con un grupo de hermanas».
Así que esa es nuestra oración ahora, que otras más se animen, y te vamos a estar animando durante el año a que estés en la Palabra de Dios.
Patricia: Sí, y da ánimo cuando sabes que eres parte de un gran ejército. Cómo dice Hebreos, «hay una nube de testigos», hay más gente corriendo, hay más gente haciendo la carrera, y eso da ánimo.
Laura: Exacto. Y algo que te podemos sugerir es, haz grupos con hermanas de tu iglesia y juntas vayan por la Biblia completa en un año. Tienen todos los devocionales ahí o tienen otros recursos seguramente que pueden conseguir, que las pueden ayudar en el estudio de la Biblia en un año. Pero por recursos no se queda la cosa. La idea es que se animen a hacer sus grupos y a estar en la Palabra.
Patricia: Así es, porque Cristo y Su Palabra es la lámpara que alumbra nuestro camino, Él es el pan de vida, el agua viva, la luz del mundo…y si seguimos por ahí cambiamos el tema y hablamos de Judas.
Laura, ¿sabes que muchas personas ven la epístola de Santiago, pero no saben de dónde salió Santiago?
Santiago en realidad viene de San Iacob, esta epístola la escribió el medio hermano del Señor, Jacobo, que vino a ser seguidor de Cristo. Santiago era uno de los hermanos del Señor. ¿Tienes alguna información adicional acerca de él?
Laura: Bueno él fue líder de la iglesia de Jerusalén y escribe esta carta para animar a estos hermanos que estaban pasando por sufrimiento y mostrarles cómo debía lucir la obra de una fe genuina en sus vidas. Y Patricia –como tú dices– yo recuerdo en los evangelios cuando los hermanos de Jesús no lo seguían; y aparentemente, eventualmente Santiago se convirtió en un líder de la iglesia. Él creyó y siguió a Cristo.
Y entonces él habla en esta carta de cómo debe lucir esa fe genuina, cómo debe lucir un cristiano maduro.
Patricia: Sí, porque si hay un tema que sobresale en esta carta –vamos a ir rapidito por encima de algunas de las ideas– pero es esa fe. Algo que es famoso de Santiago es la fe con obras o la fe sin obras o las obras sin fe, todo eso. Esa fe genuina, salvadora.
Laura: Exacto. Debe transformarnos. Las obras no nos salvan, pero ponen en evidencia la salvación que hemos recibido. Me encanta cómo lo dice, «tú me puedes hablar de tu fe sin obras y yo te muestro mi fe por mis obras». Porque las obras prueban la autenticidad de nuestra fe. Y una fe sin fruto, tú tienes que preguntarte si verdaderamente hay fe, para empezar.
Algunos de esos frutos son muy prácticos y muy evidentes en la forma como vivimos las diversas circunstancias de la vida, y cómo nos relacionamos con otros.
Patricia: Y esos frutos –lo que pasa también es que nosotros queremos hacer obras para ganarnos la salvación– esas obras son necesarias para evidenciar nuestra salvación, pero no nos salvan. Y algo que me gusta de esta carta es que Santiago les escribe a estos hermanos que están huyendo, probablemente, están en la dispersión sufriendo, y les da una idea, una oración, que es contraproducente. Dice que «tengamos por sumo gozo cuando nos encontremos en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de nuestra fe produce paciencia y la paciencia tenga su perfecto resultado…» (Sant 2:1-4). Y a veces decimos, «pero cómo lo voy a tener por gozo si estoy sufriendo».
Entonces ahí viene ese versículo que dice, «si alguno tiene falta de sabiduría pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada» (v.5). Y en ese contexto de tener esa sabiduría es que nuestra vida de fe va evidenciar esa sabiduría divina en las obras y en como nosotros andemos en esta vida.
Y definitivamente vemos cuando él dice, miren, «no sean oidores olvidadizos de la palabra de Dios, sean hacedores de la palabra» (v.22). Porque esa fe genuina salva y transforma.
Laura: Claro que sí, no somos salvos por obras, sino para obras, definitivamente. Y Santiago nos anima y nos recuerda que ya falta poco para Su regreso, pero que mientras tanto estamos llamados a perseverar, a tener paciencia, a soportar en las pruebas, a ser pacientes con las debilidades de los demás, con nuestras propias luchas, en medio de las pruebas, y Dios nos da la sabiduría, la gracia, la fortaleza que necesitamos para transitar a través de ella.
Pero él toca otros temas cuando habla también sobre la razón por la que tenemos conflictos…
Patricia: Y antes de ese Laura, él toca el tema de la lengua, y el poder de la lengua que es importantísimo.
Laura: Habla sobre cómo nuestra boca debe ser de bendición, para bendecir a otros, nuestras palabras. Y él se pregunta «cómo puede salir de la misma fuente agua dulce y agua salada».
Patricia: Agua amarga.
Laura: Agua amarga… La idea es que «de la llenura del corazón habla la boca», entonces la idea es que estemos llenas del Espíritu y que podamos hablar palabras de bendición hacia otros y dominar nuestra lengua.
Patricia: Él dice que «quien domina la lengua es capaz de dominar todo el cuerpo»; pero en realidad es una forma de decir, «nadie puede dominar todo el cuerpo», o sea, nadie en esta naturaleza caída va a dominar siempre la lengua, siempre vamos a pecar con nuestra lengua de una forma u otra.
Laura: Exacto.
Patricia: Él dice que es como el barco, que tiene un pequeño timón, pero se gobierna. O como ese caballo que tiene brida, que tú lo agarras por esa brida que está en su boca. Pero cuando ese capítulo termina, esta parte a mí me gusta mucho cuando dice, –hablando otra vez de las obras de nuestras obras que evidencian la fe– dice, «¿quién es sabio y entendido entre ustedes? Que muestre por su buena conducta sus obras en sabía mansedumbre» (Sant 3:13); y hace una contraposición de lo que es la sabiduría terrenal: animal y diabólica, y la sabiduría celestial que pudiera compararse casi con lo que es el fruto del Espíritu, las evidencias de las obras de la carne, porque dice que «la sabiduría terrenal tiene celos amargos, tiene ambición personal en su corazón, es arrogante y se levanta contra la verdad» (Sant 3:14, paráfrasis). Esa sabiduría, dice, «es diabólica».
O sea que cuando nos vemos teniendo celos amargos, no teniendo mansedumbre, provocándonos unos a otros, debemos saber que eso viene del enemigo de nuestras almas. Dice, «donde hay celos y ambición personal, allí hay confusión y toda cosa mala» (Sant 3:16). Pero en contraposición, esa sabiduría que viene de lo alto, esa sabiduría que es el fruto del Espíritu en la vida de un creyente, dice: «es pura, pacífica, amable, condescendiente, llena de misericordia y de buenos frutos, sin vacilación ni hipocresía» (v.17).
Y entonces, esto es lo que me pone la plataforma para lo que tú ibas a decir Laura. Porque somos prontas en decir, «no, yo me incomodé porque él…» O «yo me incomodé porque ella…» O «yo le hablé mal porque eso era lo que se merecía», pero Santiago nos dice, «no no no; ¿de dónde vienen esos pleitos y esos celos de ustedes?» De ahí es que viene la idea que vamos a compartir.
Laura: Claro, y tenemos conflictos porque somos guiados por estas pasiones, en lugar de ser guiados por la sabiduría divina, por el Espíritu Santo. Nos dejamos guiar por nuestras propias pasiones.
Patricia: Sí. Vienen de adentro de nosotros, salen de dentro de nosotros, no de afuera.
Laura: Así es. Y Patricia, otra cosa que él habla es que la comunidad de fe debe ser un lugar de gracia, de humildad, de perdón, de restauración, y habla también de amar a todos sin parcialidad, no tener favoritismos… Todas estas cosas son importantes en nuestras congregaciones.
Y someternos a Dios y a otros mientras esperamos pacientemente Su regreso. O sea, es esta idea de que hemos sido salvos para obras. Cuando hablamos de Tito, mencionábamos cómo nosotros debemos vivir adornando el evangelio que hemos creído. Porque de nuevo, es esa misma idea de que no fuimos salvos por obras sino para obras, para llevar vidas de piedad y cultivar vidas de piedad.
Patricia: Esta carta tiene llamados que hemos visto repetidos en otras cartas de la Escritura. Dios se encarga, a través de los escritores, de recordarnos que la ley se resume en «amarás a tu prójimo como a ti mismo». Eso está aquí en Santiago. También hay un llamado que está en esta carta y está en la de Pedro y en otras más. Dios resiste al orgulloso, pero aquí tenemos un llamado. «Dios resiste a los soberbios pero da gracia a los humildes». Y Él da mayor gracia.
Por eso debemos someternos a Dios, y saber que esta vida presente es incierta. Santiago dice, «pero no sean de los que dicen hoy y mañana iremos a tal ciudad y haremos esto y aquello, traficaremos, ganaremos, haremos negocios; porque nosotros no sabemos cómo será nuestra vida mañana, porque la vida es como un vapor que aparece por un poco de tiempo y se desvanece. En lugar de eso deberíamos decir, “si el señor quiere” –y esa es una frase que usamos mucho, pero debemos hacerlo con conciencia– si el Señor quiere viviremos y haremos esto o aquello».
Entonces tenemos esta preciosa carta llena de muchas aplicaciones prácticas para nuestra vida diaria…
Laura: Mucha sabiduría…
Patricia: Exactamente, mucha sabiduría. Y entonces, Laura, antes de terminar la carta, y es algo que nosotros hemos visto evidenciado, es algo que hemos visto en las conferencias Mujer Verdadera, en especial en algunas sesiones plenarias cuando hablamos de confesar nuestros pecados. Nosotras hemos sido testigos de que muchas veces, y aún en series aquí en Aviva Nuestros Corazones, mantener el pecado callado, el pecado en secreto, no permite que florezcamosy corramos en la libertad con que Cristo nos hizo libres.
Y Santiago, dentro de varias exhortaciones que tiene al final de su capítulo 5, cuando habla la de que debemos hacer oración, de que debemos confesar nuestros pecados unos a otros, dice, «y oren unos por otros para que sean sanados, porque la oración eficaz del justo puede lograr mucho» (v.16), y pone el ejemplo de Elías, que siendo un hombre como nosotros, oró y Dios permitió que no lloviera sobre la tierra por tres años y seis meses.
Luego Elías oró otra vez y entonces llovió. Pero eso de la confesión es algo muy importante.
Laura: A mí me encanta esa relación que él hace entre la confesión y la sanidad, porque muchas veces las personas quieren sobreponerse a un pecado o sobreponerse a una adicción o sobreponerse a una lucha X en su vida, pero se quedan cortos de salir a la luz –como dice primera de Juan– de exponer nuestra lucha a la luz.
Eso es lo que sana. Entonces me encanta cómo lo dice, «confiésense los pecados unos a otros y oren los unos por los otros para que sean sanados» (v.16).
Patricia: Yo diría que ese es el primer paso para comenzar un proceso de restauración. Háblalo, porque mientras tú lo guardas en silencio te tiene presa. Cuando lo hablas, abres el camino, es el primer paso hacia la voluntad de Dios.
Laura: Cuando lo sacas a la luz pierde poder sobre ti. La lucha no es que se va a terminar pero estás a otro nivel en tu lucha.
Patricia: Exactamente. Es un caminar hacia esa restauración plena que será cuando estemos con el Señor en cuerpo glorificado, pero vas caminando por esa senda de los justos que dice Proverbios que va en aumento hasta que es pleno día. Pero cuando lo tenemos callado, Satanás nos tiene dominadas, nos tiene bajo una fortaleza, nos tiene en cautiverio.
Laura: Otra cosa que debo mencionar de esa carta de Santiago, es cuando él habla de restaurar a los creyentes que se apartan. Porque muchas veces nosotros vemos a una persona apartarse, y como que la dejamos, en lugar de hacerlo volver a la verdad, de hacerlo volver al camino. Así como Dios nos persigue a nosotras, nos toca perseguir a aquellos que se apartan para ver si Dios los hace regresar de nuevo, para darles la oportunidad de volver al camino.
Patricia: Wow, con relación a eso que dices, este domingo –estamos viendo Gálatas en la iglesia– y tocaba ese que dice, «hermanos, aún si alguien es sorprendido en alguna falta…», y puede ser en algún pecado que lo domina, dice, «ustedes que son espirituales restáurenlo en un espíritu de mansedumbre ¿cómo?, «mirándote a ti misma, no sea que tú también seas tentado, no sea que tú también caigas, porque debemos llevar los unos las cargas de los otros».
Y vuelve y dice lo que yo te decía, «cumplan así la ley de Cristo». Y ¿cuál es la ley de Cristo? «Ama a tu prójimo como a ti mismo». Las enseñanzas de Santiago son enseñanzas que están también entrelazadas y entretejidas en todo el hilo de la Escritura; repetidas por otros autores pero realmente…
Laura: Por eso es bueno Patricia, y por eso hablamos de leer la Biblia completa. Porque uno lee una porción y se da cuenta de que es un mismo principio. Está en otra y otra porción, y se da cuenta del consejo de Dios. Porque muchas veces leemos libros aislados –lo cual es bueno; es bueno zambullirse a veces en un libro y estudiarlo– pero no dejando de estudiar todo el consejo de Dios.
Patricia: El gran gran panorama de esa gran historia de la redención, pero también coger pedacitos pequeños a los que les sacamos el jugo. Y entonces vamos a pasar ahora a la carta, la epístola del apóstol Judas. Judas dice que él mismo era siervo de Jesucristo y hermano de Jacobo. «A los llamados amados en Dios Padre y guardados para Jesucristo».
¿Quién era entonces Judas?
Laura: Era otro de los hermanos de Jesús –y qué bueno ver que varios de Sus hermanos se convirtieron. Es el autor de esta carta que se dirigía a cristianos para exhortarlos para que velaran por la sana doctrina. Yo me imagino, Patricia, en aquella época, cuántas diversas corrientes debieron haber en la iglesia, y la importancia que había de advertir de todos estos falsos maestros que entraban sigilosamente.
Porque es muy fácil distinguir un falso maestro cuando estos falsos maestros vienen con algo que es tan obvio que no está en la Palabra, pero es que no es así, los falsos maestros no vienen así. Dice que pueden ser hasta como ángeles de luz. Entonces esta gente se va infiltrado en la iglesia y por eso Judas anima a contender por la fe.
Patricia: A mí no me sorprende porque fue que el Señor vino y le dio media vuelta, puso patas para arriba todos esos esquemas religiosos, todo lo que ellos habían seguido por tantos siglos. Hay un refrán que dice, «en río revuelto, ganancia de pescadores». Aquí había río revuelto, pero porque el Señor estaba trayendo un nuevo orden, un nuevo pacto.
«He aquí yo hago todas las cosas nuevas». Todas estas cartas, todo este cuerpo de doctrinas, venían a apoyar todo este nuevo pacto en Su sangre. Todo esto nuevo que Cristo trajo cuando ese velo del templo se rasgó y todo fue consumado. Pero en ese momento mucha gente tenía muchas otras ideas y había también todos esos falsos maestros que querían socavar todas esas enseñanzas.
Laura: Exacto. Y ya en ese momento se habían identificado algunas herejías que se manifestaban en una rebeldía a la autoridad de Cristo. Estaba, por ejemplo, el abuso de la gracia de Dios o de la libertad que tenemos en Cristo, que le llamamos antinomianismo. Eso es algo que vemos hoy todavía. Usaban la gracia como excusa para pecar.
Ellos decían, «salvo, siempre salvo. Yo puedo hacer lo que quiera», pero eso es un libertinaje, de eso no se trata la gracia de Dios. Había otras personas que decían tener autoridad por revelaciones que habían obtenido en sueños, y entonces era una especie de personas como súper espirituales. Y por tanto ellos podían vivir en rebeldía, de manera inmoral, llenos de codicia, y él los compara con los ángeles que se llenaron de orgullo y que rechazaron la autoridad de Dios –que es Satanás.
Y entonces otros engañaban a la gente por dinero, eran murmuradores, fanfarrones, egoístas, aduladores, y todas estas personas estaban infiltradas en la congregación haciendo estragos. Eso lo tenemos hoy en nuestras congregaciones también. Entonces Judas les advierte a los hermanos creyentes –me encanta cómo les dice, «a los llamados amados en Dios Padre, y guardados para Jesucristo» (Judas 1:1). Y les dice, «estén alerta con estos engañadores», y los exhorta a madurar en la fe, que es lo que nosotras le estamos orando al Señor que nos ayude a transmitir en Aviva.
Que las mujeres maduren en la fe, que estén en la Palabra para que puedan discernir estas cosas. Les anima a la fidelidad, a la mutua edificación, a la oración, a caminar en el Espíritu, para poder vivir y discernir todas estas cosas que estaban a su alrededor.
Patricia: Es así. Y hay algo muy bueno de Judas y aunque está al final, me gusta porque puede haber muchas falsas enseñanzas, puede haber muchos falsos maestros, pero esos que son llamados amados y guardados para Jesucristo, a esos Dios los va a guardar hasta el final. Pero ¿qué dice la Palabra en los versículos 24 y 25? «Y aquel que es poderoso para guardarlos a ustedes sin caída, y para presentarlos sin mancha en presencia de Su gloria con gran alegría, al único Dios nuestro salvador, por medio de Jesucristo nuestro Señor, sea gloria, majestad, dominio y autoridad, antes de todo tiempo y ahora y por todos los siglos. Amén».
O sea, no importa lo que suceda, tenemos que estar alertas, pero tenemos Uno que nos guarda, a Él sea toda la gloria porque Él nos va a guardar sin caída y nos va a presentar sin mancha en Su presencia, para Su gloria y con gran alegría.
Laura: Así es. Esa es nuestra esperanza.
Patricia: Gloria a Dios por eso.
Laura: Y es imprescindible distinguir la verdad del error, porque con tantos maestros que hay allá afuera hoy en día… Cuánto más importante es estar alimentándose de la Palabra de Dios y orar y ejercitar el discernimiento, pero al final, los guardados en Jesucristo van a permanecer sin caída.
Patricia: Porque Él nos llama y nos dice, «ustedes amados, edificándose…», que es nuestro deber. Dios nos va a guardar. Tenemos ataques de afuera, tenemos falsas enseñanzas, tenemos la palabra profética, la palabra de Dios más segura en la cual hacemos bien en estar atentos para que ella sea la que nos renueve el entendimiento, pero dice, «edificándose en su santísima fe, orando en el Espíritu Santo, consérvense en el amor de Dios, esperando ansiosamente la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna» (vv.20, 21).
Y dice el versículo 22, «tengan misericordia de los que dudan», y eso lo vimos en la carta de Santiago cuando vimos eso, que nosotros debemos llevar las cargas los unos de los otros, y con mansedumbre corregir a aquellos que se están desviando, que están dominados por algún pecado. Y entonces en ese sentido hacemos nuestra parte, pero el que es poderoso para guardarnos sin caída y para presentarnos sin mancha, a Él y solo a Él sea la gloria.
Laura: Así es. Patricia, y pienso que como esas cosas que pasan en la Palabra, ¿dónde termina la responsabilidad del hombre y empieza la responsabilidad de Dios? Porque ambas cosas están sucediendo, yo me estoy alimentando, me estoy edificando, estoy en comunión con los hermanos, estoy siendo exhortada… Esa es la forma en que Él me guarda. Pero Él me guarda.
Entonces son esas dos fuerzas trabajando juntas. Y hablando de eso, recordé la primera carta a los Tesalonicenses 5:14, donde dice, «Hermanos, les rogamos que amonesten a los perezosos. Alienten a los tímidos. Cuiden con ternura a los débiles. Sean pacientes con todos». Que esa vida en comunidad donde estamos llamados –como tú dices, Patricia– a tener misericordia, que es algo que también queremos transmitir mucho en Aviva Nuestros Corazones. Somos un ministerio que da recursos para las iglesias, para las personas, para sus estudios personales, pero la importancia de estar en la iglesia local, donde estamos siendo alentados, amonestados, cuidados y donde hay personas que están invirtiendo en nuestra vida. Porque no vivimos de cosas que tenemos por el internet. Eso es parte de cómo somos edificados, es una gracia de Dios que Dios tiene para Su iglesia.
Pero donde realmente somos discipulados, confrontados, amados, alertados y amonestados, es en el cuerpo de Cristo, en la iglesia local. Entonces hablando de Judas y de la importancia de cómo Dios nos guarda, es con otros hermanos a nuestro alrededor.
Patricia: Veíamos en otra serie que grabamos, que el ataque de Satanás a una manada siempre es al animalito que está solo. Cuando la manada está unida el enemigo no ataca igual. Es una fortaleza que él no puede resistir.
Bueno, Laura, hemos llegado al final de este episodio. Gracias. Siempre es un deleite compartir esto contigo. Escuchar de la sabiduría que Dios te ha ido dando a través de todos estos años leyendo tu Biblia y llevando todas tus anotaciones en esos diarios que tienes, uno tras otro.
Laura: Como dice Isaías, «precepto sobre precepto». Así es como Dios nos va enseñando.
Patricia: Y para las que nos escuchan, nuestro deseo es que sean animadas a leer la Palabra de Dios por ustedes mismas. Gracias Laura, de verdad.
Laura: Ha sido un placer, y tú sabes Patricia que es una pasión alentar a otras a estar en la Palabra de Dios. Yo sé que es tu pasión también. Y queremos que como ya se acerca el final del año, que muchas que nos escuchan estén pensando ya en empezar a estudiar sus biblias. Hacer de eso una determinación, pero no de un año, o de principio de año, sino una determinación de por vida.
Ese es nuestro alimento y no importa cuántas veces las leamos vamos a estar aprendiendo y vamos a estar siendo edificadas y vamos a estar siendo cada vez más arraigadas en Su verdad. Y sobre todo en los tiempos que estamos viviendo, donde tenemos que estar sumamente firmes en la verdad.
Un gozo compartir esto contigo.
Patricia: Amén. Dios te bendiga. Y a ti que nos escuchas quiero decirte, acompáñanos mañana para una próxima conversación en esta serie de Mujer Verdadera 365, sobre las cartas escritas por el apóstol Pedro.
Annamarie: Escudriñando la Escritura juntas, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de la Nueva Biblia de las Américas, a menos que se indique lo contrario.
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