Mujer Verdadera 365: El Apocalipsis, día 1
Annamarie Sauter: Con nosotras Margarita de Michelén.
Margarita de Michelén: Todo lo que aparenta estar fuera de control, todo el mal que nos rodea y que pareciera prevalecer, y todos esos poderosos de la tierra que son los que aparentemente están gobernando para su bien y no para el bien de la humanidad, están bajo el control del que está sentado en el trono y algún día también serán parte del pasado. Nosotras podemos vivir confiadas porque en el cielo todo, absolutamente todo está en calma.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Patricia de Saladín.
Patricia de Saladín: Llegamos hoy al último programa de esta serie de Mujer Verdadera 365, con el último libro de las Escrituras llamado Apocalipsis, que significa una revelación, un descubrimiento o una apertura. Y a lo largo de este año hemos ido avanzando en nuestro reto y al terminar este libro, terminamos de leer …
Annamarie Sauter: Con nosotras Margarita de Michelén.
Margarita de Michelén: Todo lo que aparenta estar fuera de control, todo el mal que nos rodea y que pareciera prevalecer, y todos esos poderosos de la tierra que son los que aparentemente están gobernando para su bien y no para el bien de la humanidad, están bajo el control del que está sentado en el trono y algún día también serán parte del pasado. Nosotras podemos vivir confiadas porque en el cielo todo, absolutamente todo está en calma.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Patricia de Saladín.
Patricia de Saladín: Llegamos hoy al último programa de esta serie de Mujer Verdadera 365, con el último libro de las Escrituras llamado Apocalipsis, que significa una revelación, un descubrimiento o una apertura. Y a lo largo de este año hemos ido avanzando en nuestro reto y al terminar este libro, terminamos de leer toda la Biblia por un segundo año consecutivo. Lo hicimos en el 2020 y ahora lo hicimos también el 2021, y es nuestro deseo que sigamos leyendo la Biblia completa de tapa a tapa, porque ahí está la verdadera riqueza, nuestra verdadera sabiduría y nuestra única regla de fe y práctica.
Y hemos dicho a lo largo de todo este año que la Biblia es una sola historia, la historia de la redención que se fue tejiendo desde el inicio del tiempo –cuando comenzó a contar el tiempo– en Génesis y ahora hasta Apocalipsis.
Para este programa en el día de hoy me acompaña mi amiga, mi hermana Maggie, Margarita de Michelén. Maggie, bienvenida.
Maggie: Hola Patricia. De nuevo, un placer estar aquí contigo haciendo lo que nos gusta a ambas, que es navegar en las Escrituras y profundizar en ellas para un mayor conocimiento de Jesucristo.
Patricia: Amén, y para poder amarlo más y adorarlo más y vivir para Su gloria. No vamos a perder tiempo en muchos detalles. Vamos a entrar…y hemos hecho esta pregunta prácticamente a todas las que han venido a hablar de diferentes libros de la Biblia, ¿cómo encaja este libro en esta historia de la redención que comienza en Génesis y termina en Apocalipsis? ¿Cuál es la importancia de este libro?
Maggie: Bueno, Patricia, nosotros tenemos que ir a Génesis 3:15, donde vemos la promesa de Uno que aplastaría la cabeza de esa serpiente, es decir Satanás. Dicha promesa fue ratificada una y otra vez por medio de las profecías del Antiguo Testamento, y hecha realidad con el nacimiento de Jesucristo. Llegamos entonces al Nuevo Testamento y encontramos los evangelios y allí se nos relata la vida, el ministerio, la muerte, la resurrección y la ascensión de Jesucristo.
Vemos el libro de los Hechos donde se nos describe el nacimiento de la iglesia o de ese pueblo de redimidos –gracias a la perfecta obra de Jesucristo…
Patricia: Y la llegada del Espíritu Santo…
Maggie: Exacto, y la llegada del Espíritu Santo. Y vemos los demás libros que están compuestos por las cartas generales y las paulinas. Y allí se nos enseñan los variados aspectos de dicha obra, y el actual consecuente que debe modelar ese pueblo redimido. Entonces llegamos a Apocalipsis que es el libro de la revelación, del descubrimiento, de la apertura. Encontramos en Apocalipsis un despliegue majestuoso de la persona del Cristo reinante y victorioso y de todo lo que acontecerá cuando Él regrese en gloria.
Estudiando esto me vinieron a la mente las palabras dichas por los ángeles en Hechos 1:11, cuando les dijo a los discípulos: «Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, vendrá de la misma manera, tal como le habéis visto ir al cielo». Y de eso se trata Apocalipsis, de la ciertísima promesa de Su regreso para entonces reinar eternamente en ese reino restaurado.
Patricia: Y con ese regreso en gloria tendremos esos cielos nuevos y esa tierra nueva. Y no importa que todo aparente estar fuera de control como parece estar, o si estamos en situaciones difíciles, aflictivas o dolorosas, como sabemos nosotras mismas y las mujeres que nos escuchan; sabemos que en esta vida el Señor no escondió que en el mundo tendremos aflicción.
Pero Apocalipsis es un libro repleto de esperanza y eso me encanta, porque es importante. Es importante porque la historia no quedó inconclusa, la historia termina con ese vistazo de esperanza de que Jesucristo reina –como tú dices– que Jesucristo es victorioso. Y entonces cuando ese libro termina nosotros podemos vivir en este mundo con la esperanza de que esto no lo es todo, hay mucho más y lo mejor está por venir. Entonces tenemos esperanza. Y de manera breve, ¿quién es el autor, el contexto en que fue escrita la carta?
Maggie: Bueno, los eruditos creen que fue escrita por el apóstol Juan cuando estaba desterrado en la isla de Patmos. Era una época marcada por una severa persecución de parte de Domiciano. Juan estaba solo, retirado en esa isla, abandonado a su propia suerte, y en esa soledad es cuando el Señor se le revela de una manera majestuosa. Ese es el contexto.
Esa carta fue escrita para animar a esos creyentes perseguidos, ya que no era nada fácil en esa época ser cristiano, igual que en muchos lugares hoy en día. Ese es el contexto más o menos de aquella época que no dista mucho de la nuestra.
Patricia: Tú sabes Maggie, que muchas personas tienen temor del libro de Apocalipsis. Hay gente que dice, «yo no lo quiero ni abrir ni leer». Porque como tiene tantas cosas que son misterios, y tantas cosas usando tantos simbolismos, a veces es difícil de comprender. Pero en el día de hoy queremos ir sobre los temas principales en el orden que van apareciendo en el libro de Apocalipsis. Porque nosotras dos no pretendemos explicar lo que tantas personas –como tú dices, eruditos– han podido explicar por los siglos, sería un atrevimiento de nuestra parte.
Maggie: Sería una osadía muy grande.
Patricia: Pero sí queremos decir, de manera general, el bosquejo del libro –y no voy ni siquiera a mencionar los capítulos– sino voy a decirlo y luego vamos a entrar en esos temas.
Estos son:
- Las cartas a las siete iglesias
- Una visión del cielo
- Los siete sellos del destino
- Las siete trompetas que alertan
- El conflicto entre la iglesia y el poder del mal
- Las siete copas del castigo del juicio
- El triunfo de Dios
- La caída de Babilonia
- Los cielos nuevos y la tierra nueva
- Y un epílogo
Me gustaría que comenzáramos con ese trono que es uno de mis pasajes favoritos de la Escritura. Porque ese gran trono que aparece ahí en esos primeros capítulos de Apocalipsis, para mí es sinónimo de hablar de la soberanía de Dios, porque representa soberanía. Entonces quisiera que comenzáramos hablando de eso.
Maggie: Como tú has dicho, el trono representa la soberanía; y cuando hablamos de un trono, estamos hablando de un lugar elevado donde se sientan los reyes como autoridades supremas o personas de alto rango y dignidad, ya sea para gobernar, para emitir juicios, como por ejemplo lo es el estrado de un juez. Como sabemos, han existido y aún existen muchos reinos y muchos tronos; pero si le damos un vistazo a la historia podemos constatar que estos suben y descienden, y al poco tiempo desaparecen.
Pero el trono que encontramos en Apocalipsis es eterno, y es el verdadero soberano. Juan, desde el inicio de la carta está muy consciente de esta realidad. Mira cómo dice Apocalipsis 1:4: «Juan, a las siete iglesias que están en Asia: Gracia a vosotros y paz, de aquel que es y que era y que ha de venir, y de los siete Espíritus que están delante de su trono». Y para que nosotros tengamos una idea de lo que es esa palabra trono, esta se menciona en Apocalipsis unas 43 veces. Treinta y ocho veces para referirse al trono de Dios o al de Cristo, tres veces referente al trono efímero que Satanás tiene –y algo increíble Patricia– en dos ocasiones se menciona para nosotros los creyentes.
Mira cómo dice Apocalipsis 3:21: «Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono» (RV,1960). Y en apocalipsis 20:4, cuando ya está por terminar el libro, dice: «Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen» (RV,1960). ¡Es precioso!
Patricia: Wow, o sea que estamos sentados con el Señor en Su trono…al que venciere…
Maggie: Ese es un privilegio que no podemos dar por sentado y tenemos que refrescarlo una y otra vez; que nosotras no pertenecemos al reino de este mundo sino a un reino sublime y altísimo que empezó desde aquí pero culminará allá.
Patricia: Pero hay un pasaje que es mi favorito. Cuando Él aparece sentado, en Apocalipsis 4:2, dice: «Al instante vino sobre mí el Espíritu y vi un trono en el cielo, y a alguien sentado en el trono». Todo ese pasaje cuándo aparece el rollo, cuando parece que nadie lo puede abrir, que Juan lloraba mucho…ese es de mis pasajes favoritos. Y entonces vamos a retomar el tema del trono de Dios, de ese trono donde hay Uno sentado. No está vacío para que nos sentemos en él, ni ningún malvado de este mundo se va a sentar en ese trono porque ese trono está ocupado por el que era el que es y el que ha de venir.
Maggie: ¡Aleluya! Amén. Nuestra época presente no dista mucho de ser como la de la de la Roma de aquel entonces, que era corrupta, caótica e inmoral y aparentemente invencible. ¿Dónde está ese poderoso imperio? ¿Dónde está Domiciano? Ya no existen. Son parte de la historia pasada. Por lo tanto estas palabras deberían animarnos y consolarnos, porque todo lo que aparenta estar fuera de control, todo el mal que nos rodea y que pareciera prevalecer, y todos esos poderosos de la tierra que son los que aparentemente están gobernando para su bien y no para el bien de la humanidad, están bajo el control del que está sentado en ese trono y algún día también serán parte del pasado. Podemos vivir confiadas porque en el cielo todo, absolutamente todo está en calma.
Patricia: Amén. Como dice el libro de Daniel, «el cielo gobierna».
Maggie: ¿Quién está sentado en el trono? El Cordero. Apocalipsis 5:13 dice: «Al que está sentado en el trono, que es Dios Padre, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos». Cristo, el Cordero inmolado en la cruz, venció y derrotó completa y totalmente el pecado y todas sus consecuencias dándole una estocada final a la muerte.
Su resurrección es la garantía de esta preciosa realidad. La muerte no le pudo retener. Y porque Él sufrió y triunfó, nos da la certeza de que aunque nosotros estemos aquí en este mundo sufriendo, aunque no entendamos lo que Él está haciendo en nuestras vidas y en las vidas de nuestros seres queridos, y aún en el mismo mundo, nosotras también triunfaremos y reinaremos con Él. Eso fue lo que leímos al principio en Apocalipsis 3:21. Así que ánimo, la muerte tampoco nos podrá retener y en la eternidad reinaremos con Él, esa es la garantía del que está sentado en Su trono. Y esa es una promesa hermosa y poderosa.
Patricia: Amén. Vamos a hablar de ese pueblo redimido por la sangre del Cordero. Dice la Escritura en varios lugares ahí en Apocalipsis, que cuando Juan se volvió a mirar, vio y oyó voces de miles de millones de ángeles alrededor del trono y de los seres vivientes y de los ancianos, que cantaban ese hermoso coro de Digno es el Cordero, pero parte de ese coro que cantaban dice: «Tú eres digno de tomar el rollo y de romper los sellos y abrirlo. Pues tú fuiste sacrificado y tu sangre pagó el rescate para Dios de gente de todo pueblo, tribu, lengua y nación. Y la has transformado en un reino de sacerdotes para nuestro Dios. Y reinarán sobre la tierra» (NTV).
Hay millones de personas que junto con esa alabanza en el trono, están cantando el mismo coro, la misma canción. El pueblo redimido por la sangre del cordero de todas las edades.
Maggie: Exáctamente. Bueno, como hemos visto, Apocalipsis trata de la revelación de Jesucristo, y es como si Dios nos abriera el telón para develar las glorias de Su Hijo amado en el cual tiene complacencia, y a quien le ha dado un pueblo para que le adore y le honre. Ahora bien, Patricia, todas las palabras contenidas en este libro no solamente nos revelan Sus glorias, sino que ponen por delante de ese Su pueblo una escala de valores por la cual han de vivir durante su existencia terrenal y por la cual deben evaluar el presente a la luz de los eventos finales.
Nos encontramos primeramente con un mensaje a siete iglesias donde se dan instrucciones, elogios o reprensiones que eran relevantes para ellas, pero siguen siendo relevantes para nosotros hoy; porque la Palabra de Dios no cambia. El tiempo cambia, nosotros cambiamos, las circunstancias cambian, pero la Palabra de Dios sigue siendo la misma y el corazón humano sigue siendo el mismo.
Patricia: Y se aplicó para ellos en esa época pero tiene aplicaciones para nosotras hoy en día por eso mismo, porque el corazón humano es el mismo.
Maggie: Entonces ¿qué podría sucedernos si actuamos o no actuamos como esas iglesias? Bueno, como sucedió con Éfeso, que nuestro amor por el Redentor puede dejar de ser ferviente o enfriarse. Como pasó con Pérgamo y Tiatira, que podríamos caer en idolatrías y herejías, o ser como Sardis que por ser superficial no mantuvo su fe, y caer en indiferencia como sucedió con Laodicea…
Patricia: Porque no era ni frío ni caliente sino tibio, el Señor le dice, «te voy a vomitar de mi boca».
Maggie: Hoy en día estamos viendo muchas de estas cosas en las iglesias, y siendo sinceras y honestas con nosotras mismas, por momentos en nuestros propios corazones. Pero a mí me encanta algo, y yo quiero destacar el hecho de que a pesar de las deficiencias de esas iglesias, Dios no es indiferente a sus fortalezas y por eso las elogia. Reconoce el arduo trabajo y la paciencia, la fidelidad de la fe, el amor y el servicio que ellas tenían, en una medida.
Y eso es estimulante. Dios no solamente nos reprende sino que «mira yo estoy viendo que estás haciendo esto bien pero tienes que corregir esto», para que entonces te conformes cada vez más a lo que Él tiene en mente que es la imagen de Su Hijo.
Patricia: Y que Él se ha comprometido a presentarse una iglesia sin mancha ni arruga ni cosa semejante, precisamente para esas bodas del Cordero que aparecen en este libro. O sea que Él ama la iglesia. Jesucristo dio Su vida por la iglesia y eso es algo que no podemos perder de vista, que el Señor ama Su iglesia y está comprometido a presentársela a Sí, inmaculada.
Maggie: Haciendo conexión con eso que tú dices, mira también las promesas que Él le da a cada una de ellas, que es un estímulo precisamente para purificarnos y ser santas. Les promete el árbol de la vida, el maná escondido, una piedrecita blanca con un nombre nuevo, regir sobre las naciones y recibir la estrella de la mañana, vestiduras blancas y compartir el trono con Cristo. Es a estas cinco iglesias que el Señor reprende por algo que estaban haciendo que era pecaminoso.
Pero, por otro lado, vemos a Esmirna y a Filadelfia, que no se les reconoce ninguna falta –aunque no es que sean perfectas porque todo creyente tiene alguna falta– pero aquí no se recoge sino que el Señor las estimula a no tener temor a padecer por la fe, y a mantenerse perseverando hasta la muerte. Y a estas les promete la corona de vida, un lugar en la presencia de Dios, un nombre nuevo y la nueva Jerusalén.
Y ¿no es esto, Patricia, lo que necesitamos cada mañana para levantarnos de nuestras camas y cumplir con todo lo que Dios ponga por delante? Esa es la esperanza que necesitamos y esas son las promesas que el Señor nos está dando a través de este aparentemente complejo libro de Apocalipsis, pero que tiene verdades que están muy claras. Y de esas verdades es que tenemos que asirnos.
No de descifrar los enigmas y las cosas, sino de lo que sí está revelado.
Patricia: Suficiente para que tengamos con qué trabajar, porque así es nuestro Dios, glorioso, poderoso, verdadero, y la esperanza –como veíamos– de saber que todas esas cosas son promesas que vendrán pero que tienen una repercusión hoy en día porque nuestra vida evidencia, como pueblo redimido, la forma en que vivimos.
Maggie: Lo grande, Patricia, es que tú y yo y cada creyente que nos está escuchando, formamos parte de ese pueblo y no somos cualquier pueblo, somos el cumplimiento de la promesa dada a Abraham, de que de él saldría una nación grande y que su descendencia sería tan numerosa como las estrellas. Leamos cómo lo describe este libro. Dice: «porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra» (RV,1960).
Patricia: Como Dios le dijo a Abraham: «En ti serán benditas todas las familias de la tierra».
Maggie: Amadas hermanas, esta es la razón de nuestra existencia, ser parte de ese pueblo que alabará por la eternidad Su gran misericordia. Porque nosotras no merecíamos estar ahí. Sin embargo, a Él le plació incluirnos a cada una. Y aún en medio del conflicto cósmico que el maligno trama contra el Altísimo, podemos tener consuelo y ánimo para perseverar y seguir corriendo nuestra carrera.
Pero mira, Patricia, no solamente lo que ya hemos visto, mira todas las otras promesas que Dios le da a este pueblo del cual tenemos el privilegio de formar parte.
Mira nuestras lágrimas, oye nuestras oraciones las cuales suben a su altar, tiene por preciosa nuestra muerte y nos asegura que nuestras almas subirán de inmediato al cielo. Nos asegura la victoria final, nos asegura que la sangre –aquí la sangre de los mártires está incluida– pero toda injusticia que se ha hecho contra el pueblo de Dios algún día será vengada, y la promesa de que Él volverá.
Dime, ¿no son estas razones para alabar? Yo creo que el himno no son diez mil razones, son millones de millones de razones para adorar y alabar a nuestro Dios. Y eso es lo que queremos transmitir con Apocalipsis.
Patricia: Maggie, y antes de seguir, hay algo también muy hermoso que aparece en Apocalipsis, y es que Cristo es exaltado como ese que era, que es y que ha de venir; pero hay una serie de nombres con que Él, como ese Cordero que también es León –que es una imagen que me encanta– y hay muchos nombres que podríamos mencionar rápidamente, porque yo sé que a ti te encantan los nombres de Dios y los nombres de Cristo. ¿Podrías mencionar rápidamente para ir sobre esos nombres que solo están en Apocalipsis?
Maggie: Bueno, pues están Alfa y Omega, Señor y Dios, el Todopoderoso, Hijo de Hombre, el Primero y el Último, el que vive…
Patricia:Y todos esos están solo en el capítulo 1 de Apocalipsis.
Maggie: Hijo de Dios, el Santo y el Verdadero, el Amén… O sea que Su nombre nos asegura que todo esto que nosotros estamos hablando se va a cumplir. Pero también está el Testigo fiel y verdadero, el León de la tribu de Judá –que te encanta– la raíz de David… Vemos a ese hijo de David que se va a sentar en el trono de David y que va a gobernar en la ciudad de David, la nueva Jerusalén. Su Cristo, el Cristo de Dios, Fiel y Verdadero, el Verbo de Dios, Rey de reyes, Señor de señores y Estrella de la mañana.
Es una descripción preciosa.
Patricia: Cuando veasel sol salir en la mañana, resplandeciente en cada amanecer, si tienes la oportunidad, piensa que el Señor Jesucristo es llamado Estrella de la mañana, cuando un día se levante y ya no habrá más noche sino que para siempre, para siempre reinaremos con Él.
Ya no habrá más muerte ni más dolor porque las primeras cosas, dice Apocalipsis, pasaron. Y finalmente, ese archienemigo de Dios, Satanás –que Cristo vino a destruir las obras de Satanás– y que a veces, como tú decías, pareciera que está ganando la batalla, pero nosotros sabemos que ya Cristo venció y finalmente Satanás va a ser echado en el lago que arde con fuego y azufre.
¿Podrías hablarnos un poco de estos temas?
Maggie: Bueno, como dijimos al principio, Apocalipsis es un libro algo complejo porque tiene muchos simbolismos, muchas imágenes que parecieran difíciles de entender; y que de hecho son difíciles de entender. Sin embargo, hay algo que deseamos que se mantenga en la mente, y es la idea central del libro de Apocalipsis que es la victoria final de Jesucristo sobre las huestes del mal y Su reinado eterno en la nueva creación.
Si tenemos esto en mente, la lectura y la comprensión del mismo será un poquito más fácil. No hay que intimidarse, Patricia, o frustrarse por leer acerca de los siete sellos, de los jinetes que traen hambre, la guerra, la enfermedad, la muerte, los terremotos, las estrellas cayendo del cielo, los juicios divinos anunciados por los siete ángeles con siete trompetas, y las plagas que asolan la tierra.
Patricia: Lo que es un panorama difícil y sombrío, pero conocemos el final.
Maggie: Exactamente. Entonces tampoco nos debe aterrorizar lo que abarcan los capítulos 11:15 al 18:1-24, que es la batalla entre el bien y el mal donde por un lado vemos a Satanás con sus huestes y por el otro a Jesucristo y Su ejército en una lucha campal. Tres ángeles que anuncian el juicio final y otros ángeles que recogen los efectos de dichos juicios sobre la tierra. Siete ángeles con siete copas también con más juicios. Y un ángel que le da la visión a Juan de la caída de la gran ramera, llamada Babilonia, que es la representación de esa sociedad secular que no toma en cuenta a Dios y que Dios va a destruir por eso mismo.
Esta está montada en una bestia escarlata que es la representación de esos poderes mundiales de los que hablamos al principio, que parecen estar gobernando este mundo y todos estos sistemas junto al falso profeta que es la ideología mundana, harán lucha contra el Cordero.
Patricia: Así es. Es una batalla fuerte, ya final. Pero la escritura dice en Apocalipsis 17:14 que «pelearán contra el Cordero pero el Cordero los vencerá. Porque Él es Señor de Señores y Rey de reyes, y los que están con Él son llamados elegidos y fieles».
Maggie: Hermanas ahí es que tenemos que fijarnos, en esas verdades que están muy claras. No entendemos mucho de esa simbología, pero lo que sí sabemos es que el Cordero vencerá y que la victoria está garantizada para cada una de nosotras.
Patricia: Bueno, aún nos quedan algunas cosas por ver del libro de Apocalipsis. Así que te invitamos a que nos acompañes mañana para escuchar la conclusión de esta conversación y para escuchar también algunos testimonios relacionados al Reto Mujer Verdadera 365. Y recuerda que la lectura para hoy en nuestro reto es Apocalipsis capítulos 17 al 19 y te esperamos para el próximo episodio.
Annamarie: Escudriñando la Escritura juntas, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de la Nueva Biblia de las Américas, a menos que se indique lo contrario.
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