Muestra la gloria de Dios
Débora: ¿Necesita hoy tu corazón ser puesto en perspectiva? El Pastor Chris Brooks nos ofrece una dosis saludable de verdad.
Pastor Chris Brooks: Cuando empieces a sentir que eres pequeña y que Satanás es grande, cuando los problemas de esta vida parezcan ser enormes en tu corazón y en tus ojos, y cuando lo que esté pasando en el mundo a tu alrededor parezca más grande que Jesús: ¡abre tu Biblia y recordarás la gloria de Dios y verás lo grande que Él realmente es!
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 30 de abril de 2024.
Nancy introduce nuestra enseñanza del día de hoy.
Nancy DeMoss Wolgemuth: En cada país, uno de los días más importantes es el día de las elecciones, el día en que las personas deben escoger un nuevo gobernante. Los ciudadanos procuran estudiar todos …
Débora: ¿Necesita hoy tu corazón ser puesto en perspectiva? El Pastor Chris Brooks nos ofrece una dosis saludable de verdad.
Pastor Chris Brooks: Cuando empieces a sentir que eres pequeña y que Satanás es grande, cuando los problemas de esta vida parezcan ser enormes en tu corazón y en tus ojos, y cuando lo que esté pasando en el mundo a tu alrededor parezca más grande que Jesús: ¡abre tu Biblia y recordarás la gloria de Dios y verás lo grande que Él realmente es!
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 30 de abril de 2024.
Nancy introduce nuestra enseñanza del día de hoy.
Nancy DeMoss Wolgemuth: En cada país, uno de los días más importantes es el día de las elecciones, el día en que las personas deben escoger un nuevo gobernante. Los ciudadanos procuran estudiar todos los aspectos de cada candidato al ejercer su derecho al voto. Pero, aún más importante, como decía el pastor Chris Brooks ayer, el cristiano debe tener presente que Dios es asombrosamente grande, es inelegible e intachable. ¡Su reinado es irrevocable! ¡Él es el Rey de reyes, el Señor de señores! Nuestro Dios continuará gobernando en Su trono perpetuamente.
Si no escuchaste el episodio anterior, puedes encontrarlo en la página de AvivaNuestrosCorazones.com o en la app de Aviva Nuestros Corazones. Chris es esposo, padre, autor, presentador de radio y pastor. Es un talentoso maestro y expositor de la Palabra de Dios. Estamos a punto de escuchar la segunda parte del conmovedor mensaje que dio en una de nuestras conferencias de True Woman. Escuchémoslo juntas.
Pastor Chris Brooks: Los versículos 2 y 3 de Isaías capítulo 6, aquí El Señor está en acción. Pero primero, vemos que Isaías quiere que sepamos algo acerca del Señor en el versículo 1 que sería bueno que no olvidemos, y es que Él está sentado sobre un trono. Dios no se está paseando por el cielo.
¿Alguna vez has notado que el cielo nunca está ansioso? ¿Has notado alguna vez que Dios nunca camina de un lado a otro diciendo: «¡Oh, vaya!, ¡No me esperaba eso!» ¿Alguna vez has notado que la posición de Dios en el cielo es estar sentado, porque Él está en control y conoce Su soberanía? Él conoce Su plan.
Él sabe que, aunque los hombres corran de aquí para allá y se hagan ídolos, al final se hará la voluntad de Dios. «Muchos son los planes en el corazón del hombre, más el consejo del Señor permanecerá» (Prov. 19:21). Me encanta la siguiente parte.
Isaías dice que Dios es alto y sublime, y que el borde de su manto llenaba el templo. Mira lo que dice el versículo 2,
«Por encima de Él había serafines. Cada uno tenía seis alas: con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies y con dos volaban».
¿Qué clase de Dios es este que hace que los ángeles se cubran el rostro, y nos haga conscientes de que no somos dignos de mirarle? ¿Qué clase de Dios es este que hace que los ángeles se cubran los pies y se sientan indignos en Su presencia? ¡Este es el Dios de gloria al que tú y yo servimos!
¿Puedes verlo? ¿Puedes ver lo que vio Isaías? ¿Puedes ver lo que vieron estos ángeles cubriéndose el rostro y los pies, y con las otras dos alas volaban alrededor de Su trono?
Con cada vuelta que daban, ¿qué decían? Decían estas palabras:
«Y el uno al otro daba voces, diciendo: “Santo, Santo, Santo es el Señor de los ejércitos, llena está toda la tierra de Su gloria”».
Ahora, ese «Santo, Santo, Santo» es repetitivo, pero no redundante. Esto no es un caso de vejez en el habla de parte de Isaías; él no está siendo olvidadizo cuando escribe esto.
No es que haya olvidado que escribió el primer «Santo». No, él escribe cada «Santo» con el fin de hacer un énfasis. La palabra santo significa «cortar» en hebreo,«separar, apartar». Lo que revela el paso de cada uno de estos ángeles por el trono y la imagen de Dios, es que Dios está apartado.
Para decirlo de otra forma, Dios está en una clase, en una categoría, ¡por Sí mismo! Él no solo es Santo: Él es Santo, Santo, Santo. No es solamente Santo, Santo: Él es Santo, Santo, Santo. Esta tríada de «Santos» es para ayudarnos a comprender cuán grande es nuestro Dios.
Cuando decimos: «Esta comida no solo está buena, ¡está buena, buena!». ¡Tú sabes de lo que estoy hablando ¿Has visto alguna vez a una persona rica y dices: «No son solo ricos, ¡son ricos, ricos!»?
Bueno, estos ángeles vuelan alrededor del trono y dicen: «Él no es solo santo: Él es Santo, Santo. Él no es solo Santo, Santo: Él es Santo, Santo, Santo». No hay nadie como Él. No hay un segundo lugar. Él es Dios, y no hay otro. No hay otro Dios como nuestro Dios. ¡No hay otro Salvador resucitado como el nuestro!
No hay nadie tan sabio como Él, nadie omnisciente, todopoderoso, todo amor, todo belleza. ¡Él está en una categoría única! ¡Y este es el Dios que gobierna el cielo y la tierra! Este es el Dios que gobierna en Su soberanía, meticulosamente, observando los asuntos de la humanidad y al mismo tiempo vigilando tu vida. ¡Dios conoce hasta el número de cabellos de tu cabeza! (o en mi caso, la falta de cabello). Él es Santo, Santo, Santo.
Quiero que veas lo que Isaías vio. ¿Puedes imaginarte estando de pie en el umbral, abriendo la puerta a la habitación del trono de Dios? ¿Te imaginas cuán radiante debió ser? Isaías apenas pudo mirarlo, cubriéndose los ojos, mirando por encima de su brazo, ¡viendo la radiante belleza de Dios!
Cuando tengas un destello de la gloria de Dios, no temerás lo que los chismosos tengan que decir. Cuando tengas un destello de la gloria de Dios, no temerás si Dios cumplirá o no Su promesa con respecto a tus hijos. Cuando tengas un destello de la gloria de Dios, no temerás lo que pueda decir un diagnóstico médico. ¡Porque tú sabes que tu Dios es más grande!
Y quiero que obtengas una imagen de este Dios. Quiero que obtengas una imagen de este Dios que es grande y bueno, que es todopoderoso y todo amoroso, que se preocupa por ti profundamente, que te conoce completamente, y que ha dicho de la venida de Cristo: «“Y le pondrán por nombre Emmanuel”, que traducido significa: “Dios está con nosotros”».
Dios está contigo. Él está contigo en la sala de espera. Está contigo en las lágrimas. Está contigo en el quebrantamiento, y te está susurrando al oído: «¡Pon tus ojos en Mí, porque Yo soy más grande!»
¿Has notado alguna vez que, en los espejos laterales de tu carro, a menudo ves esa pequeña nota en la parte inferior que dice: «Los objetos pueden parecer diferentes de lo que realmente son»? Pueden parecer más lejanos o más cercanos. Tienes que tener cuidado al mirar por ese espejo. Así también es la vida. Hay veces en que las cosas pueden parecer más grandes de lo que son. Pero hoy quiero recordarte que Dios es más grande que cualquier cosa que el enemigo haya enviado contra ti.
Quiero que recuerdes que Él es más grande, que Dios es más grande y que se preocupa por ti. Los cimientos del umbral se estremecieron a la voz del que clamaba. (ver v. 4) ¡Los cimientos de la casa se estremecieron ante la declaración de quién es Dios! Los cimientos de la casa se estremecieron ante la gloria del Señor.
Y así también los cimientos de nuestras vidas deben estremecerse ante la declaración de la gloria del Señor. Ahora, puede que digas, «Pastor Chris, por supuesto que los cimientos del umbral se estremecieron, porque Isaías llegó a ver esta asombrosa visión que yo nunca he visto».
Bueno, el hecho es que Dios nos ha dado Su Palabra. Y quiero que sepas que cada vez que abres la Palabra de Dios, estás obteniendo un destello de Su gloria. Si quieres ver Su gloria en toda su expresión, sumerge tu corazón en la Palabra de Dios.
Cuando empieces a sentir que eres pequeña y que Satanás es grande, cuando los problemas de la vida parezcan ser enormes en tu corazón y en tus ojos, y cuando lo que esté pasando en el mundo a tu alrededor parezca más grande que Jesús: ¡abre tu Biblia y recordarás la gloria de Dios y verás lo grande que Él realmente es!
¿Cómo impactó esta gloria a Isaías? Bueno, lo que vemos aquí es que esta gloria está en acción. Isaías nos dice en el versículo 3 que: «Llena está toda la tierra de Su gloria». Toda la tierra está llena de Su gloria. La gloria de Dios no se queda quieta. La gloria de Dios se mueve, ¿y sabes cómo se mueve la gloria de Dios?
Se mueve en este momento, en este tiempo, a través de ti y a través de mí. En el capítulo 17 de Juan, vemos que la oración de Jesús revela a Jesús diciendo: «La gloria que me diste les he dado» (v. 22). Ahora nosotros somos portadores de la gloria de Jesús al ir y declarar al mundo la salvación que se encuentra solo en Cristo. Al celebrar al Señor resucitado y al Cordero resucitado, al presentarnos ante un mundo que nos observa y al declarar que Jesús es el Señor y que Él es fiel, ¡estamos declarando y expandiendo la gloria de Jesús!
Cuando salgas de este lugar, ¡estás llevando la gloria de Dios contigo! Cuando abrazas la Palabra de Dios en tu vida, estás abrazando la gloria de Dios en tu corazón. Cuando la compartes, se expande. Yo quiero que no solo veas la gloria de Dios, ¡quiero que muestres Su gloria!
Quiero que vuelvas a tu casa y muestres Su gloria. Quiero que vayas a tu trabajo y muestres la gloria de Dios. Quiero que vayas a las naciones y muestres la gloria de Dios mientras esta promesa de Dios se cumple ante nuestros ojos.
Isaías presenta una pregunta, y creo que es la pregunta de este momento. Es una pregunta con la que ciertamente cada uno de nosotros debe enfrentarse. Esta es la pregunta: versículo 8, «Y oí la voz del Señor que decía: “¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros?”».
«¿Quién irá por nosotros?» Esta es la pregunta del Cielo. Si el Cielo gobierna, ¿irás tú? Si el Cielo gobierna, ¿llevarás Su Palabra, Su gloria y Sus promesas de regreso a casa contigo? Si el Cielo gobierna, ¿te mantendrás en Su verdad a pesar de la presión aplastante de una cultura que es anticristiana? ¿Declararás que Su Palabra es verdad?
Si el Cielo gobierna, ¿volverás a tu trabajo creyendo que el Cielo gobierna? ¿Dirás «sí» para ir a las naciones a difundir la Palabra y la gloria de Dios? Si el Cielo gobierna, la pregunta en este momento es: «¿Quién irá por nosotros?»
Me gusta la respuesta rápida y ágil de Isaías. «Aquí estoy. . .» Isaías no esperó. No llamó a un amigo. No tuvo que enviar mensajes de texto, no tuvo que buscar consejo externo. Isaías sabía esto: que si Dios es quien dice ser, solo hay una respuesta a la oferta de salvación. Si Dios es quien dice ser, solo hay una respuesta a Su requerimiento de nuestra obediencia.
- Si Él es Rey de todo, entonces la única respuesta apropiada del corazón humano es inclinarse ante Su presencia.
- Si Él es el Señor de todo, la única respuesta apropiada es que le entreguemos nuestra lealtad.
- Si Él es el Salvador que vino a morir por los pecados del mundo, la única respuesta apropiada es que digamos: «Señor, ¡sálvame y límpiame!»
Y quizás estás aquí hoy y has estado debatiendo en tu corazón si debes seguir a este Jesús. Permíteme explicarte que este Jesús demanda nuestra lealtad; el Señor de gloria requiere nuestra obediencia. Seríamos necios si buscáramos cualquier otra cosa. ¡Si Jesús ha resucitado de entre los muertos, entonces todo lo demás en la vida es una simple nota al pie de página!
Obedece a Dios y deja que Él se encargue de todo lo demás. Confía en que el Cielo gobierna, y observa a Dios desplegar Su gloria en tu vida. Que este día sea la diferencia. Que este día, sea el día en el que declares como Isaías declaró con osadía y seguridad: «¡Heme aquí, envíame a mí!»
¿Hay alguien escuchando hoy que diga con un corazón alegre: «Heme aquí, Señor, envíame a mí»? Aquí estoy, Señor, iré por Ti. Estoy aquí para serte fiel. Soy Tu sierva, dispuesta a hacer Tu voluntad con gozo».
Isaías fue. Si tuviéramos tiempo, podríamos leer el resto de la historia, y sabríamos que Dios le encomendó una tarea difícil. ¿Y cuál era esa tarea difícil?: declarar la verdad a una nación de corazón duro que no quería escuchar. Esto es lo que significa para ti y para mí estar en una misión por Jesús. Cada uno de nosotros es un misionero.
Yo solía pensar que un misionero era una de esas personas medio raras que prefieren vivir en el extranjero y no en la comodidad de su hogar, donde hay un McDonald’s a la vuelta de la esquina. Eso es lo que yo solía pensar. Pero ahora me doy cuenta de que cada uno de nosotros somos misioneros. Todos somos llamados a una persona, a un pueblo, a una generación.
Amada hermana, ¡este es tu momento! Y si tú no lo sabes, ¡el enemigo sí! Lo que él ha intentado hacer por todos los medios es distraerte y desanimarte para apartarte de la misión. ¡Lo que Isaías descubre cuando experimenta la gloria de Dios es su misión en la vida!
Lo que descubrirás cuando contemples la gloria de Dios es tu misión en la vida. Lo que el enemigo quiere hacer es robarte ese propósito y robarte esa misión. Pero que este sea el día en el que recuerdes y hagas la declaración: «¡Heme aquí, Señor, envíame a mí! No daré marcha atrás. No volveré atrás. Si el Cielo gobierna, mi Dios está conmigo. Y si Dios está conmigo, Él es más grande que el mundo en contra de mí». ¿Cuántas creen que es así?
Nancy: ¡Amén! Ese fue el Pastor Chris Brooks, quien habló en una conferencia de True Woman. Su mensaje se titula «Encuentra tu propósito en el gobierno del Cielo». Es un mensaje que sé que me gustaría volver a escuchar. Si a ti también te gustaría, puedes hacerlo en la aplicación de Aviva Nuestros Corazones, o en AvivaNuestrosCorazones.com.
Ahora, por las grandes y abrumadoras necesidades que experimentamos en nuestro país en este momento y también en todo el mundo, le pedimos a nuestra querida amiga Blair Linne que nos dirija en un clamor al Señor.
Pero antes de orar, si es posible, ¿podrías dejar de hacer lo que estás haciendo en este momento? Y si tus hijos están contigo, pídeles que se unan a ti y dediquemos los próximos minutos a orar juntas. No quiero que llegues tarde al trabajo si estás conduciendo, pero si el tiempo te lo permite, puedes incluso parar a un lado de la carretera para orar con nosotras. Si estás en casa, deja la ropa que estás doblando, los platos pueden esperar, o lo que sea que estés haciendo. ¿Podrías centrar la atención de tu corazón, incluso arrodillarte, mientras oramos juntas? Aquí está Blair Linne para guiarnos en oración.
Blair Linne: Padre Celestial, venimos ante Ti en este momento. Te agradecemos porque Tú eres Dios. Tú eres bueno. Tú gobiernas. Tú estás en control de todas las cosas. Te damos la alabanza porque Tú, en Tu gracia, nos regalaste la oportunidad de conocerte personalmente a través de Tu Hijo, Jesús.
Te damos gracias, Señor, por el preeminente Cristo, nuestro Mesías, que voluntariamente se hizo carne y vino aquí para redimirnos a través de Su preciosa sangre derramada en la cruz. Te damos gracias, Señor, porque Él voluntariamente fue al Calvario. Te damos gracias porque, aunque fue a la tumba, al tercer día resucitó. Y resucitó con todo poder en Sus manos. Resucitó y ascendió a Tu diestra. Te damos gracias, Señor, porque Él regresará.
Alabamos Tu nombre porque nos has concedido la posibilidad de estar unidas a Cristo, porque no somos nuestras, porque hemos sido compradas con un precio muy valioso. Ya no somos nosotras, sino Cristo quien vive en nosotras. Ahora estamos llenas de Tu Espíritu. Podemos morir a nuestra carne, vivir para Dios y revestirnos de esta nueva naturaleza que Tú has comprado para nosotras. Por eso, te agradecemos que ahora somos parte de Tu pueblo. Tu Palabra dice que antes no éramos Tu pueblo, pero ahora somos el pueblo de Dios, y Tú escuchas las oraciones de Tu pueblo. Tú escuchas nuestro clamor; Tú escuchas nuestras peticiones.
Señor, estamos orando, estamos intercediendo por nuestra nación. Oramos por los líderes de nuestra nación. Padre, oramos por aquellos que nos gobiernan. Te pedimos que tengas misericordia de nuestra nación. Te pedimos que vuelvas nuestros corazones hacia Ti. Te pedimos que vuelvas a nuestros líderes hacia Ti. Sabemos que el corazón del rey está en Tu mano. Separadas de Ti, nada podemos hacer. No hay bondad fuera de Ti. Te pedimos que le des a los líderes la convicción de que te necesitan.
Oro por nuestras iglesias. Oro por los pastores de las iglesias de todo el país. Te pido que les des sobriedad, que les des seriedad y estén enfocados en Ti y en Tu Palabra. Que se levanten bajo la autoridad de Tu Palabra. Que se sometan a Tu Palabra, y que permitan que la Palabra salga con poder de cada púlpito en nuestra nación y que eso tenga un efecto transformador en los miembros de todas esas iglesias. Te pedimos que nos protejas de las falsas enseñanzas, que nos protejas de poner nuestra esperanza en el hombre, de poner nuestra esperanza en las cosas materiales. Ayuda a las iglesias a edificar un tesoro eterno.
Señor, te pedimos por las familias. Oro por los padres. Oro para que los padres no solo vuelvan a sus hogares, sino que se vuelvan a Ti, que dirijan sus hogares, y sean un ejemplo e inviertan en sus esposas e hijos, y que eso tenga un efecto transformador. Señor, oramos por nuestros hijos. Oramos por la familia que está siendo atacada. Te pido que tengas misericordia; que ayudes a la familia a ser luz.
Oro por los hijos. He visto que muchas mujeres jóvenes se han apartado de la fe. Hay más mujeres diciendo que te rechazan. Te pido, Padre, que tengas misericordia; que vuelvas los corazones de los hijos hacia Ti; que los ministres, y que entiendan Tu evangelio, y lo mucho que necesitan un Salvador. Oro para que eso transforme sus corazones y transforme nuestro mundo.
Señor, te rogamos que nos libres de la confusión. Ayúdanos a aferrarnos a la verdad. Ayúdanos a aferrarnos a la verdad objetiva. Oro por cualquier confusión que esté ocurriendo. Protégenos de Satanás y sus artimañas, y ayúdanos a ponernos toda la armadura de Dios para que podamos resistir las asechanzas del enemigo. Ayúdanos, oh Dios; ¡Te necesitamos! No podemos hacer nada sin Ti. Sabemos que a menos que Tú hagas la obra, Señor, no podemos hacer nada. Haz Tu voluntad; ten piedad de nosotras. Clamamos, Señor, y te decimos que Te necesitamos. Dios, te necesitamos.
Señor, danos un corazón de arrepentimiento, un corazón de avivamiento, un corazón que te busque por encima de todo en nuestras vidas. Libéranos de las distracciones, de todos los mensajes de las redes sociales, de todas las opiniones. Señor, libéranos. Ayúdanos a aferrarnos a la verdad. Señor, te necesitamos, ¡te necesitamos!
Sé Tú el que satisface nuestros corazones, Señor. Nuestros corazones están tan tibios. Libéranos de la mundanalidad. Libéranos. Purifícanos. Ayúdanos a recordar que somos extranjeras, que este mundo no es nuestro hogar. Ayúdanos, Señor. En el nombre de Jesús, amén.
Débora: Invitándote a encontrar tu misión en el gobierno del Cielo, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de la Nueva Biblia de Las Américas, a menos que se indique lo contrario.
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