Más que orar: «La oración del pecador»
Débora: En una ocasión, una mujer le pidió a Richard Owen Roberts que orara para que su hija fuera liberada de la cárcel. Así que él le preguntó:
Richard Owen Roberts: Bueno, ¿por qué está ella en la cárcel?
Ella dijo: «Oh, fue arrestada por cargos de prostitución y drogas».
«No», le dije: «No voy a orar para que su hija sea puesta en libertad. Si yo fuera a orar por su hija, oraría para que nazca de nuevo».
Dijo: «¡Oh, no hay necesidad de orar por eso! Ella nació de nuevo cuando era una niña».
«No», le dije. «Si hubiera nacido de nuevo, ella no fuera una prostituta. Y no estaría distribuyendo drogas».
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 23 de agosto de 2024.
Durante los últimos episodios hemos estado escuchando de Richard Owen Roberts, quien ha …
Débora: En una ocasión, una mujer le pidió a Richard Owen Roberts que orara para que su hija fuera liberada de la cárcel. Así que él le preguntó:
Richard Owen Roberts: Bueno, ¿por qué está ella en la cárcel?
Ella dijo: «Oh, fue arrestada por cargos de prostitución y drogas».
«No», le dije: «No voy a orar para que su hija sea puesta en libertad. Si yo fuera a orar por su hija, oraría para que nazca de nuevo».
Dijo: «¡Oh, no hay necesidad de orar por eso! Ella nació de nuevo cuando era una niña».
«No», le dije. «Si hubiera nacido de nuevo, ella no fuera una prostituta. Y no estaría distribuyendo drogas».
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 23 de agosto de 2024.
Durante los últimos episodios hemos estado escuchando de Richard Owen Roberts, quien ha estudiado el tema del avivamiento por años. En el primer episodio de esta serie, nos mostró por qué la santidad es una marca de un avivamiento genuino. El día de ayer, él y Nancy hablaron sobre la regeneración, que es el proceso por el que alguien pasa cuando se convierte en una nueva criatura en Cristo.
Hoy retomamos la conversación para hablar sobre lo siguiente: Muchas personas piensan que han nacido de nuevo, pero necesitan evaluar sus corazones.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Creo que algunas de nuestras oyentes pueden estar un poco confundidas en este momento pensando: «Bueno, siempre he asumido que soy cristiana. Hice una oración cuando tenía cuatro años de edad, o me uní a una iglesia local y caminé por un pasillo (cualquiera que sea la forma en que lo hacen en tu iglesia). Supuse que era cristiana, pero ahora están haciendo que me cuestione. ¿Podría estar engañada? ¿Realmente he sido regenerada?»
Quiero que hablemos con esta persona y la ayudemos a caminar a través de un proceso, para determinar si realmente ha nacido de nuevo, del Espíritu.
Sr. Roberts: Sí, y volvamos al tema de la santidad. Una persona que ha nacido de Dios tiene el entendimiento de que Dios es santo y de que todos Sus hijos son santos como Él es santo. Existe una atracción, una belleza, un anhelo por la santidad.
No me refiero a que todo el que ha nacido de nuevo es perfecto. No tiene nada que ver con perfección. Estoy hablando del deseo, el anhelo, el control de la santidad sobre la vida. Aquel que es nacido de Dios tiene que sujetarse a la santidad. Puede pecar terriblemente, puede caer con frecuencia, pero cada vez. . . «¡Oh! Si pudiera ser como Cristo. ¡Oh! Ser santo. ¡Oh! Tener esa conciencia constante de la belleza de la santidad y caminar en ella».
Por lo tanto, si no estás clara sobre lo que se ha dicho: «¿Soy realmente cristiana?», hazte la pregunta: ¿Cuál es la imagen más atractiva, lo más glorioso que puedas imaginarte? ¿Es eso? ¿Ser como Cristo?
Recuerda lo que dice Hebreos 11 acerca de Enoc. Enoc caminó con Dios. ¿Por cuánto tiempo caminó Enoc con Dios? Bueno, dicen las Escrituras que trescientos años. Imagínate caminando con Dios por trescientos días. Y que en cualquiera de esos días, el Señor pudiera decir: «Tú estás ahora más cerca de mi casa que de la tuya. Ven a casa conmigo».
No sabemos qué sucedió en el caso de Enoc, pero cuando estamos tratando de explicarle a un niño pequeño lo que podría haber sucedido, esto es lo que le decimos.
Bueno, verás, Dios y Enoc estaban dando un largo paseo y se fueron tan lejos que el Señor le dijo: «Enoc, ¿por qué simplemente no vienes ahora a casa conmigo?»
¿No sería maravilloso vivir de tal manera que cualquier día de todos tus años, el Señor pudiera decirnos: «Simplemente ven ahora conmigo. Ya que hemos estado caminando juntos por tanto tiempo».
Y si ese es el deseo ardiente de tu corazón, si eso es lo que realmente eres, una persona que se deleita en caminar en la belleza de la santidad, entonces tienes razones para creer que has nacido del Espíritu de Dios.
Si encuentras la santidad aburrida, una carga, desagradable, entonces tienes razones serias para dudar de que alguna vez hayas nacido de Dios.
Nancy: Si alguien se está preguntando o está siendo convicta por el Espíritu, quizás ha profesado algo que en realidad no posee. Es una persona religiosa, pero nunca ha nacido del Espíritu de Dios. ¿Qué debe hacer?
Sr. Roberts: ¿Qué debe hacer? Si observas cuidadosamente en Juan 3, yo había indicado que uno podría pasar mucho tiempo hablando de esto, pero Nicodemo viene y testifica de Cristo, que es consciente de que nadie podría hacer los milagros que Cristo está haciendo si Dios no estuviera con Él. Ahora, una razón por la que malinterpretamos esto es porque no somos capaces de ver la conexión entre el capítulo 2 y el capítulo 3 de Juan.
Si al abrir la Biblia leyeras los últimos tres versículos del capítulo 2, verías que en esos tres versículos dice que un número significativo de personas le hablaron a Cristo y le dijeron que creían en Él porque vieron los milagros que Él hacía. Pero, por su parte, Cristo no se fiaba de ellos, porque Él sabía lo que había en sus corazones, y Él no necesitaba que nadie testificara sobre Él.
Ahora bien, es impensable que pasemos al capítulo 3 y que Cristo acepte la declaración de un individuo solitario que era precisamente la misma declaración que él había rechazado de parte de una multitud. Así que cuando Nicodemo viene y dice: «Yo creo que vienes de Dios. Estoy seguro de que esta serie de milagros que Tú has estado haciendo tienen que ser a causa de tu relación con Dios».
Jesús le dijo: «El que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios» (v. 3). Y poco después, «El que no nace del agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios» (ver v. 5). Ahora muchas personas que leen Juan 3, piensan que es un pasaje glorioso acerca de un hombre que nació de nuevo, pero la verdad del asunto es que Cristo termina la entrevista diciendo: «Si os he hablado de las cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os hablo de las celestiales?» (v. 12).
Es la historia trágica de uno que pensó que creyó por lo que vio. La profunda lección del pasaje es que la fe no viene por la vista, sino por el oír. Así que volviendo a tu pregunta, supongamos que alguien se enfrenta al hecho de que nunca ha nacido de nuevo. ¿Qué esperanza hay para esa persona? ¿Qué puede hacer?
La fe viene por el oír, y el oír por la Palabra de Dios. Saca tu Biblia y dile a tu corazón: «Yo voy a seguir con esto hasta que sea evidente. Voy a conocer la mente del Espíritu. Voy a dejar que Dios me hable y sea testimonio de mi perdición o testimonio de mi salvación. No dependeré de algo que hice o nada que alguien haya dicho. Voy a dejar a Dios resolver este asunto».
Y si profundizas en Su Palabra, sabrás si has nacido de nuevo o no. Es un tema crucial. Sería muy imprudente simplemente encogerse de hombros o decir: «Me ocuparé de eso más tarde». ¿Por qué no dispones tu corazón ahora para estar absolutamente segura, y hazlo con el entendimiento de que es la Palabra de Dios la que nos guía a la regeneración?
Que en la medida en que la Palabra de Dios se abre paso a través del corazón, Dios trae vida a través de Su Palabra.
Nancy: Y tú puedes ser alguien cuyo corazón Dios esté traspasando hoy, y Él te está llamando por el poder de Su Espíritu. Él te hizo sintonizar este programa hoy o conectarte a internet, y esto no es lo que estabas esperando, pero el Espíritu de Dios está hablándote hoy. Y podría simplemente añadir mi voz para decirte: ¡No demores! El Espíritu está llamando a tu corazón. Respóndele. Di: «Señor, quiero saber». Entra en Su Palabra. Deja que Él te dé la fe.
Quizás digas: «¿Estás tratando de hacerme pensar que podría no ser cristiana?» Escucha, si no eres realmente cristiana, eso es exactamente lo que yo quiero que pienses. Eso es de lo que el Señor quiere convencerte. Sería un gran pecado y un delito contra ti si yo te dijera: «Simplemente continúa sintiéndote bien y piensa que estás bien, si de hecho, realmente no estás bien».
Dios ha hablado a muchos corazones hoy, y oro para que tú estés dentro de las que responden a Él, si Él está trayendo convicción a tu corazón sobre este asunto de la verdadera regeneración, la verdadera salvación.
Sr. Roberts, ¿cree que si experimentáramos un verdadero movimiento de avivamiento en nuestros días habría gran cantidad de personas en nuestras iglesias que se darían cuenta de que nunca han nacido de nuevo?
Sr. Roberts: Por supuesto.
Nancy: ¿Y quién vendría a la verdadera fe en Cristo?
Sr. Roberts: No creo que las estimaciones que escucho estén lejos. Estoy seguro de que hay iglesias, algunas de las grandes iglesias, donde al menos el setenta por ciento no son regenerados.
Nancy: Pero no se dan cuenta.
Sr. Roberts: Y no se dan cuenta. Cuando hay un profundo movimiento del Espíritu de Dios en avivamiento, espero que millones se den cuenta de que nunca han nacido de Dios.
Nancy: Usted y yo estábamos hablando más temprano en el día de hoy sobre un caballero que conocí recientemente, pero que usted conoce desde hace un par de años, que tuvo una experiencia similar. Por favor cuéntenos la historia. Mike es su primer nombre.
Sr. Roberts: Este hombre era muy activo en su iglesia. Básicamente joven, casado y de mediana edad. Supuso siempre que como resultado de algo que había hecho cuando era niño, él era cristiano. Viviendo siempre en pecado, no hubo un momento en que aparentemente él no estuviera involucrado en alguna conducta lamentable. Y de repente el Espíritu de Dios se apoderó de su corazón, y se dio cuenta de su perdición y verdaderamente nació del Espíritu de Dios. Él se transformó radicalmente y ahora está profundamente avivado y se motivó a tratar de ayudar a tantos otros que como él están en la iglesia, pero perdidos.
Por supuesto, tenemos todo tipo de historias. Después de que mi libro sobre el arrepentimiento se publicó, una joven que conocíamos desde hace algún tiempo llegó a mi oficina un día y me preguntó si me acordaba de quién era su hermano, y ciertamente lo recordé. Ella me dijo: «Acabo de descubrir que mi hermano ha estado viviendo en adulterio. ¿Puede pensar en alguna manera en la que se le pueda ayudar?»
Después de un momento pensé: «Bueno, yo sé que no le agrado, pero él me respeta», y creo que esto no es poco común. No le agradamos a la gente, y sin embargo saben que sabemos que lo que estamos diciendo es la verdad. Así que le dije a ella: «¿Si yo le dedicara un libro a tu hermano sobre el arrepentimiento y tú se lo llevaras y le pidieras que lo leyera, ¿crees que lo haría?»
Nancy: Ahora para nuestras oyentes que no están familiarizadas con este libro, ¿cuántas páginas tiene este tomo?
Sr. Roberts: Bueno, lo he olvidado, pero aproximadamente unas trescientas páginas.
Nancy: Es un libro grande, de letras pequeñas. Tendría que ser el Espíritu de Dios el que consiguiera que alguien quisiera leer este libro.
Sr. Roberts: Así que ella tomó el libro y se lo dio a su hermano. Tras el paso de un tiempo relativamente breve, este hombre me llamó y me dijo: «¿Podría ir a hablar con usted?» Y vino. Me dijo: «He leído el libro tres veces. Y acepté a Cristo cuando era niño. Mi padre era pastor. Mi padre me aseguró que yo era cristiano. Yo nunca viví de otra manera que no fuera en pecado, hasta el cuello en pecado».
Nancy: Así que eso es lo que usted llama regeneración decisional.
Sr. Roberts: Sí, sí. Así que dijo: «Sabes, yo fui quien le hizo pasar por momentos difíciles en nuestra iglesia».
Él me dijo: «He venido primero para agradecerle por el libro, agradecerle por usar a mi hermana para dármelo y para decirle que he nacido de nuevo como resultado de la lectura. Y luego para pedirle que me perdone por el mal rato que le he dado». Naturalmente yo estuve encantado de hacerlo.
Pero tomo esos dos ejemplos, solo como muestras de millones de historias similares a esa, donde alguien ha sido engañado. Estoy pensando también en una mujer que se me acercó un día y me dijo: «¿Pudiera, por favor, orar por mi hija?» Le pregunté: «¿qué pasa, qué deseas que ore por tu hija?», y ella me dijo: «Ella está en la cárcel. Quiero que ore para que ella sea puesta en libertad».
«Bueno, ¿y por qué está ella en prisión?»
Ella dijo: «Oh, fue arrestada por cargos de prostitución y drogas».
«No», le dije: «No voy a orar para que tu hija sea puesta en libertad. Si orara por tu hija, oraría para que nazca de nuevo».
Dijo: «¡Oh, no hay necesidad de orar por eso. Ella nació de nuevo cuando era una niña.
«No», le dije. «Si hubiera nacido de nuevo, ella no sería una prostituta. Y no estaría traficando drogas».
Dijo: «Bueno, ¡ella sin duda lo era! Yo estuve allí. Ella oró sobre sus rodillas. Yo sé que es cristiana».
Finalmente tuve que decirle: «Mi querida señora, el peor problema que tiene su hija es una madre que no sabe la diferencia entre la verdad y lo falso. Necesita orar para que usted misma tenga una comprensión de lo que es el cristianismo, y su hija nazca de nuevo». Ella se marchó, incomoda, al parecer.
Nancy: Esta es una palabra muy importante para los padres. Tenemos una gran cantidad de madres que escuchan Aviva Nuestros Corazones que correctamente anhelan y oran para que sus hijos vengan a la verdadera fe en Cristo. Pero solo una palabra de advertencia: sean cuidadosas de no dar seguridad de salvación sobre la base de una oración que se hizo o una decisión que se tomó, hasta que haya evidencias de que el Espíritu de Dios ha hecho la obra de convicción de pecado, justicia y juicio. No quiere decir que los niños no puedan nacer de nuevo, realmente. Yo lo hice; usted lo hizo, pero espera hasta que haya evidencias de que es una obra del Espíritu de Dios.
Sr. Roberts: Sí. Los niños no necesitan la seguridad de los padres, ellos necesitan la seguridad del Espíritu Santo a través de la Palabra. Un padre que pone un gran énfasis en una decisión infantil no está actuando como un padre sabio. Cuando yo era jovencito, decidí que iba a convertirme en recolector de basura. Le dije a mis padres que iba a ser un recolector de basura en la vida. . .
Nancy: Usted tomó esa decisión.
Sr. Roberts: Tomé una decisión, pero los niños toman toda clase de decisiones que ningún padre sensato le confirmaría a ese niño en la edad adulta y le diría: «Pero tú tomaste una decisión». Y ¿por qué debemos inculcar en ellos que son cristianos por algo que hicieron cuando eran niños, cuando no hubo seguimiento, ni hay evidencia en su vida.
Nancy: Quiero que quede claro que no estamos diciendo que los niños no pueden verdaderamente nacer de nuevo, pero queremos ver la evidencia de que es una obra del Espíritu.
Sr. Roberts: Es hermoso conocer a una persona, y yo con frecuencia lo hago, que me dice haber respondido a Cristo, a veces tan solo a los tres o cuatro años de edad. Entonces, el testimonio de sus vidas es que han vivido por Cristo desde siempre y la evidencia es clara. Así que nos regocijamos en la realidad de la conversión en la infancia y nos afligimos por los que han sido engañados.
Nancy: Así es. Señor Roberts, me pregunto si usted podría cerrar nuestro programa de hoy orando por los oyentes cuyos corazones han sido convencidos por el Espíritu de Dios, en la medida en que nosotros hemos estado hablando, y no están seguros, o existe la convicción de que nunca han nacido realmente de nuevo. ¿Podría orar para que el Espíritu de Dios obre en sus corazones y los lleve a la fe verdadera?
Sr. Roberts: Oremos: Señor, nuestros corazones están cargados por esa increíble multitud que ha sido engañada. Suplicamos incluso ahora que por Tu gracia, intervengas y les aclares estos asuntos. Oro para que cualquier adulto que escucha, que dependa de algo que hizo por su salvación, abandone sus actos, sus decisiones, y que pueda ser bendecido con lo que Tú haces para darle la vida eterna.
Si necesitan seguirte en la búsqueda de Tu rostro, concédeles la gracia de derramar su corazón y alma en buscarte a Ti hasta que efectivamente te encuentren. . . Haz una obra de gracia en sus corazones oramos por Jesucristo nuestro Señor, Amén.
Débora: Amén. Richard Owen Roberts ha estado hablando con Nancy DeMoss Wolgemuth sobre lo que significa conocer a Cristo personalmente, a través de una fe genuina. Ellos regresarán con nosotras en un momento.
Si nunca le has rendido tu vida a Cristo, y entiendes que Él te está atrayendo hacia Él, acércate en arrepentimiento y fe. Para conocer más sobre lo que hemos estado hablando y sobre el evangelio de Jesucristo, visítanos en nuestro sitio web, AvivaNuestrosCorazones.com. Allí encontrarás recursos por tema, Escritura o autor.
A lo largo de esta serie, Richard Owen Roberts nos ha explicado que la santidad es una marca del avivamiento genuino. Ahora, él regresa con nosotras para contarle a Nancy una historia de un hombre que al abrazar la santidad, Dios avivó su corazón.
Sr. Roberts: Un tiempo atrás, un hombre se acercó a mí después de un servicio y se metió la mano en el bolsillo interior de la chaqueta, sacó un sobre y me lo entregó. Me pidió que por favor leyera esto. Lo leí. Era un recibo por cien dólares escrito por un veterinario en otra ciudad a unas cuatrocientas millas de distancia y fechado ese día. Le pregunté cuál era el significado de esto.
Él respondió: «Estuve aquí ayer por la noche y le escuché hablar sobre vindicar un error. Me dije a mí mismo: “Yo no voy a dejar que ese viejo se meta debajo de mi piel”. Me fui a casa derecho a la cama, decidido a simplemente desechar lo que había dicho.
Daba vueltas en la cama y finalmente después de la medianoche me rendí. Me levanté, me vestí y manejé cuatrocientas millas. Entré en la oficina de un hombre para el cual solía trabajar. Por cierto, yo soy veterinario ahora en la ciudad donde vivo. Entré y comencé a llorar. Le dije a él: “Cuando yo trabajaba para usted, hace veinte años, alguien me pagó con un billete de veinticinco dólares en efectivo. Puse el dinero en mi bolsillo. He venido a corregir un error; aquí hay cien dólares”».
Nancy: ¡Veinte años después!
Sr. Roberts: Él dijo: «He profesado ser cristiano durante estos veinte años, y nunca he tenido un solo día de gozo o victoria hasta hoy». Y dijo: «Yo llegué allí a primera hora de la mañana y me apresuré para estar de vuelta esta noche. He estado cantando y alabando al Señor todo el día. Tengo un nuevo comienzo».
Nancy: «Cuando el Señor hizo volver a los cautivos de Sion, éramos como los que sueñan. Entonces nuestra boca se llenó de risa, y nues tralengua de gritos de alegría; entonces dijeron entre las naciones: Grandes cosas ha hecho el Señor con ellos» (Sal. 126:1-2).
Sr. Roberts: Amén.
Nancy: El Señor ha hecho grandes cosas por nosotros y estamos felices. El Salmo 126, es un gran cántico de avivamiento, y vemos esa conexión entre la presencia de Dios y la alegría que viene. Sr. Roberts, muchas gracias por dar de usted mismo en estos últimos días para darnos destellos del verdadero significado del avivamiento, de cómo luce hoy y de cómo lucía en el pasado. Mi oración es que, como resultado de las cosas que ha compartido en estos últimos días, Dios ponga una carga más profunda en el corazón de muchas de nuestras oyentes para convertirse en parte de ese remanente de oración hasta que Dios realmente rasgue los cielos y descienda en un verdadero avivamiento.
Sr. Roberts: Sí, ciertamente rogamos que así sea.
Débora: Con esto concluimos la serie titulada, «Cuando Dios aviva un corazón». A lo largo de los últimos tres episodios, Nancy DeMoss Wolgemuth y Richard Owen Roberts, han descrito las marcas de un verdadero avivamiento. Si te perdiste cualquiera de los episodios anteriores, escúchalo o lee la transcripción en nuestra página web, AvivaNuestrosCorazones.com.
Y, ¿sabes? Dios está en el negocio de transformarnos, dándonos nuevos comienzos, y haciéndonos a la imagen de Jesús. La próxima semana en Aviva Nuestros Corazones, escucharemos algunas historias hermosas de redención y gracia, de cómo Dios ha estado obrando en las vidas de algunas de sus hijas. Estoy segura de que no te las querrás perder. ¡Te esperamos!
Llamándote a un avivamiento genuino, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
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