Mamá: Jesús, el Señor, intercede por ti.
Dannah Gresh: Cuando Jesús oró por nosotros, pidió que fuéramos santificados por la Palabra de Dios. Aquí está Kristen Wetherell.
Kristen Wetherell: Cuando estás anclada en la verdad no vas a ser sacudida por ningún viento de mala doctrina. No vas a ser engañada por lo que el mundo dice que es «tu verdad». ¡Tú tienes la verdad de Dios!
Dannah: Hoy Kristen quiere que como madres apliquemos a nuestras vidas esta gloriosa verdad.
Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth, coautora de En la quietud de Su presencia, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 19 de diciembre de 2023.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Hoy estamos a punto de escuchar cómo las oraciones de Jesús pueden moldear nuestras oraciones. Pero primero quiero volver a presentar a nuestra invitada Kristen Wetherell. Kristen es esposa, madre y colaboradora regular de varios blogs, incluyendo el de …
Dannah Gresh: Cuando Jesús oró por nosotros, pidió que fuéramos santificados por la Palabra de Dios. Aquí está Kristen Wetherell.
Kristen Wetherell: Cuando estás anclada en la verdad no vas a ser sacudida por ningún viento de mala doctrina. No vas a ser engañada por lo que el mundo dice que es «tu verdad». ¡Tú tienes la verdad de Dios!
Dannah: Hoy Kristen quiere que como madres apliquemos a nuestras vidas esta gloriosa verdad.
Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth, coautora de En la quietud de Su presencia, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 19 de diciembre de 2023.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Hoy estamos a punto de escuchar cómo las oraciones de Jesús pueden moldear nuestras oraciones. Pero primero quiero volver a presentar a nuestra invitada Kristen Wetherell. Kristen es esposa, madre y colaboradora regular de varios blogs, incluyendo el de Revive Our Hearts.
Ella es autora de varios libros, el más reciente de ellos es un libro titulado Humble Moms (Madres humildes en español). Me encantan el título y el subtítulo porque hablan de cómo la obra de Cristo sostiene el trabajo de la maternidad. Ojalá se me hubiera ocurrido a mí. Es tan cierto que la obra de Cristo sostiene cualquier trabajo que estemos llamadas a hacer, si nuestros corazones son humildes.
Así que, si tu corazón se ha enfriado respecto a lo maravilloso que es ser madre, Kristen está aquí hoy para ayudarte a apartar los ojos de ti misma y ponerlos en Jesús. Aquí está Dannah Gresh en una conversación que tuvo hace un tiempo con Kristen Wetherell.
Dannah: Kristen, ¡bienvenida! Estoy muy contenta de tenerte de nuevo hoy en Aviva Nuestros Corazones.
Kristen: ¡Muchas gracias! Disfruté nuestra conversación de ayer.
Dannah: Tuvimos una conversación muy buena, y no he dejado de pensar en tu comentario de que Jesús nos sirve. ¡Qué pensamiento tan santo y humilde que el Rey de reyes, el Admirable Consejero, el Príncipe de Paz, nuestro Salvador, nuestro Redentor, nos sirva!
Así que quiero comenzar con una pregunta: ¿Cómo nos sirve Jesús hoy como madres?
Kristen: Bueno, esa es una muy buena pregunta porque vemos toda la obra que Él hizo mientras estaba en la tierra durante Su ministerio terrenal. Pero ¿qué está haciendo Jesús ahora? Esa es una pregunta que nuestro pastor planteó en un momento, durante una de sus series en la iglesia. Eso me llamó la atención y pensé: ¿Qué está haciendo Jesús ahora mismo?
Conocemos el ministerio del Espíritu Santo, la persona del Espíritu Santo, pero, ¿qué hay de la persona del Hijo? ¿A dónde fue después de resucitar y qué hace? Y me encanta el capítulo 17 de Juan: Jesús está a punto de ser crucificado, pero está en el aposento alto teniendo un íntimo momento, la comunión final con sus discípulos, y termina orando por ellos.
Gran parte de Su oración es una visión de lo que Él está haciendo ahora mismo a la diestra del Padre. Romanos dice que Él está intercediendo por nosotros. Esa es una gran palabra bíblica, pero básicamente significa que Jesús está a nuestro favor, e incluso ahora mismo en el cielo, está interviniendo a nuestro favor ante el Padre. Eso significa que Él está orando por nosotras.
Dannah: Kristen lo que acabas de decir es un maravilloso pensamiento.
Kristen: En una ocasión también escuché a mi pastor decir: «imagina que pudieras escuchar a Jesús orando por ti en la habitación de al lado. ¿Eso no te fortalecería?» ¡Me encantó eso!, así que creo que tenemos una maravillosa visión de Su ministerio.
Dannah: Abramos nuestras biblias en Juan 17, y leamos un poco de eso porque es algo muy hermoso. En los primeros versículos Jesús está claramente orando por los discípulos. En el versículo 9 dice:
«Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me has dado (los creyentes); porque son tuyos».
Y luego en los versículos 20 y 21 dice:
«Pero no ruego solo por estos, sino también por los que han de creer en Mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno. Como Tú, oh Padre, estás en Mí y Yo en Ti, que también ellos estén en nosotros, para que el mundo crea que Tú me enviaste».
Él está hablando de mí; está hablando de ti. ¡Eso es maravilloso! Y está haciendo eso por nosotras ahora mismo.
Kristen: ¡Qué hermoso regalo, pensar que el Hijo de Dios está pensando en mí personalmente y está orando por mí! Eso nos dará fortaleza para los días difíciles. Sabes, no siempre estoy pensando intencionalmente en esto a lo largo del día. A veces Dios me da la gracia de pensar en esa verdad.
Pero a menudo, cuando lo hago, es en retrospectiva. Llego al final de un largo día y simplemente respiro y digo: «¡Gracias, Señor, por ayudarme a atravesar este día!» ¡Y la realidad es que algunos días son así! No todos, pero algunos días sí.
Dannah: El otro día vi una imagen de un niño pequeño acercándose al autobús escolar, y faltando muy poco para llegar, se sienta y se deja caer hacia atrás. Y yo pensé: «¡Así es como siento que terminó este día para mí!» Estoy tratando de subir a ese autobús para ir a casa y estoy como, «¡no puedo más!» Pero Jesús intercede por ti y por mí en esos días.
Y Kristen, hay algunas cosas que podemos aprender como madres de la manera en que Jesús ora en Juan 17, y sobre cómo podemos interceder y orar por nuestros hijos, ¿no crees?
Kristen: Lo creo totalmente. Creo que podemos dejar que Sus oraciones moldeen las nuestras aunque sepamos que somos nosotras las que le oramos a Él, ¿cierto? Somos nosotras las que le pedimos que haga lo que solo Él puede hacer en los corazones de nuestros hijos: ¡salvarlos!
Y, Dannah, me encantó cuando mencionaste que Él ora por todos los que creerán. Y me parece que Su oración principal en este capítulo es la protección contra el maligno. Así lo dice en Juan 17:15:
«No te ruego que los saques del mundo, sino que los guardes del maligno».
Jesús es muy consciente de a qué nos enfrentamos, y a qué se enfrentan nuestros hijos. A menudo es una triple amenaza: el mundo, la carne y el diablo. Y por eso Él ora por nosotras, porque ¡solo con Su fuerza llegaremos a casa!
Dannah: Así es. Como madre, cuando miras la crianza de tus hijos en este mundo, ahora mismo un mundo muy poscristiano, ya no es un país que en general afirme o acepte la fe en Jesucristo, especialmente la credibilidad de la Palabra.
Hace un tiempo leí una encuesta sobre las creencias de los estadounidenses, y el 67% de los padres de niños menores de dieciocho años, dijeron que eran cristianos. Pero cuando se les encuestó más a fondo, solo el 2% de ellos tenía realmente creencias que se alineaban con la Palabra de Dios.
Kristen: ¡Oh wow!
Dannah: Eso es a lo que te enfrentas cuando estás criando a tus hijos. Entonces, ¿cuáles son algunas de las cosas que te parecen malas o aterradoras como madre, esas cosas de las que necesitas protección?
Kristen: Bueno, una de ellas es la dominante visión del mundo poscristiano, que es el «agua» en la que nuestros hijos están nadando. Aunque había gotas de esa agua cuando yo crecía, pero yo no nadaba en ella. Sin embargo, mis hijos están nadando en un río totalmente diferente.
Dannah: Esa es una buena ilustración.
Kristen: Sí, y qué oportunidad y qué alto llamado para que hagamos de nuestros hogares un lugar seguro que está rodeado de la cosmovisión de Cristo; una cosmovisión bíblica donde nada está fuera de la mesa. Si entras por nuestras puertas, puedes hacer las preguntas que necesites.
Y hablamos de estas cosas aquí porque conocemos la verdad y sabemos cuál es la realidad. Tenemos al Hijo de Dios orando por nosotras mientras hacemos eso y mientras procuramos hacer eso por nuestros hijos.
Dannah: Esta visión del mundo poscristiano no está funcionando para los niños. Hay niños que están extremadamente confundidos sobre su género, extremadamente confundidos sobre la sexualidad. No es cuando tienen trece, quince o dieciséis años como cuando nosotros éramos niños. Es cuando tienen ocho años. Los obligan a entrar en una conversación para la que no están en absoluto preparados.
Están confundidos sobre el bien y el mal, lo que es verdad y lo que no, porque la verdad está siendo opacada. Si puedes ser un hombre aunque biológicamente eres una mujer, entonces ¿qué otras verdades y hechos no importan realmente? Creo que la epidemia de depresión, ansiedad y estrés que estamos viendo en los niños de hoy es el resultado de su confusión.
Dicen que el promedio de los niños entre siete y doce años es tan alto en las escalas de ansiedad, como los que fueron puestos en tratamiento hospitalario en los años sesenta. Sin embargo, decimos: «Es algo normal. Así son todos los niños». Bueno, no es cierto que todos los niños son así. Pero es la evidencia de la infiltración del mal en nuestro sistema de visión del mundo en sus vidas.
Una pensadora muy, muy liberal de izquierda escribió sobre su preocupación por las niñas. Ella dijo: «Irónicamente, no sé qué hacer con esto, (porque ella está muy a favor del aborto, y a favor de los homosexuales) inventen el género que quieran».
Y, aun así, ella dijo: «No puedo entender el hecho de que las chicas que trato como terapeuta que están menos deprimidas, menos ansiosas y menos estresadas son las niñas evangélicas religiosamente activas». Ahora, no es que esas niñas no tuvieran problemas, porque iban a verla, pero ella podía ver una diferencia. ¡La verdad importa! ¡Tenemos que orar para que nuestros hijos estén protegidos!
Kristen: ¡Claro! Y esa es otra cosa por la que Jesús ora en este pasaje, que los discípulos y nosotras como cristianas, nos anclemos en la verdad. Cuando estás anclada en la verdad, no vas a ser sacudida por ningún viento de mala doctrina. No vas a ser engañada por lo que el mundo dice que es «tu verdad». ¡Tú tienes la verdad de Dios!
Dannah: ¡Bueno, esto es emocionante! Siento que estamos haciendo una lista aquí. Primero, Jesús ora por protección contra el maligno. Segundo, ora para que estén anclados en la verdad, y dice: «Tu Palabra es verdad». ¿Cierto?
Kristen: Así es.
Dannah: A menudo les digo a las jóvenes: «No pueden conocer la verdad a menos que abran su Biblia. Juan 8:31-32». Nos encanta el versículo 32: «Y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres». Pero olvidamos que el versículo 31 dice: «Si ustedes permanecen en Mi palabra, verdaderamente son Mis discípulos». Y luego Jesús dice: «Conocerán la verdad, y la verdad los hará libres». ¡Tenemos que estar en la Palabra! Entonces, Kristen, ¿qué más ves? ¿De qué otra manera ora Jesús por nosotras en estos pasajes?
Kristen: ¡Así es! Bueno, vemos en Juan 17:26 que Jesús dice: «Yo les he dado a conocer Tu nombre, y lo daré a conocer, para que el amor con que me amaste esté en ellos y Yo en ellos». ¡Esto es maravilloso!
Jesús está orando a Su Padre con Sus discípulos, y está hablando de este amor trinitario eterno entre el Padre, el Hijo y el Espíritu que siempre ha existido y que mora en ti y en mí. ¡Es realmente extraordinario! ¡No puedo comprenderlo!
Tal vez por eso Pablo ora pidiendo que: «ustedes sean capaces de comprender con todos los santos cuál es la anchura, la longitud, la altura y la profundidad (de)…el amor de Cristo que sobrepasa el conocimiento, para que sean llenos hasta la medida de toda la plenitud de Dios» (énfasis añadido) (Ef. 3:18-19).
Es sorprendente que Jesús esté orando para que podamos comprender, no solo a nivel de la mente, sino también del corazón, probar y ver el amor de Dios por nosotras. ¿Y no es eso lo que más anhelamos? No solo para nosotras, sino para nuestros hijos, que estén tan llenos del Espíritu Santo que derrama el amor de Dios en nuestros corazones, que lo amen, que permanezcanen Él, que amen la verdad, y que esa misma verdad los haga libres. Todo se reduce a esta oración: que nuestros hijos amen a Cristo.
Dannah: ¡Amén! Kristen, dime cómo has experimentado el amor de Jesús. Llévanos a un día, un momento en el tiempo, en el que fuiste realmente consciente de la verdad de que Jesús te ama.
Kristen: Lo que voy a decir tal vez no es lo que esperarías, pero a menudo me falta ese sentimiento tangible del amor de Jesús, que creo que Él nos da. Estoy segura de que he experimentado eso, yo sé que sí.
Y voy a hablar de un momento en que estaba en la Palabra de Dios y el sentimiento no estaba allí. Estoy orando por ello: «Jesús, quiero sentir Tu amor. Quiero estar llena de Tu amor». Esa es una oración tan maravillosa. Claramente, Jesús está orando que podamos sentir y ser llenas de Su amor
Pero, a decir verdad, creo que me tocó más el amor invencible de Jesús por mí en ese momento, porque no dependía de mis sentimientos, dependía de Su obra completada.
Así que en ese momento, cuando estaba en la Palabra y estaba orando para sentir algo pero no estaba necesariamente sintiendo nada, todavía podía recordar esa gloriosa verdad. Gracias a la sangre de Jesús derramada por mí, Dios está por mí y no contra mí. ¡Esa es una realidad tan segura! Es más que un sentimiento. ¡Es una realidad que para mí ha sido muy fuerte!
Dannah: Así es. Estoy pensando en Hebreos 11. El versículo 1 dice:
«Ahora bien, la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve».
Cuando no tenemos esos sentimientos, pero queremos tenerlos, y cuando no podemos ver ese amor de forma tangible, es entonces cuando aumenta nuestra fe y decimos: «No, yo tengo fe. ¡Yo creo!, y tengo la esperanza de que algún día lo podré sentir». No es malo sentir el amor de Jesús.
Kristen: Todo lo contrario, ¡es bueno!
Dannah: Yo he sentido el amor de Jesús, ¡y es algo tan bueno! He tenido momentos tan maravillosos en los que Jesús es tangible y palpable para mí. En una ocasión, estaba en un hotel donde estaba pasando un día libre. Antes de llegar allí estuve viajando y hablando en algunas conferencias. No podía esperar para ir a hacerme la manicura, la pedicura y comer pizza. Eso es lo que hacía en mis días libres cuando estaba cansada.
Pero empecé el día en la Palabra…y Kristen, ¡tuve tal sensación de la presencia de Cristo ese día que no salí a ningún lado! Tenía granola y manzanas en mi hotel, y eso fue suficiente, ¡porque no quería dejar la preciosa y maravillosa presencia, y la cercanía de Jesús ese día!
Así que no estamos diciendo que no puedas esperar eso. Es decir, la fe es la seguridad de lo que se espera. Sigue adelante y espera esos momentos en los que sientas la cercanía de Cristo. Pero no hagas que tu fe se base en esos sentimientos.
Kristen: Sí, así es. Porque la fe no se basa en un sentimiento, se basa en una Persona.
Dannah: Sí. Y nuestros hijos necesitan eso porque el mundo al que van a salir es un mundo en el que van a sentirse insignificantes, inferiores e inseguros cuando defiendan a Jesús. Se van a reír de ellos y van a ser ridiculizados.
Esos son los tipos de emociones que van a sentir si van a ser seguidores de Cristo en este mundo poscristiano. Así que, su fe no puede basarse en cómo se sienten.
Kristen: Cierto, y sin embargo lo que dices es que no debemos conformarnos con menos, sino que debemos perseguir esta misma oración que Jesús ora por nosotros, que es: «Lléname de Tu amor. Quiero probar y ver que Tú eres bueno»
Dannah: Kristen, hay algo más en estos versículos que creo que podemos retomar. Está en Juan 17:17, donde estábamos hablando de la oración de Jesús para que conozcamos la verdad. Como parte de eso, Él también ora por la santificación de Sus discípulos. ¿Podría ser ese el cuarto aspecto? Él ora para que sean santificados. ¿Qué significa eso?
Kristen: Eso significa crecer en la semejanza de Cristo, parecerse más a Él, ser apartados como santos para el Señor. Y qué cosa tan maravillosa es que Jesús no solo no nos abandona mientras buscamos la santidad, sino que ora por nosotras. Luego nos da Su Espíritu, como hablamos ayer, para fortalecer esta santificación.
Dios trabaja, y nosotros trabajamos. Estamos en la Palabra, y entonces el Espíritu Santo usa la Palabra para convencernos del pecado o de la ansiedad o de cualquier otra cosa con la que podamos estar luchando; nos perfecciona con Su Palabra para hacernos más parecidos a Jesús. Así que, Él ora para que nos parezcamos más a Él.
Dannah: Llevemos eso a la maternidad por un minuto. ¿Cómo se ve la santificación en la maternidad? Cómo te santifica la maternidad, creo que es eso lo que estoy preguntando.
Kristen: En mi experiencia, la maternidad requiere una muerte diaria a mí misma y a mis propios deseos, a mis propios planes y agenda, y un vivir para Cristo, diciendo: «Sí, Señor, voy a ser fiel a Ti y a lo que mis hijos necesitan; voy a servirles porque sé que, en última instancia, te estoy sirviendo a Ti». Así es cómo la maternidad es un medio de santificación para mí.
Filipenses 2 dice que nos interesemos más por los demás que por nosotros mismos, y eso es realmente contrario a mi carne, porque mi carne solo quiere preocuparse por mí. Así que creo que esa es quizás la manera principal en que la maternidad es un medio de santificación.
Dannah: Sí, puede serlo. Y, aparte del matrimonio, es el papel más santificador que tendrás en toda tu vida. Creo que esos dos últimos no se tratan de nuestra felicidad y nuestro gozo, aunque traen ambas cosas en gran medida. Pero creo que se trata de nuestra santidad y de que Dios nos purifique.
Kristen, permíteme hacer esta pregunta: ¿Pueden nuestros hijos experimentar la santificación? ¿O son demasiado jóvenes para hacerlo? Por supuesto, estamos hablando de niños de distintas edades. Así que, tal vez un niño de seis meses no está en ese lugar, pero ¿qué pasa con nuestro hijo de diez años, nuestro hijo de seis años o nuestro hijo de quince años? ¿Deberíamos orar por su santificación?
Kristen: ¡Oh, absolutamente!
Dannah: ¿Pueden experimentarlo?
Kristen: ¡Absolutamente! Es la obra del Espíritu en sus corazones y eso no lo podemos producir nosotros en nuestros hijos. Solamente el Espíritu mismo puede producir la regeneración, que es darles un nuevo corazón para Cristo.
Pero podemos orar por eso, y podemos orar para que Dios haga lo que solo Él puede hacer: que les dé un nuevo corazón y les dé el deseo de correr hacia Cristo, que se humillen ante el Señor, y que Él los exalte, los haga parte de Su familia y les dé el regalo de Su Espíritu.
Así que, ¿Dios puede santificar a nuestros hijos? Sí, absolutamente.
Dannah: Es la obra del Espíritu Santo santificar a una persona. Y esta es la forma en que pienso que nosotras como madres, podemos participar en eso y prepararlos para ello. La santificación no ocurre tachando casillas: «Fui a la iglesia. Di las gracias en la cena. Oré a la hora de dormir. Terminé mi tarea de Biblia».
No, no sucede así. Sucede cuando nuestros corazones son abiertos por el Espíritu Santo. Pero una parte muy significativa de eso es hacer que nuestros hijos estén en la Palabra. En este versículo, Juan 17:17 dice: «Santifícalos en la verdad; Tu palabra es verdad».
¡Tienen que estar saturados de la Palabra! ¿Puedo añadir algo más?
Kristen: Por favor.
Dannah: Siento que una de las razones por las que tenemos estadísticas en las que el 67% de los padres de los niños dicen ser cristianos, pero solo el 2% tienen una cosmovisión bíblica, es porque esos padres no estuvieron en la Palabra de Dios cuando eran niños. No fueron saturados por la verdad, así que no conocen la verdad, para ser liberados por ella.
Tenemos que dejar de mimar a nuestros hijos y dejar de usar las experiencias de la iglesia como experiencias de niñera. Son totalmente capaces de digerir la carne espiritual profunda y entrar en la Palabra. He estado escribiendo estudios bíblicos para niñas adolescentes desde hace algunos años.
Han estudiado todo el libro de Rut, han estudiado la vida de Míriam, versículo por versículo, ¡cada versículo de su vida! Estoy asombrada. Estas niñas de siete a doce años no tienen todas las presuposiciones que mi cerebro tiene para inhibirlas de recibir la plenitud de Dios en una fe hermosa.
Así que, solo Jesús puede santificar a tu hijo, ¡pero tú como madre debes llevarlos a la Palabra! Lleva a tus hijas a la Palabra, lleva a tus hijos a la Palabra, no solo a los servicios de la iglesia, sino a la Palabra. Esa es nuestra parte, nuestra responsabilidad.
Kristen: Tengo un niño de cuatro años y uno de dos años. Es muy fácil pensar: ¿Esto es demasiado para ellos? ¿Esto está por encima de sus posibilidades? ¿No pueden entenderlo? Bueno, la verdad es que ¡ellos son capaces de entender mucho! Incluso mi hijo entiende mucho a su corta edad. Siempre me sorprende su capacidad para memorizar canciones.
Así que, si mis hijos pueden memorizar canciones, ¿no pueden conocer la Palabra de Dios? ¿No es eso un gran ánimo para que les enseñe diligentemente, como dice Deuteronomio 6? Entonces, ¿cómo hacemos eso en nuestros hogares?
Hacemos muchas canciones, porque realmente las canciones son un gran recurso. Son «pegajosas»; se quedan con nosotros. Yo termino cantándolas durante todo el día. Creo que lamúsica cristiana para niños es un recurso maravilloso. Son canciones bíblicas sacadas directamente de la Palabra, así que las recomiendo.
¡Son fascinantes! Y no olvides que tus hijos ven hasta la más pequeña apertura hacia la Palabra. Así que ahora mismo es un caos en nuestra mesa cada noche, pero estamos leyendo el Evangelio de Juan.
Y aunque sean solo dos versículos, y pueda parecer que no están escuchando, lo están haciendo. Están escuchando e incluso si no están escuchando, lo están notando.
Dannah: Sí. Te están viendo en la Palabra. Están viendo que atesoras la Biblia.
Kristen: Sí, les hago saber que eso es una prioridad. Eso es todo lo que les diría a los padres. Pueden ser tan creativos como quieran, pero poner toda su vida y su alma en la Palabra de Dios va a decir mucho a sus hijos; sus hijos lo notarán.
Dannah: Bueno, Kristen, creo que hoy escribimos una lista muy buena de algunas cosas que una madre puede orar basándose en el modelo de cómo Jesús ora por nosotras.
Kristen: Me encanta eso.
Dannah: Vamos a repasarlas rápidamente:
- Jesús ora porque seamos protegidas del maligno. Podemos orar para que nuestros hijos sean protegidos del mal.
- Jesús ora para que estemos en Su Palabra y conozcamos la verdad. Podemos orar eso por nuestros hijos.
- Jesús ora para que podamos conocer Su amor (¡Esa es mi parte favorita!).
- Jesús ora por la santificación y la transformación de nuestro corazón y nuestras vidas. Podemos orar eso por nuestros hijos y prepararlos para ello llevándolos a la Palabra.
Siento que no podemos hablar de eso sin orar, así que, Kristen, por favor guíanos en oración a través de estos cuatro maravillosos aspectos. Oremos juntas por nuestros hijos hoy.
Kristen: Sería maravilloso. Oremos
Señor Jesús, te agradecemos por ser quien eres. Te agradecemos que eres manso y humilde de corazón, que eres el Dios del universo que se ha humillado para acercarse a nosotras, para que podamos estar en Tu presencia algún día, cara a cara para siempre.
Incluso ahora mientras esperamos, Señor Jesús, y anhelamos Tu venida, oramos a Ti. Te necesitamos. No podemos hacer lo que nos has llamado a hacer como cristianas o como madres sin Tu ayuda. Te necesitamos todo el tiempo. Jesús, te necesitamos para que nos guardes del maligno. Nuestros corazones tiran de nosotras día tras día, hacia el pecado y el egoísmo. Este mundo influye en nuestros hijos, influye en nosotras. Tenemos un enemigo muy real, pero Tú dices que nos guardarás hasta el final. Y por eso nos aferramos a esa promesa. Te oramos para que nos protejas cada vez más del mal. Ayúdanos a odiar lo que es malo y a amar lo que es bueno. Ayuda a nuestros hijos a hacer lo mismo.
Y Jesús, sabemos que una de las maneras en que harás eso, es a través de un mayor amor por Tu Palabra, que es la verdad. Oh, Señor, convéncenos de que nos hablas a través de Tu Palabra, a través de las páginas de Tu Libro. Ayúdanos a asombrarnos cada vez que abrimos las páginas de nuestra Biblia, de que Tú, el Dios de todo, estás hablando.
Y por favor, Espíritu Santo, utiliza Tus palabras para santificarnos, para hacernos santas. Usa tus palabras para cultivar en nuestros hijos un amor por Ti y un deseo de seguirte y obedecerte todos sus días. Solo Tú puedes hacer eso, Señor. Trabaja con nosotras para poner Tu Palabra frente a ellos, para alimentarlos con Tu Palabra, para que podamos deleitarnos en ella como familias.
Por último, Señor Jesús, haz que conozcamos cada vez más Tu amor. Como ora Pablo, que tengamos la fuerza para comprender junto con todos los santos cuál es la anchura, la longitud, la altura y la profundidad de Tu amor. Y oramos para que nos llenes de toda la plenitud de lo que eres. Te amamos, Señor, ¡te agradecemos que seas nuestro Dios! Amén.
Nancy: ¡Amén! Kristen Wetherell y Dannah Gresh nos han ayudado a poner los ojos en Jesús, y nos han recordado cómo Jesús ora por nosotras. Sé que esta conversación ha dado a muchas madres la perspectiva que necesitan en medio de las alegrías y las pruebas de la maternidad.
El libro más reciente de Kristen se titula Humble Moms. Es un gran título, Madres humildes, ¿verdad? Si vas a ser madre y quieres la gracia de Dios, tienes que ser humilde. Pero si lo que buscas es un plan de crianza de talla única o una charla de ánimo para poner en marcha tu adrenalina de madre o una lista de cosas que hacer como madre, no lo vas a encontrar en este libro.
Sinceramente, por mucho que nos gusten las respuestas sencillas a las preguntas difíciles, la vida no suele funcionar así. Pero lo que Kristen hace en este libro es exactamente lo que escuchaste ayer y hoy en Aviva Nuestros Corazones.
Una y otra vez, a lo largo de este libro, Kristen nos señala a Jesús. Cuando leas Humble Moms, obtendrás exactamente lo que necesitas en los momentos de agotamiento: meditaciones bíblicas vivificantes sobre Jesús, Aquel que nos sirve humildemente y nos ayuda a conectar las manos con el corazón.
El subtítulo del libro de Kristen habla de cómo la obra de Cristo sostiene el trabajo de la maternidad. Ya he mencionado lo mucho que me gusta ese subtítulo, porque aunque no estoy haciendo el trabajo de la maternidad con niños pequeños en esta época de mi vida, hago mucho trabajo. Y no importa el trabajo, es la obra de Cristo lo que sostiene el trabajo que Él nos ha llamado a hacer a ti y a mí.
Dannah: En Aviva Nuestros Corazones buscamos ser una infusión diaria de gracia, de esperanza y de pensamiento bíblico centrado en el evangelio, que ayude a las mujeres a filtrar lo que el mundo ofrece a través de la Palabra de Dios, para encontrar así la libertad, la plenitud y la abundancia que solo se encuentran en Cristo.
El Señor ha sostenido este ministerio a lo largo de los años y nos ha permitido alcanzar a muchas mujeres en diferentes partes del mundo, en formas que solo Él puede hacer posibles.
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Ayudando a las madres de todas las edades a encontrar libertad, plenitud y abundancia en Cristo, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de la Nueva Biblia de Las Américas a menos que se indique lo contrario.
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