Lo que Cristo piensa acerca de la Iglesia
Débora: La iglesia es afectada cuando un pecador no se arrepiente, todos somos responsables de hacer algo. Con nosotras, Nancy DeMoss Wolgemuth.
Nancy DeMoss Wolgemuth: No es un asunto de «tú estás pecando», sino que en otros casos Él dice, «tu pecado es que estás tolerando pecadores no arrepentidos en tu iglesia, y no están siendo disciplinados».
No podemos nada más sentarnos y decir, «bueno, no estoy siendo inmoral». Pero Jesús dice, «sí, pero estás tolerando la inmoralidad en tu iglesia».
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy es 9 de mayo de 2023.
La iglesia no es perfecta. Lo sabemos, pero ¿eres libre de dejarla? En el episodio anterior, Nancy comenzó a abordar el tema en la serie titulada, El mensaje de Dios para Su iglesia. Si te perdiste el episodio pasado, puedes escucharlo al visitar avivanuestroscorazones.com. …
Débora: La iglesia es afectada cuando un pecador no se arrepiente, todos somos responsables de hacer algo. Con nosotras, Nancy DeMoss Wolgemuth.
Nancy DeMoss Wolgemuth: No es un asunto de «tú estás pecando», sino que en otros casos Él dice, «tu pecado es que estás tolerando pecadores no arrepentidos en tu iglesia, y no están siendo disciplinados».
No podemos nada más sentarnos y decir, «bueno, no estoy siendo inmoral». Pero Jesús dice, «sí, pero estás tolerando la inmoralidad en tu iglesia».
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy es 9 de mayo de 2023.
La iglesia no es perfecta. Lo sabemos, pero ¿eres libre de dejarla? En el episodio anterior, Nancy comenzó a abordar el tema en la serie titulada, El mensaje de Dios para Su iglesia. Si te perdiste el episodio pasado, puedes escucharlo al visitar avivanuestroscorazones.com.
Nancy retoma el tema de nuevo hoy. Escuchemos.
Nancy: Muchas de ustedes quizás están familiarizadas con el nombre de John Stott, quien fue un teólogo inglés, autor y pastor por muchos años. Él escribió un libro de la porción de Apocalipsis que estamos estudiando, los primeros tres capítulos. Él lo tituló, What Christ Thinks of the Church. (Lo que Cristo piensa de la iglesia). Y me gusta ese título, porque tengo varios libros que hablan de este pasaje en particular, pero este libro es probablemente mi favorito, Qué piensa Cristo de la iglesia.
Lo que Cristo piensa de la iglesia debe ser un tema de interés y de preocupación para cada creyente.
Hay muchos libros que han sido escritos en años recientes acerca de qué es lo que otra gente piensa acerca de la iglesia, y tú probablemente tienes una opinión acerca de la iglesia también, y la cultura tiene sus propias opiniones acerca de la iglesia; pero de todas esas opiniones, la que más importa, más que cualquier otra, es la de Cristo. Lo que Cristo piensa de la iglesia.
Necesitamos saber lo que Cristo piensa de la iglesia. Necesitamos saber qué es lo que a Él le importa, y lo que piensa de la verdadera condición de la iglesia, cuál es Su diagnóstico, cuál es Su pronóstico y la prescripción para la iglesia.
Así que al continuar con Apocalipsis capítulo 1, empecemos en el versículo 9. En caso de que haya alguien que apenas se une a nosotras en esta serie en el día de hoy, déjame darte un poco de contexto con el párrafo que inicia, con el versículo 9. Dice:
«Yo, Juan, vuestro hermano y compañero en la tribulación, en el reino y en la perseverancia en Jesús, me encontraba en la isla llamada Patmos, a causa de la palabra de Dios y del testimonio de Jesús. Estaba yo en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz, como sonido de trompeta, que decía: Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias: a Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea» (Apoc. 1:9-11)
Así que todo este libro, es un libro, una carta, un mensaje que debía ser leído y distribuido en las siete iglesias de Asia Menor. Era una carta que debió ser llevada a través del mar por un mensajero, probablemente primero a Éfeso, y después a través de una ruta postal de ciudad en ciudad. Este es el orden en el cual las visitarías si sigues el camino que conecta con las ciudades, y esta carta, este mensaje, todo el libro de Apocalipsis tenía que ser llevado a estas iglesias para ser leído.
Dentro de ese libro hay un mensaje individual para cada una de estas siete iglesias, y esos mensajes individuales los encontramos en los capítulos dos y tres de Apocalipsis. Comúnmente les llamamos Las cartas a las siete iglesias de Apocalipsis. Son cartas, son epístolas, son mensajes que se adaptan a cada iglesia; pero ten en cuenta que cada iglesia estaría leyendo todas las cartas. Eran cartas circulares, y las leían y después las pasaban para que todas las iglesias las leyeran.
Así que en el versículo 19 del capítulo 1, esta voz le dice a Juan: «Escribe, pues, las cosas que has visto». Después, hay dos categorías de las cosas vistas, «…las que son (ahora) y las que han de suceder después de estas» (las del futuro).
Así que él dice, «escribe las cosas que has visto. De las cosas que has visto en esta visión que te daré, hay cosas presentes, que están sucediendo en este momento, y después hay cosas que son acerca de eventos que pasarán en el tiempo».
Apocalipsis, todo el libro, habla de eventos presentes y de circunstancias. Y también trata de cosas futuras. Cuando llegues al capítulo 4, de ahí en adelante, lo que leerás es acerca de las cosas que pasarán después de esto. Son las cosas que pasarán, cosas que no han sucedido.
Eso no es de esta manera en todos estos capítulos, pero sí en la mayoría del capítulo cuatro y hasta finalizar el libro, se trata de cosas que sucederán después.
El mensaje a las iglesias que encontramos en los capítulos dos y tres, trata de cosas que no son cosas que pasarán después, sino cosas del ahora, cosas que son aquí y ahora.
Y quizá te preguntes, «¿por qué tanto énfasis en esto?»
Bueno, porque el ahora es un punto importante para empezar. No puedes tratar efectivamente cosas venideras si no tienes bien la perspectiva de Dios acerca de las cosas ahora.
Cuando yo era joven, no sé si sea cierto en sus iglesias donde crecieron, pero cuando las conferencias de profecías estaban de moda, mucha gente, especialmente en esos días, y aún hay gente en el día de hoy, que les encantaba hablar de cosas futuras, las profecías, que es lo que sucederá, cuándo pasará. Realmente puedes quedarte atrapada en esas cosas sin saber qué significan en realidad.
Mucha gente a la que le encanta estar hablando de profecía, acerca de cosas del fin, o cosas que sucederán en el futuro, tienen problemas en vivir en el aquí y el ahora, de la manera en que se ocupan de estos asuntos. Muchas veces, y no estoy generalizando, pero la mayoría de la gente que se mantiene hablando de profecía puede que esté tratando de escapar o evitar el vivir en el desagradable «aquí y ahora».
El propósito de las profecías no era que lo descifráramos todo. Era ayudarnos a vivir con un sentido de alerta y preparación ahora para cuando esas cosas sucedieran, cualquiera que fuera la secuencia, como quiera que se viera, para que entonces estuviéramos listas.
Es mucho más sencillo discutir acerca del rapto, cuándo ocurrirá, o dependiendo de tus creencias, si el rapto sucederá o no, que el tratar con la parte práctica del problema de la obediencia, de controlar nuestra lengua, de nuestro orgullo, de confesar nuestro pecado, de tomar decisiones sabias en cuanto a lo financiero, tratar con las presiones, con los problemas.
Esas son las cosas de la vida para las que Dios nos ha dado Su Palabra y Su gracia para tratar con ellas, y las cartas a las iglesias nos ayudan a manejar estas situaciones del aquí y el ahora. No que lo otro no tenga aplicación, las cosas venideras nos pueden dar una revelación del aquí y el ahora, pero las cartas a las iglesias fueron escritas para iglesias como las nuestras, gente que enfrentaba situaciones igual que nosotras.
Y al ir estudiando, meditando y memorizando estas cartas a las iglesias, he encontrado que mi corazón ha sido exhortado y también bendecido. Encontrarás tu corazón no solo exhortado y bendecido al ir viendo esta serie, sino también retado, y a veces, habrá reprensión que vendrá de la boca de Cristo a nuestros propios corazones y a nuestras iglesias porque somos muy familiares a las iglesias de apocalipsis.
Descubrirás, como lo he hecho yo, que estas cartas:
- Nos dan esperanza
- Nos dicen cómo encontrar gracia y paz en medio del problema
- Nos ayudan a vivir una vida pura en un mundo impuro
- Nos ayudan a soportar los tiempos difíciles
- También nos llaman a arrepentimiento
- Nos advierten acerca de los peligros
- Nos ayudan a perseverar, y
- Nos informan
Estas cartas a las iglesias están escritas para nosotras, y nos informan cómo debemos vivir el aquí y el ahora, y también cómo prepararnos para el tiempo que vendrá.
En nuestro ministerio hacemos evaluaciones personales periódicamente de los empleados. Y esto simplemente significa que el supervisor se sienta con las distintas personas que le reportan y discuten el desempeño del empleado.
En estas evaluaciones se habla acerca de las cosas que van bien, y esperamos que algunas cosas vayan bien, y se elogia a la persona y se le dice «estás haciendo un buen trabajo», y después hablamos del área donde hay que mejorar, áreas de preocupación, y se hace una crítica constructiva para que hagan mejor su trabajo. Después el supervisor, si es bueno en lo que hace, dará su punto de vista y ofrecerá consejos para mejorar, y qué cosas pueden cambiar.
Y al ver estas siete cartas, y hoy quiero dar un vistazo general a todas y después empezaremos carta por carta. Quiero mostrarte el patrón de estas cartas. Hay varios ingredientes que en estos mensajes son similares, y similares a la evaluación de rendimiento que un supervisor puede dar.
Así que al ir leyendo las cartas, y espero que estés leyendo estos capítulos, Apocalipsis uno, dos y tres al continuar con esta serie. Y la primera cosa que debemos hacer en cada carta es identificar a quién va dirigida. Cada carta comienza con: «Escribe al ángel de la iglesia…en Éfeso, Esmirna, Pérgamo, etc». Identifica, «al ángel de la iglesia (cualquiera que fuera la localidad) y escribe…»
Así que identifica una iglesia local específica. Estos mensajes individuales no son largos, pero están muy enfocados, son muy prácticos y muy penetrantes. Están hechos a la medida para asuntos específicos, para situaciones específicas, y necesidades específicas de cada iglesia individual, aun cuando todas las iglesias leían todas las cartas.
Ten en mente que estas cartas están escritas a las iglesias. No estaban escritas para la cultura pagana en donde las iglesias existían. La preocupación de Jesús en Apocalipsis es hablar a los que se supone deben brillar su luz en la cultura. Si la luz hace su trabajo, entonces la oscuridad de la cultura queda expuesta, y la gente es dirigida a Cristo.
Podríamos pasar mucho tiempo maldiciendo a la oscuridad, pero el enfoque de Jesús es que veamos a los candelabros, las iglesias, y que veamos si estamos siendo lo que debemos ser en este mundo.
Así que tienes identificado quién ha de recibir cada carta, y después hay un título o descripción de Cristo, quien está mandando el mensaje. Él es el que está hablando. Así que en cada carta dice: «Al ángel de la iglesia (donde quiera que sea) el que tiene…» y luego pasa una característica que identifica a Cristo.
Por ejemplo, en Éfeso, dice, las palabras del «que tiene las siete estrellas en su mano derecha, el que anda entre los siete candelabros de oro».
Cuando llegas a Esmirna dice, «el primero y el último, el que estuvo muerto y ha vuelto a la vida».
Pérgamo: «El que tiene la espada aguda de dos filos». Cada carta identifica características de Cristo que se relacionan de alguna manera con lo que va a decir a cada iglesia.
Recuerda que es Jesús quien está hablando a estas iglesias. Él es la autoridad establecida, y tiene el derecho de diagnosticar y de dar directrices a las iglesias y también a nuestras vidas hoy en día.
Después que el destinatario y el que envía son identificados, cada una de las cartas entonces evalúa la condición de la iglesia, igual como si estuvieras hablando con tu supervisor acerca de tu rendimiento en el trabajo. Él evalúa la condición de la iglesia.
En cada carta Él empieza diciendo: «Yo conozco»; en cinco dice, «yo conozco tus obras», y en una dice, «Yo sé dónde moras». En otra dice: «Yo conozco tu tribulación». Él evalúa la condición. «Conozco tus obras, conozco tu situación, la situación en la que estás. Sé lo que está pasando en tu iglesia. Sé lo que estás experimentando. Conozco tus circunstancias».
Recuerda que ese que tiene ojos como llama de fuego. Él sabe, Él conoce. Él ve lo que está sucediendo en las iglesias y también ve lo que no está sucediendo que debería estar pasando. Así que él dice: «Yo conozco». Él no solo conoce lo que dice la página web de nuestras iglesias, Él conoce las cosas como realmente son en ellas.
- Él conoce lo que sucede tras bastidores
- Él también conoce la condición de cada creyente dentro de la iglesia
- Él escudriña y penetra nuestros corazones
- Él conoce los asuntos particulares y las circunstancias con las que cada iglesia tiene que luchar
- Él conoce los retos particulares y la oposición que enfrenta en su comunidad particular
- Él conoce las fortalezas y las debilidades de cada iglesia
- Él conoce las pruebas y el sufrimiento de cada iglesia y de cada creyente individual dentro de esas iglesias
- Él conoce la obediencia callada y los actos de servicio fiel que se llevan a cabo dentro de esas iglesias o en tu vida, que nadie más ve, conoce o aplaude
Mamás, déjenme decirles, las exhorto, «Él conoce». Él sabe lo que haces. Él conoce a esos cuatro hijos y que cuidas de ellos y la manera en que amas, la manera en que sirves y cómo los bendices, y que esos niños aún no se levantan y te llaman «bienaventurada», pero un día lo harán. Y Él sabe.
Él sabe, mujer soltera, tu fidelidad en donde Dios te ha puesto. Él conoce tu fidelidad en mantenerte moralmente pura cuando nadie te ve. Él sabe.
Él también conoce los asuntos que deben de ser cambiados, las cosas que necesitan ser tratadas. Él conoce la hipocresía. Él conoce el pecado. Él conoce tus deficiencias.
Todas tenemos una reputación, y Él no solo trata con la reputación. Él trata con lo que está pasando en las iglesias y con la gente que está en esas iglesias. Podemos impresionar y engañar a los demás, pero nada lo engaña a Él. Porque Él sabe. Él conoce.
Así que Él da una evaluación, y en particular, yo quiero saber lo que Cristo ve en mi vida, en las iglesias de hoy. Y le digo, «Señor, muéstrame». Al entrar en la serie, espero que estés orando, «Señor, muéstrame. Muéstrame lo que hay en mi corazón. Muéstrame lo que está pasando en mi vida. Muéstrame cuáles son las necesidades. Haz una evaluación de mi verdadera condición espiritual».
Y como parte de la evaluación, a cinco de las siete iglesias les da un elogio. Esto es palabras de ánimo y encomio. Hay dos iglesias que no recibieron elogios, pero a cinco de las iglesias Él les da esas palabras de afirmación y de exhortación.
A todas las iglesias, excepto a dos, y también da palabra de crítica, palabras de reprensión, y palabras de preocupación. A dos iglesias, a Esmirna y a Filadelfia, Él no dice palabras de crítica, pero a las otras iglesias les dice. «Hay cosas buenas, pero hay cosas que me preocupan».
Y en todas las iglesias Él da palabras de consejo y exhortación –lo que deben hacer acerca de Sus observaciones. Él no solo hace las observaciones, sino que les dice: «Esto es lo que tienen que hacer».
Cinco de siete, el consejo es arrepentirse. Hay otro consejo, pero ese es el más común como consejo, un llamado al arrepentimiento. Y esto me llama la atención porque la cultura donde estaban estas iglesias, la cultura que las rodeaba era atea, era inmoral, pero el llamado al arrepentimiento no fue dado al mundo. Fue dado a la iglesia.
Y lo he escuchado decir antes, «la iglesia está esperando para que el mundo se reconcilie con Dios, pero el mundo está esperando que la iglesia se arrepienta». Creo que nunca podremos ser la luz que Dios quiere que seamos en este mundo hasta que nosotras como iglesia, como el pueblo de Dios, sigamos las instrucciones de Jesús y nos arrepintamos.
Él va a ser específico. Hay diferentes cosas en las que se necesita arrepentimiento en estas cartas, y vamos a descubrir que nosotras y nuestras iglesias estamos representadas en estas cartas.
A través de estas siete cartas hay cuatro asuntos principales, primordiales que se repiten, que siguen saliendo a la superficie en cada una de ellas y te las comparto, y después las veremos con más detalle cuando lleguemos a ellas.
Primero, en muchas de las iglesias estaban pasando por persecución. Él dice, «yo conozco tu tribulación. Sé por lo que estás pasando». En una dice: «Sé que mi siervo fiel fue martirizado entre vosotros». Murió por su fe, Jesús lo sabe, y da palabras de aliento para que perseveren. Él dice, persevera, no temas lo que estás por sufrir. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida». Él trata el asunto de la persecución.
Y después, en diferentes iglesias había problemas de doctrina que necesitaban ser tratados. Había error. Había falsa enseñanza en algunas de ellas. Jesús lo sabe, y le interesa.
Hoy en día no le ponemos mucha atención a la doctrina, y no a mucha gente le importa la pureza doctrinal, pero a Jesús sí. Le importó en aquel entonces; y le importa ahora. Tratará el tema con varias iglesias. Se dirigirá a algunas de nuestras iglesias y a algunas de nosotras al decir: «Estás siendo engañada. Estás creyendo cosas que no son bíblicamente sólidas, correctas». Así que Él trata con asuntos doctrinales.
Y también hay estilos de vida o asuntos de pecado. Estos son creyentes a los que les habla –al menos se dicen ser creyentes, y muchos de ellos verdaderos creyentes. Y hay ahí, por ejemplo, en una iglesia, inmoralidad evidente que está siendo justificada. La gente se hace de la vista gorda con el pecado. Lo ignoran. Lo pasan por alto.
¿Te suena esto familiar, como algo que Jesús podría decir de la iglesia de hoy?
Hay otras iglesias que están convirtiendo la gracia de Dios en una licencia para pecar. «Podemos hacer esto porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia».
¿Suena esto como algo que pudiera estar sucediendo en la iglesia del siglo XXI?
Jesús trata todos estos asuntos. Los señala. Es muy específico al señalarlos y decir: «Necesitas arrepentirte de esos asuntos pecaminosos». No solo es cuestión de decir, «estás pecando» pero en muchos casos Él dice, «tu pecado es que estás tolerando pecadores sin arrepentirse en tu iglesia, y no están siendo disciplinados».
Así que no podemos solo sentarnos y decir, «bueno yo no estoy siendo inmoral», pero «tú estás tolerando la inmoralidad en tu iglesia».
Veremos qué piensa Él acerca de estas cosas al ir leyendo cada carta individualmente.
Y Él trata también con asuntos del corazón, asuntos que no son tan específicos como el comportamiento o la doctrina, pero sus ojos penetran bajo esa superficie del corazón. Él ve la hipocresía, profesando ser una cosa y en realidad viviendo otra. Él ve la tibieza, Él sabe de las cosas que no podemos decirnos unos a otros a la cara, pero Jesús nos ve. Ve a nuestras iglesias, y conoce todo. Él trata con esos asuntos también.
Así que Jesús no solo está señalando estos asuntos sino que Él también está diciendo: Esto es lo que debes hacer con ellos.
Estas cartas y el libro de Apocalipsis:
- Es un llamado a quienes están siendo perseguidos para que perseveren
- Es un llamado a ser fiel a la verdad, a no ser tolerante hacia la falsa doctrina, sino a ser intolerante de todo lo que no sea consistente con la Palabra de Dios
- Es un llamado a ser pura y obediente, a no permitir que el pecado esté sin tratar dentro de la iglesia
- Es un llamado relacionado con nuestro corazón, que tengamos un amor apasionado y ferviente por Cristo.
Así que Jesús no solo está señalando estos asuntos, sino que dice, «esto es lo que tienes que hacer al respecto».
Y después de la evaluación, el elogio, la crítica y el consejo, en todas las cartas hay una advertencia, «si no te arrepientes, esto pasará. Estas serán las consecuencias».
Y hay una promesa para aquellos que venzan. Hay un premio en cada una de las cartas.
Y hay esta oración en cada una de las cartas, que dice: «El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias».
Creo que esto significa: «Escuchen con atención. Este mensaje es para las iglesias, claro, pero también es para ti».
Fácilmente podemos hacer caso omiso de esto y decir, «sí, las iglesias realmente están en muy mal estado en nuestro país. Necesitan avivamiento». Pero Él dice: «El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias». Lo que Él está diciendo es, esto no solo es para la iglesia corporativa. Esto es para ti personalmente.
Hay una aplicación corporativa de estas cartas, pero hay también una aplicación muy personal y privada.
Al ir viendo estas siete cartas, algunos creen que representan diferentes etapas de la historia de la iglesia, empezando con la era apostólica en el primer siglo, esa tendría que ser la carta a los Efesios, y continúan hasta el día de hoy con la iglesia de Laodicea. Este enfoque puede ser cierto, pero creo que en cualquier época de la historia, todos estos tipos de iglesias y de temas están representados.
Estas cartas específicas están escritas a iglesias específicas, iglesias locales. Tratan el tema de situaciones y asuntos específicos, pero tienen aplicaciones a todas las iglesias en todas las áreas, en todas las épocas de la historia de la iglesia. Lo mismo con las cartas de Pablo a los Filipenses, a la iglesia de Corintio. Las leemos y decimos, «esto fue inspirado por el Espíritu para nosotras hoy día».
«El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias».
Al ir estudiando estas cartas estos últimos meses, la impresión que me sigue dando es, «¡wow! Esto es increíblemente relevante. Este mensaje es para hoy. Esto es para mí». Esto es para nosotras. Esto es para mi iglesia. Esto es para nuestras iglesias. Esto pudo haber sido escrito hoy. Este es el mensaje que la iglesia de Cristo Jesús necesita escuchar en el día de hoy, y es el mensaje que tú necesitas escuchar y lo que yo necesito escuchar hoy.
Así que Señor al ir profundizando en estas cartas, oro para que Tú abras nuestros oídos. Danos oídos para escuchar lo que el Espíritu dice a las iglesias.
En Cristo Jesús, amén.
Débora: Nancy ha comenzado a explorar las cartas a las iglesias que encontramos en el libro de Apocalipsis. Continuaremos con este estudio dividiéndolo en diferentes series durante las próximas semanas. El episodio de hoy concluye la serie llamada, El mensaje de Dios para Su iglesia.
Oramos que puedas estudiar estas cartas junto a nosotras y que puedan ser de bendición y darte una perspectiva fresca acerca de Cristo y Su iglesia.
¿Amas a Jesús con la misma intensidad con que lo amabas cuando lo conociste? Nancy explorará esta pregunta mañana. Te esperamos aquí, en Aviva Nuestros Corazones.
Amando a Cristo y Su iglesia juntas, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de La Nueva Biblia de las Américas, a menos que se indique lo contrario.
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