El Padre Nuestro, día 18
Nancy DeMoss Wolgemuth: ¿Le estás pidiendo al Señor, o simplemente haces lo que muchas de nosotras hacemos? Vamos al Señor cuando la respuesta no llega y nos quejamos… ¿Por qué no ir a Él en primer lugar y no como el último recurso, sino como la primera respuesta: «Señor, danos hoy nuestro pan de cada día», sabiendo que Él es un Padre que se preocupa y que es capaz y está deseoso de satisfacer las necesidades de Sus hijos?
Annamarie Sauter: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
Muy a menudo cuando tenemos una necesidad, recurrimos a todos los medios posibles para satisfacerla. Y en el camino nos olvidamos de Dios, ¡aquel que sostiene el universo en Sus manos y quiere satisfacer nuestras necesidades. Hoy Nancy nos habla más sobre esto.
Nancy: Bueno, hasta aquí hemos pasado un tiempo en nuestro …
Nancy DeMoss Wolgemuth: ¿Le estás pidiendo al Señor, o simplemente haces lo que muchas de nosotras hacemos? Vamos al Señor cuando la respuesta no llega y nos quejamos… ¿Por qué no ir a Él en primer lugar y no como el último recurso, sino como la primera respuesta: «Señor, danos hoy nuestro pan de cada día», sabiendo que Él es un Padre que se preocupa y que es capaz y está deseoso de satisfacer las necesidades de Sus hijos?
Annamarie Sauter: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
Muy a menudo cuando tenemos una necesidad, recurrimos a todos los medios posibles para satisfacerla. Y en el camino nos olvidamos de Dios, ¡aquel que sostiene el universo en Sus manos y quiere satisfacer nuestras necesidades. Hoy Nancy nos habla más sobre esto.
Nancy: Bueno, hasta aquí hemos pasado un tiempo en nuestro viaje a través del Padrenuestro. Yo no sé ustedes, pero para mí ha sido un estudio tan enriquecedor… He estado estudiando el Padrenuestro meditando en él en mi tiempo devocional durante varios meses, y descubrí cosas que nunca había visto antes, cosas acerca de la oración, cosas sobre el corazón y los caminos de Dios, que han sido tan útiles y alentadoras para mí; y sigo aprendiendo.
Lo he dicho varias veces en esta serie, que esta es una manera de orar. Es un ejemplo. Es un patrón, una guía. Es nuestro modelo de oración, y espero que afecte la manera en la que oras. Pero es también un modelo para toda la vida, cómo pensamos acerca de la vida y cuáles son nuestras prioridades.
Primero estuvimos mirando durante algunos días tan solo las dos primeras palabras: «Padre nuestro», y luego, «Padre nuestro que estás en los cielos», que hablan sobre esa persona a la que nos estamos dirigiendo, a quien le estamos hablando, además del hecho de que es una oración a nivel familiar. La hacemos juntos como familia de Dios, como hijas de Dios por la fe en Cristo, y oramos a nuestro Padre celestial, alguien con quien tenemos una relación.
Es importante recordar al elevar las diferentes peticiones y preocupaciones, que vamos al trono de un Rey, pero también vamos al regazo de un Padre, un Padre a quien podemos acercarnos.
Espero que lo que hemos estado hablando sobre este Padre, tal vez, si no tienes un padre terrenal piadoso, o tal vez nunca conociste a tu padre, confío en que el Señor esté cultivando el amor, la confianza y la seguridad que puedes tener en tu Padre celestial, porque es a Él a quien vamos cuando oramos.
«Padre nuestro», comenzamos alabándole antes de pedirle algo, y luego, vamos con nuestras peticiones, (hay seis en el Padrenuestro).
Las primeras tres que ya vimos, se centran en el nombre de Dios, el reino de Dios y Su voluntad. Así que antes de orar por cualquier otra cosa, por muy urgente que sea, no importa qué tipo de crisis podamos tener, debemos orar que Su nombre sea glorificado. Su nombre representa todo lo que Él es. Luego, debemos orar para que el reino de Dios venga y que se haga Su voluntad.
Ahora, no quiero decir con eso que cada vez que vayas a orar; que vayas a dar gracias a Dios por los alimentos o que ores por una petición especial para ti o para tu hijo o tu familia o un amigo, tienes que pasar por todas estas palabras. Pero cuando oramos por todas estas peticiones, debe ser en el contexto de querer que Dios sea glorificado, y de querer que Su reino y Su gobierno sean afirmados en este mundo, y que se haga Su voluntad.
- ¿Por qué oras por la salvación de tu marido perdido?
- ¿Por qué oras por la sanidad de tu matrimonio?
- ¿Por qué oras por esa persona que le acaban de dar un diagnóstico terminal?
- ¿Por qué oras pidiendo a Dios que te dé una pareja?
- ¿Por qué le pides a Dios que te dé un hijo?
- ¿Por qué le pides a Dios provisión financiera?
Estas son cosas apropiadas que se deben llevar ante el trono del Señor como peticiones, pero la pregunta es:
¿Por qué? ¿Cuál es nuestra prioridad? ¿Qué es lo que más nos importa? ¿Somos motivadas a orar por estas cosas por amor al nombre de Dios, para la gloria de Dios o por el reino de Dios y Su voluntad? ¿O estamos pidiendo solo por nuestro bienestar, satisfacción y felicidad personal? Es un asunto de prioridades y de orden.
Ahora, la segunda mitad del Padrenuestro tiene tres peticiones, al igual que la primera parte. Las primeras fueron: Su nombre, Su reino, Su voluntad. La segunda parte tiene tres peticiones que se refieren a nosotras y a los demás.
No pedimos por nosotras mismas, y no pedimos por los demás hasta que pedimos por la agenda de Dios, por lo que le interesa a Él. Y ya conocemos las tres peticiones de la segunda mitad. Le pedimos primero por el pan diario.
Ese es un enfoque en el presente. Es un enfoque en nuestra vida física. Es lo que necesito hoy. Se trata de una petición por la provisión de Dios. Vamos a estar pasando varias sesiones hablando sobre esta petición, pero primero echemos un vistazo a las tres peticiones de la segunda mitad, solo para ver cómo encajan en su contexto.
En primer lugar, le pedimos por el pan diario. Entonces oramos por nuestras deudas. Esto no se centra en el presente, sino en nuestro pasado, lo que hemos hecho para incurrir en una ofensa, nuestra culpa. Tiene que ver con nuestra vida mental y emocional, ofensas que hemos cometido contra Dios y contra los demás. Se trata de una petición de perdón, el perdón de Dios.
Luego oramos por lo que se refiere a la tentación y el mal. «No nos metas en tentación, mas líbranos del mal», o «del maligno» (Mat. 6:13). Aquí se centra en el futuro, tiene que ver con lo que está por venir. Nosotras decimos: «Señor, a medida que avanzamos en los próximos días, a medida que avanzamos por la vida, protégenos de la tentación. Protégenos del pecado. Protégenos del maligno». Esto tiene que ver con nuestra vida espiritual.
Así que, todo queda cubierto, nuestra vida física, mental, emocional, espiritual, el pasado, el presente, el futuro, la provisión, el perdón y la protección. Si lo piensas, es probable que no haya una petición que se pueda hacer al Señor que de alguna manera no se ajuste a una de estas peticiones.
Así que cuando Jesús dijo, «oren de esta manera», no solo dice: «Oren esto como una oración de memoria», aunque no creo que haya nada malo en recitar esta oración. Él está diciendo, «usen esto como la estructura, una sombrilla bajo la cual pones todas tus peticiones al Señor, recordando que el nombre de Dios, el reino de Dios y la voluntad de Dios son más importantes que cualquiera de nuestras preocupaciones. Su nombre, Su reino y Su voluntad tienen prioridad sobre todas las demás situaciones, problemas, peticiones o necesidades.
Tendemos a pensar que nuestras necesidades básicas o lo que nos está presionando en este momento, es la más alta prioridad o el motivo mayor de preocupación. El hecho es que si tienes hambre o estás sin hogar, o en la ruina económicamente; si no sabes de dónde vendrá tu próxima comida, si no puedes encontrar un trabajo, y no sabes cómo vas a pagar la hipoteca del mes, es difícil pensar en otra cosa. Pero Jesús está diciendo: «lo primero es primero».
Antes de pedirle a Dios que satisfaga incluso tus necesidades más básicas, antes de pedirle a Dios por lo esencial para la vida, ¡busca primero el reino de Dios y Su justicia!, recordando que nuestras necesidades materiales básicas son secundarias en importancia con relación al reino, el gobierno y la voluntad de Dios en este mundo.
Creo que solo los creyentes que ponen a Dios en primer lugar sinceramente, que quieren que Su voluntad sea hecha y que han rendido su voluntad a la de Él, pueden orar y esperar que Dios conteste esta petición del pan de cada día.
Creo que si estamos resistiendo la voluntad de Dios en alguna área de nuestra vida, si estamos queriendo reinar y gobernar sobre nuestras propias vidas, si estamos exaltándonos a nosotras mismas en lugar de exaltar y glorificar a Dios, no tenemos ningún derecho de venir y orar, «danos hoy nuestro pan de cada día». Por eso es que la secuencia en esta oración es tan importante, el fluir, la prioridad, el orden correcto.
Conozco personas que oran y dicen: «Dios nunca escucha mi oración». «Dios nunca me contesta». Una de las preguntas que yo les hago es esta: «¿Oraste en el orden correcto? ¿Oraste por lo que es primero, el reino de Dios?»
Ahora vamos a ver esta petición asumiendo que nuestro corazón es para la gloria de Dios, para Su reino, sujeto a Su voluntad. Entonces oramos: «Oh Padre danos hoy nuestro pan» o como otras versiones lo traducen: «danos cada día nuestro pan» (Mat. 11).
Pero, ¿qué es el pan de cada día? Martín Lutero, el gran reformador protestante, escribió el catecismo menor y explica el significado de cada parte del Credo de los Apóstoles, el Padrenuestro y los Diez Mandamientos. En este pequeño libro, él dice:
¿Qué significa «pan de cada día»? Significa todo lo que nutre nuestro cuerpo y llena sus necesidades, tales como: comida, bebida, ropa, zapatos, casa, campo, ganado, dinero, posesiones, un esposo devoto, hijos devotos, empleados devotos y fieles gobernantes, buen gobierno, buen tiempo, la paz, la salud, la disciplina, el honor, buenos amigos, vecinos fieles, y otras cosas semejantes a estas. El pan de cada día es todo aquello que nutre el cuerpo y suple sus necesidades.
Ahora, parece un poco extraño que una petición de algo tan básico, y podría decir trivial, como el pan de cada día, se encuentre en el Padrenuestro, entre la petición de «la voluntad de Dios así en la tierra como en el cielo» y la otra petición que es para el perdón de nuestros pecados. Es decir, se trata de dos peticiones de oración muy elevadas, y «el pan nuestro de cada día». ¿No les parece un poco mundano en comparación con las otras peticiones más profundas y espirituales?
Creo que eso es porque tenemos la tendencia a separar lo espiritual de lo secular y decir: «Oh, la voluntad de Dios, el perdón. ¡Eso es espiritual! Pero el «pan nuestro de cada día» se puede considerar secular. Así que algunas personas ni siquiera piensan en pedir a Dios por las necesidades físicas prácticas y específicas ya que no parece que se trate de una petición espiritual. Pero Jesús dijo que así es como debemos orar. «Danos hoy nuestro pan de cada día». Eso dice que está bien pedir a Dios que satisfaga nuestras necesidades; que podemos y que debemos llevar nuestras necesidades básicas y sencillas todos los días ante Dios.
Ahora, recordemos que esta petición, como las demás, se basan en la relación con nuestro Padre, y como nuestro Padre, Él quiere que nosotras, le expresemos nuestras necesidades. Ninguna petición es demasiado pequeña para llevarla ante nuestro Padre celestial.
Él es un Padre que se preocupa; que quiere que le pidamos. Todas conocemos el versículo de Filipenses capítulo 4 que dice: «No te preocupes por nada. Mejor ora por…(¿cuántas cosas?) ¡Por todo! ¡Ora por todo! Y la paz de Dios guardará tu corazón y tu mente» (v.6 parafraseado).
- ¿Te falta la paz de Dios?
- ¿Estás estresada?
- ¿Estás preocupada?
- ¿Estás ansiosa por algo que estás enfrentando? ¿Alguna relación que se está destruyendo? ¿Estás enfrentando alguna situación o circunstancia?
¿Has orado por eso? A veces preferimos preocuparnos en lugar de orar ¿no es así? La mayoría de nosotras vive así. Oh, cuando puedes orar, ¿para qué preocuparte? ¿No es cierto? Esa es la forma en que la mayoría de nosotras vivimos. Como lo dijo el compositor del himno:
Vive el hombre desprovisto de paz, gozo y santo amor.
Esto es porque no llevamos todo a Dios en oración.
Tengo una pequeña placa en mi escritorio que dice: «¿Has orado al respecto?» ¡No! ¿Has tomado el teléfono para llamar a alguien más y pedir su consejo o ayuda? Pero ¿has consultado al Señor?
Tenemos un Padre, un Padre celestial que se preocupa por nuestras necesidades físicas y humanas. Él sabe lo que necesitamos, y lo dice dos veces en Mateo capítulo 6, donde encontramos el Padrenuestro. Nuestro Padre sabe lo que necesitamos. Él se preocupa por nosotras.
Si Él tiene cuidado de las aves y de las flores, lo que leemos en Mateo 6, «¿cuánto más cuidará de sus hijos?» (Ver vv. 25-33). Él está deseoso de satisfacer nuestras necesidades. Él es capaz de socorrernos.
Todo eso se refleja en esta petición. Danos, Padre nuestro, hoy nuestro pan de cada día, y Dios ha demostrado Su corazón de Padre desde que creó al primer hombre y a la primera mujer.
Dios hizo a Adán y Eva, los creó con la necesidad de alimentos, la necesidad de comer. Pero ¿te das cuenta de que antes de que fueran creados, Dios ya había hecho provisión para satisfacer esa necesidad? En Génesis 1:29, Dios le dijo a Adán: «He aquí, yo te he dado toda planta que da semilla que está sobre la faz de la tierra, y todo árbol con semillas y sus frutos; os será por comida». ¿No es eso lo que es la providencia de Dios? Dios mira hacia adelante y hace provisión para nuestras necesidades.
Provideo significa: pro, antes y video, ver. Dios mira hacia el futuro y crea la provisión para nuestras necesidades físicas. Por lo que esta petición refleja la providencia de Dios. Esto refleja la fidelidad de Dios. Esto refleja el corazón de Padre de Dios.
Esta es una idea increíble para mí. En lo inmenso, poderoso, soberano y majestuoso que Dios es, Él se preocupa porque mis necesidades y las de cada uno de sus hijos, sean satisfechas. Él quiere tener una relación con nosotras.
Él quiere que le digamos nuestras necesidades y quiere que nos acerquemos a Él. Él no quiere ser un repartidor cósmico de bendiciones. Él quiere que nos acerquemos a Él como nuestro Padre y le digamos: «Señor, tengo una necesidad», porque Él busca tener una relación con nosotras; no porque Él necesite saber nuestras peticiones.
Él ya sabe lo que necesitamos, pero está interesado en una relación. Él no quiere que simplemente seamos salvas, para entonces simplemente derramar bendiciones sobre nuestras vidas. Él quiere que vengamos continuamente a Él, para cultivar una relación creciente con Él.
Dios pudo haber creado el universo de una forma en la que obtuviéramos automáticamente todo lo que necesitamos, y que nunca tuviéramos necesidad de orar. Los árboles no necesitan orar para alimentarse. El césped no necesita orar para crecer. Dios los nutre; pero ellos no tienen una relación con Dios.
Dios quiere una relación con nosotras, y por eso a veces Él se tarda en responder nuestras necesidades porque Él quiere que nos acerquemos y le pidamos. Él quiere que como sus hijas, tengamos una relación íntima, activa, humilde, y constante con Él, y esto me dice que Dios no es una fuerza independiente, impersonal en este universo. Él es un Dios personal, activamente comprometido con Su creación.
Tengo que decirles que al estar meditando en este pasaje, una de las cosas que me ha dado convicción es pensar: ¿cuál es el mensaje que les transmito a los demás acerca de mi Padre celestial cuando primero recurro a otras personas para que provean para mí, o les pido a otras personas que satisfagan mis necesidades antes de pedirle a mi Padre celestial o en vez de pedirle a mi Padre celestial?
Y voy a ser bien práctica aquí, he estado pensando en Aviva Nuestros Corazones y me he preguntado, al orar el Padrenuestro, ¿a quién o qué es lo que estoy buscando que supla las necesidades de nuestro ministerio? De alguna manera, el ministerio necesita simplemente crecer más cada día.
¿Hacia dónde miraré? ¿A quién buscaré como fuente de provisión? ¿Estoy más centrada en los donantes o en el Donante, nuestro único gran Donante? Escucha, tenemos un gran Donante en este ministerio, cuando se trata de esto lo pongo con una «D» mayúscula. Su nombre es nuestro Padre.
Él es nuestro proveedor. Él ha provisto todo lo necesario. «Todo lo que he necesitado Tu mano lo ha provisto. ¡Grande es Tu fidelidad, oh Señor, para mí!» Señor, para este ministerio, y tú podrías decir lo mismo.
Dios ha provisto. Él es tu gran Donante. ¿Qué pasa cuando pasamos más tiempo mirando a los demás, pidiéndoles a los demás, o yendo primero a otros, compartiendo esta necesidad con ellos, y ni siquiera hemos tomado el tiempo para pedirle al Señor?
Aunque no hemos orado por esto, Dios me enseñó esto de manera muy práctica. Enviar cartas a nuestros colaboradores, amigos de nuestro ministerio compartiendo nuestras necesidades sin antes orar y pedirle a Dios que satisfaga nuestras necesidades, es vivir como si no tuviéramos un Padre celestial.
Ahora, eso no quiere decir que esté mal el compartir nuestras necesidades con los demás en la medida en que Dios nos lo muestra. Nuestra filosofía de ministerio, por cierto, sobre la recaudación de fondos es que en la medida que Dios nos dirige, entonces sentimos la libertad de compartir con otros lo que necesitamos para mantener este ministerio. Primero a Dios y luego según Dios nos dirige, a otros, pero es responsabilidad del Espíritu Santo mover el corazón de las personas a dar.
Ese no es nuestro trabajo y es la responsabilidad de cada individuo el hacer lo que sea que Dios le esté poniendo en su corazón para hacer. Eso nos quita la preocupación a nosotras, así que sentimos la libertad, y creo que bíblicamente se nos da la libertad para compartir esas necesidades.
Al tener una necesidad, no creo que haya nada de malo en compartirla con los demás, pero si lo hacemos antes de ir a nuestro Padre celestial, ¿no le quita o minimiza de alguna manera la gloria a Dios en nuestros corazones y a los ojos de los demás?
Si quiero que el nombre de Dios sea santificado, entonces yo quiero que esté claro que lo que Dios ha provisto para este ministerio y para mi vida y para todas mis necesidades materiales y físicas, ha sido por Su mano.
Creo que algunas de nosotras en realidad no llegamos a ver la manifestación sobrenatural y la gloria de Dios al llenar nuestras necesidades prácticas, porque, o no le pedimos o no esperamos ver lo que Dios puede hacer. El salmista dijo: «Mi esperanza está en Dios», Dios y solo Dios. En última instancia, este ministerio y mi vida, no dependen de ningún ser humano.
Mi papá trató de enseñarnos esto al crecer y estoy muy agradecida por esa enseñanza ahora. Él nos enseñó que en cuanto a nuestra provisión, Dios es nuestro proveedor, que no confiemos en un trabajo o un empleador o un fondo fiduciario o una herencia o un amigo o ninguna fuente terrestre de provisión definitiva para satisfacer nuestras necesidades.
Por eso, cuando el negocio de mi papá pasó por momentos muy graves de pérdida, su negocio había crecido muy rápidamente al principio, pero luego hubo un tiempo cuando yo estaba en la escuela secundaria cuando su compañía fue atacada de varias maneras.
Comenzó a perder dinero mucho más rápido de lo que había hecho en el negocio, pero yo veía a mi papá sereno y tranquilo, confiado y calmado en medio de la tormenta como si el negocio estuviera muy bien. Ahora miro hacia atrás, y entiendo que es porque él no confiaba en las personas que habían comprado su producto como su provisión.
Él estaba confiando en Dios como su proveedor, y «Señor, si quieres proveer a través de este medio, está bien. Si quieres quitarme este otro y proveer por algún otro medio, está bien. Tú eres mi proveedor». Mi esperanza viene del Señor.
¿Adónde estás mirando para satisfacer tus necesidades? ¿A quién? ¿Hacia qué? ¿Cuál es la fuente de tu sustento? ¿Hacia dónde vas para satisfacer tus necesidades? ¿A quién le pides?
¿Le estás pidiendo al Señor, o simplemente haces lo que muchas de nosotras hacemos? Vamos al Señor cuando la respuesta no llega y nos quejamos. ¿Por qué no ir a Él en primer lugar y no como el último recurso, sino como la primera respuesta? «Señor, danos hoy nuestro pan de cada día», sabiendo que Él es un Padre que se preocupa y que es capaz y está deseoso de satisfacer las necesidades de Sus hijos.
Annamarie: Nancy DeMoss Wolgemuth regresará para orar con nosotras. Ella nos ha estado ayudando a evaluar nuestras prioridades y a traer nuestras necesidades diarias delante de nuestro buen Padre, de modo que podamos descansar en Él.
Ahora, si Dios es un gran proveedor, como escuchamos hoy, ¿por qué no siempre nos da lo que le pedimos? El lunes, Nancy abordará esta pregunta. Ahora oremos juntas.
Nancy: Padre, quiero agradecerte por Tu fidelidad. Quiero decirlo en público. Gracias por Tu fidelidad hacia mí. Gracias por Tu fidelidad para Aviva Nuestros Corazones. Has sido tan generoso y tan bondadoso.
Gracias por la gente que has utilizado para ministrar a mis necesidades físicas y materiales y por suplir las necesidades de este ministerio; pero Señor, en última instancia, nuestros ojos están puestos en Ti. Tú eres nuestro proveedor. Te doy gracias por ello.
Señor, te doy gracias porque Tú eres el que va a proveer para las necesidades de hoy, el pan que necesito hoy y mañana, ese pan de cada día, el día siguiente y el siguiente. Así que, Señor, vengo a Ti en obediencia a Tu Palabra, y por eso te digo: «Señor, Padre nuestro, danos hoy nuestro pan de cada día». Por eso seremos agradecidas, y con eso, nos contentaremos. Yo ruego en el nombre de Jesús, amén.
Annamarie: Orando «danos hoy nuestro pan de cada día» juntas, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de La Biblia de las Américas, a menos que se indique lo contrario.
1 C. O. Rosenius. «¡Oh, qué amigo nos es Cristo!»
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