Libre de las mentiras de tu pasado
Annamarie Sauter: ¿Te has visto tentada a creer la mentira: Dios no me ama? Aquí está Robert Wolgemuth.
Robert Wolgemuth: La verdad es que Dios me ama. Él fue a la cruz por mí. A pesar del hecho de que soy un pecador, he sido salvado por Su gracia. ¿Puedes imaginar esto? Es tan poderoso que nunca debemos dejar de asombrarnos de que Dios nos conozca, nos ame y nos acepte.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
Dannah Gresh: Nancy, estamos en el tercer día de una serie de programas fascinantes basada el libro, «Mentiras que los hombres creen».
Nancy DeMoss de Wolgemuth: Sí, y esa es una de las publicaciones más recientes de toda una familia de libros de «mentiras». He pensado en este tema durante mucho tiempo. Desde el año 2001, cuando escribí Mentiras …
Annamarie Sauter: ¿Te has visto tentada a creer la mentira: Dios no me ama? Aquí está Robert Wolgemuth.
Robert Wolgemuth: La verdad es que Dios me ama. Él fue a la cruz por mí. A pesar del hecho de que soy un pecador, he sido salvado por Su gracia. ¿Puedes imaginar esto? Es tan poderoso que nunca debemos dejar de asombrarnos de que Dios nos conozca, nos ame y nos acepte.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
Dannah Gresh: Nancy, estamos en el tercer día de una serie de programas fascinantes basada el libro, «Mentiras que los hombres creen».
Nancy DeMoss de Wolgemuth: Sí, y esa es una de las publicaciones más recientes de toda una familia de libros de «mentiras». He pensado en este tema durante mucho tiempo. Desde el año 2001, cuando escribí Mentiras que las mujeres creen.
Y luego llegaste tú, Dannah, en el 2006 y tú tenías una carga grande en tu corazón por las adolescentes, porque las mamás nos decían: «Ojalá hubiera aprendido sobre estas verdades y estas mentiras antes de caer presa de ellas. Mi vida habría sido tan diferente». Así que me ayudaste a escribir. . .
Dannah: Las mujeres sentían que esas mentiras quizás habían sido plantadas, o al menos ya estaban firmemente arraigadas en su adolescencia.
Nancy: Así es.
Dannah: Nos rogaban: «Ayúdennos a trabajar con nuestras hijas».
Nancy: Así que escribimos Mentiras que las jóvenes creen. Y has estado activa en el ministerio de las adolescentes, y con las adolescentes durante tantos años y has aportado mucha sabiduría y conocimiento al respecto.
Y de hecho, acabas de terminar de trabajar en otro libro, porque te diste cuenta de que «tenemos que enfatizar esto en una edad mucho más temprana para las jóvenes».
Dannah: Mentiras que las niñas creen es para niñas de siete a doce años de edad, y hay una guía para la acompañante, es una guía para madres, de Mentiras que las niñas creen.
Nancy: Esta será una forma poderosa en que las mamás ayudarán a sus niñas a caminar, plantando las semillas de esas verdades en sus vidas para que no crezcan con estas horribles raíces de mentiras, sino que puedan crecer en la verdad.
Estamos agregando este nuevo libro a la familia. Estos días hemos estamos hablando de Mentiras que los hombres creen. El Señor trajo a Robert a mi vida. Cariño, gracias y bienvenido a la transmisión.
Robert: …Para hacer algo más que escribir un libro.
Nancy: Eso es correcto. (Risa)
Pero para que podamos caminar, crecer y cometer errores juntos. Realmente, para ambos, pienso mucho en lo que compartimos. . . Has escrito más libros que yo, más de veinte. Creo que los dos diríamos que mucho de lo que escribimos es simplemente lo que desborda de nuestros propios errores.
Robert: Sin duda.
Nancy: Insuficiencias, debilidades, necesidades, clamando al Señor y diciéndole: «Ayudanos en esta área». Así que Él lo escribe en nosotros.
Robert: Así es.
Nancy: Y luego, a través de nosotros.
Así que estoy muy agradecida de que hayas tenido la pasión y la fidelidad para perseverar en lo que tú y yo sabemos, y Dannah, tú y tu esposo Bob, que está también aquí con nosotros en el estudio...
Bob Gresh: Es muy divertido estar aquí.
Nancy: Todos sabemos que esto ha sido y es un trabajo arduo, es muy duro escribir un libro.
Dannah: Así es.
Nancy: Pero tú perseveraste. Y Bob, estás sentado aquí con una copia del libro, y sé que acabas de leerlo recientemente. ¿Cuáles son algunas de las mentiras que aborda Mentiras que los hombres creen, que simplemente captaron tu atención a medida que lo leías?
Bob: Bueno, hay cuarenta mentiras aquí. Las que elegí son:
● «Puedo ocultar mis pecados secretos ya que solamente me dañan a mí».
- «Lo que mi esposa no sabe, no le hará daño».
- «Tengo derecho a estar enojado cuando las cosas no van a mi manera».
- «Me miden en la forma en que me comparo con otros hombres».
- «El mundo está empeñado en mi contra».
- Y, «no puedo evitar la forma en que reacciono ante ciertas personas o circunstancias».
Pero hay, literalmente, cuarenta de ellas aquí que golpearán fuertemente a los hombres.
Dannah: Les darán un golpe fuerte y les darán a sus esposas empatía y comprensión.
Nancy: Y percepción.
Dannah: Sí, y visión, que es lo que hemos estado ganando en estos últimos días.
Si te has perdido los primeros dos días de la transmisión, te animamos a que visites www.AvivaNuestrosCorazones.com y escuches o leas la transcripción, porque siento que conozco y entiendo mejor a mi esposo luego de estos dos días de transmisión.
Pero tengo que decirte algo honestamente, Nancy: Tu esposo Robert parecería bastante perfecto en la mayoría de esos pequeños momentos, pero sé que no es perfecto.
Robert: ¿Debo salir de la habitación mientras hablas? (Risa)
Nancy: Ambos estamos en proceso. Y te queremos aquí.
Dannah: No. Robert, quizás eres lo más cercano que conozco a un hombre perfecto, pero . . .
Robert: No quiero escuchar esto. No es verdad.
Nancy: Dannah, hay un incidente que ocurrió cuando éramos novios. ¿Crees que deberíamos pedirle a Robert que nos cuente sobre eso?
Dannah: Creo que deberíamos hacerlo Nancy, nuestros oyentes necesitan saber que es humano.
Dannah: Ustedes habían salido de una cita. ¿Es así?
Robert: En realidad, estábamos volviendo a casa tarde en la noche después de cenar con unos amigos en Chicago.
Dannah: Okay a este punto Nancy, todavía estás conociendo a este Robert. ¿Verdad?
Nancy: Así es.
Robert: Sí. Así que llegamos tarde en la noche, conduciendo hacia Michigan después de cenar con buenos amigos. Yo vivía en Orlando, Florida, en ese momento. En la mayoría de las carreteras de peaje de Florida, las vías de peaje, las señales están por encima de la cabeza, pasas sin problema. Ni siquiera tienes que frenar.
Nancy: Pero no estabas en Orlando.
Robert: (Suspiro) Lo sé. Era tarde en la noche. No me di cuenta de eso.
Nancy: Y no eres una persona que se mantiene despierta tarde en la noche (ya hemos hablado de eso).
Robert: No soy una persona nocturna. Había tres lugares por los que podías pasar y había luces verdes sobre cada uno de estos carriles, y pensé: esto es como en la Florida, puedes simplemente atravesar por uno de estos carriles, ¿no es así?
Nancy: ¿Y qué tan rápido íbamos, cariño?
Robert: Oh, al límite de velocidad tal vez. Bien, ni siquiera comencé a disminuir la velocidad.
Dannah: Mínimo 55.
Robert: Correcto. Al menos 55 millas por hora.
Nancy: Y todo esto sucedió tan rápido... estoy en el asiento del pasajero, y veo que el brazo (del peaje) está abajo. El único tipo de peaje que conozco es en el que te detienes, te acercas, esperas a que suba el brazo y luego continúas. Pero en fracción de segundos me doy cuenta de que «Robert no está desacelerando».
Robert: En lo absoluto ... Entonces, sí, golpeé ese brazo como a 60 o 65 millas por hora, y lo que sé es que cayó sobre nosotros explotando en el parabrisas.
Dannah: ¡Oh no!
Robert: No rompió el parabrisas, pero se hizo añicos.
Nancy: ¡Ni siquiera tuve tiempo de decir: «¡Cariño!», o «¡para!» Simplemente todo sucedió muy rápido.
Robert: No creo que en ese momento me estuvieras llamando cariño.
Nancy: No, no lo creo.
Robert: «Pero, hombre, ¿qué acabas de hacer?»
Nancy: Tuve este pensamiento fugaz, fue muy breve, pero, «¡este hombre está loco!»
Robert: ¡Está loco! Está bien. (Risa)
Entonces, de todos modos, esa es la verdad. Esa es una historia real. Eso realmente sucedió. No hubo daños mayores, gracias a Dios.
Dannah: El autor de Mentiras que los hombres creen, mis amigos. (Risa)
Robert: Eso es correcto. Exactamente.
Dannah: Y volviendo nuestra atención a Mentiras que los hombres creen...
Robert: ... y el brazo del peaje que te hace libre.
Dannah: El libro realmente es conmovedor, Robert. Hay tantas historias e ideas que como esposa abrieron mi corazón para comprender mejor a mi esposo.
Y una de ellas es una historia que nos ayuda a comprender que tantas veces las mentiras que nuestros esposos, compañeros de trabajo, quizás incluso nuestros pastores viven, fueron depositadas en ellos por personas respetadas por ellos, de confianza, cuando eran niños o adolescentes.
Robert: Sí. Porque tú y Bob son buenos amigos nuestros, sabemos que tienes algo en tu mesita de noche. Nos has dicho esto. Empieza por ahí.
Dannah: Bueno, hace aproximadamente un año, cuando Dios hacía crecer la empatía en mí por mi propio esposo, simplemente siendo paciente y extendiéndole gracia. . . La misma gracia que Jesús me ha dado a mí, a veces me cuesta mucho extenderla a mi esposo.
Así que Dios realmente lo puso en mi corazón, el tomar una foto que había visto de él. Era tan solo un niño, tal vez de cuatro años, y algunas veces, como niños, somos grandes observadores de la vida, pero no grandes intérpretes sobre las experiencias que hemos tenido. Y simplemente me ayuda a brindarle empatía y gracia; la misma gracia que recibo de Jesús, a veces me cuesta mucho dársela a mi esposo. Pero cuando recuerdo que un día era tan solo un pequeño, eso me ayuda mucho.
Bob cuenta una historia con bastante frecuencia sobre un momento en el que alguien a quien conocía y en quien confiaba cuando era un adolescente le dijo a su vida una mentira que realmente impactó nuestro matrimonio durante muchos años. Cariño, podrías contar esa historia para que puedan entender por qué esa imagen significa tanto para mí.
Bob: Bueno, en mi vida tuve una especie de padre espiritual que fue muy influyente en mí. Yo jugaba tenis, todavía juego tenis, pero en la secundaria era un buen jugador. Era el número dos en el equipo. También, jugaba en la universidad. Estaba en la casa jugando y estaba ganando por muchos puntos, como en el último set, cinco a dos o algo así.
Él se recuperó y me ganó siete a cinco. Y fue desagradable, pero cuando nos encontramos en la malla para estrecharle la mano, me estrechó y me dijo: «Sabía que te iba a ganar porque no tienes el instinto asesino, y los Greshes nunca terminan nada»
Robert: Wow.
Bob: Lo recuerdo como si fue ayer, y me puso una etiqueta, no solamente que no termino lo que comienzo, sino que soy débil y perezoso. No tenía intención de hacer eso, pero de repente, ser el número dos en el equipo de tenis no era algo de lo que estuviera orgulloso. Era solo que no era lo suficientemente bueno como para ser el número uno, así que no terminé.
Robert: Oh.
Bob: En mi vida, una de mis luchas por la que tengo que orar todo el tiempo, es rechazar esa etiqueta de ser perezoso y de no terminar lo que comienzo. Debido a que mis puntos fuertes son que soy muy trabajador y que inicio los proyectos, entonces comienzo las cosas y luego dejo que otras personas que son mejores gerentes que yo, lo tomen y terminen.
Dannah: Entonces, como esposa, escuchar esa historia y mirar esa foto del «pequeño Bob», me da empatía. Animo a las mujeres a crear un espacio donde se puedan escuchar a sí mismas: «¿Cuáles fueron las cosas que hablaron a tu corazón que crearon parte del dolor que aún puede estar afectándote hoy, y por lo tanto, te afectan como pareja?»
Creo que al llegar a esta historia en el libro que escribiste, simplemente reabrí eso y me recordó lo importante que es.
Robert: En realidad, hay diferentes metáforas que puedes usar, como una grabación que se repite en tu mente. Como adulto escuchas esta grabación una y otra vez, «Greshes no termina lo que empieza», y luchas con eso. Ese hombre puede no haber tenido la intención de hacer daño, pero eso fue absorbido por un joven que respetaba a este hombre mayor, y él lo creyó. Era mentira, pero él lo creía.
Es, si cabe la palabra, lo que te ha perseguido toda tu vida.
Bob: Lamentablemente es así. Es como la música de fondo de mi vida.
Robert: Exactamente. «¿Es eso realmente cierto?»
Cuando era joven, Bill Glass, número 80, del Cleveland Browns, era un creyente comprometido. Amaba a Jesús. Le oí hablar cuando era joven. Cuando dejó la liga de fútbol comenzó un ministerio en la prisión.
Esto es lo que hacía Bill Glass cada vez que se paraba frente a un gran grupo de internos, en la prisión. Él les hacía esta pregunta, «está bien, hombres. ¿Cuántos de ustedes crecieron con un padre que les dijo: Algún día terminarás en un lugar como este?»
Y cuando Bill Glass cuenta esa historia, dice: «Todas las manos se levantaron».
Nancy: Wow.
Robert: Así que hay un niño de cuatro años, o un chico de dieciséis años, y una persona que él conoce, que tal vez respeta, ciertamente un adulto, una persona madura, y cuando eres niño los adultos (para ti) siempre dicen la verdad. ¿Cierto? Así es. Lo que te dicen te impacta el resto de tu vida. Y entonces, podría ser que, si eres un hombre y escuchas esto, estás tratando con algo, una mentira que alguien te haya dicho cuando eras un niño.
Hace años, un hombre que trabajaba para mí, me contó que su maestro de primer grado le dijo: «Nunca vas a llegar a nada». Y eso lo persiguió el resto de su vida. Él luchaba con eso.
Entonces, ¿qué tan importante es la cruz? ¿Qué tan importante es que Jesús nos dice: «Valió la pena que yo muriera por ti? Vales la pena. Vine a la tierra para redimirte y darte un nuevo corazón, para diseñar un plan para ti que ni siquiera puedes imaginar, una cosa maravillosa que tengo para ti». ¿Qué produce esto en ti?
La mentira es: «Nunca vas a llegar a nada».
La mentira es: «Vas a terminar en un lugar como este».
La verdad es: «Dios me ama. Él fue a la cruz por mí. A pesar del hecho de que soy un pecador, he sido salvado por Su gracia». ¿Puedes imaginar eso? Eso lo escuchamos mucho, escuchamos la radio cristiana o vamos a la iglesia. Oímos eso, y es viejo. «Sí, sí. Yo sé eso».
Es una verdad tan poderosa que nunca debemos alejarnos del asombro de que Dios me conoce, me ama y me acepta.
Nancy: Esto es algo enorme. No es solo para hombres. Es para las mujeres también. Estas mentiras que se plantan en nuestros corazones cuando somos pequeños, de cualquier fuente.
Nos sentamos a almorzar hoy los cuatro con un amigo, y escuchamos el precioso testimonio de alguien que tuvo un fracaso que le cambió la vida. Cayó en pecado, perdió su trabajo y ahora está siendo restaurado y redimido. Caminó a través de un proceso y está en un lugar muy bueno. Pero justo cuando reflexionó sobre lo que le llevó a eso, habló sobre cómo, de niño, había mentiras que se habían plantado en su pensamiento.
Robert: Sí, y él usó esa palabra.
Nancy: «Eres inútil. No vales nada». En ese momento, no estás pensando: ¿Es esto verdad o es mentira? Lo estás absorbiendo. Lo estás procesando.
Robert: Sí.
Nancy: Y cada uno de nosotros tiene cosas que creemos que otros nos han dicho o que hemos recogido a nuestro alrededor en nuestras circunstancias; que nos hemos dicho, creído y luego actuamos y esa área de engaño se convierte en nuestra identidad.
Robert: Sí.
Nancy: De lo que estamos hablando en Mentiras que las mujeres creen, Mentiras que las jóvenes creen, Mentiras que las niñas creen, y ahora Mentiras que los hombres creen, es identificar las identidades incorrectas, el engaño, las cosas que no son ciertas y que han creado estragos en varias áreas de nuestras vidas, nos ponen en esclavitud, mental, emocional, y espiritual. No somos libres.
Regresamos y replanteamos quiénes somos y qué es verdad. Regresamos a la Palabra de Dios y rechazamos las mentiras y las reemplazamos con la verdad.
Pero fue interesante escuchar a este hombre decir: «No sucedió de la noche a la mañana». Y es por eso que leer un libro como este de la familia de «mentiras» puede ser realmente liberador. Pero hay un proceso, un proceso de trabajo arduo.
Bob: Sí. Una de las cosas que te das cuenta cuando lees el libro es que no sabes que estás siguiendo estas mentiras. O no siempre sabes las mentiras que crees.
Robert: Eso es correcto.
Nancy: Esa es la naturaleza del engaño. Nos engaña. ¿No es cierto?
Robert: Cierto.
Bob: Sí. Lo estudio mucho porque es una de las cosas que más enseñamos en nuestro ministerio. Muchas veces las mentiras son una falsificación de la verdad sobre nosotros.
Nancy: Está cerca, pero no es cierto.
Bob: Cierto. Entonces, en otras palabras, soy un gran trabajador. Comienzo bien las cosas. Pero la mentira del enemigo era justo lo contrario. Muchas veces puedo identificar una mentira en la vida de una persona al pensar lo contrario. A veces, la persona más inteligente en un lugar determinado dirá que es tonta.
Yo animaría a los esposos y las esposas a preguntarse unos a otros. Piensen en lo que les sucedió que les afectó en la vida, la música de fondo.
Robert: Wow. ¿Recuerdas la historia de Gulliver? Aquí está en esta isla con estos liliputienses para poder acabar con cada uno de ellos. Pero juntos, ¿qué hicieron? Un hilo fácilmente se rompe. Dos, tres, hilos fácilmente se rompen. Pero a Gulliver lo cubrieron con muchos hilos hasta que lo inmovilizaron. Lo mismo hacen las mentiras.
Juan 8 es la respuesta. La única manera de ser libre en Jesús: «Si el Hijo os libertare seréis verdaderamente libres» (v. 32).
Así que podríamos hablar de varias soluciones a todo esto, pero en realidad, es Jesús. Es nuestra relación con Él y la cruz lo que nos hace libres. Podemos hablar sobre todo tipo de mentiras y cómo hemos maniobrado alrededor de ellas, pero es realmente muy fácil resumir todo esto. Jesús dijo en Juan 8: «Si el Hijo os libertare, entonces ... seréis verdaderamente libres». Podemos hablar sobre cómo llegamos aquí: nuestra maestra de segundo grado, nuestra maestra de kindergarten, una jugadora de tenis cuando tienes dieciocho años, o lo que sea. Eso es todo verdad. Eso realmente sucedió. Fuimos impactados cuando éramos niños. Entonces la pregunta es: ¿Qué vas a hacer con eso?
Dannah: Sí. Amén.
Robert: Y la respuesta es: Jesús, que nos libera.
Nancy: Pero también creo que es un proceso, de la misma manera que fue un proceso para llegar a la esclavitud. Aquí es donde Pablo habla de «renovar nuestra mente» en el capítulo 12 de Romanos.
Debido a que hemos escuchado esa música de fondo durante tanto tiempo, hemos llegado a creer que es verdad.
Robert: Eso es verdad.
Bob: Es «llevar cautivo cada pensamiento».
Nancy: Es «derribar argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Cristo».
Y capa por capa, línea sobre línea, ir renovando nuestras mentes, aconsejando a nuestros corazones de acuerdo con la verdad.
Robert: Así es.
Nancy: Dannah y yo tenemos una amiga muy dulce que camina por algunas aguas muy profundas y difíciles relacionadas con el trauma y el abuso infantil y algunas cosas horribles que escribieron la narrativa de su vida.
Ella conoce a Cristo y sabe la verdad. Es una preciosa mujer cristiana. Pero muchas de esas mentiras todavía la mantienen en cautiverio.
Hemos caminado con ella durante los últimos años a medida que, poco a poco, se van exponiendo esas mentiras. Ellas se han ido desenredando. Están siendo reemplazadas por la verdad. Pero no sucede de la noche a la mañana, para ninguno de nosotros.
Robert: Eso es cierto.
Dannah: Robert usó la metáfora de un casete tocando en tu cabeza.
Nancy: Sí, él mencionó lo de las grabaciones y para los que recuerdan los casetes, identifican su edad. (Risas)
Dannah: Sí, para aquellos que recuerdan. Creo que es importante tener en cuenta que hemos insistido mucho en esas mentiras.
Hemos pensado en ese momento en la cancha de tenis. Hemos pensado en nuestros padres que dicen: «Vas a terminar de esta manera», una y otra y otra vez.
Y la manera en que reemplazamos esa mentira con la verdad es tomando la Palabra de Dios. . . Y Nancy, . . . morando en ella.
Renovándonos y cambiando el casete que está sonando en nuestra cabeza.
Robert: Eso es correcto.
Dannah: Para mí, esa ha sido la batalla que he tenido debido a las mentiras que he creído.
Cuando empecé a enseñar me sobrecogía tanto temor que estaba casi en una posición fetal. Bob podría decirte que tendría que consolarme, abrazarme y decir: «No, tu testimonio es bueno. Tu historia es buena. Estás redimida. Es por la gracia de Dios que has sido sanada». Pero no lo creí.
Entonces comencé a citar: «Dios no me da un espíritu de temor, sino de poder, amor y de dominio propio» (2 Tim. 1: 7).
He desgastado ese verso en mi cabeza. Si pudieras verlo en mi cabeza, estaría destrozado y desgarrado luchando en la batalla para reemplazar el casete que toca en mi mente de que debería tener miedo de mi historia.
Bob: El verso al que voy es Efesios 2:10: «Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús». Es fácil para mí creer en las cosas de juicio, cuando leo la Biblia, sobre mí. Es fácil para mí leer cosas negativas sobre mí mismo.
Pero hablamos de la palabra griega para obra maestra, que es la raíz del problema, y quiero mantener eso en mi mente porque eso es lo que Dios dice que soy.
Nancy: Y la palabra ahí es poiema, que tiene allí el significado de obra maestra.
Dannah: La más alta obra de arte.
Entonces, Nancy, realmente, tu corazón para Mentiras que las mujeres creen, y ahora Mentiras que los hombres creen, es que los hombres y las mujeres estén equipados, no solo para identificar las mentiras...
Nancy: ...Sino para reemplazar esas mentiras con la verdad.
Por eso me encanta, Robert, por cada mentira que mencionas en Mentiras que los hombres creen, llegas a la verdad. ¿Cuál es la verdad que nos hace libres?
Y nuestra esperanza, aquellos de nosotros que estamos sentados alrededor de esta mesa, y lo que Dios está haciendo en nuestros corazones es que Él está reemplazando las mentiras con la verdad. Y cómo esas mentiras han sonado como música de fondo durante años y años, ahora queremos que la nueva música de fondo, la verdad de la Palabra de Dios, la dulce, bella, liberadora y vivificante verdad de la Palabra de Dios sea la que habite en nosotros y en la que meditamos.
Y mi esperanza es que muchas mujeres que están escuchando este programa lean Mentiras que las mujeres creen, y quizás lean Mentiras que los hombres creen, para entender mejor a los hombres en sus vidas, pero también que Dios use este libro en los corazones de miles y miles de hombres. Para que hombres y mujeres hablen juntos. Estas son las mentiras. En ambos libros aparecen en categorías similares.
El libro, «Mentiras que los hombres creen» ahora está disponible en español, así que animamos a toda oyente a adquirirlo. Lo pueden encontrar en AvivaNuestrosCorazones.com, en nuestra tienda en línea.
Y cariño, estoy muy agradecida de que hayas escrito este libro, y creo que Dios lo va a usar para liberar a muchos hombres.
Nancy: Y a ti que nos escuchas, sé que aprecias cuando recomiendo libros que creo que serán una bendición y un estímulo, por lo que si crees que tu esposo estaría interesado en esto, no se lo regales, más bien recomiéndaselo como algo que sería una bendición para ti si él lo leyera. Me encantaría, Dannah, si pudiéramos cerrar esta vez orando por nuestros hombres.
Dannah: Sí.
Nancy: Nuestros esposos, papás, hijos, padres, que Dios los bendiga con la verdad, con coraje, con fe. Sé que esto ha sido una gran parte de tu ministerio, así que te pido por favor que cierres nuestro tiempo y ores por los hombres que amamos.
Dannah: Sí. Me encantaría.
Señor Jesús, te agradecemos que hayas creado a los hombres y que hayas declarado sobre ellos que son buenos. Y en una cultura que a menudo pronuncia un mensaje diferente, queremos ser mujeres que afirmen esa verdad. Empieza ahí, Señor.
Te agradecemos por Robert y Bob y los esposos, hermanos y padres que escuchan ahora con las mujeres que aman. Ellos son buenos hombres. Y rogamos, Señor, que nos hagas mujeres que cooperen contigo para arrancar las mentiras que han plagado sus corazones y que ellos planten la verdad de que fueron creados a imagen de Dios, que son hechura tuya.
Oramos, Padre, para que realmente utilices esta transmisión y este libro, Mentiras que los hombres creen, para cambiar el casete, la música, la canción de fondo en las cabezas y las mentes de los hombres para que puedan vivir verdaderamente en la verdad que los hace libres. En el nombre de Jesús pedimos esto, amén.
Annamarie: Muchos creyentes que dicen ser «provida», no son realmente «provida». Descubre por qué, al Nancy llevarnos al corazón de algunos de los temas controversiales a los que nos enfrentamos en nuestros días. Esto será, en nuestra próxima serie, aquí en Aviva Nuestros Corazones.
Caminando en la verdad juntas, Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.
Todas las Escrituras son tomadas de La Biblia de las Américas a menos que se indique lo contrario.
Libre en Ti, Iglesia Cristiana Oasis, El Misterio de Tu Amor, ℗ 2015 Iglesia Cristiana Oasis
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Recursos del Episodio
Serie, «Mentiras que las mujeres creen»
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