Las diferencias no tienen que ser obstáculos
Annamarie Sauter: Gary Thomas nos habla sobre la importancia de predicarnos el evangelio para poder amar a las personas que están más cerca de nosotras.
Gary Thomas: Creo que mientras más profunda es tu relación con el Señor –y de nuevo, no me refiero a clichés religiosos sino a que mientras más te predicas el evangelio– más podrás ofrecerle el evangelio a tu cónyuge todos los días. Y el evangelio es la historia, la verdad y el perdón de Jesús para ti, de modo que lo puedas compartir con otros.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
Nancy DeMoss Wolgemuth: ¿Alguna vez pensaste que me escucharías hablar de «mi esposo»? Es algo que aún para mí sigue siendo increíble. ¡Y me encanta eso! Robert y yo hemos disfrutado mucho aprendiendo de autores de libros y de otros recursos de cómo …
Annamarie Sauter: Gary Thomas nos habla sobre la importancia de predicarnos el evangelio para poder amar a las personas que están más cerca de nosotras.
Gary Thomas: Creo que mientras más profunda es tu relación con el Señor –y de nuevo, no me refiero a clichés religiosos sino a que mientras más te predicas el evangelio– más podrás ofrecerle el evangelio a tu cónyuge todos los días. Y el evangelio es la historia, la verdad y el perdón de Jesús para ti, de modo que lo puedas compartir con otros.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
Nancy DeMoss Wolgemuth: ¿Alguna vez pensaste que me escucharías hablar de «mi esposo»? Es algo que aún para mí sigue siendo increíble. ¡Y me encanta eso! Robert y yo hemos disfrutado mucho aprendiendo de autores de libros y de otros recursos de cómo «entender» este tema del matrimonio.
He hablado con personas que han estado casadas treinta, cuarenta, cincuenta años, y todavía están creciendo, todavía están aprendiendo. Así que tenemos un largo camino por recorrer, pero nos encanta esto y lo que Dios está haciendo en nuestras vidas en esta etapa.
Y estoy muy contenta hoy de darles la bienvenida a Aviva Nuestros Corazones a unos nuevos amigos, Gary y Lisa Thomas. Hablaremos más sobre quiénes son y por qué están en el programa hoy. Gary y Lisa, bienvenidos a Aviva Nuestros Corazones.
Lisa Thomas: Muchas gracias Nancy. Es bueno estar aquí.
Gary: Sí, gracias por invitarnos.
Nancy: Gary Thomas es un autor que sirve en el personal y en el equipo de enseñanza de la Segunda Iglesia Bautista en Houston, Texas. Es autor de dieciocho libros, incluyendo Matrimonio Sagrado, uno de sus libros más vendidos y que de hecho está disponible en español.
Gary, normalmente cuando participas en entrevistas como esta, estás solo –porque eres el autor de estos libros –pero tu esposa, Lisa, aceptó amablemente estar con nosotros hoy. Gracias, Lisa, por ser parte de esta conversación, porque creo que nuestras oyentes quieren escuchar no solo lo que tu esposo piensa sobre el matrimonio, sino también lo que tú piensas sobre esto. ¡Muchas gracias!
Lisa: De nada.
Nancy: Gary, he leído tus libros a lo largo de los años. Has hecho un gran trabajo en hablar al corazón de los matrimonios y darles una perspectiva bíblica. Y ahora que estoy casada, dos de tus libros –uno de ellos bastante reciente– se han convertido en grandes recursos para mí.
En el día de hoy –y a lo largo de esta serie– vamos a hablar del contenido de esos dos libros. Uno se llama Valorar: La palabra que lo cambia todo en el matrimonio, (y quiero que hablemos de por qué lo cambia todo). Y luego otro que mi esposo y yo hemos leído juntos llamado Devocionales para un Matrimonio Sagrado (que solo está disponible en inglés); es un año de devocionales semanales para parejas.
Compartiremos los enlaces para adquirir algunos de estos libros en la transcripción de este programa, en nuestra página web, avivanuestroscorazones.com. Y bueno, me interesa saber, Lisa y Gary, para empezar, ¿cómo se conocieron?
Lisa: Bueno Nancy, nos conocimos en el grupo juvenil de secundaria, en octavo y noveno grado. Tuvimos una «pequeña relación» de dos semanas en ese tiempo.
Nancy: ¡Dos semanas es mucho tiempo cuando estás en secundaria!
Lisa: Sí. Nos sentamos juntos en la iglesia durante dos semanas, y luego rompí con él porque ya salíamos de vacaciones…y nunca se sabe. Cuando regresé, había otra chica nueva en el grupo de jóvenes, así que…se acabó. También mi familia se mudó y ya más adelante nos volvimos a encontrar en la universidad.
Nancy: ¡Wow! ¿En qué estado vivían cuando se conocieron?
Lisa: En el estado de Washington.
Nancy: ¿Te mudaste a otro estado?
Lisa: No, solo a una hora de distancia, que en ese momento era una eternidad.
Nancy: Entonces, Gary, ¿en esos años que pasaron, te acordabas de Lisa? ¿Venía ella a tu mente?
Gary: ¡Oh, absolutamente! Quedamos en contacto. Incluso nos escribíamos un poco y nos veíamos. El primer año de universidad, lo que ella hacía era pedir prestadas cintas de casete. Algunos de los oyentes más jóvenes no recordarán lo que era esto, ¡pero yo tenía la mejor colección de música cristiana contemporánea en casetes!
¿Recuerdas esas ofertas: «Compra cuatro y obtén una gratis»?
Nancy: Sí.
Gary: Tuve una colección de todos los cantantes de ese tiempo. Así que le daba cinco o seis, y ella me los devolvía uno por uno. Ella decía «te los devuelvo más tarde…»
Nancy: ¿Entonces eso era una estrategia?
Gary: Eso es lo que dice ella…
Lisa: Más excusas para pasar por su habitación y llamar a la puerta. Terminamos en la misma área de dormitorios ese año, cuando yo era estudiante de primer año y él era estudiante de segundo año.
Gary: ¡Tomó un par de años, y fue la experiencia más surrealista! Yo salía con otra joven de nuestro ministerio universitario en ese entonces. Recuerdo la primera vez que pasé cerca de Lisa…yo estaba tomado de la mano con esta joven (creo que por primera vez).
Pasé frente a Lisa y me sentí culpable…¡y no estábamos saliendo! Pero tuve este sentimiento de culpa.
Lisa: Le había dicho a mi hermana: «Me voy a casar con él. ¡No sé por qué él no lo sabe todavía!»
Nancy: ¿Y cómo lo supiste?
Lisa: Era una sensación casi inevitable, como si simplemente fuera a suceder… No lo sé.
Nancy: Recuerdas en ese entonces, ¿qué era lo que te atraía hacia él? ¿Qué notaste?
Lisa: Bueno, es lindo, obviamente. Yo tenía dieciocho años en ese momento. Él tenía una relación especial con Dios. También era divertido y tenía buena música.
Nancy: Y ¿cuánto tiempo te llevó romper con esa otra chica?
Lisa: Casi un año…
Gary: Alrededor de seis meses. La mayor parte del año escolar, probablemente.
Nancy: Y luego se unieron ustedes dos.
Gary: Sí. Y les hemos hablado a nuestros hijos de esos brazaletes que dicen: «¿Qué haría Jesús?», pero que cuando se trate de citas digan: «¿Qué hizo papá?», ¡y que hagan todo lo contrario!»
Nancy: Entonces, no es la historia que recomiendas.
Gary: Nuestros hijos no tendrían pareja en la secundaria ahora. Creo que era una época diferente en ese entonces.
Nancy: ¿Te casaste mientras aún estabas en la universidad?
Lisa: Así es. Gary acababa de graduarse. Me quedaba un año para terminar, así que hice una pausa mientras él iba al seminario. Tuvimos nuestra primera bebé, y finalmente volví a la escuela cuando ella tenía dos años y terminé.
Nancy: ¡Wow, así que ustedes estaban jóvenes!
Lisa: Yo tenía diecinueve años, pero ya había cursado tres años de universidad.
Gary: ¡Tenías casi veinte! Estabas a tres semanas de cumplir veinte años.
Nancy: Escuchen esto, mi madre se casó a los diecinueve años. Me tuvo nueve meses y cuatro días después, y a lo largo de los primeros cinco años de matrimonio tuvo seis hijos…tenía veinticuatro años más o menos.
Lisa: Así es la historia de mi madre también. Se casó a los diecisiete años y yo soy la número cinco. Ella tenía veintiséis años cuando nací.
Nancy: Lisa, ¿vienes de un trasfondo cristiano?
Lisa: Sí, Nancy. Al principio crecí en la iglesia católica, y siempre asistíamos a la iglesia y rezábamos juntos. Y luego, cuando estaba en la secundaria, mis padres fueron invitados a una iglesia bautista. Al principio era muy extraño para nosotros, pero allí se convirtieron en creyentes.
Nancy: Entonces, cuandollegaste al matrimonio eras joven y aún no habías terminado la universidad. ¿Tenías sueños, expectativas o deseos? ¿Cuál era tu concepto del matrimonio?
Lisa: Bueno, algo importante es que nuestros padres siguieron casados. Los padres de Gary han estado casados sesenta años y los míos estuvieron casados casi cincuenta y cinco antes de que mi padre falleciera. Así que supongo que tenía la expectativa de que permaneceríamos juntos.
Y mis padres eran cariñosos el uno con el otro y trabajaban juntos, así que pasaban mucho tiempo juntos. No sé si modelaron exactamente lo que estaba buscando, pero definitivamente modelaron el hecho de que se habían mantenido juntos; el compromiso era importante para ellos.
Nancy: La perseverancia… llegar hasta el final…
Lisa: Sí, definitivamente.
Nancy: Y Gary, al casarte, ¿qué tipo de sueños, expectativas o esperanzas tenías?
Gary: ¡Teníamos muchos sueños! Pero no teníamos mucho dinero…eran solo sueños y expectativas. Pero ambos nos especializamos en ministerio universitario. Así que nuestro pensamiento fue: ¿Qué quiere Dios que hagamos?Esa fue realmente la primera consideración.
Consideramos ir de misiones a Indonesia, así que terminé yendo a un seminario, y luego entramos en el ministerio del campus como parte de eso. Pero realmente…para mí, mi expectativa era encontrar una compañera y encontrar nuestro lugar en el reino de Dios. Además, Lisa no era tan materialista.
Nancy: Se contentaba fácilmente.
Gary: ¡Sí! Sentí que podíamos ir a donde Dios nos llevara, porque cuando planeas dedicarte a ese tipo de ministerio sabes que no tendrás mucha seguridad en el área económica.
Así que me gustó su disposición de decir, «a donde Dios quiera que vayamos, iremos». ¡Y lo hizo! Quiero decir, cuando pienso en el lugar donde vivimos por primera vez…
Nuestra primera temporada como pareja casada fue en un parque de casas móviles, porque un amigo de la familia lo ofreció voluntariamente.Luego nos alojamos en una casa donde había principalmente mujeres. Estábamos en el sótano, las mujeres estaban arriba. Era para los internos de nuestro ministerio universitario. Y ahí estaba ella y su disposición a seguir mudándose.
Creo que donde realmente ha sido una bendición es que cada vez que hemos enfrentado una decisión, la primera pregunta que hace es: «¿A dónde creemos que Dios nos está llevando?»
Nancy: Wao.
Gary: No ha dicho, «¿qué significa esto para mí?» o, «¿qué significa esto para nuestro bolsillo?», sino «¿cómo discernimos hacia dónde Dios podría estar guiándonos?»
Nancy: ¡Eso es un regalo en el matrimonio!
Gary: Está más allá de la imaginación, ¡no puedo describir lo que significó!
Lisa: Antes de casarnos yo sabía que había algo especial en Gary, y sabía que Dios lo iba a usar de muchas maneras. Y ten en cuenta que trabajaba para una compañía eléctrica cuando nos casamos. No teníamos mucho.
Sin embargo, lo sabía. Sabía, incluso antes de que estuviéramos comprometidos; yo tenía esa sensación de que «si te casas con Gary, necesitas estar en una posición de apoyo». Y creo que eso podría parecer opresivo para algunas personas, o podría sonar como algo inferior, pero siempre lo vi cómo, «¡oh, eso es grandioso!»
Nancy: Y se ve que esto les ha traído alegría como pareja, y a ti como esposa. Parece que esto no ha sido una limitante, sino realmente liberador para usar los dones que Dios te ha dado.
Lisa: ¡Claro! Y por otro lado, pude quedarme en casa con los niños; que era una gran prioridad para mí. Gary hizo que eso sucediera trabajando muy duro y estando dispuesto a vivir sin muchas cosas.
Nancy: Pienso en el tema del contentamiento… Conozco amigos cuyos hijos son jóvenes y dicen que están pensando en el matrimonio. Y los padres me preguntan: «¿Son demasiado jóvenes para casarse?»
Una de las cosas que he dicho es: «Si ambos realmente aman al Señor, si tienen la bendición de sus padres, y si están dispuestos a vivir con poco, entonces creo que no es una mala idea». Es importante que sepan dónde están sus corazones, hacia dónde se dirigen sus cabezas y que sus vidas estén realmente comprometidas con Cristo y quieran servirle juntos.
Si no tienes esas cosas claras, entonces probablemente sea cual sea la edad que tengas ¡no es bueno que te cases!
Gary: ¡Estoy de acuerdo! Nosotros crecimos juntos, Nancy. Quiero decir, yo tenía veintidós años, Lisa tenía casi veinte años, y enfrentamos todas esas situaciones. ¡Lo que me encanta es que literalmente no hay nadie que pueda reemplazar a Lisa!
Ella estaba allí para mi graduación de la universidad. Yo estaba allí para su graduación. Luego están los niños, y cada lugar en el que habíamos vivido y en los que no también. La realidad de que somos uno realmente define quiénes somos. No podemos pensar en una vida separados.
Nancy: Y, sin embargo, toma tiempo llegar a ese lugar en el que estás convencido de eso, porque se traen diferencias al matrimonio… No sé ustedes, pero sé que entre Robert y yo hay diferencias en muchos ámbitos. Nuestras oyentes me han oído decir que él es un hombre madrugador y yo soy nocturna. Nuestras personalidades son diferentes. Nuestros trasfondos tienen muchas similitudes, pero también muchas diferencias.
¿Recuerdas, Gary, cuándo empezaste a descubrir cuáles eran algunas de esas diferencias en su matrimonio?
Gary: Bueno Nancy, la comida era una gran diferencia. Me encantaba la comida chatarra cuando nos casamos: cereal, hamburguesa, pizza y helados eran mis cuatro grupos de comida durante la universidad.
Nancy: ¿Y cómo te sentiste con eso Lisa?
Lisa: Uno pensaría que ya éramos conscientes de eso, pero en realidad vivíamos en alojamientos distintos en el campus universitario, hasta que nos casamos; y no salimos mucho. Pero más o menos lo sabía.
Mira, a mi padre y a mis hermanos les encanta la comida y están contentos con lo que mi mamá haga; comen lo que sea y lo disfrutan… Y asumí que mi esposo haría eso. ¡Y luego al casarnos fue como, «no comeré eso» o, «¡¿qué es eso?!» Y si él quería salir a comer ese tipo de comidas me preguntaba, «¿qué voy a comer?»
Gary: Ese fue uno de los primeros problemas en nuestra luna de miel. Un día al mediodía dije, «cariño, tengo hambre. ¿Por qué no nos detenemos en un lugar de comida rápida y comemos hamburguesas?» Y Lisa, horrorizada, dijo…
Nancy: «Ese lugar no califica como un lugar para comer».
Gary: «¡Pero no tienen nada de comer ahí!» Y señalé un cartel: «Cariño, más de dos mil millones de personas han sido atendidas aquí. ¡Alguien está encontrando algo de comer en este restaurante!» Pero ella no consideraba eso como comida.
Fue una de esas diferencias clásicas porque, para mí, comer es una tarea. No me gusta tener hambre, así que como para no tener hambre. Pero no es así para Lisa y para nuestros hijos. Soy el único que no es un gastrónomo en nuestra familia, así que estoy agradecido de que Dios le diera tres hijos que son amantes de la comida para que pudieran disfrutarlo mucho con ella.
Nancy: Para que puedan compartir y disfrutar ese tiempo con ella.
Lisa: ¡Exacto! ¡Estamos emocionados de tener hambre porque podemos comer de nuevo!
Nancy: Pero, según tu libro, diferentes cosas califican como comida.
Lisa: ¡Sí, seguro!
Gary: Y yo he cedido un poquito, más de lo que jamás hubiera imaginado, lo cual es bueno. En una ocasión Lisa le dijo a alguien que cree que uno de sus objetivos en la vida es ayudarme a vivir más tiempo para servir a la iglesia.
Nancy: Así que estás en una dieta un poco diferente. Y bueno, tan solo envejecer afecta cómo tenemos que comer.
Gary: ¡Oh, para mí, sí!
Nancy: Disfruté de todos los restaurantes de comida rápida hasta que cumplí los treinta años y comencé a sentirme incómoda, así que eso afectó mi forma de comer.
Gary, creo que las personas que han leído tus libros tal vez asuman que porque escribes libros sobre matrimonio, se venden mucho y ayudan a mucha gente, suponen que ustedes siempre lo tienen todo bajo control. Suponen que tienen un matrimonio ideal y perfecto. ¡Pero realmente no existe tal cosa!
Al leer tus libros percibo que has aprendido mucho de…primero, por supuesto, de la Palabra de Dios, que es donde buscamos nuestro consejo… pero gran parte de tu comprensión de los principios matrimoniales de Dios han surgido del laboratorio de la vida, de la experiencia de la vida y de tu propio matrimonio.
Entonces, ¿puedes decirle a nuestra audiencia si realmente tienen o no ese matrimonio perfecto?
Gary: Si fuera así, no podría haber escrito mi libro titulado, Valorar ni, Matrimonio Sagrado. Matrimonio Sagrado salió cuando habíamos estado casados por quince años. En el libro relato cómo Dios usa las dificultades, las luchas y los desafíos.
¡Tuvimos un primer año muy difícil tratando de averiguar cómo funciona esto! Éramos muy jóvenes, y yo era tan egoísta. No sabía nada en realidad acerca de ser un adulto, mucho menos de ser esposo y luego padre.
Luego estaban todas las presiones financieras, entre otras cosas. Creo que el libro Matrimonio Sagrado fue algo así como lo que nos mantuvo unidos. Esto no es fácil, es más difícil de lo que pensábamos que sería, pero Dios nos estaba transformando en personas diferentes.
Nancy: Este libro, Matrimonio Sagrado, ¿fue tu primer libro? ¿O tu primer libro sobre el matrimonio?
Gary: Era el cuarto libro, pero el primer libro sobre el matrimonio.
Nancy: Leí que los principios y el entendimiento que plasmaste allí surgió de experimentar dolor y heridas en tu matrimonio. ¿Es eso cierto?
Gary: ¡Absolutamente! Sí. Por eso dije que creo que sería más difícil para mí escribirlo hoy. Estamos en una época dulce y de nido vacío. No sé si el matrimonio se había sentido tan fácil como ahora.
Y mira, seguimos teniendo los problemas normales del matrimonio. Pero, no creo que podría haber soñado con el libro Valorar cuando escribí el libro MatrimonioSagrado. Ha tomado tiempo llegar a este lugar. Y ahora es que tenemos una vista más completa, después de treinta y tres años de matrimonio y las cosas que hemos vivido.
Nancy: Y solo el Señor sabe lo que está por venir, y cómo les está preparando y equipando para lo que traiga esa temporada.
Gary: Así es Nancy. Y mira, una de las mentiras más grandes de Satanás es: Si estás en un matrimonio difícil, significa que te casaste con la persona equivocada o que el matrimonio no puede mejorar.
Y creo que somos un testimonio de que Dios puede llevarte a un lugar completamente diferente. ¡Puedes tener un matrimonio completamente nuevo con la misma persona! Crecemos como individuos, pero creo que también cambiamos de mentalidad. La Palabra nos dice, «transfórmense mediante la renovación de su mente» (Rom. 12:2).
Y cuando comenzamos a ver el mundo a través del lente del matrimonio sagrado –cómo Dios puede usarlo para ayudarnos a crecer y moldearnos, y que hay mucho valor en las luchas y desafíos del matrimonio– eso nos convirtió en diferentes tipos de personas, y creó un tipo diferente de matrimonio.
Y así, creo que podemos darle esperanza a la gente. Recuerdo uno de los momentos más impactantes de mi vida… Creo que Lisa y yo estábamos en el punto más bajo de nuestro matrimonio, y la oí decirle a su madre algo que me sacudió. Su madre dijo, «bueno, ¿crees que podrán superarlo?»
Y Lisa dijo, «no lo sé».
Nancy: Lisa, ¿cuánto tiempo tenían de matrimonio, aproximadamente, en ese momento?
Lisa: Probablemente cuatro años.
Nancy: Así que, fue al principio. ¿Y qué estabas sintiendo en ese momento?
Lisa: Creo que no esperaba que las cosas fueran tan difíciles, y sentía que Gary estaba un poco desinteresado porque no lo estaba apreciando. Teníamos a nuestra hija pequeña en casa, y eso me estaba ocupando mucho más tiempo y energía de lo que esperaba.
Yo realmente no había aprendido a apreciar algunas de esas diferencias de las que hablaste. Me resentían cosas como, por ejemplo, ¡pensar que nuestros padres lo arreglaban todo!
Recuerdo que en mi casa, mientras crecía, había solo una persona que reparaba todas las cosas. ¡Mi padre! Y yo entonces decía, «¡Gary arregla esto! Gary, ¡esto está roto!» Ya sabes, «oye, el lavavajillas…el coche…y esto otro». ¡Y él no tenía idea de cómo arreglarlo!
Nancy: Esos también eran los genes de mi padre.
Lisa: Y por alguna razón yo no podía aceptar que él no era así y que tiene otros dones increíbles. Más bien, mi actitud era, «¿qué pasa? ¡Eso es lo que hace un hombre!» Así que tenía diferentes resentimientos, y aún sentía cosas como, «ya supera tus heridas pasadas, yo no puedo llenarlas».
Gary: Creo que nuestras expectativas también eran muy diferentes.
Su padre tenía un trabajo independiente así que tenía un horario un tanto flexible. Y un día, justo después de casarnos, al regresar de nuestra luna de miel, yo estaba trabajando en un servicio público local leyendo medidores eléctricos. Era un día hermoso. Y ella me llamó a la 1:00 de la tarde y me dijo: «Es un día tan hermoso, vamos a dar un paseo en bicicleta, ¿puedes volver a casa?»
Me quedé desconcertado, porque crecí con un padre que nos enseñó que todos teníamos que trabajar, y a veces tenía dos trabajos.
Nancy: Siempre estás con el tiempo calculado.
Gary: Pensé: «¿Qué quieres decir?» Y ella pensó que yo estaba siendo egoísta porque no dejaría el trabajo para dar un paseo en bicicleta con ella en un día hermoso.
Y yo, por mi parte, pensé que ella estaba siendo egoísta porque… ¡No podía dejar ese trabajo! Nancy, simplemente no teníamos idea sobre la vida, ¡y mucho menos sobre el matrimonio!, porque éramos tan jóvenes.
Lisa: Y no éramos muy prácticos en cuanto al uso del dinero y todo ese tipo de cosas. Y no teníamos mucho apoyo externo. Fuimos los primeros de nuestros amigos en tener hijos, así que creo que nos sentimos bastante solos.
Gary: ¡Y yo soy un hombre de talentos extremadamente limitados! Me alegro que esto de escribir haya funcionado, y lo de hablar en público también, porque ninguna otra cosa habría servido para mantener a nuestra familia. Pero tardé mucho tiempo en despegar. Creo que eso llevó a Lisa a manejar mucho estrés por muchos años.
Nancy: Así que, Lisa, tu mamá te preguntó, «¿van a superarlo?» Y tú no estabas segura.
Lisa: No, no estaba segura.
Nancy: Creo que otras parejas tal vez no lo habrían logrado. Habrían analizado todo eso y dicho: «¡Esto no va a funcionar!» Pero ustedes dan esperanza a través de su aprendizaje de estos principios, de aprender a vivirlos y de crecer juntos en los tiempos difíciles. Y también los libros en los que has escrito sobre estas cosas, Gary, nos dan esperanza.
Es posible que algunas de las que nos escuchan en este momento estén pensando –ya sea que tengan cuatro años o cuarenta años de casadas– «no creo que nosotros podamos lograrlo…» ¿Qué les dirían?
Lisa: Creo que si estás comprometida a recibir el amor de Dios, y reconoces que todas tus necesidades están satisfechas allí, eso te ayudará a derramar tu amor por el otro y a no renunciar a lo que Dios puede hacer.
Nancy: No renunciar a lo que Dios puede hacer. Ese es realmente el mensaje de tus libros, Gary.
Gary: Sí. Bueno, creo que, obviamente, no sé si yo podré lograrlo. Siempre digo que tiene que ser posible que nosotros lo logremos; «nosotros» siendo tres personas. Y me refiero a que estoy más convencido que nunca del poder de la presencia de Jesús en un matrimonio, no como una teoría, sino como una realidad diaria.
Mi relación con Lisa se basa, en parte, en su relación con su Padre celestial. Mi compromiso de amarla y servirle se basa en el poder del Espíritu Santo obrando dentro de mí. Nuestra capacidad de perdonarnos el uno al otro y mostrar gracia sale directamente de la obra de Jesucristo.
Y creo que mientras más profunda es tu relación con el Señor, y de nuevo, no me refiero a clichés religiosos sino a que mientras más te predicas el evangelio, más podrás ofrecerle el evangelio a tu cónyuge todos los días. Y el evangelio es la historia, la verdad y el perdón de Jesús para ti, de modo que lo puedas compartir con otros.
Para mí, ese ha sido el salvavidas, y eso es lo que nos ha ayudado a ir más y más profundo. Dios quiere que tu matrimonio tenga éxito. Dios te ama y ama a tu pareja profundamente. Y ¡cuánto más te acerques a Él, más les ayudará a acercarse como pareja!
Nancy: Este es el mensaje de esperanza que queremos que nuestras oyentes escuchen esta semana. Y eso es lo que Robert y yo hemos estado aprendiendo en el inicio de nuestro matrimonio. Una de las cosas que nos han ayudado son los libros de Gary Thomas, nuestro invitado para esta serie de episodios. También escuchaste de Lisa Thomas, su esposa. Y recuerda que en la transcripción de este programa, la cual está disponible para ti en avivanuestroscorazones.com, encontrarás los accesos para adquirir algunos de los libros escritos por Gary.
Annamarie: Y a la luz de lo que hemos escuchado en el episodio de hoy, titulado Las diferencias no tienen que ser obstáculos, te queremos leer el testimonio de una oyente que a través de las tormentas en su matrimonio, pudo encontrar esperanza y experimentar el amor de Dios. Escucha lo que nos dijo.
Mujer: «En el 2008 me casé con un hombre que pensaba era mi príncipe azul y que viviríamos felices para siempre, pero poco a poco nuestro matrimonio entró en un círculo de abuso emocional, verbal, físico, y espiritual.
Conocí al Señor en el 2010 y estaba soportando diversas aflicciones. Al pasar unos años, en el 2012 conocí el ministerio Aviva Nuestros Corazones y desde entonces fue de guía para mi vida por medio de sus programas, conferencias y libros. Entendí que gran parte de mi sufrimiento era consecuencia de mi comportamiento pecaminoso. Yo era una mujer de ojos altivos y corazón arrogante, irrespetuosa, grosera en mis actitudes, sarcástica, y mucho más, estaba destruyendo mi matrimonio.
Yo oraba para que Dios cambiara a mi esposo pero luego empecé a orar para que Dios me cambiara a mí también. Entonces en Su gran misericordia el Señor escuchó mis oraciones, y nos liberó de las ataduras del pasado y comenzó un proceso de cambio en nuestras vidas. Aprendimos lo que es el perdón, la gracia y la misericordia.
El Espíritu Santo me dio la convicción para comenzar a moldear mi vida a la luz de la Palabra, a llenarme de Cristo en todo momento, teniendo como meta ser una mujer de Proverbios 31. A través del ministerio Aviva Nuestros Corazones conocí lo que realmente significa la feminidad bíblica y los daños que causaba a mi matrimonio el feminismo que me presentaba el mundo. Aprendí sobre la bendición de vivir en la Palabra y a ser agradecida. Conocí acerca del amor y el respeto y las bendiciones que trae a mi vida el tratar a mi esposo como a Cristo.
Doy gracias a Dios porque era necesario que pasara por esa tormenta para experimentar Su gran amor, por darme un corazón para mi hogar y para amar mi diseño como mujer».
Gloria a Dios por Su obra en la vida de esta mujer. Y no todas las historias son iguales, pero en todas Dios está obrando para acercarnos a Él de modo que podamos conocerle y ser verdaderamente libres.
Nancy: Y bueno, realmente es fácil enfocarnos en todos los defectos de nuestro cónyuge y preguntarnos por qué no pueden ser como otra persona. Pero eso significaría comparar lo peor de él con lo mejor de otra persona. Y esta no es una comparación muy justa.
Asegúrate de acompañarnos mañana para hablar más acerca de esto en la continuación de nuestra conversación con Gary y Lisa.
Annamarie: Llamándote a reflejar la hermosura del evangelio al mundo que te rodea, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
*Ofertas disponibles solo durante la emisión de la temporada de podcast.
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